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Boletín del Laboratorio de Petrología y

Conservación Cerámica
LABORATORIO DE PETROLOGÍA Y CONSER VACIÓN CERAMICA
ESCUELA DE ARQUEOLOGÍA, UNIVERSIDAD NACIONAL DE CATAMARCA

Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X labceramicaunca@gmail.com Agosto 2017

Editorial Contenido:
la localidad Jujueña de Casi- prehistoriados André Leroi- Artículos
ra, de este modo aportando Gourhan en perspectiva histó-
Cerámica roja artesanal
información relevante para la rica. El concepto de cadena contemporánea de Casira,
caracterización de este inva- operativa es abordado deta- Jujuy Argentina, caracteriza- 1
lorable artesanía argentina. llada y meticulosamente por ción del material
Alfarería tradicional de la localidad Carosio y col. reportan los Ramírez Galicia, iluminando Nicolás M. Rendtorff
de Casira (Jujuy, Argentina) (Rendtorff María F. Serra
et al. 2017, ver este Boletín). resultados preliminares obte- de esta forma la profundidad Agustina Paltrinieri
nidos a través de la caracteri- del pensamiento del prehisto- M. F. Hernández
zación arqueométrica del riador sobre la acción física M. G. Gauna
En este nuevo número el Bo- estudio analítico de las pintu- sobre la materia. Mientras E. Moyas
letín del Laboratorio de Petro- M. S.Conconi
ras y pigmentos utilizados por que De La Fuente evalúa la
logía y Conservación Cerámi- los alferoros para decorar las noción de tecnología imperan-
ca (EDA-UNCa.) presentamos vasijas en la Tambería de te en la obra del prehistoria- Estudios preliminares de
cinco contribuciones; tres de Guandacol (La Rioja, Argenti- dor y su aporte a los estudios pigmentos en Cerámicas
ellas aportan información na). La contribución de Villa- arqueológicos. Arqueológicas Tardías me-
arqueométrica y petrográfica diante Microscopía de Barrido
nueva revela la complejidad Electronico (MEB-EDS). Apor-
en estudios de casos y las existente en la producción de tes para el Conocimiento
otras dos restantes reflexio- alfarería en el Altiplano Ca- Dr. Guillermo A. De La Fuente Tecnológico Alfarero de las
nan sobre el concepto de chaî- rangas, Bolivia, durante mo- sociedasdes de la Tambería
ne opératoire y sus alcances y Editor de Guandacol (Oeste de la
mentos prehispánicos del In- 13
limitaciones en los estudios Provincia de La Rioja)
termedio Tardío e Inka. Final- Sebastián A. Carosio
arqueológicos. El trabajo de mente, las contribuciones de Amancay Martínez
Rendtorff y colaboradores Ramírez Galicia y De La Fuen- Matías Merlo
estudia las características te aportan a la discusión teó- Esteban Crespo
físico-químicas, microestructu- rica y metodológica del pen- J. Roberto Bárcena
rales y mecánicas de las vasi- samiento programático del
jas artesanales realizadas en
Petrografía Cerámica y Arti-
Cerámica roja artesanal contemporánea de Casira, Jujuy Argentina, culación Comunitaria. El
Caso del Intermedio Tardío
caracterización del material. N.M. Rendtorff (1,2)*, M.F. Serra (1), A. Paltrinieri (1), M.F. (ap. 1100-1450 D.C.) en el
Hernández (1)(2), M.G. Gauna(1), E. Moyas(1), M.S. Conconi(1) (1)Centro de Tecnología de Altiplano Carangas, Bolivia. 26
Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC): (CIC-CONICET-CCT La Plata), Camino Centenario y Juan Villanueva Criales
506, C.C.49 (B1897ZCA) M.B. Gonnet, Argentina. (2) Departamento de Química, Facultad de
Ciencias Exactas, Universidad Nacional de La Plata, UNLP, 47 y 115, La Plata, Argentina. La chaîne opératoire de
André Leroi-Gourhan. Al-
Resumen gunas reflexiones sobre la
La cerámica actual elaborada en la Puna Argentina posee un valor cultural y económico significativo historia y actualidad de un 36
para la región. En particular en los talleres tradicionales de Casira se producen los principales exponen- concepto.
tes de la cerámica popular de nuestro país. En el presente trabajo se propone establecer y reportar Alfonso Ramírez Galicia
algunas de las propiedades y comportamientos tecnológicos de estos cerámicos. Se logró reportar las
propiedades químicas, cristaloquímicas, microestructurales y mecánicas de un cerámico representativo.
Luego se describió el comportamiento dilatométrico y la microestructura del mismo. Todas estas fueron Chaîne Opératoire, Ritmos
correlacionadas con las materias primas empleadas y el método de fabricación. El análisis de las distintas Culturales e Identidad Técni-
caracterizaciones que se realizaron en este estudio permitió poner en contexto al cerámico y describir ca en Arqueología: la noción 69
algunos de sus características tecnológicos que le confieren identidad única a estas cerámicas. de tecnología en André Leroi-
Gourhan.
Abstract
Pottery currently made in the Argentinean Puna presents a cultural and economic value. Particularly that Guillermo A. De La Fuente
produced by traditional workshops from Casira is one of the leading exponents of folk pottery of our
country. This work aims to establish and report some of the properties and technological behaviors of
these ceramics.Chemical, crystallographic, microstructural and mechanical properties of a representative
ceramic are reported. The dilatometric behavior of the ceramic and the microstructure thereof were de-
scribed. All these were correlated with the employed raw materials and the manufacturing method. The
characterizations put into context the ceramic, and describe some of its technological merits which give
unique identity to these ceramics.
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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

1. Introducción

La Puna es una altiplanicie de gran extensión que comprende el norte de la República Argentina, Chile y el sur de Bolivia.
En la región Argentina abarca las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca. En Jujuy al límite con Bolivia, se encuentra el pue-
blo de Casira (-21.9785, -65.8963). La gran altura sobre el nivel del mar, la amplitud térmica, la baja humedad ambiente,
las bajas precipitaciones, la rigurosidad del clima y la escases de recursos naturales en comparación a otras regiones carac-
terizan la geografía de esta región. La economía del pueblo es principalmente mixta entre la producción cerámica y la cría
de animales de la puna.
Tal vez, sea el único lugar en el país que se autodenomina pueblo alfarero, resaltando la importancia que tiene este oficio
en la zona. La alfarería no solo es de gran relevancia para los lugareños por ser su mayor fuente de ingreso, sino que
además, mantiene viva su tradición cultural constituyéndose en un uno de los principales factores de la construcción colectiv a
de su propia identidad como pueblo.
Esta producción está centrada en talleres familiares, con depuradas técnicas manuales de fabricación de cerámicos basados
en arcillas recolectadas en el lugar y horneadas con los combustibles de la zona, como el guano de llama y burro o leña
comprada proveniente en otras zonas de la provincia (Fernández 1999) (Menacho 20011y 2007) (Pieroni 2015).
Las vasijas o cuencos son comercializados de manera formal e informal en todo el territorio Argentino, es decir, pueden ser
adquiridas en el domicilio del productor o en los puestos de ferias itinerantes atendidas por los mismos productores o inter-
mediario en comercios formales, cadenas de hipermercados, negocios de suvenires del NOA, hasta incluso en la ciudad de
Buenos Aires y otros centros turísticos. Es más, estas ollas son iconos de los objetos de cerámica popular Nacional, y son sin
lugar a duda herederas de una tradición de producción alfarera que se remonta a tiempos prehispánicos. Por todo lo antes
dicho es necesaria la conservación de este oficio que logra aunar el medio de subsistencia económico con la identidad cultu-
ral e histórica del pueblo. (Slattery 2010).
Esta alfarería es la protagonista de la fiesta popular de Manca Fiesta o Fiesta de la Olla (figura 1) un acontecimiento que
se realiza desde antes de la llegada del español, año tras año en la ciudad de La Quiaca, provincia de Jujuy, iniciándose el
tercer sábado de Octubre hasta el último día del mes (Menacho 2001).
Estudios recientes fueron enfocados hacia el análisis de los orígenes de la producción y su impacto cultural; como también al
conformado y las metodologías empleadas (Pieroni 2015).
Pieroni presenta un estudio dónde realizó un doble enfoque. Por un lado estudia la producción artesanal actual y por otro,
un análisis diacrónico que rastrea los orígenes de este tipo de alfarería a partir del estudio de la producción cerámica de
los últimos 200 años. Este enfoque dual permite relacionar de manera directa la producción actual con su antecesora. El re-
sultado de este estudio muestra que existe una relación de continuidad entre la cerámica producida en los siglos XIX y XX y
la producida actualmente en los talleres familiares de Casira.
En otro trabajo, Fernández realizó la caracterización mineralógica, petrográfica y granulométrica de las materias primas, a
la vez que analizó y describió los distintos procesos de conformado y cocción. Un profundo análisis sobre ello, le permitió
concluir que el desarrollo de este tipo de alfarería es fruto de largos procesos de aprendizaje colectivo. (Fernández 1999).
Estos dos estudios nos ofrecen la posibilidad de generar la hipótesis de que existe una continuidad que emparenta la pro-
ducción actual y las producciones coloniales y prehispánicas de la región, resaltando la importancia de su valor histórico y
cultural. La producción actual de Casira supone una forma de producción híbrida entre las producciones coloniales y las pre-
hispánicas. Tanto en la organización social de la producción como los mismos objetos y métodos de fabricación y recolección
de materias primas, dicho de otro modo, entendemos que los estudios realizados confirman que la producción de este tipo
de cerámicos conserva en sus modos de producción artesanal un contenido cultural de más de 200 años de historia en la que
este pueblo fue conformando su identidad colectiva, al punto de autodenominarse pueblo alfarero, evidenciando que la
actividad alfarera atraviesa a la comunidad en todas sus actividades.
La relevancia sociocultural e histórica motivó que diversos estudios abordaran la temática desde aspectos morfológicos,
etnográficos, históricos, arqueológicos; sin embargo no existe información detallada sobre las propiedades tecnológicas de
los materiales resultantes, al menos con las metodologías que se pretenden abordar en el presente trabajo.
La alfarería de Casira puede describirse como una cerámica roja, porosa y monocromática (Rice 1987) que en general es
empleada como contenedores de diversos tamaños (desde miniaturas hasta piezas de casi un metro de dimensión) o para
ser usados como objetos culinarios, más específicamente como ollas de cocción a fuego directo. En algunos casos los contene-
dores originalmente de uso culinario cumplen en su aplicación urbana contemporánea, funciones decorativas o de maceta
para el cultivo de plantas domésticas, lo cual implicaría otro tipo de solicitaciones respecto al uso culinario, en las cuales la
integridad en las cuales estas piezas se ven sometidas a un esfuerzo mecánico directo como la resistencia al impacto y la
erosión constante en vez de solicitaciones termo mecánicas.

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Figura 1: A) Olla motivo de estudio; B) imagen del mercado popular de La Quiaca, durante la Manca fiesta, fiesta popular
que se realiza todos los octubres, en La ciudad de La Quiaca, Jujuy, Argentina.

Las morfologías típicas han sido descritas en diversos trabajos (Menacho 2001 y 2007) (Pieroni 2015) dentro de las cuales
se encuentran los virques, las ollas, los yuros, los cuencos; todos estos con distintos usos y herederos de las morfologías pre-
hispánicas y en algunos casos con influencias coloniales.
La pasta con que los artesanos locales confeccionan los objetos cerámicos parte de la mezcla de dos componentes. Por un
lado el empleo de arcilla proveniente del margen del río Santa Catalina con evidente comportamiento plástico, denominado
por los lugareños “barro chico”. Por otro lado, se utiliza un segundo mineral, también arcilloso, denominado “pirca” prove-
niente de la zona. La composición cristaloquímica y distribución granulométrica de las materias primas han sido estudiadas
por otro autor (Fernández 1999) y se muestran en la tabla 1 y la figura 2. La Tabla 1 muestra las fases cristalinas identifi-
cadas, en ambas materias primas, mediante la difracción de rayos X. fracciones
Notoriamente desde el punto de vista cristaloquímico ambas materias primas son principalmente arcillosas. En segundo lugar
la figura 2 muestra la distribución granulométrica obtenida por tamizado.
Desde el punto de vista granulométrico, el barro chico presenta un distribución de tamaño homogénea en el rango de las
arcillas (menor a 2 μm) y en el caso de la segunda (pirca), se utiliza con una distribución más amplia. (Fracción limo entre 2 y
20 μm y fracción arena o gravas entre 20 μm y 10000 μm). La granulometría de la Pirca le permite funcionar como anti-
plástico o temperante de la primera arcilla aparentemente con excesiva plasticidad como para poder construir piezas de
elevada altura. Ambos minerales son extraídos por los propios alfareros con herramientas rudimentarias (no industriales co-
mo el picos y la pala) y transportados a los talleres en vehículos (Rice 1987). Si bien históricamente la molienda es llevada
adelante de manera manual mediante el chancado, desde hace algunos años se ha incorporado el molino de martillos (con
motores a explosión interna) para la molienda de la pirca que es de elevada dureza. El empaste o hidratación se realiza
de manera manual, lo mismo que el amasado (Pieroni 2015).

Materia primas Composición mineralógica


Mayoritarias Minoritarias
Pirca Illita, Cuarzo y plagioclasa
clorita,

“Barro chico” Illíta, Cuarzo y plagioclasas


smectita,

Tabla 1: Composición cristalográfica de las materias primas (Fernández 1999)

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Figura 2: Distribución granulométrica de las materias primas, (tamices estándar).

Los lugareños conforman sus piezas por deformación plástica con técnicas como el ahuecado directo, la construcción por cho-
rizos (rulos) o por planchas. El acabado superficial puede o no ser llevado adelante con la aplicación de un engobe (barro
fino) una vez casi alcanzada la pérdida total del agua de empaste a temperatura ambiente o al sol, en una atmosfera de
muy baja humedad como la presente en la región de la Puna (Pieroni 2015). El secado al aire que precede a la cocción se
realiza a cielo abierto bajo el sol. Esto es posible debido a las características del cuerpo arcillosos empleado, el cual no
presenta una importante contracción al secado debido a la presencia de temperantes de granulometría gruesa. Si esto no
fuera de esta manera el secado de piezas de importantes dimensiones no podría ser llevado a delante en al aire libre y al
rayo del sol tal como se lo realiza. La gruesa granulometría del temperante es una ventaja tecnológica de gran a adapta-
ción. El proceso de cocción se realiza en hornos efímeros construidos generalmente siempre en el mismo lugar con algunos
bloques de adobe y restos de piezas rotas (Fernández 1999). Muchas de las piezas ya cocidas presentan marcas de fuego
por la cocción con los combustibles presentes en la zona, (madera de descarte, maderas y arbustos autóctonas y guanos),
estas marcas pueden ser relativamente controladas con la compactación de las mezclas de combustibles y ubicación de las
piezas en los hornos.
Si bien esta alfarería es mayoritariamente realizada a mano o como dicen los lugareños “a pulso”, desde hace algún tiempo
se han introducido nuevas tecnologías como los moldes de yeso; para prensar pasta en estado plástico y para el vaciado de
barbotinas y el torno alfarero (eléctrico y/o patero) (Pieroni 2015).
Generalmente, en este tipo de vasijas los temperantes son arenas cuarcíticas, feldespatos, hueso o tiesto molido, pero este n o
es el caso (Rice 1987) (Dondi et.al. 2014). Evidentemente ambos: arcilla y temperante son estrictamente desde el punto de
vista mineralógico arcillas, pero de granulometrías y composición cristaloquímicas distintas. En consecuencia presentan cinét i-
cas de hidratación distinta (Tari et. al. 1999), ya que la arcilla gruesa y caolinítica (pirca) no necesariamente se hidrata con
la misma facilidad que la arcilla secundaria más fina (barro bayo), cumpliendo en el empaste la función de temperante.
Posiblemente en estas propiedades radique la selección de las mismas, diferenciándose también en el contenido de agua
necesaria para trabajarla en estado plástico. La naturaleza arcillosa de la matriz (barro) y los temperantes (pircas) asegura
un casi nulo desacople de los coeficientes de dilatación. Esto permite que las ollas tengan una gran resistencia a los gradie n-
tes de temperatura a los que son sometidos estos cerámicos de uso culinario (Bronitsky 1989) (Tite et.al. 2001)
La dosificación de las arcillas se realiza empíricamente hasta condiciones óptimas (a criterio del alfarero). Una curva de
contracción al secado brindaría información interesante sobre la correcta elección llevada adelante en base a la experien-
cia colectiva, sin embargo un estudio sistemático de estas curvas se vería influenciado por los cortes granulométrico utiliza dos
(Tari et. al. 1999).

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El presente trabajo entiende la necesidad de analizar y reportar las propiedades y comportamientos tecnológicos de la
producción cerámica de Casira. Para ello se propone, a partir de analizar una olla cerámica, evaluar y describir su compo-
sición química y cristaloquímica, la microestructura, sus propiedades texturales y mecánicas y el comportamiento dilatométri-
co. Esta caracterización además de contextualizar la producción alfarera en lo que concierne a las propiedades del mate-
rial permitirían contribuir a la construcción de estrategias de determinación de la trazabilidad de los cerámicos construidos
por las técnicas y tecnologías tradicionales, es decir establecer estrategias para poder corroborar el origen de determina-
das piezas. Además el análisis de las características fisicoquímicas de este tipo de material permitiría la comparación de
estos con las propiedades de cerámicos similares de interés arqueológico y patrimonial de la zona, abordando de una ma-
nera más amplia las propiedades de la cultura cerámica del pasado, a la vez que se plantean las hipótesis de cuáles fueron
las motivaciones que llevaron a elegir estas tecnologías.

2. Parte experimental

La pieza cerámica elegida se muestra en la figura 1A y presenta la morfología típica de una olla, con 30 cm de diámetro y
25 cm de altura, y un espesor de entre los 4 y los 8 mm. El color es de marrón fuerte (7.5YR 5/6 en la escala de Munsell) y
presenta algunas marcas de fuego en su superficie típicas resultado tanto de su acabado superficial con engobe como de su
cocción (Rice 1987).
En primer lugar se llevó a delante un análisis químico de los cerámicos, mediante el cual se pude inferir el comportamiento
térmico de las mezclas, y los rangos de maduración o sinterización y ablandamiento de los cerámicos y corroborar las mate-
rias primas utilizadas. El análisis químico nos brinda información sobre los componentes mayoritarios, los minoritarios y la
traza, el mismo fue realizado mediante espectroscopía de emisión atómica de plasma acoplado inductivamente (ICP -AES), la
muestra se disolvió mediante ataque triácido (HF, HClO 4 y agua regia). Las fases cristalinas presentes en los cerámicos fue-
ron identificadas mediante la difracción de rayos X, las condiciones fueron las siguientes, se empleó un equipo Philips 3020
con radiación de Cu-Kα y filtros de Ni empleando 40 kV–20 mA de voltaje y corriente, en el rango de 2θ comprendido
entre 3 y 70º; empleándose pasos de 0.04º con tiempo de conteo de 2 segundos. Los patrones de difracción fueron luego
analizados con el programa para ajustes multipropósito FullProf (Versión 5.20 – Julio de 2011). Este programa incluye al
método de Rietveld que permitió la cuantificación de las fases. El contenido de fase no cristalina o de baja cristalinidad,
generalmente no detectados mediante esta metodología, fue ponderado de manera precisa mediante un método indirecto
descrito en dos trabajos previos (Serra et.al. 2013) (Conconi et.al. 2014). Previamente las fases cristalinas fueron identifi ca-
das mediante el software de análisis X'Pert HighScore, versión 2.1.2.
Aprovechando que la base de la olla presenta una zona plana de 15 cm de diámetro, se cortaron probetas prismáticas con
un disco de diamante y luego fueron rectificadas con papel de lija. Las medidas fueron de 5,0 x 5,0 x 40 mm 3. Sobre estas
probetas se llevaron adelante las caracterizaciones cerámicas típicas que comprendieron: las propiedades texturales me-
diante el método de inmersión en agua (Arquímedes) según norma ASTM y las propiedades mecánicas (Serra et.al 2014).
La caracterización mecánica comprendió la resistencia a la flexión en tres puntos (σf) y el análisis del módulo de elasticidad
dinámico (E) mediante la técnica de excitación por impulso. Para el primero se empleó una maquina universal de ensayo
mecánico (Universal testing machine INSTRON 4483). Con un separación de 35 mm y una velocidad de desplazamiento de
2,5 mm/min. Para el ensayo no destructivo de la constante elástica se utilizó un equipo GrindoSonic, modelo MK5
“Industrial”, con un detector piezoeléctrico.
La microestructura del material fue evaluada mediante la microscopía electrónica de barrido, (JEOL, JCM - 6000), se em-
plearon condiciones de alto vacío y la observación se llevó adelante sobre probetas pulidas con pasta de diamante de 1
μm y con un metalizado de oro.
Por último se llevó adelante la caracterización del comportamiento dilatométrico del material. Fue empleado un dilatómetro
vertical (TMA-Rigaku Thermo plus EVO II). Se utilizó una velocidad de calentamiento de 10 °C/min hasta 900ºC, valor por
encima de la temperatura estimada de calcinación en los hornos empleados (Fernández 1999). Las probetas estudiadas
fueron, en este caso, de 4,0 x 4,0 x 20,0 mm 3. Se estudiaron tanto la expansión como la expansión diferencial. Este ensayo
permite dar indicios sobre la temperatura máxima a la que fuera sometido el material durante su fabricación.

3. Resultados y discusión
3.1 Composición química
La Tabla 2 muestra la composición química expresada en óxidos del material motivo de estudio. En primer lugar, se observa
una casi nula perdida por calcinación (PPC). Luego como es de esperar, los elementos mayoritarios se corresponden con los
óxidos de silicio, aluminio y hierro. Se destaca el contenido de alúmina y el elevado valor del hierro, responsable de la col o-
ración de estos cerámicos (Rice 1987). El elevado contenido de cationes metálicos se corresponde con la composición cristalo-
química de las materias primas (Tabla 1), por la posible presencia de arcillas y feldespatos con hierro, manganeso, potasio,
etc. También es remarcable el elevado contenido de óxidos fundentes (alcalinos y alcalino térreos) alcanzando el 7 % p/p y
casi igualando al hierro.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
L A B O R A T O R I O D E P E T R O L O G Í A Y C O N S E R V A C I Ó N C E R A M I C A
E S C U E L A D E A R Q U E O L O G Í A , U N I V E R S I D A D N A C I O N A L D E C A T A M A R C A

El contenido de óxidos alcalinos (Na 2O y K2O) predominando por encima de los alcalinos térreos (CaO y MgO) se conforma
en otra característica: 4,5 y 2,5 % p/p respectivamente predominando el potasio y el magnesio en cada caso. Estos valores
corresponden a una elevada fusibilidad de la pasta empleada (arcilla junto con los temperantes). En otras palabras la madu-
ración (fusión) de esta pasta ocurrirá a bajas temperaturas en comparación con las pastas o formulas industriales (Dondi et.a l.
2014), teniendo en cuenta que los ciclos de cocción empleados tienen la característica de ser rápidos y a temperaturas entre
700 y 800 ºC, en estas condiciones a pesar del elevado contenido de metales fusibles los cerámicos no se funden, pero pro-
bablemente si estas pastas fueran sometidas a ciclos mayores ( ente 1000-1100ºC) esta formulación sufriría un procesos de
fusión, deformación y/o burbujeo (Zanelli et.al. 2004).

Oxido % p/p Oxido % p/p


PPC 0,085 MnO 0,086
SiO2 58,70 SO3 0,067
Al2O3 25,62 V2O5 0,038
Fe2O3 7,356 Rb2O 0,022

K2O 4,252 ZrO2 0,022

MgO 1,813 CuO 0,017


TiO2 0,880 ZnO 0,013
CaO 0,740 SrO 0,011
Na2O 0,265 Y 2 O3 0,006

Tabla 2: composición química del cerámico de Casira

3.2. Porosidad y absorción de agua

Propiedades Resultados

Densidad aparente 1,50 gr/cm3

Porosidad 19,02 %
Aparente
Absorción de agua 12,56 %

Tabla 3: Propiedades texturales de la cerámica artesanal de Casira.

La porosidad de la muestra evaluada mediante el método de inmersión en agua se muestra en la tabla 3. Se puede observar
que los valores obtenidos se corresponden con el de un cerámico poroso y permeable [ISO 13006]. Para cumplir con la im-
permeabilidad necesaria se llevan adelante el acabado superficial tipo engobe y bruñido, seguido de un tratamiento defini-
tivo que se realiza luego del horneado con materia grasa (Fernandez 1999). Estos valores influirán en el comportamiento
termo mecánico del material (Kilikoglou et.al.1998) (Munz & Fett 2013) (Wachtman et. al. 2009). Es bien sabido que la pre-
sencia de porosidad mejora la resistencia a gradientes de temperatura, tanto gradientes en el espesor de la pieza (cara
caliente y cara fría), como gradientes en el tiempo como los choques térmicos. Ambas solicitaciones son típicas de los usos c uli-
narios. Los poros y defectos tales como las grietas que rodean las inclusiones de los temperantes, actúan como concentradore s
de tensiones termomecánicas (Rendtorff et.al. 2007). Este parámetro evidencia lo adecuado del cerámico para este tipo de
solicitaciones.

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3.3 Composición cristaloquímica (DRX)

En la tabla 1 se describen las fases cristalinas identificadas de las dos materias primas. La figura 3 grafica el difractogra ma
del cerámico. En la tabla 4 se describen Las fases identificadas junto a la cuantificación y el contenido de fase no difracta ntes
o amorfa ponderada con el método antes descrito
El estudio de la acción del calor sobre los minerales arcillosos ha sido ampliamente estudiado: la descomposición térmica de
las arcillas comprende la pérdida de agua química, (deshidroxilaciones) (550-600 ºC) para formar metakaolin o fases simila-
res de baja cristalinidad y a mayores temperaturas (980 ºC) se forman la pre-mullita y la espinela, ambas del sistema Al 2O3-
SiO2 (Rice 1987). La descomposición térmica de los feldespatos, ocurre por encima de los 1150 ºC. La presencia de cristobali-
ta hubiera evidenciado también tratamientos a elevadas temperaturas por encima de los 1100 ºC, la transformación de ana-
tasa a rutilo ocurre a 500 ºC pero es reversible. La presencia de cuarzo, mica, feldespato y la pequeña proporción de óxido de
titanio en su polimorfo de anatasa nos permite estimar que estos cerámicos fueron calcinados por debajo de los 900ºC (Fernandez
1999). La estructura del metacaolín presenta cierto grado de ordenamiento a nivel local, pero no presenta manifestaciones impor-
tantes frente a la difracción de rayos X y no es estrictamente amorfa (Spernik et.al. 2011).

También se destaca la presencia de cuarzo presente en ambas materias primas sin evidenciar procesos químicos resultado de
la acción del calor. Cabe destacar la presencia de fase no cristalina o de baja cristalinidad, que alcanza casi el 40 % esta,
no se encontraba en los materiales de partida y es la responsable de la cementación de la pieza y la resistencia mecánica
alcanzada. Esta fase de baja cristalinidad está formada principalmente por el metacaolín y otros neominerales resultantes de
la deshidroxilación de los filosilicatos laminares, caolinita, clorita etc. originalmente presentes en los minerales de partida de
las dos materias primas empleadas. Estas fases no son estrictamente amorfas, pues no son generadas por una fusión, sino que
sus dominios cristalinos no son lo suficientemente grandes como para generar la interferencia aditiva necesaria para el fenó-
meno de difracción de Rayos X.
Fase % (p/p)
Cuarzo 39,8

Feldespato 9,0

Anatasa 0,9

Mica 10,7

Fases de baja cristalinidad 39,6


(metacaolin+vidrio)

Tabla 4: Fases cristalinas identificadas y cuantificadas en el cerámico motivo de estudio.

Figura 3: Patrón de difracción del cerámico estudiado.

