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Santo Moisès
Santo Moisès
3. Versículo clave
Èxodo 2:11-14
11 En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los
vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los
hebreos, sus hermanos.
12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio
y lo escondió en la arena.
13 Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que
maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo?
Versìculo de Apoyo
2 Corintios 5:17
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Salmos 2:9
Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
Cuando escuchamos alguna vez el nombre de Moisés, solemos recordar las
películas de él, especialmente cuando divide las aguas del mar, o cuando
recibe de Dios las tablas con los mandamientos. ¡El gran Moisés! Capaz de
enfrentar a los hechiceros del Faraón, o ser líder de casi 1.000.000 de
personas guiándolas por el desierto hasta la tierra prometida. Dispuesto a
hacer polvo un becerro de oro o a suplicarle a Dios para que no destruyera al
pueblo idólatra. Capaz de pegarle a una roca con su vara y hacer salir agua de
ella, o de sentarse, el día entero a escuchar los problemas de las personas y
aconsejarlos con muchísima sabiduría. Capaz de estar solo con Dios 40 días
sin necesidad de comer, hablando con Él como con un amigo. Capaz de
organizar, dirigir, enseñar, aconsejar o disciplinar, de soportar las rebeliones
de algunos celosos y violentos sin descontrolarse ni perder la paz. Y contar con
el apoyo de Dios diciéndole: “Yo voy a ir contigo”.
Antes de ser una persona santa, Moisés tuvo que ser quebrantado para cumplir
con los propósitos de Dios en su vida; de la misma manera nosotros debemos
pasar por un proceso de transformación, Dios nos moldeará conforme a su
propósito para nosotros. (Salmos 2:9)
Reflexión
Si alguien te contara que una persona como Moisés sería elegido para llegar a
ser el gran Moisés (y santo), ¿le creerías?
Mírate a ti mismo por un momento, con tus arrebatos, con tus pecados
“secretos”, con tus crisis personales, con tus actitudes descontroladas, o con
tus diarias depresiones. Si alguien dijera que puedes llegar a ser alguien
totalmente distinto (santo, útil, renovado), ¿le creerías?
Hay alguien que piensa en ti y no quiere dejarte así como estás. Él quiere
hacerte aún mejor. No importa lo que hoy eres, importa lo que serás si te dejas
tratar y guiar por Dios, como el santo Moisés. 2 Corintios 5:17