Está en la página 1de 16

Guía: Tema 1

1. Aspectos Generales

Los Tributos y su Clasificación

Previo a definir qué se entiende por impuesto en general, es necesario precisar que debe
entenderse por tributo, ya que los impuestos son tipos o clases de tributos.

De modo general, la doctrina y la jurisprudencia han conceptualizado al tributo como una


prestación en dinero de carácter obligatorio, exigida por el Estado en virtud de su poder de
imperio y cuya obligación da lugar a múltiples relaciones jurídicas.

Dentro de este concepto general de “tributo” se han distinguido tres tipos de prestación: los
impuestos, las tasas y las contribuciones.

Así las cosas, el impuesto representa la expresión más importante de la potestad tributaria
del Estado, aquella en la cual más típicamente manifiesta su soberanía en el campo
financiero. La característica del impuesto respecto a los otros tributos se funda en el destino
dado a la rentas, cual es para satisfacer los gastos generales del Estado, sin que el pago de
los mismos derive en una ventaja particular para nadie, esto es, sin que los contribuyentes
reciban a cambio contraprestación especifica alguna o se materialice respecto a ellos una
determina actuación de la entidad pública que les afecte en forma individual.

Las tasa, por el contrario, son retribuciones que el Estado obtiene por la prestación de
determinados servicios, tales como el correo o el aseo urbano y tiene carácter voluntario en
el sentido de que ellas se pagan en virtud de la demanda de un servicio y envuelve siempre
una idea de retribución por el mismo, pues nada se debe pagar si no se hace uso de él. No
obstante lo anterior, nuestra jurisprudencia patria ha venido señalando que la tasa puede
igualmente causarse por servicios potenciales.

Las contribuciones, por su parte, son las prestaciones que cobra el Estado por obras o
servicios realizado en beneficio de la colectividad y de las cuales el contribuyente se
beneficia de modo indirecto. La modalidad más representativa de ese tipo de tributo es la
contribución por mejoras debido a la valorización de la propiedad inmobiliaria a causa de la
realización de determinadas obras públicas. Adicionalmente, existen las llamadas
contribuciones parafiscales, en las cuales el Estado exige una prestación monetaria a los
particulares, destinada a financiar gastos de seguridad social (por ejemplo la contribución al
IVSS) o a actividades educacionales especificas (por ejemplo la contribución al INCES).

Los impuestos, en particular, han sido clasificados de diversas formas, atendiendo, entre
otros criterios, al sujeto o al objeto sobre el cual recae el gravamen o imposición. Se pueden
clasificar como impuestos directos o indirectos, dependiendo de quién soporta finalmente la
carga del mismo. En los impuestos indirectos el gravamen se traslada a otras personas, casi
siempre al consumidor, en tanto que en el impuesto directo el gravamen lo soporta el propio
contribuyente.
Se habla además de impuestos a la renta, al patrimonio o al consumo, dependiendo si éste
grava al producto del capital, al capital mismo o está basado sobre las erogaciones hechas
por los contribuyentes.

En el caso concreto del Impuestos sobre la Renta de Venezuela, estamos en presencia de


impuesto directo (lo soporta el propio contribuyente) y que grava a las ganancias derivadas
del trabajo y producto del capital (renta).

Este tipo de impuesto existen en casi todos los países del mundo. En otros países se le
conoce como Impuesto a la renta, impuesto a las ganancias, impuesto a las sociedades, etc.
En el caso venezolano, el Impuesto sobre la Renta existe desde el año 1943 y era el
principal ingreso tributario del país, hasta que fue desplazado por el establecimiento del
Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Bases Constitucionales y Legales

El Impuesto sobre la Renta en Venezuela encuentra sus fundamentos y principios rectores


en los artículos 133, 316 y 317 de la Constitución Nacional, estableciendo estos artículos lo
siguiente:

Artículo 133: “Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gastos públicos mediante el
pago de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la ley”

Artículo 316: “El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas,
según la capacidad económica del contribuyente, atendiendo al principio de progresividad,
así como la protección de la economía y la elevación del nivel de vida de la población; para
ello se sustentará en un sistema eficiente para la recaudación de los tributos”

Artículo 317: “No podrán cobrarse impuestos, tasas, ni contribuciones que no estén
establecidos en la Ley, ni concederse exenciones o rebajas ni otras formas de incentivos
fiscales, sino en los caso previstos por las leyes”

Estas disposiciones de rango constitucional señalan el deber a cargo de cada ciudadano de


contribuir a soportar los gastos generales del estado, así como también señalan los limites o
principios que deberán regir al Estado en el ejercicio de su poder de imposición, los cuales
establecen que los impuestos deben fijarse en atención a la capacidad contributiva de cada
cual (principio de proporcionalidad); que los mismos deben tener un carácter general
(principio de generalidad); y que ellos deben ser establecidos expresamente por la Ley
(principio de legalidad).

