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Ciencias Juridicas Material de Apoyo
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UNIDAD DE APRENDIZAJE I
El DERECHO. LA TEORIA DE LOS OBJETOS Y LA VIDA HUMANA
VOCABLO DERECHO. Su etimología
Muchas son las razones, por cierto ponderables, que se han dado para justificar el
origen del vocablo derecho. Así según algunos proviene del latín directus, que
significa dirigir, de ahí las expresiones: diritto en italiano; direito en portugués;
droit en francés y derecho en castellano, Según otros dimana del latín directum,
que quiere decir guiar, que está conforme con preceptos. Y según otros, deriva de
dirigere, que equivale a regir, a gobernar, a norma, a conducta. Atento a su
significación etimológica las voces, directus, directum y dirigere, trasuntan ideas
expresas, terminantes de dirección y guía, de normas y preceptos.
De lo que no cabe duda es que de jus derivaron jusssum, justus, justitia, que son
vocablos que primitivamente tradujeron la idea de: soy el derecho, aquel que desea
dar a cada uno lo suyo y se aplica el derecho, y que más tarde dieron en usarse
manifestaciones de la voluntad humana: jusssum, con regla preestablecida,
mandamientos, justus, como razón o convencimiento y justitia, como aplicación del
derecho, lo cual se estima bien fundado a causa de la acepción de justicia que los
romanos dieron al derecho y por su sinonimia con la equidad. Neri Argentino.
Tratado teórico y práctico de Derecho Notarial. Pág. 99.
ACEPCIONES principales
Vista como facultad moral entraña la serie de actos racionales y justos ejecutados
por el hombre con miras a una consecución.
Esta gradación de ideas puede, sin embargo, reducirse a una: a aquella según la
cual el derecho es una facultad moral; y ciertamente natural del hombre, para hacer
legítimamente lo que exige su conducta en la sociedad. Bajo este entendimiento el
derecho es, el conjunto de preceptos ideados y escritos por el hombre, es letra que
tiene alma, calor de vida, por que como dimensión del alma la moral conduce a
proceder, a ejecutar con respeto, con sentido de solemnidad, una serie de modos o
de hechos que traducen y representan un interés jurídico y económico. En una
palabra: como facultad moral el derecho impele a obrar rectamente.
Como sinónimo de ciencia del derecho. Tal sucede cuando se dice doctor en
derecho, estudiante de derecho, facultad de derecho. También en este caso estamos
frente a un empleo inexacto del término, porque si se hace referencia a la ciencia
del derecho, a las distintas especialidades que la integran, corresponde decir
entonces doctor, estudiante, o facultad de ciencia del derecho o de ciencias
jurídicas, siguiendo a la expresión más corriente y eufónica.
Para designar el derecho subjetivo o facultad jurídica, es decir, la facultad que tiene
una persona de realizar determinados actos. Ejemplos: el derecho de testar, el de
votar, etc.
Para designar las leyes y demás normas o regla de conducta que rigen la
convivencia humana. Tal por ejemplo, cuando decimos derecho civil, derecho
paraguayo, el derecho, etc.
El Derecho es el orden
El estudio del concepto del Derecho lo realiza una de sus ramas, la Filosofía del
Derecho.
Desde el punto de vista objetivo, constituye el conjunto de leyes, reglamentos y
demás resoluciones, de carácter permanente y obligatorio, creadas por el Estado
para la conservación del orden social. Esto sin tener en cuenta si es o no justa; es
decir que si se ha llevado a cabo el procedimiento adecuado para su creación, existe
la norma sea justa o no lo sea.
Adquirimos la propiedad del periódico y perdemos la del dinero que hemos pagado
por él. En otros casos, el alcance jurídico de los hechos es aún más claro: nos quitan
la cartera y acudimos a la policía para que se inicie una actividad dirigida a
descubrir al culpable y se le imponga la pena correspondiente; compramos un
apartamento a plazos sabiendo que contraeremos una deuda, y que si no
cumplimos con ella seremos demandados ante los tribunales. Si de estos ejemplos
o de otros muchos queremos deducir cuál es su significado jurídico, no será difícil
llegar a la siguiente consecuencia: en todos los casos expuestos podemos exigir de
otros una conducta determinada, u otros nos la pueden exigir a nosotros.
