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Estudio de fallas

¿Para qué sirve un análisis de fallas? Si tomamos en cuenta que los tiempos de reacción necesarios para resguardar
la integridad de un sistema eléctrico son miles de veces más cortos que la mejor de las respuestas humanas, nos
queda sólo anticiparnos a todas las posibilidades de contingencia que pueden ocurrir en un sistema, aún cuando
esté operando en forma ideal. Las consecuencias de una falla dependerán de la cantidad de potencia disponible en
la zona y del tiempo de reacción con el que nos ocupemos del asunto. A partir de los resultados obtenidos en un
estudio de fallas podemos dimensionar los equipos (determinar la resistencia a los esfuerzos eléctricos, mecánicos
y térmicos en caso de fallas) así como calibrar y ajustar la respuesta de los sistemas automatizados que tienen como
función protegerlos (su umbral de acción y tiempos de respuesta); funciones que van desde la detección de las
anomalías hasta la interrupción efectiva y el aislamiento de los circuitos.

Las fallas no se pueden evitar, son inherentes al funcionamiento de cualquier sistema. Lo que sí podemos hacer es
adecuar la instalación para reducir al mínimo los efectos de cualquier falla, previsible o no, tanto al sistema mismo
como a las personas a las que sirve. Un estudio de fallas es el primer paso para lograr eso.

La experiencia práctica demuestra que los sistemas trifásicos balanceados, equilibrados y que además funcionan
perfectamente no existen. Aunque es cierto que los niveles de desbalance en los sistemas eléctricos normalmente se
van reduciendo en la medida en que se eleva el nivel de potencia que maneja el circuito.

Es decir, el desbalance que puede haber entre fases en una casa se va compensando con los desbalances de otra, de
forma tal que el alimentador que suple al conjunto completo tiene un porcentaje de desbalance inferior al que tiene
cada casa por separado. Del mismo modo, la subestación donde se conecta el alimentador para varias zonas
residenciales combina los desbalances de todos los alimentadores y el resultado tiene menor desbalance que cada
alimentador por separado. En la medida en que sube la cantidad de energía que se maneja, es natural, por razones
estadísticas, que el porcentaje de desbalance se reduzca.

Ahora, independientemente de cuan balanceados puedan estar los sistemas de transmisión, en el caso de las fallas
sería una enorme casualidad que esta fuera balanceada y equilibrada. De hecho, el único caso es el de una falla
trifásica simple o a tierra, con una probabilidad de ocurrencia del 5%, frente a las fallas monofásicas que ocurren
en el 70% y las bifásicas en un 25%. En estos casos no vale de nada la simetría y no es sencillo utilizar técnicas
convencionales (es factible emplear el método de nodos para resolver en estos casos, pero resulta en una tarea
bastante compleja que se reserva sólo para casos de estudio muy particulares).

Cantidades de secuencia

Charles Legeyt Fortescue, un ingeniero electricista graduado en 1898, presentó en 1918 un método matemático que
permitía convertir un conjunto de fasores desequilibrados en la suma de sus componentes simétricos. Si bien
Fortescue demostró que este método se puede aplicar para cualquier número de fases, la descripción que haré aquí
será sólo para detallar su empleo en sistemas trifásicos, por razones obvias.

Según el método, todo conjunto de fasores de voltaje o corriente trifásica, balanceado o no, puede ser representado
como la suma vectorial de un grupo de fasores componentes simétricos (del mismo módulo), de los cuales un
conjunto gira en secuencia A-B-C (llamada secuencia positiva), otro en secuencia contraria A-C-B (secuencia
negativa) y otros tres girando con la misma fase (secuencia cero).

Representar un sistema desbalanceado como la suma de tres sistemas balanceados es la herramienta más útil para
el análisis de sistemas trifásicos que se ha desarrollado en estos casi 100 años, sobre todo si se considera que
Faraday comenzó a experimentar con cargas eléctricas apenas en 1831. Un maravilloso procedimiento que permite
descomponer un circuito desequilibrado en la suma de tres circuitos perfectamente equilibrados, con los que se
logra que el análisis simple que se emplea en los sistemas trifásicos balanceados y equilibrados se pueda aplicar
directamente sobre cada uno de los componentes simétricos, por separado.

Pero hay que puntualizar algo: el análisis de secuencias se hace con un modelo matemático. Algunas personas
tienden a considerar que las llamadas “redes de secuencia” existen y casi que pueden medir el voltaje con un
voltímetro si colocan las puntas en el lugar adecuado. El estudio por separado del comportamiento de un circuito
ante las secuencias es un ejercicio de abstracción que tiene muchos asideros teóricos, que se explican viéndolo
desde una perspectiva desagregada. Pero es igual que analizar un circuito aplicando el método de superposición: el
efecto total es la suma de los efectos parciales. Aún cuando se pueda estudiar el efecto parcial de cada componente,
es importante que no se pierda de vista que se está trabajando con modelos desagregados matemáticamente, de un
fenómeno complejo que los incluye a todos simultáneamente.

Hay mucha bibliografía que explica y complementa la solidez del modelo propuesto por Fortescue en 1918, así
como las relaciones entre voltaje y corriente que se producen una vez que se han hallado las componentes. Sin
embargo, me limitaré aquí a explicar el procedimiento para transformar (hallar las componentes simétricas) de un
conjunto de fasores y a utilizar el método para el análisis de fallas en sistemas eléctricos. La clave del modelo es el
operador “a”, un fasor con módulo 1,0 y ángulo 120 grados: a=1<120o.

[ ]
1 11
Para transformar el conjunto de fasores trifásicos se utiliza la matriz [ A ]= 1 a 2 a
1 a a2

Por ejemplo, para hallar las componentes simétricas V0, V+, y V-, a partir de los voltajes trifásicos Va, Vb y Vc, o
viceversa:

[ ] [ ][ ] [ ] [ ][ ]
Va 11 1 V Cero V Cero 11 1 Va
2 1 2
Así V b = 1 a a ∗ V Positiva o la transformación contraria V Positiva = ∗ 1 a a ∗ V b
3
Vc 1 a a 2 V Negativa V Negativa 1 a2 a Vc

El resultado de la transformación es un conjunto de vectores, ya sea cantidades de fases o de secuencias.

La transformación fasorial por sí sola no dice mucho, descomponer un conjunto de vectores desbalanceados no
parece ser la gran cosa. La verdadera utilidad está en aplicar ese mismo principio de descomposición también a la
reacción (efecto de las impedancias) de los componentes del circuito y a la interacción de estos circuitos en el caso
de contingencias.

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