En particular, el Impuesto sobre la Renta está regulado por una Ley específica (Ley de
ISLR), y por varias normas sub-legales (Reglamento General, Reglamento Parcial y
Providencias) que abordaremos en detalle en los temas subsiguientes. Las últimas reformas
del régimen del ISLR fueron realizadas en los años 2014 y 2015, mediante Decretos-Leyes,
en el marco de las denominadas Leyes Habilitantes. La Ley de ISLR vigente fue publicada
en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.210, de fecha  30 de diciembre de 2015.
Sujetos del Impuesto

De acuerdo a las normas contenidas en el Código Orgánica Tributario (COT), la obligación


tributaria surge entre el Estado en las distintas expresiones del Poder Público (sujetos
activos) y los sujetos pasivos, en cuanto  ocurra el presupuesto de hecho previsto en la Ley.

Este presupuesto de hecho, al cual se refiere el Código, es la ocurrencia en la vida real de


hechos o actos de naturaleza económica, bien sea en la forma de una situación o de un
movimiento de riqueza y que tiene efectos tributarios en virtud de la Ley. En esas
situaciones, hechos o actos participan, el Estado, “el ente público acreedor del tributo”, el
cual está facultado legalmente para exigir el pago del tributo (sujeto activo) y los
contribuyentes (sujetos pasivos).

A efectos de nuestro estudio, interesa particularmente la materia referente al sujeto pasivo,


es decir, los contribuyentes, toda vez que son estos sobre quienes recen las más variadas
obligaciones de índole tributaria.

Sujetos Pasivos

Son sujetos pasivos, dentro de los términos del COT, los obligados al cumplimiento de las
prestaciones tributarias, ya en calidad de contribuyentes o en calidad de responsables.

Esta distinción de sujetos pasivos está basada fundamentalmente en el hecho de si el


obligado lo está por una deuda o prestación que le es propia o por una deuda ajena. En el
primer caso se trata de los contribuyentes, esto es, los sujetos pasivos respecto de los cuales
se verifica el hecho imponible de la obligación tributaria. En el segundo caso se trata de
responsables, quienes sin tener el carácter de contribuyente deben cumplir con las
obligaciones atribuidas a los contribuyentes.

Contribuyentes

Con relación a la definición de contribuyentes, el Código establece que la condición de


contribuyente “puede recaer”:

1.       En las personas físicas, prescindiendo de su capacidad según el derecho privado;

2.       En las personas jurídicas y demás entes colectivos a los cuales otras ramas jurídicas
atribuyen calidad de sujeto de derecho;

3.       En las entidades o colectividades que constituyan una unidad económica, dispongan
de patrimonio y tengan autonomía funcional.

Más adelante nos referiremos a los contribuyentes en forma detallada cuando examinemos
las normas de la Ley de ISLR.
Asimismo, el COT señala, por otra parte, como deberes fundamentales de los
contribuyentes “… el pago de los tributos y al cumplimiento de los deberes formales
impuestos por este Código o por normas tributarias”.

Responsables

Son responsables los sujetos pasivos que sin tener el carácter de contribuyentes, deben, por
disposición expresa de la ley, cumplir las obligaciones atribuidas a éstos. En este sentido, el
COT enumera quienes son responsables solidarios por los tributos, multas y accesorios
derivados de los bienes que administren, reciban o dispongan. Esta responsabilidad,
denominada solidaria, implicaría que tanto el contribuyente como el responsable podrían
ser individualmente obligados al pago de la totalidad de la deuda fiscal.

Agentes de Retención y Percepción

El artículo 27 del COT tipifica también como responsables directos, en calidad de agentes
de retención o percepción, las personas designadas por la ley o por la administración, previa
autorización legal, que por sus funciones públicas o por razón de sus actividades privadas,
intervengan en actos u operaciones en los cuales deban efectuar la retención o percepción
del tributo correspondiente.

2. Sujetos Gravados

Contribuyentes del ISLR

La Ley de ISLR establece quienes se consideran contribuyentes en los artículos 7 al 13,


pudiendo los mismos ser clasificados como sigue:

1. Personas naturales

En principio todas las personas naturales están sometidas al ISLR. Luego esto se ve
delimitado en el artículo 77 de la misma Ley, el cual establece que están obligadas a
declarar aquellas personas naturales residentes que hayan obtenido un enriquecimiento neto
superior a un mil unidades tributarias (1.000UT) o ingresos brutos mayores de un mil
quinientas unidades tributarias (1.500UT). Estas son bases de no sujeción. Por lo tanto, las
personas que no alcanzan estos niveles no deben ni siquiera declarar. Los que superan estos
umbrales, deben declarar y les corresponderá pagar impuesto o no, según la cuantía  de su
enriquecimiento.

En el caso de las personas naturales que se dediquen exclusivamente a la realización de


actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras, piscícolas a nivel primario; están obligadas a
declarar cuando obtengan ingresos brutos mayores de dos mil seiscientas veinticinco
unidades tributarias (2.625UT). Se entiende por actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras,
piscícolas a nivel primario, la explotación directa del suelo y la elaboración
complementaria de los productos que obtenga el agricultor o el criador, realizadas en el
propio fundo. No se incluye la elaboración de alcoholes y bebidas alcohólicas ni los
productos derivados de la actividad pesquera.

