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crisis monetaria
y capitalismo
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subdesarrollo y explotación
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SUMARIO ¿Crisis monetaria,

XIII extraordinario Abril 1969

Páginas
crisis total?
Xrisis monetaria, crisis total.? 3

CAPITALISMO Y CRISIS MONETARIA

FONS: ARXIU
La dimensión real de los problemas monetarios in- HISTORIC CONC
ternacionales, por Manuel Benedito 5

L osacaparan
problemas monetarios internacionales
hoy la atención de muy amplios
COMERCIO INTERNACIONAL Y EXPLOTACION sectores de la opinión pública. El tema de la
ECONOMICA organización monetaria a escala internacional
ha dejado de ser únicamente un campo restrin-
Comercio mundial y concentración económica inter- gido a la investigación y estudio de los especia-
nacional, por R. Martínez Cortina 9 listas para convertirse en un centro polarizador
El sistema monetario internacional y los países sub- de encontradas actitudes políticas, y de cada
desarrollados, por Manuel Esteve i Ríos 13 vez más frecuentes y más violentas polémicas
a todo nivel. Sobre todo, cuando los problemas
que se involucran en el se observan y se anali-
USA Y EL SISTEMA MONETARIO zan en profundidad, es decir, cuando se trata de
ahondar en la dimensión real de los problemas
Las devaluaciones, el sistema monetario internacional monetarios internacionales. Pues, indudable-
y la economía USA, por Pablo Cantó 17 mente, ésta es la perspectiva que interesa: el
Dólares y crisis monetaria internacional: E. E.
trasfondo de la crisis monetaria internacional,
23 la estructura real de los mecanismos económi-
La dinámica del fondo monetario internacional y la cos que constituyen la base de la actual orga-
evolución de su política, por Julio Segura 27 nización monetaria. El riesgo de no proceder
así es el de no percibir más que la superficie de
los verdaderos problemas relacionados con la
FRANCIA: UNA RIVALIDAD HEGEMONICA organización económica a escala internacional.
En otras palabras, son algunas de las carac-
La política monetaria francesa y el papel del oro,
terísticas fundamentales que hoy definen al
por Armand Lepas 31 sistema de producción capitalista las que pue-
Otra crisis del franco, por Gonzalo Sáenz de Bu- den hacer inteligibles las manifestaciones que
ruaga 37 se registran en la organización monetaria inter-
nacional, estando íntimamente relacionados los
problemas de índole monetaria con los de do-
DOSSIER minación y explotación económica—a través de
mecanismos comerciales, financieros, etc.—de
Introducción 41 los países subdesarrollados por parte de los
países más ricos.
I. Diccionario básico 43
En efecto, el sistema monetario internacional,
II. Apéndice documental 51 que arranca de las decisiones adoptadas por los
A) Primer período de sesiones de la países más desarrollados en Bretton Woods
UNCTAD 51 en 1944, no es sino el instrumento monetario y
13I Declaración de los 77 paises en desarrollo 59 financiero que permite el funcionamiento, man-
Cl La carta de Argel del grupo de los tenimiento y expansión de las actuales relacio -
77 paises en desarrollo 62
nes de producción a nivel mundial. El imperia-
D) Informe del Secretario General de la
lismo económico y la explotación de los países
UNCTAD
subdesarrollados cuentan así con un medio efi-
65 caz para la realización de sus fines.
III. Bibliografía sobre problemas actuales del sis-
De esta forma se ha hecho posible en las últi-
tema monetario internacional 75 mas décadas, en primer lugar, la permanencia
REVISTA MENSUAL
de una estructura del comercio internacional
netamente favorable para los países más des-
arrollados—socialistas incluidos—. En este ám-
CONTROL bito, la evolución experimentada por la relación
real de intercambio para los países subdesarro-
41, DE LA
llados ha sido un índice expresivo de la agudi-
01D. zación de explotación a nivel comercial. En
• segundo lugar, las dificultades crónicas de fi-
' SICUE
 INTRODUCCION
nanciación por parte de los pueblos subdesarro-
rrados ha sido campo abonado para la penetra-
ción económica de tipo neocolonialista de los
países capitalistas. Las inversiones extranjeras
se han dirigido fundamentalmente a la explota-
ción de materias primas, con lo que la posible
ayuda que para los países subdesarrollados po-
drían suponer ha quedado minimizada e inclu-
so, a largo plazo, resulta contraproducente.
En tercer lugar, las hipotéticas «ayudas»
—préstamos—que los países subdesarrollados
reciben de los gobiernos de los países ricos o
de instituciones financieras internacionales han
revertido, en muchos casos, en gravosas cargas
para los países en vías de desarrollo, como lo
pone de manifiesto la evolución de la deuda pú-
blica de estos últimos (en América Latina, por
ejemplo, en los últimos años se ha llegado a
una situación realmente significativa: el pago
de intereses y amortizaciones de préstamos an-
teriores supera el montante de las nuevas ayu-
das financieras).
N este contexto, no hay que olvidar que las
E
principales instituciones financieras y mo-
netarias internacionales están dominadas y con-
troladas por los Estados Unidos, los cuales uti-
lizan aquéllas—lo mismo que las «ayudas», en
muchos casos «vinculada» o ligada a la compra
de sus propios productos—como otro medio po-
deroso de presión económica y política sobre los
países dependientes... En definitiva, en éstos
y en otros muchos aspectos, el sistema mone-
tario internacional está en función del mante-
nimiento de unos determinados intereses que
vienen condicionando las relaciones políticas,
económicas y financieras entre los distintos
países.
Las crisis periódicas por las que está atrave-
sando el sistema, que se han agudizado a partir
de los años 60, no van a conducir, por el mo-
mento, a una salida satisfactoria, ya que la ma-
yor parte de las soluciones propuestas no supo-
nen una modificación, o alteración, de las ac-
tuales relaciones de explotación, sino que exclu-
sivamente pretenden adaptar el propio sistema
a las nuevas necesidades del comercio interna-
cional, preservando siempre los intereses de las
grandes potencias. Otro tipo de soluciones—que
se orienten hacia una transformación radical
del sistema—resultan hoy inviables, dada la
actual relación de fuerzas a nivel internacional.
No obstante, la lucha que han iniciado los paí-
ses subdesarrollados por una transformación
global reviste cada día una mayor trascen-
dencia.
pOR todo ello, en este número de Cuadernos
para el Diálogo, dedicado a proporcionar
un amplio material de documentación y estu-
dio sobre la crisis actual del sistema monetario
internacional, se hace continua referencia a la
configuración de las relaciones económicas im-
puestas por el capitalismo a escala mundial. Los
aspectos no representan sino la superficie de
los problemas de fondo: como se ha dicho, tras
las reglas y principios de los organismos prin-
cipales de/ sistema monetario internacional se
encubren los instrumentos más sutiles para la
perpetuación del atraso y de la explotación
económica. Es también por lo que, de forma
general, ha podido afirmar Sweezy que «en
tanto que las relaciones actuales que imponen
los países capitalistas desarrollados no sean des-
truidas o transformadas totalmente, hablar de
vencer la multitud de restantes obstáculos al
desarrollo económico no puede más que ser, en
el mejor de los casos, una cándida ilusión y, en
el peor, una mentira deliberada».
A la vista, pues, de la amplitud y urgencia
de los problemas relacionados con la actual cri-
sis del sistema monetario, Cuadernos para el
Diálogo brinda a sus lectores este número extra-
ordinario, en el que se recogen, por una parte,
diversos trabajos de destacados especialistas del
tema y, por otro, un amplio dossier—elaborado
por el equipo de economistas de la revista—en
el que se proporcionan los elementos básicos
(tanto a nivel de conceptos, como de documen-
tos—en su mayor parte de difícil acceso y poco
conocidos en nuestro país—, como de bibliogra-
fía) para hacer más inteligible la variada y
compleja problemática del sistema monetario
internacional.
Como introducción a todo ello se incluye, en
primer lugar, el artículo del profesor M. Bene-
dito, en el que se hace una adecuada presenta-
ción de las diversas perspectivas que presenta
el tema.

LA DIMENSION REAL DE LOS
PROBLEMAS MONETARIOS INTERNACIONALES
AS crisis que el sistema monetario internacional
viene sufriendo, más o menos periódicamente,
desde hace una decena de años y la frecuencia y gra-
vedad de las que le sacuden desde la última y tardía
devaluación de la libra esterlina en noviembre de
1967, han hecho aumentar la preocupación por estos
problemas de tal modo que el tema se ha convertido
en periodístico, dándose el caso, muy poco frecuente
en el terreno de la economía, de que las sofisticadas
controversias mantenidas por los expertos sobre el
.diagnóstico y las soluciones hayan llegado, en sus
líneas más generales, al gran público. El fárrago de
noticias casi cotidianas que hacen mención a hechos
corno la inestabilidad de las cotizaciones en los mer-
cados de oro y divisas, el clima especulativo casi con-
tinuo que preside dichos mercados, las fugas de capi •
tales de unos países a otros, las amenazas cumplidas
de devaluaciones, las medidas que toman los distintos
Gobiernos occidentales para eliminar sus déficits ex-
teriores y otras semejantes, , plantean serios interro-
gantes a los no iniciados. El significado real de tales
hechos, sus auténticas implicaciones y, en último ex-
tremo, la forma correcta de interpretar esas tensiones
a través del papel que juegan en el conjunto de las
relaciones económicas internacionales, se esconden
generalmente—o aparecen muy confusamente—tras
las informaciones habituales, más preocupadas por
el valor periodístico de los acontecimientos que por
la necesidad que el lector siente de disponer de un
conjunto de coordenadas básicas que faciliten su
labor de comprensión. Por otro lado, cuando se em-
prende la búsqueda de esas referencias se tropieza
muy frecuentemente con las dificultades provenientes
del carácter sesgado que preside la mayor parte de los
intentos de vulgarización que los expertos ponen en
manos del lector interesado.
La interpretación generalizada entre los economis-
tas occidentales sobre la crisis general del sistema
monetario internacional consiste, a grandes rasgos,
en que ese sistema, establecido al final de la segunda
guerra mundial de acuerdo con la estructura eco-
nómica de la época y, sobre todo, del equilibrio de
fuerzas que la caracterizaba, ha sufrido un progresivo
anquilosamiento por razones fundamentalmente téc-
nicas—rigidez provocada por el mantenimiento de
una anacrónica relación con el oro, insuficiencia de
liquidez resultante, etc.—, llegando hasta el extremo
de encontrarse muy lejos de la eficacia esperada en
el cumplimiento de su papel ante el incesante aumen-
CAPITALISMO
Y CRISIS MONETARIA
Manuel Benedito
to de las transacciones internacionales y la importan-
cia de las variaciones cualitativas operadas en su
estructura, en unas coordendas mundiales esencial-
men distintas de las que existían cuando el sistema
fue establecido.
De ahí que las soluciones propuestas por los exper-
tos para poner remedio a esos males consistan, en
general, en la introducción de distintas variedades
de mecanismos técnicos que, bien apuntalando los
ya existentes o bien creando otros nuevos adaptables
a los principios básicos en los que el sistema se
apoya, tiendan a cubrir el vacío creciente entre las
necesidades cuantitativa y cualitativamente cambian-
tes y los instrumentos de que se dispone para aten-
derlas.
Los últimos años no han sido testigos de cambios
sustanciales, por lo que se refiere a la óptica utilizada
por los expertos para enfrentarse al problema;
pero frente a ello, las consecuencias de las crisis,
cada vez más graves y frecuentes, han ido minando
progresivamente la relativa tranquilidad con que
los teóricos analizaban la situación no hace todavía
mucho tiempo, tranquilidad que más de uno añorará
en estos tiempos de incertidumbre y confusión en el
panorama monetario internacional. Es como si la rea-
lidad se escapara progresivamente al tiempo que
los análisis tradicionales perdieron aliento para con-
tinuar la carrera: se producen devaluaciones en ca-
dena, a veces camufladas; las cotizaciones del oro y
de las divisas se bambolean por encima y por debajo
de los precios oficiales; la especulación está a la
orden del día, sin que los controles de cambios más
rigurosos puedan detener la fuga de capitales, y, en
fin, los déficits de las balanzas de pagos se muestran
reacios a desaparecer. Todo hace pensar que, a medi.
da que el sistema se ha ido desarrollando ante la
presión de necesidades crecientes, su mismo funcio-
namiento ha ido deteriorando las bases en que se
apoya.
cualquier observador que se enfrente a estos he-
A chos se le plantearán muy probablemente una
serie de interrogantes que surgen de la misma con-
frontación entre los análisis tradicionales y las cir-
cunstancias que presiden el desencadenamiento y
desarrollo de las crisis: si el problema es esencial-
I sIGUE I
 La dimensión real
de los problemas monetarios internacionales
mente técnico y, por lo tanto, los remedios tendrían
que tener ese mismo carácter, ¿qué ocurre? ¿Por qué
no se atajan de una vez las dificultades llevando a
cabo medidas de carácter monetario a nivel interna-
cional que, apoyadas por el conjunto de países inte-
resados, hagan desaparecer definitivamente los fan-
tasmas de la inestabilidad y de las crisis? ¿Por qué,
una vez determinadas las medidas a tomar, cuando
esto es posible sin graves disensiones, no se logra mas
que raramente el necesario acuerdo entre los países
fuertes del sistema, es decir, entre los que en Bretton
Woods formaban un bloque monolítico capitaneado
por los Estados Unidos, para su puesta en practica?
Algo falla, desde luego, y no precisamente el interés
por un funcionamiento adecuado del sistema ni la
preparación «impecable, de la mayor parte de los
expertos. Lo inadecuado es el enfoque, el modo de
acercarse al problema, la óptica con que se analiza.
Hace poco tiempo, una publicación tan moderada
como el suplemento literario del Times, de Londres,
atacaba un libro reciente del profesor Tinbergen
sobre la planificación del desarrollo económico (1),
achacándole un excesivo grado de simplicidad y
abstracción, una atención centrada en los problemas
exclusivamente técnicos y, en última instancia, unos
planteamientos muy poco realistas corno consecuen-
cia de todo ello. Con palabras del propio articulista,
«... en los cálculos del profesor Tinbergen brilla por
su ausencia la realidad social, política y económica
de la vida contemporánea» (2).
El defecto que el suplemento literario del Times
atribuye al profesor Tinbergen es una especie de mal
que ataca a un elevado número de economistas cuya
principal preocupación parece consistir en deslum-
brarnos con sus sofisticados y brillantes análisis téc-
nicos, sin darse cuenta de que esos análisis, siempre
indispensables, no son más que un primer paso, im-
portante pero insuficiente, para proveer las bases
necesarias en las que apoyarse con objeto de inter-
pretar la realidad correctamente.
El caso de las aproximaciones convencionales a los
problemas monetarios internacionales es un ejemplo
más de un tipo de análisis que viene limitado, en
último extremo, por la intocabilidad, en términos
de análisis «científico», de las coordenadas socio-
políticas que se hallan detrás de las construcciones
teóricas mas impecables. Si, al mismo tiempo que
una aproximación en términos estrictamente técni-
cos, no se emprende la tarea de desentrañar la inten-
sidad y características de las fuerzas que determinan
la configuración estructural de las relaciones econó-
micas internacionales, difícilmente se podrá traspa-
sar el umbral de una comprensión superficial de los
6 problemas monetarios internacionales, comprensión
que, en el mejor de los casos, dará origen a visiones
confusas y distorsionadas.
Evidentemente, no se pretende llevar a cabo esta
tarea en lo que queda de artículo, sino más bien ilus-
trar lo hasta aquí dicho, haciendo referencia a algu-
nos aspectos del problema con objeto de hacer pa-
tente en alguna medida su compleja dimensión real
y la consecuente necesidad de analizar globalmente
los diversos factores que lo condicionan y deter-
minan.
sistema monetario internacional institucionali-
zado en la conferencia de Bretton Woods de 1944,
estableció el llamado patrón «cambios-oro», cuyas
características más importantes consistían en la fi-
jeza de los tipos de cambio—que constituye la dife-
rencia fundamental con respecto al antiguo patrón-
oro—y en la existencia de dos monedas reserva—el
dólar y la libra—que, mediante su relación fija con
el oro, se convirtieron en patrón intermedio de todas
las demás divisas con respecto a dicho metal y pun-
tales básicos de la liquidez del sistema. De este modo
ambas valutas, y fundamentalmente el dólar, se eri-
gieron, junto con el oro, en los medios de pago acep-
tados y utilizados por todos los países miembros del
sistema para hacer frente a sus transacciones ex-
ternas.
La insuficiencia creciente de la parte de la pro-
ducción de oro, destinada a usos monetarios con
relación al progresivo incremento del comercio mun-
dial, y el hecho de que la mayoría de sus existencias
estuvieran detentadas por los dos países emisores
de las monedas-clave, confirieron a los Estados y, en
mucha menor medida a Inglaterra, un control prác-
ticamente total sobre las transacciones internacio-
nales del mundo occidental, al verse obligados los
países restantes a mantener reservas en divisas-
reserva para hacer frente a sus obligaciones exte-
riores dada la fijeza de los tipos de cambio.
Con respecto a los países capitalistas de Europa,
el sistema permitió a los Estados Unidos llevar a cabo
sus planes de ayuda de la forma mas ventajosa posi-
ble. Al mismo tiempo que se cubría el objetivo polí-
tico básico de impulsar la reconstrucción de unas
economías especialmente débiles en aquella época
fuertes del sistema, es decir, entre los que en Bertton
un mecanismo espoleador de la economía americana,
dado que los fondos destinados a los planes de ayuda
a Europa occidental revertían en su mayor parte
a los Estados Unidos en forma de compras a sus
industrias.
Por su parte, los países pertenecientes al llamado
Tercer Mundo se vieron obligados en todo momento
a adaptarse pasivamente a los designios de los
«grandes» del sistema ante la inevitable necesidad
de mantener reservas en dólares o aceptar créditos
y «ayudas», concedidos por los Estados Unidos o por
los diversos organismos internacionales cuyo control
está en manos de ese mismo país, para hacer frente
a sus casi siempre deficitarias balanzas de pagos.
La imposibilidad general de los países subdesarrolla-
dos para obtener excedentes en su comercio exterior,
dados los mecanismos que regulan los mercados in-
ternacionales de los productos que ofrecen y que
determinan una deteriorización continua de su rela-
ción real de intercambio, ha tenido como consecuen-
cia que sólo la segunda alternativa apareciera como
viable, a la vez que ha impuesto una supeditación
casi total de las políticas económicas internas de
esos países a la evolución de sus transacciones in-
ternacionales. Todo ello ha constituido uno de los
principales obstáculos con los que el mundo «sub-
desarrollado» se ha enfrentado en su intento de rom-
per el «círculo vicioso» de la pobreza, al mismo
 tiempo que ha puesto de relieve el papel básico que
el vigente sistema monetario internacional ha jugado
en el proceso de expoliación económica que moderna-
mente recibe el nombre de neocolonialismo (3).
Sobre estas bases de partida, el sistema funcionó con
una relativa estabilidad, mientras los dólares esca-
seaban en el mundo y los países de Europa occidental,
con sus posibilidades de crecimiento económico prác-
ticamente hipotecadas a la ayuda de los Estados Uni-
dos, se encontraban muy lejos de poder poner en
tela de juicio la hegemonía americana.
ESTA situación se prolongó hasta finales de la década
de los años cincuenta. A partir de entonces comen-
zaron a aparecer nuevos factores cuya contribución
decisiva a la deteriorización del inestable equilibrio
del sistema constituiría el punto de arranque de las
sucesivas crisis que han sacudido con intensidad
creciente a los principales mecanismos de la estruc-
tura internacional de pagos vigente en el mundo
occidental.
En primer lugar, los gastos bélicos crecientes en
el exterior y, fundamentalmente, los aumentos cons-
tantes de las inversiones fuera del país, dieron lugar
a un considerable empeoramiento del saldo de la
balanza de pagos americana y a una consecuente
disminución de la escasez de dólares que se había de-
jado sentir en el mundo con cierta intensidad hasta
el ario 1958.
En segundo lugar, los países capitalistas de Europa
entraron en una fase de crecimiento económico. auto-
sostenido tras la etapa de reconstrucción, con un
paralelo aumento de su grado de competitividad
frente a la economía americana, al tiempo que ejer-
cían paulatinamente las primeras presiones con el
fin de obtener una mejor situación relativa en el
reparto de las ventajas derivadas de la hegemonía
ejercida por el conjunto de los países capitalistas
industrializados sobre el resto del mundo occidental.
El debilitamiento progresivo de la confianza en
el dólar, ante la incapacidad creciente de los Estados
Unidos para responder al conjunto de haberes en
dicha moneda detentados por los otros países, pro-
vocó una deteriorización de la estabilidad del sis.
tema, constituyendo la causa principal de la apari-
ción de las crisis. Los países europeos más inde-
pendientes formalmente de la hegemonía americana
comenzaron, encabezados por Francia, a convertir
en oro sus tenencias en dólares, con lo cual no hacían
más que poner en practica una de las reglas básicas
del ordenamiento monetario internacional, pero cuyo
cumplimiento agravaría aún más las tensiones exis-
tentes, revelando, de este modo, su carácter contra-
dictorio. Ello tuvo como consecuencia una multiplica-
ción de los factores determinantes de la desconfianza
general en el sistema al mismo tiempo y en la
medida en que disminuían las reservas auríferas de
Fort Knox. El clima especulativo se fue abriendo
paso en los mercados de oro y divisas, a la vez que
los movimientos de capitales privados se constituían
simultáneamente en causa y efecto de ese clima.
El sistema, pues, se volvía contra si mismo. Todo
hacia pensar que su funcionatniento y desarrollo iban
creando las bases de su propia destrucción. La es-
tructura monetaria, creada esencialmente para servir
a los intereses de un capitalismo internacional con
el centro de gravedad situado en los Estados Unidos,
se mostraba contradictoria con la prosecución de esos
mismos intereses.
A medida que las tendencias reseñadas se han ido
intensificando, las crisis se han sucedido cada vez
con más frecuencia, dando lugar a procesos de re-
ajuste a nivel monetario internacional, que, en el
mejor de los casos, se han materializado en meros
apuntalamientos de los que el sistema no ha salido
sustancialmente modificado. Al nivel interno de cada
economía, las crisis han tenido repercusiones cuya
importancia varía de un país a otro, sin que en nin-
gún caso pueda minimizarse su influencia sobre la
evolución de la estructura del capitalismo en los
últimos años. Ejemplos como el de las consecuencias
que la crisis/de la libra ha tenido sobre la economía
británica, en forma de serias limitaciones a las posi
bilidades de actuación de la política económica, o
el de las perturbaciones provocadas en la economía
francesa por las recientes tensiones que han sacudido
al franco, son suficientemente significativos a este
respecto.
Es importante señalar que, del hecho antes mencio-
nado de que los paises capitalistas industrializados
ejerzan presiones tendentes a conseguir una mejora
en sus posiciones relativas, no debe inferirse que
no sean conscientes de sus intereses comunes. El
hundimiento del sistema sería perjudicial para todos
y cada uno de ellos, al no disponerse de una solución
de recambio inmediatamente utilizable que pudiera
respetar todos los intereses en liza con arreglo al
equilibrio de fuerzas existente. Como consecuencia
de ello, cuando las tensiones se hacen demasiado
peligrosas, dichos países unifican sus acciones con
objeto de introducir apuntamientos que preserven
al sistema en su conjunto, sin perjuicio de que indi-
vidualmente traten de obtener las mayores ventajas
posibles de los efectos redistribuidores a que dan
lugar todas las crisis. Es decir, las reglas del juego
consisten esencialmente en presionar al sistema con
el fin de mejorar posiciones, hasta el límite z
partir del cual las consecuencias de esas presiones
puedan convertirse en peligrosas para su super-
vivencia.
historia de los últimos diez años está llena de
- ejemplos de aplicación de esas reglas. Desde que
en 1958 aparecieron los primeros indicios de inesta-
bilidad y comenzaron a manifestarse los efectos de
las contradicciones que el sistema albergaba en si
mismo, los primeros acuerdos a que llegaron los prin-
cipales p aíses desarrollados del mundo occidental
sobre la necesidad de actuar conjuntamente a fin
1--1
SIGUE
Problemas
monetarios ediciones
internacionales airliel
o

Juan Sardá Dexeus

de mantener, con todas sus ventajas, un instrumento
LA CRISIS
precioso de control en manos del capitalismo inter- MONETARIA
nacional, se simultanearon con las primeras aplicacio- INTERNACIONAL
nes de los variados resortes que el sistema ofrecía
para su utilización en los conflictos intercapitalistas.
Fenómenos como el (acuerdo entre caballeros», esta- Un análisis de la evolución de las cuestiones monetarias in-
blecido en 1960 con objeto de sostener el precio del ternacionales desde el fin de /o segunda guerra mundial y un
oro a su paridad oficial y cuyo continuador fue el
intento de interpretación de lo esencia del sistema y de sus
«pool del oro», o el Acuerdo General del Préstamo,
constituido por el grupo de los diez y Suiza con el posibles perspectivas.
fin de apoyar al dólar, que Ernest Mandel califica Col. ARIEL QUINCENAL, núm. 5
como (intentos de resolver las contradicciones entre
el desarrollo de las fuerzas productivas y los limites 50 ptas.
estrechos del estado nacional» (4), corrieron parejos
a las ya mencionadas conversiones de dólares en oro
llevadas a cabo por algunos de los paises fuertes del
sistema.

Los conflictcs intercapitalistas juegan, pues, un

papel primordial en el planteamiento y resolución El nacimiento y desarrollo del eu.urtioe v...0
de las crisis monetarias internacionales. En último
extremo, las relaciones de fuerza entre las divisas sistema capitalista, desde lo • •

de los paises capitalistas no hacen sino reflejar las revolución industrial hosro la
histona
relaciones de fuerza económicas reales, es decir, sus segunda guerra mundial.
de los hechos
diferentes niveles de productividad y su capacidad
competitiva sobre el mercado mundial (4). En este ..a reconstrucción y el detono . 1111cos
eco, n(L,....._
sentido, el desarrollo de la crisis que sacudió al franco
al final del pasado año, y la negativa de la República
ilo del sistema capitalista, coni enlruhuiw-J
desde lo revolución industrial
Federal alemana a revaluar su moneda a pesar de las
fuertes presiones ejercidas sobre ella. ilustran hasta hasta la segunda guerra rnurv
..--
qué punto esas fuerzas actúan en la realidad y cons- dial. i II
41

tituyen, por lo tanto, factores fundamentales a la -i-ifç r'-• ,

hora de interpretarla correctamente. E/ nacimiento y desarrollo del
sistema colectivista.
De todo lo dicho hasta aquí se deduce la insuficien- • tt - • l'C'
Ene, 430 ptas.
cia de los análisis apoyados exclusivamente en facto-
res técnicos y ajenos por completo al cúmulo de pre- Rúst 380 ptas.
siones económicas y variables políticas que, entre-
tejiéndose, impregnan la problemática por la que
atraviesa el sistema monetario internacional. De ahí
también que la mayor parte de los planes de reforma
emanados de dichos análisis se hayan mostrado, en
el mejor de los casos, estériles, cuando no meras
manifestaciones camufladas de los intereses encon-
trados que enfrentan a los diversos países capitalistas John K. Golbraith
que, en conjunto, constituyen los principales benefi-
ciarios de una estructura monetaria internacional EL NUEVO
claramente desfavorable para los países que intentan
salir del «circulo vicioso» del subdesarrollo. ESTADO INDUSTRIAL
Uno visión completo sobre lo moderna vida económica y sobre
M. B.
los cambios que están configurando el futuro.

Col. ZEFEIN

NOTAS

1 J. TInbergen, Planificación del desarrollo, Ediciones Gua-

darrama, Madrid, 1967. En todos los librerías
2 Articulo reproducido en Información Comercial Espariolo,
núm. 421, septiembre 1968, Pá gs. 119 Y sigs. Distribuido por
3 Estos puntos y otros posteriores pueden ser ampliados en
el libro de Manuel Benedito y Julio Segura, Capitalismo y sis- IBER-AMER
tema monetario intermicionat, Guadiana de Publicaciones, Ma-
drid, 1968, especialmente el capitulo In. BARCELONA -i5
RONDA SAN PABLO, 67
4 Ver Ernest Mandel, La crise du systeme monétaire inter-
national, Q. I., núm. 35, Janvier 1969, pág. 34.
5 Ver Ernest Mandel, art. cit., pág. 32,
 COMERCIO INTERNACIONAL
Y EXPLOTACIO ECONOMICA
COMERCIO MUNDIAL
Y CONCENTRACION ECONOMICA MUNDIAL
1. Dinámico y estática de la economía mundial
C ONTINUAMENTE se viene repitiendo hasta la saciedad
s•-• los grandes cambios que ha experimentado y
está sufriendo cada vez con mayor intensidad el mun-
do económico, y que, por tanto, soluciones válidas
en el pasado ya no lo son para la situación presente.
Instrumentos y organismos que durante mucho tiem-
po sirvieron para solucionar múltiples problemas
económicos han quedado anticuados y hoy se bus-
can otras fórmulas para enfrentarse con la nueva
realidad. En este número extraordinario de CUA-
DERNOS PARA EL DIALOGO aparecen una serie
de artículos que explican, por ejemplo, la inoperancia
de los acuerdos de Bretton Woods ante las necesi-
dades actuales del sistema monetario internacional,
a pesar de que durante bastantes años funcionaron
adecuadamente. E igual sucede en la mayoría de los
campos de la actividad económica.
Pero si bien es cierto que el mundo económico se
caracteriza por un fuerte dinamismo, sin embargo, es
preciso no olvidarse que muchos de los problemas
que se consideran como actuales presentan peculia-
ridades similares a las existentes hace ya algún
tiempo y, mas aún, no sólo son parecidos, sino que
son los mismos problemas, aunque agudizados en el
transcurso del tiempo. Piénsese, v g., en la dife-
rencia de la renta por habitante entre la nación mas
rica y la más pobre, que hoy está en una relación
de 1 a 40, cuando hace unos treinta arios la diferencia
existente era aproximadamente la mitad de la ac-
tual. Este y otros muchos ejemplos que se pueden
citar permiten deducir que la dinámica de las fuer-
zas económicas mundiales no ha logrado solucionar
las disparidades y paradojas de la economía mun-
dial, sino que, por el contrario, las ha agravado. Pero
muchas veces el análisis de la actividad económica
induce a pensar que la evolución de la economía es
claramente favorable, pues se toma como base de
dicho análisis la situación de determinadas áreas
económicas m undiales—concretamente, las más des-
arrolladas—, considerando que el resto del mundo
presenta, en mayor o menor grado, características
similares. Tales enfoques, por su parcialidad, son in-
adecuados para describir la realidad económica. Pero
es que, además de la visión superficial de los hechos,
hay que tener en cuenta el fondo de las relaciones
económicas, que es el que nos permite comprender
adecuadamente muchos fenómenos, imposibles de
captar simplemente con un estudio exclusivamente
empírico 1.
La estructura económica mundial, por tanto, está
Rafael M art.nez-Cortiria
cambiando, por una parte, en múltiples aspectos,
tanto a escala nacional como internacional, pero, por
otra parte, y por ese mismo proceso dinámico, se
están consolidando diversas facetas básicas de su
actividad. Bajo esta perspectiva es como hay que
que analizar los aspectos esenciales del comercio
mundial, que, si está experimentando un cambio im •
portante, es también, sin embargo, un medio para la
concentración económica en un reducido número de
países.
2. La evolución del comercio mundial
A mayor cooperación económica internacional, en
L particular
a partir de la segunda guerra mundial,
ha permitido incrementar de una manera sustancial
las relaciones económicas y financieras entre prác-
ticamente todos los paises del mundo. De los 23.500
millones de dólares que totalizaron las exportaciones
mundiales —valoradas a precios F. O. B.—en el año
1938, se ha pasado a 203.800 millones en 1966, último
año del que existen datos 2 . Es decir, en un plazo de
veintinueve años ha habido un aumento del 767 por
100, que si bien una parte corresponde a la depre-
ciación monetaria, la más sustancial se debe al incre-
mento real de las transacciones internacionales de
bienes.
Pero no sólo ha habido una evolución en términos
cuantitativos del comercio mundial, sino también de
carácter cualitativo, pues, como consecuencia del in-
cremento de las transacciones económicas interna-
cionales, han tenido que crearse una serie de ins-
trumentos que hicieron posible el mayor comercio
mundial. Antes eran imprescindibles y suficientes
tres requisitos para vender productos al exterior:
precio competitivo en los mercados internacionales
calidad óptima y buena organización comercial. Pero
en la actualidad es preciso añadir un cuarto factor,
que en muchos casos tiene mayor trascendencia que
los tres clásicos. Nos estamos refiriendo al crédito,
que en sus distintas modalidades permite realizar una
Ferie de operaciones, principalmente entre países
desarrollados, que sin él—es decir, si el pago fuese
al contado—no podrían efectuarse.
La aparición del crédito en el comercio mundial
es una consecuencia de la estructura de los movi-
mientos de mercancías y de las peculiaridades de los
principales paises exportadores e importadores de
bienes de equipo. En el primer aspecto, cabe señalar
el cambio tan sustancial en las transacciones comer-
sICUE
 Comercio mundial
y concentración económica mundial
dales, con la aparición de una serle de productos de
escasa importancia en el pasado. Ha habido un
aumento notable en el comercio de bienes de equipo
en relación con el valor total de todos los productos.
Así, por ejemplo, mientras que en 1899 la exportación
de esta clase de bienes en relación con el total expor-
tado superaba ligeramente el 10 por 100, en los paises
actualmente industrializados dicho porcentaje oscila
hoy alrededor de un 40 por 100, y para algún pals es
todavía superior. Como contrapartida, en los paises
subdesarrollados constituyen el renglón fundamental
de sus importaciones.
EXPORTACION DE BIENES DE EQUIPO (1963-67)
Porcentaje
Paises s/total
exportado
Canadá 46,643
44,277
Reino Unido mayor desarrollo de otros, como Estados Unidos,
Estados Unidos 35,682
Suecia 35,208
Italia 31,110
Suiza 30,950
Francia 26,726
Dinamarca 21,233
Méjico 46,539
Perú 42,429
Colombia 42,199
Liberia 40,881
Chile 40,093
Libia 40,085
Argentina 36,925
Venezuela 35,359
Por otra parte, todos los paises, sin excepción, tra-
tan de fomentar sus exportaciones, aunque el moti-
vo de esta política difiere de unas a otras naciones.
Los paises desarrollados necesitan exportar parte de
su producción, porque sólo así pueden conseguir el
pleno empleo de su actividad económica, ya que su
producción de bienes industriales supera a la de-
manda interior de los mismos y son los mercados
extranjeros la salida lógica para colocar los exce-
dentes. Las ventas al exterior constituyen un com-
plemento del mercado nacional—en algunos casos es
a la inversa—, con una mayor utilización de la capa-
cidad de producción, lo que representa un factor po-
sitivo para conseguir el pleno empleo y el incre-
mento de la renta nacional.
10 Por su parte, los paises subdesarrollados tienen
necesidad de exportar, no sólo porque la producción
n le determinados productos primarios en los que están
especializados supera la demanda nacional, sino
porque los ingresos procedentes de la exportación
son el más importante—y muchas veces único—me-
dio para conseguir las divisas que financian las im-
portaciones que requieren para su desarrollo.
Pero la capacidad de exportación de bienes de
n .quipo por parte de los paises desarrollados es muy
-,uperior a los medios con que cuentan las naciones
subdesarrolladas para financiar sus importaciones.
Aparece ast el (l'edito en el comercio exterior para
cubrir esa diferencia entre necesidades y medios de
los paises del tercer mundo y para que los paises in-
dustrializados puedan alcanzar más elevados niveles
en sus ventas al exterior.
3. Concentración económica internacional
auge del comercio mundial no se ha visto co-
L - rrespondido con una reestructuración de los pai-
ses exportadores, sino que, al contrario, ha consoli-
dado la posición de las naciones mas ricas. Los mis-
mos paises que ocupaban a principios de siglo, y
sobre todo hace treinta años, un lugar predominante
en el comercio internacional tienen hoy un mayor
peso especifico, pues del 42 por 100 que representa-
ban en 1938 sus ventas en relación con el total de la
exportación mundial, han pasado a superar el 55 por
100 en la actualidad. Sólo ha habido algunos reajustes
en el bloque de los «ocho grandes» del comercio ex-
terior, como consecuencia lógica del menor auge eco-
nómico en alguno de ellos, v. g., Gran Bretaña, y el
Alemania, Japón y la Unión Soviética.
cslitonalK,
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ersonalidades e instituciones: la RAND, la pren-
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problemas con que se enfrenta el hombre de
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1938 1966
Estados Unidos 3.064 30.013
Alemania Federal 780* 20.134
Reino Unido 2.414 14.132
Francia 880 10.889
Japón 1.109 9.777
Canadá 865 9.551
Unión Soviética 251 8.841
Italia 553 8.832
9.916 112.169
Exportación mundial 23.500 203.800
• Año 1948. Sin datos de 1938.
El mayor crecimiento en las ventas de estos ocho
paises en relación con la media mundial es un claro
indice de cómo se está produciendo una concentra-
ción paulatina en un número reducido de naciones
que tienen en sus manos un mayor poder econó-
mico. Pero si bien esta tendencia es significativa,
más lo es, en nuestra opinión, la forma de financia-
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ción de muchos de los productos, en particular los
industriales, de la exportación de los paises más des-
arrollados. Como va hemos señalado anteriormente,
tal financiación se' realiza mediante créditos que los
paises exportadores, directa o indirectamente, con-
ceden a las naciones compradoras. Estas, por la cre-
ciente necesidad de importar productos industria-
les y ante la incapacidad de firlanciar con medios
propios todas sus compras, se van endeudando cada
vez en mayor cuantía, hasta el punto de que en
algún caso no han podido ni siquiera atender al pago
de los intereses de los créditos que han obtenido, lo
que representa en la practica una situación de quie-
bra, y lo que es más grave, desde el punto de vista
del tema que estamos analizando, una dependencia
total con los países desarrollados.
Pero aun sin llegar a este extremo de quiebra,
ciertas modalidades de crédito en el comercio exte-
rior no son mas que una cortina que oculta una
verdadera penetración económica de los paises ricos
en los subdesarrollados. De todas ellas, cabe desta-
car el denominado crédito financiero vinculado, tan
utilizado por los Estados Unidos a través del Export.
Import Bank, y por la Unión Soviética, mediante el
cual un país concede a otro un crédito, siempre y
cuando éste lo utilice en realizar compras de pro-
ductos del país prestamista. Con ello se consigue,
por parte de la nación exportadora, no sólo dar sa-
lida a sus productos excedentes, sino tener una in-
fluencia directa en la nación que ha recibido el
préstamo, tanto por su condición de acreedora como
por convertirse en suministradora de productos ge-
neralmente esenciales para el desarrollo del país im-
portador.
Por ello se comprende que en diversas reuniones
internacionales se haya pedido, por parte de los pai-
ses subdesarrollados, que se diferencie claramente
lo que es ayuda económica y lo que es comercio y
que las naciones industrializadas no utilicen éste
como mecanismo de la ayuda económica. Esta debe
ser incondicional, es decir, sin imponer determina-
das exigencias ni mucho menos amenazar con una
retirada de la misma si el pais subdesarrollado no
está dispuesto a someterse a las condiciones de la
nación que concede la ayuda económica. Por otro
lado, el comercio debe realizarse en plano de igual-
dad, como una contraprestación libre de ambas
partes y no a partir de una posición de fuerza y
de dominio.
Pero estas reiteradas propuestas no han tenido
ningún éxito, pues para ello seria preciso que los
paises desarrollados cambiaran su enfoque del comer-
cio exterior o, mejor aún, diversos aspectos de sus
relaciones económicas y financieras con los paises
del tercer mundo. El comercio internacional e's hoy
un instrumento de la mayor importancia para que
el poder económico se concentre en un limitado nú-
mero de naciones que practican, con mayor o menor
intensidad, lo que generalmente se conoce como colo-
nialismo económico. Sólo queda por ver cuanto
tiempo puede durar esa situación.
R. M.-C. 11
I No despreciamos por ello el estrurturalismo empírico, al
que consideramos necesario en una primera fase para el co-
nocimiento de la realidad económica, pero insuficiente para
captarla en su totalidad. Por otra parte, tampoco considerarnos
acertarlo el estructuralismo formal del tipo de Lévy-Strauss
(.para conocer la realidad es preciso estudiar lo que está detrás
de las cosas y que no varia.), pues, por su carácter estático,
resulta Inadecuado. En nuestra opinión, el análisis de la reali-
dad debe basarse principalmente en un estructuralismo dialéc-
tico, con cierta visión formal y, desde luego, empírica.
2 United Nations: Yearbook of International Trude Statistles,
Nueva York, 1988.
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12

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Y MONTGAT-MATARO.