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3.4 Comportamientos y propiedades mecánicas

Las propiedades mecánicas se corresponden con la performance y aptitud de un material cerámico, estando a su vez relacio-
nados con su uso o función (Kilikoglou et.al. 1998) (Munz y Fett 2013) (Wachtman et. al. 2009), ya que el deterioro o falla de
las piezas en los distintos usos puede llegar a diferir en función del tipo de solicitaciones a la que es sometido el materia l.
Como regla general estas se encuentran todas directamente correlacionadas. Con la excepción de las solicitaciones termo-
mecánicas, en algunos casos el beneficio de la incorporación de concentradores de tensiones en la microestructura, como los
poros y micro-grietas mejora la capacidad de los materiales a no ser deteriorados en su integridad microestructural resultado
de gradientes de temperatura (Rendtorff et.al. 2007); pero este mismo hecho baja el valor de la resistencia mecánica, confi-
gurando una relación de compromiso entre la resistencia mecánica y la resistencia a los gradientes de temperatura, entre la
porosidad y la resistencia mecánica. La evaluación de las propiedades mecánicas de los materiales cerámicos representa un
desafío metodológico, ya que requiere de geometrías conocidas y bien definidas, así como de un número de probetas signifi-
cativo o adecuado como para poder tener una estadística lo suficientemente robusta. Además, supone un grado de homoge-
neidad microestructural que muchas veces no es estricto. En lo que respecta a la evaluación de estas propiedades en cerámica
tradicional, esto significa un reto aun mayor, pues se debe cortar las probetas de piezas cerámicas que presentan morfolog-
ías curvas. A lo que se suma que durante el corte se pudiera incorporar algún tipo de deterioro que influya en la propiedad
a evaluar, que además se encuentra ligada al acabado superficial (Munz y Fett 2013).
En el presente estudio se muestran los resultados de la caracterización de las propiedades mecánicas de una olla en base a
la resistencia a la flexión en tres puntos de probetas prismáticas cortadas con disco de diamante (0,5 mm de espesor). Apro-
vechando que la técnica de excitación por impulso es una técnica no destructiva, se llevó adelante previamente este ensayo y
luego el ensayo de resistencia mecánica. Los resultados se muestran en la tabla 5. Los valores son esperables, lo mismo que
las desviaciones experimentales manteniéndose por debajo del 20 %, asegurando la validez del resultado. En particular, el
error relativo de la medida dinámica obtenido fue menor a la del valor de la desviación de la flexión en tres puntos ( Roberts
y Garboczi 2000).
Los valores obtenidos, levemente por encima de 10 GPa y 10 MPa para el módulo de elasticidad y la resistencia a la flexión
en tres puntos respectivamente, son comparables con los valores de cerámicos de los calcárea, con los que se elabora vajilla ,
los cuales presentan mayor grado de porosidad ( ≈ 30 %) (Serra et.al. 2014). Evidenciando que la resistencia intrínseca (con
porosidad nula) del cerámico es mayor. Este debe ser resultado de la microestructura inter-trabada lograda mediante la
incorporación de granos de un amplio rango de tamaño, estrategia similar a la utilizada en hormigones cerámicos refractarios
(Lee et.al. 2001). Esta misma característica es la que incorpora una mejora en la resistencia a las solicitaciones termomecáni-
cas como las que son requeridas para uso culinario (Bronitsky y Hamer 1986) (Tite et.al. 2001).

Propiedad Mecánica Valores Desviación Error relativo (%)

Módulo de Elasticidad (GPa)


13,3 1,8 13,5
Resistencia mecánica a la
flexión en tres puntos (MPa) 12,0 2,2 18,3

Tabla 5: Propiedades mecánicas de la Cerámica artesanal de Casira

3.5 Comportamiento dilatométrico

La resistencia a los gradientes o cambios bruscos de temperatura se encuentra relacionada al comportamiento dilatométrico
de un material., es decir a menor coeficiente de dilatación térmica mayor resistencia. (Kingery 1955) (Bronitsky y Hamer
1986) (Tite et.al. 2001).
En la figura 4 muestra la dilatometría (TMA) del material, con una velocidad de calentamiento de 10 ºC/min desde tempera-
tura ambiente hasta 900ºC en atmosfera de aire. Debido a las características del método de cocción empleado la temperatu-
ra final es difícil de determinar (Rice 1987). La temperatura elegida, para este ensayo se encuentra por encima de los valo-
res reportados por otros autores para cerámicos de similares características. Resulta evidente el creciente comportamiento de
la dilatación del material estudiado, presenta una cambio de pendiente alrededor de los 600ºC y un decrecimiento al final
del rango de temperatura estudiado (≈820 ºC), ilustrado en el detalle de la figura. En la misma figura se grafica la dilata-
ción diferencial dTMA/dT dónde se observan los cambios de fase, el gran pico centrado a 583°C corresponde a la transfor-
mación de cuarzo, entre sus polimorfos a también detectado por difracción de rayos X. Esta curva presenta diferencias
en las pendientes por encima y debajo de 583°C, comportamiento típico de esto de cerámicos triaxiales (Zanelli et.al. 2004).
El decrecimiento observado luego de los 820°C sería un indicio de que la probeta ensayada a esa temperatura sufre un cier-
to grado de sinterización, es decir, la acción del calor en esas condiciones conlleva un cierto grado de compactación que no
había sido lograda durante su procesamiento. Este hecho podría ser utilizado para corroborar que la probeta no había sido
sometida a esas temperaturas durante el ciclo de cocción.

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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X
Al mismo tiempo se puede observar que el comportamiento dilatométrico del cerámico en las temperaturas de interés de uso
culinario (entre 25-500 °C) no es estrictamente lineal. Por este motivo, y con el objeto de describir el comportamiento térmico
en el rango de interés de uso, se realizó un ajuste parabólico (polinómico de segundo grado) del dilatograma en el rango
comprendido entre la temperatura ambiente y los 500 °C, es decir, por debajo de la transformación de cuarzo. Los valores
experimentales, juntos con el polinomio arrojado por el ajuste y los resultados del mismo se muestran en la figura 5. La dife-
rencia entre el valor experimental y el del ajuste es menor al 0,1% en todo el rango, este hecho junto con el valor del pará-
metro R2, confirman que el comportamiento térmico se describe satisfactoriamente con la ecuación resultante. El valor de la
pendiente permite estimar el coeficiente de expansión térmica en el rango de interés en 4,3 (0,2) x 10 -6 °C-1. Este valor es
menor al de otros materiales cerámicos, por ejemplo la porcelana, la alúmina y el vidrio soda cal presenta coeficientes linea-
les entre 30 y 1000 °C de 6,0; 8,8 y 9,0 x 10 -6 °C-1 respectivamente. En consecuencia esta propiedad es la segunda carac-
terística destacable de estos cerámicos con respecto a su aptitud para la resistencia a las solicitaciones termomecánicas típ icas
del uso culinario frente al fuego directo.

Figura 4: Dilatometría del cerámico de Casira hasta los 900 ºC. Se grafica tanto la expansión relativa porcentual como el
diferencial de la misma (TMA y dTMA respectivamente).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
L A B O R A T O R I O D E P E T R O L O G Í A Y C O N S E R V A C I Ó N C E R A M I C A
E S C U E L A D E A R Q U E O L O G Í A , U N I V E R S I D A D N A C I O N A L D E C A T A M A R C A

Figura 5: Dilatometría y ajuste polinómico de segundo grado del comportamiento dilatométrico


del cerámico de Casira hasta los 500 ºC, por debajo de la transformación del cuarzo.

3.6. Microestructura
La figura 6 muestra una imagen de una cara pulida con pasta diamantada de hasta 1 µm del cerámico tomada con el microsco-
pio electrónico de barrido con un detector tipo ETD de electrones secundarios. Se observa una microestructura gruesa de matriz
casi continua parcialmente sinterizada con presencia de poros e inclusiones típica de los cerámicos porosos de baja temperatu ra
(Rice 1987). Las inclusiones son en algunos casos de más de un milímetro de dimensión coherente con la granulometría de la se-
gunda materia prima incorporada. Generalmente estas inclusiones están conformadas por los minerales accesorios, cuarzo, fel-
despato y mica, siendo el primero el más grueso, una descripción más extensa se puede encontrar en dos trabajos recientes de
revisión (Müller et.al 2010) (Müller et.al 2015).
Se puede identificar (en negro) poros o grietas alrededor de las inclusiones de mayor dimensión; esto es de esperar por las d ife-
rencias en coeficiente de dilatación entre las distintas fases. A su vez se puede observar la microestructura de las inclusio nes, que
presentan un alto grado de densidad con presencia de porosidad, en cambio la matriz más fina, que embebe las inclusiones y es
formada por la primera de las materias primas, une todo el material y presenta una microestructura con defectos y bordes de
grano de menor tamaño. Posiblemente las micro-grietas observadas alrededor de las inclusiones de la pirca sean las responsa-
bles del excelente comportamiento frente a gradientes de temperatura (Tite et.al. 2001), transformando a la microestructura e n
general y a las microgrietas y la naturaleza jerárquica en particular en la tercer característica destacable del material, en lo
que respecta a la aptitud para el uso culinario.

Figura 6: Micrografía del cerámico de Casira obtenida con microscopio electrónico de


barrido sobre el cerámico pulido con pasta diamantada.

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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X
4. Comentarios finales

El valor histórico y cultural de la cerámica producida en la Puna Argentina la ubica como el mayor exponente de la cerámica
popular Argentina. El desarrollo productivo en Casira le suma un componente adicional, la identidad colectiva de este “Pueblo
Alfarero”. Esta actividad constituye su principal fuente de capital, no solo en sentido de ingresos económicos sino también en
capital simbólico-cultural. Estas características motivaron este trabajo que intenta hacer un aporte a partir de analizar y des-
cribir las distintas propiedades tecnológicas de este tipo de cerámicas.
Se logró dar cuenta de los valores de las propiedades texturales, químicas, cristaloquímicas, mecánicas de un cerámico repre-
sentativo. A partir de lo cual se pudo describir a este cerámico como uno de rango de maduración bajo debido a la elevada
presencia de elementos fusibles (Fe, K, Na, Mg), Y que tanto la composición, la proporción , la granulometría de los temperan-
tes, como la elaboración y método de conformado, el acabado y el método de horneado permiten obtener cerámicos con
excelentes propiedades tecnológicas con ciclos de cocción rápido y empleando combustibles locales (guano de los animales)
accesibles gracias a la producción mixta del tipo alfarero-agrícola por la complementaria cria de animales (llamas y burros),
conformándose en una producción de características sustentables.
Cabe destacar también la elevada resistencia a los gradientes de temperaturas de estas piezas que las hacen aptas para el
uso culinario. La caracterización llevada adelante permitió identificar tres características tecnológicas que favorecen a est a
aptitud: la porosidad, la baja dilatación térmica y la microestructura con presencia de grietas de naturaleza jerárquica con
defectos de distintos tamaños. Esto se logra por la selección de materias primas y los métodos de humectación, mezclado, con-
formado, secado y horneado. En particular cabe destacar el hecho de que el temperante utilizado es también un material
arcilloso desde el punto de vista mineralógico, lo cual es una estrategia no muy común, sí se suelen utilizar mezclas de arci llas,
pero en general se suele humectar las arcillas por completo. La humectación parcial de una de las arcillas hace que esta cum-
pla el rol de temperante antiplástico. Específicamente el temperante presenta una distribución granulométrica muy amplia de
la cual resulta una microestructura particular, con una distribución de grano también amplia, y una distribución de defectos e
inclusiones de distintas dimensiones que funcionan como concentradores de tensiones, tanto mecánicas como tensiones termo-
mecánicas, típicas del uso culinario que hacen a las vasijas. Estas características también permiten relajar las tensiones pr odu-
cidas durante la etapa de secado, la cual se hace al aire libre en condiciones atmosféricas típicas de la Puna, de baja hume-
dad y sol radiante, a una velocidad mucho más rápida que en los talleres de otras latitudes.
Por último, este trabajo permite resaltar algunos de los méritos técnicos del material elaborado en los talleres artesanales
contemporáneos y relacionarlos con la selección de materias primas y la ruta de procesamiento. Además brinda información
para establecer posibles estrategias de análisis de trazabilidad y comparación de cerámicos de este tipo tanto con cerámicos
similares producidos hoy en día como con cerámicos de interés histórico, cultural y arqueológico.

5. Agradecimientos
Los autores agradecen a los organizadores por la invitación a participar del Primer Tantanakuy Alfarero de Casira llevado
adelante en septiembre del 2015, el cual ha permitido vivenciar todo el procesos de elaboración de los cerámicos estudiados
en el presente trabajo. Y obtener muestras para fututos estudios.

6. Referencias
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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X
Estudios preliminares de Pigmentos en Cerámicas Arqueológicas Tardías Mediante Microscopio de
Barrido Electrónico (MEB-EDS). Aportes para el Conocimiento Tecnológico Alfarero de las Sociedades
de la Tambería de Guandacol (Oeste de la Provincial de La Rioja).

Sebastián A. Carosio1, Amancay Martínez2, Matías Merlo2, Esteban Crespo3 y J. Roberto Bárcena4

(1) Facultad de Filosofía y Letras (UNCuyo). Email: sebacarosio@yahoo.com.ar


(2) Facultad de Ciencias Físicas, Naturales y Matemáticas (UNSL)
(3) Laboratorio de Microscopía Electrónica y Microanálisis (LABMEM) (UNSL)
(4) Facultad de Filosofía y Letras (UNCuyo) – INCIHUSA/CONICET.

Resumen
Presentamos los primeros resultados sobre la naturaleza de los pigmentos utilizados en la decoración de las diferentes
manifestaciones cerámicas de la Tambería de Guandacol, oeste de la Provincia de La Rioja. La muestra analizada, me-
diante Microscopía Electrónica de Barrido y Espectrometría de Energía Dispersiva (MEB-EDS), abarca fragmentos corres-
pondientes a los Estilos Tecnológicos Sanagasta/Angualasto, Inca Provincial, Diaguita Chileno Inca y Aguada; evidencia
material asociada fundamentalmente al Periodo de Desarrollos Regionales (ca. 1200-1470 AD) y al de Dominio Incaico
regional (ca. 1470-1533 AD). Los datos obtenidos permiten inferir la existencia de precursores inorgánicos para la con-
fección de pinturas y engobes en los diferentes estilos. Asimismo, se indaga en los procedimientos tecnológicos seguidos
durante la etapa de cocción cerámica.

Palabras Claves: Pinturas y engobes cerámicos; MEB-EDS; Tambería de Guandacol; Periodo de Desarrollos Regionales y
de Dominio Inca.

Abstract
We present the first results on the nature of the pigments used in the decoration of the different ceramic manifestations of
Tambería de Guandacol, west of the Province of La Rioja. The sample analyzed, by Scanning Electron Microscopy and
Energy Dispersive Spectrometry (SEM-EDS), includes fragments corresponding to the Technological Styles Sanagasta/
Angualasto, Provincial Inca, Diaguita Chilean Inca and Aguada; material evidence associated primarily to the period of
Regional Developments (ca. 1200-1470 AD) and the regional Inca Domain (ca. 1470-1533 AD). The data obtained allow
us to infer the existence of inorganic precursors in the preparation of paints and slips of the different styles. In addition,
we explore the technological procedures followed during the ceramic firing stage.

Key Words: Pottery paints and slips; MEB-EDS; Tambería de Guandacol; Late Regional Developments and Inca Domain
Period.

Introducción y antecedentes

Los estudios sobre pigmentos (engobes, vidriados, pinturas y barnices) utilizados en los tratamientos de superficies de
cerámicas abarcan un amplio espectro de procedimientos analíticos, desde métodos convencionales que incluyen la obser-
vación a “ojo desnudo”, lupa binocular y/o microscopio petrográfico, hasta técnicas arqueométricas (MEB-EDS, Difracción
de Rayos X, Espectrometría de Fluorescencia de Rayos X, Microespectroscopía de Raman, entre otros). Estos últimos per-
miten obtener una clara identificación de los principales componentes químicos y mineralógicos de los pigmentos utilizados
(Freestone y Middleton 1987; Chapdelaine 1997; Lambert et al. 1999; Ciliberto y Spoto 2000; Constantinescu et al.
2005; De la Fuente y Riveros 2008; Frahm 2013). En otras palabras, permiten acceder a información vinculada con el
tipo de material arcilloso empleado (normalmente a partir de datos de comportamiento y estabilidad térmica en la cerá-
mica), el tipo de agregados (fundentes, carbonatos, antiplásticos no alterados por efecto térmico), y finalmente sobre los
óxidos o precursores oxídicos utilizados como pigmentos, etc. De esta manera, puede llegar a inferirse aspectos impor-
tantes no solo en cuanto al origen orgánico o inorgánico de los pigmentos utilizados, sino también sobas re los procedi-
mientos tecnológicos involucrados en distintas fases del proceso de manufactura cerámica seguido por los/ alfareros/as
(De la Fuente y Riveros 2008; Frahm 2013).

Las investigaciones arqueológicas del Noroeste Argentino dedican actualmente importante espacio a los estudios tecnoló-
gicos cerámicos (Cremonte 1988, 1990-1991; Cremonte y Bugliani 2006-2009; Zagorodny et al. 2010; De la Fuente
2011; Puente 2012; Feely 2012; entre otros), aspecto que se refleja en un crecimiento progresivo de los análisis arque-
ométricos sobre pigmentos cerámicos (Botto et al. 1998; Zagorodny et al. 2002; Cremonte et al. 2003; Baldini et al.
2005; López 2008; De la Fuente et al. 2005; De la Fuente et al. 2010; Bertolino et al. 2008; Palamarckzuk y Fernández
de Rapp 2011; Acevedo et al. 2012; Marte et al. 2012; entre otros). La aplicación de las diversas técnicas arqueométri-
cas sobre las pinturas, engobes y esmaltes cerámicos ha contribuido significativamente a indagar en diferentes aspectos
de la cadena operativa de producción cerámica, incluyendo el origen, la preparación, el uso y la depositación de las
piezas alfareras en el registro arqueológico.
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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
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E S C U E L A D E A R Q U E O L O G Í A , U N I V E R S I D A D N A C I O N A L D E C A T A M A R C A

En este trabajo se presentan los primeros resultados obtenidos a partir del estudio, mediante Microscopía Electrónica de
Barrido y Espectrometría de Energía Dispersiva (MEB-EDS), de los pigmentos de diferentes Estilos Tecnológicos cerámi-
cos presentes en la Tambería de Guandacol, un sitio arqueológico ubicado en el valle homónimo, dentro del Departa-
mento Felipe Varela, al oeste de la Provincia de La Rioja. Se trata de un yacimiento caracterizado por representar al
periodo Agroalfarero Tardío o de Desarrollos Regionales y a la etapa de dominio Incaico en la región, con evidencia
material que se corresponde fundamentalmente con la manifestación arqueológica Sanagasta/Angualasto (De la Fuente
1973; Garrote y Callegari 1996; Callegari y Gonaldi 2007-2008; Bárcena 2010). Los fechados radiocarbónicos con-
textualizaron el yacimiento para el lapso temporal que oscila entre el 1200 AD y 1660 AD, aunque recientes estudios
han ampliado la secuencia cronológica hasta prácticamente mediados del siglo XVIII, dentro del contexto hispano-
colonial (Iniesta y Bárcena 2014).

De acuerdo a las distintas investigaciones ceramológicas que se vienen realizando en Guandacol (Carosio e Iniesta
2010; Carosio et al. 2011, 2012, 2013; Iniesta 2010; Iniesta y Bárcena 2014; entre otros), el Estilo Tecnológico predo-
minante en el sitio y en el valle se corresponden a la tradicional alfarería Sanagasta/Angualasto (Debenedetti 1917;
Boman 1927-1932; Bennett et al. 1948; Serrano 1958). Sin embargo, también se encuentran conjuntos alfareros co-
rrespondientes a los Estilos Inca Provincial, Diaguita Chileno Inca y Aguada (Garrote y Callegari 1996; Callegari y Go-
naldi 2007-2008; Carosio et al. 2011).

El Estilo Sanagasta/Angualasto, con una amplia distribución en el norte de San Juan, La Rioja y el oeste de Catamarca,
tradicionalmente se distinguió por abarcar un gran repertorio de formas entre las que se destacan urnas globulares de
base apuntada, boca ancha, cuello corto, con asas horizontales, y ollas de similares características, pero de menor ta-
maño. También se hallan pucos o escudillas campanulifomes, de boca grande y base chica, con asas en forma de ma-
melones. La cerámica normalmente es de pasta naranja-rojiza, tosca, de paredes gruesas y superficies alisadas. Tam-
bién evidencian pintura negra (y ocasionalmente blanca y roja) sobre la superficie natural o sobre un engobe ante o
blanquecino. Los motivos decorativos más frecuentes son: líneas o bandas en zig-zag, enrejados, ajedrezados, ajedre-
zados con puntos en el interior de los cuadrados, triángulos, espiralados, bandas oblicuas de reticulados, ángulos, esca-
lonados, líneas onduladas en paneles, enrejados con pequeñas volutas, enrejados con ganchos, triángulos con ganchos.
También se distinguen motivos figurativos como el helecho. Estos diseños muchas veces se encuentran separados por líne-
as anchas (González y Pérez 1972; Ottonello y Lorandi 1988; Tarragó 2000).

El Estilo Inca Provincial se relacionó con la intrusión del Estado Incaico en el NOA, y tradicionalmente ha sido categoriza-
do como un conjunto alfarero que incluye piezas que imitan a las cuzqueñas en su iconografía, morfología y estructura
del diseño, aunque difieren notablemente en su producción. Son copias realizadas por alfareros locales, y manufactura-
das con materia prima de la región en donde se encuentran. Entre las formas se destacan aríbalos y/o aribaloides,
cuencos, platos ornitomorfos y keros (Calderari y Williams 1991). En nuestra área de estudio, esta cerámica se presenta
con pastas naranjas/rojizas, textura compactas-porosas, con paredes relativamente delgadas, bien alisadas, sobre las
que se ha aplicado un engobe rojo grueso, y una posterior pintura negra. Los motivos más significativos son bandas,
triángulos, dentados, reticulados, ondas, volutas dobles y ganchos; exhibiéndose tanto en las superficies internas como
externas (Iniesta 2010; Carosio et al. 2011).

Otro conjunto alfarero de época incaica que se manifiestan en la región, y en Guandacol, es el Diaguita Chileno en su
Fase III o Inca (Cornely 1950; Ampuero 1989; González Carbajal 2004; entre otros). Se trata de un Estilo que sufrió
notables modificaciones en la manufactura durante el dominio incaico, observables tanto en la morfología como en la
decoración. Entre las formas se destacan pucos de base relativamente plana y paredes evertidas y curvas, aríbalos y
aribaloides, platos payos y ornitomorfos. Por su parte, la decoración de estas piezas se muestra con motivos geométri-
cos típicos incaicos hechos en pintura negra y roja sobre engobe blanco, marrón o rojizo.

Finalmente, el Estilo Aguada se caracterizó por presentar diferentes modalidades tecnológicas en el NOA, las cuales se
han denominado de distinta forma en toda la región, tales como Ambato negro grabado, Ambato tricolor, Aguada Por-
tezuelo y Aguada Meridional. Normalmente, para el oeste de La Rioja y norte de San Juan las vasijas de Estilo Aguada
se destacan por presentar pastas naranjas o rosadas compactas, superficies alisadas, pulidas o con baño blanquecino y
decoración en pintura negra, roja y azul o violáceo representando motivos geométricos (líneas, rombos, óvalos y trián-
gulos), a diferencia del gran universo decorativo que presentan las cerámicas de zonas septentrionales en donde se
representa, además, iconografía zoomorfa y antropomorfa. Sin embargo, también se encuentran piezas de pasta gris
compacta con superficies decoradas mediante incisiones. En cuanto a las formas, se destacan ollas globulares con bases
convexas o cóncavas, pucos subglobulares, platos, etc. (González 1961-1964 y 1998; Garrote y Callegari 1996;
Gambier 2000; entre otros).

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Ahora bien, desde el ámbito de la arqueometría, los estudios de pigmentos utilizados para las pinturas y engobes utili-
zados en la decoración cerámica de cada uno de los Estilos mencionados son generalmente escasos, salvo para piezas
del tipo Aguada Portezuelo. En el caso de cerámicas Sanagasta e Inca procedentes del valle de Abaucán y el norte de
la Provincia de La Rioja, los estudios de De la Fuente y colaboradores (2010), en base a análisis MEB-EDS y Microes-
pectroscopía de Raman, establecieron que los pigmentos usados habrían sido aplicados previamente a la cocción de las
piezas, y que poseerían un origen inorgánico para los colores rojo, negro y blanco; más precisamente hematita
(αFe2O3) para el primero, óxido de manganeso (MnO2) para el negro, y calcita (CaCO3) para el blanco. La presencia
de hierro y calcio también fue reconocida, mediante SEM-EDAX, en el pigmento del engobe rojo de las piezas Inca Pro-
vincial de la Quebrada de Humahuaca (López 2008).

Para el caso del Estilo Diaguita Chileno los estudios de Tuñón López y colaboradores (2012) -quienes también analizan
cerámica Viluco de sitios arqueológicos del Centro Oeste Argentino-, en base a Microespectroscopía Raman y Micro-
fluorescencia de Energia Dispersiva de Rayos X reconocieron la utilización de hematitas para las tonalidades rojas,
carbón vegetal y pirolusita (MnO2) para el negro y anatasa (TiO2) para el blanco. Asimismo, dado que la anatasa se
transforma en rutilo entre los 800-1100 ºC, y no se reconoció este mineral, se considera que la presencia de este óxido
de titanio en el pigmento blanco puede significar o una decoración postcocción, o temperaturas de cocción inferiores a
800 ºC. Otro examen, a base de Microespectroscopía Raman (Osorio et al. 2014), estableció que la cerámica Diaguita
Chileno posee los siguientes precursores inorgánicos para la conformación de pinturas y engobes: cuarzo (SiO 2) para el
color blanco; kempita (Mn²⁺₂Cl[OH]₃) y tenorita (CuO) para el negro, hematita (αFe2O3) para el rojo, y hematita, teno-
rita y posiblemente geothita (αFeO[OH]) para el marrón.

En relación con la cerámica Aguada, los estudios arqueométricos a través de MED-EDS, Microespectroscopía de Raman
y Difracción de Rayos X, sostienen que en general la decoración fue realizada anteriormente a la cocción, aunque tam-
bién existen casos en donde se empleó en un momento posterior. Asimismo, los análisis han revelado el manejo de fuen-
tes inorgánicas para el preparado de los mismos, salvo casos excepcionales en donde se ha destacado la presencia de
hueso molido (hidroxiapatita –apatita orgánica- Ca5[PO4]3[OH]) para el pigmento blanco en un hornillo de pipa Agua-
da Portezuelo (Cremonte et al. 2003; Baldini et al. 2005; De la Fuente et al. 2005; De la Fuente y Pérez Martínez
2008; Bertolino et al. 2008; entre otros). Los análisis de Cremonte y colaboradores (2003) determinaron que los pig-
mentos utilizados en el Estilo Aguada Portezuelo poseen como base una arcilla tipo illita, utilizada también como ligan-
te, para la elaboración del baño blanco y de los pigmentos rojo y negro: el baño blanco se realizó a base de minera-
les de Ca y Mg (carbonatos), el color negro se debe a la presencia de minerales de manganeso en la forma deperovs-
kita, y finalmente el color rojo a la hematita. También estipularon que las piezas poseerían una temperatura de cocción
oxidante no inferior a los 700-750 ºC.

Por su parte, los estudios de De la Fuente y colaboradores (2005) y De la Fuente y Pérez Martínez (2008) sobre este
mismo Estilo reconocieron la utilización del mineral hematita y manganeso, pirolusita y psilomelano para la conformación
de color negro, en condiciones de cocción reductora, como tratamiento postcocción o en cocción oxidante sin alta tempe-
ratura; hematita para el color rojo; y para el engobe blanquecino el mineral calcita, fijado mediante un coloide rico en
biotitas y muscovitas (micas), en una primera cocción. También se reconoció para las tonalidades ocres un óxido de wol-
framio hidratado, tungstita (WO3.H2O), el cual se encuentra presente en la naturaleza y su color es amarillento; y de un
precursor biogénico (orgánico) para el interior negro de algunos pucos Aguada Portezuelo (De la Fuente y Pérez Martí-
nez 2008).

Los estudios de Bertolino y colaboradores (2008) también entran en la misma secuencia que los anteriores, ya que esta-
blecieron que se empleó Ca para el blanco, Fe y Mn para el negro, Fe, Mn y Ca para el rojo oscuro, y Fe y Ca para el
rojizo. También estimaron, a partir de la presencia de ghelanita en piezas con pintura blanca, que las mismas alcanza-
ron temperaturas aproximadamente entre 900-1000 ºC.

Reconociendo todos estos antecedentes, y buscando continuar con nuestros estudios cerámicos en el sitio, nuestro propósi-
to fue obtener una panorama preliminar sobre aspectos composicionales de las pinturas y engobes utilizados en la de-
coración de los distintos estilo cerámicos representados en el sitio, e inferir en las prácticas de manufactura y comporta-
mientos técnicos implementados por los/as alfareros/as. Consideramos, a partir de los primeros datos obtenidos, y de
los aportados por las investigaciones de la región, la posibilidad de plantear algunas hipótesis acerca de las mezclas
pigmentarias y del proceso de cocción seguido para los estilos alfareros presentes en Guandacol.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
L A B O R A T O R I O D E P E T R O L O G Í A Y C O N S E R V A C I Ó N C E R A M I C A
E S C U E L A D E A R Q U E O L O G Í A , U N I V E R S I D A D N A C I O N A L D E C A T A M A R C A

Materiales y métodos
Nuestro análisis abarcó doce (N=12) fragmentos cerámicos en total, ocho (N=8) de los cuales pertenecen al Estilo Sa-
nagasta/Angualasto, dos (N=2) al Estilo Inca Provincial, uno (N=1) al Diaguita Chileno Inca y uno (N=1) al Aguada
(Figura 1). La Tabla 1 muestra las principales características de los fragmentos analizados. La tonalidad de pastas, y
de los baños, engobes y pinturas fue establecida mediante Cartilla de Color de Suelos (Munsell Soil Color Chart 1994).
Del primer Estilo, diez pertenecen a formas abiertas, presumiblemente cuencos; mientras que los dos restantes a posibles
ollas. En estos tiestos se reconocieron pigmentos en las superficies internas y externas, excepto en aquellos pertenecien-
tes a ollas en los que se destacaron solo en la cara externa. Las tonalidades en baños y pinturas registradas en este
Estilo fueron blanca (2.5Y 8/2), negra (10R 2.5/1) y roja (10R 4/8).