Cabe destacar que el artículo 77 de la Ley de ISLR especificas que están obligadas a
declarar las personas naturales “residentes”. La Residencia o Domicilio Fiscal está prevista
en el artículo 35 del COT, el cual señala que se consideran residentes aquellas personas
naturales que hayan permanecido en el país por un período continuo o discontinuo, de más
de ciento ochenta y tres (183) días en un año calendario, o en el año inmediatamente
anterior al del ejercicio al cual corresponda determinar el tributo. Igual disposición se
encuentra establecida en el artículo 51 de la Ley de ISLR. De manera tal que aquellos
venezolanos que han emigrado y que estado más de seis (6) meses fuera del país, ya no se
consideran residentes, y por lo tanto no están obligados a declarar en nuestro país.

Por otra parte, el parágrafo primero del artículo 7 de la Ley de ISLR, establece que las
herencias yacentes también están sometidas al régimen impositivo, y su tratamiento fiscal
es similar al de las personas naturales. En la práctica les corresponde declarar y pagar en las
mismas condiciones de las personas naturales (Son contribuyentes asimilados a las
personas naturales). La herencia yacente es la situación en la que se encuentra el patrimonio
de la persona fallecida, desde que se produce la muerte hasta la aceptación y adquisición de
la herencia por parte de los sucesores o herederos.

2. Compañías anónimas y sociedades de responsabilidad limitada

Todas las empresas que tengan como forma jurídica de compañía anónima (C.A. o S.A.) o
de sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L.) están sometidas al régimen impositivo del
ISLR. De acuerdo con lo establecido en el artículo 77 de la Ley de ISLR, este tipo de
empresas deberán presentar su declaración anual de sus enriquecimientos o pérdidas,
cualquiera sea el monto de los mismos. Esto es, no hay una base mínima de no sujeción en
el caso de las empresas.

También reciben este mismo tratamiento fiscal las sociedades en comandita por acciones y
las sociedades civiles e irregulares o de hecho que revistan la forma de compañía anónima,
de sociedad de responsabilidad limitada o de sociedad de comandita por acciones. Todas
estas sociedades se consideran asimiladas a las compañías anónimas.

Cabe destacar que el artículo 13 de la Ley de ISLR, que las empresas propiedad de la
Nación, de los Estados y de los Municipios, también están sujetas a este impuesto,
cualquiera sea la forma jurídica de su constitución, aunque otras disposiciones establezcan
lo contrario. De esta manera, todas las empresas, públicas y privadas, están sometidas al
ISLR.

 
3. Sociedades en nombre colectivo, en comandita simple, comunidades, así como
cualesquiera otras sociedades de personas, incluidas las irregulares o de hecho.

De acuerdo con el artículo 10 de la Ley de ISLR, estos tipos de sociedades o comunidades


no están sujetas al pago de impuesto por sus enriquecimientos netos, en razón de que el
gravamen se cobra en cabeza de los socios o comuneros, pero si están sometidas al régimen
impositivo para la determinación de sus enriquecimientos, así como a las obligaciones de
control y fiscalización. Entonces, las sociedades o comunidades como tales solo declaran
sus enriquecimientos (deben presentar una declaración a título informativo), y son luego los
socios o comuneros, como personas naturales, quienes deben pagar el impuesto según
corresponda.

En esta misma categoría entra la figura de los consorcios. Los consorcios son las
agrupaciones empresariales, constituidas por personas jurídicas que tengan por objeto
realizar una actividad económica específica en forma mancomunada. A ellas son aplicables
las reglas señaladas para las sociedades de personas y a los contratos de cuentas en
participación, tal y como lo señala el artículo 10 de la Ley. El consorcio no se corresponde
con una de las instituciones legales establecidas en el Código de Comercio. No obstante,
desde un punto de vista legal, el consorcio se verifica como una relación contractual, en la
cual los participantes del consorcio tienen claramente definidos sus derechos y obligaciones
a través del contrato consorcial. Este contrato consorcial sería lo que en el caso de una
sociedad mercantil serían sus estatutos. Ahora bien, en relación al tratamiento fiscal de los
consorcios, este resulta similar al aplicable a las sociedades de personas anteriormente
explicado, en virtud de lo establecido en el artículo 10 de la Ley de ISLR. Esto se traduce
en que el consorcio no está por si mismo sujeto al pago del Impuesto sobre la Renta, en
razón de que el gravamen se cobrará en cabeza de los participantes del consorcio. No
obstante, están totalmente sometidos al régimen de determinación de enriquecimientos
aplicable a los contribuyentes en virtud de lo establecido en la Ley de ISLR. Los consorcios
deben presentar una declaración a título informativo, y son luego los consorciados, como
personas jurídicas, quienes deben pagar el impuesto según corresponda.

Es distinto el caso de los llamados Contratos de Cuenta en Participación. Las cuentas en


participación es una modalidad de contrato que se celebra entre dos o más personas
comerciantes (naturales o jurídicos), sin las solemnidades requeridas para la constitución de
las empresas, con la finalidad de obtener ganancias mediante la explotación de un negocio.
En estos casos el asociante y los asociados están sujetos al ISLR, dependiendo del tipo de
contribuyente que se trate, y los mismos deberán computar dentro de sus respectivos
ejercicios anuales la parte que les corresponda en los resultados periódicos de las
operaciones de la cuenta. Además, en los contratos de cuenta en participación, el asociante
tiene la obligación de determinar los ingresos, costos, deducciones y enriquecimientos
netos o pérdidas de la cuenta en participación. Deberá asimismo cerrar los resultados de la
cuenta de acuerdo con su año gravable y demostrar la forma en que se distribuyeron los
enriquecimientos o pérdidas obtenidas. En estos casos no hay una declaración informativa
conjunta.