Pero para que esto sea posible, es preciso que exista un conjunto de normas o
reglas establecidas, en virtud de las cuales surja la posibilidad de reclamar o de
quedar sujetos a una reclamación. Si un individuo puede exigir que se le entregue el
periódico a cambio de su precio, es porque hay una regla o conjunto de reglas que
así lo disponen, como también preceptúan que el vendedor pueda exigir el pago de
la mercancía. La existencia de una regla o norma preestablecida es lo que da
soporte jurídico, a todos los hechos y, de este modo nos pone en contacto con el
Derecho.
Esta noción pretende abarcar- como un ángulo cuyos lados se proyectan hasta el
infinito, encerrando un área precisa, pero ilimitada- todo Derecho, sea actual,
pretérito o futuro; natural o positivo; escrito o no escrito; legislado o
consuetudinario; real o posible; vigente o derogado.
Pero esta nueva comprobación tampoco agota el ser del Derecho, cuyas verdaderas
características no podríamos captar si no comprendiéramos, superando también el
silogismo positivista, que la norma jurídica tiene un fundamento y una finalidad de
carácter ético-social: la realización del Bien Común. Este objetivo esencial es lo que
podemos caracterizar, en términos de la Filosofía Contemporánea, como una
referencia valorativa o axiológica.
Por distintos caminos hemos llegado, pues, a una conclusión que entronca, en
ciertos aspectos, con la teoría tridimensional del ilustre filósofo y jurista brasileño
Miguel Reale, para quien el Derecho es, a la vez norma, hecho y valor: norma
ordenadora de la conducta (que es objeto de la Ciencia del Derecho y, en el plano
epistemológico de la Filosofía del Derecho); hecho social e histórico (que está
dentro del campo de la sociología, de la historia, de la etnología jurídica, etc.); y
valor consistente en la Justicia (que estudia la Filosofía del Derecho).
La vigencia, es el carácter propio de las prescripciones legales que han sido dictadas
por el órgano competente, requiere que se encuentran debidamente promulgadas y
publicadas y no estén derogadas por una disposición legal posterior. La vigencia
constituye, por lo tanto, una cuestión de hecho: la de que el precepto respectivo
reúna los requisitos necesarios, dentro del sistema jurídico de la que forme parte,
para que su observancia esté impuesta por el Estado y deba ser acatada por todos
los habitantes del país. Jorge Iván Hubner Gallo. Introducción al derecho. Págs.
250, 251, 252, 253.
DEFINICION
Que rigen la convivencia social. En efecto, las normas jurídicas rigen las relaciones
de los seres humanos entre sí El derecho es el sistema de normas coercibles que
rigen toda la conducta humana en interferencia intersubjetiva, para realizar en
dichas conductas determinados valores propios del derecho. Torre Abelardo.
Introducción al Derecho. Pág. 24, 25 y 26.
Se trata de establecer aquí, cuál es la materia sobre la que actúa el derecho; en otros
términos, precisar el objeto de la formación jurídica o, si se quiere, en lenguaje
aristotélico, la causa material del derecho. Pero llámeselo materia o causa material,
estamos siempre frente al mismo problema, que llamaré materia u objeto, por ser
más sencillo y gráfico.
Pero es menester precisar aún más esa determinación, pues el derecho no abarca
toda la conducta humana, sino parte de ella. En efecto, pudiendo ser ésta aislada o
social, fácil es ver que el derecho se refiere a la conducta social del hombre, o
conducta interhumana, es decir, a la conducta del hombre en relación con la de los
demás hombres, o más precisamente aún, a la conducta humana en su
interferencia intersubjetiva, según se ha dicho con admirable claridad. No obstante,
vuelvo a recordar que esa conducta está regida también por normas morales, etc.
Torre Abelardo. Introducción al Derecho. Pág. 25.
Es la materia sobre la cual versa dicha relación. Esta materia es siempre una
prestación o sea, es una obligación consistente en un hecho o una abstención
debidos por el sujeto pasivo a favor del sujeto activo de la relación jurídica, al que
compete el derecho correspondiente. Jorge Iván Hubner Gallo. Introducción al
derecho. Pág. 196
Ahora bien, siendo el derecho según queda explicado una norma obligatoria de
convivencia, se dice comúnmente que tiene también un fin. El fin propio del
derecho (causa final en lenguaje aristotélico), no sin antes advertir que, en rigor de
verdad, debe decirse más bien fin perseguido con el derecho, y fines sólo tiene el
hombre, pues el derecho es, en este enfoque, uno de los medios de que se vale el ser
humano, para lograr los fines que persigue. Por lo tanto, únicamente por extensión
o en sentido traslaticio, puede hablarse de fin del derecho. Torre Abelardo
Introducción al Derecho Pág. 30.
