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APOYO PSICOLÓGICO EN EL SUFRIMIENTO CAUSADO

POR LAS PÉRDIDAS: EL DUELO

M.P. BARRETO MARTÍN* Y M.C. SOLER SÁIZ**


*Profesora Titular de Psicología Clínica. Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos.
Facultad de Psicología. Universidad de Valencia. Valencia (España).
**Psicóloga Clínica. Hospitales «Dr. Moliner» y «Arnau de Vilanova». Valencia (España).

Introducción Desde una perspectiva clarificadora, Soler


y Jordá1 definen el duelo como los pensa-
Este trabajo trata del sufrimiento que se mientos, sentimientos (incluyendo los sínto-
produce tras la muerte de un ser querido, es mas físicos y emocionales) y acciones conse-
decir, de la reacción psicológica ante una cuentes a la anticipación o pérdida de una
pérdida importante en la vida. El proceso persona o cosa amada. Se incorpora así el
psicológico implicado se denomina «duelo» y duelo anticipado y aquel que se produce por
se refiere al dolor emocional que se experi- pérdidas diferentes a las de personas queri-
menta tras haber perdido a alguien o algo das.
significativo en nuestras vidas. Se utilizan Abundando en los esfuerzos definitorios,
los términos de «pena» (grief) o «aflicción» el manual diagnóstico de los trastornos men-
para describir la emoción más característica. tales DSM-IV-TR lo define como la reacción
ante la muerte de una persona querida2 y lo
sitúa en el conjunto de problemas adiciona-
les que pueden ser objeto de atención clínica.
*M. P. Barreto es Doctora en Psicología por la Univesitat de El duelo es un proceso «normal», con una
València. Directora del máster universitario de Intervención
en Psicología Clínica y de la Salud. Ha realizado trabajos de limitación en el tiempo y con una evolución
investigación en el campo de la Psicología de la Salud, funda- previsiblemente favorable. No se trata pues
mentalmente Psico-Oncología, VIH-SIDA, Cuidados al final de de una alteración patológica sino que, por el
la vida, Geriatría y Duelo y publicaciones sobre los mismos
temas.
contrario, su elaboración puede significar un
**M. C. Soler es Doctora en Psicología por la Universitat de mayor grado de madurez y crecimiento per-
València. Su labor investigadora y asistencial se ha centrado sonal. Del mismo modo, se sabe que las pér-
en pacientes crónicos, oncológicos, con VIH- SIDA, geriátricos
didas implican gran sufrimiento para la ma-
y en los cuidados al final de la vida. Sus publicaciones son
sobre estos mismos temas. Es tutor colaborador en formación yoría de las personas y que en una minoría
universitaria sobre Psicología Clínica y de la Salud. de ellas pueden producirse además complica-

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ciones en el proceso y aparecer trastornos concurrentes (cambio de domicilio, presen-


