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Formación Reactiva y Sublimación
Formación Reactiva y Sublimación
211Partimos
de las aberraciones de la pulsión sexual con referencia a
su objeto y a su meta; nos preguntamos si ellas surgían a
consecuencia de una disposición innata o se adquirían por
las influencias de la vida. Obtuvimos la respuesta a partir
de la intelección de las circunstancias que rodean a la pulsión
sexual en el caso de los psiconeuróticos —un grupo
numeroso de seres humanos, no distante del de los sanos—.
Fue la indagación psicoanalítica la que nos procuró esa intelección.
Hallamos, pues, que en esas personas las inclinaciones
a todas las perversiones eran pesquisables como
unos poderes inconcientes que se traslucían como formadores
de síntoma. Pudimos afirmar que la neurosis es, en
cierto modo, un negativo de la perversión. Reconocimos
entonces que las inclinaciones perversas están muy difundidas;
y dado ese hecho, se nos impuso este punto de vista:
la disposición a las perversiones es la disposición originaria
y universal de la pulsión sexual de los seres humanos, y a
partir de ella, a consecuencia de alteraciones orgánicas e inhibiciones
psíquicas, se desarrolla en el curso de la maduración
la conducta sexual normal. Alentamos entonces la
esperanza de descubrir en la niñez esa disposición originaria;
entre los poderes que circunscriben la orientación de la
pulsión sexual, destacamos la vergüenza, el asco, la compasión
y l^s construcciones sociales de la moral y la autoridad.
Así, en todo cuanto constituye una aberración fijada
respecto de la vida sexual normal, no pudimos menos que
discernir una cuota de inhibición del desarrollo y de infantilismo.
Debimos situar en primer plano la significa tividad de
las variaciones de la disposición originaria, pero suponer entre
ellas y las influencias de la vida una relación de cooperación
y no de rivalidad. Por otra parte, puesto que la disposición
originaria no puede menos que ser compleja, nos
pareció que la pulsión sexual misma era algo compuesto por
muchos factores; y que en las perversiones, estos se disgregaban,
por así decir, en sus componentes. De tal modo,
las- perversiones se evidenciaron por una parte como inhibiciones,
y por la otra como disociaciones, del desarrollo
normal. Ambas concepciones se reunieron en una hipótesis:
la pulsión sexual del adulto engendra una aspiración con una
única meta sexual mediante la composición de múltiples mociones
de la vida infantil en una unidad.
FACTORES QUE PERTURBAN EL DESARROLLO. Como ya lo
elucidamos en diversos ejemplos, todo paso en esta larga
vía de desarrollo puede convertirse en un lugar de fijación,
y todo punto de articulación de esta complicada síntesis, en
la ocasión de un proceso disociador de la pulsión sexual."
Nos resta todavía brindar un panorama de los diversos factores,
internos y externos, que perturban el desarrollo, e indicar
los lugares del mecanismo afectados por la perturbación
que aquellos provocan. Tengamos en cuenta que los
factores que se incluyen en una misma serie pueden ser de
valor dispar, y estemos preparados para tropezar con algunas
dificultades en la apreciación de cada uno de ellos por
separado. continuación con lo d abajo
218 SUBLIMACIÓN. [3.] El tercer desenlace de una disposición
constitucional anormal es posibilitado por el proceso de la
«sublimación». En ella, a las excitaciones hiperintensas que
vienen de las diversas fuentes de la sexualidad se les procura
drenaje y empleo en otros campos, de suerte que el
resultado de la disposición en sí peligrosa" es un incremento
no desdeñable de la capacidad de rendimiento psíquico. Aquí
ha de discernirse una de las fuentes de la actividad artística;
y según que esa sublimación haya sido completa o incompleta,
el análisis del carácter de personas altamente dotadas,
en particular las de disposición artística, revelará la mezcla
en distintas proporciones de capacidad de rendimiento, perversión
y neurosis. Una subvariedad de la sublimación es
tal vez la sofocación por formación reactiva, que, .según
hemos descubierto, empieza ya en el período de latencia del
niño, y en los casos favorables continúa toda la vida. Lo
que llamamos el «carácter» de un hombre está construido
en buena parte con el material de las excitaciones sexuales,
y se compone de pulsiones fijadas desde la infancia, de otras
adquiridas por sublimación y de construcciones destinadas a
sofrenar unas mociones perversas, reconocidas como inaplicables."
Así, en la disposición sexual universalmente perversa
de la infancia puede verse la fuente de una serie de
nuestras virtudes, en la medida en que, por vía de la formación
reactiva, da el impulso para crearlas.*-
introduccion al narcicismo