Las prescripciones del Derecho se han caracterizado, a través de los tiempos, según
el sentir unánime de los juristas y de los pueblos, por tender hacia la realización de
un conjunto de fines o valores éticos – sociales de interés general para la
Comunidad. En la antigüedad se insistió especialmente, a este respecto, en la
Justicia como fin del derecho. Durante la Edad Media surgió y se desarrolló, sin
perjuicio de lo anterior y como una noción más amplia, el concepto del Bien
Común. Implícita o explícitamente, siempre se ha considerado también como otro
gran objetivo la realización y mantenimiento del Orden en la sociedad. En nuestra
época, por último, partiendo del campo del Derecho Internacional Público, pero
extendiendo su alcance al ámbito interno de los Estados, se han estudiado y
elaborado también los conceptos de Paz y la Seguridad.
De acuerdo con lo expuesto, los fines del Derecho son el Orden, la Paz, la Justicia y
la Seguridad; en suma, el Bien Común, en el que convergen y culminan todos los
objetivos del sistema jurídico.
El fin del derecho es la justicia, vale decir que el fin o ideal supremo al que debe
orientarse el derecho, es la vigencia plena y auténtica de la justicia en la
convivencia humana. Torre Abelardo. Introducción al Derecho. Pag. 30
El derecho, según dicen, como toda norma de conducta, persigue un bien que, en
este caso, es el bien común, vale decir, el bien de cada uno y de todos los miembros
de la comunidad Sin embargo, debe tenerse presente que el derecho contempla y
protege además, el bien individual, y que si muchas veces por suerte lo hace en
función del bien común. Torre Abelardo. Introducción al Derecho. Pag. 30
Para saber la ubicación del derecho en el mundo que nos rodea, hay que partir de
nuestra propia existencia, es indudable que el hombre vive rodeado de cosas u
objetos, con los cuales se pone en relación de alguna manera, y el derecho es uno de
los tantos objetos que encuentra el hombre en el mundo, es decir, una de las tantas
cosas con que tiene que vérselas y finalmente, conduciremos esta sección ubicando
el derecho en el ámbito de la totalidad de los objetos —que constituyen el
universo— para referirnos en el capítulo siguiente a los distintos grupos de ciencias
Concepto de Objeto:
OBJETOS CULTURALES:
Como punto de partida cabe decir que son todos aquellos objetos hechos por el
hombre, para la realización de valores. Ejemplos: un libro, una melodía, el derecho,
la conducta humana individual y social, la ciencia, la filosofía, etc. Al estudiar los
caracteres de estos objetos, se comprenderá cabalmente qué significan los valores.
En efecto, en todo objeto cultural, pueden distinguirse dos aspectos, que son: el
sustrato y el sentido. El sustrato es un trozo de la realidad física. Por ejemplo, en un
libro, objeto cultural; el sustrato es un conjunto de papeles impresos,
compaginados de cierta manera; en un mojón, lo es un trozo de piedra, de una
forma determinada, con unos signos puestos en él.
Por su parte, el sentido, es el significado que los objetos culturales tienen y que los
hombres comprendemos, lo que nos permite su conocimiento cabal. Ejemplos:
todo libro tiene un sentido determinado (puede ser un alegato pacifista, belicista,
una apología de la democracia, etc.); lo mismo cabe decir del mojón, que es,
evidentemente, algo más que una simple piedra, y ello porque tiene u sentido o
significado, que es el de indicar el límite entre dos fundos. De lo dicho surge que el
sentido de estos objetos es algo psíquico y, por lo tanto, sólo existe en la conciencia
de las personas que los comprenden, o que al menos tratan de comprenderlos.
En el derecho, como objeto cultural que es, pasa lo mismo y para conocerlo
plenamente, no basta con saber "de memoria" o aproximadamente las respectivas
normas jurídicas: es necesario además comprender su verdadero sentido (sobre la
interpretación del derecho.).
Los objetos culturales son valiosos positiva o negativamente. Los objetos culturales
son valiosos positiva o negativamente. Esto significa que en todos los objetos
culturales encontramos encamado un "valor" (bondad o maldad, belleza o fealdad,
justicia o injusticia, utilidad o inutilidad, comodidad o incomodidad, etc.)...