EL SISTEMA MONETARIO
INTERNACIONAL Y LOS PAISES SUBDESARROLLADOS
I AS actuales dificultades por las
que atraviesa el sistema mone-
tario internacional afectan tanto a
los paises desarrollados como a los
subdesarrollados. Esta afirmación
puede parecer a alguien no total-
mente correcta. La razón quizá es-
triba en que, en los últimos años,
las monedas que han sufrido de
forma espectacular las crisis son
monedas de los paises desarrollados.
La crisis del dólar, la libra, el fran-
co, etc., han venido a ocupar las
paginas de los periódicos mas que
las sucesivas devaluaciones de las
monedas de los paises subdesarro-
llados. También cabria atribuir el
hecho de esta mayor resonancia en
los países desarrollados a dos ra-
zones. La primera estriba en que la
importancia económica de las mone-
das citadas es, no cabe duda, mucho
mayor que la de cualquier pals del
tercer mundo. La segunda radica
en que las declaraciones de cual-
quier personaje de los paises des-
arrollados tienen rápidamente un
mayor auditorio. Así, a cualquier
reunión del Banco de Pagos Inter-
nacionales se le da mayor impor-
tancia que a la reunión de la
UNCTAD, creada para dar solución
al problema de los países pobres.
Pero no por ello la primera infor-
mación deja de ser cierta. Antes al
contrario, a medida que se pretenda
mantener el actual .statu quo» en
el sistema monetario internacional,
mayores pueden ser las dificultades
en los países subdesarrollados. Es-
tas dificultades arrancan, permita-
senos aquí recordarlo brevemente,
de la deteriorización de la relación
real de intercambio que sufren los
paises subdesarrollados desde, mas
o menos, el fin de la guerra de
Corea.
Estos paises son productores y
exportadores de materias primas e
importadores de productos manu-
facturados. Desde el fin de aquella
guerra los precios de las materias
primas han aumentado, cuando lo
han hecho, en menor proporción
que los precios de los productos
manufacturados. Ello se debe a
muchas razones, desde una baja en
la demanda de estos productos,
fruto de mejoras en la técnica (ma-
quinaria mas perfeccionada, apari-
ción de productos sintéticos), hasta
un aumento en la producción más
allá de lo que el mercado interna-
cional es capaz de absorber.
Todo ello ha provocado, en aque-
llos paises que para desarrollarse
precisan ineludiblemente aumentar
de forma notable sus importaciones
de bienes de equipo, un endeuda-
miento frente a los paises proveedo-
res. Varios autores y organismos
internacionales han efectuado estu-
dios sobre los déficits previsibles
de los países subdesarrollados, ya
sea en su balanza de pagos, ya sea
entre la inversión necesaria y el
ahorro disponible . Digamos al mar-
gen, y refiriéndonos a este segundo
déficit, que los supuestos en los
que se han basado los cálculos pre-
vén el mantenimiento de las actua-
les estructuras sociales. Por tanto,
la falta de ahorro interior que las
cifras señalan podrían ser meno-
res si se llevase a cabo un cambio
que permitiera restar fondos a la
oligarquía y destinarlos a inversio-
nes productivas.
Vamos a fijarnos en los déficits
previsibles en la balanza de pagos.
La O. N. U. calculó que para 1970
el »foreign exchange gap » se eleva-
ría, para los paises subdesarrolla-
dos, a 20.000 millones de dólares.
Por su parte, la UNCTAD calculó,
para 1975, que, de seguir las actua-
les circunstancias, el déficit de las
balanzas comerciales de los países
subdesarrollados se elevaría a 3.000
millones de dólares, si los paises
desarrollados crecieran al 4,2 por
ciento. Si el crecimiento fuera ma-
yor, el déficit podría alcanzar los
8.000 millones de dólares. En todo
caso, los déficits de la balanza de
pagos alcanzarían una cifra situada
entre 17.000 millones de dólares y
26.000 millones anuales (a precios
de 1960).
Estas cifras deben ser compara-
das, para poder tener una idea mas
completa del problema, con el total
de flujos financieros provinentes
de los paises desarrollados hacia los
subdesarrollados. Estos han pasado
solamente de 8.000 millones de dó-
lares en 1960 a algo mas de 11.000
millones de dólares en 1967.
Manuel Esteve i Ríos
p.t. lector podrá preguntarse el
porqué de reproducir aquí estas
2if ras, cuando el titulo del articulo es
sistema monetario internacional
y países subdesarrollados». La razón
es sencilla: no puede desligarse el
actual sistema, o sus reformas, del
problema del subdesarrollo. Ello se
explica por: a) la necesidad que
tienen los paises subdesarrollados
de disponer de liquidez suplemen-
taria para hacer frente a sus défi-
cits en la balanza de pagos, y b) al
hecho de que muchos paises des-
arrollados se excusan en sus pro-
pios déficits para restringir la ayu-
da exterior.
El primer caso tiene una expli.
ración sencilla. Déficits prolonga.
dos en las balanzas de pagos obli-
gan, si no quieren verse desapare-
cer todas las reservas, a programas
de austeridad o de estabilización,
acompañados generalmente de de-
valuciones en las respectivas mone-
das. Estos países precisan, si quie-
ren alcanzar niveles de industriali-
zación aceptables, aumentar sus
importaciones de bienes de capital.
Teniendo en cuenta, como ya hemos
señalado anteriormente, que los
precios de las materias primas no
siguen el mismo ritmo de creci-
miento que los precios de los pro-
ductos manufacturados, aquellas
importaciones pueden verse dismi-
nuidas ante la imposibilidad de su
posterior pago.
Un estudio del F. M. I., llevado
a cabo sobre las reservas de oro y
divisas en los paises pobres, llega
a los siguientes resultados: entre
1951 y 1964 el nivel de reservas, en
valores absolutos, se ha mantenido
estable. Sin embargo, la propor-
ción entre reservas e importaciones 13
ha pasado del 55 por 100 a princi-
pios del período a menos del 40
por 100 en 1964. Finalmente, el in-
forme señala que esta proporción
ha variado mucho de un país a
otro. En definitiva, los esfuerzos
efectuados en la importación de
bienes de capital se ha mantenido
en una disminución relativa de las
reservas. Y ello teniendo en cuenta
que se ha desarrollado en algunos
I SIGUE
 El S. M. 1. y los
países subdesarrollados
casos el comercio entre los propios
paises subdesarrollados, mediante
acuerdos de «clearing a.
Los paises desarrollados han se-
ñalado en algunos casos que sus
déficits en la balanza de pagos im-
piden un aumento en la ayuda ex-
terior. Esta afirmación debe ser
calibrada. La mayor parte de la
ayuda discurre por los cauces del
bilaterismo. La ayuda multilateral
es extremadamente reducida en
comparación al total. Pero ademas,
dentro del bilateralismo, la casi to-
talidad de ayuda, sea pública o
sean inversiones privadas, tiene el
carácter de ayuda ligada. Es decir,
el pafs receptor debe adquirir los
bienes que precisa en el país dador.
De tal manera, que si bien existe
un flujo de dinero de los paises
desarrollados a los subdesarrolla-
dos, este flujo vuelve, en la mayor
parte de los casos, a través de com-
pras de bienes.
Aun teniendo en cuenta este fac-
tor algunos países, tales como los
Estados Unidos, la Gran Bretaña y
Francia, han reducido sus ayudas al
exterior, en especial en el último
año, sirf que en contrapartida los
paises con fuertes superávits hayan
ocupado sus lugares.
Por lo que hemos visto hasta
ahora, existe una relación impor-
tante entre el actual sistema mone-
tario internacional y el desarrollo
de los países atrasados. Algunos
autores creen que la reforma del
sistema monetario internacional y
la ayuda a los paises subdesarrolla-
dos son dos problemas aparte y que,
por tanto, precisan de soluciones
diferentes. Por el contrario, otros
afirman la necesidad de que ambos
problemas se resuelvan simultá-
neamente.
14
ANTES de iniciar la exposición de
las soluciones aportadas por
estos últimos es necesario hacer
una aclaración. Para muchos polí-
ticos la reforma del sistema mone-
tario internacional es una cuestión
que atañe a los paises ricos. Este
es un hecho cierto que ha tenido
su demostración. En las reuniones
del F. M. 1., la voz cantante y los
votos efectivos corresponden a los
países ricos, que previamente han
adoptado sus decisiones en las re-
uniones del Grupo de los Diez. La
voz de los países atrasados es oída,
pero no escuchada. Muchas de las
reformas, el establecimiento de los
Derechos Especiales de Giro en
1968 es un ejemplo; se han efectua-
do sin que la problemática de los
países subdesarrollados haya sido
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previamente el importe por cualquiera
de los procedimientos indicados.
Los números extraordinarios están
fuera de suscripción y son enviados,
mediante reembolso, a todos los sus-
criptores residentes en España.
tenida en cuenta, al menos directa-
mente. En el fondo, los defensores
de este modo de actuar son los que
opinan que la reforma del sistema
monetario y el incremento en la
ayuda son cosas diferentes y que,
por tanto, deben ser tratadas se-
paradamente. En primer lugar, la
reforma del sistema, y una vez re-
suelto, los paises se hallarán en si-
tuación de ofrecer mas ayuda.
Pero ésta no es opinión de otro
grupo de autores, defensores de la
interrelación entre ambos proble-
mas. Opinan que en las cuestiones
que atañen a la reforma del sis-
tema monetario internacional no
sólo deben tener una importante
participación los paises subdesarro-
llados, sino que, además, la reforma
debe tener como telón de fondo el
problema de los países pobres.
Dentro de este segundo grupo de
autores caben distinguir dos pos-
turas. Una, que podríamos llamar
reformista, que busca la solución
dentro del actual sistema, al que
se añadirían los retoques necesa-
rios, y la segunda, que va mas a
fondo en la reforma y que intenta
formular una solución que entraña
un cambio muy importante en la
actual configuración del sistema
monetario internacional. Vamos a
analizar brevemente estas dos co-
rrientes.
La primera busca el método de
crear liquidez adicional para per-
mitir la formación de las reservas
suficientes, a fin de que los países
subdesarrollados puedan continuar
sus importaciones. Streeten, en un
articulo titulado La reforma mone-
taria internacional y los paises sub-
desarrollados—traducido por «In-
formación Comercial Española» (oc-
tubre de 1967)—, señala cuál debe
ser el mecanismo. Demuestra por
qué la creación de liquidez debe
ir acompañada de la participación
activa en ella de los países pobres
y de reclamar que éstos sean miem-
bros de pleno derecho en cualquier
plan. A continuación estudia la
necesidad que tienen estos paises
de este aumento en la liquidez, su
capacidad para mantener las reser-
vas para periodos de necesidad y
su voluntad de participar en las
obligaciones conexas a todo plan.

La liquidez creada seria incon-
dicional. La creación de liquidez
condicional podría efectuarse sim-
plemente a través del aumento en
el derecho de giro al F. M. I. La
propuesta de Streeten (con pare-
cida formulación fue efectuada por
Maxwell Stamp en 1962 y recogida
por los expertos de la UNCTAD)
consistiría en que «sobre la base
de la hipótesis de que la creación
de liquidez adicional toma la for-
ma de la emisión por el F. M. I. de
«unidades de fondo»; éste debería
prestar al BIRD o sus afiliados, a
cambio de obligaciones del BIRD,
parte de todas las monedas de
contrapartida usables, depositadas
por miembros del Fondo contra la
emisión de unidades del mismo.
Cada país desarrollado tendría que
competir entonces en pos de los
pedidos adicionales engendrados
por las inversiones del Banco Mun-
dial, a fin de retener la entera
adición a sus reservas represen.
tadas por la distribución inicial de
unidades del Fondo».
Por su parte, Scitovsky señala
que la iniciativa de creación de
reservas adicionales debe recaer en
los países con déficits necesitados
de estas reservas. «Un país deficita-
rio, necesitado de reservas, dispone
un crédito presupuestario para da-
divas en ayuda de los países sub-
desarrollados y entrega esta dádiva
al F. M. I. en forma de su moneda
nacional o deuda del Estado. El
F. M. I. emite moneda internacional
contra la obligación o deuda de
este país y la pone a disposición
de la Asociación Internacional de
Desarrollo. Esta se la da a los pai-
ses subdesarrollados, a fines de fi-
nanciación de las importaciones de
desarrollo. Los países subdesarrolla-
dos que reciben la ayuda sólo pue-
den gastarla en el país contra cuya
moneda o deuda fue emitida; pero
una vez que este país la entrega se
convierte en liquidez internacional
irrestrictiva, gastable y aceptable
en todas partes.»
E N definitiva, estas soluciones tie-
nen como denominador común
el ligar creación de liquidez con
financiación para el desarrollo.
Otros autores se inclinan por otra
solución, en algunos aspectos mu-
cho mas drástica. Se trata de basar
la liquidez del sistema monetario
internacional no sólo en el oro,
sino también en un conjunto de
materias primas.
Esta propuesta fue presentada a
la I Reunión de UNCTAD por los
profesores Harrod, Kaldor y Tim-
bergen. Su máximo propagandista
ha sido el economista y político
francés Mendes-France. Su plan
prevé confiar al F. M. I. la emisión
de una moneda internacional ba-
sada en un «stock» de materias pri-
mas. Este sería convertible en oro
o en un conjunto de 30 materias
primas que fueran importantes en
el Comercio internacional, que tu-
vieran una cualidad uniforme y
posibilidad de ser guardadas por
largo tiempo. La moneda interna-
cional creada sólo seria una moneda
de reserva y los paises del F. rd. 1.
se comprometerían a aceptar estos
bienes, a la vez que utilizarían la
moneda internacional para pagar
tus deudas en dólares vendiendo sus
«stocks» estratégicos al F. M. I. Al
asegurar un mercado a las materias
primas se incrementarían, o al me-
nos se estabilizarían los precios de
Astas, y el incremento en la liqui-
dez sería función del incremento en
la producción de las materias pri-
mas..El mismo Mendes-France se-
ñala, sin embargo, que las posibili-
dades de que este plan sea apro-
bado por los diversos Gobiernos son
muy limitadas.
Hemos visto cómo en el pensa-
miento de varios autores se halla
la necesidad de ligar reforma del
sistema monetario internacional
con desarrollo de los paises atrasa-
dos. Sus puntos de vista o sus opi-
niones pueden diverger en la reali-
zación práctica. No obstante, tienen
en común la afirmación de que
ambas cosas no pueden desligarse
y que en cualquier forma que se
inicie deben tener voz y voto los
paises subdesarrollados, puesto que
la actual situación también les es
perjudicial. Lo ocurrido hasta ahora
no responde a este deseo. Las lige-
ras reformas introducidas en los
últimos años han sido efectuadas
por los países ricos y para resolver
sus propios problemas.
M. E. 1 R.
novedades
seix barral
BIBLIOTECA BREVE
DE BOLSILLO
EL REINO DE ESTE MUN-
DO, Alejo Carpentier
La prosa miniaturista de Carpen-
tler, orfebre del estilo, auténtico
preciosista del idioma, narra la ba-
rroca historia de los napoleónidas
negros de Haiti.
VIDA Y POESIA DE LI-PO,
Arthur Waiey
1:1 gran poeta y hombre político
que fue LI-Po tuvo la extravagan-
te vida de un aventurero y de un
profeta. Waley, orientalista britá-
nico considerado como la máxima
autoridad en la materia, ha escrito
in libro tan apasionante como una
BIBLIOTECA FORMENTOR
IDIOTAS PRIMERO, Ber-
110 rd Malaniud
Los judíos que emigraron a los
Estados Unidos buscando una fue-
, a 'Cierra Prometida, se encontra-
t on en su mayoría sometidos y de-
gradados por una sociedad que los
lespreciaba, álalamud, hijo de emi-
g rantes »dios, es el narrador más
prestigioso de los EE. UU.
BIBLIOTECA BREVE
CONCEPTO DE PERSONA,
A. J. Ayes
t i no de los filósofos mas represen-
tativos de la escuela neopositivIsta
Inglesa se plantea el problema de
la existencia del individuo. Por su
repulsa de la metafísica y los ma-
labarismos técnicos de los filósofos
tradicionales, este libro de Ayes
resulta de muy amena lectura.
PAIS PORTATIL, Adriano
González León
Premio Biblioteca Breve 1968, el
venezolano González León se suma
a la lista de jóvenes narradores la-
tinoamericanos de vanguardia, con
n • sta apasionante historia de un
dirt,,dorzuelo do guardarropla.
NUEVA NARRATIVA
HISPANICA
CONTRAMUTIS, Jorge
Onatti
La sorprendente narrativa argen-
tina inaugura con este libro la es-
tética pop. El comic, el cine, la
sátira política, constituyen los pro-
tagonistas del suicidio de Lupe, el
protagonista, mezcla de Flash Gor-
don y Humphrey Bogarth.
EDITORIAL SEIX BARRAL
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I 450
• 050

I 400
r 000

1650 '350
o
I600 1300
elt
o
5
o 24,65%
1250
27,16%
700 200

(3 I 650 1160
•et
1600 1100

I 1150 1050
El eminente en el welor de le eerlIcIpecle n . ha s n do del 2Z 16 %
1500 El aumento en •I talot d• partici.c., to sido d•I 24,65% 1. 000

5 10 15 20 25 30 5 10 15 20 25 5 10 15 20 25 30
5 10 15 20 25 30 5 10 15 20 25 5 10 15 20 25 30
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 USA y el
sistema monetario

LAS DEVALUACIONES,
el sistema monetario internacional
y la economía USA
Preámbulo: Puntualizaciones a la devaluación
Por tratarse de un tema muy debatido en estos úl-
timos tiempos, he considerado útil clarificar algunos
aspectos que, a mi juicio, son importantes para el
conocimiento de ciertos fenómenos monetarios del
acontecer económico de nuestros días.
¿Es posible creer seriamente que la devaluación
favorece a todos los ciudadanos del país donde se
realiza?, o, por el contrario, y dado que la presión se
canaliza a través del Fondo Monetario Internacio-
nal, ¿no beneficiará, en definitiva, a ciertos grupos
financieros norteamreicanos? Es ya obvio que la
Administración estadounidense desea, y siempre lo
ha conseguido, cargar a sus socios comerciales de
Europa los trastornos que le origina el déficit de su
balanza de pagos.
Las interrelaciones que se producen, en forma di-
námica, en la estructura y superestructura del siste-
ma monetario internacional son complejas y, por
ello, fácilmente enmascarables los últimos objetivos
de los manipuladores del control monetario a escala
mundial.
Pablo Cantó
El canto del cisne del general
El general De Gaulle, como máximo representante
de las «viejas» oligarquías de Francia, dijo no a la
devaluación, oponiéndose a las «nuevas» oligarquias
financieras que desean conectar estrechamente con
los Estados Unidos.
El gaullismo, como cualquier tendencia de la bur-
guesía tradiconal nacionalista, trata de enfrentarse,
equivocadamente, al poder hegemónico de los gran-
des grupos financieros internacionales controlados
por la Administración norteamericana. El error de
De Gaulle consiste en que, siendo Francia un país
sometido a la presión lógica de los grandes grupos
financieros internacionales, para tener la posibilidad
de no aceptar de aquéllos el mandato de la devalua-
ción de la moneda, tendría que zafarse de la penetra-
ción económica del capital foráneo, y esto no puede
conseguirlo el general De Gaulle con sus discursos.
La penetración de capital norteamericano en Fran-
cia-de todos conocida-es, en definitiva, la que hará
que el franco se devalúe o no, según los intereses de
Wall Street y sus filiales de Londres, Zurich o Ba.
lea .

CUADRO s

LAS RESERVAS OFICIALES DE ORO (1958-1967)

En millones de dólares: fin de período

19531 1961 1962 1963 1964 I965 1966 Sept. 1967

Total mundo occidental 38.030 38.870 39.275 40.220 40.845 41.850 40.900 40.535
De los cuales:
Estados Unidos 20.582 16.947 16.057 15.596 15.471 4.065 3.233 13.077
Gran Bretana 2.807 2.267 2.581 2.484 2.136 2.265 1.940 1.831
Mercado Común: 6.795 10.839 11.455 12.333 13.223 14.834 15.199 15.163
- Alemania 2.639 3.664 3.679 3.843 4.248 4.410 4.292 4.284
- Bélgica-Luxemburgo 1.270 1.248 1.365 1.371 1.451 1.558 1.525 1.514 17
- Francia 750 2.121 2.587 3.175 3.729 4.706 5.238 5.234
- Italia 1.086 2.225 2.243 2.343 2.107 2.404 2.414 2.400
- Holanda 1.050 1.581 1.581 1.601 1.688 1.756 1.730 1.731
Suiza 1.925 2.560 2.667 2.820 2.725 3.042 2.841 2.841
Canadá 1.078 946 708 817 1.026 1.151 1.046 1.099
Japón 54 287 289 289 304 328 330

I uenir - Fondo Monetario Internacional Internotional Financio/ Stonstics.

 La Economía USA y el S. M I.

Algunos aspectos y datos del sistema monetario
internacional
Según los datos publicados en la revista Mercado
Común Europeo, fasc. 8/1968, articulo «El sistema
monetario internacional) t , las reservas monetarias
mundiales, a lo largo del periodo 1958-1966, aumenta-
ron 57.590.000.000 de dólares a 71.615.000.000. De esta
última cifra 40.900.000.000 eran en oro, 24.385.000.000
en divisas, siendo la reserva del Fondo Monetario
Internacional de 6.330.000.000.

CUADRO 2

LAS RESERVAS OFICIALES MUNDIALES EN DIVISAS 1958-1967)

En millones de dólares,' fin de periodo

1956 1961 /962 1963 1964 1965 1966 nnio 1967

12.970 14.602 15.771 15.849 14.898 16.30 8

Pertenencias en dólares 9.648 11.830
Pertenencias en libras 5.998 6.440 6.216 6.530 7.065 6.745 7.501 6.351

Otras monedas 1.359 1.010 644 983 674 431 1.986 1.921

Total 17.005 19.280 19.830 22.125 23.510 23.025 24.385 24.580

loemr: Fondo Moncurio ImcrnacionM: imernailanal O insocial Smtdoics.

CUADRO 3 En el periodo considerado, 1958-1966, las reservas

globales del Mercado Común Europeo aumentaron
de 12.205.000.000 de dólares en 1958 a 24.440.000.000 en
LAS POSICIONES DE RESERVA EN EL FMI 31 de dielembre de 1966; mientras tanto los Estados
(2958-1967) Unidos sólo alcanzaron la cifra de reservas de
12.205.000.000 de dólares y Gran Bretaña 13.100 mi-
En millones de dólares; fin de período llones.
1958 2.557 1963 3.940
1959 3.250 1964 4.155
1960 3.570 1965 5.376
1961 4.158 1966 6.330
1962 3.795 sept. 1967 5.894
Fondo 3.1 n Inclarn, 1111Crnderional: Internatinnal Staii

CUADRO 5
CUADRO 4

EVOLUCION DE LA LIQUIDEZ MONETARIA

INTERNACIONAL
RESERVAS OFICIALES DE ORO
Mil millones de dólares
Mil millones de dólares
Oro + dial- Oro + di-
iras + posición Oro Reino Unido
visas CEE Estados Unidos
en ei FMI
18
1958 57 55 37 1958 6,5 20,5 2,9
1959 57 54 37 1959 8 19 2,1
1960 60 55 37 1960 9,1 17,5 2,8
62 58 38 1961 11 16,9 2
1961
63 59 38 1962 11,5 16 2,5
1962
66 62 40 1963 12,2 15,3 2,1
1963
68 64 1964 13,1 15 2
1964 40
64 41 1965 14,9 14 2
1965 70
1966 71 65 40 1966 15,1 13 1,8
 Este fenómeno en la marcha de las reservas mun-
diales es consecuencia natural del déficit de las ba-
lanzas de pagos inglesa y norteamericana.
Se discute si la liquidez internacional es la ade-
cuada al crecimiento del comercio mundial o no.
Fueron creados los derechos especiales de giro con-
tra el Fondo Monetario Internacional. Sigue hablán-
dose de la necesidad de un mayor equilibrio de la
balanza de pagos de los Estados Unidos, ya que su
moneda es moneda de reserva. A pesar de todo, la
crisis del sistema monetario internacional persiste.
Los derechos especiales de giro, el patrón de cambio-
oro, el patrón-oro o el patrón-mercanclas no son sino
instrumentos mas o menos mecánicos, incapaces de
solucionar el fondo del problema. La implantación
de un mecanismo capaz de influir positivamente en
la coyuntura monetaria internacional va ligado es-
trechamente a la crisis de ciertas economías occiden-
tales. El actual déficit de la balanza de pagos norte-
americana es, a nuestro juicio, uno de los principa-
les factores del desajuste estructural del sistema
monetario internacional.
Ante la ya tradicional postura belicista de los
gobiernos norteamericanos, el nuevo Presidente de
los Estados Unidos se vera obligado a desarrollar la
política de imponer, como hasta ahora, en el campo
de su economia, una austera política fiscal y mone-
taria, acompañada incluso de controles directos, para
asegurar el flujo de recursos necesario a su sistema
económico e intentar, por otro lado, reducir el im-
pacto inflacionista de los gastos militares crecientes.
La incertidumbre actual en todos los sectores de la
economia estadounidense ha sido originada, y cree-
mos que sera alimentada, muy especialmente por la
política de escalada en los gastos militares.
CUADRO 7
PRESUPUESTO NACIONAL
I e INGRESOS 2 e GASTOS
i ndice anual ajustado es laclonatmente /no mitones de aclares 770
7564
160

152 3
150

Economía U. S. A.: los gastos militares 140

e 130
Las escaladas sucesivas en los gastos bélicos han
obligado al Estado norteamericano a plantearse, du-
rante estos últimos años, el dilema de ¿guerra o paz? 120
Es claro que la dramática interrogante, aunque en .11.11••

estos días pueda parecer que va a decidirse favora-

blemente, no se ha despejado todavía. La llegada de

• •
110
Nixon a la Casa Blanca ofrece, de momento, pocas
esperanzas para aquellos que creían ingenuamente 100
en la paz en eu sudeste asiático y en el Oriente Me- 2
dio.
II
1961
III
III III III III

90
1962 1963 1964 1965 1966 1967
CUADRO 6

SALDOS
m11 "mitones de dotare.
GASTOS EN LA GUERRA DEL VIETNAM
, Asros DEL GOBIERNO
tr.rnestrates ml rmllones de dólares 10
10

. 1 11 II I 9, III o III II
III
GASTOS PRIVADOS

• 10 1
10 1961 961 1963 1964 965 1966 1967

En ci •cunstancias tan de icadas, el crecimiento

económico de los Estados Un'dos se verá paralizado,
cada día más, por las acciones de guerra. Los com-
ponentes civiles y militares de la economía norte-
americana han desarrollado sus propias interaccio-
o nes, condicionando la política estadounidense y vi-
7965 966 1 967 ceversa.


La Economía USA y el S. M. I.

CUADRO 8 CUADRO 9

PRODUCTO NACIONAL BRUTO INVERSION PRIVADA

mil millones dolares 200
mil millones de dólares
805,0 BOO 150

775 109 6
100
750
725 111 50
962 1963 1964 965 966 1967
700
675
650 NVERSION PUBLICA
200
625 771
600 150
575
100
550
1962 1963 ‚964 19 65 1966 967 50
1962 1963 1964 1965 1966 1967

CUADRO 9 bis

VENTAS E INVENiARIOS
mil millones de dotares
140
13730
El precio de la guerra
130
El precio que seguirá pagando el pueblo norte-
americano por las guerras en el exterior no se limi-
tará sólo a la inflación, sino que la carga será aún
mayor cuando la escasez de inversiones y la falta
120
de recursos humanos frene, aún más, el ritmo de
crecimiento económico interior. Este fenómeno sur-
sos señalados a fines de guerra, en lugar de su apli-
gió como consecuencia de la utilización de los recur-
ración a la paz. 110
Ya el anterior Gobierno de los Estados Unidos se
vio forzado a reducir su participación en el conjunto
de /a economía interna, conforme iban avanzando
sus escaladas en el Vietnam. Mientras los gastos mili- 100
tares retrasaban, cada vez más, los desembolsos gu-
bernamentales para fines pacíficos en el interior, las
necesidades básicas del país no eran cubiertas por INVENT ARIO 89 00
la iniciativa privada, quedando rezagadas actividades 90
tan importantes como las renovaciones urbanas, trns-
portes, educación, salud pública, higiene y medicina,
etcétera.
Los gastos dedicados a material bélico no permi- 80
20tirán que la política económica norteamericana se
dirija a la elevación de los medios de vida del país,
según el natural progreso exigido por la sociedad.
No se cubrirán las amplias demandas de una so- 70
ciedad civilizada, siendo función principal de todo
Estado moderno. Mientras esto ocurra, el pueblo se
verá obligado a soportar los costes de la guerra a
través de los impuestos, restricciones monetarias e, 00°.".77.13.1%."
VEN TAS 60
inevitablemente, a través de la inflación.
En 1967 y 1968 la media de inversión habla bajado AJUSTADO ESTACIONALMENTE
apreciablemente debido al alto coste del dinero y al
descenso moderado en la salida de existencias, cuya
acumulación puede ser muy peligrosa para las nue-
I I I 1111111 50
vas autoridades económicas. )962 1963 1964 1965 1966 1967
 CUADRO 11

PROOUCCION INDUSTRIAL
indice: 1957-1959.100
la balanza de pagos norteamericana y Europa 320

Dado que el comercio exterior de los Estados Uni- 310

dos sigue manteniendo un exceso de demanda sobre
la oferta, es probable que las importaciones se elevan
más rápidamente que las exportaciones y precipiten 300
un nuevo descenso de la balanza comercial. La rápi-
da del nivel de precios en los Estados Unidos también
hace pensar en algunas reducciones en el ritmo de 290
aumento de las exportaciones. Si, por otra parte, la
recuperación de las economías occidentles no se pro-
duce con mas rapidez—y no hay síntomas que nos 280
aseguren la pronta recuperación de aquéllas—, los
mercados exportadores norteamericanos no podrán
ser lo vigorosos que desearían las autoridades del
comercio exterior estadounidense. Los socios comer- 270
ciales exteriores de los Estados Unidos están expe-
rimentando una determinada laxitud económica, con
la consiguiente incapacidad para seguir creciendo 260
económicamente, como lo venían haciendo en años
anteriores.
250

CUADRO 10
240

COMERCIO EXTERIOR
rrr; millones de dólares 230
8

7 220

6 210

5 200
+4 5
4
190
3
180
BAL ANZA C OMERCIAL
2
170

• 160
O

150
1 1

v 2 140
- 2. 0
-1-1-1-91-1-1111-%*-
I1 11 3 130
I1 II
I 11 120
21
5
110

6
BALANZA DE PAGOS 100
7 1962 1963 1964 1966
1966 19 67
1
INDICE AJUSTADO ESTACIONALMENTE 1 FRANCIA 2 R.F.ALEMANA nnn
11 I 1 1 1111111111111
1 111 e 3 ITALIA, 4 0 E. C. 0.L. o
5 JAPON
1962 1989 196 4 19 65 19 66 1 967 6 REINO UNIDON.....o U. S. A siabooso
 La Economía USA y el S. M. I.

El lento crecimiento económico, en estos últimos
años, de la mayoría de las naciones occidentales in-
dustrializadas—y no industrializadas—ha producido
un cierto relajamiento en las políticas monetarias y
una baja general del grado de interés en los centros
financieros internacionales.
Como hemos podido apreciar, el crecimiento eco-
nómico en los Estados Unidos se está caracterizando
por: una expansión frenada ante el empuje de los
gastos militares para <defensa», el estimulo especu-
lativo latente en la acumulación de recursos finan-
cieros y los problemas, cada vez más graves, de su
comercio exterior. Todo ello genera una inflación
que se extiende por todos los sectores de la economía.
La actualidad económica de los Estados Unidos está
viciada por una atmósfera cargada de intensos pro-
blemas e incertidumbres que harán, si cabe, todavía
más dificil la programación económica, cara a los
años 1969 y.1970.
CUADRO 12
INDICE DE PRECIOS
índice 1957-1959-,100
118
116 8
116
I12
110
108
4. La linea «duras del nuevo Gobierno no tardará
mucho en formalizarse, máxime después de las
declaraciones de los grupos financieros que
apoyan al nuevo Presidente. A pesar de todo,
cualquier reducción sustancial de los gastos
de »defensa» alterarían radicalmente las con-
diciones del mercado norteamericano, de tal
forma que la programación general, y más en
particular la programación del mercado, obli-
garlan a continuas modificaciones para salvar
las contingencias que fueran presentándose, sin
conseguir nunca racionalidad económica en el
proceso de crecimiento.
Pasado el año 1969, según dicen especialistas nor-
teamericanos, «las empresas que puedan subrevivir
al bache, en las condiciones cambiantes del mercado
que parecen aproximarse, estarán en disposición de
esperar abundantes recompensas cuando el mercado
vuelva nuevamente a sus metas acostumbradas».
Ciertos aspectos con incidencia en el sistema
económico occidental
Después de enumeradas las perspectivas, consi-
dero interesante apuntar ciertos objetivos que, muy
probablemente, alcanzará la economía norteamerica-
na en el año 1969,
1. Los gastos de «defensa» seguirán aumentando
10.000 milMies de dólares al año, aun pensando
que dure im cierto tiempo «el cese de los bom-
bardeos en el Norte».
2. El proteccionismo económico, cara al exterior,
de la futura política económica de Nixon es
la sombra que oscurecerá los escenarios de las
necesidades económicas occidentales.
3. El Estado y los gobiernos locales precisarán de
más gastos para sus propios y difíciles proble-
mas sociales, ya que el nuevo Gobierno estado-
unidense es muy posible que sacrifique el pro-
greso social y racial de su pais al orden público.
4. Es dificil asegurar un alza de la productividad
empresarial bajo las tensiones que parecen ave-
cinarse en el campo laboral,
Interesantes técnicas a corto plazo