psíquicos. Estudios recientes encuentran que cia de discapacitados en la familia y proble-
un tercio de las consultas en atención prima- mas financieros, entre otros), recursos ma-
ria tienen orígenes psicológicos y que una teriales escasos y las muertes estigmatiza-
cuarta parte de ellas se identifican como el das.
resultado de algún tipo de pérdida3. Los factores personales tienen que ver
No existe un punto final delimitado del fundamentalmente con variables individua-
duelo, pero se puede deducir que ha conclui- les del superviviente que influyen en el pro-
do cuando el dolor intenso da paso al recuer- ceso de recuperación de una pérdida. Las
do afectuoso y tranquilo del pasado. La du- más apoyadas por la investigación son la ju-
ración del proceso suele ser de uno a dos ventud del fallecido, la edad del doliente (en
años pero dependerá, igual que su intensi- general los más jóvenes presentan mayor
dad, de la importancia del fallecido, de facto- malestar físico y, en el contexto conyugal, se
res socioculturales y de determinadas cir- ha encontrado que las personas más jóvenes
cunstancias predictoras de mayor dificultad inicialmente presentan una intensidad de
o facilidad en la resolución del mismo. pena mayor pero a los dos años experimen-
tan una mejoría significativa, mientras que
las viudas ancianas muestran menos pena al
Factores predictores de riesgo comienzo pero dos años después su salud es
de complicación más frágil), el género del doliente (aunque
no existe acuerdo, Sanders4 considera que
Los factores predictores de riesgo de com- tras la pérdida de la pareja los hombres su-
plicación del duelo son aquellos aspectos que fren consecuencias sobre la salud más gra-
aumentan la probabilidad de que el proceso ves que las mujeres, aunque todavía no se
no se desarrolle adecuadamente y, para des- han hallado razones concluyentes respecto a
cribirlos, habitualmente se diferencia entre las causas de esta diferencia), la personali-
situacionales, personales e interpersonales. dad (tales como ajuste pobre, dificultad para
Los factores situacionales apelan a as- expresar sus emociones, falta de habilidad
pectos de la situación que afectan al curso para manejar el estrés, escaso sentimiento de
del duelo. En este grupo se incluyen el modo control y baja tolerancia a la frustración), la
como se ha producido la muerte (por ejem- salud previa frágil, la falta de religiosidad, la
plo, de forma inesperada, múltiple, por ho- escasez de aficiones e intereses, la pérdida
micidio, suicidio y accidente), la ausencia temprana de los padres, los duelos anteriores
del objeto del duelo (como desaparecidos, no resueltos, la negación de la muerte del ser
cuerpos irreconocibles, abortos o embarazos querido y las reacciones emocionales de ra-
ectópicos), la duración de la enfermedad bia, amargura y culpabilidad muy intensas o
(más de 12 meses), la existencia de crisis el retraso en la reacción emocional.

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Los factores interpersonales hacen refe- para niñas menores de 11 años y del padre
rencia a aspectos relevantes de la relación en varones adolescentes. Y la quinta la falta
con el fallecido y con la red social. Dentro de de consistencia en la disciplina impuesta al
esta categoría destacan el parentesco (pérdi- niño o al adolescente.
da del hijo, del hermano en la adolescencia,
del padre o la madre en edad temprana y de
la pareja en todas las edades), la relación Factores salutogénicos
ambivalente o dependiente, la ausencia de
apoyo social (como pertenecer a una familia Del mismo modo que resulta necesario co-
pequeña, con baja cohesión e incapacidad nocer cuáles son los factores de riesgo que
para ayudar a sus miembros, no trabajar condicionan la posible aparición de compli-
fuera del hogar, la existencia de niños pe- caciones en el proceso de duelo, también es
queños en casa o el alejamiento del sistema fundamental, desde una perspectiva clínica
tradicional sociorreligioso de apoyo de los salutogénica, detectar aquellos factores que
emigrantes) y el recuerdo doloroso (como el pueden proteger a las personas que van a
control de síntomas deficiente, diagnóstico sufrir un proceso de duelo. La intervención
tardío o relaciones inadecuadas con el perso- clínica eficiente y eficaz siempre ha conside-
nal sanitario). rado al mismo nivel de relevancia el rescate
Aunque los factores predictores comenta- y la promoción de los recursos de la persona
dos son aplicables a todos los grupos de y la atención a los déficits que ésta pudiera
edad, es necesario considerar las situacio- presentar.
nes de riesgo particulares para los niños y Con fines didácticos, se consideran tres
adolescentes. La primera de ellas es el am- categorías de factores salutogénicos extraí-
biente inestable, con una figura responsable dos de la revisión de la literatura científica y
de los cuidados que es alternante. En la me- de la experiencia clínica: las estrategias de
dida de lo posible esta situación debe evitar- afrontamiento, los protectores deducidos del
se y habrá que procurar garantizar la conti- estudio de los factores de riesgo y, por últi-
nuidad de los cuidados cuando los padres no mo, los detectados a partir de la experiencia
se encuentren en las condiciones adecuadas clínica.
para proporcionarlos. La segunda se refiere a
la dependencia del progenitor superviviente
y de la reacción que éste tenga frente a la Estrategias de afrontamiento
pérdida (no se debe olvidar que los niños
aprenden por el modelo que reciben del adul- En la teoría del estrés el duelo se conside-
to). La tercera es la existencia de segundas ra un estresor y, en los diferentes momentos
nupcias y una relación negativa con la nueva del proceso (desde la anticipación de la pér-
figura. La cuarta es la pérdida de la madre dida a la resolución del duelo), se requieren