Para comprender mejor esta estructura valiosa del mundo cultural, partamos del
hecho evidente de que todo hombre tiene la aptitud de valorar el mundo que lo
rodea (tanto a las personas como a las cosas). En efecto, como la vida implica
decidirse a cada instante entre varias posibilidades, es obvio que la preferencia por
una de ellas se explica por la valoración previa de esas varias posibilidades. Así por
ejemplo, antes de comenzar a leer estas páginas, seguramente se han presentado al
lector varios caminos (dar un paseo, leer una novela, etc., etc.) y si se ha decidido a
estudiar, es porque valoradas todas las posibilidades, le ha convenido o gustado
decidirse por el estudio.
Ahora bien, esa dimensión valiosa sólo la tienen los objetos culturales, según se
verá mejor al considerar los otros sectores ónticos. De esto se infiere que hay en
estos objetos "algo" que se llama "valor", y estos valores son cualidades o esencias
objetivas y a priori que el hombre encuentra en los objetos culturales. En el
derecho, por ejemplo —como objeto cultural que es— encontramos también ciertos
valores que le son propios (justicia, solidaridad, cooperación, paz, poder, seguridad
y orden), razón por la cual, toda norma jurídica es una cristalización o punto de
vista sobre la justicia, la solidaridad, la cooperación, etc..
El sentido y el valor de los objetos culturales. Para terminar con el análisis de los
caracteres de esta familia de objetos, corresponde agregar que el carácter valioso
que tienen, no es algo desconectado de su sentido. En efecto, según las últimas
investigaciones en la materia (no olvide el lector que es éste un tema en actual
elaboración), el sentido de un objeto cultural se debe precisamente a la existencia
de uno o varios valores en ese objeto. Así por ejemplo, si nosotros comprendemos
plenamente una norma jurídica determinada, es porque antes he captado las
distintas valoraciones de justicia, seguridad, orden, etc., que dicha norma refleja.
"En suma, cabe decir, con Spranger, que el valor es el supuesto de todo sentido: el
sentido es siempre algo referido al valor. Más aún: cada campo de valores permite
separar las distintas provincias de la cultura, al suministrar patrones para inferir
sus distintos sentidos. Así, el valor utilidad lleva a deslindar, dentro de la totalidad
de la cultura, el sector económico; el valor belleza, al arte; el valor verdad, a la
ciencia; los valores éticos —jurídicos y morales— a la conducta".
Ciencias que los estudian: son las denominadas ciencias de objetos culturales, o
ciencias culturales simplemente, tales son la Historia, la Sociología, las Ciencias
Jurídicas, etc.
OBJETOS NATURALES
A diferencia de los culturales, cabe definirlos como aquellos objetos no hechos por
el hombre en función de valores. La totalidad de los mismos, constituye la
naturaleza. Ejemplos: las plantas, los animales, etc.
Caracteres:
1) Son reales, es decir, existen en el tiempo y en el espacio, o bien sólo en el tiempo,
como sucede con los fenómenos psíquicos.
2) Están en la realidad, ya que es posible llegar a ellos por la vía de los sentidos.
De acuerdo con lo que resulta que estos objetos son también neutros al valor. No
obstante, "podría a primera vista creerse que un pájaro como el picaflor es
hermoso, más hermoso que cualquier otro pájaro; sin embargo, esta belleza que
podemos predicar del picaflor, no es una propiedad zoológica y queda por lo tanto
al margen de la investigación del zoólogo.
Una rosa puede parecemos muy hermosa, pero no es esa hermosura una propiedad
botánica. Como objeto de la botánica, en la flor conocida por esa ciencia natural, la
cualidad de hermosa que le predicamos no cuenta para nada, porque no le agrega
ningún conocimiento botánico. "En realidad, esta referencia a valores es propia de
la vida humana. Así, sin duda, nos puede resultar hermosa una puesta de sol; pero
lo que es hermoso en esa circunstancia es el mundo de quien tiene sensibilidad
para percibir el fenómeno de ese modo. No existe la noción de paisaje
independientemente de la noción de espectador que la integra; el paisaje es
siempre el escenario de alguien que real o virtualmente lo contempla. Quiere decir,
pues, que estos objetos naturales aparecen también como neutros al valor, en tanto
son en sí meros objetos de las ciencias naturales".
División: los objetos naturales han sido divididos en dos grandes grupos:
1) físicos: son los que tienen dimensión tempo-espacial (p. ej.: una planta, un
animal, etc.);
2) psíquicos: son los que si bien están en el tiempo, no tienen dimensión espacial
(p. ej.: una emoción, una sensación, etc.).