Los tiestos Inca son partes de dos piezas cerradas diferentes, aunque no podemos inferir la morfología exacta. Ambos
fragmentos solo están decorados en la superficie externa, uno con engobe rojo (10R 4/8) y pintura negra (10R 2.5/1);
y el otro tiesto con engobe marrón oscuro (7.5YR 5/8). Por su parte, la cerámica Diaguita se correspondería con un pla-
to, y se reconoció engobe blanco (2.5Y 8/1) en la superficie interna, y engobe blanco y pintura roja (10R 5/8) en la
externa. Finalmente, en el tiesto Aguada se reconoció una engobe o película de tonalidad muy clara, ante, casi transpa-
rente (2.5YR 8/3), y pintura negra (10R 2.5/1). Todos los fragmentos fueron recuperados en distintas recolecciones
superficiales efectuadas en la Tambería de Guandacol, en el marco de las labores arqueológicas mencionadas.

En cuanto a la metodología, se trabajó con Microscopía Electrónica de Barrido (MEB), y Microanálisis semi-cuantitativos
con Espectrómetros Dispersivos en Energías EDS, y cuantitativos WDS, perteneciente al Laboratorio de Microscopia
Electrónica y Microanálisis (LabMem) de la Universidad Nacional de San Luis. La técnica de preparación de las muestras
consistió en la confección de cortes delgados y pulidos de los tiestos cerámicos, y probetas de aproximadamente 5 a 6
mm de radio sobre las que se montaron los fragmentos. Se utilizó carbono para laminar todas las muestras. Para el
proceso de montaje se utilizó resina epoxi Araldite LY-554, con endurecedor HY-554, en proporción 5:1. El equipo utili-
zado se denomina LEO 1450 VP con espectrómetros EDS Génesis 200 y WDS INCA Wave 700 incorporados y los aná-
lisis fueron logrados a tensiones de 15 kilovoltios.

Figura 1. Fragmentos cerámicos utilizados para el análisis mediante MEB-EDS. a y b) TG 32b. c y d) TG T4 98. e y f) TG T4 149. g y h) TG
T5 2. i y j) TG T5 208. k) TG T5 441. l) TgSh9 1286. m) TgSh9 1515. n) TG 313b. ñ) TgSh9 1496. o y p) TG 198b. q) TG 16b.

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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X
Ti po de Parte de T rat am iento S up. Tratam ie nt o Sup. Est ilo
F ragme nt o rec ipiente rec ipiente Color Sup. I nte rna Color Sup. E xt erna Color Pasta T extura de past a I nte rna Exte rna D ec oracion Te cnol ógico

Baño - Sup . Ext. Pi ntado Sanagasta/


TG 32b Abiert o Cuerpo Marrón oscuro (5YR 4/3) Marrón rojiz o (7.5 6/3) Marrón roj izo (7. 5 6/3) Porosa Al isado Ali sado - Sup Int. Angu al asto
Sanagasta/
TG T4 98 Abiert o Cuerpo N aranja roj iza (7. 5YR 5/8) N aranja rojiza ( 7.5YR 5/8) Naran ja roji za (7. 5YR 5/8) Porosa Al isado Ali sado Pint ado - Sup. Int . y Ext. Angu al asto
Baño y pintado - Sup. Sanagasta/
TG T4 149 Abiert o Cuerpo N aranja roj iza (7. 5YR 5/8) N aranja rojiza ( 7.5YR 5/8) Naran ja roji za (7. 5YR 5/8) Porosa Al isado Ali sado Ext. Pintado - Sup. Int. Angu al asto
Baño - Sup . Ext. Pi ntado Sanagasta/
TG T5 2 Abiert o Cuerpo N aranja roj iza (7. 5YR 5/8) N aranja rojiza ( 7.5YR 5/8) Naran ja roji za (7. 5YR 5/8) Porosa Al isado Ali sado - Sup. Int . Angu al asto

Pint ado - Sup. Ext. Baño Sanagasta/


TG T5 208 Abiert o Cuerpo Roj iza (7. 5 YR 6/8) Rojiza ( 7.5 YR 6/8) Roji za (7. 5 YR 6/8) Porosa Al isado Ali sado y pi ntado - Su p. In t. Angu al asto
Sanagasta/
TG T5 441 Abiert o Cuerpo N aranja roj iza (7. 5YR 5/8) N aranja rojiza ( 7.5YR 5/8) Naran ja roji za (7. 5YR 5/8) Com pacta Al isado - Puli do Ali sado - Puli do Pint ado - Sup. Ext. Angu al asto
Sanagasta/
TgSh9 1286 Cerrado Cuerpo N aranja roj iza (7. 5YR 5/8) N aranja rojiza ( 7.5YR 5/8) Naran ja roji za (7. 5YR 5/8) Porosa Al isado Ali sado Pint ado - Sup. Ext. Angu al asto
Sanagasta/
TgSg9 1515 Cerrado Cuerpo N aranja roj iza (7. 5YR 5/8) N aranja rojiza ( 7.5YR 5/8) Naran ja roji za (7. 5YR 5/8) Porosa Al isado Ali sado Pint ado - Sup. Ext. Angu al asto
En gobe y Pi ntado - Su p. Inca
TG 313b Cerrado Cuerpo N aranja roj iza (7. 5YR 5/8) N aranja rojiza ( 7.5YR 5/8) Naran ja roji za (7. 5YR 5/8) Com pacta-porosa Al isado - Puli do Ali sado - Puli do Ext. Provinci al
Inca
TgSh9 1496 Cerrado Cuerpo Marrón ( 2.5 YR 4/6) Marrón ( 2.5 YR 4 /6) Marrón (2. 5 YR 4/6) Com pacta-porosa Al isado - Puli do Ali sado - Puli do En gobe - Sup. E xt. Provinci al
En gobe y Pi ntado - Su p. Diagui ta
TG 198b Abiert o Cuerpo Marón rojiz o (5YR 5/4) Marón roji zo (5YR 5/4) Marón rojizo ( 5YR 5/4) Com pacta-porosa Al isado - Puli do Ali sado - Puli do Ext. Engobe - Sup. In t. Chileno In ca
En gobe y Pi ntado -
TG 16b Abiert o Cuerpo N aranja (10YR 6/8) N aranja ( 10YR 6/8) Naran ja (10YR 6/8) Com pacta Al isado Ali sado - Puli do Sup. Ext. Aguada

Tabla 1. Características principales de los fragmentos cerámicos analizados por MEB-EDS.

Resultados
En líneas generales, los datos químicos obtenidos en el EDS y expresados en porcentaje de los elementos presentes en
los pigmentos, expresan una relativa homogeneidad composicional, aunque con particularidades propias que represen-
tan a cada Estilo Tecnológico identificado en el sitio (Tabla 2). Las piezas Sanagasta/Angualasto (TG T5 2; TG T5 208;
TG 32b; y TG T4 149) poseen un delgado baño blanco de alrededor de 0,05 mm de espesor, con una fuerte propor-
ción de silicio (SiO2) aluminio (Al2O3), magnesio (MgO), calcio (CaO) (muy probablemente devenido de calcita - CaCO3)
y óxido de titanio (TiO2). Estos últimos serían los que le otorgarían la tonalidad al baño (Figura 2). La aplicación habría
sido preparada con una arcilla calcárea diluida en agua, y fue absorbida por la pasta posiblemente en “estado de
cuero” o seco, antes de cocinarse. En ningún caso observamos un descascaramiento o agrietamiento del baño, aunque si
un desgastado. Asimismo, en algunas muestras advertimos otros compuestos químicos como óxido de cloro (Cl 2O) y óxi-
do de azufre (SO3). Estos dos últimos permitirían otorgar una tonalidad amarillenta al baño (Rado 1990), además de
permitirnos sugerir la presencia de yeso en su elaboración, tal como sostienen algunos estudios sobre pigmentos con es-
tos compuestos (Zagorodny et al. 2002).
COMPO SICI ÓN ( Wt%)
ESTI LO TECNOLÓGICO MUESTRA CO 2 Na2O MgO Al2 O3 SiO2 SO3 K 2O CaO TiO2 FeO Cl2O MnO P2 O5 CuO

TG T5 2 (B) 47.45 2.31 3.06 9.42 26.99 0.52 1.48 4.84 0.38 3.54 - - - -
TG T5 2 (N) 42.74 1.55 2.63 9.61 26.02 1.16 2.38 2.05 0.56 4.88 - 6.42 - -

T G T5 208 (B) 46.46 0.26 0.75 0.96 2.69 - - 48.88 - - - - -

T G T5 208 (N) 34.78 0.92 2.65 8.83 38.18 2.17 0.27 4.70 - 3.69 - 1.97 - -
TG 32b ( B) 45.99 1.43 2.84 9.63 29.03 0.43 2.62 4.38 - 3.34 0.32 - -
Sanagasta/Angualasto TG 32b ( N) 43.92 1.02 2.67 9.59 29.65 2.48 2.66 3.14 0.56 4.31 - - - -
TG T4 98 (N) 37.41 1.52 2.74 9.34 25.24 0.95 1.08 7.15 0.60 5.94 - 8.02 - -
TG T4 149 (B) 46.57 2.07 2.76 7.97 24.29 1.40 2.03 7.04 0.71 5.16 -
TG T4 149 (N) 39.19 0.92 1.90 8.15 23.48 3.25 2.97 4.14 1.42 3.90 - 10.67 - -
TG T5 441 (N) 43.84 1.22 2.81 8.28 29.85 1.07 1.21 4.52 0.57 4.62 - 2.01 - -
TgSh9 1515 (R) 40 .66 1.48 2.75 9.95 3 0.24 1.29 1.48 3.24 - 8.74 - - - -
TgSh9 1286 (R) 42 .87 0.71 2.47 9.53 3 3.08 1.70 2.27 3.90 - 3.46 - - - -
TG 198b (B) 40.20 0.61 0.95 17 .22 35.58 0.98 1.52 1.55 - 1.40 - - - -
Diaguita Chileno Inca
TG 198b (R) 37 .99 - 0.95 9.32 2 1.24 0.87 1.27 1.48 - 9.59 1.80 - 1.18 14.31
TG 313b (N) 38.82 1.20 1.54 9.72 27.38 0.66 2.59 2.06 - 10.01 - 5.63 0.38
I nca Provincial TG 313b (R) 36 .69 1.49 2.20 10 .73 3 0.24 0.73 2.56 2.24 - 13.12 - - - -
TgSh9 1496 (M) 40 .87 0.92 2.17 8.99 3 1.55 2.41 3.41 6.20 - 3.34 - - - -
TG 16b ( N) 42.98 0.76 2.34 6.51 19.08 1.45 2.39 1.91 1.09 4.46 0.21 16.84 - -
Aguada
TG 14b ( A) 47 .05 1.18 2.72 10 .12 2 9.86 0.56 1.86 2.26 0.42 3.88 0.10 - - -

Tabla 2. Concentraciones elementales aproximadas, determinadas por EDS para los diferentes pigmentos (B- Blanco; N – Negro; R- Rojo; M
– Marrón; A- Ante).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
En cuanto a los pigmentos negros observados en las pinturas de las muestras de este Estilo (TG T5 2; TG T5 208; TG T5
441; TG 32b; y TG T4 149), aplicadas sobre el baño blanco o sobre la superficie natural, reconocimos que se constitu-
ye fundamentalmente de óxido de manganeso (MnO). También se halla óxido de hierro (FeO), además de importantes
cantidades de silicio (SiO2) y aluminio (Al2O3), y en menor cantidad de calcio (CaO) y magnesio (MgO). Ante la ausen-
cia de bario (Ba), probablemente el pigmento se corresponda con el mineral pirolusita, de baja dureza (De la Fuente et
al. 2005), o a magnetita [Fe2+(Fe3+)2O4] (Figura 3).

Y finalmente, el pigmento rojo observado en las pinturas aplicadas a estas piezas (TgSh9 1515 y TgSh9 1286) también
se compone de una base de silicio (SiO2) y aluminio (Al2O3), además de óxido de hierro (FeO), muy probablemente
devenido del mineral hematita, también con baja dureza. Además se encuentra asociada a calcio (CaO), magnesio
(MgO) y potasio (K2O).
Por su parte, los pigmentos de engobes y pinturas advertidas en los tiestos correspondientes al Estilo Inca Provincial se
asemejan composicionalmente a los de los recipientes Sanagasta/Angualasto, aunque mantienen algunas diferencias. En
primer lugar, el engobe rojo posee un espesor de 0,1 mm, homogéneo y sin descascaramiento, y se basa en una impor-
tante cantidad de óxido de hierro (FeO), además silicio (SiO 2) y aluminio (Al2O3), y menores cantidades de calcio
(CaO), magnesio (MgO), potasio (K2O) y azufre (SO3) (Figura 4). Probablemente se trate de un coloide arcilloso con
carácter viscoso, originado con hematita, absorbido por la pasta antes de que la pieza sea cocinada.

Para el pigmento negro, reconocido en la pintura aplicada sobre el engobe rojo, se observaron los mismos elementos
que en las muestras Sanagasta/Angualasto, entre ellos el óxido de manganeso (MnO) y el óxido de hierro (FeO), los
que le darían la tonalidad a la pintura. Es probable que, al igual que el estilo mencionado, la base de la pintura se
relacione con la pirolusita o magnetita. Sin embargo, a diferencia de éste, también se halla fósforo (P 2O5), aunque en
bajas proporciones.

En segundo lugar, el pigmento de la capa de engobe marrón del otro fragmento Inca (TgSh9 1496) posee un grosor de
0,1 mm, uniforme y sin descascaramiento, y se compone de una fuerte proporción de silicio (SiO 2) y aluminio (Al2O3),
además de importantes cantidades de calcio (CaO), óxido de hierro (FeO), óxido de magnesio (MgO), óxido de pota-
sio (K2O) y óxido de azufre (SO3). Probablemente la base para la conformación de este engobe estaría en una arcilla
aglutinante compuesta de material calcáreo, ferroso, y sulfuroso, el cual fue absorbido por los poros de la pasta cerá-
mica antes de su cocción. De acuerdo con Shepard (1985), la oxidación parcial del hierro hace que el color fluctúe en-
tre una variedad de matices del color marrón, situación que podría corresponderse con esta pieza.

En cuanto al tiesto correspondiente al Estilo Diaguita Chileno Inca (TG 198b), advertimos que el pigmento blanco, co-
rrespondiente al grueso engobe (alrededor de 0,1 mm de espesor) que cubre las superficies interna y externa posee
una importante carga de aluminio (Al2O3) (alrededor del doble que el Estilo Sanagasta/Angualasto), además una alta
cantidad de silicio (SiO2). También se reconoció, aunque en baja cantidad, calcio (CaO), óxido de magnesio (MgO) y
óxido de hierro (FeO). Consideramos que el óxido de aluminio y el calcio serían los que le otorgan no solo la tonalidad
al pigmento del engobe, sino también la viscosidad a la película esparcida sobre las superficies de la pieza (Figura 5).
Esta se advierte uniforme, aunque no se muestra muy absorbida por la pasta, y también se exhibe con un ligero craque-
lado en algunas zonas.

En relación con el pigmento rojo, correspondiente a la pintura empleada por encima del engobe blanco, observamos
que se compone esencialmente por minerales con altas cantidades de óxido de cobre (CuO), y óxido de hierro (FeO),
los cuales le otorgarían el color. Además se halla silicio (SiO2) y aluminio (Al2O3), lo que definiría que se trata de una
pintura a base de una arcilla espesa, probablemente con cuprita. También se hallaron, a diferencia de las piezas Sana-
gasta/Angualasto e Inca Provincial, compuestos químicos como óxido de fósforo (P 2O5) y óxido de cloro (Cl2O).

Finalmente, el tiesto correspondiente al Estilo Aguada (TG 16b) posee un engobe o barniz ante, casi transparente, reali-
zado a base de un diluido de arcilla con calcio (CaO), hierro (FeO), magnesio (MgO) y potasio (K 2O), además de una
importante carga de silicio (SiO2) y aluminio (Al2O3), entre otros elementos. Estos conformarían la base aluminosilicato
de la película aplicada a la pieza cerámica antes de su cocción. Por su parte, el pigmento que posee la pintura negra
aplicada encima del engobe se compone fundamentalmente de óxido de manganeso (MnO), óxido de hierro (FeO), los
que le otorgan el color, tal como en el caso de las vasijas Sanagasta/Angualasto. También se compone de óxido de
potasio (K2O) y abundante silicio (SiO2) y aluminio (Al2O3). Al igual que los ejemplos anteriores, es probable que la
base de la pintura negra se haya conformado con el mineral pirolusita (Figura 6).

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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X

Figura 2. Espectro EDS e imágenes de MEB y lupa binocular del pigmento blanco del fragmento TG T5 208, correspon-
diente al Estilo Sanagasta/Angualasto.

Figura 3. Espectro EDS e imágenes de MEB y lupa binocular del pigmento negro del fragmento TG T4 149, correspon-
diente al Estilo Sanagasta/Angualasto.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Figura 4. Espectro EDS e imágenes de MEB y lupa binocular del pigmento rojo del fragmento TG 313b, correspondien-
te al Estilo Inca Provincial.

Figura 5. Espectro EDS e imágenes de MEB y lupa binocular del pigmento blanco del fragmento TG 198b, correspon-
diente al Estilo Diaguita Chileno Inca.

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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X

Figura 6. Espectro EDS e imágenes de MEB y lupa binocular del pigmento blanco del fragmento TG 16b, correspon-
diente al Estilo Aguada.

Discusiones y consideraciones finales


Los estudios exploratorios de MEB-EDS nos permiten establecer preliminarmente que los pigmentos de las pinturas, en-
gobes y baños (blancos, negros, rojos y marrones) utilizados en la decoración de las piezas cerámicas presentes en la
Tambería de Guandacol se conformaron a base de precursores inorgánicos. Estas aplicaciones fueron realizadas a ba-
se de pigmentos no vidriados, adheridos a la superficie de la vasija mediante un aglutinante tipo “coloide”, con una
importante carga de material arcilloso, y con las condiciones específicas para lograr su absorción por parte de la pasta
cerámica y su conservación.

Para el color blanco del baño en las piezas Sanagasta/Angualasto se estima el uso de arcillas calcáreas y/o yeso,
mientras que para el engobe de las cerámicas Diaguita Chileno Inca se considera la presencia de una arcilla viscosa
con abundante carga de aluminio, además de calcio. La alúmina le aporta viscosidad, dureza y resistencia al engobe,
así como opacidad y matidez (Vittel 1986). En el caso del color negro en las pinturas de las piezas Sanagasta/
Angualasto, Inca Local y Aguada se sugiere la presencia de pirolusita, y probablemente también hematita. En cuanto al
color rojo utilizado en pinturas y engobes se infiere la existencia de hematita, y cuprita para el caso de la cerámica
Diaguita Chileno Inca.

En relación con el color marrón en el engobe de la cerámica Inca Provincial se sugiere el uso de una arcilla espesa,
aglutinante, fundamentalmente calcárea y ferrosa y sulfurosa. Finalmente, para el caso del engobe de tonalidad ante,
claro, de la cerámica Aguada, consideramos que se utilizó un diluido arcilloso ferroso y calcáreo.

Esta línea analítica estaría reflejando tratamientos similares de engobes y pinturas, por parte de los ceramistas, con
otras producciones alfareras del NOA, particularmente para las piezas Sanagasta/Angualasto e Inca Local (Botto et al.
1998; Cremonte et al. 2003; Baldini et al. 2005; De la Fuente et al. 2005; De la Fuente et al. 2010; López 2008; Ber-
tolino et al. 2008; entre otros), aunque muy probablemente se hayan seguido “recetas” con variantes locales. En el caso
de la alfarería Diaguita Chileno Inca, advertimos variaciones en el reconocimiento de datos con los escasos estudios
efectuados hasta el momento (Tuñón López 2012; Osorio et al. 2014), los cuales expresan diferencias químicas impor-
tantes en los pigmentos utilizados para el engobe blanco y la pintura roja. En el primer caso los estudios registran la
utilización de anatasa y cuarzo, mientras que en nuestro análisis registramos abundante aluminio y algo de calcio. Para
el pigmento rojo se menciona la presencia de hematita; y si bien en nuestro examen el alto contenido de óxido de hie-
rro podría corresponderse con este mineral, la presencia de cobre nos inclina a considerar la utilización de cuprita, mi-
neral no reconocido para las pinturas rojas de este estilo chileno, aunque si para el color negro.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
L A B O R A T O R I O D E P E T R O L O G Í A Y C O N S E R V A C I Ó N C E R A M I C A
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De cualquier manera, es muy importante considerar que los pigmentos, fundamentalmente los de hierro/manganeso,
pueden aclararse u oscurecerse según la atmósfera de cocción, por lo que el color por sí solo no aparece como un
criterio confiable para establecer la composición de un pigmento (Rye 1981; Vittel 1986; Zagorodny et al. 2002).
Asimismo, el color final también depende del color del cuerpo cerámico sobre el que se aplica (Mannoni y Gianni-
chedda 2007).

Por otro lado, en cuanto al tratamiento de cocción cerámica, consideramos que en casi todas las muestras estudiadas
las aplicaciones de baños, pinturas y engobes fueron realizadas antes de la cocción cerámica. Esto quedaría eviden-
ciado por el no resquebrajamiento de los mismos (más allá de un desgaste por el uso y los procesos postdepositacio-
nales), y por la absorción de los pigmentos a la pasta cerámica (Vittel 1986; Rado 1990; Simon 1996; Tite et al.
1998). Los pigmentos que conforman las pinturas y engobes habrían sido bien molidos antes de aplicarse a las pie-
zas, las cuales estaría o bien secas, o en “estado cuero”, para que las pinturas y engobes se adhirieran y fijaran fuer-
temente a la superficie cerámica (Rye 1981; Zagorodny et al. 2002).

En particular, algunas piezas Sanagasta/Angualasto con altos contenidos de CaO y Mg en el baño blanco, permiten
sugerir que las cerámicas alcanzaron una temperatura máxima no inferior a los 700-750 ºC, y probablemente no
superior a los 800-850 ºC (Maggetti 1982; Cremonte et al. 2003). Esta información estaría en concordancia con estu-
dios recientes (Martínez et al. 2014) de DRX que han determinado la presencia de Illita en estas pastas cerámicas,
mineral arcilloso que comienza a descomponerse a partir de los 900 ºC. (Maggetti 1982).

En el caso de la cerámica Diaguita Chileno Inca, la ausencia de un craquelamiento del engobe, y una nula intromisión
de pigmento a los poros de las pastas, podría estar indicando la existencia de una cocción del bizcocho cerámico
antes de la decoración, y luego la cocción final (muy probablemente a menor temperatura), con el engobe y las ca-
pas de pinturas adheridas a la superficie. Si bien este es un aspecto a investigar y discutir en futuros trabajos, algo
similar también estarían planteando algunos autores sobre este estilo (Tuñón López 2012).

Este trabajo ha permitido profundizar en la identificación de algunas de las alternativas disponibles en la secuencia
de la manufactura cerámica de los diferentes Estilos Tecnológicos presentes en la Tambería de Guandacol. Todos
estos estudios serán ampliados con nuevas muestras, y complementados con otras técnicas convencionales y arque-
ométricas. Sólo de esa manera se podrá tener una clara noción sobre el origen de los pigmentos utilizados, así como
también sobre los procedimientos seguidos por los/as alfareros/as durante el proceso técnico cerámico.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Petrografía Cerámica y Articulación Comunitaria. El Caso del Intermedio Tardío (Ap. 1100 – 1450
D.C.) en El Altiplano Carangas, Bolivia

Juan Villanueva Criales


Museo Nacional de Etnografía y Folklore, La Paz, Bolivia. E-mail: juan.villanuevacriales@gmail.com

Introducción
La arqueología del Intermedio Tardío (ap. 1100 – 1450 d.C.) en el altiplano boliviano se ha basado tradicionalmente
en la noción, de origen etnohistórico, de que en esta época existieron señoríos étnico territoriales diversos, siendo
Carangas uno de ellos. La cerámica, entendida a nivel estilístico, fue frecuentemente planteada como un indicador
arqueológico para distinguir y delimitar territorialmente a los señoríos. En este escrito problematizamos brevemente la
aplicación del señorío a la arqueología del altiplano Carangas. Evaluamos el criterio de centralización inherente al
concepto de señorío y empleamos análisis petrográficos sobre cerámica de superficie en diferentes regiones del
altiplano Carangas para evaluar escalas y direcciones de articulación de comunidades imaginadas mediante el
ceremonial comensalista.

Problemática y Propuesta Investigativa


El Intermedio Tardío en el altiplano Carangas fue considerado tempranamente por la arqueología boliviana, centrada
primero en la función y cronología de las torres funerarias o chullpares (Bandelier 1910; Ibarra Grasso 1953;
Posnansky 1920; Rydén 1947; Trimborn 1967) yposteriormente también en los sitios de asentamiento (Díaz 2003;
Gisbert et al. 1988; Lima 2012; Michel 2000; Ticona 2012).Las perspectivas sobre la cerámica de Carangas han
variado en consecuencia. Tempranamente asociado a las torres funerarias por su denominativo, cerámica Chullpa
(Bandelier 1910), este material negro sobre rojo fue ubicado estratigráficamente en contextos post-Tiwanakudel
circunTiticaca (Bennett 1936; Rydén 1947). Aunque se sugiere tempranamente que las variaciones internas al conjunto
Chullpa podrían corresponder a grupos etnohistóricos como Collas, Lupacas o Pacajes (Bennett 1950), para Ibarra
Grasso (1953) esta cerámica es el indicador de un Reino Colla que en el Intermedio Tardío se habría extendido entre
Arequipa y Chichas.

Este panorama unificado se fragmenta a inicios de los años ’80 en un mosaico étnico-territorial de“señoríosaymaras”.
Esta nueva interpretación provista por la arqueología nacionalista (Ponce Sanginés 1978), influenciada probablemente
por la etnohistoria (Bouysse-Cassagne 1987; Saignes 1986) se traduce en listados y mapas de señoríos sobre cuya
base se definirán estilos cerámicos emblemáticos en todo el altiplano (Arellano y Berberián 1981; Lecoq 1985;
Portugal Ortíz 1988). En el caso de nuestra zona de estudio, el estilo Anantoko (Arellano y Kuljis 1986) será luego
rebautizado como Carangas y postulado como correlato de un señorío homónimo(Michel 2000). Resumiendo lo expuesto
en otras ocasiones (Villanueva 2013, 2015), esta construcción del señorío preinkaico de Carangas tiene varias
debilidades: (1) responde a un objetivo cladístico histórico cultural de delimitación de “áreas culturales”; (2) extrapola
acríticamente el panorama político del siglo XVI al contexto preinkaico; (3) no define arqueológicamente a un señorío,
empleando el concepto no como categoría de desarrollo político sino como equivalente de una “etnia”.
El Proyecto Arqueológico Altiplano Central (PAAC) trabaja en el altiplano boliviano central desde el 2012, y busca
reevaluar el concepto de señorío, empleando el estudio de materias primas como una línea principal de estudio. En una
primera fase, el estudio petrográfico permitió sugerir la invisibilidad arqueológica de la frontera riverinadel Mauri-
Desagüaderoentre los señoríos de Carangas y Pacajes (Villanueva 2013). Posteriormente, enfocados en el altiplano
Carangas, evaluamos los criterios de centralización y homogeneidad inherentes al señorío. Para ello realizamos
prospecciones intensivas en cuatro regiones equidistantes del espacio Carangas, analizando patrones de asentamiento,
ubicación y construcción de torres funerarias, recursos clave, paisaje visible, iconografía y materias primas cerámicas
(Villanueva 2015). En este escrito reportamos solamente los datos de petrografía cerámica.

