El nombre constituye un componente de la identidad que se manifiesta en una
situación jurídica que tutela la denominación de una persona, a la cual le es importante el distinguir su individualidad en relación a los demás. Los antecedentes del nombre como institución jurídica se hallan en el Código Civil derogado, aunque en este no se encontraba regula de manera sistema y sobre todo no gozaba de autonomía. Prueba de ello, es que en el código civil anterior las disposiciones referentes al nombre de los hijos matrimoniales, extramatrimoniales, adoptados o con progenitores desconocidos, etc.; se encontraban dispersas y con algunas variantes. “El nombre es la designación con el cual se individualiza al sujeto de derecho, sea persona natural o persona jurídica u organización de personas no inscritas”. [ CITATION Jua19 \l 3082 ]. Cuando se dice persona natural se está haciendo referencia al nombre propiamente dicho. Por ello, el artículo 19 del Código Civil menciona que, “Toda persona tiene el derecho y deber de llevar un nombre. Este incluye los apellidos”
2.1. Derecho o Deber
Según el Artículo 19 del Código Civil Peruano: “Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre. Este incluye los apellidos.” Como derecho, hace referencia a que toda persona tiene derecho de llevar un nombre, para así poder ser identificada en la sociedad. Mientras que por deber se entiende que Estableciéndose así que el nombre constituye un derecho y un deber de toda persona. Por su parte, la doctrina desde la concepción moderna refiere que una persona titular de un derecho subjetivo, en este caso el nombre, obtendrá de forma implícita un deber, el cual derivará del ejercicio de su facultad. Sin embargo, ambos no se pueden presentar de manera simultánea, ya que actúan bajo diferentes circunstancias. Ejemplo de ello es cuando una persona posee el derecho de tener un nombre, éste también tendrá el deber de utilizarlo; ambos serán utilizados en determinadas circunstancias, es decir no puede ejercer su derecho, y no ejercerla según sus conveniencias. Tal y como lo menciona Escobar [CITATION Fre98 \l 3082 ] “… pues es imposible que, sobre un único objeto, se tenga al mismo tiempo facultas y la necesitas de actuar”. No obstante, nuestro Código Civil, se adhiere a la corriente la cual acepta que el nombre es tanto derecho como deber, es decir, se dan de manera simultánea. Sin embargo, como ya se observó, no se podría dar ello, ya que no debe haber al mismo tiempo una situación jurídica activa de ventaja y desventaja, además que no debería confundirse los limites del derecho subjetivo con los deberes. Entonces, el nombre no tendría que entenderse como un derecho y un deber al mismo tiempo, pues todo derecho subjetivo nace siempre de un deber correlativo. 2.2. Inscripción del nombre Lo que nuestro ordenamiento establece es que una vez que ocurre el nacimiento, se debe inscribir en la Oficina de Registros Civiles, transcribiéndose de forma literal el nombre del sujeto de derecho, para lo cual será necesario acudir a la partida de nacimiento y así se pueda corroborar el nombre. Este hecho es un requisito indispensable para que el Estado reconozca a la persona como ciudadano peruano; a partir de la inscripción de nacimiento la persona adquiere existencia y legal y por tanto la posibilidad de ser protegido por el Estado y de ejercer sus otros derechos. La inscripción de nacimiento es el acto administrativo-registral que se realiza ante la Oficina de Registro de Estado Civil, a través del cual el Estado reconoce legalmente la existencia de una persona y le otorga un acta de nacimiento, comúnmente conocida como partida de nacimiento. La inscripción del nacimiento no sólo hace posible el reconocimiento legal de la existencia de una persona; sino que además, indica que esta persona pertenece a una familia, a una comunidad y a una nación. La inscripción del nacimiento puede darse de manera oportuna o de forma extemporánea, para este último caso se debe contemplar si la persona es mayor de edad o no, ya que los requisitos y procedimientos se diferencian. La importancia en el trabajo de promoción del derecho al nombre, radica en el énfasis que debemos tener para educar a la población a fin que puedan inscribir oportunamente a sus hijos e hijas
- Nombre del hijo matrimonial
Art. 20º del Código Civil Peruano: “Al hijo le corresponde el primer apellido del padre y el primero de la madre”. El hijo matrimonial solo debe llevar dos apellidos, el primero de ambos padres. Sin embargo, hay una excepción cuando el apellido de uno de los padres es compuesto. El orden en el que deben ser ubicados, de acuerdo a una interpretación teleológica, primero debe ir el apellido paterno y luego el materno. El proceso de inscripción del nombre de los hijos matrimoniales actualmente se encuentra regulado por el artículo 35º del Reglamento de Inscripciones del Registro Nacional de Identificación de Estado Civil, que señala: “la inscripción del nacimiento hecha por uno o ambos padres, con la presentación del certificado del matrimonio de estos, prueba la filiación del inscrito. Queda a salvo el derecho de impugnación establecida en el código civil”.
- Nombre del adoptado
El adoptado debe llevar los apellidos del adoptante o adoptantes. El adoptado es por lo general un expósito o un menor abandonado moral y materialmente que se incorpora su nueva familia, que lo acoge como si fuera de él” [ CITATION Dur96 \l 3082 ]. La adopción se da de distintas formas, entre ellas tenemos al caso de adopción por un solo individuo soltero, ya sea varón o mujer. Como segundo caso se encuentra la adopción por adoptantes cónyuges, en el cual al adoptado se le confiere el primer apellido de ambos padres, y al mismo tiempo adquiere carácter de hijo matrimonial. Como tercer caso está la adopción por una mujer o varón viudos: en el primer caso el adoptado obtendrá los apellidos de la mujer que tenía en su estado soltero. Para el segundo, el adoptado tendrá los apellidos del adoptante. En cualquiera de los casos presentados, el prenombre de la persona adoptada solo podrá modificarse en la adopción, si luego se quiere modificar será mediante una resolución judicial. Además, cuando ya se ha inscrito en el Registro Civil, ya no se puede cambiar el nombre. Bibliografía Durand Carrión, J. (1996). Elementos del Derecho Civil Peruano. Lima, Perú: Editorial Ediciones Jurídicas.
Escobar Rozas, F. (1998). El derecho subjetivo. Consideraciones en torno a su esencia y
estructura. Lima: Ius et Veritas.
Espinoza, J. E. (2019). Derecho de Personas. Lima, Perú: Instituto Pacífico.