Ciencias que los estudian: son las ciencias de objetos naturales más corrientemente
llamadas por razones de brevedad, ciencias naturales. Tales son la Física, la
Química, la Botánica, la Zoología, etc.
OBJETOS IDEALES
Comenzaré por advertir que el término ideal, no tiene aquí el sentido moral
corriente, por lo cual, no quiere significarse que sean objetos de una jerarquía
espiritual superior a los demás, sino que se trata de una familia de objetos con
caracteres propios.
Caracteres:
1) Son irreales, es decir, no tienen existencia en el espacio (inespaciales), ni en el
tiempo (intemporales). Ejemplos; las figuras geométricas, los números, las
relaciones, los conceptos, etc.
A diferencia de lo que ocurre con los objetos culturales y naturales, los objetos
ideales no tienen existencia espacial y así por ejemplo, el triángulo a que hace
referencia el geómetra, es un triángulo perfecto que sólo puede ser pensado por un
sujeto. En cambio, los triángulos dibujados en cualquier parte, son figuras
imperfectas, con las cuales sólo se pretende representar gráficamente a ese
triángulo ideal; por otra parte, como son ya objetos que están en la realidad los
dibujos tienen ciertas dimensiones, etc., constituyen objetos culturales.
En síntesis, los objetos ideales no existen, pero son, porque consisten en algo, y por
tal razón, podemos decir algo de ellos. Así por ejemplo, del triángulo que se ha
tomado como ejemplo cabe predicar que la suma de sus ángulos interiores equivale
a dos rectos.
OBJETOS METAFISICOS
Son objetos metafísicos, por ejemplo, "la cosa en sf de Kant, la sustancia, Dios,
según algunos autores, etc.
UNIDAD DE APRENDIZAJE II
Saber que al día sucede la noche; que el fuego quema; que el reloj es un aparato que
indica la hora; o el caso de la oficiosa vecina que conoce un remedio “infalible”
contra la jaqueca o el dolor de estómago, son ejemplos del saber vulgar.
C (científico del derecho): Tiene razón. Ese hombre no debió hacerle eso, pero no
es un ladrón. Ladrón sería si hubiese venido a su negocio y se hubiese llevado algo
que usted no le dio, pero usted le ha fiado, no hay robo, no hay más que una deuda
civil. Debe usted demandarle ante los tribunales.
H (historiador del derecho) Ahora será así pero antes no lo era. Recuerdo muy bien
que en mis tiempos al que no pagaba lo mandaban a la cárcel, ¡bien que la gente se
cuidaba de pagar sus deudas!
S (sociólogo del derecho) Claro, así quién se animaba, un castigo severo determina
a la gente a cuidar de sus actos, pero en aquel tiempo las condiciones eran
diferentes, toda la gente se conocía, los negocios eran más reducidos. La expansión
actual del comercio y las transacciones no admitirán más eso. Por otra parte, las
costumbres se han suavizado y sería chocante al sentimiento de la colectividad ver
a un hombre tras las rejas por deudas.
Hasta ahora todo se ha desenvuelto en el plano del hombre común, del hombre de
la calle. Opiniones semejantes son frecuentes entre gentes de diversas culturas y
preparación, pero unidas todos por algo común: la falta de especialización en el
tema. Aunque el caso es a todas luces jurídico, dentro de ese conocimiento vulgar
que de él tienen las gentes cabe ya apuntar diversas direcciones en el interés, que
debe discriminarse. (Enrique R. Aftalion. José Vilanova. Julio Raffo. Introducción
al derecho. Págs. 155,156)
EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO-FILOSOFICO
Luego de estas reflexiones, podemos decir que una ciencia- en el sentido estricto de
este vocablo- es un sistema de conocimientos verdaderos y muy probables;
rigurosamente explicados y fundados, que se refieren con sentido limitado, a un
cierto sector de objetos.
A su vez, si hablamos de “la ciencia”, o del “conocimiento científico”, diremos que
es una forma peculiar del conocimiento, que se caracteriza por los rasgos
explicados.