106 Como conclusión, cabria hacerse las siguientes pre-

I I I III III III I I I
962 1963 19 64 1965 1966 1967
Perspectivas internas
Enumeramos a continuación las perspectivas que,
a nuestro juicio, se presentan para los meses de
22 1969 en los Estados Unidos:
1. Es posible que sigan los impuestos elevados.
2. A pesar de los altos impiestos, es probable que
el tipo de interés actual 'Permanezca. El crite-
rio político de la Reserva Federal, apoyado por
el Gobierno Nixon—en función de las cifras de
desempleo, aumento de los precios y saldo de
la balanza de pagos—, no es extraño que fuerce
a unas condiciones monetarias tan drásticas y
severas como puedan imponerse.
3. De todas formas, aun con el aumento de los im-
puestos y el alto tipo de interés vigente, ya
está casi garantizado un sustancial grado de
Inflación para 1969. La inflación de costes no
Podrá contenerse, aunque las autoridades mo-
netarias lo deseen, durante el próximo ario.
guntas:
1. ¡Qué tiempo durarán las conversaciones de paz
en París?
104 2. ¡Tiene algún plan el nuevo Gobierno en cuanto
a reconversión de la industria militar?
3. ¡La mayoría demócrata en el Congreso podrá
contrarrestar la previsible política reaccionaria
del partido republicano?
4. ¡Qué política económica puede esperarse del
nuevo Gobierno para evitar la recesión?
5, ¡Cuánto y con qué ritmo aumentarán las de-
mandas sectoriales?
6. ¿Cómo podrán cubrirse esas demandas con la
actual capacidad de oferta?
7. ¡En qué grado el nuevo desempleo puede ser
reducido?
8. ¡Cuánto subirán los precios de consumo?
P. C.
Madrid, abril de 1969.
1 Ver cuadros 1, 2, 3, 4 y 5.
2 Los cuadros del 13 al 12 estän tornados de la publicación
Marketing Review and Forecast, 67-68 («The dactle of lucen-
thre»), editada por Interpublic Group of Compactes, me.,
New York.
 IJOLARES
Y CRISIS MONETA n'A INTERNACIONAL
L" problemas del sistema monetario internacional
constituyen uno de esos temas que, por tan repe-
tidamente tratados obligan siempre a justificar el
que se vuelvan a tocar. En este caso la justificación
podria residir en que, como se intentará demostrar
a lo largo del articulo, dichos problemas no han sido
nunca idénticos a lo largo de la evolución histórica
del sistema, como tampoco lo son ahora.
En un primer momento, en los años cincuenta, la
problemática del sistema monetario internacional se
centraba en torno a la escasez de dólares en los mer-
cados internacionales. Mas tarde, conforme los dé.
ficits de la balanza de pagos norteamericana fueron
deteriorando la situación de esta moneda, las pre-
ocupaciones comenzaron a centrarse en la abundancia
de dólares y en las contradicciones teóricas de un
sistema que, a largo plazo, necesitaría cantidades
crecientes de dólares, cuya propia existencia, en ma-
nos de otros paises diferentes de los propios Estados
Unidos, ponían en entredicho la persistencia del
mismo.
Pero los acontecimientos que se han sucedido des-
de la devaluación de la libra esterlina, en noviembre
de 1967, han dado un nuevo giro al problema, dejando
éste de ser una cuestión teórica con ribetes acadé-
micos para convertirse en un dilema acuciante de
pura supervivencia del sistema. Así, pues, la apre-
ciación de su actual situación dentro del mecanismo
de funcionamiento del sistema, así como la previsión
de su evolución en los próximos meses, constituyen
la única finalidad de este articulo.
Digamos, ante todo, que el sistema que surgió de
los acuerdos de Bretton Woods era lo que teórica-
mente se conoce como un patrón de cambios-oro,
con tipos de cambio fijos y en el que la liquidez del
sistema sería proveída: a) por la producción de oro
anual, y b) por el aumento, por la via de los déficits
de las balanzas de pagos correspondientes, de las
monedas de reserva (el dólar y la libra) en poder de
otros países distintos de Estados Unidos y Gran Bre-
taña. Después de la devaluación inglesa de 1949, y
conforme se fue aproximando la década de los se-
senta, la base del sistema quedarla reducida realmen-
te a dos elementos: el oro y el dólar.
En un análisis del actual sistema monetario inter-
nacional, los rasgos relevantes a corto plazo son la
determinación de la producción anual de oro y el
ajuste de los desequilibrios de las balanzas de pagos:
a largo plazo, la cuestión se centra en la creación de
liquidez y los factores que la condicionan.
I. La producción de oro
A producción de oro está determinada por la de-
•– manda del mismo para fines monetarios y no mo-
netarios y por la marcha general de los precios,
sobre todo los de aquellos paises principales pro-
ductores del metal, Dichos países, y la Unión Sud-
africana, que es el principal productor y es también
el ejemplo mas evidente, deben condicionar gran par-
te de su política interior a la producción de oro,
puesto que cualquier movimiento inflacionista—de
mediana consideración en paises como España, por
ejemplo—sería suficiente para colocar en el margen
un tanto por ciento considerable de sus explotaciones
mineras, ya que la mayor parte de las salidas de la
producción están bajo un precio fijo. Con todo, las
crecientes dificultades técnicas en las minas más
largamente explotadas, los rendimientos físicos de.
crecientes de muchas de ellas y la inevitable ex-
pansión de los costes a partir de 1955 han retirado
muchas de las empresas del mercado, pérdida que
se ha visto compensada por el hallazgo de nuevos
yacimientos y el descubrimiento de técnicas de más
bajos costes.
Naturalmente que la simple admisión de un precio
fijo para el oro implicaba, salvo que hubiera grandes
progresos técnicos o se descubrieran una ingente
cantidad de minas nuevas más rentables, la paulatina
disminución de su producción. El proceso podía ha-
berse paliado—como ha sucedido en parte—por una
deflación controlada en los paises productores. Pero
es indudable que tal política sólo se llevarla a efec-
to mientras fuera económicamente rentable. Cuando
dejara de serio, las minas de oro acabarían cerrán-
dose.
De hecho, la aparición de otro fenómeno es lo que
ha impedido que las cosas sucedieran tal y como era
de prever. Este fenómeno ha sido la ampliación del
mercado libre del oro. Con la declaración de plena
convertibilidad de las principales monedas europeas,
la demanda de oro por parte de los atesoradores
del metal ha sido creciente, tanto mas, lógicamente,
en aquellas épocas de inestabilidad del sistema mo-
netario. De este modo, gran parte de la producción
minera ha ido a satisfacer demandas privadas, siem-
pre, naturalmente, que el precio del metal en el mer-
cado libre estuviera por encima de 35 dólares la onza.
Conscientes del peligro que encerraba la dispari-
dad entre el precio libre y el oficial del oro, siete
países 2 se organizaron, después del «Gold rush» de
1960, dentro del llamado «Pool» del oro, con el fin
de intervenir en el mercado libre para ajustar su
precio al nivel del oficial. Es conocido que en la ac-
tualidad—desde el 16 de marzo de 1968—el Pool ha
dejado de intervenir en el mercado, dando paso a
lo que se ha llamado sistema de doble precio del
metal 3. En estas condiciones, la producción se en-
cuentra prácticamente sin salida en estos momen-
tos, o tiene la oficial, puesto que, de hecho, la mayo-
ría de los grandes paises han acordado no comprar
el oro sudafricano para obligar a dicho país a ofre-
cerlo al mercado libre. Tampoco está claro, pese a
que parece que así debiera ser, que el F. M. I. vaya
a comprar el oro a 35 dólares la onza, debido a la
presión norteamericana. Queda, claro está, el merca-
do libre, pero aquí es donde la Unión Sudafricana
no quiere operar.
• POR qué? La razón es clara. La Unión Sudafricana
4 1 supone, y los hechos parecen darle la razón. 23
que el precio oficial del oro está lejos de ser el que
realmente regirla en el caso de existir una absoluta
libertad en el mercado. Por otra parte, la actual ines-
tabilidad y la general desconfianza hacia muchas de
las mas importantes monedas permiten aceptar los
riesgos inherentes a una política de restricción de
la oferta. En todo caso, de cualquier posible crisis del
sistema monetario así originada, la Unión Sudafrica-
na no obtendría sino beneficios, pues no cabe pensar,
a corto plazo, ni en una baja del precio oficial del
oro ni en la desmonetización del metal.
 DOLARES
y crisis monetaria internacional
Es dificil prever cuál será el resultado final de
esta tensión entre la Unión Sudafricana y los Esta-
dos Unidos. Tal vez un compromiso en la línea suge-
rida por Emminger fuera la mejor solución a corto
plazo; pero, sea el que sea el desenlace a que se
llegue, de no subir el precio del oro, o de no permitir
una corta fluctuación del cambio del dólar respecto
al oro (lo cual es tanto como decir tipos de cambio
flexibles), la incompatibilidad de un precio fijo—que
en estos momentos hace sentir una escasez relativa
de oro—con unos costes en alza habrá de tener los
efectos previsibles sobre la producción del metal en
los próximos años. En cuanto al llamado doble mer-
cado, casi no hace falta decir que ha de ser, por de-
finición, una situación transitoria.
II. Los tipos de cambio
i. mantenimiento de los tipos de cambios fijos—que
E sólo pueden modificarse por desequilibrios en la
balanza básica—implica que los déficits o superávits
de un país con respecto al resto del mundo han de
corregirse por la via de los precios y rentas interio-
res y, o también, por el drenaje o afluencia de liqui-
dez internacional. Ambas cosas son coadyuvantes.
Si un país mantiene un déficit en su intercambio
con el exterior, el aumento de la oferta externa
tenderá a reducir los precios y rentas monetarias
internas, pero mientras tanto el drenaje de divisas
por la via del déficit reducirá las disponibilidades
líquidas y, por tanto, la disposición interior al gasto.
Con frecuencia, sobre todo si el nivel de divisas no
es demasiado elevado, este proceso es lo suficien-
temente lento como para que, en ausencia de otras po-
sibles complicaciones, el país pueda perder todas
sus reservas sin haber alcanzado e) equilibrio en su
balanza de pagos. En consecuencia, si esto presenta
problemas que el Gobierno no está dispuesto a en-
frentar—y es lo que normalmente ocurre—, éste se
verá obligado a: 1) acelerar el proceso interno de
ajuste, controlando a la vez la caja de reservas;
2) atraer capitales a corto plazo; 3) a modificar el
tipo de cambios, ó 4) a un conjunto de medidas
que impliquen algunas o todas estas vias.
Por supuesto, todas estas posibilidades no están
igualmente abiertas, ni indefinidamente abiertas a
todos los paises. Los subdesarrollados, sin mercados
financieros importantes ni seguros, no pueden en
casi ningún caso recurrir a atraer capital a corto
plazo que ajuste—aunque sea momentáneamente y
mientras otras medidas entran en juego—sus des-
equilibrios. A cambio, los países importantes en este
sentido no pueden permitirse el lujo de cambiar de
24 paridad con frecuencia, porque si lo hicieran, sus
mercados de capitales dejarían de ser atractivos para
los movimientos de fondos a corto plazo. Por otra
parte, cualquiera de las medidas implica de alguna
manera a las otras. No es posible acelerar el proceso
de ajuste si no es por medio de una deflación con-
trolada que implica normalmente elevación de los
tipos de interés, sobre todo a corto plazo. No es tam-
poco posible elevar éstos con el fin de atraer fondos
a corto plazo sin provocar algún tipo de presión de-
flacionista. El grado de libertad es mayor si el Go-
bierno considera la medida de modificar el tipo de
cambio. Ahora bien, una devaluación implica, en
principio, un aumento considerable de los costes de
aquellos productos nacionales en cuya elaboración
intervengan de manera importante bienes de proce-
dencia exterior y, por tanto, toda devaluación lea
consigo implícito el riesgo de ser neutralizada si a
la vez no se toman medidas de carácter restrictivo
para detener el posible aumento de precios. Con todo,
la modificación de la paridad es, por definición, sólo
la última posibilidad.
Existe todavía una solución poco ortodoxa al pro-
blema propuesto. Esta seria la restricción cuantita-
tiva de las importaciones, acompañada o no de un
control de los cambios. Internacionalmente, este
tipo de medidas gozan de muy poca popularidad, y
suelen afectar de modo importante las entradas de
capitales extranjeros en el pals que las toma. Por lo
demás, en una situación general de desconfianza,
pueden provocar medidas paralelas de los paises
más afectados, que no harían sino contraer el volu-
men de comercio mundial y exportar de uno a otro
la deflación, de la que cada país quiere protegerse,
perdiendo en conjunto todos ellos más de lo que
hubieran perdido en el caso de mantener politicas
liberales ,
nESPUgS de la segunda guerra mundial, y sobre todo
a partir del auge experimentado en el mundo
occidental con la guerra de Corea, la progresión del
comercio mundial hizo sentir una escasez de dólares
que motivó no menos literatura que la actual abun-
dancia. Sin embargo, en aquel tiempo el dólar era
la única moneda internacional en sentido estricto.
Por esta razón, los déficits acumulados entre 1950
y 1958—con la sola excepción del superávit regis-
trado en 1957, consecuencia directa del aumento de
las exportaciones petroleras, debido a la reapertura
del canal de Suez—no supusieron ningún peligro
para el dólar ni—pese a que disminuyeron—para las
reservas de oro de los Estados Unidos. El panorama
cambió de signo en 1958. No es que los déficits poste-
riores fueran mucho más elevados que los del periodo
anterior—aunque sin duda lo fueron—, sino que.
con la convertibilidad plena de las principales mo-
nedas europeas, la posibilidad de colocar fondos en
otros mercados monetarios distintos del americano
tan pronto como el dólar estuviera a descuento in-
trínseco, permitió el desarrollo de rumores de des-
confianza que en 1960 se convirtieron en corrientes
claramente especulativas concretadas en la coloca-
ción de fondos en divisas distintas del dólar y en el
oro mismo, como ya hemos dicho anteriormente. De
este modo, la asimetría en la posición norteameri-
cana respecto al ajuste de la balanza de pagos fue
desapareciendo, aunque no la mentalidad que la si-
tuación anterior había originado.
Los acontecimientos de los últimos años, sin em-
bargo, han puesto de manifiesto que la situación cla-
ramente ventajosa de los Estados Unidos no será
tolerada por las cada vez más fuertes autoridades
monetarias europeas. El proceso ha sido demasiado
complicado como para poder hacer una síntesis his-
tórica de pocas líneas. La distensión entre los dos
bloques, conforme la política aperturista de Rusia y
los Estados Unidos fue dando frutos, el afianza-
miento de la Comunidad Económica Europea como
un gran mercado competidor del de los Estados
Unidos, la misma política más independiente que
De Gaulle representaba, el enquistamiento del pro-
blema del Vietnam en la política exterior norteame-
ricana, fueron todos ellos acontecimientos que ayu-
dan a explicar el cambio en el enfoque del problema.
La pérdida de oro norteamericana—sus reservas
se han reducido a la mitad desde 1958—debido a las
conversiones de dólares por parte de los Gobiernos
de otros países, es ahora un motivo de preocupación
en la política norteamericana. Las medidas Johnson,
tomadas en enero de 1967, son buena prueba de ello.
Sin embargo, aunque esto implica que ahora los
Estados Unidos, como los demás paises, se ven obli-
gados a adoptar políticas de carácter deflacionista
en el caso de déficit, o a renunciar a objetivos de
política exterior, subsiste una diferencia de grado
todavía muy notable. ¿Por qué es previsible supo-
ner que Europa convertirla «demasiados» dólares
en oro, siendo, como es, consciente de las conse-
cuencias de tal operación?, o, tomados los paises in-
dividualmente, ¿realizarían semejante operación Ale-
mania, Italia, Gran Bretaña, o la actual Francia des-
pués de mayo, sin romper la linea de su política con
los Estados Unidos?, o, para llegar al fondo de la
cuestión, ¿estarían dispuestos a reest, ucturar su
política exterior respecto a dicho país?
Esta misma evolución en la política de ajuste de
la balanza de pagos, sin embargo, pone en peligro
todo el sistema monetario internacional, pero por
otros motivos. De este modo enlazamos con el pro-
blema del suministro de liquidez del sistema a
largo plazo.
III. La liquidez
PSTE ha sido, sin duda, el aspecto más trätado del
actual régimen de pagos; tal vez porque es el
que presenta la contradicción más evidente. De hecho
la producción de oro es insuficiente—aunque se uti-
lizara únicamente para fines monetarios—para mo-
vilizar por si misma los incrementos que han venido
produciéndose en los pagos internacionales, tanto
comerciales como financieros, desde 1945. Si el precio
del oro se sigue manteniendo fijo y se prevé un
aumento del intercambio internacional, dicha produc-
ción será con el transcurso del tiempo cada vez
más escasa en relación con la necesidad que se sien-
ta de ella. En consecuencia, salvo que se quiera ver
una general restricción de los pagos y del comercio,
habrá de proveerse de liquidez al sistema por otras
vías, o aumentar el valor de las reservas líquidas ya
existentes en comparación a los bienes y servicios
y otros activos que puedan comprar, o hacer des-
aparecer la actual necesidad de reservas. En el pa-
trón de cambios oro sólo la primera posibilidad es
consistente con el sistema mismo. La segunda, impli-
caría la elevación del precio del oro, y la tercera, la
creación de tipos de cambio fluctuantes que desvir-
tuaría la esencia de un patrón de esta naturaleza.
Por consiguiente, si el sistema ha de ser consecuente
consigo mismo, el único modo de aumentar la liqui-
dez consiste en el déficit de las balanzas de pagos de
los países con monedas de reserva, y esto implica,
por el proceso antes descrito, la desconfianza en el
dólar y el aliento de la especulación.
Una revisión del presente
C ONOCIDAS las características del sistema, vamos a
s.--• repasar las circunstancias por las que está atra•
vesando actualmente. En primer lugar está el pro-
blema del oro en la base del mismo. El precio del
metal en el mercado libre ha alcanzado las tasas
más altas desde la crisis del pasado marzo en los
dos últimos meses. La táctica de Estados Unidos de
obligar a la venta del nuevo oro a la Unión Sudafri-
cana no parece que vaya a tener un éxito inmediato,
tanto menos si este país obtiene créditos en el exte-
rior, como parece probable. No es necesario decir
que mientras la actual situación persista, cualquier
crisis parcial o total es más probable que nunca.
La balanza de pagos estadounidense, que en 1968
se saldó con un ligero y engañoso superávit, no es
probable que registre los mismos resultados en este
año de 1969. La inflación seguirá tirando con fuerza
de las importaciones—que en 1968 aumentaron en
la escalofriante cifra de 6.722 millones de dólares—,
y salvo que concurran circunstancias tan anormales
como las del pasado año, un déficit es el resultado
que se debe esperar. Desde el punto de vista del sis-
tema en su conjunto, tal vez esto sea mejor que una
repetición de los sucesos de 1968. Pero esto es algo
que difícilmente puede decidirse de antemano.
En los próximos meses, por tanto, los problemas de
base seguirán siendo los mismos, y lo más probable
es que persista la inestabilidad ahora existente. La
tendencia especulativa, aunque de modo menos apa-
rente, subsiste. Los actuales acuerdos sobre «recy
dage» de fondos especulativos son poco más que
buenas palabras. Sin embargo, no hay que echar
sobre la especulación la responsabilidad de esta si-
tuación, que se debe a la propia naturaleza del siste-
ma y a la incapacidad política de los grandes gobier-
nos para llevar a cabo compromisos que pueden
afectar desfa v orablemente a los mayores grupos fi
nancieros del mundo.
Entre tanto, los Gobiernos han echado mano
los instrumentos más fácilmente utilizables para
ellos: los tipos de interés. La general elevación de
los mismos, iniciada en el otoño pasado, habrá de
mantenerse durante un tiempo incalculable. Dicho
de otro modo, en las actuales circunstancias resulta
imposible prever cuándo será factible bajar dichas
tasas, mientras que es previsible esperar futuros
aumentos ante la más mínima ola de especulación.
También los observados desequilibrios en las pa-
ridades monetarias siguen en pie. El marco alemán
continúa supervalorado, pese a los impuestos que se
introdujeron sobre importaciones y exportaciones en
el mes de noviembre. Hay que reconocer que, se
quiera o no, el marco sigue valiendo oficialmente lo
mismo y el especulador sigue creyendo que antes 25
o después tendrá que valer más. No es cuestión.
por otra parte, de decidir si es el Gobierno alemán
quien debe revaluar su moneda o son los demás los
que están obligados—por no haber detenido a tiem-
po su propia «inflación»—a devaluar las suyas. El
hecho es que la situación se mantiene y hay para
pensar que si en noviembre todas las presiones in-
ternacionales no valieron nada para revaluar el
marco, menos probable es que vaya a tomarse tal me-
dida en 1969, año de elecciones en la República Fe-
deral.
 DOLA RES
y crisis monetaria internacional
Menos favorable es la situación del franco francés
y de la libra esterlina. Esta última moneda es la más
débil, en general, de todas las que podríamos llamar
«divisas claves». Por el amplio uso que todavía se
hace de ella--después del dólar es la moneda más
utilizada en los pagos internacionales—es difícil para
las autoridades británicas intervenir, sin grandes gas-
tos, en su mercado de cambios, y prácticamente im-
posible controlarla totalmente. Por otra parte, su
larga historia de frustraciones, desde 1925—año en
que la libra volvió al patrón oro de la mano de
W. Churchill, entonces canciller del Exchequer—,
ha generado un aura de desconfianza en torno a
ella que hace que cualquier movimiento en la parte
más lejana del mundo haya de tener repercusiones
sobre la cotización de la esterlina.
Cuanto mas si estos movimientos suceden, como
ahora están sucediendo, al otro lado del canal.
i. franco francés forma un mundo mitológico to-
E talmente aparte. Uno sospecha que en Francia
no se ha sacado conclusión alguna de los sucesos
de mayo y de noviembre. La politica de prestigio
por la que parece haberse encaminado el Gobierno
francés no puede ser mas extrañamente irracional
que lo está siendo. Lo que pretende sencillamente es
lanzar un aumento enorme de las exportaciones, dis-
minuir el empleo, decrecer de este modo las tensio-
nes laborales internas y evitar aal la devaluación.
Pero todo ello, difícil como es, resulta totalmente im-
posible si se tiene en cuenta la dramática marcha
ascendente de los precios. Porque en estos momen-
tos a lo que los sindicatos prestan mas atención es
al desgaste que están sufriendo en las alzas del sala-
rio real obtenidas el pasado ario, tras los disturbios.
Por eso sus peticiones para esta primavera se perfi-
lan escalofriantes.
El Gobierno gaullista—no se trata de ningún chis-
te—contesta a las presiones sindicales que, de acep-
tar todas sus peticiones, se verá obligado a devaluar
el franco. Todo hace pensar que semejante ingenui-
dad, en los tiempos que corren, no puede ser sino
la incapacidad absoluta, por parte del Gobierno, para
salir de la situación actual desde los prejuicios impe-
rantes. Por consiguiente, si el franco devalúa, hay
que suponer que arrastrara consigo a la libra y a
una serie importante de monedas, entre las cuales
puede contarse la nuestra.
En principio, el dólar podrá beneficiarse de esta
debacle, pero si no devalúa simultáneamente—aun-
que en menor proporción—, su situación sera más
delicada que nunca, puesto que estará supervalorado
frente a muchas monedas, lo cual incidiría sobre la
marcha de la balanza de pagos norteamericana. La
cuestión está en apostar por la devaluación o no del
franco y a continuación, en hacer de necesidad vir-
tud y, aprovechando el desorden reinante, reajustar
26 a niveles mas cercanos a la realidad las paridades de
todas las monedas.
¿Qué puede pasar entretanto? No demasiadas co-
sas. No cabe esperar la reunión de una conferencia
monetaria para tratar del problema, porque esto des-
ataría una ola de especulación. Por lo que hasta ahora
se ha visto, tampoco cabe suponer ninguna actitud
radical de parte de la Administración Nixon No es
probable que eleve el precio del oro, porque la dere-
cha reaccionaria, aducirla el enorme beneficio—por
lo demás, cierto—que Rusia y China obtendrían de
tal operación. Tampoco puede lanzarse, al menos sin
muchos cuidados, por la propuesta de ampliación de
las bandas de fluctuaciones de los tipos de cambio,
porque, aparte de no ser popular, no está de acuer-
do con su misma filosofía—que no es precisamente
la de Mr. Friedman.
Presionará, sin embargo, por la puesta en práctica
de los derechos especiales de giro sobre el F. M. I.,
y probablemente llegara a algún acuerdo con los de-
más miembros dentro del grupo de los «diez» para
ampliar la red de «swaps», actualmente en vigor.
Esperar mucho más de esto en /os próximos doce
meses entra casi en el terreno de la utopia. Nada
que signifique una variación esencial del sistema
habrá de ser acordada, y, por supuesto, un cambio
radical del mismo, siguiendo, por ejemplo, las huellas
del Plan Keynes, es absolutamente inimaginable en
un plazo próximo,
I ASúnicas soluciones al actual sistema en los pró-
ximos mesen son, pues, solamente parches: un
compromiso Estados Unidos-F. M. I.-Unión Sudafri-
cana para la venta del oro, una reorganización, si
es posible, de las paridades entre las monedas prin-
cipales y la puesta en funcionamiento de los dere-
chos especiales de giro. Probablemente acuerdos so-
bre ampliación de los cswaps, y algún tímido inten-
to de instrumentar el famoso arecyclage). Y muy
poco más.
Con todo ello, el sistema podrá seguir renqueando
algún tiempo más—si cambia el signo de la balanza
de pagos norteamericana—, hasta la próxima crisis,
cuyos resultados se anuncian funestos para el propio
sistema.
Pero, esto si, convendrla que todas las medidas
dadas aquí como previsibles se llevaran a la práctica
en el plazo más breve posible, porque en estas situa-
ciones el mero transcurso del tiempo suele ser un
factor en contra.
E. E.
NOTAS
1 Las propuestas de reforma más significativas han sido:
a) Entre las moderadas:
— extensión de las facilidades crediticias (que desem-
bocó en los acuerdos de .swap. dentro del grupo de
los .ellez»):
— mantenimiento de reservas reciprocas (R. Rosas);
— ampliación de) número de monedas de reserva (Mul-
tiple Key-Currency System) (F. A. Lutz) ;
— una combinación de los dos anteriores (Posthuma y
E. Bernstein):
— los Derechos Especiales de Giro, que probablemente
se pondrá en práctica este año, cuyo origen está en
/a idea de 34. Stamp de certificados denominados de
oro—pero no convertibles en oro—, emitidos por
el F. M. I.
b) Entre los más radicales:
— la propuesta de transformación del F. M. 1. en una
especie de banco mundial (R. Triffin);
— la transformación de un patrón-oro puro (J. Rueff);
— dicha transformación, previo aumento sustancial del
precio dei oro;
— aumento del precio del oro dentro del sistema ahora
existente;
— integraciones financieras (J. Ingram);
— sistema de cambio-dólar;
— sistema con tipos de cambio flexibles.
2 Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, Suiza, Gran Bretaña y
Estados Unidos.
3 Como alguien ha dicho de él, ni hay doble precio—el
oficial no cuenta—ni es tal sistema, puesto que no existe rela-
ción entre el mercado libre y el oficial.

LA DINAMICA
del Fondo Monetario internacional
y la evolución de su política
análisis de las lineas generales de evolución del
E" F. M. I. desde su fundación es altamente signifi-
L'
cativo tanto para valorar la capacidad del actual sis-
tema en la resolución de los problemas que tiene
planteados en este momento como para analizar su
poder de adaptación a las cambiantes circunstancias
de la economía mundial. El objetivo de este articulo
es esencialmente descriptivo e intenta hacer ver cómo
en economía, de igual forma que en política, se pro-
duce una tendencia hacia la «erosión de las organi-
zaciones en la practica del poder> como consecuen-
cia del diario roce con la realidad y del proceso de
adaptación a la misma; erosión reflejada en una rela-
jación de los sólidos principios fundamentales que
hoy, al cuarto de siglo de la conferencia de Bretton
Woods, puede analizarse objetivamente Independien-
temente de cómo el autor valore desde un punto de
vista político y económico general el sistema mone-
tario internacional I , es claro que el Fondo ha sido,
en general, un instrumento relativamente flexible en
manos de las economías occidentales, aunque más o
menos insuficiente,
1. Las características básicas del sistema en su
nacimiento
omo es bien sabido, el actual sistema monetario
internacional se caracteriza por tener tipos de
cambio fijos, aunque ajustables, y porque los países
mantienen sus reservas tanto en oro monetario como
en dólares y otras divisas—marcos, libras, francos,
etcétera—consideradas fuertes, siendo su antece-
dente más remoto la conferencia de Génova de 1922
y el más próximo la conocida de Bretton Woods 3.
El F. M. I. ha tenido desde su nacimiento una ca-
racterística indiscutida: ser defensor de los tipos de
cambio fijos. Las razones aportadas en su defensa
han sido muy variadas, pero esencialmente pueden
resumirse en las siguientes: la experiencia de cam-
bios libres entre 1929 y 1939 en el mundo occidental
no fue muy satisfactoria, el abandono del patrón-oro
coincidió con el desencadenamiento de una fuerte in-
flación en Europa, los tipos libres facilitan la especu-
lación y pueden, además, constituir un freno a las
importaciones extranjeras, así como a nuestras ex-
portaciones, y, por último, el temor a las devalua-
ciones competitivas ha sido una constante para los
rectores del Fondo. Si a esto se une la escasez pro-
gresiva de oro monetario y la posibilidad de movi-
mientos de capitales a corto plazo especulativos,
quedan apuntadas las razones esenciales esgrimidas
a favor de los cambios fijos.
El criterio inicial del F. M. 1. fue altamente restric-
tivo en esta materia, ya que sólo permitía oscilar el
tipo de cambio en un 0,5 por 100 a cada lado de la
paridad oficial.
Otra característica básica la constituye el hecho
de que el F. M. I. no opera con descubiertos, razón
por la cual sus fondos y fuentes de financiación ad-
quieren una importancia primordial. Los recursos
de que dispone el Fondo están constituidos por las
cuotas de los países miembros, fijadas en su fun-
dación mediante un complejo cálculo, que incluía va-
riables tales como la renta nacional, las reservas en
oro y dólares, variaciones de las exportaciones e
importaciones, etc. Estos fondos deberían utilizarse
solamente en préstamos condicionados a paises con
dificultades coyunturales en sus balanzas de pagos
por la existencia de déficits en sus operaciones por
cuenta de renta y, por tanto, no se financiarían en
Julio Segura Sánchez
ninguna medida movimientos de capital. Por último,
las limitaciones a la obtención de créditos eran drás-
ticas: dentro de un año ningún país podria obtener
un crédito superior al tramo-oro de su cuota (25 por
100 del total) y el conjunto de sus operaciones no
podía dar lugar en ningún momento a que el
F. M. I. mantuviera unas existencias en moneda na-
cional superiores al doble de /a cuota del país co-
rrespondiente.
Por último, las exigencias del F. M. I. ante una
variación del tipo de cambio eran muy fuertes, pu-
diendo denegarse en caso de ser superior al 20 por
100, imponer condiciones restrictivas al país en caso
de que se encontrara entre el 10 y el 20 por 100,
teniendo que conocer con tres días de antelación las
inferiores al último porcentaje.
En consecuencia, en su nacimiento, el F. M. I. po-
dría caracterizarse por las siguientes propiedades:
1. Fijeza de los tipos de cambio.
2. Operar siempre sobre los fondos obtenidos
por las cuotas y nunca sobre descubiertos.
3. Financiación de déficits por cuenta de renta
y concesiones muy restrictivas de créditos frecuen-
temente acompañadas de la imposición de políticas
internas de estabilización.
4. Fomento de la multilateralización de los pagos
y el comercio 3.
2. ¡Tipos de cambio fijos o flexibles?
D ADO que una de las dificultades esenciales del ac-
tual sistema monetario internacional es la es-
casa liquidez que tanto hoy como potencialmente
para el futuro puede movilizar, existe una cierta
presión a favor de los tipos de cambio libres. En este
punto la postura del F. M. I. ha sido inflexible, por-
que su misma existencia depende de esta fijeza, y
sobre ella se encuentra articulado todo el sistema
monetario. En efecto, una organización con tipos
plenamente libres, donde la cotización de cada mo-
neda en relación al oro monetario viniera dada por
la oferta y demanda de la misma en los mercados
internacionales, no exigiría el mantenimiento de re-
servas para saldar los desequilibrios de las balanzas
de pagos, sino de simples variaciones del tipo de
cambio—apreciaciones del mismo ante superávits y
devaluaciones con los déficits—. Las excelencias de
los tipos de cambio libres están siendo en la actuali-
dad destacadas especialmente por los te6ricos—Mach-
lup, Friedman y Meade, partidario de la flexibilidad
controlada—, pero desechando cualquier posibilidad
en esta dirección, si es de advertir que tanto la ex-
periencia histórica de entreguerras como la política
del F. M. I. en este cuarto de siglo apuntan hacia
una cierta flexibilización.
Es difcil decidirse sobre la opción de tipos libres
pues la experiencia existente está sesgada o ha sido
escasa y corta. Respecto de la época de entreguerras
es cierto que los periodos de cambios libres—Gran 27
Bretaña entre 1931 y 1932, Estados Unidos en 1933
y 1934 y Francia entre 1937 y 1938—estuvieron siem-
pre acompañadas de fuertes fluctuaciones, de mo-
vimientos especulativos de capital a corto plazo y
de operaciones de los paises respectivos a través de
fondos de estabilización que, a pesar de su nombre,
tenían como finalidad más bien evitar la revaluación
de las divisas respectivas, es decir, indirectamente
estuvieron acompañadas de prácticas no revaluato-
rias competitivas. También es cierto, sin embargo,
que esta experiencia no es concluyente, porque en
-
1su-
 La dinamiea del M. I.
y la evoluci6n de la política
aquel periodo la cooperación monetaria internacio-
nal se encontraba en un nivel mucho mas bajo—fue
la época dorada del bilateralismo—, y porque los
,listIntos paises acababan de salir del patron Oro,
que no habla constituido precisamente un modelo de
estabilidad, y de una profunda crisis mundial.
Las experiencias posteriores, existiendo ya el Fon-
do Monetario Internacional, fueron las de México
en 19 .18 y Canadá en 1950. Ambas son cortas, y sólo
la segunda puede aportar alguna luz, porque el pri-
mer País no disimula de un mercado de capitales pro-
fundo ni de una divisa respetada Internacionalmente.
experiencia canadiense es, cuando menos, contra-
dictoria, va que los movimientos del tipo de cambio
no sigub ; ron las ma-mas teóricas respecto de la si-
tuación de la balanza de pagos canadiense.
Sin embargo, lo significativo a nuestros efectos es,
ilejando aparte la utópica libertad de cambios, ver
cómo el criterio altamente restrictivo del F, M. I.
al comienzo de su vida se vio posteriormente flexi-
bilizado, ya que la variación del 0,5 por 100 a cada
lado de la paridad se vio aumentada en 1919 a un
0,75 y diez años después Si' aceptaron movimientos
de hasta el 1 por 100, con lo que los márgenes de
ajuste se duplicaron. La flexibilización, aunque pe-
queña, es significativa. En efecto, el problema plan-
teado no es tanto el de cambios libres, Persas fijos,
como el de encontrar un margen de variación que
permita a los paises cierta flexibilidad de maniobra,.
lln tipo con laica holgura supone que los miembros
del Fondo se comprometen a controlar drästicamente
su economía en aras del mantenimiento del tipo de
cambio, ya que un fuerte ritmo de crecimiento de la
producción y renta nacionales repercutiría necesa-
riamente en presiones sobre la demanda y alimentos
salariales, que, al elevar los precios, afeetarian des-
favorablemente a la balanza de pagos y, por tanto, a
las reservas y tipo de cambio fijo. Por tanto, el roan.
tenimiento estable de este exige fuertes medidas
tahilizadoras, que, especialmente en los paises atra-
..idos, suponen un freno al desarrollo económico. En
el otro extremo también es cierto que es dificil pen-
sar en un país con un fuerte ritmo de crecimiento y
un tipo de cambio que empeore progresivamente,
porque esto frenaría las importaciones, paulatina-
mente mas caras en términos de moneda nacional,
y acabaría por cortar el proceso de desarrollo.
En conseettencia, la flexibilización de la política
del E. M. 1 en el campo de la variación de los tipos
de cambio parece apuntar—especialmente si la ten-
dencia se mantiene en el futuro como cabe esperar—
hacia tina mayor compaginación entre la estabilidad
interbir e internacional que permita un mayor mar-
gen de actuación a las autoridades nacionales. In-
cluso las condiciones de plazo y cuantía para la acep-
tación 'le devaluaciones se han visto flexibilizadas
tanto en evitaciOn de movimientos especulativos de-
bidos a una posible filtración informativa como por
28 la mayor independencia de las autoridades nacio-
nales, ya señalada.
3. Los problemas de financiación
s opinión generalmente aceptarla que los recursos
F con que cuenta el E. M. I. son escasos en compa-
ración con sus necesidades. La ampliación de los
mismos puede venir por la via del aumento de cuotas
ó mediante nuevos instrumentos de crédito, es decir,
por medio de una mayor agilidad en la administra-
ción de los recursos financieros. El primer punto se
ha materializado reiteradamente por la triplicación
de cuotas experimentada en el periodo 1947-1968, en
el que las elevaciones generales del 50 y 25 por 100
se han producido en 1959 y 1965, respectivamente,
acompañadas de fuertes aumentos individuales de
cuotas en los distintos años. Esto, sin embargo, no
supone una novedad respecto a los principios rec-
tores del Fondo, y por ello nuestro análisis se ocu-
pará esencialmente de los nuevos instrumentos y,
en particular, de la medida en que han supuesto vio-
laciones más o menos encubiertas de los rígidos prin-
cipios fundacionales, apuntados en el epígrafe 1 8.
Hasta 1950, la política del F. M. I. fue muy estricta
y el saneamiento internacional del periodo 1950-56
trajo consigo una considerable disminución de las
operaciones crediticias de la institución que en el
último año no superaron los 30 millones de dólares.
Posteriormente, con el consiguiente crecimiento de
las operaciones del F. M. I., en parte debidas a las
dudas sobre el dólar tras 1957 y a la proliferación de
divisas convertibles—al menos externamiente—tras
1958, asi como al aumento de los mercados de ca-
pitales internacionales, la politica crediticia se ha
flexibilizado en gran medida. Se han alargado táci-
tamente los periodos de readquisición de las mone-
das, y se han facilitado créditos por encima del tra-
mo-oro con gran liberalidad en menos de un año e
Incluso se ha superado a veces la limitación sobre
tenencias no superiores al 200 por 100 de moneda
nacional en manos del Fondo.
I,os momentos clave de esta ampliación de ope-
raciones crediticias son 1952, año de aparición de la
modalidad stand-by: 1961, fecha en que se acor-
daron las operaciones swap; 1903, con la creación
de la financiación compensatoria de los ingresos por
exportaciones, y, por último, 1968, con la reciente
aparición de los derechos especiales de giro (D. E. G.).
Todos estos instrumentos suponen tanto intentos
de dotar al Fondo de mayor capacidad de maniobra
como reducciones significativas de los niveles de
purismo en sus operaciones financieras.
Los créditos stand-by consisten en convenios según
los cuales un pals se asegura la asistencia del Fondo
en caso de que, en fecha cercana, necesite créditos
del mismo, comprometiéndose a readquirir las mo-
nedas obtenidas en un plazo no superior a tres años
—aunque hoy haya aumentado en ciertos casos. La
práctica normal es que tengan validez por un ario, y,
Icor supuesto, constituyen una fuente de liquidez con-
dicional, porque han de explicltarse las razones de
su uso. Tiene una doble finalidad: asegurar la ayu-
da futura y, ademas, dar confianza a la moneda
nacional, ya que suponen un respaldo garantizado
icor el sistema internacional. Su utilidad ha sido
grande—fueron, por ejemplo, utilizados por España
en el Plan de Estabilización—, y el aumento de estas
operaciones ha ido acompañado de una mayor rela-
jación de sus condiciones, ya que hoy día se conceden
con gran facilidad, aun cuando superen el tramo-oro
de crédito.
Los convenios bilaterales swap consisten en la ad-
quisición (venta) de divisas al contado a cambio de
la venta (compra) de las mismas a futuro. Su uso
es, por definición, estrictamente temporal, y la obli-
gación de readquisición está implicita en la propia
naturaleza del crédito 8. Es significativo destacar que
estas operaciones constituyen lo que, en purismo,
podríamos llamar flagrantes violaciones de los pun-
tos fundacionales del E. M. I. Por una parte, se utili-
zan en la compensación de movimientos desestabi-
 lizadores debidos a flujos de capital y no en opera-
ciones de renta a las cuales se restringía en principio
la ayuda crediticia del Fondo. Por otra parte, consti-
tuyen acuerdos bilaterales, contrarios a la multila-
teralización, aunque el control que el F. M. I. realiza
permita abrigar ciertas esperanzas de que sólo sean
admitidos en función de las necesidades de la comu-
nidad de paises signatarios. Por Ultimo, aunque su
naturaleza es estrictamente temporal, Denso la de
todas las operaciones del Fondo, han sido consolida-
dos numerosas veces„v hoy dia representan una
cuantia superior a los 10.000 millones de dólares. Es
también importante destacar que pueden utilizarse
—como parece ser que lo está haciendo Francia aho-
ra—para encubrir pérdidas de divisas por un cierto
plazo, ya que programando acertadamente una red
straps, un pass puede ocultar sus perdidas, v, rein-
tegrandolas cuando éstas se compensen, aparecer con-
tablemente como estable en reservas.
Los acuerdos de Jimia muriendo compensatorio for-
man parte de un complejo mucho más amplio de ope-
raciones que salen del objetivo de este articulo, ya
que constituyen medidas financieras de apoyo a
paises cuyos ingresos por exportaciones son esencia-
les y que, por motivos coyunturales—especialmente
caldas de precios internacionales—, han visto dismi-
nuidos drasticamente éstos. Su uso, aunque no muy
abundante—algo más de 200 millones en el bienio
1907-08—, si ha sido significativo tanto por la posi-
bilidad existenie tras 1001 de ser refinanciados, como
EDICIONES SICU EME
Ap. 332 Salamanca
CATEDRA PABLO VI
CURSO 3.°
PROPIEDAD, DESARROLLO
Y netario internacional.
PERSONA
Sus autores: hombros significativos ANALIZAN:
• La estructura económica de España.
• La concentración de las finanzas.
• La agricultura dentro del desarrollo.
• Los sujetos de la actividad económica:
• empresarios.
• los obreros.
• Le participación activa de la persone.
430 págs.-Col. Dos puntos,5.-240 ptas.
por la facilidad concedida para que afecten al segun•
do transo crediticio—del 25 al 50 por 100 de la cuota- -,
así como por la posibilidad que se ha concedido a los
paises atrasados de aumentar sus cuotas para poder
hacer uso de ellos en cuantas más elevadas.
Los D. E. G. constituyen una fuente de liquidez in-
condicional, que será puesta en marcha cuando lo
estime preciso cada país, sin necesaria ratificación
del Fondo. Estos derechos especiales no tendrán más
que un valor nominal en oro, pero carecerán total-
mente . de e .onvertibilidad en el, de forma que serán
aceptados exclusivamente por la confianza general
que despierten y se comprometan a mantener los
paises miembros del Fondo. El plazo de reconver-
sión será de tres a cinco años, y se producirá cuande.
cambie el signo de la balanza de pagos del pals que
los ha utilizado, siendo, por supuesto, plenamente
transferibles y distribuidos por medio de planes quin-
quenales entre todos los ',Sises del Fondo 7 . Las
novedades incluidas en estos derechos, aunque apa-
rezcan como instrumentos independientes de las res-
tantes operaciones crediticias del F. NI .1., al contabi•
lizarse en una cuenta especial, son numerosas: en pri-
mer lugar vonstituyen la primera fuente de liquidez
plenamente incondicional, lo que supone un cambio
cualitativo importante en la postura y atribuciones
del Fondo; por otra parte, (ni plazo de vencimiento
es elevado, y, en últinso lugar V COMO Oláis sintomá-
tico, esta» desligados totalmenl e del oro—excep-
tuando el aspecto puramente contable—v constituyen
practicamente «dinero internacional«, en ciertos as-
pectos semejantes mas a los bancors keynesianos
que a las operaciones tradicionales sobre cuotas del
Fondo.
4. Otros instituciones
ANQUE el V. M. I. es el centro de la política mone-
taria y de la financiación del comercio occhlen•
tal, en distintos periodos de MI vida ha recibido la
ayuda de organismos osas o incisos paralelos, que al
mismo tiempo que han demostrado su insuficiencia
parcial, han puesto tambien de manifiesto una ten•
ciencia hacia la agrupaciOn defensiva cuando las cri•
sis eran inminentes. De entre los muchos ejemplos
disponibles elegiremos sólo dos: la Unión Europea de
Pagos (U. E. P.), y el Acuerdo General de Presta-
mos (A. G. P.) como rtprtSIMtatIvos de dos épocas
muy distintas de funcionamiento del sistema mo-
La U. E. P. nació en 1950, dentro del sen() de la en-
tonces O. E. (I. E., en una ñpoca en que el Fondo
no podía funcionar plenamente por la existencia de
numerosas monedas no convertibles, La U. E. P.
consistía, simplificadamente, en una organización que
arbitraba los créditos necesarios para compensar los
saldos de las balanzas de pagos de los paises miem-
bros, dentro de un régimen multilateral. El saldo.
acreedor o deudor, era considerado como activo o pa
sivo frente a la 11. E. P. sirviendo también ésta 29
respaldar los aeuerdos bilaterales existentes enti
paises deudores y acreedores crönicos. lia Unión
nació como instrumento de aceleración del proceso
de multilateralización de los pagos internacionales,
y, por tanto, como un instrumento de ayuda al
M. 1 , en tanto las monedas hoy clave,Blel sistema
no fueran aún plenamente convertibles, cometido que
cumplió aceptablemente, desapareciendo en 1958,
cuando catorce paises-- entre ellos todos los del ac-
tual Mercado Común y Gran Bretaña- -decretaron la
convertibilidad externa de sus valutas.
slci
 La dinámica del F. NI. I.
y la evolución de la política
Mientras que la U. E. P. supuso una ayuda a una
institución aún no suficiente dentro de los más es-
trictos marcos del Convenio Constitutivo del Fondo
—multilateralización, convertibilidad, etc.—, el A.G.P.
de 1962 supuso, por el contrario, un parche a un
sistema que comenzaba a dar muestras de preocu-
pante inestabilidad. Realmente podría definirse como
un afondo dentro del Fondo», ya que su papel con-
siste en ayudar a éste cuando lo requiera ante un
préstamo que por su cuantia sea excesivo. Está cons-
tituido por diez países y cuenta COR una aportación
suiza, arbitrando un volumen total crediticio de 6.200
millones de dólares. Su función consiste esencialmen-
te en alargar los plazos de préstamo del Fondo, ya
que los del Acuerdo llegan hasta los cinco años.
Aunque en su nacimiento fuera un acuerdo tem-
poral, debido a la situación monetaria internacional,
su vigencia ha ido ampliándose sucesivamente por
dos veces, y en estos momentos tiene validez hasta
el último trimestre de 1970, habiendo ayudado a la
libra tras 1964 en tres ocasiones, por un total que
supera los 1.400 millones de dólares.
También merece destacarse la existencia, tras 1961,
de un Pool del oro, formado en principio por seis
bancos centrales y el de Basilea, con el objeto de es-
tabilizar el precio del mismo en torno a los 35 dólares
la onza en el mercado de Londres. La actividad
esencial del Pool ha consistido, por supuesto, en
ventas de oro para compensar las fuertes presiones
de demanda sobre este metal, hasta tal punto que
tras el primer trimestre de 1968 el Pool ha dejado de
funcionar, comenzando a existir un mercado paralelo
del oro, donde las diferencias en la cotización han
llegado a ser de hasta 12 dólares sobre la interna-
cional s.
5. La experiencia y el futuro
I. breve recorrido realizado a través de los momen-
s-- tos más relevantes en la vida del F. M. I. dejan
resul-
ver claramente que las normas fundacionales
taron demasiado estrictas y la tímida forma en que
éstas fueron obviadas. Es algo admitido generalmente
que la política del Fondo es esencialmente conser-
vadora, como, en general, la de todas las autoridades
monetarias nacionales y mundiales, pero aun así el
F. M. I. ha demostrado un cierto grado de capacidad
de maniobra alentador, a costa de romper con cier-
tos purismos trasnochados, aparecidos en su Conve-
nio Constitutivo.
Por una parte, como ya hemos visto, el margen
de variación del tipo de cambio ha ido ampliándose,
y se han permitido e incluso apoyado algunas ope-
raciones de matiz bilateralista. Pero, esencialmente,
el campo en el que más se ha hecho sentir la flexi-
bilización ha sido en el de las técnicas de concesión
30 de créditos, pues todos los instrumentos descritos
antes revelan novedades más o menos esenciales
respecto del Fondo inicial. Por una parte, los plazos
iniciales han sido ampliados en numerosos casos y,
además, el segundo tramo de crédito ha sido utiliza-
do con gran liberalidad. Por otra parte, los créditos
stand-by han incluido un nuevo tipo de operaciones
y los swap han cubierto una laguna, que el Fondo se
negaba en principio a tratar: los desequilibrios por
movimientos de capital. De hecho, ante la dificultad
práctica de definir un desequilibrio por cuenta de
renta, parte de las operaciones del Fondo han sido
encauzadas, por los paises beneficiarios, hacia ope-
raciones de capital, pero no de una forma oficial y
aceptada. Por último, los D. E. G. suponen un primer
paso hacia las operaciones con descubiertos y, tam-
bién en mayor medida, un desligamiento de la base
oro y de los principios de liquidez condicional im-
perantes en el F. M. I.
consecuencia, no parece discutible que el F. M. I.
E Nes una institución insuficiente, habida cuenta de
las necesidades de liquidez del mundo occidental,
pero su evolución demuestra claramente cómo el
sistema arbitra los recursos necesarios—mayores
cuotas, nuevos derechos de giro—cuando las condi-
ciones así lo exigen. Por supuesto, el sistema va a
la zaga de los acontecimientos, lo cual la mayoría de
las veces es caro, pero también es obvio que el
mundo occidental no estará dispuesto a entrar en
una crisis profunda por la simple inadaptación de
sus instituciones monetarias internacionales. Si el
sistema presenta claros síntomas de ser, por su pro-
pia naturaleza, causa de crisis que atente contra la
seguridad del propio Occidente, será sustituido por
otro que ofrezca más garantías, y que estará basado
en otros principios, aunque es claro que ni la fijeza
de los tipos de cambio—aunque sf los márgenes de
variación permisibles—, ni la convertibilidad de las
principales monedas—dólar, libra, marco, franco,
etcétera—serán transgredidos. Quizá desaparezca la
base metálica, quizá el bilateralismo alcance una
nueva edad de oro antes de que el sistema cambie,
pero la propia dinámica del mismo explicita bien
claramente cómo, aun tratándose de una institución
más bien rígida y conservadora e incluso asentada
sobre pilares poco fuertes, el Fondo presenta un
cierto grado de flexibilidad que ha ido consiguiendo
una adaptación, aunque retardada, medianamente
aceptable, a las cambiantes condiciones internacio-
nales.
Ninguna de las soluciones propuestas es perfecta.
Ninguno de los aspectos del Fondo es plenamente
satisfactorio. Ningún país está totalmente conforme
con la actuación del F. M. I. Pero cualquiera de
ellos perdería abandonando el sistema y ninguno de
los importantes permitiría que éste terminara por
agarrotar definitivamente su crecimiento y proceso
de expansión.
J. S. S.
NOTAS
1 Esta opinión esta reflejada a nivel divulgativ0 Y Ed.Polémico
Gua-
en Capitalismo y sistema monetario internacional,
diana, Madrid, 1968, escrito en colaboración con M. Benedito
y a nivel técnico en una serie de cuatro articulos aparecidos
en el diario •3-E., titulados «Problemas de la liquidez inter-
nacional., en los meses de febrero y marzo de 1966.
2 Para el estudio del desarrollo de estas El
conferencias puede
Fondo Monetario
consultarse el libro de M. Varela Parache
Internacional, Ed. Guadiana, Madrid, 1969, y D. II. RobertsOn,
*The Postwar Monetary Plans., en Economic Journal, 1943.
3 Para ampliar estos epfgrafes, ver M. Varela,
El Fondo...,
op. cit., e 1, S. Friedman, «The International
Operation', Stall
Monetary System.
Papers del Interna-
Part I. Mechanlsrn and
tional Monetary Fund, julio 1963. Limits of Per-
4 Ver G. N. Halm. The .Bands Proposal: the
missible Exchange Rate Variatiems, Princeton University, 1965.
5 Ver para mayor detalle el convenio constitutivo publicado
por el Fondo bajo el titulo Articles of Agreement, reeditado
en 1966.
En todo lo referente a estos convenios, consultar M. Va-
rela y I'. Varela, «Los acuerdos «swap.1964. y la liquidez interna-
cional., en Anales de Economía, oct.-dic.
M. Varela, .Novedades de la
7 Para ampliar los D. E. G., ver
XXII Reunión del F. M. I.•, información Comercia/ Española,
oct. Para
1967.
ampliar lo referente al Pool del oro, consultar .El
Pool del ori,, información Comercial Española, enero 1968.
O

