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Politécnico Luis Heriberto Payan

Nombre: Deisi Diana Mártir Concepción

Curso: 5to B Logística de Transporte

Materia: Gestión Administrativa de Tesorería

Numero de orden: 17

Correo Electrónico: deisiconcepcion22@gmail.com

Modulo Formativo: Administrativa de Tesorería

Maestro: Licdo. José Miguel Rodríguez Montilla

Directora: Licda. Esperanza Matos Feliz

Criterio de evolución: Identificar los aspectos básicos de la


normativa mercantil que permite el llenado de los documentos de
cobreo y pago

Tarea: Aspectos Básicos de la Normativa Mercantil

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Índice

Aspectos Básicos de la Normativa Mercantil.

Introducción…………………………………………………...3

Letras de cambio………………………………………..……4

Clausulas………………………………..…………………….6

Cheques…………………………………………………….....7

Capitulo preliminar de las clases de cheque…………........8

Ley 24760-9……………………………………………………9

Pagare………………………………………………………...10

Transferencia………………………………………..………..13

Conclusión………………………………………………..…..16

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Introducción
La creciente complejidad de las actividades mercantiles ha sido la causa de
que los simples acuerdos verbales se hayan sustituido desde tiempos muy
remotos por la constancia escrita de los pactos o acuerdos celebrados.
En el moderno mundo de los negocios cualquier paso que se dé en el campo
mercantil se hace constar en algún documento y, en caso de que su
importancia lo justifique, el documento en cuestión puede llevar la firma de
algún funcionario calificado. De lo expuesto se infiere que las
continuas operaciones efectuadas por la empresa requieren la emisión y
recepción de documentos de diversas índoles.

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Letra de cambio

Se define por la mayor parte de la doctrina como un título de crédito formal y


completo que obliga a pagar a su vencimiento, en un lugar determinado, una
cantidad de dinero cierta, a la persona primeramente designada en el
documento, o a la orden de esta, a otra distinta también designada.

¿Dónde se regula?

Encuentra la letra su regulación esencial en la de la Ley Cambiaria y del


Cheque 19/1985, norma esta, que nace para la adaptación del ordenamiento
sobre la letra de cambio, el cheque y el pagaré a la llamada legislación
uniforme de Ginebra y que supuso dar un paso decisivo encaminado a la
renovación de nuestro Derecho Mercantil tan necesitado de reforma, y con la
finalidad de proteger adecuadamente los créditos incorporados a dichos
documentos.

Las novedades que la ley incorporó tienen múltiples manifestaciones, y


comienzan por la sencillez con que se delimitan los requisitos formales de los
títulos regulados y el vigor con que se defiende la validez genérica de cada una
de las declaraciones a ellos incorporadas, aunque algunas de las demás estén
afectadas por vicios invalidantes.

Se trata, en definitiva, de facilitar la circulación de estos documentos sin


resaltar la desaparición de la mención de la "cláusula valor" en la letra de
cambio, rastro evidente de la concepción causal que dominaba en su día.

La superioridad técnica de los textos ginebrinos resalta especialmente en los


artículos 17 de la Ley de la Letra de Cambio y 22 de la del Cheque, de los que
son fiel trasunto los artículos 20 y 128 de la Ley Cambiaria y del Cheque
19/1985, respectivamente.

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Las Leyes Uniformes tienen el propósito manifiesto de fortalecer la posición
jurídica del acreedor cambiario.

Tal propósito tiene su reflejo en esta ley no sólo en la formulación de las


excepciones oponibles, a la que ya se ha hecho mención para subrayar su
carácter sustantivo, sino en otros ámbitos. Cabe destacar en primer lugar la
flexibilidad con que se aborda el régimen de protesto, permitiendo su
sustitución por declaraciones del librado o de la Cámara de Compensación o su
eliminación. También supuso una novedad, al menos como formulación
normativa, el que la rigurosa obligación del aceptante de la letra de cambio y de
sus avalistas no quede sometida a condición de protesto o declaración
equivalente.

Un nuevo cauce procedimental para el juicio ejecutivo cambiario completa las


medidas tendentes a reforzar la posición del tenedor, entre ellos el juicio
especial cambiario que se recoge en los artículos 819 a827 LEC.

