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Como categorizaría yo, el camino que me conduce al cielo, como

categorizaría yo, el seguir a Cristo.


¿Debo suponer que todos los que estamos presentes, alguna vez llegaron a
plantearse está pregunta?
¿Debo suponer que, en sus años, meses, semanas o días de experiencias en
el camino de nuestro Señor, llegaron a plantearse está interrogante?
¿Es un camino difícil, es un camino fácil?
Y en cierta ocasión escuche a un predicador muy conocido definir en una
sola palabra lo que significa la cruz, la cruz en la cual Cristo murió.
En su percepción, en el criterio de este hombre, o el concepto que este
hombre uso aquella noche, porque la cruz nos muestra muchas facetas de
Dios, su amor, su perdón, su misericordia, su gracia, su bondad, su
fidelidad, su grandeza. Pero ante todas estas facetas hermosas, no
podemos ocultar una que es sumamente relevante o importante.
Es la que utilizó este hombre aquella noche, y dijo, la cruz, la cruz es
negación.
Una única palabra, NEGACIÓN. Una palabra con un significado amplio y
profundo.
Y se que todos recordamos esa frase icónica de Jesús a sus discípulos
cuando en cierta ocasión comenzó a relatarles acerca de lo que tenía que
padecer cuando fuera a Jerusalén en manos de los ancianos, de los
principales sacerdotes y de los escribas, que tenía que ser muerto y
resucitar al tercer día.
Pedro, uno de los doce discípulos de Jesús, lo llamo a parte, como para
hacerle como una especie de llamado de atención. Como diciendo, ¿Qué
pasa contigo Señor? ¿Qué cosa tan cruel e ilógica estas diciendo? En
ninguna manera esto te puede pasar, siendo algo así como compasivo.
Y ya conocemos el tipo de respuesta que Jesús le dio, ¡Quítate de delante de
mi, satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de
Dios, sino en las de los hombres.
Entonces después de esta conversación vemos a Jesús decir a sus discípulos:
“Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
que Me siga.
Y es precisamente este asunto el que muchos decidimos ignorar de una
manera inconsciente o conscientemente.
Muchos de nosotros alguna vez pusimos barreras y límites a Dios, quizás
algunos de nosotros lo seguimos haciendo.
Hay muchas personas que no les gusta la evaluación de este versículo,
porque miran lo complicado que puede llegar a hacer en cuanto a su vida
personal, todo lo que tienen que dejar, todo lo que tienen que abandonar.
Así que prefieren tenerlo de adorno en la Biblia.
Como típicamente suceden en muchos hogares, en los cuales la Biblia está
abierta de extremo a extremo en el libro de los salmos capítulo 91, el cual
habla de la protección de Dios, y tienen esto como una especie de adorno
en sus hogares.
Quieren que les de un ejemplo, nosotros sin darnos cuenta muchas veces
hemos sido y muchas veces lo hemos seguimos siendo, o parecemos como
aquellas personas que cierran las puertas a quienes les van a predicar, y
solemos decir: “Bueno, no nos están cerrando las puertas a nosotros, sino
que se las están cerrando a Dios". Y verdaderamente es así.
¿Pero qué pasa cuando Dios resuelve pedirnos algo y rehusamos dárselo?
Entrégame tu vida. Y dentro de ese concepto que llamamos vida se
encuentra.
Ejemplos…

¿Qué pasa cuando Dios nos pide eso y rehusamos dárselo?


A aquellos a quienes les decimos que le están cerrando la puerta a Dios, eso
que ellos hacen es precisamente lo que nosotros hacemos.
Y perdónenme si suena duro, lo que les voy a decir, pero las verdades
aunque nos duelan tenemos recibirlas y aprender a decirlas por supuesto.
S. Mateo 23:4
[4]Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los
hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Algunos sin darnos cuentas vivimos este pequeño ejemplo.
El ejemplo de Jesús en casa.

Y sin darnos cuenta, nos fuimos poco a poco convirtiendo en amantes de los
beneficios olvidando el proceso que conlleva conseguirlos.
¿Salmo 34:7
Que Dice: el ángel de Jehová acampa alrededor de nosotros?

En el salmo 91.
¿Se olvidaron del verso 1?

Me hice otra pregunta.


Si pusiera en una balanza para clasificar el peso de dos cosas.
1- El dar yo por iniciativa propia a Dios (Seleccionativo)
2- El que Dios me pida algo.
Que pesaria más?
El caso de Abraham…
El caso del joven rico

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