RIVALIDAD HEGEMONICA
LA POLITICA MONETARIA
FRANCESA Y EL PAPEL DEL ORO
LA teoría keynesiana ha enseñado a los economistas
y a los hombres políticos que una acción estric-
tamente monetaria no podía bastar cuando se trataba
de realizar una política de pleno empleo. Esto expli-
ca que, durante numerosos años, el papel estraté-
gico en el terreno de la política anticiclica fuera
atribuido a la política financiera. Esta economía apli-
cada de tipo keynesiano ha obtenido, sin duda al-
guna, notables resultados, y uno de los mejores ejem-
plos en este sentido lo constituye el crecimiento ame-
ricano de los años 1960 a 1966. floy, sin embargo, esta
doctrina keynesiana ha sido radicalmente puesta en
duda, muy especialmente en los Estados Unidos,
donde había obtenido tanto éxito. Se la considera
como considerable responsable de la situación infla-
cionista que caracteriza actualmente a la economía
de ese pafs y la de la mayor parte de las otras na-
ciones del mundo capitalista.
En el momento actual, la tendencia parece diri-
girse a una vuelta a una visión mas clásica de las
cosas y a la restauración de la política monetaria.
Muchos economistas ven en una solución de ese tipo
una posibilidad de asegurar un mejor equilibrio
dinámico de las economías nacionales, reconociendo
que será necesario indudablemente admitir como
contrapartida un freno en el crecimiento económico.
Parece, pues, que el hecho de dar primacía al obje-
tivo del equilibrio monetario exige la puesta en_
practica de una política monetaria bastante estricta
que tienda a provocar una reducción del ritmo en
que se desarrolla el progreso económico. El proble-
ma podría, pues, parecer que se sitúa en una opción
entre un crecimiento rápido, pero relativamente des-
ordenado y un crecimiento más lento, pero menos
sometido a variaciones rítmicas. Se puede, sin duda
alguna, discutir abundantemente sobre la validez de
esta alternativa, pero no se puede dejar de reconocer
que está planteada en un contexto que testifica una
innegable preocupación en los poderes públicos por
asegurar a la vez el progreso y la estabilidad. Cuan-
do se examina el caso de Francia, que ha tomado
una cierta delantera, por así decirlo, en el debate
entre la política keynesiana y la política neoclásica,
parece que el problema no ha sido en ningún caso
planteado en el cuadro que acabamos de definir.
No parece que la preocupación esencial del Gobierno
francés haya sido asegurar un crecimiento mas esta-
ble en el curso del tiempo, sino mas bien satisfacer
FRANCIA: U \A
Armand Lepas
ciertos objetivos fundamentalmente políticos que nos
es necesario intentar definir, con la advertencia pre-
via de que la política monetaria no es mas que un
elemento de la política económica.
1. Política económica y política de
«grandeur» en Francia
CUANDO se examina la política económica de la V Re-
' ' pública desde 1961-62 1 , el economista escribe casi
espontáneamente .nihil novi sub sole». La seme-
janza con las prácticas mercantilistas, que datan de
hace mas de tres siglos, es demasiado evidente para
no ser percibida. La doctrina mercantilista, recordé-
moslo, que conoció sus días felices en Francia con
Colbert, no era tanto una línea de acción económica
cuanto un cuerpo de doctrina política. Lo que real-
mente pretendía era el acrecentamiento del poder del
príncipe mediante un enriquecimiento nacional que
se confundía, por otra parte, con la cantidad de oro
o de dinero poseído por la nación en cuestión. Una
visión de las cosas de tal naturaleza desemboca evi-
dentemente a subordinar totalmente la economía a
la política y a no concebir ninguna acción en el
primer terreno más que en función de los imperati-
vos del segundo.
El examen atento de la política económica francesa
desde hace seis o siete años tiende a mostrar que
ha sido casi enteramente dominada por un precepto
político fundamental: permitir a Francia reencon- 31
trar su rango en el mundo, es decir, uno de los pri-
meros en el tablero de las grandes potencias. El
análisis político efectuado por los dirigentes fran-
ceses ha sido muy simple a este respecto: son las
potencias anglo-sajonas (Estados Unidos e Inglate-
rra) las que impiden a Francia volver a ser la gran
potencia internacional que era en otro tiempo. El
problema consistía, pues, en encontrar los medios
que permitieran sortear este obstáculo y hacerlo
desaparecer. Se pensó que la política monetaria,
así como el alegato en favor de la autonomía del pue-
 La política monetaria francesa
y el papel del oro
blo •francésn del Canadá debían formar parte de la
panoplia de las armas francesas.
Se puede explicar con relativa facilidad de qué
forma una determinada política monetaria podría
servir de instrumento de lucha contra la domina-
ción de las potencias anglosajonas. El Presidente
de la República y sus consejeros se han dado cuenta
en seguida que el sistema monetario internacional
contemporäneo, comúnmente llamado el «gold-ex-
change.standard n , favorecía a los paises con moneda
de reserva, es decir, los Estados Unidos y el Reino
Unido, porque no les imponía la puesta en prác-
tica de eventuales políticas restrictivas, cuando co-
nocían desequilibrios persistentes en el terreno de
la balanza de pagos, Además de que tales practicas
supusieran injustas desventajas para las otras na-
ciones, los dirigentes franceses han puesto de mani-
fiesto igualmente que permitían a los americanos
practicar una política de inversiones directas y a
veces masivas en el extranjero; dicho de otra forma,
a permitir salidas de capitales considerables, sin
preocuparse de los desequilibrios producidos de esa
manera en la balanza de pagos. De esta forma, los
Es , ados Unidos se encontraban en camino de des-
arrollar una política de dominación económica del
mundo occidental, cuyas consecuencias a largo plazo
no pueden dejar de ser 'políticas. Este fenómeno fue
hecho público solemnemente en el curso de una
célebre conferencia de prensa.
CONCIBIENDO, pues, que el resurgimiento político
de Francia debía inevitablemente efectuarse
«contra" los anglosajones, y dándose cuenta de que
una parte de su influencia era debida al sistema en
vigor de los pagos internacionales, el general De
Gaulle echó la culpa, lógicamente, a éste y se dirigió
contra él por todos los medios. Para realizar su ata-
que, el Presidente de la República Francesa encon-
tró un aliado indiscutiblemente poderoso en lo que
Keynes llamaba hace ya treinta arios el «bárbaro
patrón oro.. El alegato en defensa de la vuelta al
patrón-oro constituía, pues, una maniobra completa-
mente coherente con el objetivo esencialmente bus-
cado.
El problema consistía, sin embargo, en dotarse de
medios apropiados para una tal acción internacional.
La única manera de llegar a ello era rehacer las
reservas internacionales francesas. Cuando alcanza-
ran un cierto nivel constituirían con toda evidencia
un excelente medio de presión sobre Estados Unidos.
En efecto, se constituirían normalmente en gran par-
32 te del medio de pago mas generalizado al nivel in-
ternacional, es decir, dólares. Como, por otra parte,
los Estados Unidos han admitido desde las nego-
ciaciones de Bretton Woods el principio de la libre
convertibilidad del dólar en oro entre los bancos
centrales extranjeros y el sistema de reserva federal,
los franceses podrían siempre pedir la transforma-
ción en oro de sus haberes en dólares.
Tales demandas de,conversión acabarían plantean-
do problemas de convertibilidad a la moneda ameri-
cana, si los déficits de la balanza de pagos continua-
ban produciéndose y si otros paises seguían el ejem-
plo de Francia. El proceso comenzado de esa forma
podría incluso llegar a ser acumulativo, en la medida
en que el debilitamiento de la relación entre el oro
guardado en Fort-Knox y el conjunto de créditos
en dólares poseído por los paises extranjeros haría
dudar del valor real de estos haberes y, por tanto,
reforzarla la amplitud de demandas de conversión
en oro. Los Estados Unidos se verían entonces for-
zados a discutir una reforma del sistema monetario
internacional y conceder el establecimiento clz prác-
ticas que le serían menos ventajosas. En la medida
también en que las presiones más vivas fuesen de
origen francés, los americanos negociarían particu-
larmente con París, y la contrapartida sería, sin
duda, la reintegración de Francia en el club cerrado
de las grandes potencias.
Considerado bajo determinados ángulos, un plan
estratégico de tal naturaleza podía aparecer seductor.
Exigía, sin embargo, para ser realizado la satisfac-
ción de dos condiciones: por una parte, la puesta en
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o S« • Apartado 14.4I • Barra.. Per eorresprzedonent • Autorización
ministerial a' PM
 práctica de una política económica tendente a ob-
tener un superávit de la balanza de pagos; por otra
parte, la admisión por los mismos franceses de las
consecuencias de tal acción. El problema consiste,
pues, en preguntarse de qué forma las autoridades
políticas francesas han utilizado entre 1961 y 1968
los frutos de su política económica y en ver si antes
de mayo de 1968 esta utilización se ha realizado den
tro del panorama que acabamos de trazar.
II. Política monetaria y superávit en el
sector exterior
polítiea economica francesa desde 1901-62 ha
estado dominada por completo, en cuanto al fon-
do del problema, por el afán de obtener un supera vit
en la balanza de pagos. En otros términos, lo que
se ha intentado no es el equilibrio interno tle la
economía francesa, sino más bien el superávit del
sector exterior. Para resaltar mas estos hechos, va-
mos a pasar revista rápidamente a la política econo-
mica desde hace seis o siete arios y examinar la
evolución que se ha manifestado en el curso del mis-
mo periodo en el terreno de la balanza de pagos, de
la estructura de las reservas internacionales, del
crecimiento c'c'onomic'c y di q emplco.
De hecho, no hay mucho que decir realmente sobre
los años 1961 y 1962, que se han desarrollado bajo
una vigorosa expansión. La ventaja relativa tomada
por Francia con la ayuda de la devaluación de 195ts
permitía al Gobierno no preocuparse demasiado por
el equilibrio exterior, gracias a una moneda que per-
manecía infravalorada,
La situación tenía, sin embargo, que modificarse
bastante a lo largo del año 1963. Ciertos desequili-
brios aparecieron desde el com:enzo, y ya en el mes
de marzo se tomaron medidas de orden restrictivo
en la política crediticia. El empeoramiento continuo
de la balanza comercial debía llevar al Gobierno a
poner en aplicación en septiembre un plan de esta-
bilización, cuyo objetivo reconocido era corregir la
balanza de pagos del país, con la ayuda de una polí-
tica de freno de la demanda. La técnica adoptada
en este sentido fue una combinación de diversos mé-
todos clásicamente utilizados en Francia en semejan-
tes circunstancias.
primer lugar, se recurrió a poner un techo al
ENcrédito, limitando los crecimientos al 10 por 100
por año y reduciendo las posibilidades existentes
en este terreno con relación al consumo privado. Por
otra parte, y siempre con relación al plan monetario,
se decidió un alza del 3 al 4 por 100 de la tasa de
descuento, así como una cierta acción restrictiva
sobre los coeficientes de reserva de los bancos co-
merciales. En segundo lugar, los poderes públicos
adoptaron una política financiera más severa y,
en lo que concierne más especialmente a la política
presupuestaria, volvieron al principio del equilibrio.
Este no fue, en verdad, alcanzado en 1904, pero la
voluntad de llevarlo a término fue proclamada •urbi
et orbi» (debía, por otra parte, ser puesta en prác-
tica momentáneamente en 19661. En tercer lugar, se
instauró el control de los precios, por una política de
congelación, medida habitual en Francia. El Gobier-
no completó la acción clásica en este terreno con
una disminución anticipada de las tarifas aduaneras
para productos originarios de los cinco socios de
Francia en el Mercado Común. De esta manera se
manifestó una presión suplementaria y más natural
con relación a los empresarios y comerciantes fran-
ceses que habrían estado tentados a no someterse a
las medidas de congelación de los precios.
Los resultados de esta- i política se manifestaron
lentamente y de hecho sOlo a partir tlet Seg11/1(10 se.
mestre de 190-1 apareció claramente el freno coyum
toral. Esta evoluriOn progresiva aseguró todavia
una buena tasa (le crecimiento en el año 19114, alre-
dedor tel 7 pOr 100 para el producto interior bruto
y 5,I por 100 para el eoll:41.1M0 privado
Ei analisis efeetuado a nivel mensual o trimes•
tral permite, sin embargo, poner de manifiesto la
recesiOn que siguió al plan de estabilización y sus
consecuencias mas claras y también mas desagrada-
bles. Se constata asi que la producciOn industrial se
estanca a inirtir del mes de abril de 1904 y, sobre
todo, que el paro aumenta a partir de marzo de 1964.
En este Ultimo terreno, el número de demandas de
empleo no satisfechas pasa de 105.000 en marzo a
145.000 en diciembre, o sea, un aumento de 40.000 pa-
rados aproximadamente.
En 1905 la situaeidn continúa siendo mediocre du-
rante el primer semestre, pero la produeeión indos-
trial se recupera a partir del mes (12 junio. Esto
permite la realización de una tasa de crecimiento
del producto interior bruto de 1,8 por 100 e de 4,2
por 100 para el consumo privado. Con toda c.videncia
se manifiesta el retroceso con relación a 1964. Lo
es particularmente en lo que concierne al paro: las
demandas de empleo no satisfechas pasan de 125.000
co enero de 1905 a 165.000 en octubre, es decir, un
aumento aproximado de 00,000 parados. Se produce,
sin embargo, una ligera recuperación al final del
año del orden de 5.000 unidades, lo que deja incluso
aparecer un crecimiento del paro del orden de 50.000
personas, y a esta cifra habría que añadir el número
de trabajadores extranjeros devueltos .at home,
Examinando los resultados de dos años del plan dv
estabilización. Gilbert Mathieu señalaba, al final de
33
agosto de 1965, los hechos siguientes: rmuperackai
del comercio exterior, retraso del 10 por 100 con reta
ción a las industrias alemana y americana, extension
tleí paro, agravación de las desigualdades de rentas,
freno del crecimiento de la oferta hionetaria
Gobierno francés, ante las consecuencias de su
E'- acción tte freno, reaccionó suprimiendo progre-
,Ict,E
 La política monetaria francesa
y el papel del oro
sivamente las principales restricciones acordadas en
septiembre de 1963. El año 1966 fue bastante discreto,
es decir, un crecimiento del 5,9 por 100 en el producto
Interior bruto y del 4,8 por 100 en el consumo pri-
vado, a pesar de la buena coyuntura que reinaba en-
tonces en Europa y particularmente en Alemania
durante la mayor parte de 1966. De hecho, el Go-
bierno francés no tomó ninguna medida reactiva-
dora de la economía y aplicó incluso sus principios
neo-ortodoxos del equilibrio presupuestario. Hacía así
suya la doctrina de la reactivación natural, elabora-
da por M. Giscard d'Estaing. Esto significaba que lo
esperaba todo de las exportaciones, es decir, de la
demanda extranjera. Una actitud de este género
puede explicarse con la ayuda de lo que se ha dicho
en el punto I.
En efecto, si la reactivación coyuntural se realiza
con un crecimiento inicial de esa demanda exterior,
es síntoma de que el extranjero comienza a padecer
ciertos desequilibrios internos de orden cuantitativo
que le obligan a acudir a las importaciones. Eso sig-
nifica también que los precios franceses tienden a
hacerse más competitivos, pues las tensiones infla-
cionistas que se manifiestan en el exterior deben con-
tribuir a acrecentar los precios de los países compe-
tidores. Hay, pues, dos fuentes de bonificación en la
balanza comercial. Esta corre bastante poco riesgo
de ser compensada por aumento de las importacio-
nes, en la medida en que, por una parte, el extran-
jero no puede ya exportar gran cosa y en que, por
otra parte, las capacidades inutilizadas en la econo-
mía francesa permiten a esta última acrzcentar có-
modamente su producción. Potencialmente, pues, la
política de espera del Gobierno francés en 1966 se
explica por este afán de obtener un superávit en la
balanza de pagos, en detrimento del crecimiento de
la producción y del empleo, mientras que el nivel de
paro era alrededor de 300.000 personas.
Esta acción esencialmente pasiva se continuará en
1967, pero esta vez en un contexto coyuntural domi-
nado por la recesión alemana. Rehusando siempre
reactivar la economía francesa por el exterior, es
decir, aumentando la demanda interna. el Gobierno
se contentará con hacer algunas concesiones a los in-
versores. Esto producirá una nueva caída del aumen-
to del producto interior bruto (+ 4,6 por 100) y del
consumo privado (4- 4,3 por 100). Sobre el mercado
del empleo, la situación ira deteriorándose a lo
largo del año: 158.000 demandas de empleo no satis-
fechas en el cuarto trimestre de 1966, 162.000 en el
primero de 1967, 182.000 en el segundo. '204.000 en el
34 tercero, 218.000 en el cuarto, o sea un aumento del
paro de 125.000 unidades aproximadamente.
Ahora bien, el análisis de los costos de las em-
presas señala que ya en 1966, los salarios-costos (sa-
larios brutos más cargas sociales correspondientes
al patrono) franceses eran inferiores en un 5 por 100
a sus homólogos alemanes*, a pesar de un nivel de
productividad equivalente. Los precios franceses po-
dían, pues, fácilmente soportar la competencia ale-
mana. Además, las reservas internacionales no habían
dejado de aumentar desde 1963, como lo demuestra el
cuadro 1.
CUADRO 1
MOVIMIENTOS FINANCIEROS ENTRE FRANCIA Y EL
EXTRANJERO
1964 1965 1966 1967
Operaciones (saldos)
Movimientos de capitales +5.609 +2.434 +3.669 +3.898
Operaciones corrientes —1.763 +1.968 — 789 —2.069
Divisas disponibles +3.846 +4.402 +2.880 +1.829
Reembolsos anticipados 504 788 593 674
Variaciones de las reservas
internacionales +3.342 +3.614 +2.287 +1.155
Fuente: 'Les comptes de la Nation de Yannée 1967., en Ets-
des et conioncture, 1. N. S, E. E., núm. 5-6, mayo-junio 1968,
Pág. 101.
Se ve así que el stock de reservas internacionales
poseídas por el Banco de Francia hablan aumentado
deslíe el plan de estabilización en 10.398 millones de
francos aproximadamente. Francia podía, pues, en
1067 permitirse reactivar su economía, sobre todo te-
niendo en cuenta que desde el tercer trimestre Ale-
mania se caracterizaba por una coyuntura ascenden-
te. Ahora bien, no se hizo nada, a pesar de las re-
comendaciones de la Comisión de Bruselas. M. Michel
Debré, entonces ministro de Economia y Finanzas,
tomó algunas tímidas e insuficientes medidas de tipo
fiscal al comienzo de 1968 y la degradación del merca-
do de empleo continuó... hasta los acontecimientos
de mayo, que, ciertamente, tuvieron una relación con
lo que precede.
Hl. Utilización política de las divisas
y fracaso final
E lo que precede resulta que los poderes públicos
D franceses tenían todas las razones para realizar
desde 1966 una política de expansión fundada en la
demanda interior. Parecía también que los medios
financieros no faltaban para hacer frente a algunos
problemas que provinieran de dicha política de ex-
pansión con respecto al equilibrio exterior.
Después de todo, acumular reservas internaciona-
les es ridículo si no se las utiliza para acelerar una
expansión que estaría entonces acompañada even-
tualmente de un ligero desequilibrio externo.
Se trata de una verdad de la que, sin duda, se da-
ban cuenta los dirigentes gaullistas, pero sabían tam-
bién, salvo quizá admitirlo en su fuero interno, que
el objetivo fundamental de su jefe no consistía en
absoluto en desarrollar lo más rápidamente posible
la economía francesa. sabían que el stock de divisas
debía servir, ante todo, para atacar el poder del
dólar, dejando deprimida la actividad económica del
país y dejando en paro a los trabajadores.
 CUADERNOS
Y ENSAYOS MAROVA
F. KONIG, J. M. GONZALEZ RUIZ

Esta concepción estrictamente política puede quizá
ponerse de relieve con la ayuda del cuadro 2, que
muestra cómo Francia ha utilizado sus reservas
internacionales, y aparece muy claramente que ha
pretendido a partir de 1962 una política de sustitu-
ción del dólar por el oro, lo que corresponde a lo que
se ha dicho en el examen de las relaciones entre la
política económica y la política de grandeza.
EL DIALOGO.
LA IGLESIA SE DEFINE
Diálogo entre creyentes y no-creyentes, diálogo entre mar-
xistas y cristianos. El documento sobre el diálogo del
Secretariado Pontificio para los no creyentes es, sin duda,
uno de los textos eclesiásticos más audaces y progresivos, y
significa una decidida toma de postura de la Iglesia. El
Cardenal König y el teólogo 3, M. González Ruiz, dos cuali-
ficados dialogantes, nos ofrecen en este libro sus comen.
(arios y precisiones, completados por una cuidada antología
de textos de autores cristianos y marxistas sobre el diálogo
en general y sobre los posibles temas doctrinales del
mismo.
124 págs. 60 ptas.

Total % Total % Total % Total .7«, DANIEL VIDAL

cobro en oro en oro en oro
Alemania 5.732 46,0 6.447 57,1 6.771 63,4 7.103 59,5
NOSOTROS.
Francia 1.050 71,4 3.610 71,7 5.745 91,2 6.108 85,7 LOS PROTESTANTES ESPANOLES
V. E. B. 1.497 81,8 1.622 84,7 1.953 78,1 2,202 67,2
Holanda 1.470 68,8 1.743 90,7 2.035 85,0 2.267 75,2 Por primera vez un protestante español toma públicamente
Italia 2.139 50,8 3.441 65,2 3.682 65,6 4.618 56,0 la palabra para decirnos quienes son y cómo piensan los
protestantes españoles, después de tantas interpretaciones
Suiza 2.063 92,3 2.872 92,9 3.325 85,4 3.555 86,9 (y acusaciones) hechas siempre desde fuera. El pastor Daniel
Vidal nos ofrece en este libro un análisis riguroso y sincero
de la realidad y de la función de las Iglesias protestantes
Fuente: «Les comptes de la Nation de l'année 1967,
. op en España. Análisis realizado con una profundidad, realismo
cit.. pág. 116. y honestidad a los que no solemos estar habituados.
200 págs. 100 ptas.

La maniobra técnica que acaba de describirse ha JEAN-JACQUES VON ALLMEN

ido acompañada en los años 1966 y 1967 de los in-
creíbles alegatos gaullistas en favor del patrón-oro.
concebido como un arma antiamericana, pero apoya- LA IGLESIA Y SU UNIDAD
da sobre determinados análisis difícilmente critica-
bles por el mal funcionamiento del G. E. S. (patrón Por primera vez en muchos siglos, Juan XXIII y el Con-
de cambio-oro). Se puede decir que, en parte, la ac- cilio han permitido a los cristianos pasar de las lágrimas
ción así emprendida ha sido un éxito, porque ei a las canciones. Un nueva alegria, una nueva esperanza ha
nacido en los que sufrían por el desgarramiento de los
Presidente Nixon ha admitido recientemente que era creyentes en un mismo Cristo. El conocido teólogo suizo,
necesario reformar el sistema monetario internacio- J. J. von Allmen, nos ofrece en este libro una visión critica,
nal. En este sentido, Francia, activando la madu- abierta y esperanzada de los últimos acontecimientos ecle-
ración del problema, ha prestado un servicio a la siásticos. Y nos plantea con toda crudeza las preguntas que
aún no han encontrado una respuesta adecuada.
comunidad internacional. Se trata, sin embargo, de 148 págs.
una consecuencia no interesante para el ,general De 75 ptas.
Gaulle. Este éxito involuntario no puede compensar
el fracaso radical registrado en 1968, como conse-
cuencia de los acontecimientos conocidos. Los fran- NUEVAS FRONTERAS:
ceses no han podido tolerar por mas tiempo el coste
social e individual de la política de grandeza y han HARVEY COX
demolido sus bases en el breve espacio de varias se-
manas. Esto demuestra plenamente que si la vo- EL CRISTIANO COMO REBELDE
luntad tiene algo que decir en el terreno político. 136 págs 90 ptas
todavía es necesario que a largo plazo se apoye sobre
un «poder» real y que no es posible, dentro de una DAVID JENKINS
concepción democrática, ignorar demasiado tiempo
los deseos cotidianos de todos y cada uno. En la GUIA PARA EL DEBATE SOBRE DIOS
Edad Media se decía con mucha razón: «Primum 144 págs , 90 ptas
vivere et deinde philosophare.»
P. ARRUPE, GONZALEZ RUIZ y otros
A. L. EL RIESGO DE LA EXPERIENCIA 35
RELIGIOSA
184 págs 130 ptas