CIENCIA Y FILOSOFIA
En nuestra distinción entre saber científico- filosófico y saber vulgar hemos dejado
englobados en el primer término a dos formas del saber que ahora intentamos
diferenciar: la ciencia y la filosofía. Ambas, en efecto son básicamente semejantes y
pueden ser subsumidos en un sentido amplio de la palabra ciencia. Su origen
histórico ha sido común, e incluso puede señalarse como tronco a la filosofía y
como desprendimientos históricos a las ciencias particulares, lo que daría a la
filosofía un carácter residual, sin contornos muy precisamente definidos, en
relación a las ciencias. De hecho, no cabe duda de que históricamente es así, pero
esta caracterización empírico-histórico no es suficiente ya que, siendo la ciencia y la
filosofía actividades del hombre, no interesa tanto lo que efectivamente han sido en
la historia, como la actitud espiritual que en todo momento-pasado, presente o
futuro- ha de presidirlas y orientarlas en cuanto actividades. En otros términos
para saber que es filosofar no basta con el concepto que al respecto pueda
suministrarnos la historia de la cultura, sino que es preciso tener al respecto una
idea.
A la luz del criterio expuesto, se advierte que las ciencias investigan cada uno un
determinado sector de la realidad: la filosofía en cambio se dirige a la totalidad de
lo que es. Cuando la filosofía se contrae a la consideración de problemas u objetos
determinados, no los recorta y abstrae convencionalmente, sino que los estudia en
función de la totalidad. Pero tampoco debe pensarse, por esto, que la filosofía sea
una mera síntesis o resumen o enciclopedia de los diversos conocimientos
científicos, pues el saber científico es un saber con supuestos, la filosofía en cambio,
pretende alcanzar el ideal cognoscitivo de un saber, sin supuestos. La filosofía, es
según sus ideas, conocimiento absoluto. Es lo que Ortega y Gasset ha expresado
con su habitual galanura al decir que la filosofía es el conocimiento autónomo, esto
es, que se encuentra en sí mismo y no en otro, su fundamento, y -pantónomo- o sea
total omnicomprensivo.
En relación a ese sentido de conducta, a ese deber ser o deber hacer vigente en la
comunidad determinada, se caracteriza la ciencia del derecho como su indagación
intencional y consciente metódica, racional (o fundamentada), con pretensión de
verdad objetiva (y, por lo tanto, de validez intersubjetiva) destinada pues, a la
comunicación y formulada, por lo tanto, en conceptos de mayor exactitud y en
juicios ordenados y trabados sistemáticamente. (Enrique R. Aftalion. José
Vilanova. Julio Raffo. Introducción al derecho. Págs. 159,160)
No cabe duda, que el Derecho Positivo puede y debe ser objeto de ciencia (sin
perjuicio de sus demás ángulos de estudio), ya que en su naturaleza permite
perfectamente que se constituya sobre un sistema de conocimientos metódicos, de
plena certeza y general aceptación.
Las disciplinas son aquellas partes de las ciencias jurídicas que se dividen en
fundamentales, que son las más importantes porque dependen por sí mismas, pero
en interdependencia con las disciplinas accesorias o auxiliares que desarrollan la
función de ayudar a las primeras en sus objetos y fines.
JURISPRUDENCIA.
Sistemática o Dogmática jurídica (la ciencia del derecho propiamente tal), tiene por
objeto dar una exposición unitaria y coherente del Derecho Positivo en vigencia.
Stammler siguiendo a Sichés dice que la ciencia del derecho es llamada a exponer el
contenido esencial de un orden jurídico determinado, su función es meramente
reproductiva y su carácter dogmático.
Para Stammler es derecho todo cuanto el oráculo del poder jurídico promulga y
reconoce como tal, la ciencia del derecho es dogmática pues expone contenidos
jurídicos limitados, condicionados por la voluntad del legislador supuesta como
válida, reducidos a tiempo y espacio, situados en un tramo de la historia. Esto se
supero y hoy día al jurista no le interesa tanto la ley, sino aquello a lo que la ley se
refiere, es decir, la conducta de los hombres, de ello no puede desentenderse, pues
es su objeto propio de estudio, la conducta es el derecho.
El jurista no interpreta la ley sino que interpreta la conducta mediante la ley. Pero
su interpretación de la conducta no es una comprensión libremente emocional sino
una comprensión reglada conceptual, sujeta al canon de la comunidad expresado
en la ley o en la costumbre.
Sistema de normas jurídicas conectadas lógicamente entre sí en tal forma que las
normas especiales deben pensarse como derivadas de normas generales (Savigny).
Sin embargo, “el saber científico se ocupa de objetos infinitos y concretos, en ellos
trata de descubrir y sistematizar leyes y principios generales que rigen su
existencia, es decir su universalidad de lo finito”.
La historia del derecho estudia la evolución del fenómeno jurídico en las diversas
etapas de la vida humana, con el propósito de establecer el origen, la
transformación y la caducidad de las instituciones.