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dos tipos de afrontamiento: el dirigido al salud después de más de 6 meses de falleci-


problema y el centrado en la emoción. El pri- do el esposo. Tales datos se refieren a meca-
mero sería más adecuado en situaciones nismos generales y no específicos del proce-
susceptibles de ser modificadas y el segundo so, por lo que de momento carecen de
sería más útil ante las irreversibles. aplicabilidad clínica.
Respecto a los estudios realizados se ha de Como puede observarse, son muy pocos
señalar que existen tres tipos de teorías espe- los datos a partir de los cuales podemos ex-
cíficas centradas en el estudio del afronta- traer conclusiones definitivas. Es muy posi-
miento del duelo. Estos son los modelos intra- ble que la investigación sobre el duelo revis-
personales, interpersonales e integradores. En ta especiales dificultades y, muy
el primer grupo, resulta clásico el modelo de probablemente, los instrumentos diseñados
tareas de Worden5 que especifica las acciones para evaluar el afrontamiento en otros cam-
importantes a llevar a cabo en los distintos pos resultan inadecuados en este ámbito, tal
momentos del proceso de duelo. Un importan- como mencionan Van Heck y De Ridder10.
te exponente del segundo grupo es el cons- Estos autores proponen alternativas al estu-
tructivismo del significado de Neimeyer6 que dio tradicional, planteando nuevos conceptos
plantea la necesidad de reconstruir la imagen como el de «afrontamiento familiar».
del mundo a partir de la ausencia del fallecido
y el tercero está representado por el modelo de
los 4 componentes de Bonanno7 y el del pro- Protectores extraídos a partir
ceso dual de Stroebe8, ambos integradores, del estudio de factores de riesgo
enfatizando la presencia tanto del fenómeno
del apego, y por tanto la importancia de los Evidentemente, muchos de los factores de
vínculos afectivos, como del proceso de afron- riesgo pueden ser considerados de modo in-
tamiento de la pérdida. La dificultad que nos verso como protectores. Pensemos, por ejem-
encontramos es que estos modelos, a pesar de plo, en el caso del apoyo familiar, la ocupa-
su aparente validez y utilidad clínica, no han ción laboral o la ausencia de dificultades
derivado en estudios que indiquen claramente económicas. En el mismo sentido actuarían
el papel de las estrategias de afrontamiento en también los sentimientos de utilidad, la au-
la resolución del duelo. sencia de patologías previas, el conocimiento
Algunos de los escasos hallazgos en este del pronóstico de la enfermedad ajustado a
campo son los de Benight, Flores y Tashiro9, la realidad, etc. (véase el epígrafe «Factores
quienes encontraron en una muestra de viu- predictores de riesgo de complicación»).
das con una media de edad de 54 años que Sin embargo, no podemos asumir sin más
afrontar eficazmente el duelo predecía de que la inversa de un factor de riesgo supon-
manera significativa el bienestar psicológico, ga necesariamente un protector; por tanto,
el bienestar espiritual y la percepción de la necesitamos valorar empíricamente su papel

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específico en los estudios que se realicen so- un segundo momento, valorar su poder pre-
bre predicción. dictivo a nivel empírico. Con ello contaríamos
Sí que existen algunos datos referidos a la con mayor número de herramientas para ayu-
espiritualidad como recurso que se ha trata- dar a los dolientes, tanto en los momentos
do en varios estudios sobre el duelo; sirva previos al fallecimiento de su familiar como
como ejemplo el trabajo de Michael, Crowt- posteriormente a lo largo del proceso.
her, Schmid y Allen11. Los datos apuntan a En definitiva, el objetivo último de la in-
que las creencias religiosas y espirituales, así tervención en salud siempre es prevenir el
como las conductas relacionadas, parecen fa- mayor número de problemas con el fin de
cilitar el ajuste positivo a la pérdida de un evitar sufrimiento innecesario a las personas
ser querido y optimizar los costos sanitarios.

