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CUERPO DEL

CURSO Curso de Ingreso


Facultad de Ciencias de la Salud
INTRODUCCIÓN A LAS CUESTIONES
ANTROPOLÓGICAS FUNDAMENTALES.
Versión Septiembre 2015

Unidad Didáctica
EL HOMBRE EN CUANTO VIVIENTE RACIONAL
III
Curso de Ingreso
Facultad de Ciencias de la Salud
Introducción a las cuestiones antropológicas fundamentales.
Módulo 3: El hombre en cuanto viviente racional.

PROGRAMA TERCERA UNIDAD: EL HOMBRE EN CUANTO VIVIENTE


RACIONAL
3.1 El conocimiento y el apetito.
3.2 El conocimiento intelectual: objeto de la inteligencia.
Actos propios.
3.3 El apetito intelectual: Voluntad, Descripción del acto
voluntario.
3.4 La libertad: Naturaleza y formas de la libertad. Libertad
y determinismo.

Práctico no. 03: Responder el cuestionario “El hombre,


viviente racional”.

Bibliografía:
 R. Verneaux, FILOSOFÍA DEL HOMBRE, Herder, 1997. pp.
95 a 150;
 R. Yepes Stork y J. Aranguren, “FUNDAMENTOS DE
ANTROPOLOGÍA: Un ideal para la excelencia humana.
Eunsa. Ed. 5. 2006. Unidad 6.
 José Alberto Mainetti (Editor), “Antropología Filosófica,
selección de textos, Instituto de Humanidades Médicas.
 Blanco, CURSO DE ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA, Buenos
Aires, EDUCA, 2002. 494-497

Cátedra de Antropología Filosófica -2-


Curso de Ingreso
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Introducción a las cuestiones antropológicas fundamentales.
Módulo 3: El hombre en cuanto viviente racional.

Desarrollo del
punto III.1 Estimado alumno, me parece conveniente comenzar este
nuevo punto haciendo una aclaración, que quizá sea trivial
EL CONOCIMIENTO pero es mejor asegurarse.
Y EL APETITO
Por psicología aquí no nos estamos refiriendo a la disciplina
que estudia las conductas en la actualidad, sino a la
psicología filosófica. Recordemos que el alma es llamada
psique. Y el estudio del alma es psique- logos, o sea
psicología, de tal manera que aquí nos referimos al estudio
del alma.

Sobre qué es un fenómeno ya habíamos hablado


puntualmente, pero no así de fenómenos psíquicos.
Comencemos por la etimología.
Psíquico proviene del (del griego ) psijé y su significado
podría ser, hálito, alma, vida.
El término se aplica a los fenómenos internos del ser
humano, en cuanto procesos conscientes o inconscientes con
los que se caracteriza su vida interior como individuo, tales
como percepción, aprendizaje, entendimiento, voluntad,
memoria, sentimientos, afectividad, etc. Su opuesto es lo
corporal y lo físico. Sinónimo de «mental», del que
difícilmente y sólo impropiamente puede distinguirse.

Nos relata Aristóteles que el conocimiento consiste en


dejarse invadir por el objeto y captarlo en sí, de un cierto
modo.
En cambio la apetencia o tendencia, consiste en ir hacia un
objeto que se presenta como bueno.

Las reacciones se pueden efectuar en dos planos: sensible


(si su objeto de estudio es concreto e individual) e intelectual
(si su objeto de estudio es abstracto y general).

He aquí las cuatro funciones psicológicas principales


presentadas por Aristóteles:
1. Conocimiento sensible: comprende los actos de
conocimiento de un objeto concreto (sensación, imaginación,
memoria) a los que se une la conciencia sensible.

2. Conocimiento intelectual: comprende los actos que


versan sobre un objeto abstracto (la idea, el juicio, el
razonamiento) al que se une la conciencia intelectual que es
reflexiva.

3. Apetito sensible: es la tendencia hacia un bien


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concreto, de donde derivan el placer y el dolor, como


también las emociones.