NOTAS GABRIEL PH. WIDMER

• Hacemos partir nuestro análisis de esa época porque se
puede considerar que en 1959 y 1960 la economia francesa EL EVANGELIO Y EL ATEO
tenia que «dirigir, la devaluación de diciembre de 1958, lo 204 pags 120 ptas
que dejaba poca libertad a los dirigentes.
2 Las cifras relativas a la contabilidad nacional correspon-
den a los datos rectificados con la ayuda del nuevo método
de evaluación, utilizado desde hace algunos meses.
3 Ver G. Mathieu, «Le plan de stabilisation a deus ans., en EDICIONES MAROVA, S. A.
Le, monde, 29-30 agosto de 1965.
4 Ver «Les salaires-couts dans les entreprises du Marché VIRIATO, 55 - MADRID-10
Commun., en Etudes et Conjoncture, 1. N. S. E. E., febrero
1968.
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Gonzalo Sáenz de Buruaga
OTRA
CRISIS DEL FRANCO
N INCA una moneda había repre-
sentado con ma yor fidelidad a
un país. A las propiedades típicas
que los manuales de teoria moneta-
ria confieren al dinero—unidad de
cuenta, medida de valor y medio ge-
neral de pago—habría que añadir,
al menos en el caso de Francia,
otra, un tanto más vaga, pero tam-
bién más expresiva: imagen del
país. Por no deteriorar ni empañar
esta imagen, este país está deterio-
rando y autozahiriendo una econo-
mía que, si no lo mas floreciente, si
era la más representativa del esta-
do de situación de la economía eu-
ropea en la segunda mitad del si-
glo xx. La crisis del franco no re-
fleja, pues, sino la crisis de Francia,
y el hecho de que las autoridades
políticas de este país eludan la pri-
mera es un intento, por desesperado
no menos vano, de no plantearse
la segunda. ¿Qué significa todo
esto? ¿Que Francia ha vivido y está
viviendo por encima de sus medios?
¿Que su régimen peculiar está tras-
tocando no sólo el urgente proceso
de integración europea, sino tam-
bién la madurez de una sociedad
que tiene la suerte y la condena de
ser uno de los modelos de la socie-
dad europea? ¿Que su peso político
es bastante mayor que su solidez
económica?
Hay un quiste antropocéntrico en
todo este asunto, no sólo estricta-
mente económico, que si no fuera
dramático seria grotesco: así como
el general De Gaulle a veces se ha
identificado con Juana de Arco o
con Luis XIV o con la historia y
la grande er de Francia, así, en ra-
zones de intendencia, se identifica
con el franco fuerte, nacido en 1959.
En consecuencia, una devaluación
de éste es una derrota intolerable
para Francia, la grandeur, la histo-
ria. los luises y la mismísima don-
cella de Orleáns.
Coartadas frZigiles
s búsqueda de chivos expiatorios
siempre ha sido uno de los de-
portes favoritos de los políticos que
se resisten a reconocer que la polí-
tica es un arte dúctil, maleable y
pactista. En la última historia del
vecino país, y en el terreno eco-
nómico, las autoridades francesas
han tenido dos chivos perfectamen-
te populares: de la recesión fran-
cesa de 1967 tuvo la culpa la defla-
ción reinante en la Alemania Fede-
ral; de la crisis monetaria de no-
viembre de 1968, el gran culpable
han sido los acontecimientos estu-
diantiles de mayo y las huelgas s-..;b-
siguientes de mayo-junio.
Lo primero es una exageración
manifiesta: desgraciada o felizmen-
te para Francia, su economía no de-
pende tanto de su comercio con Ale-
mania como ésta misma depende
para su equilibrio interno de sus
relaciones económicas externas, al
'gual que Gran Bretaña, Holanda,
Bélgica, Italia e incluso España.
Constatar que la recesión del pró-
jimo deprime la coyuntura propia
es una coartada bien frágil, pue
no supone sino comprobar la exis-
tencia de la única fuerza efectiva
que, por el momento, campea por
encima de las naciones pobres o
ricas, incluso por encima de los Es-
tados Unidos: la necesidad del co-
mercio internacional, que no sólo
entreteje las oportunidades de des-
arrollo o de beneficio de los distin-
tos países, sino que expande y am-
plifica los fenómenos de inflación.
Pero vayamos a la crisis de no-
viembre y sus supuestas causas en
la histórica primavera de París (le
1968: a pesar del vacío de pocler que
durante algunas semanas existió en
la Vrancia del pasado mayo, a pe-
sar de los diez millones de huel-
guistas (cifra récord en los movi-
mientos sociales de Europa, según
la O. C. D. E.), a pesar de la san-
gría de divisas de quienes (le (: .onta-
ron apresuradamente y con fuer-
tes primas, riesgos catastróficos, las
pérdidas de producción por causa
de las huelgas pueden estimarse en
el 1-1,5 por 100 de la producción
anual -de la industria, alrededor del
3 por 100 en la construcción de
obras públicas, directamente nulas
en la agricultura y débiles en el
resto de los sectores, con excepción,
como es lógico, del turismo y espec-
táculos. El propio Couve de Mur-
ville, con sesgo triunfalista típico
después de una tormenta, afirmó
qué las pérdidas productivas, las
alzas de costes y los aumentos de
salarios eran «fenómenos en cier-
ta forma accidentales que nada al-
teran en profundidad las estructu-
ras de la economía francesa» 1 • Esa
es la verdad y ahí radica el mal
francés: en la insensibilidad de sus
estructuras, como veremos en se-
guida.
La mayor preocupación podría
residir, con mucho, en el incremen-
to del salario medio, que puede eva-
luarse del 13-14 por 100 entre fina-
les de 1967 e igual período de 1968.
Si esto supone una fuerte inyección
a la oferta monetaria, que en situa-
ción de pleno empleo en los recur-
sos productivos podría desencade-
nar un proceso inflacionista sala-
rios-precios, tal situación no era el
caso de Francia, donde la propia
O. C. D. E. acababa de aconsejar
medidas de estímulo de la deman-
da, escasamente tonificadas como
consecuencia de la recesión de 1967.
Por si esto no fuera suficiente, el
ejemplo comparado con otros países
con políticas salariales menos con-
servadoras que la francesa, permi-
tía inferir que el incremento del
N. de In R.—Cerrado ya este número.
el genera/ be Gaulle resultado derrota-
da en el referéndum celebrado en el país
vecino el pasado día 27 de nbrU. El hasta
entonces Presidente de In República, como
p reviamente había anunciado, dimitió.
poder de compra podria ser perfec-
tamente digerido por una economía
en expansión como la francesa: Ita-
lia y Holanda han conocido alzas de
salarios de un 20 por 100 en un
año; Alemania, del 12 por 100, y Ja-
pón las efectúa regularmente casi
todos los años en un 13 • 15 por 100,
siendo notorio que todos esos pai-
ses tienen mayor estabilidad mone-
taria que Francia y tasas de des-
arrollo por lo menos iguales, si no
mayores.
En suma, no había motivos para
dramatizar: los acontecimientos y
huelgas de mayo-junio sirvieron a
Francia de excelente tónico para !a
expansión. Le hicieron eliminar to-
xinas (en este caso, las (leanesu-
radas reservas de oro y divisas) y
agilizarse para una etapa más de
acuerdo con su potencial y con las
urgentes necesidades de moderniza-
ción que necesita el equipo capital
fi-amés.
Todos los informes de coyuntura
—públicos, privados e internaciona-
les—coincidían en detectar a lo lar•
go del verano y principios de otofio
de 1968 la «excelente forman de la
economía francesa. ¡.Cómo y por
qué se produjo entonces el seísmo
monetario de noviembre y las sa-
cudidas que todavía se están pro.
(luciendo. particularmente en mar-
zo de 1969?
Epicentro de las crisis
nBVIAMENTE la respuesta no puede
" encontrarse en los informes de
coyuntura, sino en las siempre bien
ponderadas, pero en absoluto bien
atendidas, razones de estructura. Y
hablando de estructuras, hay que
remitirse inevitablemente a insti-
tuciones y acontecimientos pasados
y consolidados que ahora están co•
brando su cuenta.
Por muy general que pueda pa-
recer esta afirmación, no deja de
ser verdad y esconde otras muchas
verdades: Francia se permite una
agricultura estancada y unos servi-
cios opulentos en relación a su in-
dustria. Dentro de los opulentos ser-
vicios, no es el mayor de ellos, el
mandarinazgo de ciertos cuerpos de
la Administración pública (la «anar-
quías de la Escuela Nacional de 37
Administración y, sobre todo, los
«inspectores de finanzas») oue en
el régimen gaullista no sólo han
aumentado en poder en el sector pu-
blico, sino, lo que es más sintomá-
tico, en muchas grandes empresas
del sector privado. Estas propen-
den—en el país más centralizado
y por consiguientemente rígido de
Europa—a tener «su inspector de
finanzas», al que no sólo confiarán
sus relaciones públicas y presión
administrativa, sino la gestión má-
xima, por aquello de sus excelentes

contactos con las esferas oficiales.
Tal actitud en el mundo del «big
business, francés no sólo es incom-
patible con la economía de un país
altamente desarrollado, sino con la
propia higiene de un «big business>,
que propenderá, como de hecho está
pasando en Francia, a recelar de las
fronteras y administraciones distin-
tas de las nacionales.
Por ello es injusto reprochar úni-
camente la política de prestigio del
Gobierno ac tu a 1: ella está muy
arraigada en la estructura empre-
sarial y en la mentalidad francesa
como lo prueban sus grandes deci-
siones de inversión en la última
década, de porvenir harto proble-
mático, aparte del brillo nacionalis-
ta (sector de ordenadores electróni-
cos, televisión en color, energía nu-
clear, investigación espacial, todos
-ellos de tecnologia e investigación
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de desarrollo y aplicada lo suficien-
temente caras corno para no poder
superar el retraso respecto a las
potencias económicas mayores o
expansionarlas a un nivel competi-
tivo). Frente a estos grandes tribu-
tos a la (imagen de Francia«, el
régimen actual—débil como todos
los solitariamente fuertes--mantie-
ne actividades en declive, como va-
rias cuencas carboniferas o portua-
rias, o a través de tarifas diferen-
ciadas, un número considerable de
empresas mal localizadas y mal
planteadas y cuyo futuro menos pe-
noso debiera ser desaparecer dis-
cretamente.
Como se sabe, la situación de la
agricultura francesa tampoco es
muy progresiva desde el momento
en que el porcentaje de población
en ella empleada es todavía muy
alto y con notorias reticencias para
su disminución. La protección de la
agricultura tradicional en el veci-
no país, así como la conservación
paternalista de varios sectores de
la pequeña y mediana empresa, cla-
ramente marginales y no justifica-
bles económica y menos socialmen-
te, han sido puestas de manifiesto
por asesores económicos de la iz-
quierda no comunista francesa, co-
mo Pierre Uri, quien afirma que el
Estado gasta en inversiones rurales,
en subvención y ayudas diversas,
en sostenimiento de los precios y
en seguridad social, el equivalente
del salario mínimo por cabeza en
la agricultura. Los gastos presu-
puestarios en la agricultura crecen
«los veces más rápidos que la masa
global del presupuesto. Las subven-
ciones al aparato productivo o dis-
tributivo absoluto penalizan a las
empresas sanas, perpetuando activi-
dades no rentables con mano de
obra y empresarios igualmente
frustrados. Se ha calculado que tres
a cuatro millones de franceses de-
bieran ser reconvertidos hacia sec-
tores en expansión donde su pro-
ductividad se doblaría o incluso
se triplicaría. Corolario de la bene-
ficencia de los sectores marginales
y condenados irremisiblemen te son
las alzas del gasto público, que cre-
cen a mayor ritmo que el P. N. B.
El gasto público, que era el 22,5
por 100 del P. N. B. en 1964, ha pa-
sado al 24,6 por 100 en 1968, au-
mentando a una media del 10 por
100 anual frente al 5 por 100 del
P. N. B.
Finalmente, hay que mencionar
la ambigüedad, cuando no la per-
fecta confusión, de ciertos proyec-
tos recientes, como la «participa-
ción« en las empresas y el autenti-
tico terror a la nueva regulación en
los derechos sucesorios, todo lo
cual no ha hecho sido agudizar las
convulsiones de una estructura em-
presarial cuyos dirigentes no son
responsables de empresa, sino más
bien gerentes de un patrimonio, lo
que explica la elasticidad con que
en los amagos de crisis, los capita-
les toman el camino del extranjero2.
Solución sin solución
pesar de todo lo anterior, la
A buena prensa de que goza Fran-
cia ( ;hasta en Estados Unidos) ha-
bía permitido que la sospecha de
que el franco estaba supervalorado
no se abriera paso en los círculos
financieros internacionales hasta
hace un año nada más. Mientras
tanto, era ya bastante antiguo el
convencimiento de que el marco
alemán está infravalorado (acaso
por el bajo tipo de cambio que
arrastra desde la posguerra), con lo
que el excedente de su balanza de
pagos se confirma como estructural,
según la terminología del F. M. I.
El desequilibrio consiguiente en las
relaciones de paridad de las dos mo-
nedas principales de Europa conti-
nental no podía sino hacerse explí-
cito dentro de un sistema moneta-
rio que no permite la flexibilidad
de los tipos de cambio. La hora de
la verdad fue sonando, por ello, a
partir de septiembre, y alcanzó su
climax a partir de la primera se-
mana de noviembre, en que la hui-
da de capitales se aceleró considera-
blemente, a pesar de la subida del
tipo de descuento en Francia.
Como ya he expuesto en otra
parte, no hay ningún indicio preci-
so que permita conocer la valora-
ción «correcta« de una determina-
da moneda y, en caso negativo, la
devaluación o revaluación de la
misma. No hay—como casi siempre
sucede en la esfera social y econó-
mica—sino presunciones más o me-
nos aleatorias al respecto: como un
activo financiero más, el precio ba-
jista o alcista de una divisa no de-
pende sino de las expectativas pesi-
mistas u optimistas que sobre el va-
lor de esa divisa tienen quienes co-
mercian con ellos, es decir, por un
lado, quienes prefieren desprender-
se de ella para obtener otra, y, por
otro, de aquellos que lo necesitan
por razones comerciales o creen se-
rán favorecidos por su adquisición.
Lo que sí es más que probable es
que por muy vagos que a los deten-
tadores de recursos líquidos les pa-
rezcan los problemas estructurales
(y si tienen bastantes recursos lí-
quidos les suelen parecer vaguisi-
mos en Francia y en todos los paí-
ses), cuando se produce un movi-
miento acelerado de huida de la pro-
pia moneda, el pánico irracional de
salvar el patrimonio propio prima
sobre cualquier presupuesto lógico,
incluso en el país de Descartes. Esto
sucedió en los dramáticas semanas
de noviembre de 1968 y esto ha su-
 Otra crisis del Franco
cedido, con mucha menor intensi-
dad, desde luego, en estas últimas
semanas del invierno de 1969.
La solución que el Gobierno fran-
cés se impuso entonces fue la más
dificil y problemática: una devalua-
ción encubierta, a través de medi-
das de reducción del déficit presu-
puestario y aumento de los tipos del
T. V. A., control de cambios y es-
poletazo a las exportaciones, incre-
mento de las tarifas ferroviarias y
de carreteras, de las de gas y elec-
tricidad, alza del precio de los ser-
vicios y restricciones crediticias. En
el lenguaje bronco y pesimista de
los economistas eso se llama de-
flación, cuyo alto precio—a cambio
de salvar la cara de la moneda—es
no sólo eutanasia de la expansión,
sino la creación de paro. Total: una
vez más las clases sociales menos
favorecidas pagan los errores de la
política económica precedente y los
terrores de las clases adineradas,
que se preocupan de conservar su
dinero más que de invertirlo.
Mientras tanto, referéndum
falsa solución de noviembre no
L5 ha
restaurado la confianza en
el franco. Francia podrá encontrar
otra coartada—acaso menos fragü-
en la inestabilidad del actual sis-
tema monetario internacional y re-
clamar una reordenación a fondo
del mismo. Pero ése es un problema
institucional a escala mundial, so-
bre el que Francia tiene muchos
menos instrumentos de acción que
sobre sus estructuras interna s.
Mientras tanto, el sostenimiento del
franco se convierte en una opera-
ción cada vez más costosa. Las ex-
portaciones francesas no han sido
estimuladas lo suficientemente por
las medidas de noviembre: el déficit
medio desde entonces es de 1.000
millones de francos mensuales. La
obsesión en las empresas de que la
devaluación se producirá en el mo-
mento más inesperado (lo que hace
que todos la estén esperando) está
provocando fenómenos graves para
el normal suministro del aparato
productivo francés: muchas entre-
gas se hacen a cuentagotas y con
retrasos, esperando que la devalua-
ción les suministre ganancias suple-
mentarias. Hay también una pica-
resca francesa, y estos meses la pi-
caresca es devaluatoria. En la Bol-
sa, los especuladores anticipan ya
la devaluación (en dos meses, los
valores franceses han experimenta-
do un alza del 20 por 100, sobre
todo los valores refugio con voca-
ción exportadora).
¿Qué hace mientras tanto el fie-
ro general en su Olimpo? Hay ya un
argumento preparado: si las tensio-
nes sociales y movimientos de huel-
ga provocan incrementos salariales
superiores al nivel previsto (4 por
100 en los sectores privados), exis-
tiría ya alivio suficiente para efec-
tuar una devaluación del 8-12 por
100 después del referéndum del 27
de abril. Por supuesto, los sindica-
tos no están dispuestos ä que se
les achaque esa responsabilidad.
para lo que ponen el ejemplo de las
empresas que han absorbido per-
fectamente las alzas salariales con-
secutivas a los acuerdos de Gre-
nelle.
Al comienzo de esta primavera,
la decisión de devaluar el franco
parece en el vecino país todavía
más dificil que en las últimas se-
manas del otoño pasado, y ello por-
que el forcejeo con el oro como
activo último de seguridad parece
estar agotándose y, sobre todo, por-
que la coyuntura internacional se
está deshinchando (medidas contra
la inflación en Estados Unidos.
Gran Bretaña e incluso Alemania).
La coyuntura francesa se prevé sea
firme en los próximos meses, pero
los déficits de comercio exterior y
las medidas deflacionistas tomadas
se dejarán sentir con más fuerza en
la segunda parte del año. Entonces,
la amenaza de recesión empujara
a la devaluación para estimular un
«relanzamiento». Dos incógnitas a
este esquema: una, bastante impre-
visible, de carácter financiero: que
el Banco de Francia pueda sostener
el franco hasta esa época al ritmo
costosísimo que lo está haciendo
ahora (sostenimiento del franco
en el mercado interior de cambios
y compra en divisas de todos los
que se le presenten en el extranje-
ro, a cotizaciones por encima del
8-12 por 100 de su paridad). Otra, de
carácter político, también imprevi-
sible: los resultados—o la indiferen-
cia—ante el nuevo referéndum del
mes de abril, que, dada la política
de «ordalías, del Presidente fran-
cés, repercutirá ineludiblemente so-
bre la delicada situación del franco.
En suma, estamos ante un nue-
vo -suspense político y financiero
en el vecino país. Las nuevas sa-
cudidas que ello proporcionará al
franco son también imagen fiel del
desarrollo espasmódico de la última
historia de Francia.
G. S. de R.
1 Sobre la situación coyuntural en Fran-
cia a principios del verano pasado y la
crisis del franco en noviembre, véase In-
formación Comercial Española, nürns. 420
(agosto de 1968, págs. 49-50) y 423 (no-
viembre de 1968, págs. 33-42), respectiva-
mente.
2 Todas estas afirmaciones parecerán
muy duras, sobre todo dichas desde Es-
paña, donde las empresas no suelen sei-
en absoluto un modelo ni para Franela
ni para nadie. Mis amigos franceses re-
cordarán que en realidad taten afirmacio-
nes son suyas. Por ejemplo, la última, es-
pecia/mente fuerte, puede verse en el edi-
torial de L'Expansion, diciembre de 1969
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lagro alemán, el problema moneta-
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tos cerebros de la Universidad de
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gía, la sociología, la psicología, la
economia y las ciencias politica,
deberán leerlo con mucha aten
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 CuitDERNOg
get ti DUDO,
COLECCION
LOS SUPLEMENTOS
Acaba de aparecer el n.° 5

VIETNAM
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1.-MESA REDONDA SOBRE EL ATEISMO
2.- EL BACHILLERATO ¿PARA QUE?
3.- EL APASIONANTE MUNDO DEL TEBEO
4.- LOS DERECHOS HUMANOS

de
próxima
aparición
40

6.- ESPAÑA: REALIDAD Y POLITICA

7.- QUIEN ES QUIEN EN LAS CORTES
DOSSIER
DE "CUADERNOS PARA EL DIALOGO"

SOBRE EL
SISTEMA
MONETARIO
INTERNACIONAL

I. DICCIONARIO BASICO
II , APENDICE DOCUMENTAL
BIBLIOGRAFIA SOBRE PROBLEMAS ACTUALES DEL SISTEMA MO-
NETARIO INTERNACIONAL

La amplitud y la urgencia de los problemas que hoy afectan a los principales

mecanismos del Sistema Monetario Internacional nos ha llevado a preparar el material
INTRODUCCION
de trabajo que se contiene en las páginas siguientes, que esperamos sea de una gran
utilidad para todos los lectores, sean estudiosos o no del tema propuesto. En efecto,
si algún interés reviste este dossier de Cuadernos para el Diálogo es el de propor- 41
cionar unos elementos básicos (tanto a nivel de conceptos, como de documentos,
como de bibliografía) con los cuales hacer más accesible la variada y compleja pro-
blemática del sistema monetario internacional.

Las características del material aquí reunido son las siguientes:

1. 0 En primer lugar se incluye un Diccionario básico, que, al recoger los prin-
cipales vocablos relacionados con el tema, facilitará la comprensión de todos los pro-
blemas relacionados con el sistema monetario internacional. Para su elaboración
 —sólo en alguna medida original—se han utilizado conceptos y definiciones, entre
INTRODUCCION otras, de las siguientes obras:
Informe económico del Banco de Bilbao (años 1963 a 1967).
Información Comercial Española, números monográficos dedicados a los proble-
mas monetarios internacionales; entre ellos los números 413 (enero 1968), 410
(octubre 1967), 423 (noviembre 1968), 379 ( marzo 1965).
Diccionario de Economía Política, de W. Heller (Editorial Labor, 3." ed., Bar-
celona, 1965).
Capitalismo y sistema financiero internacional, de M. Benedito y J. Segura (Gua-
diana de Publicaciones, Madrid, 1968).
El Fondo Monetario Internacional, de M. Varela Parache (Guadiana de Publi-
caciones, Madrid, 1969).
Organización económica internacional, de M. Varela (Ed. Ariel, Barcelona.
1965).
Teoría monetaria y del comercio internacional (apuntes basados en las expliciones
de clase), de Luis A. Rojo (Facultad de Ciencias Económicas de Madrid, 1968).
2.° En segundo lugar se incluye un apéndice documental, en el que se han
seleccionado, entre un inmenso número de materiales consultados, aquellos textos
que se han juzgado más expresivos y elocuentes tanto de las características del actual
sistema monetario internacional como de las tensiones a que ha dado lugar su fun-
cionamiento. En conjunto, esos documentos ayudarán, sin duda, a percibir el nudo
esencial de las tensiones y de las contradicciones del actual dispositivo monetario a
escala internacional.
3.° Por último, en tercer lugar se ha incluido un trabajo bibliográfico en el que
se recogen más de doscientos títulos de libros o artículos publicados en inglés, fran-
cés, italiano y, fundamentalmente, en castellano sobre los problemas actuales del
sistema monetario internacional. Se ha cuidado en especial recoger ahí los trabajos
más recientes (aparecidos a partir de 1960) disponibles sobre el tema, y publicados
por firmas editoriales o revistas especializadas de fácil acceso. La selección de títulos
se ha realizado excluyendo—por razones de espacio, entre otras—los aparecidos en
aquellas revistas de las que, por dedicarse monográfica y sistemáticamente al análisis
de problemas monetarios internacionales, debe consultarse la totalidad de sus colec-
ciones; en concreto, las revistas de este tipo que aquí se han tenido en cuenta son las
siguientes:
Boletín del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Publicación mensual
editado en México).
Annual Report (Publicación anual del F. M. 1., con traducción castellana, recogiendo
los textos de las declaraciones de los participantes en la Junta de gobernadores
del B. 1. R. D.)
Staff Papers (Publicación cuatrimestral editada por el F. M. I.)
International Financial Statistics (Publicación bimensual, editada por el F. M. 1.)
42 Finanzas y Desarrollo (Publicación trimestral del F. M. I. y del B. 1. R. D., editada
en inglés, español y francés.)
Para la confección de esta bibliografía, se ha utilizado el interesante trabajo de
James M. Botts, Bibliografía sobre la Reforma Monetaria Internacional, aparecido
en la Revista del Banco Central de Venezuela ( julio-septiembre, 1965), en el que
se incluyen trabajos escritos en diez idiomas diferentes, el cual se ha tenido presente,
sobre todo, para la selección de los trabajos en inglés, francés e italiano. La biblio-
grafía de trabajos en lengua castellana es, en su mayor parte, elaboración propia,
constituyendo en su conjunto, muy probablemente, la más amplia de las aparecidas
hasta la fecha en nuestro país.

ACUERDO MONETARIO EUROPEO (A. M. E.)
Este organismo se creó el 27 de diciembre de 1958
en sustitución de la Unión Europea de Pagos, consti-
tuida el 19 de septiembre de 1950 como órgano de la
O. C. D. E.
Tiene como finalidades las siguientes: «Suplir el dé-
ficit de reservas monetarias, prever los abusos de los
países de moneda inconvertible y coordinar el funcio-
namiento de los mecanismos que regulan las balanzas
comerciales.
ASOCIACION INTERNACIONAL
DE DESARROLLO (A. T. D.)
Filial del Banco Internacional de Reconstrucción y
Desarrollo, creada el 20 de septiembre de 1960, con
sede en Washington.
Concede préstamos a los países miembros a largo
plazo (50 años), no siendo reembolsables más que a
partir del décimo año. Dichos préstamos no producen
interés, sino una comisión del 0,75 por ciento sobre
los importes utilizados y no reembolsados. Sólo se otor-
gan cuando el Gobierno que lo solicita aplica una
juiciosa política, aunque atraviese, no obstante, difi-
cultades en su balanza de pagos.
Sus recursos, en 1968, alcanzaban los 1.600 millones
de dólares.
BALANZA DE PAGOS
«Documento contable que registra sistemáticamente
todas las transacciones económicas efectuadas entre los
residentes de un país y los residentes en el resto del
mundo durante un período de tiempo determinado»
(generalmente, un año).
Su estructura es la siguiente:
I) BALANZA DE BIENES Y SERVICIOS (O BALANZA
POR CUENTA DE RENTAS): Registra las transacciones que
se refieren al comercio visible, es decir, la exportación
e importación de mercancías (Balanza de Mercancías),
así como las transacciones por cuenta de renta que se
refieren al comercio invisible (Balanza de Sei vicios).
1. Diccionario básico
II) BALANZA DE TRANSFERENCIAS UNILATERALES:
Registra las transferencias privadas del exterior (dona-
ciones privadas, remesas de emigrantes, etc.), así como
otras transferencias por cuenta de renta; también pue-
de registrar transferencias unilaterales por cuenta de
capital.
III) BALANZA POR CUENTA DE CAPITAL: Registra
las transacciones que afectan a la posición acreedora o
deudora del país frente al resto del mundo. Se conside-
rarán exportaciones de capital, las que incrementan
la posición acreedora o reducen la posición deudora del
país frente al resto del mundo; e importaciones de ca-
pital las operaciones inversas. Ambas pueden ser a
corto o a largo plazo, según tengan una duración me-
nor o mayor de un año.
BANCO AFRICANO DE DESARROLLO
Organización financiera creada en la Conferencia
de Países Africanos celebrada en Túnez en 1960. Se
nutre con recursos aportados por los países miembros,
los empréstitos que realiza, los beneficios que obtiene
y los donativos que recibe.
Sus fines consisten, según los estatutos, en contribuir
al desarrollo económico y al progreso social de los Es-
tados miembros, financiando nuevas inversiones tanto
de organismos públicos como de empresas privadas,
con garantía de los Gobiernos. Sin embargo, su activi-
dad, hasta el momento, apenas tiene relevancia.
Colabora estrechamente con el B. I. R. D.
BANCO ASIATICO DE DESARROLLO
Organización financiera creada por varios países in-
tegrantes de la Comisión Económica de las Nacione,, 43
Unidas para el Extremo Oriente el 4 de diciembre de
1964. Su finalidad esencial—según los estatutos—es
facilitar la realización de proyectos económicos regio-
nales y fomentar el p,ogreso económico de los países
miembros.
U. S. A. participó en la constitución del Banco con
el 20 por ciento del capital. Otros países occidentales
son también miembros del Banco (Canadá, Gran Bre-
taña, Holanda, Dinamarca, Italia y Bélgica).
 DOSSIER.
Diccionario básico
Ui\NCO EUROPEO DE- INVERSIONES
Organismo financiero creado por el artículo 129 del
Tratado de Roma (25 de marzo de 1957). Su finalidad
fundamental es financiar mediante préstamos las inver-
siones destinadas a fomentar el desarrollo de las regio-
nes más atrasadas de los Seis o países asociados. La
mayor parte de los préstamos se han dirigido a Italia
y Francia, hasta la fecha.
Sus recursos están compuestos por las cuotas desem-
bolsadas por los países miembros, las reservas constitui-
das con sus beneficios hasta alcanzar el 10 por ciento
del capital suscrito, emisión de empréstitos en los
mercados de capitales, reembolsos de préstamos espe-
ciales.
Sus créditos pueden dirigirse a los Estados miembros
y asociados, y también a empresas privadas y públicas
de estos países. Asimismo, puede prestar su garantía
a los empréstitos emitidos por empresas privadas.
BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO
Se fundó en Washington (USA) en diciembre de
1959 por las Repúblicas Iberoamericanas y los Estados
Unidos.
El B. I. D. cuenta con tres fuentes de recursos: A)
Ordinarios, que el 31 de diciembre de 1968 ascendían
a 3.150 millones de dólares. Estados Unidos aporta
algo más del 37 por ciento de estos recursos. B) Fondo
para Operaciones Especiales, que el 31 de diciembre de
1967 ascendía a 1.121,4 millones de dólares, aunque,
según resolución de la VIII Reunión de Gobernadores,
se había acordado elevarlo en otros 1.200 millones de
dólares (Estados Unidos, después de este aumento, con-
tribuirá con el 77,5 por ciento). C) Fondo Fidticiarit
de Progreso Social, que por acuerdo con Estados Uni-
dos (19 de junio de 1961) se encarga de administrar
cl B. I. D.
El B. I. D., según sus estatutos, tiene por objeto
acelerar el desarrollo económico individual y colectivo
de los países miembros.
44 El capital ordinario del Banco se utiliza para hacer
Préstamos de desarrollo, reembolsables en las monedas
prestadas, en condiciones bancarias convencionales.
Con cargo al Fondo para Operaciones Especiales, se
realizan préstamos, generalmente, con intereses más
bajos y plazos más largos que los realizados con los
recursos ordinarios.
Con los recursos del Fondo Fiduciario de Progreso
Social, el B. I. D. concede préstamos y asistencia técni-
ca en colonización, vivienda, educación y en otras in-
versiones en infraestructura. Estos préstamos se con-
ceden a plazos más amplios y a un tipo de interés más
bajo.
El B. I. D., es una institución fuertemente depen-
diente de los Estados Unidos; la ayuda financiera que
otorga es mínima y, generalmente muy costosa. Como
ha señalado repetidamente su presidente, el chileno Fe-
lipe Herrera, la principal brecha en el financiamiento
externo se encuentra en el intercambio comercial. El
deterioro progresivo de la relación de intercambio su.
pone una explotación económica tan considerable que
hace inútil cualquier política financiera como la susten-
tada por el B. I. D., la Alianza por el Progreso, el
Banco Mundial, etc.
BANCO INTERNACIONAL DE PAGOS
Se fundó en enero de 1930 como órgano ejecutivo
del Plan Young. Su finalidad era saldar, de manera
definitiva, las reparaciones de la I Guerra Mundial.
Se constituyó en forma de sociedad anónima con sede
social en Basilea. En 1947 se encargó de ser el agente
técnico para el cumplimiento de los acuerdos de pagos
unilaterales Intraeuropeos, así como de realizar las
operaciones administrativas y bancarias de la Unión
Europea de Pagos.
BANCO INTERNACIONAL DE RECONSTRUC-
CION Y DESARROLLO (B. I. R. D.)
Organismo financiero, con sede en Washington
(USA), fundado el 27 de diciembre de 1945. como de-
rivación de la Conferencia de Bretton Woods (julio
de 1944). Constituye con el F. M. I. la pieza decisiva
de la superestructura monetaria y financiera del siste-
ma monetario internacional y dei neocolonialismo.
Sus finalidades fundamentales, según sus estatutos.
son: Cooperar al desarrollo de los países miembros;
promover las inversiones extranjeras; facilitar la inver-
sión de capitales con fines productivos, otorgando prés-
tamos a largo plazo; promover el incremento del co-
mercio internacional. También fomenta la cooperación
monetaria internacional y la estabilidad del cambio mo-
netario y coopera en el establecimiento de un sistema
multilateral de pagos.
En le actualidad, el B. I. R. D. cuenta con más elz
un centenar de miembros, no figurando entre ellos, ni
la U. R. S. S. ni los otros países socialistas, ni Suiza.
A comienzos de 1967, su capital suscrito era de
22.608,8 millones de dólares. Sus recursos proceden,
según sus estatutos, de las siguientes fuentes: el capi-
tal suscrito por los países miembros, los beneficios ob-
tenidos en su actividad ya que funciona como cual-
quier otra entidad bancaria, los empréstitos obtenidos
que emite en los mercados financieros, la cesión o
venta de sus títulos de cartera y, por último, el reem-
bolso de los préstamos concedidos.
Los préstamos otorgados por el B. I. R. D. y sus
organismos filiales se han dirigido, fundamentalmente,
al transporte, energía eléctrica y otros sectores indus-
triales. Ni la agricultura, ni la educación, entre otros,
han sido objeto de excesiva atención por parte del
B. I. R. D.
El Banco Mundial ha realizado importantes inversio-
nes en algunos países subdesarrollados, mejorando su
infraestructura y facilitando la penetración de capital
extranjero, principal beneficiario de estas inversiones.
El B. I. R. D. exige por otro parte, fuertes garantías
a la propiedad privada en la organización de la vida
económica. Cualquier traba impuesta por algunos de
estos países que contradiga dichos principios, dificulte
las inversiones extranjeras, o atente directa o indirec-
tamente contra ellas es causa más que justificada para
que el Banco no otorgue la ayuda solicitada, o retenga
la ya concedida.
Por ello, la política seguida por el Banco Mundial
en la concesión y distribución de créditos ha sido fuer-
temente criticada. De hecho, no podían esperarse otros
resultados de una institución financiera internacional,
cuyos principales objetivos consisten en reemplazar las
inversiones en infraestructura realizadas por los países
colonialistas en el antiguo régimen, adaptándose al es-
quema neocolonialista.
Además de los préstamos, el B. I. R. D. realiza in-
formes y proporciona asistencia técnica a los países
miembros. La orientación de estos informes responden
también a una estricta lógica capitalista.
Por último, cabe señalar que el B. I. R. D. se en-
cuentra fuertemente vinculado a los intereses del gran
....apital americano. Así, desde su fundación, el cargo
ejecutivo fundamental—presidente--ha estado desem-
peñado por un financiero de esta nacionalidad, co-
rrespondiendo en la actualidad a Mr. Robert MacNa-
mara, ex-secretario de Defensa de los Estados Unidos.
BONOS ROOSA
Títulos de deuda a plazo medio, no negociables, otor-
rudos en la moneda del país acreedor, según los acuer-
dos estipulados entre los diversos Bancos Centrales y
U. S. A. Tienden a incrementar la liquidez internacio-
nal.
BRETTON WOODS (NEWS HAMPSHIRE)
Sede de la Conferencia Monetaria y Financiera de las
Naciones Unidas, celebrada entre el 1 y el 22 de julio
de 1944, donde se establecieron las bases del sistema
monetario internacional y se creó el F. M. I.
CLUB DE LOS DIEZ o CLUB DE PARIS
Organización que comprende los Bancos Centrales
de los siguientes países: Estados Unidos, Canadá, Ja-
pón, Gran Bretaña, Suecia, Francia, Italia, Alemania
Occidental, Bélgica, Holanda y Suiza. Los Bancos cen-
trales de estos países se comprometen a poner a dispo-
sición del F. M. I., cuando las necesidades lo aconsejen,
divisas por valor de 6.000 millones de dólares. Puede
calificarse como un acuerdo de solidaridad internacio-
nal del capital, dadas las 'perturbaciones que en terceros
países puede originar la crisis monetaria de uno de
ellos.
Recientemente, se han otorgado a Francia e Ingla-
terra ayudas considerables a través de dichos acuerdos.
El -Club de los Diez constituye una importante línea
de defensa común.
CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS
SOBRE COMERCIO Y DESARROLLO
(U. N. C. T. A. D.; en castellano, C. N. U. C. D.)
Organismo de la Asamblea General de la O. N. U.
creado el 30 de diciembre de 1964 por resolución adop-
tada en la XIX Asamblea General de las Naciones Uni-
das. Tiene como funciones, según sus estatutos, las si-
guientes: «favorecer la expansión del comercio inter-
nacional, principalmente con vistas a acelerar el des-
arrollo económico y, en particular, el comercio entre
países de niveles diferentes de desarrolio, entre los
países en vías de desarrollo y entre países con sistemas
económicos y sociales diferentes; formular principios
y políticas relativas al comercio internacional y a los
problemas conexos del desarrollo económico; someter
proposiciones para la aplicación de estos principios y 45
políticas; pasar revista y facilitar la coordinación de las
actividades de otras instituciones pertenecientes a las
Naciones Unidas en los sectores del comercio interna-
cional; servir de centro para la armonización de las po-
líticas de los gobiernos y de los grupos económicos re-
gionales en materia de comercio y de desarrollo.
Son miembros de la UNCTAD los Estados-miem-
bros de la O. N. U.
La Conferencia, que se constituyó a raíz de la Con-
ferencia de Ginebra (marzo-junio, 1964), se reunió a
principios de 1968 en Nueva Delhi.
 DOSSIER.
Diccionario básico
Su operatividad, en relación a los problemas de
comercio exterior que tienen planteados los países sub-
desarrollados, ha sido prácticamente nula, debido a la
oposición sistemática a toda clase de reformas que ri-
gen el comercio internacional por parte de los países
desarrollados.
CORPORACION FINANCIERA
INTERNACIONAL (C. F. I.)
Filial del Banco Internacional de Reconstrucción y
Desarrollo, creada en julio de 1956, con sede en
Washington.
Su finalidad fundamental es participar en la finan-
ciación de inversiones privadas de carácter industrial,
así como las llamadas de «interés general» para los paí-
ses en vías de desarrollo, en asociación directa con los
inversores privados. Otorga préstamos a largo plazo
y participa en la suscripción directa de capital de las en-
tidades privadas, cuyas inversiones financia. También
está facultada para suscribir o prestar su garantía a
empréstitos emitidos por dichas sociedades.
Como se ha señalado, su misión esencial es «cons-
truir un lazo de unión entre los capitalistas de los dis-
tintos países y ser una especie de catalizador de las in-
versiones privadas». Sus principales inversiones co-
rresponden a la industria siderúrgica, industrias ali-
menticias, papel, etc. Estas inversiones se han dirigido,
fundamentalmente, a América Latina.
CREDITOS «STAND BY»
Los llamados Acuerdos de Créditos Contingentes
(Acuerdos «stand by») son créditos condicionados, con-
cedidos por el F. M. I. a partir de 1956. Son útiles
para los países que, no teniendo necesidad inmediata de
46 los recursos del F. M. I., pueden necesitarlos en un fu-
turo próximo.
Por estos Acuerdos «stand-by» los países interesa-
dos aseguran la obtención de un volumen de recursos
durante un período de tiempo determinado—de 6 a
12 meses—. Al tratarse de créditos condicionados, los
países dejan de percibir nuevas entregas si no cumplen
lo pactado, a menos que lleguen a un nuevo convenio
con el Fondo. Así, a través de estas operaciones, el
F. M. I. ha impuesto, en ocasiones diversas, a los países
que han acudido a él, una determinada política econó-
mica de corte netamente capitalista.
CREDITOS «SWAP»
Son créditos de carácter bilateral acordados entre
Bancos Centrales de diversos países, con el fin de evi-
tar los riesgos de cambio que pueden derivarse de un
desequilibrio pasajero. Se ha pretendido también con
ellos incrementar la liquidez del sistema monetario in-
ternacional y evitar la agudización de la crisis.
DERECHOS ESPECIALES DE GIRO (S. D. R.)
Reservas adicionales especiales creadas deliberada-
mente por el F. M. I. (Conferencia de Río de Janeiro,
septiembre, 1967) a propuesta del Club de los Diez
para contribuir a apuntalar el sistema monetario inter-
nacional mediante la expansión sistemática y regular
de la liquidez internacional.
Cada país puede obtener los créditos S. D. R. que
precise, en función de la cuota con que participa en el
F. M. I., sin necesidad de reunir o necesitar un per-
miso expreso del Fondo Monetario Internacional, pero
con ciertas limitaciones.
Tanto los Estados Unidos, como los países que com-
ponen el Mercado Común en su conjunto tienen facul-
tad para vetar cualquier propuesta del F. M. I. para
ampliar esta línea de crédito (S. D. R.), ya que la
misma exige el 85 por ciento de los votos y estos están
distribuidos—como en todos los organismos finan-
cieros internacionales—en función de las cuotas que
los países aportan.
DIVISAS
«Letras, cheques y talones que se expresan en mone-
da extranjera y son pagaderos en el extranjero. Por
extensión recibe también esta denominación , la moneda
extranjera misma.»
EXPORT IMPORT BANK (EXIMBANK)
Entidad bancaria norteamericana del Sector Público,
constituida para financiar el comercio exterior de los
Estados Unidos.
FONDO EUROPEO DE DESARROLLO
(F. E. D. A.)
Organismo financiero creado en 1958 por la C. E. E.
Su finalidad, según los estatutos, es participar en el
progreso económico de los países y territorios de ul-
tramar asociados a la Comunidad, siendo administrado
por la misma, ya que carece de personalidad jurídica
propia.
Su presupuesto para el período 1964-1969 es de 750
millones de dólares. Los países que han obtenido ma-
yor ayuda han sido: Camerún, Malí, Costa de Marfil,
Senegal, etc.
El Fondo Europeo de Desarrollo tiende a facilitar,
en general, las inversiones privadas de los países euro-
peos en sus antiguas colonias.
FONDO ESPECIAL DE LAS NACIONES UNIDAS
Organismo dependiente del Consejo Económico y
Social de las Naciones Unidas, creado en 1959. Sus
objetivos consisten en «eliminar los estrangulamientos
u obstáculos que entorpecen el desarrollo económico de
un país, especialmente aquellos que se derivan de la
ausencia de un estudio de base». Por ello, la acción
del Fondo Especial se dirige a financiar estudios sobre
recursos naturales, formación de la mano de obra, for-
mación de técnicos y especialistas, investigadores, etc.
FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
F. M. I.)
Organismo, con sede en Washington (U. S. A.), crea-
do por la Conferencia Monetaria y Financiera de las
Naciones Unidas, celebrada en Bretton Woods (julio
de 1944) y con vigencia a partir del 27 de diciembre
de 1945. Constituye, junto con el B. I. R. D., la pieza
decisiva de la superestructura monetaria y financiera
del sistema monetario internacional.
Sus fines son los siguientes:
1. Promover la cooperación monetaria internacio-
nal.
II. Facilitar la expansión y crecimiento equilibrado
del comercio internacional y contribuir con ello a pro-
mover y mantener altos niveles de ocupación e ingre-
sos reales y a desarrollar los recursos productivos de
todos los países asociados.
III. Promover la estabilidad de los cambios, ase-
gurar que las relaciones cambiarias entre los asociados
sean ordenadas y evitar depreciaciones con fines de
competencia.
IV. Ayudar a establecer un sistema multilateral de
pagos para las operaciones en cuenta corriente y a eli-
minar las restricciones que estorben el comercio mun-
dial.
V. Infundir confianza a los países asociados al po-
ner a su disposición los recursos del Fondo.
VI. Reducir la duración y la intensidad del des-
equilibrio de las balanzas de pago de los países miem-
bros.
En 1967, su capital ascendía a 20.990 millones de
dólares, suma de las cuotas aportadas por los 107 paí-
ses miembros. Cada país viene obligado a pagar su
cuota, el 25 por 100 en oro (tramo-oro) y el resto en
moneda del país. Los países asociados no podrán modi-
ficar la paridad de su moneda salvo para corregir un
desequilibrio fundamental. En todo caso, sólo se po-
drá modificar la paridad de la moneda de un asociado
a instancia de éste y previa consulta con el Fondo, que
no hará objección alguna si no excede del 10 por cien-
to de la paridad inicial. (Vésae apéndice documental.)
Cualquier país miembro del Fondo Monetario, con
déficits irregulares en su Balanza de Pagos, puede to-
mar préstamos del mismo; tales préstamos pueden ser
«automáticos» por la cuantía del tramo-oro disponible
de su cuota, o «condicionados» a diversas normas esta-
blecidas por el F. M. I. (Véase apéndice.) La mayor
parte de los préstamos solicitados lo son en dólares, de
tal forma que su escasez convierte a los Estados Uni-
dos en piedra angular del sistema, al mismo tiempo que
en emisor de moneda internacional.
Por último, conviene señalar que el F. M. I. tiene
facultad para imponer drásticas medidas estabilizado-
ras a los países miembros que atraviesan dificultades
con sus balanzas de pago y no logran mantener la pari-
dad de su moneda, caso en que se encuentran la mayo-
ría de los países subdesarrollados que ven, de esta for-
ma, acentuada su dependencia de los países que, apor-
tando cuotas proporcionalmente más elevadas, tienen
mayor poder de decisión.
FORT KNOX
47
Recinto sólidamente protegido en el que se guardan
las reservas-oro de los Estados Unidos de América,
parte considerable de la liquidez internacional. A pesar
de que estas reservas-oro ascienden a 12.000 millones
de dólares, son, evidentemente, insuficientes para res-
paldar el volumen de dólares en poder de terceros
países, dados los fuertes déficits (salida de dólares) que
arrastra la Balanza de Pagos de U. S. A. en los últimos
años.
 DOSSIER.
Diccionario básico
GOLD EXCHANGE STANDARD (PATRON DF.
MONEDAS CONVERTIBLES EN ORO)
El «Patrón de monedas convertibles en oro» es la
organización dada al sistema monetario internacional
por acuerdo firmado entre diversos países en la Con-
ferencia de Ginebra de 1922.
Según estos acuerdos, Estados Unidos y Gran Bre-
taña habrían de mantener la convertibilidad en oro de
sus respectivas divisas (dólar y libra) a una paridad
fija, a la vez que los restantes países acordaban no
convertir en oro dichas monedas que pasaban, así,
a incrementar las fuentes de liquidez internacional.
Con el Gold Exchange Standard la libra y el dólar
pasaron a tener el carácter de reservas internacionales
imponiendo a los restantes países una dependencia fi-
nanciera que ya existía, de hecho, en la práctica econó-
mica, a través del comercio internacional.
La crisis mundial de 1929 y, posteriormente, la
II Guerra Mundial acabaron por colocar al sistema mo-
netario internacional establecido en Ginebra en una di-
fícil situación. Surgieron serias dificultades que sólo
serían solucionadas, de manera parcial, un la Conferen-
cia de Bretton Woods.
GOLD STANDARD ( PATRON ORO)
Patrón monetario internacional en el que las reser-
vas de cada país están constituidas por oro. Toda mo-
neda nacional es convertible en oro a la paridad legal
establecida en el Banco Central correspondiente.
El Patrón oro se caracteriza por ser un patrón auto-
mático. Cualquier desequilibrio de la balanza comer-
cial presiona directamente sobre los precios interiores
que tienden a eliminar tales desequilibrios. Como se
ha dicho «el patrón oro mantiene la estabilidad del po-
der adquisitivo de la moneda nacional». Las fluctuacio-
nes en los precios, en la producción y en el empleo
fueron las consecuencias inevitables de este sistema
monetario, que tuvo vigencia hasta los primeros dece-
nios del siglo xx.
GRUPO DE LOS 77
48
Conjunto de países que pertenecen al área del sub-
desarrollo económico unidos por aspiraciones comunes
y por la identidad de intereses económicos, determina-
dos a proseguir conjuntamente sus esfuerzos por conse-
guir el desarrollo económico, la paz y la prosperidad.
Este grupo se constituyó a raíz de la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre comercio y desarrollo,
celebrada en Ginebra (1964), cuando al finalizar la
misma firmaron (16 de junio) una Declaración conjunta
en la que se hacía hincapié en la necesidad de un mejor
trato por parte de los países desarrollados en el aspecto
comercial.
LIQUIDEZ INTERNACIONAL
Puede definirse como: «los medios indiferentemen-
te aceptados por todos los países para sus pagos re-
cíprocos».
Está constituida, en principio, por las reservas de di-
visas, reservas-oro y posición neta de los diferentes
países en el F. M. I. En la actualidad, pueden conside-
rarse como fuentes de liquidez las siguientes:
Oro monetario.
Divisas.
Créditos «swap» y bonos Roosa (Acuerdos entre
Bancos Centrales).
Créditos normales del F. M. I.
Créditos «stand by » del F. M. 1.
Derechos especiales de giro (S. D. R.)
Acuerdos generales de crédito del Club de los Diez
a través del F. M. I.
En los últimos años. la tasa media anual de la li-
quidez internacional (2,4 por ciento) ha sido muy in-
ferior al ritmo de crecimiento experimentado por el dé-
ficit del comercio internacional, con lo que los proble-
mas relacionados con la liquidez, para muchos países.
se ha agravado en los últimos años.
MERCADO DE
_ DIVISAS A TERMINO
«Mercado donde se negocian compromisos presentes
de comprar y vender monedas que se entregarán y se
pagarán en determinado momento ulterior.»
Su existencia deriva de que en las transacciones rela-
tivas a exportaciones e importaciones suelen mediar
periodos de espera para efectuar los pagos y los cobros,
y no siempre se sabe con certeza el precio a que habrá
de recibirse o pagarse en el futuro por una moneda ex-
tranjera.
OFERTA MONETARIA
Se entiende por oferta monetaria, o cantidad de di-
nero en manos del público, la constituida por el dinero
legal (billetes de Banco, etc.) y por los depósitos ban-
carios a la vista (dinero bancario).

