Está en la página 1de 1

OLAS DE CALOR EXTREMA

La inestabilidad en Oriente Próximo, las amenazas constantes de Donald Trump a


medio planeta, la ralentización de la economía europea, la incertidumbre en el Reino
Unido tras el Brexit del próximo 31 de enero... El mundo se enfrenta en 2020 a grandes
problemas de difícil solución. Especialmente, porque en los últimos años se ha
incorporado un nuevo actor que mantiene en jaque a la comunidad internacional:
el cambio climático. Por eso, este año la gran mayoría de los retos globales tienen que
ver con el medio ambiente, tal y como se desprende del último Informe de Riesgos
Globales del Foro Económico Mundial que se celebra anualmente en Davos, en el que
se detallan cuáles serán los grandes problemas del mundo en 2020.
Borge Brende, presidente del Foro de Davos, resume los retos de 2020 del siguiente
modo: "El panorama político está polarizado, el nivel del mar está aumentando y
los incendios no paran de arder. Este es el año en que los líderes mundiales deben
trabajar con todos los sectores de la sociedad para reparar y revitalizar nuestros sistemas
de cooperación, no solo para beneficio a corto plazo, sino para abordar nuestros
problemas más profundamente arraigados". Por eso, incide en que los mayores riesgos
a los que se enfrenta el mundo a corto plazo tienen que ver con el cambio climático
y, en concreto, los cinco que más preocupan a los líderes mundiales tienen un
componente ambiental.
Una de los principales amenazas para el planeta, que tiene que ver directamente con el
cambio climático, es el aumento progresivo de las temperaturas en todo el
planeta. El calentamiento global ha provocado que 2019 haya sido el segundo año más
cálido desde que hay registros (1880), confirmando la presente década como la más
calurosa de la historia. Uno de sus efectos más terribles se está viviendo estos días en
Australia, donde los incendios devoran el sudeste del país, provocando muertes en
humanos y un alto riesgo de extinción en varias especies animales, como el koala o el
ornitorrinco.
Evidentemente, la solución al calentamiento global no pasa por una sola acción, sino
que depende de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, tanto por parte de
vehículos -la UE, por ejemplo, ya ha aprobado una normativa para multar a quienes
fabriquen coches excesivamente contaminates- como por parte de grandes
corporaciones. Y esto pasa no solo por medidas legislativas o coercitivas, sino por
un cambio social profundo en nuestro modelo de transporte y movilidad en las
ciudades, en el sistema de dependencia energética del carbón e, incluso, en el
origen o destino de lo que consumimos y sus envoltorios.

También podría gustarte