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Laura Valentina Cubillos Bohórquez

Comunicación Social-periodismo

Globalización de la comunicación

EL MALESTAR EN LA GLOBALIZACIÓN

El texto se centra en un término que puede ser un poco polémico. Desde el fin de
la guerra fría durante la década de los 80, el término de globalización ha sido algo que se
ha empezado a escuchar de manera continua, en especial en aquellos países donde
gracias a este fenómeno, miles de economías han quedado en ruinas. Sin embargo, la
verdadera incógnita es que la globalización no haya tenido el mismo efecto en todos los
países del mundo.

Para Joseph Stiglitz, la anulación de las barreras al libre comercio y la unión de


las economías nacionales al mercado internacional podría ser un gran beneficio en el
marco de la globalización, sobre todo para quienes son considerados como pobres.
Lastimosamente las decisiones importantes son tomadas por entidades el Banco Mundial
o por países potencia como lo es Estados Unidos de América. Estas entidades son las
principales responsables de decisiones que encajan con los intereses o creencias de las
personas que manejan. Se tiene claro que el problema no se solucionara fácilmente sobre
todo porque los intereses de ese grupo no es hacer a los pobres más ricos.

El autor paso más de veinticinco años de su vida escribiendo sobre quiebres,


gobiernos de las corporaciones, apertura y acceso a la información o lo que los
economistas conocen como “transparencia”. El real acceso a la información podría
eventualmente darle solución a un parte de los conflictos, aunque aun así no seria
suficiente.

Durante 1980, China comenzó a dar sus primeros pasos en adoptar una economía
de mercado, aplicaron políticas graduales, progresivas y acertadas, pero siempre
protegiendo su mercado. A lo largo de 20 años quedó comprobado que las políticas
chinas eran admirables. Hoy en día se dejo de creer en la perfección de los mercados, es
decir, mercados sin riesgo, sin desempleo o con problemas solucionables sencillamente.
No obstante, las políticas recetadas por el FMI se basan en la creencia de la perfección
del mercado, no permitiendo las intervenciones de gobierno para que trabaje en pro del
bienestar de todos.

Como los mercados al igual que los estados poseen graves falencias, pero
complementándose pueden crear una nueva administración de los países,
administraciones mas eficientes, sobre todo aquellos países del sur del mundo donde
existen mayores problemas. Ciertamente el mundo esta lejos de solucionar sus
problemas así es como el autor expresa que ninguno de los “altos rangos” de la
organización cuestionaban siquiera estas cosas… El dinero que cobrarían manejaba sus
mentes y su corazón.

Hay que ser conscientes de que vivimos en un mismo mundo y las políticas
implementadas deben atender a todos por igual. Deben ser justas y equitativas y basarse
en la justicia social. Nuevamente hacemos énfasis en la posibilidad de que el acceso de
todos a la información ayude a establecer políticas más justas.

En el primer capítulo del libro de Stiglitz habla sobre las protestas contra las
políticas implementadas por organizaciones e instituciones internacionales las cuales no
son una novedad. Lo nuevo es lo que sucede en el primer mundo, la preocupación de
políticos y la gran duda de la implementación de la globalización en el mundo. Como se
puede entender, la globalización no atendió, ni dio ventajas a aquellos que las
necesitaba. Sin lugar a dudas, muchos viven mejor de lo que vivían, y las exportaciones
se fomentaron, muchos países se enriquecieron. Permitió un mayor acceso a la
información y a la educación. Está claro que este fenómeno deberá ser aceptada por los
países del tercer mundo, aunque se resistan a aceptarla. En respuesta a estos gravísimos
problemas, salieron los prestamistas internacionales para brindar su “ayuda” a cambio de
ciertas “condiciones", o lo que comúnmente se denomina "condicionalidad" la cual es
conocida como la suma de requisitos que un estado u organismo internacional impone de
manera unilateral a un estado financiero de su ayuda como condición para su concesión.

A decir verdad, la globalización en sí misma no es ni buena ni mala. Depende de


quién la dirija y controle. Esta puede provocar graves daños o traer grandes beneficios.
La globalización consiste, básicamente, en la integración más estrecha de los países y
pueblos del mundo, provocada por la reducción de los costos del transporte y la
comunicación, y el desmantelamiento de barreras artificiales a los flujos de bienes,
servicios, tecnología, conocimientos en menor grado, y personas a través de las
fronteras. El proceso de globalización fue impulsado por corporaciones internacionales,
principalmente, en la esfera económica, por tres de ellas: el FMI, la OMC y el BM. El
FMI y el BM fueron fundados en 1944: el primero tenía la responsabilidad de crear la
estabilidad económica mundial e impedir otra crisis como la de 1930 en los Estados
Unidos. El BM se encargaría de la reconstrucción de los países destruidos por las
Grandes Guerras y el colonialismo, y acompañarlos en su camino hacia el desarrollo. La
estabilidad política estaría en manos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La principal evidencia de la fundación de la OMC se remonta hacia 1980, fue


firmado el "Consenso de Washington", en la ciudad homónima, por el FMI, el BM y el
Tesoro de los Estados Unidos. Esto marcó el comienzo de un nuevo enfoque a los
problemas de América Latina, que luego se aplicó a todos los países pobres del
hemisferio sur. Sin embargo, como se especificó anteriormente, en 1981 cambia la
presidencia en el FMI, y las recomendaciones fueron la rápida liberación del mercado.
Así la brecha entre pobres y ricos se ensanchó.

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