4. Apetito intelectual: es la tendencia hacia un objeto


concebido por la inteligencia, llamada voluntad. De la
tendencia resulta la actividad.

Vista esta clasificación anterior, es hora de estudiar


estas dos reacciones fundamentales de los seres conscientes
en relación con su medio: el conocimiento y el apetito.

En el plano del conocimiento el autor nos dice


(Verneaux, p. 37) que en principio la noción de conocimiento,
por ser una experiencia clara y primitiva no necesitaría ser
definida y acto seguido nos presente lo que parecería un
juego de palabras, pero ciertamente no lo son. Transcribo el
párrafo:

“si un ser no está dotado, no se plantea la cuestión; y si un


ser se plantea la cuestión, es que está dotado de
conocimiento y entonces sabe lo que es.”

Claro, ¿no? Aún así, nos dice que es tarea de la filosofía


intentar definir el concepto. Hacia allí nos movemos, y lo
haremos con el método que habíamos planteado en la
presentación.

El conocimiento desde la forma fenomenológica. Aquí


describiremos las cuestiones evidentes que se nos presentan
en lo cotidiano:

El conocimiento es una actividad vital: es una actividad


espontánea, pero la causa exterior no basta para provocarla,
si el ser no fuese vivo y no reaccionase de un modo original.
Conocer a un objeto no lo modifica, pero el sujeto s
enriquece. El conocimiento es una actividad inmanente

El conocimiento es una relación entre un sujeto y un objeto:


no hay conocimiento sin sujeto que conozca y tampoco sin
un objeto que la provoque. El sujeto objetiva, construye el
objeto. La cosa solo se convierte en objeto (de conocimiento)
en el momento en que un sujeto apunta hacia ella.

El conocimiento es una unión intencional: en el


conocimiento el sujeto capta el objeto como tal, diferente de
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él. Esta captación es una asimilación: el objeto se convierte


en él.

El conocimiento supone inmaterialidad: si el conocimiento


es un acto inmanente, es inmaterial. Una cosa solo es
cognoscible en razón de su forma. Conociendo su forma, se
conoce su naturaleza, porque su forma la especifica y le
confiere su naturaleza y sus actividades.

Un ser es capaz de conocer en la medida que es


inmaterial, por lo tanto también en razón de su forma. Esta
forma es abierta, puede recibir el ella otras formas sin
resultar alterada.
Esta apertura distingue a los seres dotados de
conocimiento de los que no lo están.

Un ser es más cognoscible, cuanto mas puro e


inmaterial es y un ser es tanto más cognoscente, cuanto mas
inmaterial es también.

La experiencia nos presenta dos grados de conocimiento: el


sensible y el intelectual.

 Conocimiento sensible: tiene un objeto concreto,


singular, material; su sujeto (el sentido sin reducirse a un
órgano) está intrínsecamente unido al funcionamiento del
organismo.

 Conocimiento intelectual: tiene un objeto


desmaterializado, abstracto; la esencia. Su sujeto es
espiritual, aunque depende extrínsecamente del cuerpo.

Estimado alumno, analizado el conocimiento, ahora


analicemos al apetito.

El término apetito significa inclinación, tendencia, amor.

Tener en cuenta que las nociones de apetito y de bien son


correlativas. No se puede definir el bien de otro modo que
como una tendencia al bien.

Los bienes y los males se definen en relación a las


tendencias y con relación a los seres que tienen las
tendencias.

Ahora, el bien es relativo al apetito y el apetito es relativo a


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un objeto que debe poseer una perfección capaz de


satisfacer el apetito. Este apetito es realista: versa sobre el
bien en sí, no se satisface con bienes imaginarios o
puramente ideales.

El conocimiento, en tanto, versa sobre un aspecto de las


cosas, las alcanza en la medida en que se hacen presentes e
inmanentes al sujeto y el apetito se dirige a las cosas mismas
por lo que tiene necesariamente un objeto: si yo amo a
alguien, se convierte en objeto de mi amor, del mismo modo
que si lo conozco, se convierte en objeto de mi conocimiento;
pero en ambos casos, el sujeto trasciende y alcanza su
objeto tal como es, aunque bajo formalidades diferentes.