PATRON COJO
Es el Patrón bimetálico en el que uno de los meta-
les, en relación con el cual se define la unidad moneta-
ria, desaparece de la circulación. Generalmente, esta
situación se produce como consecuencia de la expul-
sión de la moneda de mayor valor intrínseco por la de
menor valor. (Ley de Gresham.)
PATRON FIDUCIARIO
Sistema monetario en el que el dinero patrón tiene
un valor monetario superior a su valor intrínseco.
Se basa en la seguridad de la aceptación general del
valor que representa (que da fe).
PATRON METALICO
Patrón monetario en el que la unidad monetaria vie-
ne definida en relación con un determinado peso del
metal.
El patrón metálico—o patrón de base metálica—ha
presentado muy diversas modalidades a lo largo de la
historia, siendo las más frecuentes las denominadas
monometalismo (un sólo metal base) y bimetalismo
(con dos metales base).
PATRON MONETARIO U. S. A. se relacionaba con el oro a razón de 33 dó-
Regulación jurídica del dinero existente en un siste-
ma económico, que se lleva a cabo eligiendo como base
del sistema monetario un tipo de dinero y establecien-
do una relación determinada entre las demás clases
de dinero con respecto a la primera. La unidad mone-
taria base se denomina dinero-patrón.
POOL DEL ORO
Acuerdo entre los Bancos Centrales de varios países
(Bélgica, Italia, Holanda, Reino Unido, República Fe-
deral Alemana, Estados Unidos y Suiza) tendente a
mantener el precio del oro dentro de ciertos límites,
aún en aquellos casos en que la crisis internacional o
la especulación crearan una fuerte demanda del mismo.
Los acuerdos del Pool del oro están también dirigidos
a repartir en común, solidariamente, el coste que su-
pone la intervención en el mercado del oro. Es, asi-
mismo, un acuerdo sobre las compras de dicho metal.
Puede decirse que el Pool de oro constituye una alianza
entre los principales países capitalistas dirigida al soste-
nimiento del sistema monetario internacional y, parti-
cularmente, al mantenimiento del tipo de cambio del
dólar.
En julio de 1967, Francia se retiró de este acuerdo
poniendo de manifiesto las diferencias y contradiccio-
nes existentes entre los propios paises capitalistas res-
pecto a la organización del sistema monetario interna-
cional.
SISTEMA MONETARIO
«Conjunto de instituciones de un país que tienen
capacidad para emitir o retirar dinero, crearlo o des-
truirlo, ampliar o 1-educir la oferta monetaria a dispo-
sición del público.»
SISTEMA MONETARIO INTERNACIONAL
(VIGENTE)
Las características básicas del sistema monetario in-
ternacional vigente, que tiene su origen en la Confe-
rencia de Bretton Woods (julio de 1944), son las si-
guientes:
1.°) Obligación de cada Gobierno de fijar la pari-
dad de su divisa en oro como denominador común o
en relación con el dólar de los Estados Unidos, del
peso y ley vigentes en 1 de julio de 1944 (el dólar
lares la onza de oro fino).
2.°) Los países se comprometen a mantener el tipo
de cambio de sus monedas respecto de las monedas de
otros países miembros, dentro de los límites determi-
nados por el 1 por ciento de la paridad (es un tipo de
cambio fijo).
3.") La paridad inicial se establece mediante acuer-
do con el F. M. I. Cualquier alteración posterior, si es
superior al 10 por ciento debe ser aprobada por el
Fondo.
4.°) Las reservas internacionales estarán constitui-
das por los stocks de oro, las monedas de reservas (sal- 49
dos en dólares y libras) y los préstamos concedidos,
principalmente, por el F. M. I. que constituían la se-
gunda línea de liquidez internacional para equilibrar
las Balanzas de Pagos.
5.1 El control de los pagos corrientes se somete a
condiciones restrictivas.
6.") El control de los movimientos de capital se
deja a la discreción de los Gobiernos.
 DOSSIER.
Diccionario básico
*EE
la revista de economía,
independiente, sin
compromisos y con
los más autorizados
colaboradores.
Con el sistema monetario vigente, el dólar ha pasado
a ocupar un papel fundamental en el conjunto de re- CONSEJO ASESOR
servas internacionales, constituyéndose en la principal A. ALVAREZ • C. BUSTELO
moneda internacional y su Banco Emisor en centro del F. GARCIA FERRERO • J. M. KINDELAN
sistema monetario internacional. De hecho, el sistema E. LLUCH • R. MONEO
monetario vigente ha venido a reflejar en la política C. MOYA • V. PEREZ DIAZ
monetaria internacional la fuerte preponderancia eco- L. SAMPEDRO • L A. ROJO
nómica, ya existente en 1944, de los Estados Unidos, J. SARDA • A. SERRA RAMONEDA
como primera potencia mundial, pudiendo decirse 1 NADAL
que ha estado en todo momento al servicio de sus in- Sumario del número 4 - 11 de abril de 1969
tereses políticos y económicos. A partir de entonces,
esta posición financiera y monetaria privilegiada ha con- EDITORIALES:
tribuido a fortalecer su posición económica, acentuan-
do, a su vez, la dependencia de los países subdesarro- • Las trompetas del Apocalipsis. (Señales de
llados. alerta establecidas por el II Plan de Des-
Con el sistema monetario internacional vigente se arrollo.)
pretendía dotar al comercio internacional y a los movi- • Navarra: Autonomía fiscal.
mientos de capitales de la liquidez necesaria, sin embar-
go, a partir de los años 60, del fuerte desarrollo del NACIONAL:
comercio internacional, de las crecientes necesidades • Desarrollo, renta y patrimonio.
de los nuevos países independientes, de los fuertes dé-
ficits de la Balanza de Pagos U. S. A., etc, se han • Los pagarés del Tesoro: una ilusión perdida.
producido fuertes desequilibrios, colocando al propio • Enseñanza técnica y enseñanza musical.
sistema en una situación difícilmente sostenible. • España insólita: Eurovisión. (Las estaciones
de servicio.)
• En Flandes aún no se ha puesto el sol. (Co-
mentario sobre los negociaciones de España
con el Mercado Común.)
TRAMO-ORO
INTERNACIONAL:
Parte correspondiente de la cuota (25 por tiento) • O. E. C. D.: Ayuda a los países en vías de
que cada país miembro del Fondo Monetario Interna- desarrollo.
cional debe desembolsar en oro o dólares, según los
acuerdos de Bretton Woods. • Veinte años del C. O. M. E. C. O. N.
No obstante, el tramo-oro correspondiente de la cuo- • Elecciones en Chile.
ta de un país-miembro puede elevarse en la cuantía en
que éste conceda prestamos en divisas a otros países- ESTUDIO:
miembros. Ello gonstituye una ampliación de su tramo- • El consumo de alimentos en Barcelona.
oro.
Libros. Cartas. Bolsa. Revistas de Libros.
Todos los países pueden obtener créditos automá- Noticias financieras.
ticos del F. M. I. precisamente por la cuantía que re-
presente su tramo-oro en un determinado momento.
LEALA GRATIS Sí, efectivamente,
puede leerla, total-
mente GRATIS con sólo rellenar el adiunto cupón y enviarle
antes de una semana a:
Club de Lectores de ESPAÑA ECONOMICA
50 UNIDAD MONETARIA DE RESERVA (U. R. C.) Profesor Waksman, número 8 (Madrid-16)

Proyecto de Unidad monetaria de reserva interna-

cional cuya finalidad fuera sustituir al dólar y la libra, Apellidos Nombre
estando relacionada directamente con el oro. La
U. R. C. fue propuesta directamente por el Gobierno
francés y habría de ser gestionada por el Club de los Dorvicilin Ciudad Provincia
Diez o el Banco Internacional de Pagos y repartida en
función de las reservas de oro que poseyese cada país
Profesión Edad Estado
miembro.

A. PRIMER PERIODO DE SESIONES DE LA Estados Unidos
U. N. C. T. A. D.
(GINEBRA, 1964). LA POSICION DE ESTADOS UNI-
DOS Y CUBA A TRAVES DE LAS INTERVENCIONES
DE SUS REPRESENTANTES EN EL DEBATE GENERAL.
II. Apéndice documental
El día 25 de marzo intervino en el debate gene-
ral el subsecretario de Estado norteamericano, Geor-
ge W. Ball. Su discurso, esperado con ansiedad por
todas las delegaciones, dio la impresión «de que el
Gobierno del Presidente Johnson carece de la auda-
cia imaginativa que caracterizaba al presidente Ken-
nedy. Estados Unidos aporta una exposición franca,
prudente y clara, pero que pasa al margen del proble-
ma planteado en Ginebra y, por tanto, no ayuda a su
resolución» («El Mercurio», Santiago, 28 marzo). Las
propuestas del delegado norteamericano fueron: 1.°,
las naciones pobres deben acoger con entusiasmo al
capital privado para el desarrollo de sus industrias;
2.°, estos países deberían formar sus propios grupos
económicos regionales; 3., deben de reorganizar sus
mercados y políticas internas para brindar garantías
para el desarrollo.
Los puntos más destacados del discurso del subse-
cretario norteamericano fueron los siguientes:
«Es totalmente pertinente que esta Conferencia en-
foque principalmente las cuestiones relativas a los me-
dios que permitan convertir el comercio en un instru-
mento más eficaz para el desarrollo. Pero estas posi-
bilidades no podrán considerarse aisladamente. Tam-
bién debemos explorar los medios tendentes a incre-
mentar y a hacer un uso más provechoso del flujo de
capital exterior y de la ayuda técnica, tanto públicos
como privados; las ventajas económicas de la creación
o expansión de los grupos económicos regionales; y en
general, toda la gama de las políticas internas que son
de una importancia vital para la movilización y el uso
del capital, y que necesariamente determinarán la apor-
tación que el medio exterior podrá realizar con fines de
desarrollo. 51
Si los países en vías de desarrollo han de conseguir
un crecimiento automantenido, han de estar capacita-
dos para ganar un volumen creciente de divisas extran-
jeras en los mercados mundiales. Para hacer esto, ha-
brán de desarrollar mercados más amplios para sus ma-
terias primas a precios razonablemente estables y equi-
tativos. También deberán encontrar salidas mundiales
crecientes para los productos de sus incipientes indus-
trias manufactureras.»
•.77-71F
-771
 APENDICE DOCUMENTAL
A. Primer período de sesiones de la Unctad
Aportaciones de los paises desarrollados en favor de
los países en vías de desarrollo: Primero: y en mi opi-
nión esto es lo más importante, existe la necesidad de
que los países industriales consigan y mantengan ni-
veles de empleo total y tasas elevadas de crecimiento
económico. Estas condiciones mejorarán tanto la de-
manda como los precios de las exportaciones de los paí-
ses en vías de desarrollo. Tendremos que encontrar
medios y fórmulas para amortiguar las rápidas y agu-
das perturbaciones en los mercados de los países im-
portadores. Sin embargo, en relación con las cuestiones
básicas, nosotros en los países industrializados necesita-
mos adquirir más conocimientos en cuanto al comercio,
tanto para desbaratar a la mitología que todavía rodea
a la competencia como para crear una mejor compren-
sión del gran potencial de utilidades que pudiera ofre-
cer un comercio más libre. Tal tipo de educación podrá
recibirse mejor en un ambiente en el que exista el em-
pleo completo.
Segundo: los paises industriales como grupo, debe-
rán estar dispuestos a reducir los aranceles y las demás
barreras a las importaciones de los productos básicos,
de los materiales semi-manufacturados y de los produc-
tos manufacturados que son de especial interés para
los países en vías de desarrollo. Los países industriales
en años recientes han hecho mucho por reducir estas
barreras. Se podrá conseguir más aún mediante exten-
sas reducciones arancelarias de carácter general en la
«Ronda Kennedy» y nosotros estamos dispuestos a que
estos beneficios se concedan a los países en vías de
desarrollo, sin pedir concesiones recíprocas.
Tercero: los países industriales deberán estar dis-
puestos a cooperar, cuando y donde sea posible, en el
perfeccionamiento de arreglos que reducirían la inesta-
bilidad que se produce con el comercio de los produc-
tos básicos, con lo cual se impulsaría el desarrollo.»
Comercio multilateral y no discriminatorio.—«Todas
estas directrices para la acción resultan de las responsa-
52 bilidades y obligaciones de un sistema de comercio mul-
tilateral y no discriminatorio. Nos hemos esforzado
a través de todo e/ período de la postguerra, intentan-
do crear tal tipo de sociedad comercial abierta, con el
convencimiento de que promovería el uso eficaz y ra-
cional de los recursos del mundo; de que beneficiaría
a todos aquellos que participan en el comercio mun-
dial; de que se adaptaría más completamente a las con-
diciones sujetas a cambio constante en un mundo co-
mercial dinámico.
Tenemos que asegurarnos de que producirán benefi-
cios económicos importantes por lo menos para algunos
países, y que dichos beneficios serán superiores a los
costos que representará para todos los países su desvia-
ción de los principios del comercio no discriminatorio.
En el campo de los arreglos preferenciales por ejem-
plo, debemos aclarar si una propuesta es de carácter
global o regional, si se prevé su aplicación a todos los
países o solamente a un número determinado de países
o a grupos de países.
Mi Gobierno ha presumido que todos los países in-
dustriales deberían aceptar la responsabilidad de con-
tribuir al progreso y al bienestar económico de todos
los países en vías de desarrollo. Pero también se ha
defendido la idea—algunas veces más bien mediante
afirmaciones persistentes que mediante la demostración
de un principio discreto—de que sería mejor organi-
zar estas relaciones sobre la base de responsabilidades
especiales establecidas entre países industriales indivi-
duales o grupos de tales países y países individuales en
vías de desarrollo, o grupos de estos.
No planteo estas cuestiones con el fin de apoyar un
planteamiento o el otro, sino más bien para señalar que
las graves desviaciones de los principios de comercio no
discriminatorio—especialmente en relación con los
arreglos comerciales entre los países industriales y
aquel/os que están en vías de desarrollo—inevitable-
mente traen a colación la cuestión de cómo deberían
organizarse las relaciones fundamentales entre las na-
ciones.»
Necesidad de formar mercados regionales —«Es
esencial que los países en vías de desarrollo comerciali-
cen sus productos elaborados sobre bases de competen-
cia. Esto, a su vez, dependerá de su capacidad para des-
arrollar mercados nacionales t masivos o, donde fuere
necesario, mercados regionales.
Desde luego, numerosos países son demasiado pe-
queños para proporcionar mercados nacionales masivos.
Los beneficios de un mercado de esta índole pueden
lograrse mediante la cooperación económica sobre una
base regional
No hay dudas de que el desmantelamiento de la es-
tructura colonial y el nacimiento de 51 países nuevos.
ha entrañado costos económicos de gran magnitud
 La integración de los mercados nacionales en merca-
dos regionales ofrece posibilidades para recuperar estos
costos económicos—y aún mucho más—. Las indus-
trias manufactureras basadas en las necesidades inter-
nas más amplias de un mercado regional alcanzarán
antes y con una eficacia mucho mayor, una posición
competitiva en los mercados internacionales.
«Mi Gobierno está convencido de que la ayuda ex-
terior debe asistir a los países en vías de desarrollo
como una fuente complementaria de capital. Sugiero
que en el curso de estas actuaciones reexaminemos las
posibilidades de ampliar el flujo de capital particular
de inversión procedente de fuentes externas.»

«Estados Unidos apoya la realización de más esfuer-

zos en esta materia. Favorecemos la modificación de las
normas del GATT, a fin de conceder a los países en
vías de desarrollo mayor flexibilidad para que puedan
aplicar diversas formas de integración económica—par-
cial o total—. Pero los países industriales deberían
continuar estando sujetos a normas estrictas a este res-
pecto.»

Necesidad de incrementar las inversiones extranjeras

«Cuando hablamos de un desnivel en el desarrollo, nos
referimos en gran medida a la necesidad que tienen
los países en vías de desarrollo de contar con un ma-
yor acceso a los recursos de capital para la inversión.
Parte de estos recursos de capital deben emplearse para
financiar la importación de maquinaria y de otros ma-
teriales procedentes del exterior. Todos estos recursos
de capital deben permitir a una nación emplear sus re-
cursos humanos y materiales con mayor eficacia, y lo-
grar acceso a los beneficios de la revolución cada vez
más amplia en el campo de la tecnología.
Cubo
Las inversiones extranjeras particulares pueden, de
por sí, constituir una fuente importante de tal capital.
Ernesto Guevara, ministro de Industrias de Cuba,
Además, pueden estimular la movilización de capital expresó (25 de marzo) la posición de su país respecto
nacional en los países en vías de desarrollo. a los problemas que plantea el comercio internacional.
Manifestó:
Por último, normalmente traen consigo capacidad
tecnológica y un crecimiento de los mercados extranje-
ros que puede facilitar los esfuerzos de los paises en
vías de desarrollo para ampliar sus industrias de ex- La explotación de unos paises por otros
53
portación.
«Entendemos claramente—y lo decimos con toda
Reconozco que existen presiones políticas y psicoló- franqueza—que la única solución correcta a los pro-
gicas internas que pueden dar lugar a una oposición a blemas de la humanidad en el momento actual es la su-
la inversión de capital externo en muchos países. Me presión absoluta de la explotación de los países depen-
percato de las diferencias en las condiciones y en los dientes por parte de los países capitalistas desarrolla-
puntos de vista que prevalecen en las naciones del mun- dos, con todas las consecuencias implícitas en este
do que requieren diversidad en el comercio, así como hecho. Hemos venido aquí con clara conciencia de que
en otras formas de organización social.» se trata de una discusión entre los representantes de
,ItzuF I
 A PEND10E DOCUMENTAL
A. Primer periodo de sesiones de fa Unctad
aquellos pueblos que han suprimido la explotación del
hombre por el hombre, de aquellos países que la man-
tienen como filosofía de su acción y del grupo mayori-
tario de los que la sufren, y debemos. establecer el
diálogo partiendo de la realidad de estas afirmaciones.
Aun cuando nuestra convicción sea tan firme que no
existan argumentos para hacerla variar, estamos dis-
puestos al diálogo constructivo en el contexto de la
coexistencia pacífica entre países de distintos sistemas
políticos, económicos y sociales. La dificultad estriba
en que todos sepamos a lo que podemos aspirar sin te-
ner que tomarlo por la fuerza y dónde hay que ceder
un privilegio antes de que inevitablemente se lo vaya
a perder por la fu..irza. Por este angosto y escabroso
desfiladero deberá transitar la Conferencia. Las des-
viaciones nos conducirán a terreno estéril.
Las agresiones de los Estados Unidos a Cuba se ini-
ciaron prácticamente apenas triunfada la Revolución.
En su primera etapa se caracterizaron por ataques di-
rectos a los centros productores cubanos.
Posteriormente, estas agresiones se caracterizaron
por medidas dirigidas a paralizar la economía cubana.
Se trató de privar a Cuba, a mediados de 1960, del
combustible necesario para el funcionamiento de sus
industrias, sus transportes y sus centrales eléctricas.
Por presión del Departamento de Estado, las coma-
flías petroleras norteamericanas independientes, se ne-
garon a vender petróleo a Cuba o a facilitarle buques-
tanques para el traslado de aquél. Poco después se tra-
tó de privarla de las divisas necesarias para su comer-
cio exterior. El 6 de julio de 1960, el entonces presi-
dente Eisenhower, redujo 700.000 toneladas cortas de
la cuota azucarera de Cuba a Estados Unidos, supri-
miéndose totalmente dicha cuota el 31 de marzo de
1961, pocos días después de la anunciada Alianza para
el Progreso y días antes de Playa Girón. Se intentó pa-
54 ralizar la industria de Cuba privándola de materias pri-
mas y piezas de repuesto para su maquinaria, dictan-
dose con ese fin, el 19 de octubre de 1960, por el De-
partamento de Comercio de los Estados Unidos, una
resolución prohibiendo el embarque hacia nuestra isla
de numerosos productos. Esta prohibición de comercio
con Cuba se fue intensificando hasta que el 3 de febre-
ro de 1962 el entonces presidente Kennedy decretó un
embargo total al comercio de Estados Unidos con Cuba.
Fracasaron todas las agresiones
Fracasadas todas las agresiones, Estados Unidos pasó
a aplicar el bloqueo contra nuestra Patria, dirigido a
impedir el intercambio comercial de otros países con
el nuestro. Primeramente el 24 de enero de 1962, el
Departamento del Tesoro norteamericano anunció que
se prohibía la entrada en Estados Unidos de cualquier
producto elaborado en todo o en parte con productos
de origen cubano, aunque fuesen fabricados en cual-
quier otro país. En un nuevo paso que significaba la
implantación de un bloqueo económico virtual, el 6 de
febrero de 1963, la Casa Blanca emitió un comunicado
anunciando que las mercancías compradas con dinero
del gobierno norteamericano no serían embarcadas en
naves de bandera extranjera que hubieran mantenido
tráfico comercial con Cuba después del primero de ene-
ro de ese año. Se inició así la lista negra, que ha llegado
a abarcar más de 150 barcos de países que no se ple-
garon al ilegal bloqueo yanki. Y en otro caso, para di-
ficultar el intercambio comercial a Cuba, el 8 de julio
de 1963, el Departamento del Tesoro de Estados Uni-
dos estableció la congelación de todos los bienes cuba-
nos en territorio norteamericano y la prohibición de
toda transferencia de dólares hacia o desde Cuba, así
como cualquier otro tipo de transacción de dólares
efectuada a través de terceros países.
Señor presidente: ¿no se podría pedir que se elimi-
naran unos golpes que están molestando un poco la
audición?
En su obsesión de agredimos, en la «Trade Expan-
sion Act», se excluye específicamente a nuestro país
de las supuestas ventajas que se atribuyen a esa ley. Y
este año continúan las agresiones: el 18 de febrero de
1964 Estados Unidos anunció haber suspendido la
ayuda a Gran Bretaña, Francia y Yugoeslavia por se-
guir comerciando con Cuba. Y el secretario de Estado,
Dean Rusk, recientemente declaró textualmente—esto
según los periódicos norteamericanos—:
»Al mismo tiempo, no puede haber mejorías en las
relaciones con China comunista mientras que incite y
apoye agresiones en el sureste asiático, ni con Cuba
mientras que represente una amenaza al hemisferio oc-
cidental.
»Esa amenaza puede terminar, para la satisfacción
de Washington, solamente con el derrocamiento del
régimen de Castro por el pueblo cubano. Consideramos
este régimen temporal.»
Cuba emplaza
Cuba emplaza aquí a la delegación del Gobierno de
los Estados Unidos para que diga si las acciones que
presuponen esta y otras declaraciones similares y los
hechos anteriormente relatados están o no reñidos con
la convivencia en el mundo actual, y si la serie de
agresiones económicas cometidas contra nuestra isla
y contra otros países que con ella comercian son legí-
timas, según esté reñida o no con el principio del
organismo que nos convoca, de practicar la tolerancia
entre los Estados y con la obligación que le impone a
los países que han ratificado su Carta de solucionar
pacíficamente sus controversias. Si esa actitud está
reñida o no con el espíritu de esta reunión en favor del
cese de las discriminaciones de todos los tipos y de la
desaparición de las barreras entre países con distintos
sistemas sociales y grados de desarrollo. Y pedimos a
esta Conferencia que se pronuncie sobre la explicación
pertinente, si es que la delegación de los Estados Uni-
dos se atreve a hacerlo. Por nuestra parte mantenemos
nuestra única posición al respecto: estamos dispuestos
al diálogo, siempre que sea sin condiciones previas.
El campo socialista se ha desarrollado ininterrumpi-
damente a tasas de crecimiento mucho más altas que
la de los países capitalistas, a pesar de haber partido,
en general, de grados de desarrollo bastante pobres
y de haber soportado guerras de exterminio y bloqueos
estrictos.
Contrastando con el impetuoso crecimiento de los
países del campo socialista, y el desarrollo, aunque
a mucho menor ritmo, de la mayoría de los países ca-
pitalistas, existe el hecho indudable del estancamiento
total de una gran parte de los países llamados subdesa-
rrollados, que presentan, a veces, incluso tasas de creci-
miento económico inferiores a las del crecimiento de-
mográfico.
Estas características no son casuales. Responden es-
trictamente a la naturaleza del sistema capitalista des-
arrollado en plena expansión, que traslada hacia los
países dependientes las formas más abusivas y menos
enmascarables de la explotación.
En general, se manifiesta por la dependencia que un
país dado tiene de un solo producto básico, que, a su
vez, va hacia un mercado determinado en las canti-
dades limitadas a las necesidades del mismo.
Es la penetración de los capitales de los países des-
arrollados, la condición esencial para establecer la
dependencia económica. Esta penetración adquiere
formas diversas. Se presenta como préstamos en con-
diciones onerosas, inversiones que sujetan a un país
dado, a los inversionistas, dependencia tecnológica casi
absoluta del país dependiente hacia el país desarrollado,
control del comercio exterior por los grandes monopo-
lios internacionales y, en último extremo, utilización
de la fuerza como potencia económica para reforzar las
otras formas de explotación.
A veces esta penetración adquiere formas más suti-
les, como la utilización de los organismos internaciona-
les, financieros, crediticios y de otro tipo. El Fondo
Monetario Internacional, el Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento, el G. A. T. T. y, en nuestra
América, el Banco Interamericano de Desarrollo, son
ejemplos de organismos internacionales puestos al
servicio de las grandes potencias capitalistas, funda-
mentalmente del imperialismo norteamericano. Ellos
se introducen en la política económica interna, en la
política de comercio exterior y en todas las formas
financieras de relaciones internas y de relaciones entre
los nueblAs.
Los instrumentos de la explotación
El Fondo Monetario Internacional es el cancerbero
del dólar en el campo capitalista. El Banco Interna-
cional de Reconstrucción y Fomento es el instrumento
de penetración de los capitales norteamericanos en el
mundo subdesarrollado, y el Banco Interamericano
de Desarrollo cumple esa triste función en el ámbito
del continente americano. Todos estos organismos se
rigen por reglas y principios a los que se pretenden
presentar como salvaguardas de la equidad y la reci-
procidad en las relaciones económicas internacionales, 55
cuando, en realidad, no son sino fetiches tras los
cuales se encubren los instrumentos más sutiles para
la perpetuación del atraso y la explotación. El Fondo
Monetario Internacional, velando supuestamente por
la estabilidad de los tipos de cambio y la liberalización
de pagos internacionales, no tienda sino a impedir
las medidas mínimas de defensa de los países sub-
desarrollados frente a la competencia y la penetración
de los monopolios extranjeros.
1 SIGUE I
 APENDICE DOCUMENTAL
A. Primer periodo de sesiones de la Unctad
El G. A. T. T., por su parte, al establecer el trato
igual y las concesiones recíprocas entre países desarro-
llados y subdesarrollados, contribuye al sostenimiento
del «status quo» y sirve a los primeros, y su meca-
nismo no provee los medios necesarios para la elimi-
nación del proteccionismo agrícola, las subvenciones,
los aranceles y otros obstáculos que impiden el incre-
mento de las exportaciones de los países dependientes.
Nada mejor para, exponer lo que esos preferenciales
significaron para Cuba, que citar el juicio que mereció
al embajador de los Estados Unidos, Summer Welles,
el Tratado e l • Reciprocidad Comercial, gestionado en
1933 y firmadv n 1934.
«... El Gobierno cubano, a su vez, nos garantizaría
prácticamente el monopolio del mercado cubano para
las importaciones norteamericanas, con la única reserva
de que, en vista del hecho de que Gran Bretaña era
el principal cliente de Cuba para aquella porción de
las exportaciones azucareras que no va a los Estados
Unidos, el Gobierno cubano desearía conceder ciertas
ventajas a una limitada categoría de importaciones
procedentes de Gran Bretaña...»
La así llamada Alianza para el Progreso es otra de-
mostración palpable de los métodos fraudulentos usa-
dos por los Estados Unidos para mantener falsas espe-
ranzas en los pueblos, mientras la explotación se
agudiza..
Cuando nuestro primer ministro Fidel Castro, en
Buenos Aires, en 1959, señaló una necesidad mínima
adicional de 3.000 millones de dólares anuales de in-
gresos externos para financiar un ritmo de desarrollo
que en verdad redujera la abismante diferencia que
separa a América Latina de los países desarrollados,
muchos pensaron que la cifra era desorbitada. En
Punta del Este, sin embargo, ya se prometieron 2.000
millones anuales. Hoy se reconoce que la sola pérdida
por el deterioro de los términos del intercambio en
1961 (último alío disponible para nosotros) requería
56 r ira su compensarH :m un 30 por 100 anual más que
los hipotéticos fondos prometidos. Y se da la situación
paradójica de que mientras los préstamos no llegan o
llegan destinados a proyectos que poco o nada contri-
buyen al desarrollo industrial de la región, se transfie-
ren cantidades crecidas de divisas hacia los países in-
dustrializados, lo que significa que las riquezas logra
das con el trabajo de pueblos que en su mayoría viven
en e/ atraso, el hambre y la miseria, son disfrutadas
por los círculos capitalistas.
La «ayuda» económica
Así, en 1961, de acuerdo con las cifras de CEPAL,
salieron desde América Latina por concepto de utili-
dades de las inversiones extranjeras y remesas parecidas
1.735 millones de dólares, y por conceptos de pagos de
deudas externas a corto y largo plazo, 1.456 millones
de dólares. Si a esto se agregan la pérdida indirecta
en el poder de compra de las exportaciones (o dete-
rioro de los términos del intercambio), ascendente a
2.660 millones de dólares en 1961 y 400 millones por
la fuga de capitales, se tiene un volumen global de
más de 6.200 millones de dólares, es decir, más de tres
Alianzas para el Progreso anuales. De tal manera que
si la situación para 1964 no ha empeorado más aún,
durante los tres meses de sesiones de esta Conferencia,
los países de América Latina incorporados a la Alianza
para el Progreso perderán directa o indirectamente casi
1.600 millones de dólares de las riquezas creadas me-
diante el trabajo de sus pueblos. Como contrapartida,
los anunciados fondos durante todo el año pudieron
llegar con optimismo apenas a la mitad de los 2.000
millones prometidos.
Discriminación imperialista en el comercio
No creemos que la actual relación de precios en el
mundo sea la justa, pero no es lo único injusto que
existe. Existe la explotación directa de unos países
por otros; existe la discriminación entre países aten-
diendo a sus diferentes estructuras económicas; existe,
como ya lo indicamos, la penetración de capitales ex-
tranjeros que llegan a controlar la economía de un país
en su propio beneficio. Si somos consecuentes al hacer
peticiones a los países socialistas desarrollados, debe-
mos también anunciar las medidas que vamos a tomar
para que cesen la discriminación y, al menos, las for-
mas más ostensibles y peligrosas de la penetración im-
perialista.
Aún se mantienen las distintas formas de discrimi-
nación que obstaculizan el comercio y permiten el ma-
nejo más cómodo, por parte de los imperialistas, de
una serie de productos básicos y de una serie de países
que los producen. Es sencillamente ridículo, en la era
atómica; dar el carácter de material estratégico e im-
pedir el comercio de algunos productos, como el cobre
y otros minerales. Sin embargo, esa política se ha man-
tenido y se mantiene todavía. Se habla también de su-
puestas incompatibilidades entre el monopolio estatal
de comercio exterior y las formas de comercio adop-
tadas por los países capitalistas, y por ello se estable-
cen relaciones discriminatorias, cuotas, etc., maniobras
en las cuales el GATT ha jugado un papel preponde-
rante bajo la apariencia formal de luchar contra las re-
laciones injustas.
Discriminación contra el comercio estatal
La discriminación al comercio estatal sirve no sólo
de arma contra los países socialistas, sino también va
encaminada a impedir que los países subdesarrollados
adopten una de las medidas más urgentes para realzar
su poder de negociación en el mercado internacional o
contrarrestar la acción de los monopolios.
Así como es cierto que los precios actuales son in-
justos, también lo es que éstos están condicionados
por la limitación monopolista de los mercados y el
establecimiento de relaciones políticas que hacen de la
libre competencia una palabra de significado unilateral,
libre competencia para los monopolios, zorro libre
entre gallinas libres. Si se abrieran los amplios y cre-
cientes mercados del campo socialista, aun sin consi-
derar los acuerdos que puedan emanar de esta Confe-
rencia, estos contribuían al aumento de los precios
de las materias primas. El mundo tiene hambre, pero
no tiene dinero para comprar comida, y, paradójica-
mente, en el mundo subdesarrollado, en el mundo del
hambre, se desalientan posibles expansiones de la
producción de alimentos para mantener precios, es
decir, para poder comer. Es la ley inexorable de la filo-
sofía del despojo, que debe cesar como norma de rela-
ciones entre los pueblos.
Principios claros y medidas concretas
Cuba considera, al igual que se expresa en la decla-
ración conjunta de los países subdesarrollados, que los
problemas del comercio de nuestros países son bien
conocidos y que lo que se requiere es la adopción de
principios claros y una actuación concreta que lleve al
establecimiento de una nueva era en el mundo. Consi-
deramos también que la declaración de principios pre-
sentada por la URSS y otros países socialistas consti-
tuye una base correcta para iniciar el diálogo y la
apoya plenamente. Igualmente, nuestro país apoya
aquellas medidas planteadas en la reunión de expertos
de Brasilia, que se traducen en la aplicación conse-
cuente de los principios que propugnamos y que a
continuación exponemos.
Cuba hace una definición previa: no debemos venir
a implorar ayuda; debemos exigir justicia, pero no la
justicia sujeta a las falaces interpretaciones que a me-
nudo hemos visto triunfar en las reuniones de orga-
nismos internacionales; justicia que quizá los pueblos
no sepan definir en términos jurídicos, pero cuyo an-
helo brota desde el fondo de espíritus oprimidos por
generaciones de explotación.
Cuba afirma que debe surgir de esta Conferencia una
definición del comercio internacional como instrumento
idóneo para el más rápido desarrollo económico de los
pueblos subdesarrollados y discriminados y que esta
definición debe conllevar la eliminación de todas las
discriminaciones y diferencias, aun las que emanan
del supuesto trato igualitario. El trato debe ser equi-
tativo, y equidad no es, en este caso, igualdad; equi-
dad es la desigualdad necesaria para que los pueblos
explotados alcancen un nivel de vida aceptable. Debe-
mos dejar establecidas aquí las bases para la implanta-
ción de una nueva división internacional del trabajo
mediante el aprovechamiento pleno de todos los re-
cursos naturales de un país, elevando progresivamente
su grado de elaboración hasta las más complicadas
formas de la manufactura.
Igualmente la nueva división del trabajo deberá lo-
grarse a través de la restitución de los mercados para
los productos tradicionales de exportación de los
países subdesarrollados que le han sido arrebatados por 57
las medidas artificiales de protección y estímulo a la
producción de los países desarrollados y una partici-
pación justa en los futuros aumentos del consumo.
Esta Conferencia deberá recomendar formas con-
cretas de reglamentación sobre el uso de los excedentes
de productos básicos, impidiendo que se transformen
en forma de subsidios a exportaciones de países sub-
desarrollados en detrimento de las exportaciones tra-
sll
 APENDICE DOCUMENTAL
A. Primer periodo de sesiones de la Unctad
dicionales de los países subdesarrollados o en instru-
mento de penetración de capitales extranjeros en un
país subdesarrollado.
Resulta inconcebible que los países subdesarrollados
que sufren las enormes pérdidas del deterioro de los
términos del intercambio, que a través de la sangría
permanente de las remesas de utilidades han amorti-
zado con creces el valor de las inversiones de las
potencias imperialistas, tengan que afrontar la carga
creciente del endeudamiento y de su amortización,
mientras se desconocen sus más justas demandas. La
delegación de Cuba propone que, hasta tanto los pre-
cios de los productos que exportan los países sub-
desarrollados no hayan alcanzado un nivel que los
restituya de las pérdidas sufridas en la última década,
se suspendan todos los pagos por concepto de divi-
dendos, intereses y amortizaciones.
Debe establecerse bien claro el peligro que entraña
para el comercio y la paz del mundo las inversiones
de capital extranjero que dominen la economía de un
país cualquiera, el deterioro de los términos de inter-
cambio, el control de los mercados de un país por otro,
las relaciones discriminatorias o el uso de la fuerza
como instrumento de convicción.
Esta Conferencia debe asimismo dejar claramente
establecido el derecho de todos los pueblos a una es-
tricta libertad de comercio y la prohibición, a todos los
países signatarios del acuerdo que de ella emanare, de
restringir ésta en cualquier forma, directa o indirecta-
mente.
Quedará claramente establecido el derecho de todos
los países a la libre contratación de su carga marítima o
aérea y al libre tránsito por el mundo, sin obstáculos de
ninguna especie.
58 Se debe condenar la aplicación o el estímulo de me-
didas de carácter económico, utilizadas por un Estado
para forzar la libertad soberana de otro y obtener de
éste ventajas de cualquier naturaleza o el colapso de su
economía.
Para todo lo que antecede, es necesario el total
ejercicio del principio de autodeterminación que con-
sagra la Carta de las Naciones Unidas y la reafirma-
ción del derecho de los Estados a disponer de sus re-
cursos, a darse la forma de organización económica y
política que más les conviniere y a escoger sus propias
vías de desarrollo y especialización de la actividad
económica, sin ser por ello objeto de represalias de
ningún tipo. La Conferencia debe adoptar medidas
para impulsar la creación de organismos financie-
ros, crediticios y arancelarios, cuyas normas se basen
en la igualdad irrestricta, en la justicia y la equidad
y que reemplacen los actuales organismos, absolutos
desde el punto de vista funcional, y condenables desde
el punto de vista de su objetivo concreto.
Para garantizar la total disposición de los recursos
de un pueblo por parte de éste, es necesario condenar
la existencia de bases extranjeras, la permanencia, tran-
sitoria o no, de tropas extranjeras en un país dado
(sin su consentimiento) y el mantenimiento del régimen
colonial, por parte de algunas potencias capitalistas
desarrolladas.
Bases firmes p ara la constitución de un organismo
internacional de comercio
Para todos estos efectos, es necesario que la Confe-
rencia llegue al acuerdo, y asiente las bases firmes de
la constitución de una organización internacional de
comercio, regida por el principio de la igualdad y uni-
versalidad de sus miembros, j que tenga la suficiente
autoridad como para tomar 'decisiones que deban ser
respetadas por todos los países signatarios, borrando
la práctica de mantener alejados de estos foros a
países que han obtenido la liberación después del esta-
blecimiento de las Naciones Unidas, y o cuyos siste-
mas sociales no gustaren a determinados poderosos del
mundo. Sólo la constitución de un organismo del tipo
apuntado, que suplante a los actuales organismos, que
sirven de sostén al «status quo» de la discriminación,
y no fórmulas mediatizadas que sólo sirven para que
periódicamente hablemos de lo que ya conocemos
hasta el cansancio, es lo que puede organizar el cum-
plimiento de nuevas normas en las relaciones interna-
cionales y el logro de la seguridad económica que se
persigue. En todos los puntos pertinentes deben fijarse
exactamente los plazos para el logro de las medidas
establecidas.»