26
Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X
En términos cerámicos, la homogeneidad y centralización inherentes a un señorío deberían reflejarse en un patrón
homogéneo de distribución, debido a la dinámica redistributiva que ejerce la capital o “cabecera mayor” mediante la
práctica del festejo y el comensalismo político1. La articulación política andina se ha basado frecuentemente en el
ceremonial comensalista y un posible locus privilegiado para estas dinámicas en un contexto segmentario y corporativo
serían los sitios con torres funerarias o chullperíos. Esto debido a que permiten una fuerte noción de ancestralidad por la
tensión entre ancestro contenido en la torre funeraria y ancestro contenido en el paisaje visible (Gil García 2010), y a
la vez la práctica del comensalismo político (Nielsen 2006), como atestigua la abundante cerámica de servido
fragmentada en sus contornos. Dado que el uso de cierta materia prima cerámica presupone su adquisición mediante
redes sociales, muchas veces de parentesco extendido como sugieren estudios etnográficos en zonas vecinas (Cremonte
1984; Harris 1986), el estudio de su distribución permite considerar la participación de cada región, subregión y
localidad en redes de articulación de variadas amplitudes y direcciones. A continuación presentamos la muestra,
métodos y resultados de este trabajo.

Muestra y Métodos
El altiplano Carangas es un espacio de30.000 km 2, por lo que el trabajo implicó tomar como muestras de prospección
cuatro regiones concretas. Las mismas se ubican de modo relativamente equidistante y presentan diferentes condiciones
fisiográficas y climáticas (Fig. 1).

Figura 1. Ubicación de la zona de estudio y regiones prospectadas.

Algunas de las cuatro regiones de prospección definidas fueron divididas en subregiones, superficies mutuamente
discontinuas prospectadas al interior de la misma región. Finalmente, cada subregión posee un número determinado de
localidades, que son agrupamientos de sitios arqueológicos ceremoniales-funerarios y habitacionales. Algunas
subregiones poseen una sola localidad, otras hasta tres o cuatro.

Definidas las áreas de prospección, se realizó una evaluación sistemática de imágenes satelitales, con el objetivo de
identificar sitios con torres funerarias y asentamientos habitacionales fortificados o pukaras, y a la vez descartar zonas
con topografía demasiado empinada y lechos de río, con el fin de optimizar el tiempo y los recursos en la prospección
pedestre. La misma se orientó inicialmente a los sitios identificados mediante la prospección remota, para
posteriormente enfocarnos en aquellos sectores considerados topográficamente aptos para el establecimiento de
asentamientos no fortificados, que podrían detectarse solamente sobre el terreno. Para recorrer estas zonas se optó por
transectos flexibles formados por cuatro personas distanciadas cada 50 m, suficiente en el ámbito altiplánico de alta
visibilidad y accesibilidad. La recolección de cerámica se realizó en sitios habitacionales ychullperíos. En los chullperíos,
varios asentamientos abiertos e incluso pukaraspequeñas, se realizó recolección intrasitio total. En laspukaras de tamaño
excesivo para una recolección total, se realizaron muestreos sistemáticos lográndose muestras representativas (Tabla 1).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
ÁREA ÁREA S UP. MUESTRA
REGIÓN SUBREGIÓN SITIO TIPO DE SITIO RECOLECCIÓN
( KM2) (KM2) (HAS.) ( HAS.)
SA J01 pukara con ocupación 20,5 muestra 6,5
SAJAMA 81,63
SA J02 chullperío 5,6 total
CUR01 pukara con ocupación 35,4 muestra 8,4
NW 128,74
CURA HUARA DE CUR03 chullperío 0,4 total
47,11
CARANGAS CUR05 chullperío 4,7 total
CUR06 chullperío 0,9 total
ESC02 pukara con ocupación 6,6 muestra 2,3
ESC04 pukara con asentamiento abierto 3,2 total
ESC10 pukara con asentamiento abierto 8,1 muestra 3,5
ESC01 chullperío 5,3 total
ESC03 chullperío 0,8 total
ESC05 chullperío 0,1 total
ESC06 chullperío 0,3 total
K'AMACHA 135,5
ESC08 chullperío 4,3 total
ESC09 chullperío 0,6 total
ESC11 chullperío 0,1 total
ESC12 chullperío 0,1 total
SW 265,8 CHA01 chullperío 1,6 total
CHA02 chullperío 1,4 total
CHA03 chullperío 0,6 total
HUA20 pukara con asentamiento abierto 5,6 muestra 3,5
HUA19 pukara con asentamiento abierto 8,4 muestra 4,2
HUA01 chullperío 0,1 total
HUA02 chullperío 0,4 total
KUSILLAVI 130,3 HUA03 chullperío 0,2 total
HUA04 chullperío 0,7 total
HUA05 chullperío 0,3 total
HUA12 chullperío 1,4 total
HUA18 chullperío 0,6 total
CHU04 asentamiento abierto 4,6 muestra 2,1
CHU05 pukara sin ocupación 0,8 total
CHU08 asentamiento abierto 0,6 total
CHU01 chullperío 0,2 total
CHU02 chullperío 3,4 total
CHUQUICHAMBI 138,48 CHU03 chullperío 0,4 total
NE 138,48
CHU06 chullperío 0,5 total
CHU07 chullperío 0,3 total
CHU09 chullperío 0,3 total
CHU10 chullperío 0,7 total
CHU11 chullperío 2,3 total
CARAVILLCA _ CAR01 chullperío 1,7 total
COP02 asentamiento abierto 1,3 total
COP10 asentamiento abierto 2,3 total
COP04 asentamiento abierto 3,1 total
COPACA BANA DE COP09 pukara sin ocupación 1,5 total
SW 85,22 85,22
ANDAMARCA COP08 asentamiento abierto 0,4 total
COP06 pukara sin ocupación 3,2 total
COP01 chullperío 0,5 total
COP03 chullperío 0,2 total
TOTAL 618,24

Tabla 1. Regiones, subregiones, localidades y sitios registrados.

Para el trabajo se recolectó solamente cerámica diagnóstica, entendiéndose como tal solo a los fragmentos de base y
de borde, con o sin decoración. Esto se debe a que dentro del repertorio cerámico del Intermedio Tardío en el altiplano
existen dos formas grandes (cántaros y ollas) y dos pequeñas (cuencos y jarras). Las formas mayores se quiebran en
más fragmentos, incluyendo tiestos que no forman parte de bases o bordes a diferencia de las formas menores. Por
tanto, insertar fragmentos que no son de borde ni de base sesgaría la muestra en favor de las formas grandes.

La muestra cerámica para análisis macroscópico estuvo compuesta por 2618 tiestos. El primer paso de análisis fue
documentar los fragmentos en términos de morfología, técnicas de cocción, acabado superficial, engobe y patrones
decorativos. En una segunda instancia, se realizó un análisis de pastas sobre microfotografías de sección reciente. El
análisis consistió en apreciar las inclusiones visibles por su color y ponderar su tamaño y densidad semicuantitativamente,
así como características de la matriz de la pasta (Orton et al 1997). El análisis macroscópico permitió orientar la toma
de 100 muestras para análisis de pastas mediante petrografía.

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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X
El trabajo de análisis por microscopía de luz polarizada sobre secciones delgadas de 30 micrones fue cualitativo y con
ponderaciones semicuantitativassobrela presencia de inclusiones, técnica que ya había brindado buenos resultados con
materiales del altiplano central en ocasiones anteriores (Villanueva 2013). Fue realizado en el Laboratorio de Análisis e
Investigaciones Arqueométricas (LAIA) de la Universidad de Tarapacá en Arica, en un microscopio Optika, B-600 TiFL, a
niveles de aumento de 4x, 10x y 20x.Las observaciones fueron vaciadas en una base de datos tratada por el software
IBM SPSS Statistics v.20. El tratamiento estadístico consistió en análisis jerárquico de agrupamientos,
técnicamultivariantesobre variables ordinales discretas que agrupa casos a partir del orden e importancia de las
variables (Drennan 2009). Este análisis requiere que se establezca previamente, mediante técnica de medias K,el
número óptimo de grupos a formar (Drennan 2009).

Resultados

Definición de pastas cerámicas


El análisis petrográfico permitió identificar las inclusiones minerales de las pastas cerámicas, que por su reducido
tamaño, redondez pronunciada y buen ordenamiento parecen inclusiones naturales y no antiplásticos intencionales, con
algunas excepciones. De todas maneras, al interior de las pastas existen diferencias en porosidad de matriz, grosor y
densidad de inclusiones.EL tratamiento estadístico permitió generar undendrograma y distinguir seis grupos de pasta
(Figura 2).

La Pasta 1 se distingue claramente por la presencia de inclusiones pumíceas en cantidades altas a medias. En general,
se trata de pastas finas a medias, muy compactas y con baja densidad de inclusiones. Las inclusiones minerales incluyen
cantidades bajas de cuarzo y vidrio volcánico y proporciones bajas a medias de biotita y feldespatos, que incluyen
tanto plagioclasa como otras variedades. El piroxeno, relativamente común en estas pastas, aparece en mayor
cantidad que el anfíbol. En ocasiones anteriores (Villanueva 2013), habíamos descrito a estas inclusiones como
microfósiles de esponjas. Sin embargo, trabajos recientes de petrografía en cerámica formativa del circunTiticaca han
relacionado claramente este rasgo petrográfico con cenizas volcánicas (Roddick 2009). Interesantemente, el uso de
antiplásticopumíceo o p’oke está documentopor la etnografía andina (Arnold 2003; Sapiencia de Zapata et al. 1997).

La Pasta 2 puede incluir, excepcionalmente, inclusiones pumíceas. Estas pastas tienen porosidad baja a media e
inclusiones de grosor fino a medio, en proporciones medianas. En estas pastas, las proporciones de vidrio volcánico y
cuarzo son altas a medias, mayores a la de feldespatos, que es media y suele incluir solamente plagioclasa. A
diferencia de la pasta anterior, el anfíbol en esta pasta es relativamente más común que el piroxeno.

La Pasta 3 no posee inclusiones pumíceas. Es de porosidad media y con densidades medias de inclusiones, pero el
tamaño de las mismas es medio a grueso. La mayor característica de esta pasta es la abundancia de vidrio volcánico,
con bajas proporciones de cuarzo y biotita. Los feldespatos aparecen en proporción media a baja, incluyendo
plagioclasay sanidina. Hay piroxeno y anfíbol, siendo el último algo más abundante. Asimismo, se observan fragmentos
de rocas volcánicas.

La Pasta 4 tampoco posee inclusiones pumíceas y es una pasta de porosidad media, con cantidad mediana de
inclusiones de grosor medio a fino. En esta pasta predominan los feldespatos variados (plagioclasa, sanidina,
microclino), mientras que el vidrio, cuarzo y biotita aparecen en cantidades menores y variables. Se caracteriza además
por altas proporciones de anfíbol y escaso piroxeno.

La pasta 5 es una pasta sin inclusiones pumíceas, de porosidad media a alta y con inclusiones de grano medio a grueso
en cantidades variables. Es la pasta con mayor presencia de micas, tanto biotita como muscovita. Esta característica
distingue a esta pasta de la anterior, con la que comparte alta proporción y variedad de feldespatos. Sin embargo,
también tiene cantidades moderadas de cuarzo y escaso vidrio volcánico. El piroxeno y el anfíbol aparecen ambos en
proporción mediana.

La pasta 6 es una pasta sin inclusiones pumíceas, porosa y con porcentajes medianos de inclusiones, de grosor fino a
medio. Tiene una alta cantidad de biotita, altas proporciones de feldespatos y cantidades moderadas de cuarzo. Su
característica distintiva es la total ausencia de vidrio volcánico. Por lo demás, el piroxeno y anfíbol aparecen en
proporciones similares.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Figura 2. Dendrograma y microfotografías de las seis pastas definidas

Distribución de pastas cerámicas

Aplicando la clasificación de pastas a la base de datos general (Tabla 2), tenemos que las pastas más abundantes son
la 1 y la 2, seguidas por las pastas 3 y 6. Las pastas 4 y 5 son relativamente minoritarias. En cuanto a los patrones de
distribución a nivel regional, la pasta 2 es la que se distribuye de modo más homogéneo, con una presencia mayor en
la región SE, donde se da, sin embargo, idéntica proporción de pasta 1. La pasta 1 es algo más preponderante en la
región NW, pero se dispersa significativamente al NE y al SW.

Las otras cuatro pastas se distribuyen de modo aún más disparejo. La pasta 6 es preponderante en la región NE;
aparece en menor medida en las regiones SW ySEy no aparece al NW. La pasta 3 es peculiar del SW, donde es
mayoritaria; se dispersa ligeramente hacia el NW y el SW, siendo extremadamente escasa en el NE. En cuanto a las
pastas 4 y 5, están muy asociadas a la región SW. La pasta 5 aparece solamente en esta región, mientras que la
pasta 4 se dispersa levemente hacia el NW y aparece en las regiones orientales en cantidades insignificantes.

PASTA (%)
1 2 3 4 5 6 T
NW 52 26 16 4 2 0 100
REGIÓN

NE 26 23 2 0 0 49 100
SUB-

SW 19 17 27 9 10 18 100
SE 40 40 8 2 0 10 100

Tabla 2. Distribución regional de pastas cerámicas

Ingresando a las distribuciones intra regionales, en el NW (Fig. 3) las subregiones de Sajamay Curahuara de Carangas
exhiben patrones similares, con mucha pasta 1 y en menor medida pasta 2. Las pastas 3 y 4 vinculan a esta región con
el SW, y la pasta 6 levemente con el NE.

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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X

Figura 3. Distribución intra regional de pastas, región NW.

En la región SW (Fig. 4), se observa fuerte heterogeneidad interna. En la subregión de K’amacha, las localidades de
Escara, Romero Pampa y Payrumani comparten proporciones similares de componentes cerámicos, mientras Charcollo
presenta una composición diferente, sin pasta 5 y con altas cantidades de pasta 1 que sugieren vínculos con el NW. En
la subregión de Kusillaviexisten proporciones menores de pasta 3, pero la localidad más occidental, Florida, se
distingue de las otras por abundante pasta 4 y escasa pasta 6, que en los otros casos vincula con el NE.

31
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Figura 4. Distribución intra regional de pastas, región SW

La región NE (Fig. 5) se caracteriza por tener poca diversidad cerámica, con grandes cantidades de pasta 6. Las
tendencias de distribución de cerámica en las localidades de Chuquichambi Oeste, Chuquichambi Norte y San Miguel
delatan fuerte homogeneidad interna. En cambio, la muestra de control tomada en la localidad de Caravillca, varios
kilómetros al sur, revela un patrón totalmente diferente, en que la pasta 6 está menos presente. La alta cantidad de
pasta 3 y la presencia de pasta 4 hacen pensar en vínculos más fuertes de Caravillca con la franja meridional de
Carangas.

Figura 5. Distribución intra regional de pastas, región NE


En cuanto a Copacabana de Andamarca, al SE (Fig. 6), son características la presencia mayoritaria de pasta 2 y las
altas proporciones de pasta 1. Se hace notorio que la localidad Norte es más semejante a las zonas altas del oeste que
la localidad Sur, sobre todo en la presencia de cantidades altas de pasta 3. A esto se suman las bajas proporciones de
pasta 4, planteando lazos con la región SW. Copacabana Sur, en cambio, tiene más pasta 6 sugiriendo lazos con la
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Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X

Figura 6. Distribución intra regional de pastas, región SE

Discusión y Conclusiones

Los datos presentados sugieren que el material cerámico Carangas dista de ser homogéneo. Sea por inclusión
intencional, como en el caso del p’oke presente en la pasta 1, o sea por inclusiones probablemente presentes en las
fuentes de arcilla o arena, pueden distinguirse al menos seis tipos de pastas cerámicas. Este dato se opone a la idea de
una cerámica emblemática presente al interior de un territorio definido como el señorío Carangas. Aunque este escrito
se concentró en los datos petrográficos, esta heterogeneidad también ha sido observada en términos de motivos
decorativos –que además no se correlacionan con las pastas cerámicas-, patrones de asentamiento, intensidad de
conflicto, recursos económicos clave, técnica y materiales constructivos de torres funerarias y visualización de hitos
paisajísticos (Villanueva 2015). Los materiales cerámicos tampoco se distribuyen de modo equivalente entre las regiones
de Carangas, como cabría esperarse en un contexto centralizado en que las dinámicas comensales y redistributivas son
operadas desde una capital. Cada región muestra preferencias por determinada pasta y a la vez incorpora en menor
medida pastas preponderantes –y posiblemente procedentes- de las otras regiones. Estos patrones regionalmente
diferenciados de distribución permiten dos consideraciones, unade escala intra regional y otra inter regional.

A escala intra regional, cabe notar las regiones tienen distintos grados de homogeneidad interna en cuanto a sus
distribuciones de pastas. La región NW presenta dos subregiones relativamente distanciadas como Sajama y Curahuara
de Carangas, que a pesar de ello usan materiales similares, sugiriendo una escala de articulación regional. En la región
NE, la subregión de Chuquichambi es internamente homogénea, pero difiere notoriamente de la otra subregión,
Caravillca. Esto sugiere que la escala de articulación es subregional.En el SW de Carangas existen diferencias entre
subregiones y diferencias internas a cada subregión; los patrones de distribución muestran que estos segmentos locales,
relativamente cercanos, establecen vínculos de escala supra local, aunque sin alcanzar la completa articulación
subregional. Finalmente, en el SE las localidades de Copacabana de Andamarca, aun bastante cercanas, presentan
diferencias notorias que sugieren vínculos independientes con otras regiones y una articulación solamente local.

A escala inter regional, cada región presenta distinto grado de homogeneidad, sugiriendo distintas tendencias a
establecer dinámicas de articulación supra regional. En ese sentido, la región SW es la más tendiente a la articulación:
incorpora materiales de otras regiones y dispersa materiales aparentemente locales. Se plantea cierta articulación en
dirección SE, pero sobre todo hacia el NW. En contraste, la región NE es la menos tendiente a incorporar materiales
externos. Como resultado, la franja occidental de Carangas parece más articulada que la franja oriental. Es interesante
que el principal nodo articulador se encuentre en el SW, zona pastoril y sin grandes concentraciones de asentamiento ni
de recursos agro pastoriles. Es probable que la alta movilidad de estas poblaciones, cercanas además al salar de
Coipasa como importante fuente de recursos intercambiables, haya fomentadoesta tendencia articuladora.

33
Volumen 3, nº 2. Año 3 - ISSN Nº 1851-118X
En todo caso, este panorama de un altiplano Carangas heterogéneo y solo parcialmente articulado desde el
sudocccidente contrasta con el modelo de señorío Carangas que reportan los cronistas del siglo XVI. En él, existe una
articulación territorial completa en torno a una cabecera mayor situada en Chuquicota, en el cuadrante nororiental de
Carangas (Medinacelli 2010) y en relación con el trazado del QhapaqÑaninkaico. Entonces, nuestros datos permiten
sugerir que la incorporación del altiplano Carangas al Tawantinsuyu implicó sustanciales reordenamientos territoriales y
en el balance del poder. Así, el estudio petrográfico de materias primas cerámicas contribuye a delinear un panorama
arqueológico del Intermedio Tardío altiplánico distinto del señorío etnohistórico, y desde el cual las dinámicas sociales
altiplánicas adquieren un cariz nuevo de fluidez y complejidad.

Agradecimientos
Este escrito resume parte de la Tesis Doctoral al interior del Programa de Postgrado de la UTA-UCN, en Arica, Chile.
Dicho trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo de Marcela Sepúlveda como profesora guía. Agradezco asimismo la
colaboración de LAIA y el Proyecto MECESUP 0801, que permitieron la realización del análisis petrográfico. Asimismo,
al equipo de campo y análisis del PAAC. La tesis se benefició de los comentarios de Claudia Rivera, ThibaultSaintenoy
y Guillermo De la Fuente, a quien agradezco además la invitación a participar de este volumen.

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Notas:
(1) Esto según un concepto clásico de jefatura equiparable al de señorío (Service 1972 ).

35
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
La chaîne opératoire de André Leroi-Gourhan.1

Algunas reflexiones sobre la historia y actualidad de un concepto

Alfonso Ramírez Galicia


Escuela Nacional de Antropología e Historia, Periférico Sur y Zapote s/n, Col. Isidro Fabela, C.P. 14030, Ciudad de México.
ragakar@gmail.com

La tendance qui, par sa nature universelle, est chargée de toutes les possibilités exprima-
bles en lois générales, traverse le milieu intérieur, baigné par les traditions mentales de
chaque groupe humain ; elle y acquiert des propriétés particulières, comme un rayon lumi-
neux acquiert en traversant des corps différents des propriétés diverses, elle rencontre le
milieu extérieur qui offre à ces propriétés acquises une pénétration irrégulière, et au point
de contact entre le milieu intérieur et le milieu extérieur se matérialise cette pellicule d’ob-
jets qui constituent le mobilier des hommes.

André Leroi-Gourhan, 1945.

A modo de introducción

En las últimas dos décadas se ha producido un aumento de las referencias a la chaîne opératoire dentro de la literatura
arqueológica. Este concepto denomina a una metodología originada en la francofonía, cuyo objetivo fundamental es operar
una reconstitución de la coherencia tecnológica global que subyace y sustenta al encadenamiento de los materiales, los gestos
y los “saber hacer”, en la realización de las acciones técnicas del presente y del pasado, a través de la observación del
desencadenamiento de estas acciones en un contexto etnográfico “viviente”, o a través de la interpretación y el re-montaje
retrospectivo de los eslabones y las operaciones de las acciones técnicas pasadas “codificadas” en el contexto arqueológico.

La abundancia de noticias y discusiones sobre la chaîne opératoire refleja, por un lado, la popularización que ha alcanzado en
los estudios sobre tecnología dentro de las disciplinas de la prehistoria y la etnología; por otro, es un testimonio de la
multiplicidad de configuraciones y sentidos que ha adoptado a través de su incorporación a las más diversas perspectivas de
los estudios tecnológicos contemporáneos. En conjunto, esta popularización y difusión internacionales han tendido a dotar de
un significado ambiguo y difuso al concepto de chaîne opératoire, debido a las transformaciones que han implicado estas
incorporaciones, así como a las desviaciones con respecto al sentido que adoptó en su contexto histórico original.

Por ello, dentro de las discusiones sobre la chaîne opératoire ha comenzado a aparecer, en años recientes, una serie de
estudios metodológicos e históricos que intentan elucidar, por un lado, la manera en que estas apropiaciones conceptuales
inciden, tanto en las preguntas que son capaces de abordar, como en el sesgo interpretativo de las respuestas que pueden
ofrecer los tecnólogos prehistóricos y los etnólogos de la técnica. Como el estudio comparativo de Peter Bleed sobre las
alternativas hermenéuticas inherentes a las variedades de sequence models en Japón, Francia y Estados Unidos (Bleed 2001).
Por otro lado, un conjunto incipiente de estudios históricos ha intentado reconstituir el significado y el uso original de la chaîne
opératoire dentro del contexto donde ocurrió su génesis intelectual, es decir, la coyuntura francesa de 1945-1968, así como
las mutaciones que ha experimentado a través de su historia hasta nuestros días, con el objetivo de esclarecer las formas en
las que los ambientes intelectuales, los contextos sociales y los procesos históricos en los que se insertó y participó a tra vés de
los distintos momentos de su historia han delineado las configuraciones conceptuales y las potencialidades interpretativas qu e
ofrece.

36
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
El presente ensayo pretende seguir la vía de investigación histórica abierta por Nathan Schlanger en su historia de los s

entidos y usos de la chaîne opératoire en la obra de André Leroi-Gourhan (Schlanger 2004), centrándose en el periodo de su
génesis y utilización original (desde el final de la segunda guerra mundial y hasta antes de su transformación y síntesis con los
postulados de Le geste et la parole a inicios de la década de 1960), con la intención de mostrar algunos atributos estructurales
inherentes a la metodología de la chaîne opératoire, surgidos de su integración al utillaje mental y al ambiente intelectual de
la Francia de la segunda post-guerra y de la hegemonía del estructuralismo, así como algunas de las potencialidades e
inconveniencias que pueden implicar las apropiaciones de este concepto en los estudios tecnológicos contemporáneos.

Actualidad de la chaîne opératoire

La capacidad de “suivre les gestes, éclat pour éclat” ha significado, no sólo la posibilidad de acceder a una lectura e
interpretación de la dimensión propiamente tecnológica de las manifestaciones económicas, políticas, sociales y culturales de
las sociedades “vivientes”, así como a la restitución de esta “vitalidad” técnica en las huellas, residuos e indicios materiales
que componen el registro arqueológico, sino que, la naturaleza concreta e íntima de este seguimiento rememorativo de los
gestos, ha permitido acceder a la mentalidad, y a las estructuras mentales y cognitivas que fundan e informan las acciones
conscientes e inconscientes de los artesanos de todos los tiempos. Como lo ha señalado Peter Bleed (Bleed 2001) esta última
posibilidad es uno de los factores de peso que explican la acogida favorable de la metodología de la chaîne opératoire en
el mundo angloamericano desde el final de la década de 1980, debido al énfasis en los aspectos cognitivos y mentales de
las labores cotidianas de los individuos y colectivos del pasado, que ha tendido a prevalecer en las arqueologías de habla
inglesa desde el “viraje” postprocesual (para una exposición de la historia de las arqueologías anglo-americanas, desde la
década de 1960 y hasta nuestros días cfr. Trigger 2006).

Bleed rastreó la “penetración” de la chaîne opératoire a través de las publicaciones en lengua inglesa de varios de los
prehistoriadores y etnólogos franceses de la presente generación, herederos de la technologie comparée o ethnologie des tech-
niques, así como a través de los trabajos de ciertos autores angloparlantes que han tenido alguna relación, en el proceso de
su formación, con el ambiente intelectual francés y que han operado una síntesis original de la metodología de la chaîne
opératoire; como en el proyecto de reinterpretación global de las representaciones y la cultura materiales del paleolítico
europeo emprendido por Randall White y sus alumnos en la New York University2. Aparte de la investigación de Bleed,
Françoise Audouze realizó una cartografía más extensa y precisa de las repercusiones de la chaîne opératoire en el mundo
anglo-americano, y re-posicionó esta metodología dentro del contexto de la obra y el pensamiento de André Leroi-Gourhan
(Audouze 2002); sin embargo, estos trabajos incipientes sobre las implicaciones metodológicas e interpretativas y sobre la
difusión de la chaîne opératoire, son una respuesta a esta popularización reciente de la obra de Leroi-Gourhan en Inglaterra
y Estados Unidos; hasta entonces, el hexágono francés fue el territorio, prácticamente, exclusivo de las síntesis de la chaîne
opératoire dentro de los estudios tecnológicos contemporáneos en etnología y prehistoria, y en nuestros días continúa siendo el
lugar de construcción privilegiado de algunas de las propuestas más originales.

37
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
La historiografía sobre la historia de los estudios tecnológicos en Francia ha aportado claves fundamentales para entender
esta excepcionalidad francesa. Aunque tienden a prevalecer los enfoques que privilegian la dinámica interna de la historia
de las ideas y los conceptos, no obstante, han esclarecido varios aspectos del ambiente intelectual y los contextos sociales que
constituyeron el escenario de esta historia.

Su genealogía se remonta a la coyuntura de entre guerras, cuando los etnólogos del Institut d’Ethnologie sentaron las bases
teóricas para la construcción de una verdadera ethnologie des techniques, que extendiera, hacia el estudio de los faits
techniques, el análisis y la interpretación comparativa de los faits sociaux con el fin de exhumar las estructuras subyacentes. En
Évolution et techniques (Leroi-Gourhan 1943, 1945), André Leroi-Gourhan realizó una síntesis con las observaciones
tecnológicas, recopiladas a lo largo de su carrera como etnólogo, sobre algunos “hechos técnicos” de todas las épocas y
lugares y, en especial, sobre una densa red de técnicas de los pueblos y civilizaciones de la costa asiática del pacífico nor te,
comprendidas entre el inicio de la era cristiana y el siglo XIX. Con este material Leroi-Gourhan construyó una interpretación
global de los procesos de invención y difusión, de su papel en la evolución de la dimensión tecnológica de las sociedades
humanas, así como una tipología general de las técnicas y una metodología que, en conjunto, permitieron hacer operativo el
proyecto de una technologie comparée.

En 1979 el antropólogo Jean-Pierre Digard realizó un balance historiográfico sobre el estado de los estudios tecnológicos en
la antropología francesa (Digard 1979). Ahí expuso la constatación de que, a pesar de este origen prometedor de la
ethnologie des techniques, para el inicio de la década de 1980 existía una situación general de “insuficiencia” y
“marginalidad” de este campo de investigación, que él nombró ethno-technologie, en relación a los otros sub-campos de los
estudios antropológicos. Más allá de la división del trabajo intelectual, que tendía a imponer un sesgo despreciativo de la
actividad técnica en la formación de los antropólogos franceses, Digard explicó esta situación a través de dos factores
fundamentales: por un lado, el carácter restringido y localizado de los desarrollos de los discípulos de Leroi-Gourhan,
subyugados por la escasez presupuestal y una “…vocation d’imitateurs ou… d’ « applicateurs »…” (Digard 1979:78), por
otro, la tendencia, impuesta por la hegemonía del estructuralismo, a privilegiar el estudio de las estructuras inconscientes e
impersonales por encima de la dimensión tecnológica en el proceso de la integración de los seres humanos a su medio.