Factores detectados en la experiencia clínica Intervención psicológica en el duelo

Por último, existe otro grupo de variables, La atención a los dolientes incluye un am-
que se evidencian en la experiencia clínica, plio abanico de intervenciones que van des-
que han mostrado su eficacia como protecto- de la comunicación empática y compasiva
res en otros campos de estudio del ámbito de del diagnóstico de enfermedad en fase final
la salud y que sería muy interesante consi- hasta el tratamiento especializado del duelo
derar en el que nos ocupa. Nos referimos a la complicado o de los trastornos relacionados
fluidez comunicativa, la percepción de autoe- con la pérdida12. Como se ha comentado, el
ficacia, los sentimientos de utilidad en los duelo es una reacción normal y no está justi-
cuidados del enfermo, la habilidad para la ficado el tratamiento psicológico o farmaco-
planificación y resolución de problemas, la lógico de forma rutinaria13, 14.
flexibilidad mental, como por ejemplo la faci-
lidad para generar alternativas, el autocuida-
do y la capacidad para encontrar un sentido Consideraciones preliminares sobre
a la experiencia. la intervención en el duelo
Por tanto, se puede concluir que desde la li-
teratura científica se evidencia una gran ca- Es necesario aclarar el carácter profesional
rencia de estudios desde la vertiente salutogé- de la ayuda, puesto que la pérdida puede ha-
nica que permitan descubrir las capacidades y cer que los dolientes se sientan solos y vul-
recursos personales que facilitan una resolu- nerables y llevarles a buscar en el terapeuta
ción adaptativa del duelo. Así, sería muy inte- el «confidente suplente» del ser querido
resante, en primer lugar, explorar de forma muerto. En este sentido puede ser conve-
exhaustiva cuáles son estos protectores y, en niente plantear previamente un número de-

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terminado de sesiones de intervención. tanto, debemos incluirla en las intervencio-


Es importante evitar los consuelos fáciles nes en que resulte necesaria.
y las frases hechas (como, por ejemplo, «le Además, la atención en el duelo, como
acompaño en el sentimiento», «ya ha des- toda intervención en la que se promueve bie-
cansado» o «es ley de vida»); en muchas nestar durante un proceso personal de adap-
ocasiones es preferible utilizar la comunica- tación, exige adaptarse a la singularidad de
ción no verbal. la persona y a los grupos sociales.
Es necesario tener y dejar claro que el obje- Por último, es necesario trabajar desde un
tivo de la intervención no es «olvidar» al ser modelo teórico vertebrador que, aprovechan-
querido muerto, sino «encontrarle» un lugar do todos los recursos compatibles, busque
en el espacio psicológico que permita la entra- las estrategias que dinamicen un duelo que
da del presente y los retos de la vida. Por otra no se desarrolla adecuadamente.
parte, la atención al duelo debe encontrar el
equilibrio entre estimular el avance y respetar
el ritmo personal del doliente. Ambas conside- Counselling y duelo
raciones ayudarán a evitar el rechazo frontal o
el abandono prematuro de la intervención. El counselling es el marco dentro del cual
El sufrimiento del duelo puede intensifi- se debe desarrollar la intervención y abarca
carse y alargarse si la persona lo considera el apoyo por malestar específico, la preven-
una forma de pagar el hecho de haber sobre- ción dirigida a reducir el riesgo de conse-
vivido al ser querido («deuda») o una medida cuencias patológicas y el tratamiento de és-
del amor. Desde este punto de vista, la mejo- tas cuando aparecen. Como señalan Arranz,
ría se entendería como olvido y equivaldría a Barbero, Barreto y Bayés15, es un proceso in-
no querer suficientemente al fallecido. Esta teractivo basado en estrategias comunicati-
perspectiva debe tenerse presente y abordar- vas que ayuda a reflexionar a una persona
se para evitar la repercusión que puede tener de forma que pueda llegar a tomar las deci-
en los progresos de la intervención. siones que considere adecuadas para sí mis-
En los últimos tiempos se está incremen- ma de acuerdo con sus valores e intereses y
tando significativamente el estudio del tema teniendo en cuenta su estado emocional.
que nos ocupa; por tanto, resulta necesario La actuación en el fenómeno del duelo ha
incorporar al tratamiento los conocimientos de hacerse mediante la colaboración de todo
aportados por las investigaciones recientes. el equipo multidisciplinar; por ello, es impor-
Por ejemplo, durante décadas la expresión de tante realizar algunas consideraciones útiles
emociones positivas se asociaba a un blo- para todos los profesionales y que son espe-
queo del desarrollo adecuado del duelo; sin cialmente relevantes en relación con la apli-
embargo, se ha observado que realmente tal cación del sistema de trabajo en este ámbito
expresión predice un buen pronóstico y, por específico.