 
4. Asociaciones, fundaciones, corporaciones y demás entidades jurídicas o económicas.

En este grupo se incluyen las asociaciones cooperativas, las asociaciones civiles con o sin
fines de lucro, las fundaciones con o sin  fines de lucro, las corporaciones (por ejemplo los
colegios profesionales), y cualquier otro tipo de entidad no citada en los otros puntos. Si la
entidad persigue fines de lucro, debe declarar y pagar como una compañía anónima. Si la
entidad no persigue fines de lucro, debe declarar y pagar como una persona natural.

5. Sociedades o corporaciones extranjeras (cualquiera sea la forma que revistan) que tengan
establecimientos permanentes, centros o bases fijas situados en Venezuela. 

El concepto del establecimiento permanente como categorización de contribuyente fue


incluido por primera vez, en el proceso de reforma del régimen de ISLR que tomó lugar en
el año 1999. Internacionalmente existen básicamente tres criterios fundamentales para
calificar la existencia de un establecimiento permanente, siendo estos los siguientes: a) Un
criterio físico, determinado por la existencia de una oficina, una base fija, un local,
explotación de minas o hidrocarburos, explotaciones agrícolas, entre otras; b) Un criterio
personal, determinado por la presencia de trabajadores, actividades profesionales o
artísticas, apoderados; y c) Un criterio legal, determinado la presencia de un agente
autorizado para contratar en nombre o por cuenta del contribuyente. En el caso venezolano,
la Ley de ISLR, en su artículo 7, establece una definición bastante amplia, en la cual se
incluye los tres criterios anteriormente mencionados.

De acuerdo con la Ley se entiende que un sujeto pasivo extranjero realiza operaciones en
Venezuela por medio de establecimiento permanente, cuando directamente o por medio de
apoderado, empleado o representante, posea en el territorio venezolano cualquier local o
lugar fijo de negocios, o cualquier centro de actividad en donde se desarrolle, total o
parcialmente, su actividad o cuando posea en Venezuela una sede de dirección, sucursal,
oficinas, fábricas, talleres, instalaciones, almacenes, tiendas u otros establecimientos; obras
de construcción, instalación o montaje, cuando su duración sea superior a seis meses,
agencias o representaciones autorizadas para contratar en nombre o por cuenta del sujeto
pasivo, o cuando realicen en el país actividades referentes a minas o hidrocarburos,
explotaciones agrarias, agrícolas, forestales, pecuarias o cualquier otro lugar de extracción
de recursos naturales o realice actividades profesionales, artísticas o posea otros lugares de
trabajo donde realice toda o parte de su actividad, bien sea por sí o por medio de sus
empleados, apoderados, representantes o de otro personal contratado para ese fin. También
se considera establecimiento permanente a las instalaciones explotadas con carácter de
permanencia por un empresario o profesional, a los centros de compras de bienes o de
adquisición de servicios y a los bienes inmuebles explotados en arrendamiento o por
cualquier título. Tendrán el tratamiento de establecimiento permanente las bases fijas en el
país de personas naturales residentes en el extranjero, a través de las cuales se presten
servicios personales independientes. Constituye base fija cualquier lugar en el que se
presten servicios personales independientes de carácter científico, literario, artístico,
educativo o pedagógico, entre otros, y las profesiones independientes.
 

Adicionalmente, se incluyen como sometidos al régimen impositivo, los titulares de


enriquecimientos provenientes de actividades de hidrocarburos y actividades conexas, tales
como la refinación y el transporte, sus regalistas y quienes obtengan enriquecimientos
derivados de la exportación de minerales, de hidrocarburos o de sus derivados. Esto incluye
cualquier tipo de personas, natural o jurídica, nacional o extranjera, con fines lucrativos o
no, de derecho o de hecho. En este caso lo importante no es el tipo de contribuyente sino la
actividad que ejecuta y el origen del enriquecimiento. Esta mención aparte se hace por
cuanto estas actividades están sujetas a una tarifa impositiva especial, de acuerdo con lo
establecido en los artículos 11 y 12 de la Ley.

Exenciones y Exoneraciones

La exención es la dispensa total o parcial del cumplimiento de la obligación tributaria,


otorgada por la Ley. Por su parte, la exoneración es la dispensa total o parcial de la
obligación tributaria, concedida por el poder Ejecutivo en los casos autorizados por la Ley.

Personas y Rentas Exentas o Exoneradas

En materia de exenciones del Impuesto sobre la Renta, el artículo 14 de la Ley establece


expresamente las personas y rentas que califican como exentas.