No puede negarse el descrédito relativo que rodea hoy a la letra de cambio en


nuestra sociedad; es cierto que tal actitud no deriva exclusivamente, ni siquiera
principalmente, de las insuficiencias normativas que han sido expuestas. La
situación crítica que vive nuestra economía y una desmesurada utilización de la
letra de cambio, tanto en el mercado de bienes y servicios de consumo como
en el mercado financiero, y unas leyes procesales obsoletas, no son factores
extraños al elevadísimo número de impagados que recogen las estadísticas.

Artículo 1 de la Ley Cambiaria y del Cheque 19/1985 se establecen las


menciones necesarias que la letra de cambio debe contener para ser válida, y
por ello en la citada letra de cambio necesariamente habrá de contener:

1º La denominación de letra de cambio inserta en el mismo título expresada en


el idioma empleado para su redacción.

2º El mandato puro y simple de pagar una suma determinada en pesetas o


moneda extranjera convertible admitida a cotización oficial.

3º El nombre de la persona que ha de pagar, denominada librado.

4º La indicación del vencimiento.

5º El lugar en que se ha de efectuar el pago.

6º El nombre de la persona a quien se ha de hacer el pago o a cuya orden se


ha de efectuar.

7º La fecha y el lugar en que la letra se libra.

8º La firma del que emite la letra, denominado librador.

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¿Cuáles son las cláusulas

Por otra parte, se ha de indicar que junto con esas menciones de carácter
obligatorio en la letra puede haber otra serie de cláusulas que la doctrina
denomina potestativas, dentro de estas caben establecer varios grupos:

1. cláusulas que determinan que la letra pueda ser declarada nula, como son
las menciones al portador o las que sometan el pago de la letra a una condición
o acontecimiento futuro, dichas cláusulas, en cuanto que contravienen
directamente el espíritu y finalidad de la letra, determinaran la falta de validez
de la misma.

2. Cláusulas que aun contraviniendo los requisitos de la letra de cambio no


provocan su nulidad, y la sanción que las impone el legislador es la de tenerlas
por no puestas, pero la letra sigue siendo válida, como es el supuesto de que el
librador se exima de garantizar el pago de la letra.

3. Cláusulas que sí son válidas por ser admitidas por el propio legislador y que
el propio legislador ha previsto que sí que tienen cabida en la propia letra de
cambio, como son la de domiciliación de la letra, artículo 5 y 26.2 de la Ley
Cambiaria y del Cheque 19/1985, o la cláusula no a la orden que se hace
referencia en el artículo 14 de la ley cambiaria que impedirá la circulación de la
letra por vía de endoso y solo permitirá su circulación a través de cesión
ordinaria de créditos, o la de aceptación parcial de la letra de cambio por el
librado artículo 30 de la Ley Cambiaria y del Cheque 19/1985, o la de
prohibición de aceptación artículo 26 de la Ley Cambiaria y del Cheque
19/1985 o la de sin gastos artículo 56 de la Ley Cambiaria y del Cheque
19/1985, y que incluso, si dichas cláusulas potestativas no tienen cabida por
falta de espacio físico en el documento de la letra de cambio, se admite la
posibilidad de un suplemento donde se podrán indicar dichas cláusulas
potestativas, pero sin que en ningún caso en dicho documento aparte, puedan
figurar las cláusulas obligatorias que establece el artículo 1 de la Ley Cambiaria
y del Cheque 19/1985, todo ello en los términos que se recogen en el artículo
13 de la Ley Cambiaria y del Cheque 19/1985.

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El Cheque

El cheque es un documento utilizado cómo medio de pago por el cual una


persona (la que lo emite – librador) ordena a una entidad bancaria (el librado)
en la que tiene dinero que pague una determinada cantidad  la otra persona o
empresa (el beneficiario o tenedor).

El cheque se utiliza, para pagar algo sin dinero, sigue siendo un mecanismo
comercial bastante utilizado, a pesar de la popularidad de otros instrumentos
de pago, como las trasferencias bancarias o las tarjetas de crédito y débito.

El librador y el beneficiario pueden ser lo mismo, lo que ocurre cuando el


cheque se utiliza para sacar dinero de una cuenta.

Intervinientes en el cheque

Los distintos elementos que intervienen en el cheque son los siguientes:

 El librador: es la persona o empresa que emite y firma el cheque.