El apetito puede ser la fuente de un conocimiento original


que se llama conocimiento por connaturalizad: un objeto
puede ser conocido por la simple conciencia de la tendencia
que nos lleva hacia el.

El conocimiento es propio de los vivientes superiores,


mientras que el apetito se encuentra en todo ser, incluso en
los cuerpos brutos.

Desarrollo del
punto III.2 Comenzaremos a desarrollar el primer punto de esta unidad,
y la pregunta es ¿qué conoce la inteligencia?
EL CONOCIMIENTO
INTELECTUAL Averiguémoslo.
El objeto general de la inteligencia es la suma de todas las
cosas o todos los objetos en cuanto cognoscibles o
inteligibles, imagine que es un conjunto con una extensión
prácticamente infinita, pues lo único que queda fuera es la
nada.
En tanto que el objeto formal común de la inteligencia, se
refiere al objeto formal de toda inteligencia, cualquiera que
sea, divina o creada, espiritual pura o encarnada; el aspecto
bajo el cual la inteligencia en cuanto tal alcanza su objeto
general.
Este objeto formal común de toda inteligencia es el ente,
“lo que es”, comprendiendo:
 “lo que”: esencia
 “es”: existe, tiene ser.

Ahora precisemos el objeto formal propio de la inteligencia


humana, ya sea directo e indirecto.
El objeto formal propio de la inteligencia humana, se
refiere no ya a toda inteligencia sino a la inteligencia
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humana, finita y encarnada, con sus leyes y objetos


especiales. El objeto formal propio de la inteligencia humana
es una determinación del objeto formal común. Puede ser
directo e indirecto.

 El objeto formal propio directo de la inteligencia


humana, o lo primero conocido por ella, es la
“quididad” de las cosas materiales, representadas
por las imágenes, “quididad” que es conocida por
el intelecto como abstracta y universal, o sea que
lo inteligible, es primariamente la sustancia
corpórea y secundariamente sus accidentes.
Lo que la inteligencia mediante la sensibilidad
capta en la realidad es la sustancia, que, al ser
captada es universalizada.

 El objeto formal propio indirecto de la inteligencia


humana tiene que ver con lo que puede alcanzar
por caminos mediatos o indirectos, esto es a ella
misma y a las cosas singulares por reflexión, y a
las cosas inmateriales por analogía.

Resumiendo el punto diremos que:

 La inteligencia humana es una potencia o


facultad de conocimiento de naturaleza espiritual,

 que tiene por objeto general todas las cosas en


cuanto inteligibles,

 por objeto formal común el ente,

 por objeto formal propio directo (“lo primero


conocido”) la “quididad” universal de las cosas
materiales obtenida por abstracción a partir de
las imágenes ;

 por objeto formal propio indirecto (segundo) ella


se conoce a sí misma y a las cosas en cuanto
singulares por reflexión, y conoce por analogía las
cosas espirituales.

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Ahora desarrollaremos los actos propios u operaciones de la


inteligencia humana
Estos son tres y se combinan a modo de fases que se
implican mutuamente: la simple aprehensión, el juicio y el
raciocinio.
 SIMPLE APREHENSIÓN: (Acto por el cual se capta una
esencia)
 JUICIO: (Acto por el cual se capta una proposición)
 RACIOCINIO : (Acto por el cual partiendo de
proposiciones llega a otra como conclusión de ellas)

Desarrollemos a cada una de las tres operaciones:

