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Unidad Didáctica
EL HOMBRE EN CUANTO VIVIENTE RACIONAL
III
Curso de Ingreso
Facultad de Ciencias de la Salud
Introducción a las cuestiones antropológicas fundamentales.
Módulo 3: El hombre en cuanto viviente racional.
Bibliografía:
R. Verneaux, FILOSOFÍA DEL HOMBRE, Herder, 1997. pp.
95 a 150;
R. Yepes Stork y J. Aranguren, “FUNDAMENTOS DE
ANTROPOLOGÍA: Un ideal para la excelencia humana.
Eunsa. Ed. 5. 2006. Unidad 6.
José Alberto Mainetti (Editor), “Antropología Filosófica,
selección de textos, Instituto de Humanidades Médicas.
Blanco, CURSO DE ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA, Buenos
Aires, EDUCA, 2002. 494-497
Desarrollo del
punto III.1 Estimado alumno, me parece conveniente comenzar este
nuevo punto haciendo una aclaración, que quizá sea trivial
EL CONOCIMIENTO pero es mejor asegurarse.
Y EL APETITO
Por psicología aquí no nos estamos refiriendo a la disciplina
que estudia las conductas en la actualidad, sino a la
psicología filosófica. Recordemos que el alma es llamada
psique. Y el estudio del alma es psique- logos, o sea
psicología, de tal manera que aquí nos referimos al estudio
del alma.
Desarrollo del
punto III.2 Comenzaremos a desarrollar el primer punto de esta unidad,
y la pregunta es ¿qué conoce la inteligencia?
EL CONOCIMIENTO
INTELECTUAL Averiguémoslo.
El objeto general de la inteligencia es la suma de todas las
cosas o todos los objetos en cuanto cognoscibles o
inteligibles, imagine que es un conjunto con una extensión
prácticamente infinita, pues lo único que queda fuera es la
nada.
En tanto que el objeto formal común de la inteligencia, se
refiere al objeto formal de toda inteligencia, cualquiera que
sea, divina o creada, espiritual pura o encarnada; el aspecto
bajo el cual la inteligencia en cuanto tal alcanza su objeto
general.
Este objeto formal común de toda inteligencia es el ente,
“lo que es”, comprendiendo:
“lo que”: esencia
“es”: existe, tiene ser.
La simple aprehensión:
es el acto de comprender algo sin afirmar ni negar nada de
ello. Consiste en conocer una esencia o “quididad” abstracta,
tan confusamente como se quiera.
La simple aprehensión es el acto por el cual el
intelecto conoce lo que algo es, o aprehende alguna
quididad. Este conocimiento se realiza en o por un concepto,
pero este concepto es solamente el medio por el que el
espíritu capta una esencia.
Para conocer, la inteligencia produce en sí misma una
representación del objeto en la que contempla al objeto.
El concepto es un signo. Es un puro signo o puro medio,
es decir, no detiene la mirada en él, sino que tiene por
función dirigir la mirada hacia el objeto. Su papel consiste
únicamente en hacer aparecer la esencia a la inteligencia.
Tanto en la imagen como en el concepto, hay un trabajo
psíquico de un producto interno, inmanente, que es la
“especie expresa”, sensible o inteligible.
Esa actividad psíquica, a nivel sensible, comienza con
la imaginación, ya que los sentidos externos y el sentido
común producen actos propios pero no un producto interno.
La inteligencia, en su acto de entender, tiene dos
momentos, el momento productor y el momento
contemplativo.
El juicio
Si comprendió la primera operación, es momento de
proseguir con la segunda, pues esta depende de la anterior.
Sin conceptos no hay proposiciones y sin proposiciones no es
posible enjuiciar.
El juicio es un acto por el cual la inteligencia afirma o
niega como real una identidad entre dos conceptos distintos.
Lo que constituye el acto de juzgar, su elemento
esencial, es la aserción o la afirmación.
determinará a sí misma.
Esta distinción ayuda a comprender los límites de la
libertad, ya que siempre habrá una predeterminación en la
medida en que en esa dimensión la voluntad no se mueve a
sí misma sino que es movida por algo que posee como dado
por naturaleza: su objeto formal, que es el bien.
El acto voluntario libre es el que se denomina
“acto humano”, en oposición a otros actos llamados “actos
del hombre” (que solamente ocurren o acaecen en nosotros
pero no son producidos voluntariamente por nosotros, por
ejemplo el latir del corazón).
Un acto voluntario se opone a un acto involuntario,
por ejemplo, un acto reflejo, y se entiende como equivalente
de «acto libre», pudiéndose definir como aquel acto que
podría haber sido distinto si uno lo hubiera decidido y del
cual uno se siente responsable
a) criterios no razonables
APREHENSIÓN DEL AMOR DE PREDILECCIÓN
CONSENTIMIENTO DELIBERADO
b) información errónea
c) malas comparaciones
JUICIO – ELECCION