Durante las décadas de 1950, 1960 y 1970 uno de los sustentos institucionales fundamentales de la ethno-technologie estuvo
constituido por el groupe de technologie comparée del département de technologie comparée del Musée de l’Homme3, agrupado
en torno a la figura de Hélène Balfet 4(Dosse 1992); a esta institución se sumó el proyecto de la revista Techniques et Culture,
construido en la década de 1970 por un grupo de etno-tecnólogos del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS)
liderados por Robert Cresswell5. A pesar de que la marginalidad de la ethno-technologie se ha mantenido hasta nuestros días,
los años de la década de 1970 presenciaron la aparición de varias tentativas de trascendencia de esta situación: impulsada,
en gran medida, por estas instituciones y fundada en una serie de tradiciones intelectuales que establecieron distintas
relaciones simbióticas con la technologie comparée, entre las que destacaban la histoire des techniques y el marxismo, una
pléyade de autores como Maurice Godelier, André-Georges Hadricourt, Robert Cresswell, Christian Pelras, o Hélène Balfet,
trabajó para realizar una integración sistemática y coherente de los estudios tecnológicos en la antropología, con el objetiv o
de crear una síntesis interpretativa que reformulara las relaciones que ligan a la dimensión tecnológica con las otras
dimensiones de la existencia humana, y que ofreciera una nueva explicación de la dialéctica de “…la determination récipro-
que des systèmes techniques et sociaux.” (Digard 1979). Como lo señaló Françoise Audouze a finales de la década de 1990,
en un ensayo sobre el estado de los estudios tecnológicos en la prehistoria francesa (Adouze 1999), estas instituciones, estas
comunidades intelectuales y este capital intelectual, son la “matriz” de donde surgieron, tanto la “escuela” contemporánea de
tecnología prehistórica, resultado de la fusión del laboratorio de tecnología experimental de Jacques Tixier con los
practicantes del remontage de la école des fouilles de Leroi-Gourhan en el sitio prehistórico de Pincevent, así como la “escuela”
antropológica de technologie culturelle.

38
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Ambas han adoptado un enfoque que privilegia la integración y el diálogo de los seres humanos y la materia, han
reformulado y complejizado la relación entre las dimensiones tecnológica, social y cultural de la existencia humana, han
elegido la inmediatez del desencadenamiento de las acciones cotidianas como observatorio privilegiado y han transformado
la metodología de la chaîne opératoire en un útil eficaz para acceder a las estructuras tecnológicas, sociales, culturales y
mentales que subyacen a las acciones de los individuos y las colectividades humanas.

Sin embargo, ambas han tenido una suerte diferente en el escenario intelectual internacional de nuestros días: mientras la
technologie culturelle continúa peleando por obtener un lugar legítimo dentro de la antropología, al lado de los material
culture studies, como lo muestran los reiterados llamados de Pierre Lemonnier para no excluir el estudio de la tecnología de
las monografías etnográficas y para extender el uso de la chaîne opératoire hacia la interpretación de los gestos simbólicos
(Lemonnier 2004a) y míticos (Lemonnier 2004b) la tecnología prehistórica à la française se difunde vigorosamente por las
redes intelectuales que ligan a la prehistoria francesa con el resto del mundo.

La revisión de la historia de los estudios tecnológicos en Francia durante la segunda mitad del siglo XX nos permite constata r
el papel fundamental que en ella ha tenido, en general, la obra de Leroi-Gourhan y, en particular, la chaîne opératoire;
además, nos permite apreciar las líneas generales de la historia y los contextos donde este útil conceptual ha adquirido
sentidos y funciones diversas. El reconocimiento, que han traído consigo los virajes epistemológicos de las ciencias sociales del
último tercio del siglo XX, de que el momento y el lugar de enunciación ejercen una determinación esencial en las cualidades
del discurso científico, se ha visto acompañado por una expansión y desarrollo de la historia de los conceptos y la historia
intelectual (ver Dosse 2003); las sub-disciplinas de la arqueología no han quedado fuera de esta tendencia y dentro de las
historias del pensamiento y los conceptos de la prehistoria ha surgido un interés sistemático para abordar las mutaciones de
sentido de la chaîne opératoire, y sus implicaciones en la práctica contemporánea.

Historia y contexto de la chaîne opératoire

La historia “interna” del concepto

En 1995 se realizó en Meudon (departamento de los Hauts-de-Seine en la región de la Île-de-France) el coloquio “Geste
technique, parole, mémoire : actualité scientifique et philosophique de A. Leroi-Gourhan”, organizado por el filósofo de la
ciencia Bernard Stiegler y el Collège international de philosophie. Como lo señalaron Françoise Audouze y Nathan Schlanger,
directores de un volumen colectivo derivado de este coloquio, su objetivo “…était d’évaluer l’actualité de la pensée de Leroi-
Gourhan et les avancées qui peuvent être faites aujourd’hui dans les multiples voies qu’il a ouvertes.” (Audouze y Schlanger
2004). Además de reunir algunos de los ensayos más contemporáneos que han emprendido un análisis epistemológico de las
tesis contenidas en Évolution et techniques y en Le geste et la parole, con el fin de esclarecer la coherencia interna de las ideas
que sustentaron y guiaron al pensamiento y a la obra de Leroi-Gourhan, de iluminar sus fundamentos filosóficos, y de señalar
varias de sus inconveniencias e implicaciones en la paleontología humana, la prehistoria y la antropología 6 (Audouze 1999)
este coloquio y este volumen conjuntaron a las tentativas más notables de re-contextualización histórica de este maître à
penser.

Aparte de la labor archivística de búsqueda, clasificación y sistematización de los diferentes fondos documentales y
artefactuales legados por Leroi-Gourhan, que ha recaído fundamentalmente en el trabajo de Philippe Soulier, en el marco de
su proyecto de escritura de una biografía global del autor (Soulier 1999), Nathan Schlanger, uno de los principales
promotores de las historias de las arqueologías 7 (Schlanger y Nordbladh 2008), presentó su ensayo sobre los sentidos y usos
que adoptó la metodología de la chaîne opératoire a través del itinerario intelectual de su creador, se trata del ensayo:
“« Suivre les gestes, éclat par éclat » - la chaîne opératoire d’André Leroi-Gourhan” (Audouze y Schlanger 2004: 127-147)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Fundándose en la lectura de las obras publicadas de Leroi-Gourhan como fuente de su historia conceptual, Schlanger mostró
que, aunque la primera mención formal de la chaîne opératoire data de 1957 y aunque esta metodología no fue sujeta a una
sistematización conceptual explícita, como los conceptos de fait y tendance techniques, ni a una enseñanza especializada, como
las técnicas de la excavation ethnographique, este útil conceptual habría sido en la obra de su creador “…un concept opéra-
toire puissant qui a eu un rôle dans le développement et les modifications de ses thèses les plus fondamentales.” (Audouze y
Schlanger 2004: 128). La historia de las transformaciones del sentido y del uso de la chaîne opératoire habría atravesado por
tres momentos: un estado “latente” de desarrollo potencial contenido en la technologie comparée del etnólogo Leroi-Gourhan,
antes del final de la segunda guerra mundial, su génesis y concreción conceptual a través de la inclusión de los “hechos
técnicos” del paleolítico en esta technologie comparée, durante la conversión de Leroi-Gourhan a la prehistoria, de 1945 a
1957, y finalmente, su transformación para incluir la interpretación de la technicité organique, durante la construcción de Le
geste et la parole, de 1957 a 1965.

Según Schlanger, la elaboración de la technologie comparée operada en Évolution et techniques se fundó en una doble apertu-
ra “…vers une vision biologique des techniques et vers la philosophie de Bergson.” (Audouze y Schlanger 2004). Leroi-
Gourhan concibió a las sociedades humanas como organismos vivientes que realizaban su diferenciación y su integración al
medio a través de una membrana o milieu technique, compuesto por el conjunto de útiles, gestos y “saber hacer” que integran
el sistema técnico con el que un grupo humano particular ejercía sus acciones sobre la materia 8 (Leroi-Gourhan 1945). Desde
esta concepción “orgánica” de la sociedad, el milieu technique se encontraría sujeto a una tensión análoga a la que impera en
la integración de los organismos biológicos a su medio, tensión que, siguiendo las tesis sobre la évolution créatrice
desarrolladas por el filósofo Henri Bergson, “emanaría” del choque entre las dificultades y resistencias opuestas por el medi o
y el élan vital que “impulsa” a la materia orgánica hacia la apropiación y transformación de la materia inorgánica, en la
búsqueda de la conservación y perpetuación de la vida. Del diálogo entre esta tenacidad del medio y la “creatividad” de la
materia viviente para trascender este “determinismo físico”, habría surgido una tendance hacia el perfeccionamiento de la
acción de los organismos sobre su medio, que subyacería a las transformaciones de la “gran cadena de los seres” en el
proceso de la evolución general de la vida. Leroi-Gourhan extendió la acción de esta “tendencia” hacia el milieu technique, en
la forma de una tendance technique que subyacería a la historia de los progresos generales de las técnicas (Stigler 2004).

La tendance technique fue la clave para llevar a la práctica un estudio comparado de la tecnología, pues implicaba que la
diversidad de formas de las técnicas, de todas las regiones del planeta y de todos los periodos de la historia, “contenían”
una misma esencia técnica, que explicaba su configuración tecnológica particular, así como su posición relativa en la evoluci ón
general de las técnicas. Este enfoque permitió abordar las técnicas a partir de una categoría de observación homogénea: el
fait technique:

Le fait, à l’inverse de la tendance, est imprévisible et particulier. C’est tout autant la rencontre de la tendance et des
milles de coïncidences du milieu, c’est à-dire l’invention, que l’emprunt pur et simple à un autre peuple. Il est unique,
inextensible, c’est un compromis instable qui s’établit entre les tendances et le milieu (Leroi-Gourhan 1943: 27).

El fait technique es la cristalización de un “gesto eficiente”, producto de la “difracción” de la tendance a través de un milieu
technique particular. En este sentido, la metodología de la technologie comparée habría de consistir en la “disección” de los
faisceaux de “hechos técnicos” con el propósito de retirar las distintas capas de individualización cultural y abstraer, de esta
forma, la esencia técnica del “hecho”, el premier degré du fait (Imágenes 1 y 2)9

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Leroi-Gourhan emprendió este análisis con la red de “hechos técnicos” de la costa asiática del Pacifico norte, comprendidos
entre el inicio de la era cristiana y el siglo XIX, y concluyó que, dada la integración orgánica del milieu technique con las
demás partes y dimensiones del capital cultural que integra el milieu intérieur de un grupo humano particular, esta membrana
tendía a desempeñar la función de “motor” de la evolución social, pues catalizaba y propagaba los efectos de la tendance a
través de todo el organismo. Más aún, a pesar de que las particularidades de los milieux techniques de grupos humanos
diferentes ofrecían una “permeabilidad” variable a la concretización de la tendance, la identidad de su esencia tecnológica
hizo que existiera una “continuité du milieu technique” (cf. Leroi-Gourhan 1945: 303-401) la cual, a través de las redes de
comunicación que canalizaban los procesos de invención y difusión de las nuevas tecnologías, desembocó en la confluencia de
de los desarrollos tecnológicos de la multitud de pueblos y civilizaciones de esta costa asiática del Pacífico en una sola ví a de
evolución coordinada.

A partir de la síntesis de Évolution et techniques, Leroi-Gourhan intentó extender esta idea de una confluencia evolutiva,
impulsada por la tendance technique, al completo itinerario histórico de la humanidad; sin embargo, su metodología se
fundaba en la observación de la función de los “hechos técnicos” en un contexto viviente, observación posibilitada únicamente
por la etnografía o las fuentes escritas. En este sentido, la technologie comparée contenía un obstáculo esencial: estaba
limitada, en su observación de los faits techniques en las profundidades del tiempo, a los periodos y lugares lejanos de la
historia de la humanidad sobre los que existían testimonios en la forma de tradiciones escritas, es decir, estaba limitada
dentro de los confines de la historia. Según Schlanger, a esta limitación se sumó una concepción de los documentos de la
prehistoria en general, y del llamado “homo faber” en particular, como “documents réfractaires”, concepción que habría
surgido del sesgo profesional, especializado en etnología, que caracterizó el itinerario de Leroi-Gourhan durante la
coyuntura de entreguerras y la ocupación. En conjunto, estas limitaciones llevaron a un blocage de la technologie comparée,
incapaz de abordar los gestos inobservables de las técnicas de la prehistoria (Schlanger 2004: 1127-147).

Aunque antes del final de la segunda guerra mundial la technologie comparée carecía de un útil conceptual que le permitiera
“revitalizar” el milieu technique de las sociedades extintas, a través del re-montaje retrospectivo de las cadenas de gestos
codificadas en el contexto arqueológico, su énfasis en el seguimiento íntimo del desencadenamiento de las acciones técnicas
en una sociedad viviente, o en una sociedad extinta, a través de las tradiciones históricas, contenía las premisas de la chaîne
opératoire. Precisamente, el dénouement de este blocage llegó con la conversión del etnólogo Leroi-Gourhan a la prehistoria.
Después de cinco años de enseñanza y práctica de la prehistoria, ya fuera en sus cátedras en la Faculté des Lettres de Lyon o
en el Institut d’Ethnologie, en el chantier de fouille de la grotte des Furtins (Saône-et-Loire, Bourgogne), o en la école de fouille
d’Arcy-sur-Cure (Yonne, Bourgogne), Leroi-Gourhan se sumergió en la construcción de una “paleo-etnología”10. Fue la
conjunción del descubrimiento de los trabajos experimentales sobre la tecnología lítica de François Bordes y Léon Coutier, co n
las reflexiones sobre el umbral de aptitudes cognitivas y mentales que separaba al homo sapiens del homo faber, el
detonante que llevó a la génesis de la chaîne opératoire. El escenario de la culminación y exposición formal de la génesis de
este útil conceptual fue la participación de Leroi-Gourhan, con su comunicación “L’Homo faber : la main”, en la Seizième
Semaine de Synthèse: “A la recherche de la metalité préhistorique”, en noviembre de 1950 (imagen 3)11.

La expansión y renovación de los estudios experimentales sobre la tecnología lítica prehistórica, producidas en el mundo
angloamericano y en la francofonía desde el final de la segunda guerra mundial, tuvieron como uno de sus resultados
sobresalientes, en Francia, la “re-invención” de varias de las técnicas de talla del paleolítico (Lewis Johnson et al. 1978).
Esencialmente, esta “imitación” o “replicación” de la tecnología prehistórica fue utilizada como un instrumento auxiliar en la
profundización de la comprensión tipológica de las industrias líticas del Paleolítico; lo cual alcanzó una de sus expresiones
más acabadas en la tipología de las industrias del Paleolítico inferior y medio de François Bordes (Bordes 1950, 1953). En
este sentido, la méthode Bordes pretendió construir, a partir de sus criterios tecno-tipológicos, categorías de individualización
cultural que permitirían acceder a la observación de las “maneras de hacer” propias de las distintas “culturas musterienses”.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Más allá de este interés en la restitución de las personalidades culturales, estas “replicaciones” significaron para Leroi -
Gourhan la clave para incluir los documentos de la prehistoria en la tecnología comparada. Pues al centrar su mirada no sólo
en las “maneras de hacer”, sino también en los productos colaterales de la talla de rocas duras: en los residuos, huellas e
indicios legados e “inscritos” por esta actividad técnica en las superficies sepultadas de los yacimientos prehistóricos, Ler oi-
Gourhan comprendió que la vía para re-montar las acciones técnicas del pasado en su coherencia y vitalidad tecnológica
original, era, precisamente, la decodificación o “lectura” retrospectiva de los restos materiales de su acción en el pasado:
“seguir los gestos, fragmento por fragmento” para re-montar las cadenas de operaciones que conformaron las acciones
técnicas del pasado, “seguir los gestos, fragmento por fragmento” para re-constituir los faits techniques de la prehistoria.

Mais l’interprétation du document lui-même, du silex, est aussi rigoureuse que la lecture d’un mot : depuis vingt ans,
la technologie expérimentale a permis de démêler les séries de gestes qui conduisent à telle ou telle forme d’outil.
On sait qu’il n’y a pas un grand nombre de voies possibles pour conduire du rognon de silex brut au biface ou à la
pointe de flèche. A une glose près, on sait comment le Paléanthropien fabriquait son racloir. Cela enrichit immédia-
tement nos matériaux : suivre les gestes, éclat par éclat, c’est reconstruire avec certitude une part importante de la
structure mentale du fabricant, voir la technique se rationaliser d’époque en époque, c’est, sans dépasser la stricte
objectivité de l’historien, donner à cette chaîne ténue de témoignages techniques une signification qui dépasse large-
ment l’aride disposition chronologique de minéraux percutés par de vagues anthropoïdes. (Leroi-Gourhan 1953).

Como lo mostró Schlanger, a través de la década de 1950 Leroi-Gourhan utilizó este útil conceptual para estudiar los faits
techniques de la prehistoria desde una perspectiva de tecnología comparada; aunque la chaîne opératoire no fue definida
sistemáticamente durante esta década, fue la clave metodológica que permitió la construcción de la información que sustentó
la interpretación del progreso de las técnicas y de la evolución de las sociedades humanas como “emanaciones” de la
tendance technique. Explorando el “umbral” de aptitudes cognitivas y mentales que separaría al homo faber del homo sapiens,
Leroi-Gourhan emprendió la lectura retrospectiva de los documentos de las primeras industrias líticas del Paleolítico inferior y
medio, asociados con los neandertal y otros homínidos no “anatómicamente modernos”, para remontar hasta la estructura de
la “mentalidad prehistórica” que se encontraba detrás de su coherencia tecnológica.

Leroi-Gourhan concluyó que las chaînes opératoires implicadas en la fabricación de los útiles de la industria clacto-
abbevillense, la más antigua de las industrias del Paleolítico europeo, conocidas al monento, evidenciaban la “…prévision des
formes eficaces…”, lo que llevaba a la constatación de que “Au stade élémentaire, l’homme est tout aussi primitivement
sapiens que faber puisqu’il sait voir la forme de l’outil dans le bloc et qu’il peut l’obtenir.” (Leroi-Gourhan 1953:82). Más aún,
la reconstitución de las chaînes opératoires involucradas en las técnicas de manufactura de las industrias achelense y
musteriense implicaron, según la interpretación de Leroi-Gourhan, una continuidad esencial del milieu technique a través de
toda la duración del Paleolítico, pues “…les documents laissent l’impression que l’homme fait la synthèse de toutes les
acquisitions précédentes pour aboutir à la formule nouvelle…”. (Leroi-Gourhan 1953:84). Según Leroi-Gourhan, la ordenación
cronológica de las industrias mostraba una evolución subyacente de continuidad “recapitulativa”: todo se pasaba como si en
este proceso de evolución las cadenas de gestos y operaciones que constituían el capital técnico propio de la configuración
tecnológica particular de un periodo hubieran servido como el punto de partida desde donde se producían las innovaciones
del periodo subsecuente, “eslabonando” cadenas de gestos y operaciones originales en la síntesis de una nueva configuración
tecnológica que, a su vez, constituía un eslabón más de un proceso de encadenamiento acumulativo.

Según Leroi-Gourhan, el encadenamiento de los gestos de percusión “elementales” implicados en la fabricación de


los “primeros útiles del Paleolítico europeo”, i.e. las lascas clactonienses (imagen 4), habría llevado a la conformación de las
chaînes opératoires de las técnicas de elaboración de los útiles sobre núcleo de las industrias clacto-abbevillenses (imágenes 5
-7 y 10), a su vez el desarrollo y la integración de nuevas técnicas de percusión a este capital original habría llevado a la
diversificación de los “útiles sobre lasca” y, sobre todo, a la sofisticación de los “útiles sobre núcleo”, culminando con la s

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
técnicas de fabricación de las limandes de las industrias achelenses (imagen 8 y 11), finalmente la re-combinación de este
encadenamiento acumulativo de gestos, técnicas y útiles, así como su síntesis con nuevos elementos, habría desembocado en la
conformación de las chaînes opératoires de las técnicas de reducción de núcleos que, como la técnica Levallois, habrían
permitido acrecentar tanto la “eficiencia” tecnológica de los útiles, como la “economía” del uso de la materia prima, a parti r
de la producción estandarizada de las lascas y láminas que sirvieron de soporte para la multiplicidad de útiles de las
industrias musterienses (imágenes 9 y 12).

Precisamente, estas constataciones de la continuidad del milieu technique a través del Paleolítico y del carácter acumulativo
del encadenamiento de las chaînes opératoires propias de sus industrias sucesivas, significaron, para Leroi-Gourhan, los
testimonios empíricos de la realidad de la acción de la tendance technique desde los orígenes de la historia humana (imagen
14). Asumiendo que las funciones de estos útiles, en la dimensión esencial del premier degré du fait, podían agruparse bajo el
concepto de outil tranchant, Leroi-Gourhan construyó la “primera estadística económica de la historia humana” (imagen 13)12:
una doble tendencia hacia el incremento de la obtención de “filo útil” a partir de un volumen constante de materia prima y,
en consecuencia, una tendencia hacia el consumo “económico” de esta última, subyacían a la historia del progreso técnico en
sus orígenes, según Leroi-Gourhan. De las primeras lascas clactonienses, pasando por los choppers y choping tools de las
industrias clacto-abbevillenses, y por las bifaces de la industria achelense, hasta las láminas de las industrias musterienses y
del Paleolítico superior, un “impulso vital” emanado de la tendance technique había “guiado”, según este argumento, las líneas
generales de la evolución tecnológica, hacia el incremento de la “eficiencia” de los útiles cortantes y hacia la liberación d e las
restricciones impuestas por la materia prima, en la diversificación de la fabricación de herramientas y, sobre todo, en la
movilidad de los grupos humanos, debido a las dificultades de transporte de las rocas y a la dependencia resultante del
abastecimiento con respecto a los yacimientos 13.

Finalmente, esta constatación de la continuidad de la complejidad de las chaînes opératoires a lo largo de la historia de las
tecnologías líticas del Paleolítico de Europa occidental, tuvo implicaciones fundamentales en la interpretación de la estruct ura
de la “mentalidad prehistórica”. Reflexionando sobre las implicaciones intelectuales de la complejidad de las técnicas de las
industrias musterienses, Leroi-Gourhan llegó a la siguiente conclusión:

Cette fabrication ne peut être mise en parallèle ni avec le comportement technique des insectes ou des castors ni
avec les actes stéréotypes d’un manœuvre actuel, mais, par exemple, avec le travail d’un bon artisan du bois qui
calcule avant chaque coup d’outil dans quelle mesure le fil, les nœuds, la dessication sic de la matière influeront sur
le résultat final. Le Moustérien compose avec le silex, coule ses gestes dans le moule de la matière exactement com-
me un artisan de tous les temps. (Leroi-Gourhan 1953: 85).

Los residuos, las huellas y los indicios de la tecnología de las industrias musterienses, al ser re-montados en la coherencia
tecnológica de sus chaînes opératoires, revelaron una sofisticación artesanal e intelectual homologa a la de los “artesanos de
todos los tiempos”. “El musteriense compone con el sílex”: a partir de una tradición técnica heredada por sus ancestros y
compartida por sus semejantes, se embarcó en la construcción de formas técnicas eficientes indisolublemente ligadas con la
búsqueda de la “belleza de las formas”, a través de un diálogo complejo entre las restricciones y potencialidades de la
materia, por un lado, y las habilidades, las previsiones y la creatividad de la mente del artesano, por el otro.

De esta forma fue borrada la frontera entre el homo faber y el homo sapiens, es decir, entre una “pre-humanidad”
caracterizada por la producción de artefactos a partir de un comportamiento estereotipado cuasi-animal y una “humanidad”,
propiamente dicha, marcada por la tradición y la inteligencia creativa. Pues los testimonios fósiles del “hombre
anatómicamente moderno”, del Cro-Magnon, se restringían (según el argumento de Leroi-Gourhan al momento) a la parte
final del Paleolítico europeo y, como hemos visto, las industrias musterienses eran consideradas, con base en informaciones
arqueológicas sólidas, como un utillaje producido por los neandertal, además de que, en forma menos concluyente, las
industrias clacto-abbevillenses y achelenses eran consideradas como el producto de especies de homínidos
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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
“no anatómicamente modernas”.

Para Leroi-Gourhan la continuidad relativa de la complejidad de las chaînes opératoires, más allá de las divergencias
anatómicas de las especies de homínidos dentro del proceso de hominización, significó la identidad esencial de las
“mentalidades prehistóricas” asociadas con las diferentes especies y, en el caso de los neandertal, con las distintas “cultur as
musterienses”, de tal forma que una misma estructura mental, caracterizada por su capacidad de prever el
desencadenamiento de secuencias de operaciones complejas en el proceso de construcción de formas bellas y eficientes,
habría desempeñado el papel de “soporte” orgánico e intelectual de las tradiciones técnicas a través de su proceso de
evolución guiado por la tendance technique, dentro de las trayectorias históricas convergentes de todas las “culturas”
prehistóricas del Paleolítico europeo.

Durante la década de 1950 André Leroi-Gourhan consagró su trabajo a dos “frentes” intelectuales generales. Por un lado,
continuó y extendió su proyecto de construcción de una verdadera paleo-ethnologie, tanto en el chantier y la école des fouilles
d’Arcy-sur-Cure, como en su proyecto de re-interpretación global del arte paleolítico; por otro lado, dedicó sus esfuerzos a la
construcción de los materiales para la transformación y sofisticación de su interpretación de la evolución de la humanidad,
tanto en la dimensión natural del proceso de hominización, como en la dimensión cultural de la historia del desenvolvimiento
de las aptitudes intelectuales humanas, a través del diálogo entre “el gesto y la palabra”, y la historia de la confluencia
evolutiva de las trayectorias de todos los pueblos y civilizaciones bajo el impulso de la tendance. La technologie comparée
construida por el etnólogo Leroi-Gourhan fue el punto de partida epistemológico de estas empresas intelectuales, pues con su
metodología de disección de las redes de faits techniques y su hermenéutica fundada en la concepción bergsoniana de la
evolución, construyó los fundamentos de una perspectiva capaz de abordar el fenómeno humano en la escala macroscópica
de su completo devenir histórico en el “tiempo biológico”; además, como lo ha mostrado Schlanger, la chaîne opératoire fue
una clave metodológica para la cristalización de esta perspectiva, pues fue la herramienta necesaria para emprender la
decodificación y lectura de los documentos de la prehistoria, en la re-constitución de su dimensión tecnológica y en la
búsqueda de las mentalidades de la prehistoria.

Según Schlanger, la primera “aparición explícita” de la noción de chaîne opératoire, en un medio impreso, ocurrió con
la publicación en 1957 del ensayo “Le comportement technique chez l’animal et chez l’homme”.14 Ahí, Leroi-Gourhan utilizó la
chaîne opératoire para “decodificar” las cadenas de gestos y operaciones ejecutadas por las diversas formas orgánicas
adoptadas por la materia viviente en su integración al medio, a través del proceso de la evolución general de la vida; el
resultado fue la interpretación de una continuidad esencial entre la technicité organique y la technicité propiamente humana. En
la tendencia hacia el incremento de la eficiencia de la integración de la materia orgánica a su medio, que según Leroi-
Gourhan, siguiendo a Bergson, caracterizaría a la “evolución creadora”, la continuidad y la acumulación de las chaînes
opératoires, que garantizan el progreso de la “tecnicidad” en la historia del mundo orgánico, estarían garantizadas por la
existencia de una mémoire opératoire que habría seguido una evolución a través de toda la “cadena de los seres” hasta
desembocar en la mémoire symbólique del animal humano15:

La mémoire de l’homme est coulée dans le langage, elle est totalement socialisée et constitue un capital de prati-
ques, transmissible d’une génération à l’autre. Elle n’est pas transmissible comme des séries de gestes dynamique-
ment incorporés aux membres mais comme des séries de symboles d’objets et de valeurs, et la parole est un outil
verbal, isolable de la bouche qui l’émet comme l’outil manuel est isolable à la main. Parole et outil apparaissent
alors, aux deux pôles du champ de relation, comme les conséquences solidaires de la forme proprement humaine
d’un processus dont on suit le développement depuis les origines du monde vivant. (Leroi-Gourhan 1957:121)

De esta forma, a mediados de la década de 1950 el trabajo en estos frentes intelectuales había llegado al punto de definir
los hilos esenciales que conformarían el tejido argumentativo de Le geste et la parole (imagen 15).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Los ensayos teóricos e históricos sobre la obra de Leroi-Gourhan y sobre la chaîne opératoire, especialmente el trabajo de
Nathan Schlanger, han esclarecido la historia de este útil conceptual, así como su lugar en el desarrollo del pensamiento de su
creador; sin embargo, la historia intelectual y la historia de los conceptos no son historias de las ideas desde una mirada
“internalista”, estas investigaciones se interesan en las relaciones complejas establecidas por las ideas con sus múltiples
contextos, dentro de los distintos momentos de sus itinerarios históricos. Consecuentemente, concentremos ahora nuestra mirad a
en algunas dimensiones del ambiente intelectual donde se gestó y creció la metodología de la chaîne opératoire, para señalar
una serie de características estructurales que surgieron de la interacción con sus contextos, cuya consideración puede ser de
vital importancia al momento de evaluar las potencialidades e inconveniencias de la apropiación de este concepto por las
distintas advocaciones de los estudios tecnológicos contemporáneos.