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El counselling requiere de actitudes que último, la aceptación incondicional resalta la


determinan el modo de vincularse a la per- importancia de aceptar, sin juicios de valor y
sona en duelo. El respeto a la individuali- sin reservas, la biografía de la otra persona,
dad y multidimensionalidad, la sensibilidad su estilo de vida, sus comportamientos. Esta
ante el sufrimiento y el compromiso con el actitud promueve también la fortaleza de la
desarrollo de una vida humana digna confi- relación terapéutica e impide procesos de re-
guran el marco de acción que permite la actividad y contracontrol innecesarios que
promoción de la salud en sentido amplio y generan sufrimiento en ambas partes de la
minimiza el riesgo de manipulación de la relación.
relación15. Lo anteriormente expuesto lleva a la refle-
Es necesario recordar a este respecto las xión sobre la formación de las personas que
actitudes planteadas por Rogers, uno de los trabajan apoyando a otras en su proceso de
indudables promotores del counselling, a sa- duelo. Poder ayudar a una persona ante la
ber: la empatía, la veracidad y la aceptación pérdida de un ser querido supone, además
incondicional. La primera recuerda la impor- de la posesión de conocimientos sobre el
tancia de la disposición y habilidad para proceso y de las herramientas técnicas profe-
comprender y transmitir comprensión a la sionales, una firmeza de valores y actitudes
persona que se acompaña, es decir, entender que es necesario cuidar. Tal cuidado se ve
respetando su punto de vista, la situación vi- como particularmente necesario dada la es-
tal en que se encuentra y que necesita cam- pecial vulnerabilidad de todo ser humano
biar. En cuanto a la segunda –congruencia y ante la presencia del sufrimiento intenso y
veracidad– requiere un sólido asentamiento de las pérdidas irreparables. Sin estrategias
en valores del profesional que presta la ayu- de autocuidado adecuadas, existe el peligro
da, expresar con sinceridad que se siente so- de que se ponga en marcha el mecanismo de
lidaridad con el sufrimiento del otro y que de evitación como forma de huida, siendo ésta
verdad se pretende ayudar con todas las he- la más inadecuada cuando lo que se preten-
rramientas disponibles. Evidentemente, este de es acercarse a la persona y acompañarla
proceso implica riesgo para el que proporcio- en su proceso de cambio.
na la ayuda, pues el compromiso con el su- Además, el counselling se sustenta en ha-
frimiento produce a su vez dolor; sin embar- bilidades relacionales, fundamentalmente las
go, permite una praxis profesional que de comunicación asertiva, la provisión de so-
genera mayor satisfacción personal que la porte emocional, el planteamiento de solu-
mera aplicación técnica de conocimientos. ción de problemas y la capacidad de control
Más aún, su práctica facilita el estableci- de emociones.
miento de una relación de confianza signifi- A continuación se repasan los objetivos
cativa que permite y apoya la promoción fu- del counselling en relación al duelo diferen-
tura del bienestar en la otra persona. Por ciando entre adultos y niños y adolescentes.

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Counselling en adultos riesgo que son modificables (por ejemplo,


