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HOMILETICA
HOMILETICA
Homilética
El tema del sermón - La primera cosa para preparar un buen sermón es tener un
mensaje definido. Antes de proceder a la preparación de un sermón, todo predicador
debe responderse esta sencilla pregunta: ¿De qué voy a hablar?
Ordenación del sermón- El orden es la base y secreto del sermón, como indicamos
en el capítulo II. El arreglo del esqueleto será la base de dicho orden.
Clases de estudio Bíblico - Pero hay otro método de instrucción, llamado Clase
Bíblica, en la cual no sólo el predicador, sino los oyentes, pueden tomar parte, y
aunque ello excede los límites de la Homilética, por lo importante que es para los
pastores e instructores cristianos, no queremos dejar de ofrecer algunas sugestiones
sobre dichos estudios.
El uso de ilustraciones - Las imágenes son para el discurso lo que las ventanas
para una casa: hacen entrar la luz del argumento en las mentes más obtusas, a
quienes las ideas abstractas resultan pesadas y a veces incomprensibles.
La actitud y el gesto- Spurgeon dedica dos capítulos de su obra más popular sobre
la predicación, al estudio y crítica del gesto en los predicadores. Pero creemos que
no es necesario hacerlo con tanta extensión en este libro. Con decir que debe
suprimirse todo gesto raro o ridículo y cultivar la naturalidad, está dicho todo lo
esencial.
La primera cosa para preparar un buen sermón es tener un mensaje definido. Antes
de proceder a la preparación de un sermón, todo predicador debe responderse esta
sencilla pregunta:
¿De qué voy a hablar? El tema debe ser la expresión exacta del asunto, o la
respuesta a la pregunta: ¿De qué voy a hablar?
Nunca debe escogerse un tema por ser bonito o sonoro como fase, sino que ha de
expresar claramente el objeto que el sermón persigue. Todo predicador, para
preparar bien su sermón, debe responder a la pregunta: ¿Por qué voy a hablar de
este tema? ¿Qué fin deseo lograr?. El tema no sólo ha de abarcar o incluir lo que se
va a decir, sino que ha de excluir todo lo que no tenga que ver con el asunto. En
toda preparación para el público, las primeras palabras que se escriban deben ser la
expresión exacta del tema, o sea, la respuesta a la pregunta: ¿De qué voy a hablar?
El mensaje debe venir como una inspiración especial de Dios, y el predicador debe
estar pidiendo mensajes a Dios para sus oyentes. Pero no es de esperar que venga
siempre como una inspiración profética, sino que él mismo debe afanarse en
buscarlos de diversas maneras. El predicador puede recibir la inspiración de un
mensaje:
a) Reflexionando sobre las necesidades espirituales de sus oyentes.
b) En sus lecturas devocionales de la Biblia.
c) Leyendo sermones de otros predicadores
d) En sus visitas pastorales.
e) En la consideración de las cosas que le rodean
f) Pidiéndolos a Dios en oración.
g) Evitad la repetición.
EL TEMA Y EL TEXTO
Debe predicarse sobre temas o sobre textos? ¿Debe elegirse primero el tema y
después el texto, o viceversa?
El tema es el resumen del texto y del sermón concretado en una corta sentencia. Ha
de ser, por tanto, no solamente la esencia del texto, sino el lazo de unión de los
diversos pensamientos que entrarán en el sermón. Hay una gran ventaja en poseer
un tema para el arreglo del sermón. Se ha dicho que el tema es el sermón
condensado, y el sermón es el tema desarrollado.
El tema ayuda para dar intensidad y firmeza al sermón y mantener el discurso dentro
de los límites razonables. Por esto es preferible tener el tema limitado y bien definido
y no demasiado amplio.
EL TEMA Y EL TITULO
Una vez escogido el tema, o sea, el asunto sobre el cual desea el servidor de Dios
predicar a una congregación, debe formular dicho tema en un título. Muchos
predicadores y libros de Homilética confunden el tema con el título. Al autor le
ocurrió esto por un tiempo. A veces, y hasta cierto punto, no existe diferencia entre
ambas cosas, pero a veces el título no es más que la puerta del tema o asunto, el
cual no puede ser expresado plenamente por el título, por dos motivos:
Conviene que el tema o el título que se formule sea intrigante, de modo que
despierte el deseo de conocer lo que se oculta detrás del mismo, o sea, a ver cómo
lo desarrollará el predicador. Observad cuan intrigantes son los títulos de ciertas
novelas y películas mundanas. Debemos imitar en ello hasta cierto punto a los hijos
de este siglo, que son "más sagaces que los hijos de luz", pero sin caer en
exageraciones.
UN PENSAMIENTO CONCRETO
El tema ha de ser corto, pero claro y expresivo. Un tema largo pierde toda su gracia
y atractivo. Cierto predicador anunció el siguiente tema “Las opiniones falsas que los
hombres se forman acerca de los juicios de Dios permite sobre nuestros prójimos y
las opiniones rectas que se deben formar sobre tales juicios». Con el anuncio de tal
tema, el predicador casi podía haberse ahorrado el sermón. "El peligro de juicios
erróneos" habría sido mucho más acertado para este mismo asunto, porque este
tema no detalla lo que el predicador va a decir, sino que despierta interés por saber
lo que dirá.