Vías para una re-contextualización

En la última década en la escritura de las historias de las arqueologías ha surgido una serie de ensayos que reivindican el
papel de la biografía como una perspectiva historiográfica capaz de desempeñar el rol de intermediario en el diálogo entre
la dimensión microscópica de la historia interna de las ideas y la dimensión macroscópica de los múltiples contextos históricos
y sociales dentro de los cuales se desenvuelve la vida de las ideas. El conjunto de ensayos contenidos en la Encyclopedia of
Archaeology. The Great Archaeologists, editada por Tim Murray (Murray 1999), representa una de las empresas colectivas
más sistemática para desarrollar las potencialidades de la biografía en esta dirección, así como los trabajos recientes de
Marc-Antoine Kaeser, quien se ha consagrado a la elaboración de una síntesis entre su formación como prehistoriador y
algunas de los desarrollos de la historiografía contemporánea, entre los que destacan la microhistoria italiana y la historia
intelectual francesa, con el fin de construir una perspectiva de la escritura de las biografías “como microhistoria” 16. Tratando
de seguir las lecciones de estos historiadores de la arqueología, sobre todo sus ensayos de apropiación de algunos de los
aportes de la historiografía contemporánea, utilizaré la metodología elaborada por Carlos Aguirre Rojas para “re-construir”
la biografía intelectual de Fernand Braudel, a través del seguimiento del diálogo entre el itinerario biográfico e intelectual
del autor y los procesos de temporalidades históricas diferenciadas que conformaron las múltiples dimensiones de su contexto
(Aguirre Rojas 2000), como una guía para señalar algunas vías de re-contextualización de la vida y la obra de André Leroi-
Gourhan, en general, y de la metodología de la chaîne opératoire, en particular.

Como hemos visto, a pesar de que la metodología de la chaîne opératoire no fue definida formalmente hasta finales de la
década de 1950, los elementos interpretativos que fueron delineándose a lo largo de esta década para desembocar en la
configuración de este útil conceptual, constituyeron una clave epistemológica para la realización del proyecto de construcció n
de una “paleo-etnología”, al cual se consagró Leroi-Gourhan durante la coyuntura de la segunda post-guerra a partir de una
extensión y transformación de las premisas de la technologie comparée. Hasta ahora el seguimiento de las obras publicadas
de Leroi-Gourhan, asistidos por la interpretación histórica de Schlanger, nos ha permitido reconstituir una imagen coherente
tanto de la evolución interna de las ideas que integraron al concepto de la chaîne opératoire, como de los sentidos que
adoptó a través de las transformaciones de los vínculos que lo ligaron con las configuraciones globales del pensamiento de
Leroi-Gourhan en los distintos momentos de su itinerario intelectual; sin embargo, como todas las construcciones históricas, est a
imagen coherente sólo es un producto de la retrospección histórica, una mirada más atenta a las sutilezas de la biografía de
Leroi-Gourhan y a la complejidad de las articulaciones de esta última con sus múltiples contextos, nos ofrece una imagen más
ambigua de la historia de este concepto: una historia con continuidades y coherencias esenciales, pero también con
discontinuidades, tensiones y contradicciones.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Un vínculo esencial que puede ayudarnos a comprender el sentido de los múltiples virajes de la historia de la chaîne
opératoire es la relación íntima que los fundamentos teóricos del pensamiento de Leroi-Gourhan mantuvieron con la concepción
“moderna” del tiempo histórico, debido a su pertenencia al campo epistémico de la prehistoria. Durante el último cuarto del
siglo XIX, a partir de una serie de tradiciones intelectuales que hundían sus raíces en la Ilustración y a través de una multitud
de discusiones que se encontraron en la base de la conformación de algunas de las disciplinas científicas modernas, se
delinearon los contornos de una concepción del tiempo de la historia natural y de la historia humana como procesos de flujo
continuo, inexorable y ascendente tendientes hacia el progreso de todas las dimensiones de la existencia. Esta concepción
progresista de la historia llegó a ser una pieza clave de la arquitectura del “espacio general del saber”, de la “positividad”
que definió la configuración de la épistémè moderne, como a priori epistemológico de toda empresa de conocimiento de las
disciplinas científicas del mundo moderno (Foucalt 1966), además de que esta concepción progresista de la historia fue el
fundamento para fijar el sentido de la “modernidad” como neue Zeit, como un “tiempo nuevo” o una “nueva era” que
encarnaba la fe en la naturaleza progresiva del universo y que, al mismo tiempo, representaba un estado superior en el
movimiento universal hacia la apoteosis del progreso 17 (Koselleck 1985).

En este sentido, esta concepción progresista de la historia formó parte del utillaje mental a partir del cual se configuraron las
tendencias y los patrones del pensamiento hegemónico del mundo moderno, desde el final del siglo XIX y hasta el
resquebrajamiento de esta modernidad durante la coyuntura de la segunda post-guerra, y en este sentido, formó parte de
una de las inflexiones fundamentales de la historia del pensamiento de la civilización occidental en la dimensión de las
estructuras de la “larga duración”. El pensamiento de Leroi-Gourhan mantuvo una relación íntima con esta concepción de la
historia porque sus preocupaciones intelectuales y su “agenda” científica pertenecieron al campo de problemas y reflexiones
de la prehistoria.

La génesis intelectual de la disciplina de la prehistoria y, en general, la construcción de toda una nueva dimensión la
existencia humana más allá de la historia, en la “pre-historia”, dentro del territorio de la historia natural y del tiempo
geológico, fue un episodio privilegiado de la historia del surgimiento de la épistémè moderne. La confluencia y la culminación
de una serie de discusiones sobre los orígenes y la antigüedad de la humanidad y de su relación con la historia natural
“extendida” hacia las profundidades, recientemente establecidas, del tiempo geológico, suscitadas desde principios del siglo
XIX en el seno de las comunidades científicas nacientes de geólogos, paleontólogos y teólogos “naturales” de Europa
occidental, llevaron en la década de 1850 al reconocimiento de la existencia del “hombre antediluviano”. Es decir, el
reconocimiento, por parte de las élites científicas de la Royal Society y de la Académie des Sciences, de la coexistencia de los
vestigios de la industria humana con los restos de los grandes mamíferos extintos del Pleistoceno, simbolizó la aceptación
formal de la existencia de la humanidad antes de que las “revoluciones” geológicas configuraran la superficie moderna del
planeta y, en consecuencia, la aceptación de la enorme antigüedad de la historia humana. A partir de este acontecimiento un
grupo de intelectuales venidos, en su mayoría, de los horizontes teóricos de la geología, la paleontología y la teología se
consagraron a la construcción de una serie de disciplinas que, dentro del campo epistémico de la prehistoria, se impusieron l a
tarea de estudiar y documentar la historia del progreso de la civilización en sus orígenes, así como la historia de la evoluc ión
biológica de la humanidad como continuación del progreso del mundo natural 18.

De esta forma, en la construcción de la épistémè moderne, la paleontología humana y la prehistoria aportaron algunos de los
principales documentos para sustentar y legitimar la idea de la naturaleza inherentemente progresiva de la historia del
cosmos, pues sus “agendas” de investigación plantearon como objetivo primordial la búsqueda de los testimonios de la acción
de las leyes del progreso del mundo natural en el advenimiento y la evolución del “animal humano”, así como los testimonios
de la extensión y transformación de estas leyes con el inicio del progreso de las aptitudes propiamente humanas.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
En pocas palabras, las disciplinas comprendidas dentro del campo epistémico de la prehistoria tendieron un puente, entre el
progreso del mundo natural y el progreso de la civilización, que legitimó, a través de la continuidad de la acción de las leyes
del progreso en toda la historia natural y humana, la naturalidad y la universalidad del progreso.

André Leroi-Gourhan perteneció a la generación que llevó a cabo su formación intelectual original durante la coyuntura de
entre guerras. Como en varios intelectuales de su generación, el itinerario inicial de Leroi-Gourhan fue delineado
esencialmente por sus experiencias de infancia y juventud profundamente marcadas por los acontecimientos de la Grande
Guerre y la primera post-guerra: la Primera Guerra mundial dejó huérfano a Leroi-Gourhan cuando apenas era un niño y su
cuidado y educación quedaron a cargo de sus abuelos maternos, personas de fin de siècle; además, durante la primera post-
guerra Leroi-Gourhan y sus abuelos cambiaron de residencia de Saint-Nazaire, en la costa atlántica del golfe de Gascogne, a
París, el centro neurálgico de la cultura francesa (Leroi-Gourhan 1982, Gaucher 1987). Estos hechos fueron esenciales en la
definición de la personalidad y la cosmovisión de Leroi-Gourhan, pues la tradición artesanal de su abuelo materno se
encuentra en el origen de su inclinación vitalicia por las técnicas, así como la vocación de prehistoriador amateur de su abuelo
paterno y los paseos con su abuela materna en el Jardin des plantes, se encuentran en el origen de su vinculación con la
estructura institucional de la prehistoria. Efectivamente, una primera matriz intelectual vinculó al joven Leroi-Gourhan con el
horizonte teórico de la prehistoria, la paleontología y la anatomía comparada, en la École d’Anthropologie de París o en el
Muséum National d’Histoire Naturelle:

Et il se peut que ma vie se soit en partie déterminée par ces visites du jeudi et du dimanche dans cette galerie du
Muséum i.e., la galerie d’anatomie comparée où régnait un mélange romantique d’ethnologie, de paléontologie
humaine et de préhistoire, c’est-à-dire les trois vois que j’ai superposées jusqu’à présent. (Leroi-Gourhan 1982:27)

Como se puede apreciar en los testimonios del viejo Leroi-Gourhan, desde su juventud se estableció un vínculo íntimo entre la
“agenda” de investigación de la prehistoria y sus propios intereses, pues como hemos visto el completo itinerario intelectual de
Leroi-Gourhan estuvo marcado por dos “ejes” o proyectos de investigación fundamentales: la elucidación de la evolución de
la humanidad y la interpretación de la evolución general de la materia orgánica, desde el observatorio de las
transformaciones de sus dimensiones tecnológicas. El “descubrimiento” de las tesis sobre la évolution créatrice de Henri Bergson
fue la pieza final de la arquitectura del proyecto intelectual original de Leroi-Gourhan. De esta forma, es posible argumentar
que, en el momento de su génesis intelectual, la estructura conceptual de la metodología de la chaîne opératoire se encontró
íntimamente relacionada con la concepción progresista del tiempo histórico, y por el rol desempeñado dentro de ella por el
campo epistémico de la prehistoria, pues la construcción de este útil conceptual representó a los ojos de Leroi-Gourhan, la vía
metodológica para acceder a la “observación” del progreso natural y cultural de la humanidad en sus orígenes.

Sin embargo, es necesario precisar la naturaleza de esta “relación esencial” entre la concepción progresista del tiempo
histórico y la dimensión profunda de los fundamentos del pensamiento de Leroi-Gourhan; pues las circunstancias históricas de
la primera post-guerra y, sobre todo, las transformaciones acarreadas por la catástrofe civilizatoria de la Segunda Guerra
mundial, desembocaron en una mutación esencial del ambiente y la actitud intelectual de la generación de Leroi-Gourhan
que, en el caso del itinerario intelectual de nuestro autor, llevaron, primero a una modificación del sentido de esta concepc ión
del tiempo histórico, a partir de su síntesis con la ethnologie de Marcel Mauss, posteriormente a un cuestionamiento y a un
“desencanto” con esta concepción progresista y, finalmente, a la generación de una tensión en el núcleo mismo de su
pensamiento.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
La formación profesional que siguió el joven André Leroi-Gourhan de 1928 a 1936 lo ligó a una segunda matriz intelectual,
aquella tentativa de renovación global de las ciencias sociales que, bajo la égida de Marcel Mauss, intentaba transformar la
metodología de estas disciplinas, para posibilitar la construcción de interpretaciones que fueran capaces de explicar la
formidable complejidad espacio-temporal de los fenómenos humanos. Partiendo de la obra de Émile Durkheim, este proyecto
intelectual posicionó al estudio comparativo de los “hechos sociales” como una vía privilegiada para acceder a la dimensión
profunda y esencial de las estructuras que subyacen a la manifestación fenoménica de los “hechos” y, por lo tanto, como una
vía para construir explicaciones estructurales de los fenómenos humanos. Durante la década de 1930 el nuevo horizonte
intelectual del joven Leroi-Gourhan estuvo constituido por la École National des Langues Orientales Vivantes, la Ve section de la
École Pratique des Hautes Études, la Faculté des lettres de Paris y el Institut d’Ethnologie; es decir, la vanguardia institucional de
esta tentativa de renovación de las ciencias sociales.

Como hemos visto, a través de su formación en la tradición de la etnología de Marcel Mauss, Leroi-Gourhan hizo suya esta
perspectiva de interpretación de la diversidad cultural y de la historia de los pueblos y civilizaciones que han poblado las
distintas regiones de la superficie terrestre, a partir de la búsqueda de las estructuras sociales que sostienen y condiciona n
esta diversidad, por medio de la producción, recopilación y disección de redes de faits sociaux. Leroi-Gourhan se apropió del
“método comparativo” de la etnología y lo sintetizó con el “capital” intelectual de la prehistoria: la anatomía comparada, la
inclinación vitalicia de Leroi-Gourhan por las técnicas y las tesis bergsonianas fueron la base de su visión “orgánica” de la
estructura y la historia de las sociedades humanas. A diferencia de la orientación que habría de tomar la etnología en la
antropología estructuralista de Claude Lévi-Strauss, donde el asiento de las estructuras esenciales, inconscientes y universales
se encontraba en la dimensión simbólica del lenguaje y, en última instancia, en la estructura de su soporte orgánico 19, Leroi-
Gourhan conceptualizó como el espacio de residencia de estas estructuras a la dimensión de la integración del “hombre y la
materia”; en este sentido, en la visión de Leroi-Gourhan las estructuras son de una naturaleza esencialmente temporal, pues en
el diálogo entre el hombre y la materia tiene su origen la tendance technique.

Desde su primera obra de largo aliento, La civilisation du renne (imagen 16), Leroi-Gourhan se embarcó en la construcción y
disección de las redes de “hechos técnicos” para desentrañar estas estructuras de naturaleza diacrónica (Leroi -Gourhan
1936). Comparando las divergencias entre las trayectorias históricas singulares y aisladas de los montagnards y la
homogeneidad de la trayectoria milenaria de los diversos pueblos y culturas del círculo polar ártico, Leroi-Gourhan concluyó
que una “marea” profunda, derivada de la continuidad esencial del milieu, había “desplazado” sus elementos a través de las
“olas humanas” de los pueblos y culturas del reno, canalizando su flujo en una única trayectoria convergente de evolución de
la civilización del reno.

…la ceinture arctique est une plage sur laquelle les vagues humaines viennent déferler et se croiser. Il n’est pas pos-
sible d’envisager l’évolution en vase clos de l’acquis particulier à chaque groupe, mais il devient nécessaire de déce-
ler, sous la nivellation sic apportée par les contacts successifs, le fond qui s’effrite peu à peu. On acquiert alors la
certitude de la parenté de groupes qui au second examen paraissaient disparates et, par-dessus tout, le sentiment
d’un flot, aux nuances multiples qui déplace lentement ses éléments sur tout le domaine du renne. (Leroi-Gourhan
1936: 38).

Como hemos visto, a través de todo su itinerario intelectual Leroi-Gourhan continuó extendiendo las implicaciones de esta
perspectiva comparativa de búsqueda de las estructuras subyacentes a las redes de “hechos sociales”, así como las
implicaciones de su visión de la naturaleza de estas estructuras como esencialmente diacrónica, una visión vinculada
íntimamente con la concepción progresista del tiempo histórico, tanto en su tentativa de elaboración de la technologie
comparée en su síntesis de Évolution et techniques, como en su proyecto de construcción de la “paleo-etnología” y hasta la
redacción de su chef-d’oeuvre, Le geste et la parole.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
No obstante, aunque hasta el final de su trayectoria intelectual Leroi-Gourhan mantuvo la certeza de la realidad de la acción
determinante de la tendance technique en el progreso de las técnicas y la evolución de las sociedades humanas 20, el choque
civilizatorio que, para su generación, representaron los acontecimientos de la Segunda Guerra mundial, concretamente en el
hexágono francés, a través de las experiencias de la “extraña derrota”, la ocupación y el régimen de Vichy, lo llevó a
adoptar una posición crítica y de “desencanto” ante las promesas del proyecto civilizatorio de Occidente de lograr un
progreso moral, en todas las dimensiones de la existencia humana, como corolario del progreso de la “civilización industrial”
que se había extendido a todos los rincones del planeta durante el siglo XX.

La coyuntura francesa de 1945-1968 fue la época de la construcción, la expansión y la hegemonía del estructuralismo como
un tentativa de crítica y trascendencia de la civilización occidental y de las certidumbres de los paradigmas decimonónicos, a
partir de una desconstrucción de las ideas de la primacía de la razón y de la voluntad subjetiva, así como de la concepción
progresista de la historia, fundada en la desviación y la concentración de la mirada científica en la dimensión de las
estructuras inconscientes, impersonales, irracionales y atemporales que subyugan los destinos de la humanidad 21. Dentro de
este ambiente intelectual y de esta sensibilidad colectiva “irritada” Leroi-Gourhan convirtió su inclinación por los lugares
distantes y los tiempos remotos en una actitud de alejamiento y crítica de la historia presente de la civilización occidental .

-Donc, plutôt du côté des Discours de Rousseau que des Lettres anglaises…

-Oui, et ce n’est pas en vain que je m’intéresse à l’homme préhistorique qui ne savait pas encore tirer le métal…
Peut-être est-ce là une sympathie très artificielle. Je ne sais pas bien pourquoi j’admire le XVIII e siècle. Sinon que
tout est encore en place, et tout aurait pu tourner d’une autre façon. On a été très lent à s’apercevoir de la vanité
du progrès excessif. Au XVIII e siècle, l’homme n’était pas encore dépassé par son appareillage. C’est peut-être sim-
plement pour cela, ma sympathie : je me suis raccroché à la dernière branche qui restait avant que le tronc ne file à
toute vitesse vers des sommets exponentiels. (Leroi-Gourhan 1982: 56).

Esto profundizó su posición crítica frente a la escritura de la historia como reconstrucción de los acontecimientos que marca ron
el origen y los itinerarios individuales de los pueblos o tradiciones culturales pre- o históricas a partir de los cuales se
fundaron y legitimaron las identidades nacionales del presente 22, y lo aproximó, quizás de manera involuntaria, al proyecto
de la histoire militante que, durante esta coyuntura de la segunda posguerra y bajo la dirección de Fernand Braudel, habría
de consagrarse a la elucidación de los movimientos lentos, casi imperceptibles, de las estructuras gigantescas de la longue
durée23. Pero, sobre todo, esta mutación de la actitud de Leroi-Gourhan frente a la concepción progresista del tiempo
histórico generó una tensión entre, por un lado, su identificación de la dimensión estructural del fenómeno humano con la
tendance technique, y su desencanto frente a las consecuencias morales del progreso tecnológico en el mundo moderno, por el
otro; tensión que, en nuestra opinión, se encontró en la base de la constante oscilación, que caracterizó a su itinerario
intelectual desde la década de 1950, entre el estudio de la dimensión macroscópica de la evolución global de la humanidad
y el estudio de la dimensión microscópica del re-montaje y la revitalización de la coherencia sincrónica de la realización de las
actividades cotidianas de un contexto etnográfico prehistórico.

Pues más allá del acceso a la dimensión esencial del premier degré du fait y, a partir de esto al estudio de la evolución
general de la tecnología, posibilitados por la construcción de la metodología de la chaîne opératoire, en el terreno de las
excavaciones prehistóricas este útil conceptual fue el fundamento epistemológico y metodológico para construir, a través de
las experiencias en los chantiers de fouille de Arcy-sur-Cure (Yonne) y de Pincevent (Seine-et-Marne), una nueva visión y una
nueva ética de la excavación en la forma de la excavation ethnographique: independiente de las prioridades diacrónicas de
la reconstrucción de la evolución de las “culturas prehistóricas”, consagrada, en cambio, a la reconstitución y descripción d ensa
de la dimensión sincrónica de las actividades cotidianas acaecidas en la intimidad de los sols d’habitat (imágenes 17-21)24.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

…la archéologie prise dans son sens ethnologique, c’est tout à fait autre chose : on gratte le sol non pour trouver
des inscriptions – si l’on en trouve, c’est un surplus fort estimable – mais pour trouver les traces d’actes quotidiens
exceptionnels. (Leroi-Gourhan 1982: 189).

Palabras finales

A lo largo de este ensayo hemos podido observar que el concepto de chaîne opératoire experimentó una serie de mutaciones
de sentido a través de los distintos momentos de su itinerario histórico, y cómo estas mutaciones se encontraron estrechament e
relacionadas con las transformaciones de las coyunturas históricas que constituyeron el escenario de las inflexiones en la
biografía y el itinerario intelectual de André Leroi-Gourhan. También hemos observado cómo debido a las circunstancias de
la coyuntura francesa de 1945-1968, caracterizadas por el desencanto con el proyecto civilizatorio de Europa occidental y
las críticas a los paradigmas decimonónicos lideradas por el estructuralismo, la metodología de la chaîne opératoire quedó
marcada, en el momento mismo de su génesis intelectual, por una tensión estructural en el seno del pensamiento de su autor
causada por la contradicción entre, por un lado, su identificación de la dimensión estructural de la evolución general de la
humanidad con la tendance technique, y su alejamiento y crítica de la historia reciente de la civilización industrial, por el otro.

Como hemos visto, esta tensión es una característica estructural de la metodología de la chaîne opératoire que definió el
potencial ambiguo y contradictorio de este útil conceptual para abordar tanto la dimensión macroscópica de la evolución
general de la tecnicidad, como la dimensión microscópica del re-montaje de la coherencia sincrónica de las actividades
cotidianas de un contexto “paleo-” o etnográfico. Aunque falta avanzar en el esclarecimiento de las mutaciones de sentido en
la historia de este concepto desde finales de la década de 1968 y hasta nuestros días, es posible argumentar que esta
tensión estructural es un factor clave para evaluar las potencialidades o inconveniencias de su apropiación por parte de los
estudios tecnológicos contemporáneos.

Como lo señaló Peter Bleed en su ensayo de evaluación de las potencialidades interpretativas de una serie de advocaciones
contemporáneas de sequences models (Bleed 2001), el principal peligro de los modelos que él agrupó en la categoría de
teleological models, definida por los usos contemporáneos de la chaîne opératoire como vía de acceso a las “mentalidades
prehistóricas”, es reducir la interpretación de estas mentalidades a concepciones universales a priori de la estructura y el
funcionamiento de la mente humana.

Sequence models that help to understand the underlying bases of human activities would be very useful. The chal-
lenge to such models is, of course, finding ways of constructing and using them without a priori assumptions about
cognition ‘design’ or any other mental variables (Bleed 2001: 122)

En otras palabras, y siguiendo los argumentos presentados en este ensayo, es posible plantear que uno de los principales
peligros inherentes a la apropiación acrítica de la chaîne opératoire es caer en el extremo del polo sincrónico de la tensión
estructural que la caracteriza y vaciarla, de esta forma, de todo contenido histórico; en este sentido, otro peligro es
planteado por la eventual caída en el extremo opuesto de la polarización, ofreciendo la posibilidad de perpetuar y
potenciar, inadvertidamente, la visión progresista del tiempo histórico inherente al pensamiento de Leroi-Gourhan.

La apropiación de este y otros conceptos por parte de las perspectivas contemporáneas de los estudios prehistóricos debe ser
realizada en un clima de discusión y crítica, en el cual la historia de los conceptos y la historia intelectual serán unas
herramientas esenciales de la construcción del utillaje conceptual de los enfoques interpretativos de nuestros días.