un control de síntomas adecuado evita el
a) Objetivo de promoción de salud. Es «recuerdo doloroso», y la implicación en
igualmente importante en todos los momen- los cuidados del enfermo y la reconcilia-
tos del proceso en que se tenga contacto con ción reducen los sentimientos de culpa
el familiar. Algunas de las acciones específi- posteriores).
cas que ayudan a llevarlo a cabo serían: • Informar sobre el duelo, su duración y la
normalidad de sus manifestaciones.
• Durante el proceso de enfermedad, facili- • Si es posible, anticipar rituales, despedi-
tar los protectores referidos a autoeficacia, das y ayudar a decir adiós del modo más
competencia y utilidad (estoy cuidando lo adaptativo para la persona.
mejor que puedo y sé a mi familiar…; es- • Durante el proceso de duelo, normalizar
toy facilitando que su tiempo sea lo más las respuestas habituales tales como tris-
sereno y pleno posible…). teza, impotencia e incluso las alucinacio-
• También en esta primera etapa, fomentar nes iniciales.
el autocuidado que permite, a su vez, cui- • Abordar las circunstancias de la muerte y
dar mejor (si descanso, mañana podré es- favorecer todo aquello que aumente la re-
tar en mejores condiciones para acompa- alidad de la pérdida (como puede ser ver
ñarle…). al fallecido e ir al entierro).
• Tras la muerte de la persona querida y en • Hablar de la historia de la relación perdida
cualquier momento del proceso, normali- y revisarla tanto en sus aspectos positivos
zar y desculpabilizar la expresión de emo- como en los negativos.
ciones positivas (sentirse bien, reír, dis- • Favorecer la expresión de los afectos del
frutar, no son incompatibles con el amor a duelo y el luto psicológico y practicar los
quien ya no está presente...). ritos propios de su religión y cultura.
• Estimular el afrontamiento de la nueva re-
b) Objetivo de prevención de futuros pro- alidad resultante de la pérdida (incluso
blemas. Además de los anteriormente co- cualquier alteración en el estatus o rol) y
mentados, que indudablemente inciden en la promover el desarrollo de las tareas prác-
prevención de problemáticas futuras, resulta ticas necesarias.
importante: • Potenciar el manejo de los estresores de
vida concurrentes.
• Fomentar las ideas de planificación del fu- • Favorecer la toma de decisiones y la reso-
turo y reforzar la flexibilidad mental ante lución de problemas.
las dificultades presentes.
• Reducir la vulnerabilidad emocional bus- c) Objetivo de provisión de apoyo psicoso-
cando alternativas para los factores de cial. También durante todo el proceso es im-

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portante ayudar a mantener las relaciones tarán interpretaciones erróneas y rechazos


interpersonales que suponen una fuente de infundados.
afecto real para el doliente. Cada momento
puede presentar diferentes necesidades rela- b) Objetivo de prevención de futuros
cionales que impliquen distintas actividades. problemas. Junto a la promoción de la sa-
Así, se podría: lud es necesario prevenir las complicacio-
nes evitables y causantes de malestar in-
• Facilitar la expresión de necesidades a las justificado.
personas afectivamente relevantes, refor-
zando la idea de que nuestros seres queri- • Eliminar el sentimiento de culpa explican-
dos se sentirán bien sabiendo qué es lo do la diferencia entre deseo y realidad.
que necesitamos compartir con ellos. • Favorecer la expresión de emociones utili-
• Brindar «ayuda práctica» y potenciar que zando canales adecuados: el juego, el di-
su entorno más próximo también lo haga. bujo y/o la dramatización.
• Recordar que son niños o adolescentes,
Counselling en niños y adolescentes evitando por tanto plantearles expectati-
vas o responsabilidades muy altas y/o pa-
a) Objetivos de promoción de salud. A ni- peles que no les corresponden. En ningún
vel general, convendría devolver a la muerte momento deben asumir tareas del ser
su significado natural hablando de ella con querido muerto.
«normalidad»1 y proporcionando una infor- • Reafirmar su personalidad sin identificarle
mación clara y adecuada sobre lo sucedido. con la persona fallecida, ya que nunca po-
Otras acciones salutogénicas son: drá sustituirle o igualarle por más que se
esfuerce.
• Durante el proceso de enfermedad, facili- • Dotar de modelos que compartan con na-
tar los protectores referidos a autoeficacia, turalidad los estados de ánimo del luto.
competencia y utilidad implicándoles en
los cuidados de forma adecuada a su c) Objetivo de provisión de apoyo psicoso-
edad. cial. Los adultos tienden a dejar al margen a
• Tras la muerte del ser querido y en cual- los niños y a los adolescentes como forma de
quier momento del proceso, normalizar y evitarles el sufrimiento y olvidan que la sobre-
reforzar la expresión de emociones positi- protección lo incrementa al causarles aisla-
vas. Es importante que los adultos entien- miento. Los menores de la casa son conscien-
dan y conozcan las peculiaridades del tes de la muerte y de los cambios que produce,
duelo en los niños (no toleran períodos y la forma real de reducir su malestar es ha-
largos de dolor emocional y buscan activi- cerles partícipes de la vida familiar16, 17. Por
dades que les distraigan); con ello se evi- todo ello conviene:

