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VIALUCIS PASCUA 2017

“no hay amor más grande que dar la vida

PRIMERA ESTACIÓN. 
¡CRISTO VIVE!: ¡HA RESUCITADO! Hemos nacido a una vida nueva, resucitada, estamos como niños
recién nacidos.

Del Evangelio según San Mateo 28, 1-7.


Después del *sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el
sepulcro.

Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro,
quitó la piedra y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la
nieve. 4 Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos. 5 El ángel
dijo a las mujeres:
—No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, tal
como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. 7 Luego vayan pronto a decirles a sus discípulos: “Él se ha
*levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán.” Ahora ya lo saben.

Comentario a la cita bíblica:

Dinámica:
Material: Tumba con piedra movida, espejo, cita para c/u resurrección, biombo, niños entran al final
“sorpresa” letrero “ha resucitado”

Oración

Señor Jesús, hemos querido seguirte en los momentos difíciles de tu Pasión y Muerte, sin avergonzarnos de tu
cruz redentora. Ahora queremos vivir contigo la verdadera alegría, la alegría que brota de un corazón
enamorado y entregado, la alegría de la resurrección. Pero enséñanos a no huir de la cruz, porque antes del
triunfo suele estar la tribulación. Y sólo tomando tu cruz podremos llenarnos de ese gozo que nunca acaba.

SEGUNDA ESTACIÓN.
EL ENCUENTRO CON MARÍA MAGDALENA. (Jn 20, 10-18)

Testimonio. Una mujer que se encontró con Jesús y Él le cambio la vida.

11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del
sepulcro, 12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera y el otro a los
pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 13 Y le dijeron:
--Mujer, ¿por qué lloras?
Les dijo:
--Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí; pero no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo:
--Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el jardinero, le dijo:
--Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo llevaré.
16 Jesús le dijo:
--¡María!
Volviéndose ella, le dijo:
--¡Raboni! --que significa: «Maestro»--.
17 Jesús le dijo:
--¡Suéltame!, porque aún no he subido a mi Padre; pero ve a mis hermanos y diles: “Subo a mi Padre y a
vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”.
18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos la noticia de que había visto al Señor, y que él le
había dicho estas cosas.

Comentario: El encuentro con Cristo cambia la vida definitivamente, María Magdalena había experimentado el
Amor, la presencia de Dios, había escuchado su Palabra y ello le había transformado la Vida, sin embargo,
ahora Jesús quiere darle una nueva experiencia de su presencia, ahora el encuentro será en el interior, ahora ella
debe acostumbrarse a una experiencia más íntima y profunda con Dios porque para encontrarse con él ya no
será externamente sino desde dentro.

Testimonio de

Oración:
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, la tradición cristiana nos dice que la primera visita de tu Hijo
resucitado fue a ti, no para fortalecer tu fe, que en ningún momento había decaído, sino para compartir
contigo la alegría del triunfo. Nosotros te queremos pedir que, como María Magdalena, seamos testigos y
mensajeros de la Resurrección de Jesucristo, viviendo contigo el gozo de no separarnos nunca del Señor.

TERCERA ESTACIÓN.
JESÚS EN EL CENÁCULO MUESTRA SUS LLAGAS A LOS APÓSTOLES:

Del Evangelio según San Lucas 24, 36-43 Jn, 20, 19-23.

Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar
donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, llegó Jesús y, puesto en medio, les dijo:

--¡Paz a vosotros!
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al
Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez:
--¡Paz a vosotros! Como me envió el Padre, así también yo os envío.
22 Y al decir esto, sopló y les dijo:
--Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los
retengáis, les serán retenidos.

Comentario: El Señor resucitado se rencontró con sus hermanos. Su amor traspasa las puertas cerradas y los
libera del miedo. Les regala la paz y la alegría. Se muestra como el que estuvo crucificado, pero ahora es el
viviente y está en medio de ellos. Ya no están solos, sino acompañados. Ya no están dispersos, sino reunidos
con él para siempre. La comunidad que recibe a Jesús vivo es una fraternidad de la alegría y él es la cabeza.

La resurrección de Cristo trae la alegría de la fraternidad.

Entregar nuestras heridas a Jesús y colocarlas en las de él para que las resucite y podamos iniciar una vida
nueva resucitada. Pegar en una imagen de Jesús resucitado.

Oración: La oración sería espontanea

Material: gigantografía de Jesús con manto blanco y llagas, tempera roja, letrero “dame tus heridas”
Se puede invitar a las personas a identificar sus heridas y entregárselas a Jesús.
CUARTA ESTACIÓN.
EN EL CAMINO DE EMAÚS