Cuando el sermón es textual el tema debe ser tan dependiente del texto que
ha de contener el principal pensamiento del mismo.
El tema ha de ser una expresión completa que una las múltiples ideas de un texto.
He aquí algunos ejemplos de temas adecuados:
1) Sintéticos:
"La dádiva de Dios a nosotros y la nuestra la El": Tit. 2:14.
"El tentado pecador y el tentado Salvador": Hebr. 2:18.
El tema o asunto lo representamos por una nube que se forma como consecuencia
de la necesidad espiritual que el predicador apercibe, como ensombreciendo la vida
de sus oyentes. Dicha nube produce un rayo que ilumina la mente del predicador: Es
el texto apropiado a tal necesidad, el cual origina un título adecuado e interesante.
Tanto en el gráfico como en todos los bosquejos del libro hemos adoptado, para las
divisiones, los signos que suelen usar la generalidad de los predicadores.
Así, los puntos principales son indicados por números romanos: I, II, III, IV.
Las subdivisiones, por cifras: 1.°, 2,°, 3.°, 4.°, etc.
Y las subdivisiones secundarias, por letras: a), b), c), d), etc.
LA GRAN NOTICIA - (Lucas 2:10-11) - El hombre ha sido siempre un ser ávido de noticias. "Oír y
decir una cosa nueva" (Hechos 17:21) era ya ocupación preferida de los atenienses en tiempos de
San Pablo. Se da como principal razón de este hecho el que el hombre es un ser por naturaleza
curioso y, por lo general, insatisfecho; siempre espera algo nuevo que venga a favorecerle o a me -
jorar su condición, aunque muchas veces ocurre lo contrario.
POBRE SIENDO RICO - (2a Corintios 8:9) - Desde que la humanidad empezó a esparcirse sobre la
tierra, quedó establecida la gran controversia entre pobres y ricos, los que tienen menos envidiando a
LAS SIETE PALABRAS - En casi todas las iglesias católicas, y en muchas iglesias evangélicas,
suele predicarse, en la semana del año en que se conmemora la muerte de Cristo —comúnmente
llamada Semana Santa—, un comentario sobre las siete palabras o frases pronunciadas por Cristo en
la cruz.
¿QUE, PUES, HARÉ DE JESÚS? - (Mateo 27:22) - Jamás una pregunta más importante ha sido
formulada por labios humanos.
LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR - (1.a Corintios 15:1-22) - ¡Qué glorioso es para el creyente que
tras la consideración de la muerte de Cristo que se hace en estos días, podamos hablar de su
resurrección. Supongamos que no hubiese resucitado. Por siglos, la humanidad habría venido
preguntándose: ¿Será verdad que era El el Mesías? ¿Es cierto o no lo es el mensaje del cristianismo.
SIGNIFICADO DEL AMOR – (Efesios 5:25-28; 1.a Corintios 13:4-8) - Se ha dicho que el amor es
arte, poesía, música del alma. Es el medio escogido por el Creador para la institución básica de la
sociedad humana: la familia; y para la preservación de las razas. El amor es, ciertamente, el vehículo
de la vida.
EL MOTOR DEL MINISTERIO CRISTIANO - (2.a Corintios 5:14) - Hemos estado aquí
exhortándonos, edificándonos, recibiendo enseñanzas mediante ponencias, cursillos y coloquios. Yo
diría que hemos estado pulimentando y engrasando la maquinaria de nuestro testimonio evangélico.
LA VICTORIA DEL CRISTIANO - (1.a Corintios 15:50-57) - Con razón se considera la vida como
una lucha. Desde que nacemos empieza la lucha para subsistir. Al principio no somos nosotros solos
quienes luchamos, pues el hombre es el más indefenso de los animales;
EL CÁNTICO TRIUNFAL DEL LUCHADOR CRISTIANO - (2.a Timoteo 4:6 al 8) - Se dice del cisne
que canta al sentir llegar la muerte. Este fenómeno tuvo lugar en el apóstol San Pablo. Pero sus
palabras de despedida no suenan a réquiem, sino a gloria.
EXISTENCIA DEL ALMA - (Salmo 8; Mateo 10:28 y 16:26) - Ciertamente las preguntas: ¿Qué soy
en el mundo? ¿Qué papel ocupamos los seres humanos en el inmenso Universo? ¿Por qué
existimos? ¿En virtud de qué podemos darnos cuenta de nuestra existencia?, son preguntas que no
puede menos que hacerse todo hombre pensador.
LA INVITACIÓN SIN IGUAL - (Mateo 11:28-30) - Cierto día que Jesús se hallaba enseñando al
pueblo, vinieron unos alguaciles de parte de los sacerdotes para préndelo. Deseando justificar su
acción, estuvieron esperando oírle pronunciar alguna palabra comprometedora; mas en lugar de
echarle mano, volvieron a sus jefes con la respuesta: "Nunca habló hombre así como este hombre."
JOSÉ, FIGURA DE CRISTO - (Salmo 105:1 al 23) - La historia de José es, sin duda, la narración
histórica más amplia y admirable del Antiguo Testamento. El Espíritu Santo trajo los acontecimientos
para el bien de José y de su pueblo, pero el mismo pudo hacer de modo que fuera un tipo del futuro
Mesías.