A este respecto, es importante puntualizar que la dispensa en el pago del Impuesto sobre la
Renta opera exceptuando el pago parcial o total del impuesto que se generaría de la
obtención de renta neta, la cual, como veremos más adelante, se determina restando de los
ingresos brutos fiscales los costos y deducciones permitidas por la Ley.

Por eso, en definitiva, cuando se habla de exenciones se habla indefectiblemente de rentas


netas exentas del Impuesto sobre la Renta. Seguidamente mencionaremos las personas y
rentas netas que se consideran exentas.

El artículo 14 contiene un total de trece (13) numerales de casos de personas o rentas


exentas. Los casos  de personas totalmente exentas se incluyen en dos numerales,
específicamente en los numerales 1 y 3.

1. Las entidades venezolanas de carácter público, el Banco Central de Venezuela (BCV), el


Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), así como los demás
Institutos Autónomos que determinen las leyes.

3. Las instituciones beneficias y de asistencia social, siempre que sus enriquecimientos se


hayan obtenido como medio para lograr los fines antes señalados; que en ningún caso,
distribuyan ganancias, beneficios de cualquier naturaleza o parte alguna de su patrimonio a
sus fundadores, asociados o miembros y que no realicen pagos a título de reparto de
utilidades o de su patrimonio. Estas instituciones deben justificar ante el SENIAT que
reúnen las condiciones para el disfrute de la exención. La exención se materializa cuando se
les otorga la calificación y registro correspondiente.

Los restantes once numerales del artículo 14, establecen los casos de rentas exentas, a pesar
de que se mencionan personas o entidades, lo que se declara exentos son los
enriquecimientos. Estos casos de rentas exentas son los siguientes:

2. Las remuneraciones que reciben de sus gobiernos, los agentes y demás funcionarios
diplomáticos extranjeros acreditados en Venezuela. También están exentas las
remuneraciones que reciban de su gobiernos, los agentes consulares y otros agentes o
funcionarios de gobiernos extranjeros que residan en nuestro país, autorizados por el
gobierno nacional, siempre que exista reciprocidad de exención con el respectivo país a
favor de los agentes o funcionarios venezolanos. También están exentas las rentas que
obtengan los Organismos Internacionales y sus funcionarios, de acuerdo con lo previsto en
los convenios internacionales suscritos por Venezuela.

4. Las indemnizaciones que reciban los trabajadores o sus beneficiarios, con ocasión del
trabajo cuando les sean pagadas conforme a la Ley o a contratos laborales. También están
exentos los intereses y el producto de los fideicomisos constituidos conforme a la
legislación laboral; y los productos de los fondos de retiro y de pensiones.

5. Las indemnizaciones que reciban en razón de contratos de seguro, los asegurados y sus
beneficiarios, pero deben incluirse en los ingresos brutos aquellas que compensen perdidas
que hayan sido incluidas en los costos y deducciones.

6. Las pensiones que reciban, por concepto de retiro, jubilación o invalidez, los
pensionados o jubilados, aún en el caso de que tales pensiones se traspasen a sus herederos.

7. Las donaciones, herencias y legados que reciban los donatarios, herederos y legatarios.

8. Los aportes que hagan las empresas u otras entidades a favor de sus trabajadores,
afiliados a las cajas y cooperativas de ahorro, a los fondos o planes de retiro, jubilación o
invalidez. También están exentos los frutos o proventos derivados de tales fondos.

9. Los enriquecimientos de las personas naturales provenientes de los interese generados


por depósitos a plazo fijo, cedulas hipotecarias, certificados de ahorro y cualquier otro
instrumento de ahorro previsto en la legislación bancaria. También están exentos los
enriquecimientos que obtengan las personas naturales por inversiones efectuadas en fondos
mutuales o de inversión de oferta pública.

10. Los enriquecimientos que obtengan las instituciones de ahorro y de previsión social, los
fondos de ahorro, de pensiones y de retiro, que obtengan en el desempeño de las
actividades que le son propias.

11. Los enriquecimiento extraordinarios provenientes del valor comercial que les sea
reconocido, a las empresas estatales nacionales que se dediquen a la explotación de
hidrocarburos y actividades conexas, por sus asociados a los activos representados por
estudios previos, informaciones, conocimientos e instructivos técnicos, formulas, datos
grabaciones, películas, especificaciones y otros bienes de similar naturaleza relacionados
con los proyectos objeto de asociación.

12. Los enriquecimientos provenientes de los bonos de la deuda pública nacional y


cualquier otra modalidad de título valor emitido por la República.

13. Los montos que reciban los estudiantes becados para cubrir sus gastos de manutención,
de estudios o de formación.

3. Actividades Gravadas

El artículo 1 de la Ley de Impuesto sobre la Renta establece que los enriquecimientos


anuales, netos y disponibles, obtenidos en dinero o en especie, causarán impuesto según las
normas establecidas en la Ley. Ya en esta disposición se evidencia que el ISLR no grava
actividades en particular, sino la generación de rentas. De allí su denominación Impuesto
sobre la Renta.

De esta misma norma se desprenden dos de los principios fundamentales consagrados en la


vigente Ley de ISLR: 1. El de la “renta neta” y 2. El de la “renta disponible”. Cuando se
verifica el cumplimiento de estos dos requisitos, la renta obtenida se convierte en una renta
susceptible de ser gravada; cuando falta uno de esto la renta no sería gravable desde el
punto de vista del ISLR.