 El librado: es la entidad bancaria que paga el importe del cheque.
 EL  tenedor o beneficiario: es la persona o empresa que puede cobrar el
cheque.

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Capítulo Preliminar - De las clases de cheques.

1. Los cheques son de dos clases:

Cheques comunes.

Cheques de pago diferido.

2. El cheque común debe contener:

1. La denominación "cheque" inserta en su texto, en el idioma empleado para


su redacción

.
2. Un número de orden impreso en el cuerpo del cheque.

3. La indicación del lugar y de la fecha de creación.

4. El nombre de la entidad financiera girada y el domicilio de pago.

5. La orden pura y simple de pagar una suma determinada de dinero,


expresada en letras y números, especificando la clase de moneda. Cuando la
cantidad escrita en letras difiriese de la expresa en números, se estará por la
primera.

Según Ley 24.760

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El título que al ser presentado al cobro careciere de las enunciaciones
especificadas precedentemente no valdrá como cheque, salvo que se hubiese
emitido el lugar de creación en cuyo caso se presumirá como tal el del domicilio
del librador.

El cheque rechazado por motivos formales generará una multa a cargo de los


titulares de la cuenta corriente, que se depositará en la forma prevista por el
artículo 62, equivalente al 2% de su valor, con un mínimo de cincuenta pesos
($50) y un máximo de veinticinco mil pesos ($25000). La autoridad de
aplicación dispondrá el cierre de la cuenta corriente sobre la que se giren tales
cheques, cuando excedan el número que determine la reglamentación o
cuando la multa no haya sido satisfecha.

La multa será reducida en el 50% cuando se acredite fehacientemente ante el


girado haber pagado el cheque dentro de los seis días hábiles bancarios de
haber sido notificado del rechazo o cuando el cheque hubiese sido pagado por
el girado mediante una segunda presentación del tenedor. (Último párrafo
según Ley 24.760

3. El domicilio del girado contra el cual se libre el cheque determina la ley


aplicable.

El domicilio que el librador tenga registrado ante el girado podrá ser


considerado domicilio especial a todos los efectos legales derivados del
cheque.

4. El cheque debe ser extendido en una fórmula proporcionada por el girado.
En la fórmula deberán constar impresos el número del cheque y el de la cuenta
corriente, el domicilio de pago, el nombre del titular y el domicilio que éste
tenga registrado ante el girado, identificación tributaria o laboral o de identidad,
según lo reglamente el Banco Central de la República Argentina.

Cuando el cuaderno de fórmulas de cheque no fuere retirado personalmente


por quien lo solicitó, el girado no pagará los cheques que se le presentaren
hasta no obtener la conformidad del titular sobre la recepción del cuaderno.

5. En caso de extravío o sustracción de fórmulas de cheque sin utilizar, de


cheques creados pero no emitidos o de la fórmula especial para solicitar
aquéllas, el titular de la cuenta corriente deberá avisar inmediatamente al
girado. En igual forma deberá proceder cuando tuviese conocimiento de que un
cheque ya emitido hubiera sido alterado. El aviso también puede darlo el
tenedor desposeído.

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Pagare

La Ley 19/1985, de 16 de julio, Cambiaria y del Cheque (LCCH) es una


legislación obsoleta e incompleta que no ha sido reformada para adaptarla a la
realidad empresarial del siglo XXI. La regulación del Pagaré en la Ley 19/1985,
de 16 de julio, Cambiaria y del Cheque (LCCH) es muy escueta, confusa,
incompleta y además es una chapuza jurídica porque la regulación del pagaré
es prácticamente inexistente ya que la Ley 19/1985, de 16 de julio se limita a
remitirnos a la normativa de la letra de cambio. 

Sólo hay cuatro artículos sobre el pagaré y uno de ellos, el art. 96 se limita a
indicar los preceptos de la letra de cambio que son de aplicación al pagaré:
“siempre que ello no sea incompatible con la naturaleza del título”. Hay que
hacer notar, que en la Ley 19/1985, de 16 de julio (LCCH) hay 93 artículos que
regulan la Letra de Cambio y 61 artículos que regulan el Cheque. Como
consuelo podemos decir que antes de la aprobación de la LCCH en 1985, la
regulación del pagaré era todavía peor.