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DOLOR Y SUFRIMIENTO EN LA PRÁCTICA CLÍNICA

• Potenciar su participación voluntaria en Por último, comentaremos que los grupos


los diferentes ritos funerarios evitando las de ayuda mutua han tenido gran difusión en
prohibiciones y los engaños (pueden con- los países anglosajones y que podemos apli-
cluir que aquello que les ocultan... ¡debe car las conclusiones sobre la eficacia de las
de ser horrible!). Es preferible explicarles intervenciones expuestas en la introducción,
previamente la situación y acompañarles subrayando su utilidad en el caso de perso-
en aquello que quieran hacer. nas dolientes rumiativas que carecen de apo-
• Garantizar la atención y el afecto. Si los yo social o en el de muertes estigmatizadas o
padres están muy desbordados y no pue- aisladas.
den asumir sus responsabilidades, es im-
portante buscar una figura significativa
que garantice las atenciones necesarias Conclusiones
mientras los padres se recuperan emocio-
nalmente. El proceso de duelo se produce ante las
• Mantener las «rutinas» y las «normas» es- pérdidas o ante la anticipación de las mis-
tablecidas de forma que el niño o el ado- mas y siempre implica sufrimiento para la
lescente no tenga la sensación de que el persona sin que necesariamente suponga al-
mundo entero se desestabiliza y se desor- teración patológica (el duelo complicado se
ganiza ante él. presenta en un número limitado de perso-
nas). La intervención no se puede recomen-
dar a la ligera; tiene un gran valor potencial
Modalidades de intervención para el que la necesita pero puede producir
daño en el que no la precisa.
Las principales modalidades de interven- Desde una perspectiva clínica es impor-
ción son la individual, la grupal y/o familiar tante detectar tanto los factores que supo-
y la combinada. La primera de ellas favorece nen un riesgo especial como los que prote-
la individualización de la intervención a las gen a los dolientes de sufrir complicaciones
conductas problemáticas del sujeto. La inter- en su proceso de duelo. Aunque la investi-
vención grupal y/o familiar optimiza los re- gación al respecto aún no es concluyente,
cursos y los resultados al brindar apoyo so- resulta especialmente útil realizar esfuer-
cial, facilitar un espacio de encuentro donde zos que permitan obtener resultados apli-
expresar pensamientos y emociones, norma- cables.
lizar las manifestaciones de duelo, romper el El counselling es el marco de trabajo reco-
aislamiento y ofrecer modelos «iguales»13. mendado para apoyar a los dolientes, ya que
En ocasiones puede ser útil combinar ambas en situaciones de sufrimiento intenso se
formas de tratamiento para obtener las ven- hace más palpable la necesidad de las actitu-
tajas de cada una de ellas. des, conocimientos y habilidades que con-

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templa. Las personas que se hallan en un retrospective and prospective. American Behavio-
proceso de duelo complicado y las que pre- ral Scientist 2001;44, No. 5.
9. Benight C, Flores J, Tashiro T. Bereavement co-
sentan trastornos relacionados con la pérdi- ping self-efficacy in cancer widows. Death Stu-
da son las que más se benefician y obtienen dies 2001;25(2):97-125.
resultados más positivos de la intervención, 10. Van Heck GL, De Rider TD. (2001). Assesment of
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especialmente si es el doliente el que inicia el En:Stroebe MS, Hansson RO, Stroebe W, Schut H
contacto (probablemente porque refleja ma- (ed.). Handbook of bereavement research: Conse-
yor motivación, confianza en el terapeuta y quences, coping, and care. Washington: Ameri-
can Psychological Association, 2001; 449-469.
sufrimiento personal).
11. Michael S, Crowther M, Schmid B, Allen R. Wi-
Es importante señalar que, aunque la ma- dowhood and spirituality: coping responses to
yoría de los sujetos que presentan duelo bereavement. Journal of Women & Aging
2003;15 (2-3):145-65.
complicado se benefician del tratamiento,
12. Raphael B, Middleton W, Martinek N, Misso V.
hay un número pequeño pero significativo Counselling and therapy of the bereaved. En:
de ellos que no responden y que siguen en- Stroebe M, Stroebe W, Hansson RO (ed.). Hand-
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DOLOR Y SUFRIMIENTO EN LA PRÁCTICA CLÍNICA

Lecturas recomendadas

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