Así mismo, otro principio relevante, incluido en el mencionado artículo 1, lo representa el


“Principio de Territorialidad de la Renta”, el cual ampliado en la reforma del régimen del
ISLR realizada en el año 1999, incluyéndose como eventos gravables tanto los de fuente
territorial como los de fuente extraterritorial.

Con relación a este último aspecto, al Ley de ISLR establece que, “salvo disposición en
contrario de la misma Ley, toda persona natural o jurídica residente o domiciliada en
Venezuela, pagará impuesto sobre sus rentas de cualquier origen, sea que la causa, o la
fuente de ingresos esté situada dentro del país o fuera de él” (Régimen de Renta Mundial).

El alcance de esta norma tiene su base legal en el COT, el cual establece, en su artículo 11,
que  “las leyes tributarias nacionales podrán gravar hechos ocurridos total o parcialmente
fuera del territorio nacional, cuando el contribuyente tenga nacionalidad venezolana, esté
residenciado o domiciliado en Venezuela o posea establecimiento permanente o base fija en
el país.

Además de estos tres principios, l Ley de ISLR señala otros relativos a la anualidad de la
renta ya la autonomía entre los ejercicios fiscales, este último, no expresamente definido en
la Ley, pero que puede ser deducido del contenido de diversas disposiciones incluidas en
esta.
Enriquecimiento Neto

En referencia a este concepto, es necesario iniciar el análisis citando el contenido del


artículo 4 de la Ley de ISLR, el cual señala que son enriquecimientos netos los incrementos
de patrimonio que resulten de restar de los ingresos brutos, los costos y deducciones
permitidas por esta Ley, sin perjuicio, respecto del enriquecimiento neto de fuente
territorial, del ajuste por inflación previsto en la Ley. A los fines de la determinación del
enriquecimiento neto de fuente extranjera se aplicarán las normas de la Ley, determinantes
de los ingresos, costos y deducciones de los enriquecimientos de fuente territorial. La
determinación de la base imponible para el cálculo del impuesto será el resultado de sumar
el enriquecimiento neto de fuente territorial al enriquecimiento neto de fuente
extraterritorial. No se admite la imputación de pérdidas de fuente territorial al
enriquecimiento o pérdida de fuente territorial.

De esta definición puede inferirse que el enriquecimiento neto o renta neta a los efectos del
ISLR puede no ser igual a la renta neta entendida con el criterio subjetivo de los
particulares (por ejemplo: la ganancia contable), ya que la renta neta a los efectos de este
impuesto es una figura de derecho fiscal, la cual debe ser delimitada a través de las normas
consagradas en la propia ley.

Guía : Tema 2
1. Los ingresos en el ISLR

Para la determinación de los enriquecimientos sujetos al Impuesto sobre la Renta, se deben


aplicar las normas establecidas en la Ley respectiva, que determinan los ingresos, costos y
deducciones. De esta manera, lo ingresos, costos y deducciones fiscales no necesariamente
serán los mismos determinados en la contabilidad.

En este Tema estudiaremos el primero de esos elementos: Los Ingresos.

Los ingresos brutos pueden definirse como los beneficios económicos que obtiene una
persona natural o jurídica por cualquier actividad que realice, de índole empresarial o no,
sin tomar en consideración los costos o deducciones en que haya incurrido para obtener
dicho ingresos.

Dado que para la determinación de los ingresos debemos aplicar las normas establecidas en
la Ley de ISLR, entonces los ingresos tributarios pueden ser diferentes a los ingresos
contables. Los ingresos tributarios pueden ser mayores, iguales o menores que los ingresos
contables.

Los ingresos brutos, a los fines meramente didácticos, los podemos clasificar en los
siguientes tipos:
1.     Ingresos brutos de las sociedades anónimas y de otros contribuyentes asimilados a
éstas

2.     Ingresos brutos de las personas naturales y otros contribuyentes asimilados a éstas.

3.     Ingresos brutos de las compañías de seguros.

4.     Ingresos brutos en las construcciones de obras

5.     Ingresos brutos de las ventas de inmuebles de crédito

Seguidamente estudiaremos en detalle cada caso.

2. Los ingresos brutos de las sociedades anónimas y de otros contribuyentes


asimilados a éstas

Están constituidos por los montos de las ventas de bienes y servicios en general, de los
arrendamientos y por cualquier otro concepto que obtenga en forma regular o accidental,
incluyendo regalías o participaciones análogas, de acuerdo con lo establecido en el artículo
16 de la Ley.

En aplicación del concepto de renta mundial, se deben incluir todos los ingresos de fuente
territorial (nacionales) y de fuente extraterritorial (extranjero), según lo previsto en los
artículos 1 y 4 de la Ley.

Adicionalmente, para la determinación de los ingresos debemos considerar el criterio de


disponibilidad establecido en el artículo 5 de la Ley de ISLR.

En general, los ingresos se consideran disponibles desde que se realicen las operaciones que
los producen. Entonces, en el caso de las ventas de bienes y servicios en general, se
consideran ingresos desde que se producen, independientemente si se hayan cobrado o no.

