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En una visión histórica del acontecimiento podemos calificar el año 1918 como “el
Año del Estado de Sitio”. Desde mayo de 1917 se suspendieron las garantías
constitucionales y se fue prorrogando a lo largo de 1918, siendo levantado en la última
semana de octubre para celebrar elecciones de diputados. Finalizadas esas
elecciones se restableció ese modelo de Estado de excepción. Dos hechos ocurridos
en 1917 tuvieron repercusiones en el siguiente año: a). la huelga bananera en las
plantaciones de la Cuyamel que involucró un aproximado de cinco mil trabajadores
agrícolas, cuya petición de pago por salarios en moneda de plata y no de oro, fue
resuelta favorablemente por la compañía frutera y, b). un movimiento conspirativo
contra la administración de Bertrand que se inició en Balfate desde el 19 de diciembre,
y se diseminó por varios puntos del litoral atlántico, obligando al gobierno a movilizar
tropas con un incremento del presupuesto al ministerio de Guerra. Esa conjugación de
eventos creó condiciones de inestabilidad política, y al mantenerse el ambiente bélico
por varios meses, justificó el prolongado estado de sitio. El interés del presidente
Bertrand por imponer al Dr. Nazario Soriano, pariente político, como candidato
presidencial contribuyó a agravar la situación política de la nación. De tal manera, en
ese contexto, se justifica que el calificativo de “Año del Estado de Sitio” de 1918 es
acertado. Todo ese año el país vivió bajo un estado de sitio permanente, con la
excepción de una semana durante el mes de octubre para celebrar elecciones para
diputados. La inestabilidad social se volvió crónica.