División
a. Según su ámbito: que comprende, la historia del derecho a su vez universal o
particular. Universal cuando se refiere a la formación y desarrollo de los sistemas
jurídicos de todos los países y particular se refiere a un pueblo determinado. La
historia del derecho paraguayo comprende tres períodos:
1. guaranítico desde los orígenes hasta el descubrimiento del Paraguay por los
españoles.
2. derecho indiano desde el descubrimiento hasta la independencia en 1811,
3. derecho nacional desde la independencia hasta nuestros días.
Los materiales a través de los que puede ser estudiado el desarrollo de la evolución
histórica-jurídica, llámense fuentes del conocimiento histórico del derecho.
Ejemplo planteado: Dominio: Derecho real en virtud del cual una cosa se encuentra
sometida a la acción y voluntad de una persona. Uso, goce y disfrute de una cosa.
Nace en el siglo XIX esta disciplina, compara las diferentes costumbres, doctrina y
jurisprudencia de los distintos países.
El derecho comparado tiene por objeto describir el fondo común de los conceptos e
instituciones, mediante la confrontación de sistemas jurídicos relacionados entre
sí. El derecho comparado puede referirse al derecho histórico como al vigente pero
siempre de un momento determinado. La comparación no toma las instituciones
jurídicas en su devenir, sino en cierta posición de lo pasado y presente. Son
denominados comparatistas quienes lo cultivan.
Sus utilidades
SOCIOLOGIA JURIDICA
Tiene por objeto la explicación de los fenómenos jurídicos considerado como hecho
social, estudia los factores que intervienen en la formación y desarrollo del derecho
y los efectos que produce en la vida social un ordenamiento jurídico determinado,
los fenómenos sociales y las normas jurídicas están vinculados por una relación de
interdependencia.
METODO JURIDICO
La palabra método deriva de dos voces griegas que significan camino para llegar a
un fin, el método es el camino que debe seguirse para llegar al conocimiento de la
verdad.
No se ha pensado sin embargo, siempre del mismo modo y, por el contrario, con la
idea de erigir una ciencia jurídica autónoma, a la vez sintética y enciclopédica,
frecuentemente se ha constituido la asignatura sin una clara división de límites.
Conviene reseñar algunas de las principales direcciones del pensamiento.
(a) Se han calificado así, en razón de que para ambas, el derecho se ha originado en
una voluntad (sea divina o humana) y, por tanto, ha tenido una génesis consciente
y provocada.
El Derecho nace como una relación de fuerza entre personas desiguales, sea
material o psíquicamente.
El Derecho nace como reparación a una ofensa física o moral que una persona
inflige a otra.
El Derecho nace de la necesidad de regular las relaciones que surgen entre los
distintos sujetos de Derecho. A medida que las relaciones interpersonales se
vuelven más complejas el Derecho lo va receptando.
El Derecho nace como una reacción del Estado ante la auto-tutela individual
(venganza privada), monopolizando o, más bien, pretendiendo monopolizar el uso
de la violencia como instrumento de coerción y de resolución de conflictos.
TEORIA TEOLOGICA
Que con el libre albedrío toma su camino y decide seguir a Dios y cumplir sus
mandatos o por lo contrario, optar por otro camino y desobedecer sus reglas. Es
importante mencionar que al término de la vida cada uno llegara al tribunal de
justicia en donde Dios expondrá todas las obras, tanto positivas como negativas. Es
así que recoge a sus hijos, reconoce según haya o no infringido su mandato.
Según esta teoría, el origen del derecho estaría en el contrato que concretaron
voluntariamente los hombres, para pasar del estado de naturaleza, al estado de
sociedad.
Algunos autores interpretaron esta teoría como si el contrato hubiera sido una
realidad histórica, pero indudablemente la interpretación correcta de la teoría
pactista -y así lo entendió el mismo Rousseau- consiste no en tomarlo como una
realidad histórica, si no en considerar que la sociedad o más propiamente el
Estado, debía realizarse como si realmente hubiera tenido origen en el contrato.
Como consecuencia surgía la necesidad de respetar ciertos derechos fundamentales
del hombre, que es precisamente la finalidad política que perseguía Rousseau con
su teoría. (José Alberto Garrone. Diccionario Jurídico. Tomo III. Pág. 493)
Lo que importaba, pues, era más la forma simbólica del acto que la verdadera
voluntad de los intervinientes. Hablando en términos religiosos, más el culto que la
creencia. (José Alberto Garrone. Diccionario Jurídico. Tomo III. Pág. 398).
