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A UNA SOLA VOZ

A lo largo de los años hemos presenciado la lucha constante de esa voz


encarcelada y con tantas ganas de ser escuchada, la voz de la mujer, de aquel
complemento creado hacia el hombre pero que este ha tomado como objeto,
objeto de descarga emocional, objeto sexual, objeto de atención, pero solo como
algo desechable. Como todo en esta vida hay excepciones pero dándole un
enfoque global a esta lucha constante ese es el mayor sentimiento, una voz que
grita para adentro por no poder hacerlo para afuera.
En estos dos fragmentos: “Pecado compartido” y “El jardinero del convento” que
hacen parte de la obra del Decamerón, podemos ver a la mujer como alguien sin
voz, en ninguna de las dos obras se muestran los sentimientos de la mujer, sus
pensamientos, sus opiniones, etc. A pesar de que en la segunda obra antes
mencionada se ve a la mujer con la iniciativa de satisfacer estos deseos, no es
más que una excusa para mostrarla desde una perspectiva netamente sexual y
vemos al final, como siempre, el hombre sale beneficiado de todo esto y es el
único al cual no se le critica su actuar ni recibe castigo alguno. Así mismo pasa
actualmente, no son cuentos ni historias de tierras lejanas, es la vida real que se
encuentra hasta en nuestros propios hogares; en los últimos años hemos visto
como la mujer le ha tocado recurrir a actos rebeldes y de protesta para lograr ser
un poco escuchada, pero este movimiento de “feminismo” no es nuevo, es algo
que lleva presente en nuestra sociedad desde siglos anteriores, solo que en estos
tiempos la paciencia de esos cuerpos ofendidos y dañados física y
psicológicamente se ha desgastado y esas ganas de levantar la voz se han
incrementado hasta el punto de cambiar el movimiento a un “feminazi”. Estas
luchas no han sido en vano, se han conseguido avances en nuestra historia, se
consiguió el derecho al voto, a la protección, entre otros, qué triste que un ser
humano tenga que luchar por esto solo por tener género femenino.
El autor de estas obras definitivamente ve a la mujer como algo sexual, no como
alguien con derecho a experimentar y no ser juzgada, con derecho a sentir amor y
no placer, a salir y ganar dinero afuera y no desde casa solo porque tiene que
asumir ese rol absurdo de hogar, seguramente el contexto en el cual se movía era
así, y por esta razón su perspectiva era tan antigua y débil, pero quiero resaltar
que es triste leer este libro, sentirse cautivada por él pero que al terminarlo y mirar
a tu alrededor veas exactamente lo mismo, sin necesidad de palabras sino
explícito en los actos, en las canciones, en la ganancia económica, en la familia,
en fin, en todos los ámbitos en los que la mujer debe ser escuchada y tratada con
comprensión, amabilidad y ternura, como a todo ser que respire y sienta, pero que
por el contrario solo se le tiene en cuenta su órgano reproductor.
La mujer es más que en cuerpo, vale más que un comentario, vale más que un
momento de placer, es más que una experta en hacer cosas del hogar, la mujer es
un corazón, es una sonrisa, es una flor para cuidar, la mujer es un refugio, es un
productor de vida, pero sobre todo la mujer es una voz y la sociedad debe ser ese
oído para cambiar y respetar a este hermoso ser.

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