B. DECLARACION DE LOS 77 PAISES EN
DESARROLLO HECHA AL CLAUSURARSE
EL PRIMER PERIODO DE SESIONES DE LA
U. N. C. T. A. D. (GINEBRA, 16 de junio de 1964)
11. Apéndice documental
El día 16 de junio, al clausurarse la Conferencia, un
bloque de 77 paises en desarrollo (Afganistán, Alto
Volta, Arabia Saudita, Argelia, Argentina, Birmania,
Bolivia, Brasil, Burundi, Cambodia, Camerún, Ceilán,
Colombia, Congo (Brazzaville), Congo (Leopoldville),
Costa Rica, Chad, Chile, Chipre, Dahomey, Ecuador,
El Salvador, Etiopía, Filipinas, Gabón, Ghana, Gua-
temala, Guinea, Haití, Honduras, India, Indonesia,
Irak, Jamaica, Jordania, Kenia, Kuwait, Laos, Líbano,
Liberia, Libia, Madagascar, Malasia, Mali, Marruecos,
Mauritania, México, Nepal, Nicaragua, Níger, Nigeria,
Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, República Atabe
Unida, República Centroafricana, República de Corea,
República Dominicana, República Unida de Tanganyka
y de Zanzíbar, República del Vietnam, Ruanda, Sene-
gal, Sierra Leona, Siria, Somalia, Sudán, Tailandia,
Togo, Trinidad y Tobago, Túnez, Uganda, Uruguay,
Venezuela, Yemen y Yugoslavia) dio a conocer la si-
guiente declaración conjunta:
1. Los mencionados países en vías de desarrollo
reconocen que la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Comercio y Desarrollo ha señalado un paso im-
portante en la creación de un orden económico mun-
dial nuevo y justo. Consideran que la Conferencia es
la culminación de los constantes esfuerzos que encon-
traron su expresión concreta en la Declaración de El
Cairo, la Carta de Alta Gracia, las Resoluciones de Bra-
silia, de Addis-Abeba, de Niamey, de Manila y de
Teherán y, sobre todo, en la Declaración común de
75 países formulada en el décimoctavo período de
sesiones de la Asamblea General de las Naciones Uni-
das. Todos estos esfuerzos contribuyeron a forjar la
unidad de los 77 países, hecho sobresaliente en la Con-
ferencia y acontecimiento de importancia histórica.
59
II
2. Las premisas fundamentales del nuevo orden
mundial fueron enumerados en esas primeras declara-
cionis y en el Informe del secretario general de la Con-
ferencia. En síntesis, se trata de establecer una nueva
división internacional del trabajo, que se oriente hacia
la industrialización acelerada de los países en vías de
desarrollo.
1 SICI'F.
 APENDICE DOCUMENTAL
B. Declaración de los 77 países en desarrollo
Los esfuerzos que los países en desarrollo realizan
para elevar el nivel de vida de sus poblaciones, esfuer.
zos que llevan a cabo actualmente en condiciones ex-
ternas desfavorables, deberían ser complememados y
apoyados por una acción internacional constructiva
que tienda a dar al comercio internacional una nueva
estructura plenamente compatible con las exigencias de
un desarrollo acelerado.
3. Los diferentes temas de una política interna-
cional nueva y dinámica del comercio y el desarrollo,
y especialmente la cuestión del comercio de transito
de los paises en litoral, se han concretado en proposi-
ciones y programas precisos que los países en des-
arrollo han presentado a la Conferencia como la ex-
presión común de los objetivos que deben alcanzarse
y de las medidas que conviene adoptar en todos los
dominios importantes. Los países en desarrollo consi-
deran como un éxito el hecho de que esta Conferencia
haya permitido la discusión a fondo de dichas proposi-
ciones y programas por la comunidad entera de las
naciones. Tienen la certidumbre de que las deliberacio-
nes de esta Conferencia servirán de ayuda a los Go-
biernos, tanto de los países desarrollados como de los
que se encuentran en proceso de desarrollo, para que
formulen nuevas políticas, gracias a esta conciencia
nuevamente adquirida de las necesidades de los países
en desarrollo.
4. Los países en desarrollo declaran, sin embargo,
que, a su juicio, las recomendaciones finales de la
Conferencia no constituyen sino un punto de partida
hacia la aceptación por todos los paises de una nueva
política comercial con miras al desarrollo. En su opi-
nión, los progresos que se han registrado en cada uno
de los grandes campos del desarrollo económico no son
en modo alguno suficientes ni guardan proporción
con sus necesidades esenciales.
No se ha reconocido suficientemente la importancia
que, por ejemplo, revise el problema del «atraso co-
mercial * de los paises en desarrollo. El estudio del
60 comercio de los productos básicos y de las preferencias
en materia de exportación de productos manufactura-
dos se ha emprendido teniendo en cuenta solamente un
aspecto muy limitado. De igual modo, únicamente ha
sido posible proceder a un examen preliminar «de
aquellos sistemas de financiamiento compensatorio que
permitirían hacer frente a la larga al deterioro de la
relación de precios del intercambio. No obstante esto,
los paises en desarrollo han aceptado los resultados
de esta Conferencia con la esperanza de que servirán
de base a progresos más sustanciales en el futuro. Han
aceptado también estas resoluciones porque reconocen
la necesidad de que todos los países se unan en el
mismo esfuerzo. Con tal propósito han optado por un
grado de acuerdo lo más amplio posible, en vez de
afirmar sus aspiraciones mediante decisiones mayori-
tarias.
IV
5. Para los países en desarrollo es de particular im-
portancia que se cree un organismo internacional en la
esfera del comercio y el desarrollo. Es fundamental
que el nuevo organismo sea un instrumento eficaz
para la discusión de los problemas, la formulación de
las políticas y el examen de los resultados, y que sirva
para adoptar aquellas medidas concretas cuya necesidad
se impone en el campo de las relaciones económicas
internacionales.
6. Los paises en desarrollo reconocen el valor del
acuerdo general a que se ha llegado en lo que toca a
la creación de un organismo permanente. Hacen notar
que algunos de los problemas importantes que se
plantean, en relación con dicho órgano, se han dejado
en suspenso para que sea la Asamblea General la que
decida acerca de los mismos. Sobre este particular,
los países en desarrollo estiman que debe ser posible •
concertar fácilmente acuerdos eficaces sobre cuestiones
esenciales. En todo caso, declaran categóricamente que
ningún acuerdo concebido con ese fin deberá menos-
cabar, en definitiva, el derecho de la Junta prevista,
o de la Conferencia, a adoptar recomendaciones sobre
cualquier cuestión de fondo, por mayoría simple, cuan-
do se trate de la Junta, y por mayoría de dos terceras
partes, en el caso de la Conferencia. Los paises en
desarrollo atribuyen una importancia capital al man-
tenimiento de métodos democráticos que no reconocen
ningún privilegio en el terreno económico y financiero,
al igual que acontece en el terreno político. Estos países
desean insistir, por otra parte, en la necesidad de que
haya una evolución continua en el orden institucional,
evolución que debe entrañar no solamente el fortale-
cimiento progresivo del mecanismo previsto en el
momento actual, sino también, en fin de cuentas, la
creación de un complejo organismo internacional del
comercio.
V
7. Los setenta y siete países en desarrollo consi-
deran que su propia unidad constituye el elemento
mas notable de la presente Conferencia. Tal unidad
 TATJILLTS

CON LA OBRA

se ha afirmado porque, puestos en presencia de los pro- ELECCIONES Y PARTIDOS

blemas fundamentales de desarrollo, estos países tienen
un mismo interés en que sea adoptada una política POLITICOS DE ESPAÑA (1868-1931)
nueva de comercio internacional y desarrollo. Estos
países opinan que al hecho mismo de estar unidos se Miguel M. Cuadrado
deben la claridad y cohesión manifestadas en los de-
bates de la Conferencia. Su solidaridad ha sido puesta obtuvo el
a prueba en el curso de la Conferencia, de la cual
han salido más fuertes y unidos.
8. Los países en desarrollo están firmemente con- PREMIO TAURUS
vencidos de la necesidad de mantener y fortalecer
todavía más su unidad en el curso de los años venide-
ros, ya que es ésta un medio indispensable de lograr
1967
que se adopten actitudes y concepciones nuevas en el PARA LIBROS DE ENSAYO
campo económico internacional. Permite asimismo en-
sanchar el ámbito de los esfuerzos de cooperación inter-
nacional y entablar relaciones mutuamente provechosas que otorgó un jurado compuesto por:
con el resto del mundo. Esta unidad es, en fin, un ins-
trumento indispensable de la cooperación entre los Joaquín Garrigues y Díaz-Cañabate (como presi-
mismos países en vías de desarrollo. dente), José Luis L. Aronguren, Francisco Ayala,
9. Por la presente declaración, /os setenta y siete José Luis Sampedro, Enrique Tierno Galván, An-
países en desarrollo se comprometen a mantener, am- tonio Maravall, Luis Díez del Corral y Julio Caro
pliar y fortalecer su unidad en el futuro. A tal efecto, Baraja.
deben valerse de todos los medios existentes para mul-
tiplicar los contactos y las consultas entre sf con el fin .,Elecciones y partidos políticos de España (1868-
de fijar objetivos comunes y formular programas con- 1931» es el resultado de una investigación co-
certados de acción en el dominio de la cooperación menzada en 1959, en torno a un terno casi
económica internacional. siempre enfocado tópica o arbitrariamente: lo
Consideran que, durante el décimonoveno período evolución y características del comportamiento
de sesiones de la Asamblea General de las Naciones político de 19 sociedad española, los diferentes
Unidas, los representantes de los Gobiernos debieran sistemas electorales que lo han regulado, los
considerar aquellas medidas capaces de reforzar la uni-
dad lograda por los setenta y siete paises en el curso de fuerzas sociales e ideológicos que hon actuado
la presente Conferencia, y también las disposiciones conformando y orientando las principales corrien-
concretas que hayan de adoptar para organizar los con- tes políticas.
tactos y las consultas.
A lo largo de las mil páginas—la obra está for-
mada por dos volúmenes—se introducen cientos
de mapas, cuadros estadísticos, esquemas y grá-
VI
ficos que coadyuvan en la interpretación de los
10. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre planteamientos ideológicos y cuantitativos.
Comercio y Desarrollo indica el comienzo de una era
(Col. "Biblioteca Política Taurus",
nueva en el proceso evolutivo de la cooperación inter-
nacional en materia de comercio y desarrollo. Esta ntim 13, 1.003 págs 750 ptas
cooperación debe ser el instrumento decisivo que per-
mita poner fin a la división del mundo en zonas de 61
abundancia y en zonas de pobreza intolerable. Tarea
es ésta que ocupa el primer lugar entre todas las que
TAURITS
ante si tienen planteadas los hombres de la presente
época. Los paises en vías de desarrollo hällanse unidos PLAZA DEL MARQUES DE SALAMANCA, 7 - MADRID - 6
en su resolución de obtener esta reparación y esperan APARTADO 10 161-TELLFS. 275 84 48-275 79 60-276 3413
contar, en su intento, con la comprensión y el apoyo
de toda la comunidad internacional. CONSEJO DE CIENTO, 167- BARCELONA-15 -TELE. 224 85 56
(Fuente: Comercio Exterior, Méjico, junio.)

C. LA CARTA DE ARGEL DEL GRUPO DE LOS
77 PAISES EN DESARROLLO (24 de octubre
de 1967)
Los representantes de los países en desarrollo con-
gregados en Argel, en octubre de 1967, en la Reunión
Ministerial del Grupo de los 77, unidos por aspiracio-
nes comunes y por la identidad de intereses económicos
y determinados a proseguir conjuntamente sus esfuer-
zos por conseguir el desarrollo económico, la paz y la
prosperidad,
Habiendo examinado la labor realizada por la colec-
tividad internacional en favor del progreso económico
con posterioridad a la adopción de la Declaración con-
junta formulada por los 77 países en desarrollo al con-
cluir el primer período de sesiones de la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo ce-
lebrado en 1964,
Han resuelto seguir una línea común de acción tal
como fue concebida en la Declaración Africana de
Argel, la Declaración de Bangkok de países asiáticos y
la Carta del Tequendama de los países latinoamerica-
nos,
Consideran su deber señalar a la atención de la colec-
tividad internacional los hechos siguientes:
1 puede contrarrestar toda la transferencia de recursos
La suerte de más de 1.000 millones de habitantes
del mundo en desarrollo, sigue empeorando como re-
sultado de las tendencias que se advierten en las rela-
ciones económicas internacionales.
La tasa de crecimiento económico del mundo en des-
arrollo, ha disminuido, y la distancia que lo separa del
62 mundo rico va en aumento.
Mientras los países desarrollados agregan anualmen-
te alrededor de 60 dólares al ingreso por habitante de
su población, el promedio de aumento del ingreso
per capita en los países en desarrollo es de menos de
2 dólares por año.
Entre 1953 y 1966, la participación de los países en
desarrollo, en el total de las exportaciones mundiales
disminuyó del 27 por ciento al 19,3 por ciento. En la
II. Apéndice documental
primera mitad del decenio de 1960 a 1970, la tasa
anual media del aumento del total de las exportacio-
nes mundiales fue del 7,8 por 100 y las exportaciones
de los países en desarrollo, con exclusión del petróleo,
aumentaron a una tasa media del 4 por 100 solamente.
Mientras el valor de las exportaciones de manufacturas
de los países industriales aumentó en 65.000 millones
de dólares entre 1953/54 y 1965/66, y en 10.000 mi-
llones de dólares por lo que toca a los países socialistas,
el aumento correspondiente a los países en desarrollo
fue solamente de 3.000 millones de dólares.
El poder adquisitivo de las exportaciones de los paí-
ses en desarrollo ha estado disminuyendo constante-
mente. A mediados del decenio de 1960 a 1970, los
países en desarrollo han podido comprar, por un vo-
lumen determinado de sus exportaciones tradicionales,
una décima parte menos de importaciones que al prin-
cipio de ese mismo período. La pérdida de poder adqui-
sitivo ascendió anualmente a 2.500 millones de dólares
aproximadamente, lo que representa casi la mitad de la
corriente de los recursos financieros públicos exteriores
de que disponen los países en desarrollo e iguala la
cuantía total de las donaciones y de las contribuciones
análogas.
Este hecho ha agravado el problema del creciente
endeudamiento de los países en desarrollo. Tan sólo
la deuda pública exterior aumentó de 10.000 millones
de dólares en 1955, a 40.000 millones de dólares en
1966. El servicio de la deuda, que a mediados del de-
cenio de 1950 a 1960 ascendía en promedio a 500 mi-
llones de dólares anuales, ha aumentado a 4.000 millo-
nes de dólares y de continuar las tendencias actuales,
antes del final de este decenio.
Si bien la tecnología moderna abre a los países en
desarrollo grandes posibilidades de acelerar su creci-
miento económico, en cambio estos países dejan de
aprovechar gran parte de los beneficios que ofrece de-
bido a la importancia del capital que exige y al grado
de especialización que supone; además, esta tecnología
arrebata a los países en desarrollo el poco personal es-
pecializado que logran formar.
El virtual estancamiento de la producción de alimen-
tos en los países en desarrollo, en contraste con el rá-
pido crecimiento demográfico, ha empeorado la situa-
ción crónica de desnutrición y de mala nutrición, lo
que unido a la deformación, mediante prácticas arti-
ficiales, de las estructuras de la producción y del co-
mercio, amenaza con originar una crisis grave.
APENDIC E DOCUMENTAL
C. la carta de Argel de los 77
II
Las preocupaciones que causan esas tendencias eco-
nómicas y sociales y los esfuerzos conjuntos desplega-
dos por los países en desarrollo para rectificarlas han
inducido progresivamente a la comunidad internacio-
nal a adoptar una serie de iniciativas que culminaron
en el Acta Final aprobada en 1964 en el primer perío-
do de sesiones de la UNCTAD; pero las promesas del
Acta Final no se han cumplido. De hecho y a pesar
de las disposiciones contenidas en el Acta Final del pri-
mer período de sesiones de la UNCTAD:
no se ha concertado ningún acuerdo sobre productos
básicos de interés para los países en desarrollo;
los países desarrollados no han observado el statu
quo y han aumentado las medidas de protección de mu-
chos de los productos agrícolas de que son más eficaces
productores los países en desarrollo;
si bien los precios medios de los productos básicos
exportados por los países en desarrollo disminuyeron
en un 7 por 100 desde 1958, los precios de los produc-
tos básicos exportados por los países desarrollados
aumentaron en un 10 por 100 durante el mismo pe
ríodo;
se siguen gravando con impuestos fiscales elevados
los productos de especial interés para los paises en
desarrollo;
la proliferación y fomento de sucedáneos y sintéticos
en los países desarrollados han dado como resultado
la contracción de los mercados y la caída de los precios
de los productos competitivos naturales que se obtie-
nen en los países en desarrollo;
Los países desarrollados han realizado escasos pro-
gresos en lo que respecta a la supresión de los arance-
les de importación de productos tropicales; supresión
que no debe perjudicar los intereses de determinados
países en desarrollo;
se ha hecho poco o ningún progreso en la eliminación
de las restricciones en los cupos que se aplican en par-
ticular a los productos industriales que se importan de
los países en desarrollo
la discriminación implícita en las políticas arancela-
rias, practicadas contra los países en desarrollo, ha
aumentado como resultado del proceso de integración
económica entre los países en desarrollo, y también co-
mo consecuencia de las Negociaciones Kennedy;
la amplia disparidad existente entre los precios de
venta internos, de los productos de los países en des-
arrollo, importados por los países socialistas, y los pre-
cios de importación de esos productos, crea condicio-
nes desfavorables para incrementar el consumo y la
importación de esos productos de los países en des-
arrollo;
pese a que se convino por unanimidad que los países
desarrollados suministraran a los países en desarrollo
recursos financieros por valor de 1 por 100 de su in-
greso nacional, los desembolsos efectivos se han man-
tenido estables en lérminos absolutos, y han disminui-
do como porcentaje del PNB de los países desarrolla-
dos. Si bien en 1961 la corriente de financiación del
desarrollo que afluyó a los países en desarrollo ascen-
dió al 0,87 per 100 del PNB de los países desarrolla-
dos, en 1966 se redujo al 0,62 por 100.
con escasas y notables excepciones, las condiciones y
modalidades de la financiación para el desarrollo se
están haciendo cada vez más onerosas; la proporción de
donaciones disminuye; los tipos de interés se están ele-
vando, los plazos de reembolso se acortan y los prés-
tamos para desarrollo se están vinculando cada vez
más;
las prácticas y arreglos de orden discriminatorio en
materia de trasporte marítimo y fletes cada vez más ele-
vados han empeorado todavía más la posición de la
A G\J 1 LA R. 5. A. DE EDI:10
Bertrand Russell
AUTOBIOGRAFIA
En este tomo I de su autobiografía, el
Russell filósofo, el Russell comprometido,
el Russell estandarte político, deja paso
al Russell ser humano que, con gran senci-
llez y veracidad no fingidas, nos cuenta
su intensa vida y la de una Inglaterra en
el zénit de su esplendor imperial. Amigos
suyos o de su familia, Spencer, Stuart Mill,
Darwin, Glastone, Browning, Whitehead,
los Kebb, Keynes, William James, Josep
Conrad, etc., desfilan por sus páginas, que
terminan en 1914, cuando el filósofo ya
había escrito su «Principia Mathematica». 63
Obras de Bertrand Russell en nuestro Catá-
logo: Escritos Básicos. La sabiduría de Oc-
cidente. Pesadillas de personas eminentes
y otras historias. Once volúmenes de ensa-
yos diversos.
De próxima aparición: Obras Completas
(2 tomos).
Precio: 250 ptas.

balanza de pagos de los países en desarrollo y han cons-
tituido un impedimento para la labor de promoción de
sus exportaciones.
III
La comunidad internacional tiene la obligación de
rectificar esas tendencias desfavorables y crear condi-
ciones en las que todas las naciones puedan disfrutar
del bienestar económico y social, disponer de los me-
dios necesarios para desarrollar sus respectivos recur-
sos, a fin de permitir que sus pueblos gocen de una
vida exenta de necesidades y temores;
En un mundo de interdependencia creciente, la paz,
el progreso y la libertad son valores comunes e indivi-
sibles. Por consiguiente, el crecimiento económico de
los países en desarrollo redundará igualmente en bene-
ficio de los países desarrollados.
Los países en desarrollo reiteran que la responsabi-
lidad primordial de su desarrollo les incumbe a ellos
mismos.
Los países en desarrollo están decididos a contribuir
a su desarrollo mutuo.
No obstante, sólo mediante una acción internacional
eficiente y concomitante será posible realizar una mo-
vilización más completa y utilizar más eficazmente los
recursos internos.
Las maneras tradicionales de abordar los problemas,
las medidas aisladas y las concesiones limitadas no bas-
tan. La gravedad del problema exige la urgente adop-
ción de una estrategia global del desarrollo, que requie-
re que tanto los países desarrollados como los países
en desarrollo adopten medidas convergentes.
El establecimiento de la UNCTAD y el diálogo que
ha tenido lugar en su seno constituyen un paso adelan-
te en la tarea de crear una política más nueva y diná-
mica en materia de comercio y desarrollo. Lo que se
necesita ahora es pasar de la fase de las deliberaciones
al plano de la acción práctica.
Los países en desarrollo esperan que el segundo pe-
ríodo de sesiones de la UNCTAD constituirá un esfuer-
zo conjunto en favor del desarrollo económico y social
64 acelerado. El acuerdo alcanzado recientemente sobre
los problemas fundamentales que deben ser objeto de
negociación traduce la opinión general a este respecto.
Con este objeto, los representantes de los países en
desarrollo en la Reunión Ministerial del Grupo de los
77 han examinado cuidadosamente la situación actual
y sugieren que las medidas más urgentes e inmediatas
que debería adoptar la Conferencia son las contenidas
en el Programa de Acción.
CIENCIA NUEVA 1
1. César Santos Fontela: Cine español en la
encrucijada (110 pesetas).
2. Rafael Pérez de la Dehesa: Política y socie-
dad en el primer Unamuno (100 ptas.).
3. Vicente Aguilera Cerni: Ortega y D'Ors en
la cultura artística española (90 ptas.).
4. Valeriano Bozal: El realismo entre el des-
arrollo y el subdesarrollo (100 ptas.).
5. Fernando Ramón: Miseria de la ideología
urbanística (70 ptas.).
6. Manuel Ballestero: Marx o la crítica como
fundamento (90 ptas.).
7 Roberto Mesa: El colonialismo en la crisis
del XIX español (100 ptas.).
8. Max Aub: Pruebas (125 ptas.).
9. Manuel Sacristán: Lecturas 1: Goethe, Hei-
ne (110 ptas.).
10. Chumy Chúmez: El campo, los pobres, los
ricos, el trabajo, la opinión, U. S. A. y etc.
(100 ptas.).
11. Luis de Pablo: Aproximación a una estética
de la música contemporánea (125 ptas.).
12 Félix Grande: Por ejemplo, doscientas
(125 ptas.).
13. José Ramón Recalde: Integración y lucha
de clases en el neocapitalismo (150 ptas.).
14. Basilio M. Patino: Nueve cartas a Berta
(125 ptas.).
15. Jesús Alonso Montero: Realismo y con-
ciencia crítica en la literatura gallega (130
pesetas),
105 ClASICIIS
1~310.-
1. Alvaro Flórez Estrada En defensa de las
Cortes (60 ptas.).
2. Carlos Marx: Formaciones económicas pre-
capitalistas (2.° edición) (60 ptas.).
3-4. Larra: Escritos políticos (100 ptas.).
5. Voltaire: Cándido (60 ptas.).
6. José Martí: Sobre España (60 ptas.).
7. H. de Luna: Segundo Lazarillo (60 ptas.).
8. Carlos Marx: Las luchas de clases en Fran-
cia (60 ptas.).
9. J. A. Llorente: La Inquisición y los espa-
ñoles (2. edición) (60 ptas.).
10. Gorki: La Madre (2.° edición) (60 ptas.).
11. Sebastián Mifiano: Lamentos políticos de
un pobrecito holgazán (60 ptas.).
12. Robespierre: Discursos (60 ptas.).
13-14. Feliciano de Silva: Segunda Celestina (100
pesetas).
15. Herzen: Cartas sobre el estudio de la natu-
raleza (60 ptas.).
16. León de Arroyal: Cartas político-económi-
cas al Conde de Lerena (60 ptas.).
17-18. Federico Engels. Anti-Dühring (100 ptas.).
19. Diderot: El sobrino de Rameau (60 ptas.).
20-21. Lucrecio: De la naturaleza (100 ptas.).
22. W. Morris: Noticias de ninguna parte (60
pesetas).
Solicite información y catálogos a
EDITORIAL CIENCIA NUEVA
Cruz Verde, 22 • MADRID-13

D. TEXTO DE LOS CAPITULOS I Y II DE LA
PRIMERA PARTE DEL «ESTUDIO SOBRE
EL COMERCIO INTERNACIONAL Y EL
DESARROLLO, 1967«, INFORME DEL SE-
CRETARIO GENERAL DE LA UNCTAD.,
PRESENTADO AL II PERIODO DE SESIO-
NES DE LA CONFERENCIA EL 1 DE FE-
BRERO DE 1968
Informe del Secretario General de la UNCTAD
•
II. Apéndice documental
PAÍSES EN DESARROLLO:
GRADO DE CRECIMIENTO ALCANZADO
La dis parida'-.' creciente
1) Cuando la Asamblea General de las Naciones
Unidas designó la década actual como Decenio para
el Desarrollo se hizo eco del sentir de la comunidad
mundial, que deseaba acelerar el proceso de desarrollo
en las regiones menos favorecidas del mundo. Ahora
bien, los resultados que por lo que respecta al creci-
miento han conseguido los países en desarrollo 1 en
los primeros años del Decenio para el Desarrollo han
sido desalentadores y hay muy pocas probabilidades
de que se alcance el 5 por 100 fijado como objetivo
mínimo del crecimiento para esos países. Según hacía
observar el Secretario General de las Naciones Unidas,
en el discurso pronunciado con ocasión del 43 período
de sesiones del Consejo Económico y Social, en el ve-
rano de 1967, «ese objetivo, como ya han señalado
otros, y yo mismo, en múltiples ocasiones, era modesto
y sigue siéndolo. Sin embargo, nuestra labor hasta el
momento no garantiza en absoluto que se vaya a lo-
grar. La preocupación que expresé en mi evaluación
del Decenio para el Desarrollo a mitad de camino se
ha visto, por desgracia, confi . mada por las desalenta-
doras tendencias de los dos últimos años» 2.
2) Durante la primera mitad del presente decenio
el crecimiento anual de los países en desarrollo, consi-
derados como grupo, solamente sobrepasó el 5 por 100
en 1964. Desde entonces, el ritmo de expansión ha ido
decreciendo. Los testimonios de que se dispone indi-
can que el producto interno bruto combinado de los
países en desarrollo aumentó menos de un 4 por 100
en 1965 y alrededor del 4,5 por 100 en 1966. Estos
resultados no representan ninguna mejora, respecto a
la tasa media de crecimiento del 4,6 por 100 registrada
por los países en desarrollo durante el decenio 1954-
64, es decir, durante un período más prolongado.
3) La insuficiencia del crecimiento de los países
en desarrollo se advierte de modo aún más patente,
si se tiene en cuenta el aumento de su población. Las
tasas de crecimiento demográfico de los países en 65
desarrollo son mucho mayores que las del resto del
A menos que se indique otra cosa, las expresiones «países
desarrollados con economía de mercado» y «países en desarro-
llo», corresponden a las clases económicas I y II, respectiva-
mente, según se definen en la Oficina de Estadistica de las
Naciones Unidas. La expresión «países socialistas» se refiere
a los paises socialistas del este de Europa, salvo cuando se
indice otra cosa.
2 E/SR.I480.
 APENDICE DOCUMENTAL
D. Informe del Secretario General de la Unctad
mundo, y en los últimos años han tendido a aumen-
tar. A consecuencia de ello aumentó considerablemente
la disparidad entre los ingresos per capita de los países
pobres y ricos, tanto en términos absolutos como rela-
tivos. Durante los dos años (1965 y 1966) que siguie-
ron al primer período de sesiones de la UNCTAD, el
ingreso per capita en los paises desarrollados con eco-
nomía de mercado se elevó a bastante más del 3,5
por 100. En los países socialistas del este de Europa,
durante el mismo período, la tasa media anual de
crecimiento en el producto material bruto per capita
se elevó casi al 6 por 100. En cambio, la tasa corres-
pondiente a los países en desarrollo fue inferior al
2 por 100. En vista de que posteriormente la actividad
económica del mundo en general ha perdido impulso,
no es probable que las cifras relativas al ingreso de
los países en desarrollo en 1967 revelen mejora alguna
en esta estructura del crecimiento.
4) Este cuadro sumamente complejo oculta una
gran diversidad en el progreso económico de las re-
giones en desarrollo y de cada uno de los paises. Por
ejemplo, durante los diferentes períodos indicados
CUADRO 1
Grado de crecimiento en las regiones económicas
principales, 1954-66
(Porcentaje combinado, tasas medias anuales)
Total del producto real
Población
1958-65 1955-60
Países en desarrollo 2,5 4,6
Países desarrollados con economía
de mercado 1,2 3,2
Paises socialistas 1,5 8,1
66
a Preliminar.
Fuente: Cálculos de la Secretaría de la UNCTAD, realizados a base de los datos obtenidos de las Naciones Unidas, de la OCED
y de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (AID).
en el cuadro 2, los países en desarrollo de la América
Latina han obtenido, por término medio, tasas de
crecimiento más elevadas que las demás regiones en
desarrollo. No obstante, la elevadísima tasa de creci-
miento de la población en la mayoría de los países
latinoamericanos redujo la ventaja de este grupo en
relación con los países en desarrollo de Asia. En los
países en desarrollo de Af rica, en donde se encuentra
el mayor número de países menos desarrollados, el
grado relativo de crecimiento, si bien revela cierta me-
jora, fue considerablemente inferior al de otras regio-
nes. Esto indica que se ha producido una polarización
del crecimiento, entre los paises en desarrollo, favora-
ble para las regiones más avanzadas que contrasta
notablemente con las características de crecimiento
observadas entre los países con economía desarrollada.
Los países poco industrializados de Europa meridional
han logrado mantener un ritmo mucho más rápido de
expansión económica que sus vecinos más desarrolla-
dos. Se ha experimentado un desarrollo similar entre
los países socialistas de Europa oriental, en donde los
países menos industrializados han logrado reducir la
disparidad en el orden económico que media entre
ellos y algunos de sus vecinos más industrializados'.
Producto real per captta
1960-65 1965 1966. 1955-60 1960-65 1965 1966'
4,5 3,8 4,5 2,2 2,0 0,9 2,0
5,1 5,2 5,0 2,0 3,6 4,0 3,8
6,8 7,4 - 6,7 5,5 5,8
El crecimiento medio del ingreso nacional de Rumania y de
Bulgaria, entre 1955 y 1965, alcanzó alrededor del 8 por 100,
en comparación con el 6,2 por 100 para Polonia, 5,3 por 100
para Alemania oriental y 4,4 por 100 para Checoslovaquia.
a CUADRO 2
e
Crecimiento de las regiones en desarrollo
(Porcentaje combinado, tasas medias anuales)

Total del producto real Producto real per capita

Población
a 1958-65 1955.60 1960-65 1965 1966° 1955-60 1960-65 1965 1966'

América Latina 2,8 4,8 5,0 6,1 4,1 2,1 2,1 3,6 1,2
Paises en desarrollo de Asia b 2,4 3,9 4,2 0,8 5,4 1,4 1,9 ---1,7 2,8
Países en desarrollo de Africa 2,3 3,0 3,8 4,0. 2,1' 0,6 1,2 1,6' -0,3
a Preliminar.
o b Solamente Asia oriental y sudoriental.

ii
Fuentes: La misma que en el cuadro 1, y A Survey of Economic Conditions in Africa 1960-64 (CEPA), mayo de 1967.
e

e
e 5) La distribución de frecuencias de los países en
desarrollo ofrece una indicación más acerca de la estruc-
tura del crecimiento según la tasa de crecimiento y el
tamaño de la población. En el cuadro 3 puede observar-
se que, durante el período 1960-65, los países cuyas
economías habían aumentado a una tasa media anual
de menos del 5 por 100 (o a menos de un 1,5 por 100
per capita) representaron alrededor de dos tercios de
la población de 55 países en desarrollo de los cuales se
dispone de d4tos. A pesar de la mejora de la produc-
ción total que se obtuvo durante el período 1955-65,
la proporción de la población en los países en desarro-
llo en los cuales los niveles de vida se elevaron a me-
nos de un 1,5 por 100 anualmente fue casi dos veces
mayor durante el decenio actual que antes de iniciarse
el Decenio para el Desarrollo.
cional bruto. El caso más notable es el de Honduras,
en donde, durante los primeros cuatro años del dece-
nio actual, el PIB real aumentó a una tasa media anual
del 4 por 100, mientras que la tasa de crecimiento del
PNB real fue inferior, por término medio, en unos dos
puntos porcentuales. En Zambia, las cifras correspon-
dientes a los años 1958-64 son del 6,8 por 100 (PIB)
y 5,6 por 100 (PNB); en Irán, durante 1959-63, el PIB
aumentó en un 4,3 por 100 anualmente, comparado
con un 3,9 por ciento del PNB. El mismo tipo de discre-
pancia se advierte en Irak, Malawi, Marruecos, Trini-
dad y Tobago, Nenezuela y en muchos otros países en
desarrollo, en /os cuales los pagos a los no residentes
representan una proporción importante, y cada vez
mayor, del producto total.