Lc 24, 13-32: Aquel mismo día dos discípulos se dirigían a un pueblecito llamado Emaús, que está a unos doce
kilómetros de Jerusalén,
14.e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido.
15. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos,
16.pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
17.El les dijo: «¿De qué van discutiendo por el camino?» Se detuvieron, y parecían muy desanimados.
18.Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: «¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no está
enterado de lo que ha pasado aquí estos días?»
19.«¿Qué pasó?», les preguntó. Le contestaron: «¡Todo el asunto de Jesús Nazareno!» Era un profeta poderoso
en obras y palabras, reconocido por Dios y por todo el pueblo.
20.Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a muerte y clavar en la
cruz.
21.Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Pero todo está hecho, y ya van dos días que
sucedieron estas cosas.
22.En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos han inquietado,
23.pues fueron muy de mañana al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, volvieron hablando de una aparición de
ángeles que decían que estaba vivo.
24.Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo
vieron.»
25.Entonces él les dijo: «¡Qué poco entienden ustedes, y qué lentos son sus corazones para creer todo lo que
anunciaron los profetas!
26.¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?»
27.Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y luego todos los
profetas, .
28.Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante,
29.pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.»
Entró, pues, para quedarse con ellos.
30.Y esto sucedió. Mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio,
31.y en ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero ya había desaparecido.
32. Entonces se dijeron el uno al otro: « ¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino
y nos explicaba las Escrituras?»

Comentario: Vamos a identificar la presencia de Jesús a lo largo del camino de estos discípulos, ellos no le
habían reconocido, caminaba a su lado y no eran consientes, su tristeza, su desánimo, no les permitía
reconocerlo. De la misma manera, Jesús ha caminado toda la vida con nosotros en las tristezas y las alegrías, en
la dificultad y tal vez no le hemos reconocido, pues él quiere seguir caminando y compartiendo cada momento
de nuestra vida y busca que le reconozcamos para dar nuevamente la luz a nuestros ojos, para hacer arder
nuevamente nuestro corazón.
Proyección de video “Cristo nace cada día” en la capilla pequeña / luz /proyector, acción de gracias por
que Jesús camina y sigue caminando en nuestras vidas

Oración:
Señor Jesús, ¡cuántas veces vamos caminando solos! ¡Tantas veces estamos desengañados y tristes! Ayúdanos
a descubrirte en el camino de la vida, en la lectura de tu Palabra y en la celebración de la Eucaristía, donde te
ofreces a nosotros como alimento cotidiano. Que siempre nos lleve a Ti, Señor, un deseo ardiente de
encontrarte también en los hermanos.
QUINTA ESTACIÓN.

JESÚS CONFIRMA A PEDRO EN EL AMOR

Del Evangelio según San Juan 21, 15-19: Cuando ya habían comido, Jesús preguntó a Simón Pedro:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?
Pedro le contestó:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
–Apacienta mis corderos.
16 Volvió a preguntarle:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Pedro le contestó:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
–Apacienta mis ovejas.
17 Por tercera vez le preguntó:
–Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Pedro, entristecido porque Jesús le preguntaba por tercera vez si le quería, le contestó:
–Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
–Apacienta mis ovejas. 18 Te aseguro que cuando eras más joven te vestías para ir a donde querías; pero cuando
seas viejo, extenderás los brazos y otro te vestirá y te llevará a donde no quieras ir.
19 Al decir esto, Jesús estaba dando a entender de qué manera Pedro había de morir, y cómo iba a glorificar a
Dios con su muerte. Después le dijo: – ¡Sígueme!

Comentario: Jesús nuevamente se vuelve a acercar a pedro, no hay en él reclamos o desconfianzas hacia el
discípulo, más al contrario, le invita nuevamente a seguirle, le expresa su amor y le invita a responderle de la
misma manera, busca sanar la herida de la negación al expresar le tres veces su amor incondicional y su
confianza. Jesús espera una respuesta, apoyada ahora no en las propias fuerzas sino en la fuerza del resucitado.

Material: Huellas de papel, en ellas colocaremos las actitudes que pondremos para poder responder al llamado
que Cristo resucitado nos hace de amarle y seguirle. Escribir tres actitudes con las que de ahora en adelante
queremos amar a Jesús en esta experiencia de vida nueva.

Oración:
Señor Jesús, que sepamos reaccionar antes nuestros pecados, que son traiciones a tu amistad, y volvamos a Ti
respondiendo al amor con amor. Ayúdanos a estar muy unidos al sucesor de Pedro, al Santo Padre el Papa,
con el apoyo eficaz que da la obediencia, porque es garantía de la unidad de la Iglesia y de la fidelidad al
Evangelio.

SEXTA ESTACIÓN

JESÚS RESUCITADO EN EL LAGO DE GALILEA:

Del Evangelio según San Juan 21, 1-6a

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta
manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos
y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar". Ellos contestan: "Vamos también
nosotros contigo". Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando
Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis
pescado?". Ellos contestaron: "No". Él les dice: "Echad la rea a la derecha de la barca y encontraréis". La
echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le
dice a Pedro: "Es el Señor".

Comentario: La red representa el mundo y Jesús ahora nos invita a poner en ella, lo que hemos pescado en
esta pascua, escribir en este pez qué es lo que tenemos para compartir y a qué personas el Señor nos invita a
llegar.

Vamos a pasar y poner nuestro pez en la red.

Materiales: imagen Jesús resucitado con red y pececitos mundo, apunta en el pececito las personas que quieres
evangelizar contarles la buena noticia

Oración:
Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con el dulce mandato de predicar la Buena Nueva,
dilata nuestro corazón para que crezca en nosotros el deseo de llevar al mundo, a cada hombre, a todo
hombre, la alegría de tu Resurrección, para que así el mundo crea, y creyendo sea transformado a tu imagen.

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