El art 96 LCCH establece las disposiciones relativas a las letras de cambio que
son aplicables a los pagarés. Esto es un galimatías que genera confusión ya
que son dos títulos cambiarios muy distintos. El pagaré es un documento
cambiario o si se prefiere un título valor por el que una persona, denominada
firmante, se obliga a pagar a otra, o a esta, a su orden, una cantidad
determinada de dinero, en una fecha y lugar también determinados. El pagaré
es una promesa simple y pura de pago a la que queda vinculado el firmante y
emitente del pagaré. En cambio, la letra de cambio es un mandato de pago
formalizado en un título de crédito que obliga a pagar a su vencimiento, en un
lugar determinado, una cantidad de dinero cierta, a la persona primeramente
designada en el documento cambiario, o a la orden de esta, a otra distinta
también designada.

Además, la estructura jurídica de la letra y del pagaré no tienen muchos puntos


en común y son títulos valores con requisitos formales diferentes.        Vale la
pena señalar que, la aplicación al pagaré de las normas sobre la letra de
cambio no es una labor mecánica ni sencilla como se suele dar a entender. Es

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siempre necesaria una labor interpretativa, lo que resta seguridad jurídica al
título valor.

En otro orden de cosas, los pagarés como títulos valores que son presentan
tres notas características, comúnmente admitidas:

1)-. Legitimación: una vez incorporado el derecho al soporte material que es el


documento, la posesión de éste legitima a su tenedor para el ejercicio de aquel.
De este modo, sólo el poseedor del título valor puede ejercitar y transmitir el
derecho literal y autónomo mencionado en él, pasando a ser la posesión, por sí
(títulos valores al portador) o en unión de otros requisitos complementarios
(endoso en los títulos a la orden, designación en los nominativos) lo que fija y
determina la persona del acreedor, pues éste, a la hora de ejercitar el derecho
documentado, queda exento de la carga de probar su titularidad, que se
presume por la mera tenencia del documento cambiario.

2).- Literalidad: el derecho que se incorpora al documento cambiario tiene el


contenido, extensión y modalidad que resulta del tenor literal de éste. Dado que
el fundamento y razón de ser de los títulos valores es agilizar la circulación
mercantil, era necesario garantizar a los que reciben el título valor la exactitud
de su contenido según el tenor del mismo título, o lo que es lo mismo, que
existe plena coincidencia entre lo afirmado en el documento sobre el derecho
incorporado, que por la tenencia de aquel es posible ejercitar, y la realidad
jurídica del citado derecho.

3).- Abstracción: el derecho incorporado al título valor es autónomo, en el


sentido de que el poseedor actual del documento cambiario no ejercita el
mismo derecho que tenía el anterior tenedor. Con cada circulación, el derecho
se renueva, convirtiéndose en un derecho originario y no derivado,
independiente del que tuvieran los anteriores poseedores del título valor, al
que, y esto es lo importante, no afectan las relaciones que hayan podido existir
entre el deudor y los tenedores precedentes, y al que no se le puede oponer las
excepciones personales de estos.

La regulación del pagaré en La Ley 19/1985, de 16 de julio, Cambiaria y del


Cheque se encuentra en el capítulo XIV, Del Pagaré que incluye el artículo 94,
el 95, el 96 y el 97. El artículo 96 es el más importante ya que establece que
serán aplicables al pagaré, mientras ello no sea incompatible con la naturaleza
de este título, las disposiciones relativas a la letra de cambio y referentes:

• Al endoso (artículos 14 a 24).

• Al vencimiento (artículos 38 a 42).

• Al pago (artículos 43 y 45 a 48).

• A las acciones por falta de pago (artículos 49 a 60 y 62 a 68).

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No obstante, las cláusulas facultativas que se incorporen al pagaré, para su
validez, deberán venir firmadas expresamente por persona autorizada para su
inserción, sin perjuicio de las firmas exigidas en la presente Ley para la validez
del título.

• Al pago por intervención (artículos 70 y 74 a 78).

• A las copias (artículos 82 y 83).

• Al extravío, sustracción o destrucción (artículos 84 a 87).

• A la prescripción (artículos 88 y 89).

• Al cómputo de los plazos y a la prohibición de los días de gracia (artículos 90


y 91).

• Al lugar y domicilio (artículo 92).

• A las alteraciones (artículo 93).