6) En varios países en desarrollo el nivel real de CUADRO 3

los ingresos y su tasa de crecimiento son aún menores Paises en desarrollo: distribución según la tasa de
de lo que sugieren las cifras antes indicadas. Esto se crecimiento anual del producto real 1955-60 y 1960-65
debe a la diferencia que existe entre el producto inter-
no bruto (PIB) y el producto nacional bruto (PNB). Por
Tasas de Porcentaje de partici-
definición, el primero sobrepasa a este último por los pación en la cifra to-
pagos netos al exterior por factores, es decir, benefi- crecimiento anual tal de población
cios, dividendos e intereses. Las variaciones anuales (en porcentaje Número de países (1960)

del producto interno bruto, son los datos aproximati- combinado) 1955-60 1960-65 1955-60 1960-65
vos que más suelen utilizarse para calcular las variacio-
nes de la producción de un país (o de su capacidad de Total PIB 67
producción). Pero éstas no son los indicadores más Menos del 5% 31 28 75 67
apropiados de las variaciones del bienestar económico 5% o más 24 27 25 38
cuando los pagos netos al exterior por factores repre- PIB per capita
sentan una gran proporción de los ingresos nacionales. Menos del 1,5% 23 27 65
En tales casos, las modificaciones del producto nacio- 1,5% o más 32 28 67 35
nal bruto constituyen el indicador más apropiado. Los
le Fuente: Cálculos rtalizados por la secretaría de la UNCTAD,
datos disponibles indican que en algunos países en des-
arrollo el producto interno bruto aumenta frecuente- para los cuales se han tomado como base los datos obtenidos
o de las Naciones Unidas, de la OCED y de la Agencia para el
mente a una tasa más elevada que la del producto na- Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (AID).
 APENDICE DOCUMENTAL
D. Informe del Secretario General de la Unctad
Ingresos de exportación y crecimiento económico
7) Hay múltiples factores sociales y económicos
que se combinan de modo complejo para determinar la
tasa de crecimiento alcanzada. Estos factores suelen ser
difíciles de aislar, y más aún de clasificar por orden de
importancia. Las diferencias existentes entre países,
tanto en instituciones, como en estructura social y esta-
bilidad política, reducen aún más el valor que pueda
asignarse a las generaciones sobre la relación de
causa a efecto entre factores concretos y la tasa de cre-
cimiento. Sin embargo, sean cuales fueren las diferen-
cias existentes entre estos países, las exportaciones
tienden a desempeñar un papel básico en la determina-
ción del grado de progreso económico. En la mayoría
de ellos, la relación de las exportaciones con el pro-
ducto interno bruto, es por lo menos del 15 por 100,
y, en algunos casos, es de más del 30 por 100 Los
ingresos procedentes de exportaciones de bienes y ser-
vicios son la fuente principal de los ingresos de divisas
y, en gran parte, determinan su capacidad para impor-
tar los bienes que se necesitan con objeto de mantener
y ampliar su capacidad de producción. También es im-
portante para los países en desarrollo la acción estimu-
lante del crecimiento que ejerce indirectamente el in-
cremento de las exportaciones. Esa acción adquiere lue-
go impulso propio y depende, por una parte, del grado
de vinculación que exista entre las actividades orienta-
das a la exportación y el resto de la economía y, por
otra parte, de la inclinación que tengan los países en
desarrollo al ahorro y a la inversión.
8) El nexo que existe entre los resultados alcanza-
dos en las exportaciones y el crecimiento económico se
ha confirmado claramente mediante el conjunto de los
datos correspondientes a 54 países en desarrollo res-
pecto al período 1960-65. El cuadro 4 indica que en
los 18 países en desarrollo que consiguieron alcanzar
tasas elevadas de crecimiento del PIB (6 por 100 o
más) se registraron tasas mucho más elevadas de incre-
mento del valor de las exportaciones e importaciones:
en promedio estas tasas fueron bastante superiores al
8 por 100 durante el período 1959-60 a 1964-65. Muy
distinto fue el caso de 15 países de escaso crecimiento,
en los que el PIB aumentó a un promedio de menos
del 4 por 100 anual, las exportaciones se acrecentaron
68 a un promedio de 3,3 por 100 y las importaciones so-
lamente a razón de un 3,1 por 100 por término medio.
En 1963-64 las proporciones que en promedio guardaban
las exportaciones de productos básicos con respecto al PIB,
para los ocho paises que se indican, fueron las siguientes: Zam-
bia, 63 por 100; Trinidad y Tobago, 59,5 por 100; Guayana,
53 por 100; Irak, 40 por 100; Malasia (occidental), 39 por 100;
Surinam, 34 por 100; Uganda, 33 por 100;. Rhodesia del Sur,
31 por 100.
CUADRO 4
Cincuenta y cuatro paises en desarrollo: tasas de creci-
miento del. PIB (1960-65), exportaciones e importa-
ciones
(1959/60-1964/65)
(Porcentaje combinado)
Tasas medias anuales
de crecimiento
Tasa media Parmaai.
anual de creci.
Número Exporta- Importa.
rniento del de ciones ciones
producto real países PIB (valor) (valor) )92.3
Máximo (6% o más) 18 7,3 8,7 8,3 14,5
Medio 4% a 6%) 21 4,9 4,8 4,5 31,0
Mínimo (menos del 4%) 15 2,7 3,3 3,1 54,5
Todos los paises 4,5 5,4 5,2 100
54
Fuente: Cuadro 1 del anexo.
9) En 13 países, al menos, de los 18 países en
desarrollo con tasas elevadas de crecimiento, los in-
gresos de exportación han aumentado a un ritmo con-
siderablemente superior al de su producto total. Estos
países, «primordialmente exportadores», figuran en el
cuadro 5 5 , que indica además la importancia de su co-
mircio y las características de sus exportaciones, orde-
nadas con arreglo a la tasa de crecimiento de su pro-
ducto interno bruto. Es de señalar que en la mayor
parte de estos países en desarrollo de rápido ritmo de
crecimiento, las tasas de aumento de las importaciones,
aunque por lo general menores que las de las exporta-
ciones, fueron superiores a las tasas de crecimiento de
su PIB. La tasa de expansión relativamente modesta
de las importaciones efectuadas por la República de
Corea traduce la política que este país sigue de modo
constante con miras a fomentar la sustitución de im-
portaciones en un vasto sector que comprende los
bienes de consumo, los productos manufacturados in-
termedios y los bienes de inversión. Un resultado no-
table de esta política fue una reducción muy pronun-
ciada de las importaciones de prendas de vestir y la
estabilización de los desembolsos de divisas en otros
bienes de consumo no duraderos. Un considerable
aumento de las transferencias de capital del sector pri-
vado y el sector público 6 al Perú, El Salvador, Trini-
5 Se tiene noticia de que varios países en desarrollo produc-
tores de petróleo y minerales han logrado elevadas tasas de
crecimiento del producto total y las exportaciones. No obstante,
la falta de datos precisos sobre el ingreso no permite su inclu-
sión en el cuadro 5. Esos países son los productores de pe-
tróleo de la península de Arabia, Libia Mauritania, Liberia y
Gabón (Véase Fondo Monetario Internacional, Informe anual,
1967, pág. 99).
O
Véase Fondo Monetario Internacional, Informe anual,
1967, cuadros 50 y 51, sección de cuadros y gráficos.
dad y Tobago, y Tailandia permitió que en estos países
las importaciones superaran el elevado crecimiento de
los ingresos derivados de las exportaciones en el curso
del período 1960-65.
10) No es posible distinguir un tipo uniforme para
las estructuras de las exportaciones de los países en
desarrollo, cuya elevada tasa de crecimiento durante
el decenio actual puede atribuirse principalmente a las
exportaciones. Sin embargo, sólo tres de estos países
dependen manifiestamente de las exportaciones de un
único producto: se trata de Irán y de Trinidad y To-
bago, que exportan petróleo, y de Guatemala, cuyas
exportaciones siguieron siendo en su mayor parte de
café, pese a cierta diversificación operada durante el
ción del petróleo han ensanchado la estructura de las
exportaciones de este país. En la Costa de Marfil se
registró un aumento de la parte que en las exportacio-
nes totales corresponde a los metales no ferrosos y a
los productos. derivados de las maderas tropicales.
Además, los ingresos de divisas procedentes de las ex-
portaciones de productos de Jordania, Méjico y Panamá
vieron incrementados por los importantes beneficios
derivados de la venta de servicios (turismo y derechos
de explotación del canal).
11) Sin embargo, durante el período 1960-65 en
algunos países las elevadas tasas de crecimiento del
producto total no fueron acompañadas de tasas igual-
mente elevadas de los ingresos derivados de las expor-

CUADRO 5

Paises en desarrollo con tasas elavadas de crecimiento:

tasas de crecimiento del PIB ( 1960-6 5), exportaciones
e importaciones (1959-60/1964-65)
(Porcentaje combinado)

Tasas medias anuales de crecimiento

Promedio 1959-60
a
1960-1965 Promedio 1965-65
Producto real Exportaciones Importaciones Características de las
PAIS total (valor) (valor) exportaciones en 1963

China (Taiwán) 10,1 22,5 13,2 (49,2 % productos alimenticios)

Israel 10,0 14,4 12,1 (64,1 % manufacturas)
Jordania (9,8 )' 18,5 5,7 (45,4 % frutos y vegetales, más servicios)
Nicaragua 8,5 . 17,2 16,4 (39,9 % algodón)
Panamá 8,3 18,0 11,5 (42,4 % plátanos, más servicios)
Costa de Marfil (8,0) 15,0 15,2 (43,4 % café)
Tailandia 6,9 9,8 9,7 (57,2 % productos alimenticios)
Trinidad y Tobago (6,8) 8,0 10,1 (84,1 % productos del petróleo)
El Salvador (6,6) 9,8 12,0 (48,8 % café)
Perú 6,6 12,4 14,1 (74 % productos primarios)
Corea 6,5 40,9 5,7 (45,5 % manufacturas)
Guatemala 6,5 8,9 9,7 (61,5 % café)
Irán 6,3 10,3 3,3 (86,6 % petróleo bruto)

• Las cifras entre paréntesis son preliminares.

Fuente: Cuadro 1 del anexo.
período 1960-65. En cambio, otros varios países de
elevado índice de desarrollo se caracterizan por un alto
grado de diversificación en la estructura de sus expor-
taciones. Así ocurre en China (Taiwan), Israel y la
República de Corea. En otros países, junto a los pro-
ductos de exportación tradicionales, aparecen nuevos
productos que empiezan a adquirir considerable im-
portancia. Así, en Panamá, las actividades de refina-
69
taciones. Esto es aplicable, en especial, a la República
Arabe Unida, Sudán y Malasia, donde se alcanzó una
tasa anual de crecimiento del PIB de más del 6 por 100,
mientras que las exportaciones aumentaron a un ritmo
inferior al 2,5 por 100 anual. Es interesante observar,
en cambio, que, en todos estos casos, el ritmo de
aumento de las importaciones fue igual o mayor que
las tasas de crecimiento del producto total. Pese al
 APENDICE DOCUMENTAL

D. Informe del Secretario General de la Unctad

atenuado ritmo de crecimiento de las exportaciones, las
importaciones de la República Arabe Unida y Malasia
se mantuvieron en niveles relativamente satisfactorios,
merced a un rápido aumento de las corrientes de asis-
tencia financiera procedentes del exterior, a las que se
añadieron, en el caso del primer país, los ingresos en
concepto de servicios derivados del turismo y de los
derechos de explotación del canal. En efecto, en 1964
el total de la ayuda financiera oficial recibida por la
República Arabe Unida cubrió sobradamente la mitad
del valor de las importaciones anuales. Las importacio-
nes del Sudán se acrecentaron también vigorosamente,
pero sólo a costa de una considerable reducción en sus
reservas de divisas.
12) De los 15 países en desarrollo, cuyo creci-
miento económico durante el período de 1960-65 fue
manifiestamente insuficiente (menos del 3 por 100
de promedio), en siete es visible la relación entre las
exportaciones y el grado de crecimiento; estos países
son Marruecos, Ghana, Birmania, Indonesia, Ceilán,
Haití y las Antillas Neerlandesas (véase cuadro 6). En
ellos, al igual que en otros países de reducidas tasas
de crecimiento, la insuficiencia de los resultados con-
seguidos puede achacarse en gran parte a ciertos fac-
tores excepcionales, tales como devastaciones, debidas
a fenómenos de la naturaleza, alteraciones políticas
CUADRO 6
Paises en desarrollo de tasas poco elevadas de cre-
cimiento: tasas de crecimiento del PIB 1960-65,
exportaciones e importaciones (1959-60/1964-65)
(Porcentaje combinado)
Tasas medias anuales de crecimiento
que desorganizan la marcha normal del comercio y la
actividad económica, o política-económicas y comer-
ciales que no van encaminadas a conseguir un rápido
crecimiento. Por añadidura, los ingresos de exporta-
ción de la mayor parte de estos países sufrieron la
influencia desfavorable de la escasa demanda mundial
de sus principales productos para la exportación, ilus-
trada por el descenso en los índices de los precios para
las exportaciones de cacao en Ghana, y del té y el
caucho de Ceilán.
13) Sin embargo, los resultados obtenidos en ma-
teria de exportaciones por algunos países de escaso
crecimiento superaron con creces el promedio de los
países en desarrollo en conjunto. En Uruguay, una
tasa media anual de crecimiento del PIB de menos del
1 por 100 fue acompañada de más de un 10 por 100
de aumento de las exportaciones. En Argentina, las
tasas por estos conceptos fueron del 3,3 por 100 y
6,8 por 100, respectivamente. Es de notar, sin em-
bargo, que en ambos casos la elevada tasa de aumento
de las exportaciones no se tradujo en un aumento
proporcionado de las importaciones. De hecho, las im-
portaciones del Uruguay sufrieron un descenso absoluto
durante el período que se examina, mientras las de
Argentina progresaron al ritmo, sumamente lento, del
0,3 por 100 anual. El hecho de que las importaciones
no llegaran a aumentar en armonía con las exporta-
ciones refleja, por una parte, el escaso crecimiento del
PIB, y, por otra, la onerosa carga del servicio de la
deuda o bien el deseo de mantener las reservas mone-
tarias a niveles adecuados, si no ambas cosas '.
Otros factores que Influyen en el crecimiento

Promedio 1959-60 a 14) En los párrafos anteriores se ha analizado la

Promedio 1964-65 relación, durante el período 1960 - 65, entre las tasas
1960-65 de crecimiento del producto global y la importancia
Producto real Exportaciones Importaciones de la exportación de los países en desarrollo. En gran
PAIS total (valor) (valor)
número de casos, los ingresos de las exportaciones, en
Uganda 3,8 8,7 7,3 rápida expansión, se vieron complementados por trans-
Etiopía (3,5) • 9,0 11,0 ferencias financieras procedentes del exterior. En el
Argentina 3,3 6,8 0,3 cuadro 7 se ve que, durante el período 1961 - 65, los
Zambia (3,3) 7,7 ingresos medios en concepto de asistencia financiera
Tanzania (Tanganyka) 3,1 5,6 5,4 neta oficial, unilateral y multilateral, prestada a 18 paí-
Ghana 3,1 0,1 3,0 ses en desarrollo, cuyo progreso general en materia de
Ceilán 3,1 1,3 -2,7
70 Marruecos 2,7 4,8 4,6
7 La relación entre las exportaciones y el crecimiento en va-
India 2,7 5,2 6,2 rios países en desarrollo durante la primera mitad del decenio
Guayana 2,7 7,5 4,8 actual se ha comentado ya en el Informe anual, 1967 del Fondo
Birmania (2,3) 0,5 1,4 Monetario Internacional (págs. 98 y 99). Además, un estudio
Indonesia 2,0 -4,2 5,8 reciente sobre 50 países llega a la conclusión de que «el aumen-
to de los índices de desarrollo económico tiende a guardar pro-
Uruguay 0,9 10,3 -2,9 porción con el aumento de las tasas de crecimiento de las ex-
Haití 0,6 4,8 2,9 portaciones. A la inversa, la mayoría de los países cuyas tasas
Antillas Neerlandesas -1,2 -2,1 -2,8 de crecimiento de las exportaciones son poco elevadas registran,
por lo general, índices de desarrollo insuficientes», Robert F.
• Las cifras entre paréntesis son preliminares. Emery, «The Relation of Exports and Economic Growth», Ky-
Fuente: Cuadro 1 del anexo. klos, vol XX, 1967, fase. 2, págs. 470 a 484.
intercambios durante el decenio actual ha sido de
cierta consideración, ascendieron a 5,7 dólares per
capita. En cambio, los 15 países de escaso crecimiento,
cuyas realizaciones comerciales fueron, en conjunto,
poco satisfactorias, obtuvieron solamente 2,1 dólares
per capita en concepto de ayuda oficial durante el
mismo período. La corriente de inversión neta al
exterior•del sector privado mostró una tendencia aún
más marcada a fluir en dirección a los países de
ritmo más rápido de crecimiento. Estos mismos países,
como grupo, recibieron durante el mismo período un
promedio anual de 2,8 dólares per capita en concepto
de inversiones privadas netas a largo plazo, mientras
que los 13 países en desarrollo, de escaso crecimiento,
registraban un promedio de entrada de capital de sólo
23 centavos por habitante. Naturalmente, la estructura
de las corrientes de ayuda financiera durante el decenio
actual no fue objeto de ninguna estrategia global de
desarrollo de parte de los donantes que aliviara las
restricciones de divisas a que están sujetos los países
en desarrollo de ritmo de crecimiento más lento.
15) Las transferencias financieras ayudaron a va-
rios países en desarrollo a mantener niveles relativa-
mente altos de ahorros e inversión. Merece señalarse
que, de los 17 países en desarrollo cuyo promedio de
ahorros internos brutos durante el período 1963-65
fue como mínimo equivalente al 15 por 100 de su
producto total, ocho eran países de crecimiento ele-
vado y seis de crecimiento medio. Las tasas relativa-
mente elevadas del ahorro interno bruto se reflejaron
en los niveles, igualmente elevados, de formación
bruta de capital. Los países en desarrollo, cuyo in-
greso per capita era particularmente bajo y que no se
beneficiaron de considerables corrientes de asistencia
financiera del exterior, se encontraron en una situación
CUADRO 7
Promedio de corrientes financieras netas, oficiales y
privadas, hacia los paises en desarrollo, 1961-65
Población
1963
Número Millones
Países de crecimiento elevado 18 182,4
Países de crecimiento medio 21 391,4
Países de crecimiento escaso 15 686,8
Total 54 1.260,6
° Países del CAD, organismos multilaterales x un tercio de los compromisos contraídos por los países socialistas.
b Para 13 países.
Fuente: Cálculos de la Secretaria de la UNCTAD basados en los documentos publicados por las Naciones Unidas, FMI, OCED
Otros.
de desventaja para incrementar sus coeficientes inter-
nos de ahorro e inversión. Así, en el período de 1963-
65, sólo un país de ingreso per capita inferior a 100
dólares logró mantener una tasa media de ahorro in-
terno bruto superior al 15 por 100 de su PIB. Ningún
país, cuyo promedio de formación bruta de capital fue
del 20 por 100 del producto total, por lo menos tuvo
un ingreso per capita inferior a 120 dólares.
16) Durante el decenio actual, los países en des-
arrollo como grupo no estuvieron expuestos de modo
constante a presiones inflacionarias intensas; sólo en
un número relativamente pequeño de países en des-
arrollo se retrajo el ahorro y I.. estructura de las in-
versiones se vio afectada desfavorablemente por un
aumento muy brusco de los niveles de los precios. En
efecto, únicamente en seis países en desarrollo (Indo-
nesia, Brasil, Laos, Uruguay, Chile y Argentina) el
incremento medio del índice del costo de vida excedió
el 20 por 100 durante el período 1960-65. De estos
seis países, sólo dos consiguieron tasas medias de cre-
cimiento general superiores al 4 por 100 y en otros dos
países el crecimiento de la población dejó atrás el au-
mento del ingreso. Algunos países en desarrollo (Re-
pública de Corea, Perú, Israel y Libia) pudieron incluso
mantener elevadas tasas de crecimiento del producto
total en medio de una inflación moderada, con un
aumento anual medio de los precios de un 5 por 100
a un 15 por 100.
17) Debido a la gran preponderancia del sector
agrícola en laectividad económica global, los resulta-
dos en este sector siguen siendo uno de los factores
más importantes del crecimiento general. Es de seña-
lar que, después de 1964, la producción agrícola de los
países en desarrollo como grupo no experimentó ape-
Promedio 1961-65 Promedio 1961-65
Corrientes Corrientes Corrientes
Corrientes financieras oficiales' privadas
oficiales' netas privadas (per capita) (per capita)
Millones de dólares Dólares
1 047,1 510,8 5,74 2,80
1.624,9 709,9 4,15 1,81
1.471,4 1 58,9' 2,14 0,23b
4.143,4 1.379,6 3,29 1,10
 APEND10E DOCUMENTAL
D. Informe del Secretario General de la Unctad
nas expansión, debido en parte a las malas cosechas, y,
en consecuencia, a mediados del decenio actual, en
muchos países, la producción agrícola per capita des-
cendió a niveles que prevalecían diez años antes. Por
lo que toca a la producción de alimentos, desde el
punto de vista de la tasa per capita, los países del Le-
jano Oriente y Asia sudoriental no han registrado
ninguna mejora desde 1961, los del Asia occidental
desde 1962 y los de Africa desde 1963 De ahí que
en gran número de países en desarrollo los niveles
de consumo sólo pudieron mantenerse a cambio de
aumentar las importaciones o reducir las existencias
internas y, en los países exportadores de alimentos, a
costa de sacrificar los programas encaminados a lograr
un aumento considerable de los excedentes exportables.
En la India, los resultados poco alentadores del sector
agrícola fueron causa de que, durante considerables
períodos de tiempo, se utilizara de modo insuficiente
la capacidad de las industrias de transformación y con-
tribuyeron a la agravación de las presiones inflaciona-
rias. Varios países en desarrollo aumentaron también su
dependencia de las importaciones de alimentos proce-
dentes de los países desarrollados. Como consecuencia,
el índice regional de importaciones de alimentos
(1957-59 -= 100) efectuados en el Lejano Oriente (con
exclusión de la China continental, pero incluyendo
Japón) pasó de 106 en 1960 a 157 en 1965. Los
aumentos porcentuales en los índices correspondientes
para las otras regiores en desarrollo fueron algo meno-
res (36 por 100 para América Latina y 28 por 100
para Africa).
COMERCIO MUNDIAL:
CUADRO GENERAL
Comercio y grado de actividad económica
18) El hecho de que la mayor parte de los países
en desarrollo no hayan logrado alcanzar los objetivos
del Decenio de las Naciones Unidas para el desarrollo
es tanto más inquietante cuanto que el decenio actual
ha sido hasta la fecha relativamente próspero. Las tasas
de crecimiento del comercio mundial fueron muy supe-
riores a las alcanzadas desde la guerra de Corea. Entre
1960 y 1966 las exportaciones mundiales pasaron de
128.000 a 203.500 millones de dólares, con un au-
mento medio anual del 8 por 100, lo que representa
un adelanto considerable con relación a la tasa de
72 6,4 por 100, que se alcanzó durante la segunda mitad
del decenio anterior. Se llegó al punto culminante de
la fase de expansión en 1964, año en que las exporta-
ciones mundiales aumentaron en un 12 por 100 sobre
las del año anterior. A partir de entonces ha habido
cierta desaceleración, pero las tasas de crecimiento du-
rante los dos años que siguieron a la Conferencia
Naciones Unidas, Estudio económico mundial, 1966, par-
te II 1E/4396/Add. 3, pág. 5). 9 Op. cit., núm. 28, junio de 1967, pág. 20.
de 1964 aún fueron superiores a la media correspon-
diente al período 1960-66, en conjunto.
19) La alta tasa de crecimiento del comercio mun-
dial es sin duda reflejo de la intensa actividad econó-
mica de los países industriales a lo largo de la mayor
parte del período. En Estados Unidos la expansión
económica se prosiguió durante seis años seguidos,
en los cuales el producto interno bruto creció a ritmos
de más doble del promedio correspondiente a los úl-
timos años del decenio de 1950. La economía de los
países de la Comunidad Económica Europea continuó
su vigorosa expansión a tasas muy poco inferiores a las
del decenio anterior. En el Japón, el crecimiento ha
alcanzado, por término medio, la tasa excepcional alta
del 9 por 100 anual. En realidad, casi todo el período
se caracterizó por cierta preocupación con el «reca-
lentamiento»: presión cada vez mayor de la demanda
sobre los recursos internos, alza constante de los pre-
cios y escasez de mano de obra. En los países socialis-
tas europeos la deseceleración que se produjo durante
los primeros años del decenio fue de duración relati-
vamente corta. En el período 1960-65 la tasa de cre-
cimiento del producto bruto material alcanzó una me-
dia de más del 6 por 100 por año, elevándose a más
del 7 por 100 en 1966.
20) Sin embargo, en el segundo semestre de 1966
y el primero de 1967 parece haberse producido una
marcada desaceleración, especialmente en la República
Federal de Alemania y el Reino Unido, con repercusio-
nes sobre la actividad de los países más pequeños (Bél-
gica, Países Bajos y Austria). En América del Norte
también disminuyó el ritmo de la expansión, pero hasta
fines de 1966 siguió siendo más alto que en Europa
occidental. Según el OECD Observer, «el aumento
total de la demanda y la producción en la zona de la
OCED puede ser del orden del 2 por 100 en el primer
semestre de 1967. Este será el tercer semestre consecu-
tivo en que la producción experimenta una desacele-
ración de la tasa anormalmente alta del 6 por 100
alcanzada en el segundo semestre de 1965» 9.
21) La contracción de la actividad económica en
los países industriales empieza a reflejarse en la ten-
dencia del comercio mundial. Durante el primer tri-
mestre de 1967 las importaciones de las economías
de mercado desarrolladas aumentaron a un ritmo anual
de 6,8 por 100, lo cual representó menos de la mitad
de la tasa de aumento alcanzada en el trimestre co-
rrespondiente de 1966. Los datos de que se dispone
indican que esta desaceleración está afectando el co-
mercio de otras zonas económicas importantes, con
la consecuencia de que el comercio mundial en con-
junto aumentó durante el primer trimestre de 1967 a
un ritmo considerablemente más lento que el del año
anterior.
Acontecimientos políticos
22) Independientemente del grado de actividad
económica en los países industriales, una serie de
acontecimientos políticos indudablemente afectaron al
comercio mundial. La guerra de Vietnam ha dejado su
impronta no solamente en la economía de Estados Uni-
dos, sino también en la de muchos países de Asia
sudoriental. Es difícil determinar hasta qué punto la
expansión de la economía de Estados Unidos se debe al
aumento de los gastos militares. No obstante, la gue-
rra de Vietnam tiene algunos efectos directos e ine-
quívocos. Entre 1964 y 1966 las importaciones de
Estados Unidos registraron un aumento del orden
del 34 por 100, aumento que no se hubiera producido
probablemente si no hubiera habido guerra. Los efec-
tos de una mayor adquisición de bienes en el extran-
jero por parte de Estados Unidos se han concentrado
principalmente en algunos países de la región del Le-
jano Oriente, especialmente la República de Corea,
China (Taiwan), Tailandia, Singapur, Hong Kong y
el Japón. Al mismo tiempo, la guerra ha intensifi-
cado la demanda norteamericana de algunos metales
y minerales, y esta mayor demanda ha originado en
algunos casos un alza de precios. Hay que señalar, sin
embargo, que la guerra de Vietnam es uno de los fac-
tores que vienen ejerciendo presión en la balanza de
pagos de Estados Unidos y que indirectamente han
afectado el programa de ayuda de ese país ".
23) Los acontecimientos de Rhodesia del Sur tam-
bién han tenido ciertas repercusiones sobre el comer-
do mundial. La imposición de sanciones al comercio
con Rhodesia del Sur, al mismo tiempo que causaba
inevitablemente una caída radical de las exportaciones
e importaciones de dicho país, produjo su mayor im-
pacto sobre la economía de Zambia. Las dificultades
de transporte y las restricciones impuestas a las com-
pras de carbón de Rhodesia del Sur fueron causa
del descenso de la producción de cobre en Zambia;
en el primer semestre de 1967 dicha producción sola-
mente alcanzó dos tercios de su nivel normal . Sin em-
bargo, debido a una elevación desproporcionada de
los precios del cobre, el valor total de las exportacio-
nes de cobre de Zambia en 1966 alcanzó su cifra má-
xima
24) El efecto de la reciente crisis del Oriente Me-
dio sobre la economía mundial puede ser de largo al-
1, En la respuesta del Gobierno de Estados Unidos, de fe-
cha 11 de julio de 1967, a un cuestionario de la UNCTAD,
se dice que «la preocupación por la balanza de pagos ha ejercido
una influencia restrictiva sobre el volumen de los programas
de ayuda exterior propuestos por el Poder Ejecutivo. También
se ha aducido para justificar en el Congreso la presentación de
enmiendas tendentes a reducir las asignaciones de fondos...
La preocupación por el problema de la balanza de pagos de
Estados Unidos ha dado lugar a la adopción de un número
cada vez mayor de disposiciones relativas a la vinculación de
la ayuda,
canee; mucho depende del tiempo que permanezca :e-
rrado el canal de Suez al tráfico y de la reanudación
de los suministros de petróleo de aquella región a
determinados países. Aparte del trastorno econ,.,mico
y de la devastación imputables a las hostilidades y del
descenso de los ingresos del turismo en el caso de
países como Jordania, el Líbano y la República Arabe
Unida, el cierre del canal representa para la República
Arabe Unida pérdidas que equivalen aproximadamente
a un tercio del valor de sus exportaciones de produc-
tos. Otro factor responsable de estos trastornos es
el costo más alto que entraña la desviación de los
transportes marítimos por la ruta de El Cabo, que se
refleja en los precios de entrega de las importaciones.
Los envíos de alimentos a Asia se ven especialmente
afectados, pero el comercio de muchos países africa-
nos y asiáticos también podría sufrir graves retrocesos.
Cambios principales en el comercio y los
precios de los productos
25) Los acontecimientos de la primera mitad del
decenio actual confirman las tendencias que se vienen
observando desde hace tiempo en el comercio mundial,
a saber, la disminución de la parte correspondiente a
los productos primarios en el comercio total y el
aumento de la participación de los productos manu-
facturados. La disminución relativa se observó prin-
cipalmente en las materias primas, cuyo comercio
aumentó al lento ritmo del 3 por 100 por año. En el
caso de los productos alimenticios, el volumen de las
exportaciones aumentó a razón del 4,6 por 100 por
año. Sin embargo, merced a una recuperación del pre-
cio medio, el valor total de las exportaciones mundia-
les de alimentos aumentó a la tasa de 6,3 por 100.
Como era de esperar, las exportaciones de combustible
son las de más rápido crecimiento entre los productos
primarios, aunque las tasas alcanzadas durante el
período 1960-65 fueron—en términos de valor—in-
feriores a la media del comercio mundial. Al contrario
de lo que ocurre con los productos primarios, las ex-
portaciones de manufacturas han estado creciendo a
tasas muy por encima de la media general. Hay que ob-
servar, sin embargo, que la clase «otras manufacturas»,
que comprende los productos de tipo más tradicional,
aumentó a una tasa sólo ligeramente superior a la
media para las exportaciones de todas las clases de 73
productos. Las tasas más altas de crecimiento—por
encima del 11 por 100 por año—se registraron en las
exportaciones de productos químicos y de maquinaria
y equipo de transporte. Como se demostrará más ade-
lante, este hecho no carece de importancia para ex-
plicar la diferente suerte que han corrido las distintas
zonas.
26) Con respecto a las fluctuaciones de los pre-
cios, hubo un movimiento descendente en el precio
 APENDICE DOCUMENTAL
D. Informe del Secretario General de la Unctad

CUADRO 8
Volumen, valor y valor unitario de las exportaciones
mundiales ° de las principales clases de productos 1960-65

Tasa media anual de cambio ( I')

Indice de valor
Volumen de las Valor de las unitario
Clase de productos CUC' exportaciones exportaciones 1960 = 100
Productos alimenticios y bebidas 0+1 4,6 6,3 108
Materias primas 2+4 3,0 3,0 100
Combustible 3 8,2 7,1 94
Productos químicos 5 11,7 10,1 94
Maquinaria y equipo de transporte 7 9,6 11,2 108
Otras manufacturas 6+8 7,6 8,6 105
Total 0-8 7,1 7,8 103

• Excluidas las exportaciones de los países socialistas.

Fuente: Naciones Unidas, Montbly Bulletin of Statistics, noviembre de 1966.

de todos los productos que fueron objeto de comer-
cio mundial de 1960 a 1962. A partir de 1963 esta
tendencia descendente fue sustituida por una subida
del valor unitario de la exportaciones que duró hasta
el último trimestre de 1966. Sin embargo, el movi-
miento de los precios de los diferentes grupos de pro-
ductos no fue uniforme. En el caso de los productos
primarios la mejoría duró solamente dos años, 1963 y
1964, después de lo cual se registró un descenso gene-
ral. Los precios de los artículos manufacturados su-
bieron constantemente a partir de 1960 hasta el pri-
mer trimestre de 1967. Los precios que registraron ma-
yor aumento fueron los de los metales comunes no
ferrosos, que alcanzaron su cifra máxima durante el
segundo trimestre de 1966, después de lo cual parece
que comenzó un pronunciado descenso. En el caso de
los productos agrícolas exportados por países en des-
arrollo, el precio medio obtenido en el primer trimestre
de 1967 fue menor que el de la época de la Conferen-
cia de 1964. El descenso fue de un 10 por 100 en el
caso de los productos alimenticios y un 4 por 100 en
el de los productos agrícolas no alimenticios. Sin em-
bargo, el precio medio de los metales comunes no ferro-
sos que prevaleció durante el primer trimestre de 1967
fue superior en un tercio al de la época del primer
período de sesiones de la Conferencia.
74 27) En lo que se refiere a los distintos productos,
las fluctuaciones más notables se dieron en el precio
del cacao y en los precios en el mercado libre del azúcar
y el cobre. En el caso del azúcar, el precio alcanzó cifras
sin precedentes en el cuarto trimestre de 1963, debido
principalmente a las malas cosechas de remolacha en
Europa y de caña de azúcar en Cuba. A partir de en-
tonces, el mercado mundial del azúcar se ha caracte-
rizado por excedentes cada vez mayores, crecientes
reservas y precios bajos. De una media anual de 8,3
centavos de dólar en 1963, el precio en el mercado
libre bajó a una media de 2,0 centavos en 1965 y
aproximadamente a 1,5 centavos en el tercer trimestre
de 1966, que no sólo es el precio más bajo registrado
en un cuarto de siglo, sino que además queda muy
por debajo de los costos medios de producción en
cualquier país ".
28) Después de tres campañas en las que las canti-
dades añadidas a las reservas mundiales de cacao habían
sido relativamente pequeñas, hubo de nuevo un exce-
dente considerable de producción sobre el consumo
de 1964-65, y el precio del cacao sufrió un serio retro-
ceso. En el tercer trimestre de 1965 el precio quedó
reducido aproximadamente al 50 por 100 del de dos
años antes, siendo el más bajo registrado en los últimos
veinte años. Posteriormente, el precio del cacao se ha
recuperado algo, debido principalmente a que la co-
secha de 1965-66 fue menos abundante y a que se
preveía que la producción y el consumo estarían muy
equilibrados en 1966-67.
29) Como se ha señalado antes, los acontecimien-
tos políticos de Rhodesia del Sur, junto con el desaso-
siego industrial en Chile, alteraron la oferta normal de
cobre. Al mismo tiempo, las necesidades industriales
de cobre han seguido en expansión e incluso han expe-
rimentado un nuevo aumento, debido a las crecientes
necesidades militares de Estados Unidos. Como resul-
tado, hubo una gran escasez de cobre, lo cual a partir
de 1964 impulsó constantemente hacia arriba el precio
del «mercado libre», alcanzándose la cifra máxima en
el segundo trimestre de 1966.
(Tomado de Comercio Exterior, febrero 1968.)
it Estudio de la UNCTAD sobre los productos básicos,
1966.

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 ANO 09
QUE ESTUPENDA EXCUSA
PARA PEDIR EL MEJOR SCOTCH

ITAT 69
EL VIEJO ESCOCES, PRESENTE
EN LA HORA DEL FUTURO

EL ESCOCES DEL AÑO

DISTRIBUIDOR EXCLUSIVO: Cia Hispana.S. A. Empresa de Comercio Internacional y Distribución. MADRID
 Colaboraron:

MANUEL BEN EDITO

PABLO CANTO
MANUEL ESTEVE I RIOS
JOSE LUIS GARCIA DELGADO
ARMAND LEPAS
R. MARTINEZ CORTINA
JUAN MUÑOZ
SANTIAGO ROLDAN
GONZALO SAENZ DE BURUAGA
JULIO SEGURA

Confecciunó.

JOSE M. GUELBENZU

Cubierta:

ANUEL RUIZ ANGELES

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