Tenango del Aire, México, julio de 2009.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Notas:
(1) El origen de este ensayo es una comunicación presentada en el simposio “Tecnología, persistencia, transición e innovación”,
organizado por los arqueólogos Ana María Álvarez Palma y Gianfranco Cassiano Verde, en el marco del 53° Congreso
Internacional de Americanistas, Ciudad de México, 2009. Ese mismo año, la comunicación fue revisada y corregida, a partir
de los comentarios suscitados, adoptando su forma actual. Sin embargo, diferentes circunstancias hicieron que este ensayo se
mantuviera inédito hasta que hoy, en el 2016, la gentil invitación de Guillermo De La Fuente hace posible su publicación.
Salvo algunas correcciones de estilo (y de algunos errores patentes), decidimos publicarlo en su forma original, primero,
porque la distancia de varios años nos habría obligado a reescribirlo completamente y, segundo, porque nuestra
investigación sobre la historia intelectual de la obra de André Leroi-Gourhan y su equipo “Ethnologie préhistorique” ha
perseguido otras vías que han producido nuevos resultados. Al respecto, ver mi ensayo “Faire de la préhistoire « sur le tas » :
Quelques notes sur l’histoire intellectuelle de l’ethnologie et de la technologie préhistoriques françaises contemporaines”,
resultado de una investigación posdoctoral en el equipo “Ethnologie préhistorique” (UMR 7045, ArScAn) durante el 2015, de
próxima aparición dentro de la serie de Working Papers de la Fondation Maison Sciences de l’Homme de París.
(2)Desde principios de la década de 1990 Randall White realizó una síntesis de la chaîne opératoire con algunos postulados
de la antropología de la cultura material, inspirada en la obra de Arjun Appadurai, y de la cognitive linguistics de Georges
Lakoff, para crear una perspectiva interpretativa del arte y la cultura material paleolíticos que combina una visión
comparativa amplia con un estudio tecnológico global fundado en la chaîne opératoire, la experimentación y el análisis de
huellas de manufactura y de uso, cfr. Randall White, “Beyond Art: Toward an Understanding of the Origins of Material
Representation in Europe”, en Annual Review of Anthropology, vol. 21, 1992, pp. 537-564; y “The Women of Brassempouy: A
Century of Research and Interpretation”, en Journal of Archaeological Method and Theory, vol. 13, n° 4, diciembre 2006, pp.
251-303.
(3)La idea de implementar un laboratoire de technologie comparée en el Musée de l’Homme, surgió de la colaboración
“museográfica” de Anatole Lewitsky y André Leroi-Gourhan durante la coyuntura de entre guerras. Sin embargo, esta
iniciativa sólo pudo concretarse a la liberación, con el nombramiento de Leroi-Gourhan como subdirector del Musée, junto con
Lévi-Strauss, cuando a partir de octubre de 1946 Leroi-Gourhan confió el desarrollo del proyecto a su discípula y
colaboradora Hélène Balfet; cfr. Philippe Soulier, “André Leroi-Gourhan par lui même : les archives de sa vie”, en Françoise
Audouze y Nathan Schlanger (Dir.), Autour de l’homme : contexte et actualité d’André Leroi-Gourhan, Antibes, Éditions APDCA,
2004, pp. 337-338.
(4) Para una interpretación histórica del papel del pôle technique (representado e impulsado fundamentalmente por las
labores de André Leroi-Gourhan y Hélène Balfet en el Musée de l’Homme) en el éxito y la expansión de la antropología
francesa durante las décadas de 1950 y 1960 consultar (Dosse 1992).
(5) El équipe de recherches sur les techniques fue creado, dentro de la estructura institucional del CNRS en 1974. Desde sus
orígenes comenzó a publicar un Bulletin anual, el cual, a partir de 1983, fue transformado en la revista semestral de
Techniques et Culture (cfr. Alban Bensa, “A propos de la technologie cuturelle. Entretien avec Robert Cresswell”, en Gèneses,
vol. 24, n° 1, septiembre 1996, pp. 120-136). Después de más de veinte años y más de cincuenta números publicados, el
equipo de tecnólogos que sustenta este proyecto editorial, decidió dar un viraje para convertirlo en un proyecto
“interdisciplinar” abierto a todas las disciplinas de las “ciencias humanas”, que aprovecha las nuevas tecnologías de impresi ón
fotográfica y de difusión electrónica; cfr. Frédéric Joulien, “Techniques & Culture. Revue interdisciplinaire de sciences
humaines”, en Techniques et Culture (« Les natures de l’homme »), n° 50, enero-junio de 2008, en http://tc.revues.org/
document4016.html, puesto en línea el 2 de abril de 2009, consultado el 8 de mayo de 2009.
(6)Reflexión epistemológica sobre el pensamiento de Leroi-Gourhan que, según su discípula Françoise Audouze, habría sido
frenado en vida del autor por una especie de “prohibición implícita” (cfr. Audouze 1999: 168-169)
(7) Nathan Schlanger ha sido coordinador científico de la fase III (2001-2004) y la fase IV (2005-2008) de la red de
Archives of European Archaeology (AREA network). AREA network es un proyecto impulsado por el programa Culture 2000 de
la Unión Europea, que tiene por objetivo la promoción y la conservación de los archivos de las arqueologías europeas, así
como la construcción de sus historias desde perspectivas historiográficas contemporáneas. Schlanger es además el coordinador
de la ‘Histories of archaeology’ series. Sobre esta AREA network y las características historiográficas de las investigaciones que
promueve cfr., los ensayos del primer volumen de la serie en Nathan Schlanger y Jarl Nordbladh (eds.) Archives, Ancestors,
Practices. Archaeology in the Light of its History, Nueva York, Berghan Books, 2008.
(8) Aunque los conceptos de milieu son piezas fundamentales de la estructura argumentativa de Évolution et techniques, Leroi-
Gourhan sólo enunció su definición sistemática en la síntesis final del segundo tomo, cfr. “Les problèmes d’origine et de diffu-
sion”, en Évolution et techniques. Milieu et techniques (col. « Sciences d’Aujourd’hui »), París Éditions Albin Michel, 1945 (2 a ed.
1950, 3a ed. revisada y corregida 1973), capítulo IX, pp. 303-401.
(9) Para la exposición original de la metodología de análisis de los faits techniques cfr. “Structure technique des sociétés hu-
maines”, en op.cit., capítulo I, pp. 27-42.
(10) Hasta el momento (i.e. a la fecha de redacción de este ensayo, 2009) no existe una biografía definitiva de Leroi-
Gourhan, por ello el ensayo que contiene la mejor síntesis de su itinerario biográfico continua siendo la vie escrita por Gilles
Gaucher, “André Leroi-Gourhan, 1911-1986”, en Bulletin de la Société Préhistorique Française. Études et travaux (« Hommage
de la SPF à André Leroi-Gourhan »), tómo 84, núms. 10-12, 1987, pp. 302-315. Para una interpretación histórica del
significado de la conversión de Leroi-Gourhan a la prehistoria cfr. Alfonso Ramírez Galicia, Aproximaciones a la historia de la
arqueología. Hipótesis sobre la génesis de la méthode Bordes y la chaîne opératoire en la obra de François Bordes y André Leroi
-Gourhan, 1945-1964, Tesis para optar por el título de licenciado en arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología
e Historia, 2008.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
(11) La Seizième Semaine de Synthèse, organizada por Henri Berr, director del Centre International de Synthèse, se llevó a cabo
del 30 de octubre al 6 de noviembre de 1950, el programa original contemplaba una sesión final el día 7 de noviembre; sin
embargo, la indisponibilidad de ciertos expositores llevó a la cancelación de esta última; cfr. Annette Laming-Emperaire,
et.al., A la recherche de la mentalité préhistorique (« Exposés et discussions » de la Seizième Semaine de Synthèse), París,
Éditions Albin Michel, 1953. La comunicación de André Leroi-Gourhan, “L’Homo faber : la main”, así como la discusión del día
de su presentación (i.e. el 2 de noviembre de 1950) fueron publicadas en las pp. 75-98. Esta comunicación también fue
publicada, con leves modificaciones, con el título “Homo faber - Homo sapiens”, en Revue de synthèse, tomo 30, 1952, pp. 79-
102.
(12) Leroi-Gourhan desarrolló esta interpretación del progreso de las técnicas a partir de su comunicación “L’Homo faber : la
main”; desde entonces se convirtió en uno de sus argumentos privilegiados dentro de las discusiones sobre la tecnología
prehistórica. La enunciación más sistemática y precisa de esta interpretación de la evolución de las técnicas de talla del
paleolítico y de la “estadística económica” que la sustenta se encuentra en la obra de divulgación de André Leroi-Gourhan,
Les hommes de la préhistoire. Les chasseurs (col. « La joie de connaître ») París, Éditions Bourrelier, 1955.
(13)Según la interpretación de Leroi-Gourhan, la fabricación de lascas y láminas estandarizadas que desempeñaron un
papel de “soporte genérico” para la producción de las herramientas de las industrias musterienses, representó una revolución
tecnológica análoga a la revolución asociada con la sustitución del bronce por el hierro y la “vulgarización” de este último
metal tan abundante y común en la superficie terrestre: “Cette substitution entraînait deux conséquences d’importance capita-
le : la multiplication indéfinie des outils et l’indépendance au moins relative des civilisations par rapport aux sources de matiè-
re première.” (André Leroi-Gourhan, “L’Homo faber : la main”, antes citado, p. 84).
(14) Cfr. Nathan Schlanger, “« Suivre les gestes, éclat par éclat » - la chaîne opératoire d’André Leroi-Gourhan” en Françoise
Audouze y Nathan Schlanger (Dir.), Autour de l’homme : contexte et actualité d’André Leroi-Gourhan, Antibes, Éditions APDCA,
2004, pp. 141-145. Se trata del ensayo de André Leroi-Gourhan, “Le comportement technique chez l’animal et chez l’hom-
me”, en J. Anthony, et.al. (eds.), L’Évolution humain – spéciations et relations, París, Flammarion, 1957, pp. 55-79.
desafortunadamente no he tenido, aún, acceso directo a este ensayo.
(15) Extendiendo los resultados aportados por la metodología de la chaîne opératoire, en la delineación de la estructura
mental que sustenta el desencadenamiento de las acciones técnicas, hacia la interpretación de la integración de los seres
orgánicos a la materia, Leroi-Gourhan construyó el concepto de mémoire opératoire. la mémoire opératoire es el “contenedor”
orgánico del capital técnico de las especies orgánicas que garantiza la transmisión las chaînes opératoires a través de las
generaciones. En la ascensión por los grados de complejidad de la escala de los seres la perpetuación y transmisión del
capital técnico habría sido garantizada por una progresión de “lenguajes rememorativos”: una mémoire héréditaire,
“instintiva”, en la parte baja de la escala, su combinación con una mémoire d’éducacation, “adquirida”, en los vertebrados
superiores, y la síntesis de ambas con la mémoire symbolique de la especie humana. Estos conceptos fueron desarrollados
originalmente en una serie de artículos publicados durante la segunda mitad de la década de 1950, e.g. André Leroi-
Gourhan, “Technique et société chez l’animal et chez l’homme”, en Recherche et Débats du centre catholique des intellectuels fran-
çais (« L’originalité biologique de l’Homme »), no. 18, 1957, pp. 11-27, para su enunciación clásica cfr. “Mémoire et techni-
que”, en Le geste et la parole. II – La mémoire et les rythmes, (col. « Sciences d’aujourd’hui »), París, Éditions Albin Michel, 1965,
segunda parte, capítulos VII-IX, pp. 9-76.
(16)Siguiendo la conceptualización de la biografía, realizada por Giovanni Levi, como un observatorio privilegiado para
abordar algunos de los problemas de la historiografía contemporánea “…notamment les rapports avec les sciences sociales,
les problèmes de échelles d’analyse, des relations entre règles et pratiques et, ceux, complexes, des limites de la liberté e t de
la rationalité humaines.” (Giovanni Levi, “Les usages de la biographie”, en Annales. Économies, Sociétés, Civilisations, vol. 44,
n° 6, p. 1326.) Kaeser elaboró una perspectiva biográfica que rescata algunas de las lecciones de la historiografía
contemporánea y que tiende un puente entre la dimensión idiosincrática de la vida interna de las ideas y la acción normativa
de las estructuras impersonales que conforman su contexto. Al concentrarse en un personaje “paradigmático”, ya sea por el
carácter “normal” de su personalidad, estadísticamente representativa del Zeitgeist, o por su naturaleza “atípica”, reveladora
de los límites de lo posible en una época determinada, la “biografía microhistórica” oscila entre el tratamiento “intensivo” y
erudito de la vida y el pensamiento del biografiado y, a través del “cambio de escala”, la re-contextualización múltiple y
recíproca de los ambientes económicos, sociales y culturales con los que interactuó y en los que se desenvolvió su vida y su
obra. Ver, Marc-Antoine Kaeser, L’univers du préhistorien. Science, foi et politique dans l’œuvre et la vie d’Édouard Desor (1811
-1882), (col. « Histoire des Sciences Humaines »), París, L’Harmattan, 2004; y “Biography as Microhistory. The Relevance of
Private Archives for Writing the History of Archaeology”, en Nathan Schlanger y Jarl Nordbladh (eds.), Archives, Ancestors,
Practices. Archaeology in the Light of its History, Nueva York, Berghan Books, 2008, parte I, capítulo 1, pp. 9-20.
(17) Al explorar la historia del concepto de “modernidad” a través de las categorías de “espacio de experiencia” y
“horizonte de expectativa” Reinhart Kosselleck precisó la naturaleza especifica de este “tiempo nuevo”:
“The burden of our historical thesis is that in Neuzeit the difference between experience and expectation is increasingly
enlarged; more precisely, that Neuzeit is only conceived as neue Zeit from the point at which eager expectations diverge and
remove themselves from all previous experience. This difference is, as we have shown, conceptualized as ‘history in general,’ a
concept whose specifically modern quality is first conceptualized by ‘progress.’” (Reinhart Koselleck, “‘Space of Experience’
and ‘Horizon of Expectation’: Two Historical Categories”, en Futures Past. On the Semantics of Historical Time, -traducción al
inglés de Keith Tribe-, Cambridge, Massachusetts, The MIT Press, 1985, p. 284 –publicado originalmente como Vergangene
Zukunft. Zur Semantik geschichtlicher Zeiten, Frankfurt am Main, Suhrkamp Verlag, 1979).

52
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
(18)La exposición e interpretación más completas y provocativas de la historia de las controversias intelectuales que llevaro n
al establecimiento de la antigüedad humana y al surgimiento de la prehistoria se encuentran en la obra de Donald K.
Grayson, The Establishment of Human Antiquity, Nueva York, Academic Press, 1983, acá Grayson logró la síntesis entre una
extensa erudición histórica y una contextualización y comprensión interna de la marcha de las ideas. Para una exposición
centrada en la génesis de la prehistoria francesa ver, Marc Groenen, Pour une histoire de la préhistoire. Le paléolithique,
Grenoble, Éditions Jérôme Millon, 1994.
(19) i.e., la estructura orgánica de la “psique” humana que sustenta al lenguaje simbólico como un atributo “biológico”
exclusivo de la especia y que, en este sentido, constituye el fundamento de cualquier manifestación cultural.
(20) Durante las entrevistas con Claude-Henri Rocquet, el viejo Leroi-Gourhan señaló en varias ocasiones que a pesar de las
consecuencias funestas que había traído consigo el progreso de la “civilización industrial”, el progreso tecnológico era un
hecho evidenciado por la trayectoria acumulativa de la historia de las técnicas. En el caso de la evolución biológica Leroi-
Gourhan concluyó que “… Il y a certes de grandes plages obscures dans la théorie de l’évolution ; mais c’est quand même un
fait d’évidence.” (André Leroi-Gourhan, Les racines du monde, -Entretiens avec Claude-Henri Rocquet-, París, Pierre Belfond,
1982, p. 171).
(21) Para una interpretación del itinerario global de este movimiento fundamental en la historia del pensamiento del mundo
occidental cfr., François Dosse, Histoire du structuralisme, I. Le champ du signe, 1945-1966; II. Le chant du cygne, 1967 à nos
jours, París, Éditions La Découverte, 1992.
(22)Como lo muestra la oposición tenaz, presente a través de toda su obra, frente a las distintas advocaciones de la
antropología difusionista, la arqueología “histórico-cultural” y, sobre todo, la prehistoria inclinada a reconstruir la “historia”
de los “pueblos” y “culturas” prehistóricas
(23) Como lo muestran sus constantes participaciones editoriales y académicas al lado de algunas de las principales figuras
de la historiografía francesa del momento: desde su primera y modesta participación en el proyecto de “síntesis histórica” de
Henri Berr, con su artículo “L’ethnographie et la muséographie”(en Revue de synthèse, vol. II, n° 1, pp. 27-30), pasando por su
labor como editor de Les explorateurs célèbres (Genève, Mazenod, 1947) donde fue incluido el ensayo de Lucien Febvre,
“Essor de la découverte” (op.cit., pp. 34-39), o su participación en la XVe Semaine de synthèse en 1950, sobre la cual ya he-
mos hablado, hasta la dirección de uno de los volúmenes de la colección Nouvelle Clio (André Leroi-Gourhan, G. Bailloud, J.
Chavaillon y Annette Laming-Emperaire, La préhistoire, -col. «Nouvelle Clio»-, París, Presses Universitaires de France, 1966), y
su participación en la obra colectiva editada por Jacques Le Goff y Pierre Nora, Faire de la histoire (I. Nouveaux problèmes, -
col. «Bibliothèque de Histoires»-, París, NRF-Gallimard, 1974), con su ensayo “Les voies de l’histoire avant l’écriture” (op.cit.,
pp. 93-105). Para una revisión de la relación de Leroi-Gourhan con la disciplina histórica, a través de su carrera, cfr. Gilles
Gaucher, “André Leroi-Gourhan et l’histoire”, en Françoise Audouze y Nathan Schlanger (Dir.), Autour de l’homme: contexte et
actualité d’André Leroi-Gourhan, Antibes, Éditions APDCA, 2004. La posición de Leroi-Gourhan frente a la disciplina histórica
quedó claramente definida en ocasión de la XVe Semaine de synthèse: “La préhistoire est donc simplement de l’histoire, une
histoire qui dispose de techniques d’étude paléographique qui lui sont propres” (André Leroi-Gourhan, “L’Homo faber : la
main”, en Annette Laming-Emperaire, et.al., A la recherche de la mentalité préhistorique -« Exposés et discussions » de la Seiziè-
me Semaine de Synthèse-, París, Éditions Albin Michel, 1953, p. 76).
(24)Para una constatación del rol fundamental de la chaîne opératoire en la construcción de la excavation ethnographique,
basta consultar los reportes de las primeras excavaciones del sitio prehistórico de Pincevent, especialmente el reporte coord i-
nado por André Leroi-Gourhan y Michel Brézillon, “L’habitation magdalénienne nº 1 de Pincevent près Montereau (Seine-et-
Marne)”, en Gallia Préhistoire, tómo 9, fasc. 2, 1966, pp. 36-64, donde puede apreciarse la función del encadenamiento de
chaînes opératoires en la reconstitución y la interpretación de la coherencia técnica global de la structure d’habitat de la habi-
tación magdaleniense n° 1; y André Leroi-Gourhan y Michel Brézillon, Fouilles de Pincevent. Essai d’analyse ethnographique
d’un habitat magdalénien (la section 36), (« 7e supplément à Gallia-Préhistoire »), París, CNRS, 2 vols. 1972, pues este reporte
contiene un “Vocabulaire” donde fueron sistematizados los conceptos y los procesos fundamentales de la excavation ethnogra-
phique.Para una interpretación de la nueva ética de la excavación propuesta por Leroi-Gourhan, así como del papel de la
chaîne opératoire como fundamento epistemológico y metodológico de la excavation ethnographique ver, Alfonso Ramírez Ga-
licia, Aproximaciones a la historia de la arqueología. Hipótesis sobre la génesis de la méthode Bordes y la chaîne opératoire en la
obra de François Bordes y André Leroi-Gourhan, 1945-1964, Tesis para optar por el título de licenciado en arqueología,
ENAH, 2008.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 1: Análisis de los faisceaux de faits techni-


ques.
La disección de las redes de “hechos
técnicos” consiste en retirar las distintas capas de
individualización cultural de los útiles
pertenecientes a una misma familia de técnicas,
pero distribuidos en diferentes pueblos y periodos
de la historia, con el fin de abstraer su “esencia”
tecnológica.
En este caso se trata de una red de
observaciones sobre algunos de los tipos de
propulseurs o atl pertenecientes a algunos pueblos
de la cuenca del Pacífico y el territorio de los
“esquimales”, desde antes de la conquista y hasta
el siglo XX.

(Imágenes tomadas de André Leroi-Gourhan,


L’Homme et la matière -col. « Sciences d’Aujourd-
’hui »-, París Éditions Albin Michel, 1943 -2a ed.
1949, 3a ed. revisada y corregida 1971)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 2: Análisis de los faisceaux de faits techniques.


El análisis de las redes de “hechos técnicos”
abstrae los diferentes grados de singularización
cultural, los degrés du fait, que “envuelven” al núcleo
tecnológico del hecho: el premier degré.
De esta forma, a través de la tecnología
comparada, el útil muestra su naturaleza dual como
fait irreductiblemente singular y como fait
cristalización de la tendance technique.
Desglose de los degrés du fait de la red de
observaciones sobre los propulseurs de la
imagen 1. La naturaleza dual del útil:
fait/tendance.

(Imágenes tomadas de André Leroi-Gourhan, L’Hom-


me et la matière -col. « Sciences d’Aujourd’hui »-, París
Éditions Albin Michel, 1943 -2a ed. 1949, 3a ed. revi-
sada y corregida 1971)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 3: Portada de A la recherche de la mentalité préhistorique (« Exposés et discussions » de la Seizième


Semaine de Synthèse), París, Éditions Albin Michel, 1953.
En su comunicación “L’Homo faber : la main”, presentada en la Seizième Semaine de Synthèse: “A la
recherche de la metalité préhistorique”, en noviembre de 1950, Leroi-Gourhan realizó la primera presentación
formal de la síntesis de ideas que conformaron la metodología de la chaîne opératoire, en este sentido este
ensayo representa un événement charnière dentro del itinerario intelectual del autor.

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 4: Gestos “elementales” de fabricación de


una lasca clactoniense.*

Imagen 5: Encadenamiento de los gestos


“elementales” en la constitución de la chaîne
opératoire involucrada en la fabricación de los
choppers de la industria clactoniense.*

Imagen 6: Chaîne opératoire de la fabricación de los


chopping tools de las industrias clacto-abbevillenses.*

Imagen 7: Chaîne opératoire de la fabricación del


bifaz de la industria abbevillense.*

* Imagen tomada de André Leroi-Gourhan, Los cazadores de la prehistoria (col. «biblioteca de historia»),
Barcelona, Ediciones Orbis, 1986 (Traducción al castellano de Enrique Lynch de Les hommes de la préhistoire.
Les chasseurs, -col. « La joie de connaître »-, París, Éditions Bourrelier, 1955).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 9: Chaîne opératoire de la técnica Leval-


lois.*
Imagen 8: Chaîne opératoire de la fabricación del
bifaz achelense.*

Imagen 10: Chopper y bifaz de las


industrias clacto-abbevilleses.*

* Imagen tomada de André Leroi-Gourhan, Los cazadores de la prehistoria (col. «biblioteca de historia»),
Barcelona, Ediciones Orbis, 1986 (Traducción al castellano de Enrique Lynch de Les hommes de la préhistoire.
Les chasseurs, -col. « La joie de connaître »-, París, Éditions Bourrelier, 1955).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 11: bifaz achelense.*

Imagen 12: Núcleos, lascas y láminas Levallois


(continuación de la imagen 9).*

* Imagen tomada de André Leroi-Gourhan, Los cazadores de la prehistoria (col. «biblioteca de historia»),
Barcelona, Ediciones Orbis, 1986 (Traducción al castellano de Enrique Lynch de Les hommes de la préhistoire.
Les chasseurs, -col. « La joie de connaître »-, París, Éditions Bourrelier, 1955).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 13: La primera estadística económica


de la historia humana.

(Tomada de André Leroi-Gourhan, Los


cazadores de la prehistoria (col. «biblioteca de
historia»), Barcelona, Ediciones Orbis, 1986
(Traducción al castellano de Enrique Lynch de
Les hommes de la préhistoire. Les chasseurs, -col.
« La joie de connaître »-, París, Éditions Bourre-
lier, 1955

Imagen 14: el encadenamiento acumulativo de chaînes opératoires en la evolución recapitulativa de las técnicas
de talla de la prehistoria de Europa occidental.
(Tomada de Nathan Schlanger, "« Suivre les gestes, éclat par éclat » - la chaîne opératoire d’André Leroi-
Gourhan", en Françoise Audouze, y Nathan Schlanger (Dir.), Autour de l’homme : contexte et actualité d’André Le-
roi-Gourhan, Antibes, Éditions APDCA, 2004, pp. 127-147.)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 15: interpretación de Nathan Schlanger sobre las transformaciones del pensamiento de Leroi-
Gourhan en relación a la tecnicidad orgánica y humana, y a la mémoire opératoire.

(Tomada de Nathan Schlanger, "« Suivre les gestes, éclat par éclat » - la chaîne opératoire d’André Leroi-
Gourhan", en Françoise Audouze, y Nathan Schlanger (Dir.), Autour de l’homme : contexte et actualité d’André
Leroi-Gourhan, Antibes, Éditions APDCA, 2004, pp. 127-147.)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 16: Portada de, André Leroi-Gourhan, La civilisation du renne, (col. « Géographie humaine », dirigida
por Pierre Deffontaines), Libraire Gallimard, París, 1936.
La primera obra de largo aliento de Leroi-Gourhan muestra su doble filiación intelectual en la
etnología de Marcel Mauss y la paleontología y la anatomía comparada (al parecer la colección
“Géographie humaine” fue un éxito editorial, pues el achevé d’imprimer de esta 7e édition indica el año de
1936, i.e., el año de publicación de la 1ª edición).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 17: Excavation ethnographique en


el sitio prehistórico de Pincevent (Seine-
et-Marne), durante las décadas de
1960-1970.
André Leroi-Gourhan se
encuentra sentado sobre una cubeta
observando el proceso de décapage de
un sol d’habitat.

(Tomada de André Leroi-Gourhan ou Les


Voies de l’homme - « Actes du colloque du
CNRS, mars 1987 »-, París, Albin Michel,
1988)

Imagen 18: Proceso de décapage,


en el sitio prehistórico de
Pincevent (Seine-et-Marne).
A través de la micro-
estratigrafía y la micro-
topografía, la excavation
ethnografique se concentra a la
liberación de los sol d’habitat;
superficies ocupacionales con base
en las cuales emprende la
interpretación de las coherencias
sincrónicas que configuraron las
acciones cotidianas del pasado
según una structure d’habitat
característica.

(tomada de André Leroi-Gourhan


y Michel Brézillon, Fouilles de Pin-
cevent. Essai d’analyse ethnogra-
phique d’un habitat magdalénien
(la section 36), - « 7e supplément
à Gallia-Préhistoire »-, París,
CNRS, 2 vols. 1972)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 19: interpretación del lenguaje codificado en las structures d’Habitat: remontage.
A partir del re-montaje de los residuos del proceso de talla (útiles y desechos) la metodología de la chaîne opératoire
reconstituye la coherencia tecnológica original de la estructura espacial y temporal del desencadenamiento de las
técnicas de talla magdalenienses, en este caso, a la escala microscópica de la structure d’habitat de la habitación n° 1
de Pincevent.
(Tomada de André Leroi-Gourhan y Michel Brézillon, “L’habitation magdalénienne nº 1 de Pincevent près Montereau

Imagen 20: Remontage y reconstitución de la chaîne


opératoire del proceso de débitage del núcleo D
22.240 de la habitación magdaleniense n° 1 de
Pincevent.

(Tomada de André Leroi-Gourhan y Michel Brézillon,


“L’habitation magdalénienne nº 1 de Pincevent près
Montereau (Seine-et-Marne)”, en Gallia Préhistoire,
tómo 9, fasc. 2, 1966, pp. 36-64)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Imagen 20: Remontage y


reconstitución de la chaîne opératoire
del proceso de débitage del núcleo D
22.240 de la habitación
magdaleniense n° 1 de Pincevent
(continuación).

(Tomada de André Leroi-Gourhan y


Michel Brézillon, “L’habitation mag-
dalénienne nº 1 de Pincevent près
Montereau (Seine-et-Marne)”, en
Gallia Préhistoire, tómo 9, fasc. 2,
1966, pp. 36-64)

Imagen 21: Interpretación de la structure d’habitat.


A partir de la correlación del remontage con la micro-topografía puede ser reconstituida la coherencia
sincrónica de la ejecución de las chaînes opératoires y a partir de esto, se procede a la interpretación del desarrollo de
las actividades pasadas a la escala microscópica de la intimidad de una superficie de ocupación.
Reconstitución de la estructura sincrónica de la chaîne opératoire del proceso de débitage del núcleo D 22.240 de
la habitación magdaleniense n° 1 de Pincevent.
Reconstitución de la estructura sincrónica de las chaînes opératoires de los procesos de fabricación de burines de la
habitación magdaleniense n° 1 de Pincevent.
(Tomadas de André Leroi-Gourhan y Michel Brézillon, “L’habitation magdalénienne nº 1 de Pincevent près Montereau

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
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Schlanger (Dir.), Autour de l’homme : contexte et actualité d’André Leroi-Gourhan, Antibes, Éditions APDCA, 2004, pp. 69-
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68
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Chaîne Opératoire, Ritmos Culturales e Identidad Técnica en Arqueologia: la Noción de Tecnología en

André Leroi-Gourhan.

Guillermo A. De La Fuente

Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica, Escuela de Arqueología, Universidad Nacional de Catamarca. CONICET,
CITCa. Belgrano Nº 300, 4700 – Catamarca, Argentina. Email: gfuente2004@yahoo.com.ar

“Hablo de técnicas corporales porque se puede hacer la teoría de la


técnica de los cuerpos partiendo de un estudio, de una exposición, de una
simple y pura descripción de las técnicas corporales. Con esa palabra quiero
expresar la forma en que los hombres, sociedad por sociedad, hacen uso
de su cuerpo en una forma tradicional. En cualquier caso hay que seguir
un procedimiento en que partiendo de lo concreto se llegue a lo abstracto
y no al revés.” (Mauss 1979:22).

Resumen

Es indudable que la obra del etnólogo y prehistoriador André Leroi-Gourhan ha influenciado fuertemente la dirección que han
tomado los estudios etnológicos sobre la tecnología. Derivado de la escuela de la sociología francesa fundada por Marcel Maus s
a comienzos del siglo XX, e influenciado por trabajos como Essai sur le Don y Les techniques du corps, Leroi-Gourhan desarrolló lo
que actualmente se podría llamar una “etnología de las técnicas”. Es interesante observar que la influencia de la obra y
pensamiento de Leroi-Gourhan en la arqueología ha tenido solo un impacto limitado dentro de la arqueología europea, en
especial en la arqueología francesa a través de lo que se denominó “tecnología cultural”, mientras que la tradición de la
arqueología anglosajona, en general, ha discurrido por caminos diferentes. Sin embargo, en las últimas dos décadas (´80 y ´90 )
se han realizado intentos serios por entender el aporte de Leroi-Gourhan y desarrollar avances teóricos y metodológicos dentro
de los estudios arqueológicos.

En este trabajo nos proponemos reflexionar sobre aquellos aspectos de la obra intelectual de Leroi-Gourhan que creemos son
importantes para los estudios tecnológicos en arqueología, especialmente los conceptos por él desarrollados de “cadena
operativa” - chaîne opératoire-, “rítmos culturales” e “identidades técnicas”, así como también sobre su visión sobre la
reproducción social de los grupos y las dimensiones sociales de la tecnología. Si bien este último concepto de “identidad téc nica”
no fue ampliamente desarrollado por Leroi-Gourhan pensamos que ha estado subyacente en su obra a la espera de su
descubrimiento.

Palabras Claves: chaîne opératoire, tecnología, gesto, identidad técnica, Leroi-Gourhan

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Abstract

Undoubtedly, the work of ethnologist and prehistorian André Leroi-Gourhan has strongly influenced the trend ethnological studies
have driven about technology. Derivated from the school of French sociology founded by Marcel Mauss in the beginning of XX
century and influenced by papers such as Essai sur le Don and Les techniques du corps, Leroi-Gourhan developed what we can call
today an “ethnology of techniques”. It is interesting to observe that the work and thought of Leroi-Gourhan in archaeology has
had only a limited impact in the european archaeology, especially in french archaeology through the “cultural technology”,
whereas the Anglo-Saxon archaeological tradition in general terms has roamed by different pathways. However, in the last two
decades (´80s and ´90s) serious attempts have been done to understand the contribution of Leroi-Gourhan, and to develop theo-
retical and methodological advances in archaeological studies.

In this paper, I propose to reflect on those aspects of Leroi-Gourhan´s intellectual work I believe are important to the technologi-
cal studies in archaeology, especially the concepts developed by him of “operational sequence” - chaîne opératoire-, “cultural
rythms”, and “technical identity”. Additionaly, I pay attention to the Leroi-Gourhan´s view of social reproduction of groups and the
social dimensions of technology. Although the concept of “technical identity” was not broadly developed by Leroi-Gourhan I be-
lieve it was underlying his whole ethnological and archaeological work.

Key Word: chaîne opératoire, technology, gesture, technical identity, Leroi-Gourhan

Algunos Aspectos Históricos

La investigación etnográfica durante el siglo XVIII estuvo siempre más vinculada a las ciencias naturales más que a las ciencias
del hombre, prestando atención a la descripción monográfica de la totalidad de las manifestaciones de los grupos más que haci a
la proyección de estados institucionales sobre modelos teóricos (Paláu Castaño 2004:13). Las primeras exploraciones de las
leyes del comportamiento étnico se remontan a comienzos y primera mitad (Paláu Castaño 2004:13). Sin embargo, desde fines
del siglo XVIII la etnografía ya muestra las principales preocupaciones de la etnología actual: las esferas técnica, económica,
social y estética (Leacock 1954; Levi-Strauss 1979; Paláu Castaño 2004).

