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Pueblo Kankuamo

Los indígenas kankuamos habitamos desde tiempos remotos la Sierra Nevada de Santa
Marta, compartimos en este gran territorio, la historia ancestral y nuestra cosmovisión del
mundo con los pueblos indígenas Kogui, Arhuaco y Wiwa. Los cuatro pueblos estamos
comprometidos con guardar el equilibrio natural de la Sierra Nevada y la tradición de nuestros
pueblos, por esto nuestra tradición oral nos dice que “los Kankuamos somos los guardianes
de la Sierra y los otros tres pueblos: Kogui, Arhuaco y Wiwa representan los guardianes de la
tradición”. Según la cosmovisión indígena, la Sierra Nevada es vista como una gran mesa,
donde cada pueblo indí- gena es una pata; si llegase a faltar una se desequilibra la Sierra.
Esta concepción posee una fuerte dimensión espiritual y ancestral, ya que los mamos de los
otros pueblos indígenas de la Sierra Nevada reconocen a los kankuamos como la pata faltante
para el equilibrio de la Sierra: “miren ser kankuamo, eso es la pata que falta, y esa pata
tenemos que restituirla”.

Los kankuamo viven en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en los


corregimientos de Atánquez, Guatapurí, Chemesquemena, Los Haticos, La
Minha y Rio Seco

Los kankuamo viven en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en los
corregimientos de Atánquez, Guatapurí, Chemesquemena, Los Haticos, La Minha y
Rio Seco, en el departamento del Cesar. Su asentamiento se encuentra en límites con
los resguardos de los pueblos kogui, wiwa y arhuaco.

El área geográfica de influencia de los Kankuamo está conformada por doce comunidades:
Atánquez, Chemesquemena, Guatapurí, Las Flores, Pontón, Ramalito, Los Haticos, Rancho de la
Goya, Mojao, La Mina, Rio Seco y Murillo, en la vertiente oriental de la Sierra Nevada de Santa
Marta, entre los ríos Badillo y Guatapurí en el departamento de Cesar.

La población indígena Kankuamo está asentada en su mayoría en el municipio de Valledupar en el


resguardo del mismo nombre, y corresponden al 23.2% del población indígena total a nivel
municipal, y al 1.9% del total de la población del departamento. El resguardo tiene una extensión
de 24.212,2 hectáreas y fue creado mediante resolución del Incora de abril del 2003 .
poblacion

El Censo DANE 2005 reportó 12.242 personas que se reconocen como pertenecientes
al pueblo Kankuamo, de las cuales el 48,62% son hombres (6.182 personas) y el
51,38% mujeres (6.532 personas). La mayoría de ellos se concentra en el departamento
del Cesar, en donde habita el 96,29% de la población. Le sigue La Guajira con el 1,30%
(165 personas) y Bogotá con el 0,87% (111 personas). Estos dos departamentos y la
capital del país concentran el 98,46% poblacional de este pueblo. Los Kankuamo representan
el 0,91% de la población indígena de Colombia. La población Kankuama que habita en zonas
urbanas corresponde al 19,87% (2.526 personas), cifra ligeramente inferior al promedio
nacional de población indígena urbana que es del 21,43% (298.499 personas).

LENGUA
El idioma hablado por los kankuamos hace parte de los cuatro que configuran el grupo de
lenguas de la Sierra, denominado “arhuaco”, en el que también convergen las lenguas de los
wiwa, ika y kogi, todas clasificadas por los investigadores dentro de la familia lingüística
chibcha. A diferencia de las lenguas habladas por los indígenas de la Sierra Nevada, que
agrupa territorialmente a los departamentos de La Guajira, Cesar y Magdalena, en la que la
mayor parte de su población son hablantes de su lengua étnica, el idioma de los kankuamo
está prácticamente extinto, y sus hablantes se
comunican básicamente en españolEn cuanto al estado de la lengua nativa, un 5,46% de
hablantes (7.739 personas) sobre el total poblacional evidencian su alto grado de riesgo de
extinción. Las mujeres representan la mayoría en este indicador con el 51,87% (360 personas)

CULTURA (costumbres, bailes, tejido, etc.)


Los descendientes del pueblo Kankuamo, a pesar de que sufrieron grandes embates a través
de la historia, han hecho un ejercicio colectivo de memoria, tanto en su comunidad como con
sus hermanos serranos. La memoria y la tradición oral han logrado revitalizar prácticas
culturales determinantes de su identidad como pueblo indígena. El acto ritual de pagamento
se ha convertido en un baluarte para la reconstitución de las tradiciones indígenas.
La identificación de lugares sagrados, y la cohesión de la comunidad en torno a ellos, así
como la recolección de ofrendas y la música tradicional de Gaita y Chicote, son unos de sus
principales logros. La celebración de la fiesta del Corpus Christi, reafirma el mito fundador del
pueblo y lo refuerza cada año, se ha convertido en un espacio para el quehacer colectivo
indígena en torno a la invocación de los ancestros y el llamado a la tradición.

ECONOMÍA (agricultura, caza, pesca, artesania, etc.)


Su sistema económico se sustenta en la posesión individual de cultivos y animales para la
cría. Los hombres se encargan durante el día del trabajo en las “rozas“, ubicadas en las
inmediaciones de los asentamientos. En las tierras bajas siembran plátano, banano y algunos
frutales; en las tierras altas cultivan papa y cebolla. Con fines comerciales, crían gallinas y
cerdos. Las mujeres tejen mochilas.

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