El artículo 96 LCCH señala que serán igualmente aplicables al pagaré las


disposiciones relativas a la letra de cambio pagadera en el domicilio de un
tercero o en localidad distinta a la del domicilio del librado (artículo 5 y artículo
32); a la estipulación de intereses (artículo 6); a las diferencias de enunciación
relativas a la cantidad pagadera (artículo 7); a las consecuencias de la firma
puesta en las condiciones mencionadas en los artículos artículo 8 y 9); a las de
la firma de una persona que actúe sin poderes o rebasando sus poderes
(artículo 10); a la letra de cambio en blanco (artículo 12) y a sus posibles
suplementos (artículo 13). También serán aplicables al pagaré las
disposiciones relativas al aval (artículo 35 a 37).

En el caso previsto en el artículo 36, párrafo último, si el aval no indicare a


quien se ha avalado, se entenderá que éste ha sido al firmante del pagaré.

Transferencia

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Por transferencia se entiende aquel medio de pago consistente en una orden
dada al banco (banco emisor) por parte de un cliente (ordenante) a fin de que,
con cargo a su cuenta, abone un determinado importe en otra cuenta del
mismo o distinto banco (banco destinatario) abierta a nombre de un tercero
(beneficiario) o del propio ordenante 

Ya se ha señalado la posibilidad de realizar transferencias bancarias y remesas


a través de Internet. Indudablemente, este hecho trae grandes beneficios en lo
que a ahorro de tiempo y burocrático se refiere. Hay que resaltar que se tratan
de medios de pago muy seguros. En todo caso, es preciso realizar algunas
operaciones para comenzar a actuar: ▪

El cliente solicita a su banco que se admitan las órdenes de pago que van a
llegar realizando el cargo en su cuenta corriente, comunicando los datos para
que se pueda realizar el cobro. ▪

La entidad, al realizar el pago, informa del mismo al cliente. La persona que


quiere recibir el dinero de los pagos también puede realizar todos los trámites y
dar las órdenes a través del servidor de la entidad financiera. Los recibos en
estas modalidades de pago tienen las mismas menciones que los recibos de
pagos de manera convencional, con el añadido de los datos relativos a la forma
electrónica, en caso de que se hayan firmado por este procedimiento. El recibo
de orden de pago justifica el pago mediante transferencia bancaria.

La Ley 16/2009, de 13 de noviembre, de Servicios de Pagos establece las


condiciones necesarias para que se puedan realizar devoluciones de pagos:
Supuesto Plazo de devolución Domiciliación no autorizada por el obligado al
pago 13 meses reducibles si el acreedor tiene autorización de domiciliación
firmada Domiciliación autorizada por el obligado 8 semanas si hay autorización
pero no cantidad expresa. Si concreta el importe y periodo

Preparación de transferencias online para su posterior firma La transferencia


online cuenta con dos intervinientes, ordenante y beneficiario. El ordenante es
la persona que ordena el pago a su entidad bancaria para que transfiera el
dinero a la cuenta del beneficiario.

El ordenante debe firmar las órdenes de pago que emita mediante firma
manuscrita o firma digital. Se queda con un recibo justificativo de haber
realizado la transferencia llamado recibo de orden en el que aparecen las
siguientes menciones. ▪

Nombre o razón social del ordenante.

▪ Datos de la entidad bancaria del ordenante y de la oficina que emite la


transferencia

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Conclusión
El sistema de pagos y el de compensación de cheques y demás medios de
pagos, es un servicio público de titularidad exclusiva del Banco Central. La
reglamentación de la organización y el funcionamiento del sistema de pagos y
compensación por parte de la Junta Monetaria, tendrán como objetivos
fundamentales, asegurar la inmediación y el buen fin del pago, pudiendo
establecer distintos subsistemas, teniendo como referencia los estándares
internacionales en la materia.

Todas las entidades de intermediación financiera estarán obligatoriamente


adscritas a dicho sistema y no podrán organizarse sistemas multilaterales de
compensación y liquidación de medios de pago fuera del previsto en este
Artículo. Corresponde al Banco Central actuar como supervisor y liquidador
final del sistema de pagos y compensación. La prestación material del servicio
podrá ser concedida a entidades privadas, en la forma que determine
reglamentariamente la Junta Monetaria. En ningún caso, el Banco Central
podrá cubrir una posición negativa de una entidad de intermediación financiera,
por transitoria que ésta sea.

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