Esta lucha reviste, pues, a veces, un carácter pacífico – como es la lucha diaria en
los tribunales- y otras, un carácter sangriento como en los conflictos armados, pero
al fin y al cabo, es siempre lucha. Y no resulta por cierto difícil comprenderlo, pues
según lo demuestra la historia y la observación de la época en que vivimos, en todos
los pueblos han existido y existen intereses contrapuestos, no solo de hombres
individualmente considerados, sino también de grupos, de clases y hasta de
Estados entre sí.
Fue Rudolf Von Ihering, el primero que rebatió en forma terminante la concepción
historicista y su corolario lógico, el quietismo, con su teoría de la lucha, expuesta en
una pequeña gran obra titulada, precisamente, la lucha por el derecho (1872) sus
ideas en síntesis son las siguientes:
a) Concepto: comienza afirmando la existencia de una paradoja inicial en
derecho, pues le asigna como fin la paz y sostiene que el medio para alcanzarla –
por contradictorio que parezca- se reduce siempre a la lucha. Esta lucha durará
tanto como el mundo por que el derecho habrá de provenirse siempre contra los
ataques de la injusticia. La lucha no es, pues, un elemento extraño al derecho; antes
bien, es una parte integrante de su naturaleza y una condición de su idea. El
derecho lleva, pues, implícita la idea de fuerza, porque ella hará que se cumpla
cuando no se lo obedezca voluntariamente: la fuerza es, pues para, Ihering no solo
un medio para realizar el derecho, sino una parte esencial del mismo.
b) Causas: Ihering nos habla en primer término de los conflictos de intereses-que
ya hemos explicado- pero va más allá y anota agudamente que muchas veces el
motivo de la lucha en una razón ideal: la defensa de la justicia y del sentimiento del
derecho. Prueba de ello son los innumerables procesos en lo que el valor
cuestionado es irrisorio con relación a los esfuerzos y gastos que origina. Un
ejemplo cásico es el caso de Hampden en Inglaterra que, por defender su derecho,
al negarse a pagar un impuesto decretado en tiempo de paz para el de la guerra
(ship money), perdió su fortuna en las costas de sucesivas apelaciones.
Lo mismo pasa cuando un pueblo toma las armas para defender un minúsculo
pedazo de tierra, -quizá sin valor económico alguno- ya que lo hace como reacción
a una ofensa al honor y dignidad del Estado.
Es todo fenómeno de violencia colectiva que tiene por objeto el cambio total o
parcial del régimen político-social vigente.
3) Por su fin, que es el cambio total o parcial del régimen político- social existente
y, por ende, del orden jurídico. Ejs., la Revolución de Mayo, la Revolución
Francesa, etc.
Este aspecto del fenómeno revolucionario, por lo que al régimen jurídico se refiere,
plantea el problema de la revolución como fuente originaria del derecho.
Para precisar algo más de la relación entre el fenómeno revolucionario y el orden
jurídico los autores suelen distinguir dos temas diferentes y estrechamente
vinculados: el llamado derecho a la revolución y el derecho de la revolución. (José
Alberto Garrone. Diccionario Jurídico. Tomo III. Pág. 330)
Ahora bien, esto no quiere decir que producida una revolución quede ipso facto
derogado todo el régimen jurídico anterior y no haya derecho hasta que los
gobernantes de facto lo dicten. No; en realidad lo que se produce es una sustitución
progresiva y más o menos rígida, que suele comenzar con los objetivos principales
de la revolución, para extenderse después a otros aspectos.
La fuente formal principal del derecho revolucionario, son los llamados entre
nosotros decretos leyes que no deben ser confundidas con otras clases de decreto
que dictan los gobernantes. O mejor dicho el Poder Ejecutivo, de los gobierno de
jure. (José Alberto Garrone. Diccionario Jurídico. Tomo I. Pág. 688).
En algunas legislaciones y para algunos tratadista, los Decretos- Leyes, son las
disposiciones normativas fácticas, emanadas del poder ejecutivo en un estado de
anormalidad constitucional; es decir, las disposiciones con fuerza de Ley de los
gobiernos de facto, en uso de facultades reservadas al órgano legislativo, cuando
éste ha sido disuelto, por lo cual éstas disposiciones adquieren rango legal.
Así por ejemplo, es frecuente la utilización de este tipo de formas jurídicas, cuando
se produce un golpe de Estado. (Enrique Mármol Palacios. Introducción a la
Filosofía del Derecho y a los Derechos Humanos. Pág. 121).