Las excepciones a la regla de disponibilidad del ingreso, son las siguientes:

-       Las cesiones de créditos y las operaciones de descuento, cuyo producto sea


recuperable en varias anualidades, casos en los cuales se considera disponible para el
cesionario el beneficio que proporcionalmente le corresponda.

-       Los ingresos provenientes de créditos concedidos, los cuales se consideran disponibles


en base a lo devengado en el ejercicio gravable.

-       Los ingresos derivados del arrendamiento o subarrendamiento de bienes muebles e


inmuebles, los cuales se consideran disponibles en base a lo devengado en el ejercicio
gravable.
-       Los ingresos provenientes del trabajo bajo relación de dependencia y las ganancias
fortuitas, los cuales se consideran disponibles en el momento en que son cobrados por el
beneficiario.

De esta manera, desde el punto de vista del Impuesto sobre la Renta, podemos realizar la
siguiente clasificación de los ingresos en función de su disponibilidad:

Realizados: Son disponibles cuando se realice la operación, sin importar si han sido
cobrados o no. Incluye la venta de bienes muebles e inmuebles, servicios mercantiles,
honorarios profesionales, regalías.

Cobrados: Son disponibles cuando son cobrados. Incluye sueldos y salarios y ganancias
fortuitas.

Devengados: Son disponibles en función de lo devengado en el ejercicio gravables, sin


importar si han sido cobrados o no. Incluye arrendamiento de bienes muebles o inmuebles y
créditos concedidos por bancos, seguros o cualquier persona jurídica.

Proporcionados: Son disponibles en la proporción que corresponda. Incluye las cesiones de


crédito y las operaciones de descuento.

3. Los ingresos brutos de las personas naturales y demás contribuyentes


asimilados a éstas

Con respecto a las personas naturales debemos hacer la distinción entre No Asalariados y
Asalariados.

En el caso de las Personas Naturales No Asalariadas (y contribuyentes asimilados), que


realicen actividades empresariales o ejercen independientemente su profesión, sus ingresos
brutos estarán constituidos por los montos de las ventas de bienes y servicios en general, de
los arrendamientos y por cualquier otro concepto que obtenga en forma regular o
accidental, incluyendo regalías o participaciones análogas, de acuerdo con lo establecido en
el artículo 16 de la Ley.

Aplica igualmente la Renta Mundial, por lo cual se deben incluir todos los ingresos de
fuente territorial (nacionales) y de fuente extraterritorial (extranjero), según lo previsto en
los artículos 1 y 4 de la Ley. Igualmente debemos considerar el criterio de disponibilidad de
los ingresos en función de lo realizado, cobrado, devengado o proporcionado, según lo
explicado previamente. De esta manera, las características de los ingresos de las personas
naturales no asalariadas y de los contribuyentes asimilados, son similares a las de las
sociedades anónimas en cuanto a la inclusión, origen y disponibilidad.
En el caso de las Personas Naturales Asalariadas, se considera ingresos toda
contraprestación o utilidad, regular o accidental, derivada de la prestación de servicios bajo
relación de dependencia, independientemente de su carácter salarial, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 31 de la Ley de ISLR. Este es un artículo en extremo polémico y
que ha sido objeto de recursos ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

El criterio del SENIAT ha sido que los trabajadores deben declarar como ingreso el total
reflejado en el comprobante de remuneraciones y retenciones (ARC) emitido por su
patrono, incluyendo bonos, vacaciones, utilidades y otros conceptos. En cambio, la
interpretación del TSJ, en el contexto del de la legislación laboral, es que los trabajadores
deben declarar en base a su salario normal, es decir lo que se devenga regularmente en
forma mensual. Parte de la polémica se deriva de la interpretación de la regularidad. Para el
TSJ la regularidad debe ser mensual, en tanto que para el SENIAT la regularidad se debe
considerar anualmente. Por ello, para la administración tributaria, las vacaciones y
utilidades deben incluirse como ingresos porque se reciben “regularmente” en forma anual.
En todo caso, se advierte a los participantes que está es una tema que sigue abierto, y que
debe considerarse los diferentes escenarios a la hora de asesorar a clientes. El SENIAT
sigue firme en su criterio y continúa realizando reparos en tales casos.

Un punto importante con respecto a los sueldos y salarios, es que estos se consideran
directamente como enriquecimientos netos, es decir son ingresos que no admiten ni
deducciones ni costos. Y con respecto a la disponibilidad, los sueldos y salarios se
consideran disponibilidad desde el momento en el que son cobrados (cuando se le depositen
a los trabajadores). Es decir que si alguna persona, por alguna razón, no se paga a tiempo la
última quincena de diciembre del año, depositándosela tardíamente en enero, entonces ese
monto no se consideraría gravable para el año terminado, sino que se debería declarar en el
siguiente.

Con respecto a las Personas Naturales Asalariadas, hay que hacer varias aclaratorias con
respecto a los conceptos que reciben de sus patronos:

- Los ingresos obtenidos a título de gastos de representación por Gerentes, Directores,


Administradores o cualquier otro empleado que por la naturaleza de sus funciones deba
realizar gastos en representación de la empresa, no deben incluirse en los ingresos, siempre
y cuando dichos pagos estén individualmente soportados por los comprobantes respectivos
y sean calificables como normales y necesarios para las actividades de la empresa
pagadora.