Las escuelas antropológicas de la segunda mitad del siglo XIX, más interesadas en la problemática racial, enfatizaron su
preocupación sobre la necesidad del estudio de los vínculos entre lo biológico (raza, comportamiento material) y lo social
(instituciones, creencias). En la actualidad, los temas de debate en la etnología y/o antropología continúan siendo las relaciones
entre naturaleza y cultura, genética y organización social, y en última instancia la relación entre el hombre, el medio social, los
medios técnicos y sus expresiones (Paláu Castaño 2004:14). Durkheim y Mauss cien años atrás plantearon justamente que la
especificidad de la investigación etnológica consiste en poder aprehender la imagen total de la sociedad, es decir, en un aná lisis
del “cómo” de las interacciones (Leacock 1954, Paláu Castaño 2004, Forner 2006, Schlanger 2006). El enfoque de Durkheim
sobre la sociedad implica que existen dos grandes categorías de fenómenos sociales: (1) una que se denomina “morfología
social”, involucrando la estructura social (la composición del grupo, su organización interna y su distribución espacial; y ( 2) las
“representaciones colectivas”, que incluyen los fenómenos sociales hacia el interior del grupo y comprenden la mayor parte de
las instituciones (Mauss y Fauconnet 1901: 168-169).

El siglo XVIII conoció verdaderos etnógrafos en número respetable, pero todos ellos ejercían casi siempre otra función, como la
del geógrafo, la del naturalista, la del misionero o a veces la del negociante (Paláu Castaño 2004). Los filósofos de entonce s han
empleado los materiales que les proveían los viajeros para intentar una primera síntesis sobre el hombre.

70
Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Fue sólo entre 1830 y 1866 que la situación actual comienza a tomar forma: la sociología nace entre las manos de Auguste
Comte, la prehistoria entre las de Boucher de Perthes y la antropología física entre las de Broca (Paláu Castaño 2004). En es te
contexto, la palabra “etnografía” entra en el diccionario en 1835, la palabra “etnología” en 1878, clausurando la fase de los
precursores inmediatos (Paláu Castaño 2004). En 1838 se había creado la Sociedad etnológica de Paris y en 1875 se crearon
las primeras cátedras de antropología en la Escuela de antropología; el más antiguo museo etnográfico fue el de París y se
instaló en 1879 en el Palacio del Trocadero, más tarde se convertiría en el Museo del Hombre (Paláu Castaño 2004).

Dos grandes corrientes se dibujan en el curso de este período, que arrastra a todos los países de cultura europea en un ampli o
movimiento filosófico y científico: los sociólogos forman la primera rama, promovida por hombres que en su gran mayoría tiene n
un ideal de reforma política y social; de este movimiento se desprenderán a comienzos del siglo XX –sin perder completamente
el contacto– los especialistas en sociología primitiva: Durkheim, Lévy-Bruhl y Mauss (Paláu Castaño 2004, Forner 2006) (Figura
1).

Marcel Mauss (1872-1950) nació en Espinal (Vosgos) y estudió filosofía bajo la supervisión de su tío Durkheim, en Burdeos del
cual fue uno de sus más dilectos discípulos (Leacock 1954, Forner 2006). Luego se graduó en Historia de las religiones en la
Escuela Práctica de Altos Estudios de París. Participó en el Année Sociologique, donde publicó el “Ensayo sobre la naturaleza y la
función del sacrificio” (con Huber, vol. 2, 1899), el “Esbozo de una teoría general de la magia” (con Huber, vol. 7, 1904) y
“Ensayo sobre las variaciones estacionales de las sociedades eskimos” (con Benchat, 1906). Como la primera guerra mundial
diezmó a todos los participantes de la revista, Mauss se vio obligado a recomenzarla, tanto en 1920 como en 1930, y allí
publicó sus dos grupos de obras: 1) estudios etnológicos, como “Essai sur le don. Forme et raison de l’échange dans les sociétés
primitives” (1925) y las “Les techniques du corps” (1934), entre otros, y 2) metodológicos y programáticos sobre las ciencias
sociales (Paláu Castaño 2004). Fue el verdadero maestro de la etnología contemporánea francesa; su enseñanza y el vigor de
su influencia se desenvolvió en su cátedra del College de France de 1930 a 1939 de donde saldría otra publicación producto
de los cursos dictados entre 1926 y 1939, con el título Manual de Etnografía (Mauss 1947). Defendió un socialismo evolucionis ta,
pluralista y liberal, como se lo puede leer al final del Ensayo sobre el don. Su carrera fue brutalmente cortada por la invasión
nazi. Al perder sus amigos en la segunda guerra mundial quedó afectado mentalmente. Mauss siempre se mostró deseoso de
mantener estrechas relaciones entre las distintas ciencias del hombre.

El problema de las relaciones entre el individuo y el grupo que domina hoy la etnología contemporánea inspiró el temprano
trabajo sobre las técnicas corporales, y su valor sociológico en tanto que cada sociedad impone al individuo una forma partic ular
y a su vez rigurosa del uso determinado de su cuerpo. Según él, ninguna de las disciplinas de las ciencias humanas podía
establecer ni sus conceptos ni sus métodos ni su lenguaje de manera aislada. En su Essai sur le don. Forme et raison de l’échange
dans les sociétés primitives introdujó la noción de “acto social total”, que implica que lo social sólo es real cuando está integrado
en un sistema (Levi-Strauss 1979). “El acto social total aparece, por tanto, con un carácter tridimensional: tiene que hacer coincidir la
dimensión propiamente sociológica con sus múltiples aspectos sincrónicos, la dimensión histórica o diacrónica y por último la dimensión
fisiopsicológica. Ahora bien: esta coincidencia sólo se produce en los individuos. Si se tiene en consideración este “estudio de lo
concreto, que es por lo mismo de lo completo”, es necesario tener en cuenta que “lo que es cierto no es la oración o el derec ho, sino el
Melanesio de esta o aquella isla, de Roma o de Atenas” (Levi-Strauss 1979: 24). Nunca ha existido el trueque entre individuos; son
siempre las colectividades las que han cambiado o se han obligado a un fenómeno social total de regalos generalizado,
presidido por el triple movimiento de: dar, recibir, devolver con incremento. “Lo que intercambian no son exclusivamente bienes o
riquezas, muebles o inmuebles, cosas útiles económicamente; son sobre todo gentilezas, festines, ritos, servicios militares, mujeres,
niños, danzas, ferias en las que el mercado ocupa sólo uno de los momentos, y en las que la circulación de riquezas es sólo uno de los
términos de un contrato mucho más general y permanente. Estas prestaciones y contraprestaciones nacen de forma más bien voluntaria
por medio de presentes y regalos, aunque, en el fondo, sean rigurosamente obligatorias bajo pena de guerra privada o pública.
Nuestra idea es el llamar a todo esto sistema de prestaciones totales” (Mauss 1979: 160).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Y existe una forma típica y más desarrollada: el “Potlatch” (de la Columbia británica) en el que las partes contrayentes comp iten
entre sí en busca de prestigio, mientras destruyen de forma puramente suntuaria las riquezas acumuladas. Se trata pues de
prestaciones totales de tipo agonístico. ¿Porqué se da el intercambio? Mauss responde: “las cosas objeto de cambio en el potlatch,
poseen una virtud que obliga a los dones a circular, a ser dados y ser devueltos”. Recordemos, simplemente de paso, que a est e
Ensayo se remite toda la propuesta de Economía general planteada por Georges Bataille. La noción de acto social total es algo
más que una simple recomendación hecha a los etnólogos para que no dejen de poner en relación las técnicas agrícolas y el rit o
o la construcción de la canoa, la forma en que la familia se reune y las reglas que dirijen la distribución de los productos de
pesca: “Que el acto social sea total no sólo significa que todo aquello que se observa forma parte de la observación, sino también, y
sobre todo, que en una ciencia en que el observador es de la misma naturaleza que su objeto, éste es también parte integrante de la
observación” (Levi-Strauss 1979: 25).

En el estudio sobre “Les techniques du corps” (Mauss 1934) Mauss plantea su preocupación e interés sobre la forma en que cada
sociedad genera y moldea la impronta social en referencia a como va ser utilizado el cuerpo. Por técnica corporal se ha de
entender “la forma en que los hombres, sociedad por sociedad, hacen uso de su cuerpo en una forma tradicional” (Mauss 1934). El
cuerpo es el primer instrumento del hombre, o más concretamente, es su objeto y medio técnico más normal. Y cada sociedad
hace que los hombres se distingan de los animales porque les transmiten, en forma oral, el acto eficaz tradicional de manejar el
propio cuerpo. De este modo “La estructura social imprime su sello sobre los individuos por medio de la educación de las necesidades
y actividades corporales. “Se enseña a los niños... a dominar sus reflejos... Se inhiben ciertos miedos... se seleccionan los movimientos y
lo que los detendrá” (citado en Levi-Strauss 1979: 14). “Mas todo etnólogo que haya trabajado sobre este tema sabe que estas
posibilidades varían asombrosamente según los grupos. Las capacidades de excitabilidad, los límites de la resistencia son diferentes en
cada cultura; los esfuerzos “irrealizables”, los dolores “insufribles”, los placeres “extraordinarios” no están tanto en función de las
particularidades individuales como de los criterios sancionados por la aprobación o desaprobación colectiva” (Levi-Strauss 1979: 15).

El problema de las relaciones entre el individuo, su instrumento zoológico y su grupo social, va a ser el tema fundamental de la
tercera parte del El Gesto y la palabra, mostrando así Leroi-Gourhan que continúa en el surco de su maestro, al hacer expandir lo
que él llama “la estética” (Paláu Castaño 2004).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
La Tecnología Comparativa –Tecnología Cultural o Etnología de las Técnicas-

En el Museo del Hombre, André Leroi-Gourhan siguió los seminarios de dos grandes antropólogos de su época: Marcel Mauss y
Paul Rivet, acompañado por una generación de jóvenes brillantes como Claude Lévi-Strauss, Marcel Griaule, André-Georges
Haudricort, Georges-Henri Rivière, and Jacques Soustelle.

La investigación multidisciplinaria de Leroi-Gourhan combinó métodos y aproximaciones de disciplinas muy diferentes tales como
biología, tecnología, paleontología, psicología y fisiología, tan bien como etnología, sociología e historia del arte.
Probablemente su contribución original más grande fue construir sus argumentos a través de métodos y analogías derivadas de
la biología (principalmente fisiología y anatomía comparada) con el objeto de volver inteligibles los procesos vinculados a la
esfera social (Audouze 2002). El consideraba a ´el cuerpo social´ como una ´prolongación del cuerpo anatómico´(Leroi -Gourhan
1964). El primer objetivo de Leroi-Gourhan fue estudiar la cultural material y las técnicas, características esenciales de la
humanidad (Figura 2). Para lograr esto necesitó de un método analítico para comparar los hechos técnicos, para evidenciar sus
similaridades o diferencias, para establecer covariaciones y relaciones causales, y para identificar cambios en el sistema té cnico
como un todo y correlacionarlo con los cambios en el sistema social: esto fue lo que se denominó en la escuela francesa el nu evo
campo de la tecnología comparativa –derivado luego en la escuela de la tecnología cultural o la etnología de las técnicas
(Figura 2). En el L’homme et la matière (Leroi-Gourhan 1943) y en Milieu et techniques (Leroi-Gourhan 1945), Leroi-Gourhan se
concentró sobre los modos técnicos de acción sobre la materia y esto lo llevó a proponer conceptos y teorías sobre los proces os
técnicos, la imitación y la innovación. Esta clasificación se basó sobre dos ejes: (1) las propiedades físicas de la materia y los
medios de acción para transformarla, y (2) una división de las técnicas de acuerdo a su finalidad, por ej. técnicas de
manufactura y técnicas de adquisición de materias primas (ver también Lemmonier 1992).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Lo que más nos interesa aquí son los conceptos que se empiezan a desarrollar en torno a lo que Leroi-Gourhan definió como la
´universalidad de las técnicas´ y su ´naturaleza sistémica´. Para visualizar esto, él puso en oposición dos tipos de fenómeno s: (1)
los hechos técnicos, que están localizados en el espacio y en el tiempo y pueden ser observados y (2) la tendencia técnica, u n
largo proceso evolutivo que da cuenta del interminable mejoramiento de las herramientas y las técnicas en busca de mejores
soluciones. La tendencia técnica evoluciona a través de un número de soluciones limitadas por los constreñimientos físicos (y de
este modo es comparable a las presiones ejercidas por la selección natural). A través del uso de este concepto, Leroi-Gourhan
explicaba la unidad de las técnicas a nivel universal. Por otro lado, los hechos técnicos (que reunían en su visión a las
operaciones y a las herramientas) podían ser clasificados en dos órdenes diferentes: (1) un orden cronológico o (2) un orden
lógico, aunque luego agregaría la idea de comparar ´redes de hechos técnicos´, o en otras palabras sistemas o subsistemas
técnicos. Esto está bien documentado en El Hombre y la Materia con el ejemplo del propulsor o atlatl.

Para Leroi-Gourhan entonces, los instrumentos o artefactos son la ´objetivación´ o la expresión concreta de la tendencia en
hechos técnicos en un lugar y tiempo específico (Audouze 2002). Entre los grados de especificidad, Leroi-Gourhan le dio primacía
a la función y a los limitantes físicos. Las elecciones y el estilo figuraban en su pensamiento como secundarios y vinculados a la
etnicidad.

En Milieu et techniques, Leroi-Gourhan puso énfasis en el análisis de las creaciones técnicas. Transmisión, difusión e innovación
fueron analizadas a través de tres conceptos: medio exterior, medio interior y medio técnico, y el análisis de la innovación se
visualizaba en el nivel colectivo o grupal (Audouze 2002). El ´medio exterior´ es una noción muy amplia que incluye el ambiente
natural más la cultura material y las ideas de otros grupos. El ´medio interior´ es el capital intelectual de un grupo dado, un
conjunto de tradiciones mentales en perpetua modificación a través del tiempo, y las formas –o modos- de pensamiento que
involucran o contienen este capital se tornan su ´medio técnico´ (Leroi-Gourhan 1945). La evolución de este medio técnico se
realiza por acumulación, por lo tanto sus adquisiciones nunca desaparecen y cuando un grupo étnico se transforma a sí mismo e l
conocimiento permanece en las nuevas unidades que son creadas. De este modo, las acciones técnicas para Leroi -Gourhan,
pueden ser consideradas como respuestas a las presiones externas, pero ellas son una expansión deliberada del medio técnico.
Este medio técnico genera innovación a través de las modificaciones internas o a través de préstamos del medio exterior, cuan do
las condiciones son favorables.

Una propiedad esencial del medio técnico es su coherencia y continuidad, resultando de las relaciones permanentes de cada
elemento con la totalidad de los otros elementos y a partir de sus interacciones constantes.

La continuidad del medio técnico implica que las técnicas incluidas en él son compatibles unas con otras. Pero extrañamente, Leroi
-Gourhan no prestó atención en forma deliberada a la dimensión social que puede llevar a la compatibilidad o incompatibilidad
social de las técnicas. Este fenómeno fue luego analizado por Creswell y Lemmonier en relación a las causas por las cuales un
grupo adopta o no nuevas técnicas o más aún sistemas técnicos de otros grupos (Creswell 1983, Lemmonier 1986, 1992). Esto
derivaría en el concepto de ´representación social´ de la tecnología (Lemmonier 1992).

Otro concepto utilizado por Leroi-Gourhan en esta primera etapa de trabajo fue el de ´intención técnica´, un concepto
relacionado con el fenómeno de la innovación dentro de un medio técnico específico si las condiciones son favorables para que
surja una nueva variación o elemento técnico (Audouze 2002).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
Chaîne Opératoire: un Concepto Teórico y Metodológico Útil

“Cada técnica, cada conducta, aprendida y transmitida por tra-


dición, están en función de ciertas sinergias nerviosas y musculares que
constituyen cada una un verdadero sistema, solidario, por otra parte, con
un determinado contexto sociológico. Esto es en verdad aplicable no sólo
a las más humildes técnicas, como son la producción del fuego por frota-
miento, o la talla de instrumentos de piedra a golpes, sino también a esas
grandes construcciones, a la vez físicas y sociales…”
(Levi-Strauss 1979: 15).

A comienzos de los ´50s, Leroi-Gourhan prosiguió en su búsqueda de un método mucho mejor para analizar los fenómenos
técnicos. Esto conllevaría a la definición del concepto de ´cadena operativa´. Producto de la interacción con Bordes y otros
talladores de la época, Leroi-Gourhan se dio cuenta rápidamente de cuan informativo podía ser el análisis de un proceso técnico
cuando era considerado en los términos de una secuencia significativa de operaciones y acciones. Esta perspectiva es lo que s e
denominaría ´cadenas operativas´ y fue definida por su autor como: “La técnica es a la vez gesto y útil, organizados en cadenas
por una verdadera sintaxis que da a las series operatorias a la vez su fijeza y su flexibilidad. La sintaxis operatoria es pr opuesta por
la memoria y nace entre el cerebro y el medio material” (Leroi-Gourhan 1971 [1964]: 116) (Figura 3). Puesto en las palabras del
tecnólogo cultural Pierre Lemmonier: “Las secuencias operativas son series de acciones las cuales transforman una materia prima a
partir de su estado natural a un estado manufacturado. Estas operaciones son realizadas con acciones sobre la materia, fases
preparativas, fases de descanso y están asociadas con un conocimiento y un saber-hacer específico” (Lemmonier 1980: 8, citado en
Audouze 2002; ver también Lemmonier 1992: 25-35).

El método de la cadena operativa ha probado su eficiencia en la identificación de elecciones estratégicas y tácticas en cada una
de las etapas del proceso de manufactura y a la vez como un medio para aproximarse a los problemas cognitivos, entre los
cuales se encuentra la intencionalidad (Audouze 2002) (Figura 3). Esta idea de secuencia operativa compuesta de varios
momentos de transformación material esta implícita en el trabajo tecnológico de Marcel Mauss (1934) (Les techniques du corps).
Quizás la contribución más importante de Leroi-Gourhan fue proponer un concepto dinámico sobre los instrumentos (artefactos) y
las técnicas. En sus palabras: “el instrumento…es solo un testimonio de la exteriorización de un gesto eficiente….es la materialización
de la interacción de la materia con los medios que la transforman” (Leroi-Gourhan 1988 [1945]: 287-288; ver Roux 2016 para un
análisis de las dimensiones sociales de las cadenas operativas) (Figura 3).

El concepto de la cadena operativa va a estar en el núcleo de su trabajo Le Geste et la Parole (Leroi-Gourhan 1964, 1965)
dado su interés tardío en el estudio de los procesos mentales y representaciones de los grupos prehistóricos a través,
básicamente de la manufactura de los artefactos líticos. Esto a su vez abrió la puerta para las perspectivas cognitivas que
brindaba este concepto. Los dos volúmenes de Le Geste et la Parole fueron su trabajo más ambicioso, en el cual estuvo interesado
en mostrar como la ´cultura´ está articulada con la naturaleza (ver Ingold 1999 para una crítica). De allí que mucho de su
trabajo está orientado a establecer y estudiar las relaciones entre por un lado gestos técnicos/instrumentos/lenguaje y por o tro
técnica/memoria/sociedad (Audouze 2002) (Figura 4). Lo que nos interesa aquí rescatar son estas relaciones y como ellas se
articulan con la noción de tecnología desarrollada por Leroi-Gourhan. Dos conceptos son fundamentales para entender estas
relaciones: la memoria y los gestos técnicos (Audouze 2002).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

Leroi-Gourhan visualiza la memoria con un conjunto de programas de operaciones secuenciales que son utilizadas en formas
diferentes de acuerdo a la clase de memoria que sea activada.

El distingue tres clases de memoria que se superponen unas con otras:

1) la primera clase de memoria es una memoria específica o genética, presente en todos los seres vivos, en la cual los
programas son configurados por experiencia pero a través de canales estrechos y pre-especificados a nivel de especie.
Estos programas son activados por el sistema nervioso central bajo impulsos fisiológicos y estímulos externos (Figura 4)

2) la segunda clase de memoria es la memoria individual que acumula programas a través de la experiencia y la educación.
Esta memoria existe a un cierto nivel en los mamíferos superiores, pero es cuantitativa y cualitativamente diferente en los
humanos, en los cuales la memoria es totalmente canalizada a través del conocimiento y transmitida y preservada por el
lenguaje en cada grupo étnico. Con este conocimiento, el individuo tiene acceso a una tercera clase de memoria (Figura 4)

3) una memoria virtual que es la memoria étnica o memoria social y que pertenece al grupo étnico como un todo del cual el
individuo forma parte (Figura 4)

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica

De acuerdo al tipo de comportamiento operacional involucrado, el individuo activa alguna de estas tres memorias. Los
comportamientos automáticos relacionados a su naturaleza biológica, tales como comportamientos alimentarios o sexuales o
actitudes corporales activan la memoria genética. Un segundo nivel de comportamiento está relacionado con las secuencias
operativas adquiridas a través de la educación y experiencia, pero poseen un modo ´semi-automático´: por ej. cepillarse los
dientes o vestirse no requieren de gran atención, pero cuando se produce un incidente en alguna de estas actividades, el
comportamiento semi-automático es reemplazado por el comportamiento lúcido, el cual introduce una confrontación entre la
situación presente (el incidente originado) y la experiencia adquirida a través del lenguaje de los símbolos.

Es en este tercer nivel del comportamiento lúcido es donde el lenguaje toma un rol dominante sea para reparar un accidente en
una secuencia operativa o para crear una nueva. Las secuencias operativas periódicas y las secuencias operativas excepcionale s
requieren de este comportamiento lúcido; aunque la mayor parte de nuestras vidas está dominada por secuencias operativas
semi-automáticas estereotipadas que son transmitidas a través de la unidad familiar y grupos de aprendizaje (escuela). Ellas
forman las bases del comportamiento individual dentro del grupo étnico y dan al individuo la impronta étnica más fuerte.

Discusión y Conclusiones

A mediados de la década del ´20 Mauss (1924-1925) ya definía la vida social como un ´mundo de relaciones simbólicas´
propias de la naturaleza de la sociedad –el grupo- al expresar sus costumbres y sus instituciones por medio de símbolos. Esta
idea de la existencia de relaciones simbólicas va a ser nuevamente retomada varias décadas después por Lemmonier cuando
considera a los rasgos tecnológicos como signos y analiza la idea de las representaciones sociales desde el marco de la
antropología de la tecnología (Lemmonier 1992).

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Boletín del Laboratorio de Petrología y Conservación Cerámica
El plantea que las representaciones sociales constituyen un conjunto de ideas compartidas por los miembros de un grupo social
específico y sugiere que el término representación es utilizado en por lo menos 3 contextos diferentes: (1) cualquier acción
tecnológica implica la existencia de “operaciones mentales totalmente inconcientes” (representación), esquemas mentales de lo s
procedimientos (por ej. el modelado de una vasija) y esto solo es logrado a través de la articulación de los mecanismos de
transmisión del conocimiento (Lemmonier 1992), (2) una segunda categoría de las representaciones tecnológicas son aquellas qu e
forman parte de un “conocimiento tecnológico específico”: modelos mentales los cuales ordenan la articulación de los elemento s
tecnológicos (materia, instrumentos y gestos) durante una operación dada; estas representaciones particulares son parte de ot ras
representaciones sociales, las cuales pueden no tener mucho que ver con las acciones tecnológicas, pero las cuales afectan
definitivamente la elección de elementos tecnológicos así como también la elección de tecnologías enteras por parte de una
sociedad específica; de este modo los comportamientos técnicos reflejan el orden social (la forma de hacer las cosas) y las
clasificaciones sociales de las cosas (por ej. animales y plantas), y a su vez estas clasificaciones reflejan en sí mismas la estructura
social; es por ello que la lógica de las elecciones tecnológicas y las clasificaciones observadas en una acción física sobre la
materia pueden participar en los sistemas de significado y referencia sociales más amplios (Lemmonier 1992), y (3) la tercer
categoría de representaciones refiere al “contenido informacional inmediato” de las acciones tecnológicas, en donde muchas de
éstas representaciones se denominan “símbolos” (Lemmonier 1992).

La técnica, –expresada en las secuencias operativas- o quizás más ampliamente expresado ´las acciones técnicas en su conjunto´,
es más que un conjunto de gestos corporales y acciones físicas produciendo transformaciones materiales. La técnica, en el sen tido
de Mauss, está incorporada en el cuerpo social y actúa como una plataforma para crear y expresar identidad y diferencias,
sean éstas intencionales o no (Mauss 1934). En términos amplios, es la interacción del cuerpo del agente con las condiciones
materiales y sociales de sus actividades productivas que sienta las bases de su talento y acumulación de conocimiento, al mis mo
tiempo que es la base de su autocomprensión y el medio para establecerse a uno mismo dentro de estructuras más amplias de
relaciones sociales (Dobres 2000, Ingold 2001). De este modo, un concepto clave de esta interacción física es el ´gesto técnico´
(Leroi-Gourhan 1964, 1965; Lemmonier 1992). Los gestos no son solo las bases corpóreas de la interacción del conocimiento del
agente, sino que los gestos pueden también ser estudiados por los arqueólogos. Los gestos técnicos de la producción y uso de
artefactos dejan marcas físicas en el mundo material, y los arqueólogos son ahora capaces y expertos en la identificación,
estudio y replicación de estos con mucha precisión (Dobres 2000) (Figura 5). Pero los gestos técnicos, como las técnicas, tam bién
se encuentran incorporados al cuerpo social, mediatizados, cargados de significado y práctica colectiva (Barley 1984, 1994;
Gosselain 1992, 1999, 2000; Mahias 1993; Roux 2003, 2010, 2016; Roux y Courty 1998; Sillar 1999, 2000; van der Leew
1977, 1984, 1993). Al mismo tiempo que los gestos son parte del cuerpo físico de los agentes técnicos individuales, sin embar go
ellos forman también parte del cuerpo social. Sí el cuerpo del agente técnico es la interfase entre las realidades internaliz adas y
externalizadas interpretadas a través de la práctica, entonces los gestos técnicos practicados por el cuerpo social y son tan to
internalizados (como experiencialmente significativos) como simultáneamente atestiguados (e interpretados) por los otros (Dob res
2000; Roux 2016) (Figura 5). Visto de esta forma, los gestos técnicos, o lo que Mauss llamó Les techniques du corps, se tranforman
en una nueva interfase entre la materialidad de la tecnología, la agencia social, la tradición y los procesos a gran escala
(Dobres 2000; Ingold 2001; Roux 2016) (Figura 5).

Las dimensiones sociales de las cadenas operativas han sido exploradas por algunos autores más específicamente para el
proceso de manufactura cerámica (Lemmonier 1992; Gosselain 1992; Mahias 1993; Livingstone-Smith 2000; Livingstone-Smith et
al. 2005; Perlès 2013; Albero Santacreu 2014; Roux 2016).

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Como bien plantea Marcia-Anne Dobres (2000), el enfoque téorico y metodológico brindado por el estudio de las ´cadenas
operativas´ de producción artefactual, propuesto por Leroi-Gourhan, se presenta como un marco conceptual para el estudio de
la agencia técnica y es un buen punto de partida para explorar cuestiones relacionadas a la identidad técnica, sin perder de
vista y revalorizando nuevamente la aserción de Marcel Mauss sobre la tecnología como un ´acto social total´.

Agradecimientos

Un especial agradecimiento para las coordinadoras del Simposio “Tecnología en Arqueología”, desarrollado en el marco del
XVIII Congreso Nacional de Arqueología Chilena, durante el mes de Octubre de 2009, Dra. Marcela Sepúlveda R. y Dra. Lorena
Sanhueza por haberme invitado a participar del mismo y a su vez por haber creado la atmósfera y las condiciones para
exponer nuestras ideas. Este trabajo se ha beneficiado de varios comentarios realizados durante la realización del simposio,
entre ellos cabe mencionar el Dr. Salomon Hocsman y la Dra. Fernanda Falabella. Asimismo, varias de las reflexiones e ideas
exploradas aquí han sido desarrolladas parcialmente en otros trabajos del autor y en el Seminario Teórico dictado en la Escue la
de Arqueología sobre Marcel Mauss durante los años 2014 y 2015. El financiamiento para esta investigación fue proporcionado
por la Secretaría de Ciencia y Técnica (SECyT) de la Universidad Nacional de Catamarca y por el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) del cual el autor es investigador.

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Para comunicarse con nuestro laboratorio dirigirse a:


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Escuela de Arqueología, Universidad Nacional de Catamarca,
Belgrano Nº 300, (4700) Catamarca. Argentina.
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Email: labceramicaunca@gmail.com Web: http://

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