- Los viáticos obtenidos como consecuencia de la prestación de servicios personales bajo


relación de dependencia, tampoco se deben incluir en los ingresos, siempre y cuando el
gasto esté individualmente soportado con el comprobante respectivo y sea normal y
necesario.
4. Casos Especiales

Venta de Vivienda Principal

Los ingresos obtenidos por la venta de una vivienda por parte de una persona natural, no se
incluyen en sus ingresos brutos cuando ese inmueble haya sido inscrito como su vivienda
principal en el registro que lleva el SENIAT; y que la persona haya invertido, dentro de un
plazo no mayor de dos años, contados a partir de la venta o dentro del año precedente a
ésta, la totalidad o parte del producto de la venta en otro inmueble que sustituya el bien
vendido como vivienda principal y haya efectuado la inscripción de este nuevo inmueble.

Entonces, las personas que vendan su casa o apartamento, no deben considerar los recursos
que obtengan de la venta como ingreso, cuando tengan registrado el inmueble como
vivienda principal y ya hayan comprado o vayan a comprar otro inmueble para usarlo como
tal. El plazo que se otorga para comprar la vivienda sustitutiva es desde un año antes y
hasta dos años después de la venta de la vivienda sustituida.

En estos casos, la persona debe notificar al SENIAT que está vendiendo su vivienda
principal con la intención de sustituirla por otra. En los casos que, por alguna circunstancia,
no se haya registrado como vivienda principal, se deberá probar al SENIAT, que durante
los cuatro (4) años anteriores, el inmueble vendido fue utilizado como tal.

Es importante destacar, que en caso de que el monto de la nueva vivienda principal


comprada sea inferior al producto de la venta de la anterior vivienda principal, solo dejará
de incluirse dentro de los ingresos brutos una cantidad igual al monto de la inversión en la
nueva vivienda principal. Por ejemplo, si teníamos una casa que vendimos en 100 millones
y luego compramos un apartamento en 80 millones, entonces debemos declarar como
ingreso la diferencia que no invertimos, en este caso 20 millones (100- 80 = 20). No
obstante, en tales casos se permite rebajar las deducciones y costos que correspondan en
función de los ingresos declarados.

Por último, están exentos de la obligación de adquirir nueva vivienda para gozar del
beneficio de este artículo los personas mayores de sesenta (60) años que vendan su la
vivienda principal. Estas personas pueden vender su inmueble sin incluir en sus ingresos el
producto de la venta, independientemente si compra una nueva o no.

Ingresos brutos de las compañías de seguros

Los ingresos brutos de las empresas de seguros están constituidos por el monto de las
primas, por las indemnizaciones y comisiones recibidas de los reaseguradores y por los
cánones de arrendamiento, intereses y demás proventos producidos por los bienes en que se
hayan invertido el capital y las reservas, d3e acuerdo con lo establecido en el artículo 18 de
la Ley.
 

Ingresos brutos en las construcciones de obras

Comprende tres casos, según el artículo 19 de la Ley.

1.     Cuando la obra dura menos de un año y se construye totalmente dentro de un mismo


ejercicio, el ingreso lo constituirá el valor total de la obra construida.

2.     Cuando la obra dura menos de un  año pero se inicia en un ejercicio y termina en otro,
el ingreso se puede declarar en su totalidad en el ejercicio en el cual se termina la obra, o
bien declarar en cada período el valor de la parte de la obra construida.

3.     Cuando se construyen obras que hayan de realizarse en un periodo mayor de  un año,
el ingreso bruto lo formará el valor de la parte construida en cada ejercicio.

Entonces, cuando la obra dura más de un año se debe distribuir los ingresos entre los
diferentes ejercicios en proporción a lo que se construya en cada uno. La relación existente
entre el costo aplicable al ejercicio gravable y el costo total de tales obras determinará la
proporción de lo construido en el ejercicio gravable. En cambio, si la obra dura menos de
un año, pero transcurre en parte de dos (2) ejercicios gravables, se tiene la opción de
declarar la totalidad de los ingresos en el ejercicio en que terminen las construcciones o
hacer la distribución proporcional por ejercicio.

Ingresos brutos en las ventas de inmuebles a crédito

En los casos de ventas de inmuebles a crédito, los ingresos brutos estarán constituidos por
el monto de la cantidad percibida en el ejercicio gravable por tales conceptos, de acuerdo
con el parágrafo tercero del artículo 16 de la Ley de ISLR. Estos casos no son comunes hoy
en día, y aplicaría en las situaciones en las cuales un propietario (constructora, inmobiliaria,
etc.) concede directamente un crédito al comprador, permitiéndole pagar en un plazo mayor
a un año, por el bien inmueble vendido. En estos casos los ingresos disponibles sería lo
efectivamente recibida. Distintos son los casos de hipotecas y préstamos bancarios, donde
intervienen instituciones financieras, las cuales son operaciones de crédito.

También podría gustarte