La simple aprehensión:
es el acto de comprender algo sin afirmar ni negar nada de
ello. Consiste en conocer una esencia o “quididad” abstracta,
tan confusamente como se quiera.
La simple aprehensión es el acto por el cual el
intelecto conoce lo que algo es, o aprehende alguna
quididad. Este conocimiento se realiza en o por un concepto,
pero este concepto es solamente el medio por el que el
espíritu capta una esencia.
Para conocer, la inteligencia produce en sí misma una
representación del objeto en la que contempla al objeto.
El concepto es un signo. Es un puro signo o puro medio,
es decir, no detiene la mirada en él, sino que tiene por
función dirigir la mirada hacia el objeto. Su papel consiste
únicamente en hacer aparecer la esencia a la inteligencia.
Tanto en la imagen como en el concepto, hay un trabajo
psíquico de un producto interno, inmanente, que es la
“especie expresa”, sensible o inteligible.
Esa actividad psíquica, a nivel sensible, comienza con
la imaginación, ya que los sentidos externos y el sentido
común producen actos propios pero no un producto interno.
La inteligencia, en su acto de entender, tiene dos
momentos, el momento productor y el momento
contemplativo.

En conclusión: El carácter esencial del concepto


consiste en ser abstracto y universal. Sólo hay pensamiento
propiamente dicho cuando se representa abstractamente
una esencia. El concepto es abstraído de la experiencia
sensible.

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El juicio
Si comprendió la primera operación, es momento de
proseguir con la segunda, pues esta depende de la anterior.
Sin conceptos no hay proposiciones y sin proposiciones no es
posible enjuiciar.
El juicio es un acto por el cual la inteligencia afirma o
niega como real una identidad entre dos conceptos distintos.
Lo que constituye el acto de juzgar, su elemento
esencial, es la aserción o la afirmación.

No hay afirmación pura o vacía. Lo que se afirma es una


relación entre dos términos. En el juicio “S es P” (Diego es
marroquí), los términos son conceptos distintos; por el juicio
se afirma que son idénticos en la realidad.

Además el juicio es el acto principal de la inteligencia, ya


que supone a la simple aprehensión, que le proporciona su
materia.

El juicio es el único acto intelectual que es susceptible de


verdad. El juicio es el único acto en el que la inteligencia
tiende a conformarse con lo real.

La función del juicio es perfeccionar el conocimiento, es


decir, llevarlo a su punto de perfección.

Ahora bien, el juicio puede estar en distintos estados, por lo cual


definiremos a la verdad, la duda, la opinión y la certeza

La evidencia, propiedad del objeto, único criterio válido


de certeza, estado del sujeto, corresponde con la verdad en
cuanto relación de adecuación del sujeto al objeto. Esto hace
a la verdad objetiva.

Cuando no hay evidencia sino solamente probabilidad,


la inteligencia no debe emitir un juicio cierto sino una
opinión, que es un juicio pero con temor a equivocarse. Si
hay juicio, hay alguna verdad; pero una verdad que no
cuenta con un asentimiento firme o cierto por parte del
sujeto.

Cuando ni siquiera hay probabilidad sino solamente


posibilidad, ante igualdad de pros y contras, la inteligencia
suspende el juicio. En eso consiste la duda, en la suspensión
del juicio. En ese caso, no se puede hablar de verdad, por
que ni siquiera hay juicio.

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Finalmente llegamos a la tercera operación mental, el


razonamiento o inferencia.

El razonamiento es el acto mental por el que el


entendimiento afirma que el sujeto pertenece o no al
predicado en la frase capaz de ser verdadera o falsa.
Es el equivalente de enunciado en la filosofía
aristotélica y escolástica.

Un juicio se expresa mediante un enunciado o


proposición, mientras que un concepto se expresa con el
término, y la argumentación por el razonamiento.

El acto mental de razonar, la inferencia, aparece a


primera vista como una serie o sucesión de juicios. De ahí
viene el nombre de discurso que a menudo se le da.
El acto de razonar consiste no en poner las
proposiciones de los juicios, premisas y conclusión, ni
tampoco en pasar de unas a otras, sino en ordenarlas de tal
modo que se encadenen, o relacionarlas por un lazo
necesario, o incluso simplemente en ver su dependencia.

El razonamiento no tiene su fin en sí mismo. No se razona


por razonar sino para concluir. El fin del razonamiento es,
pues, su conclusión.

Para completar el punto seguiremos al padre Quijano y ya a


modo de resumen, diremos que:

 La inteligencia humana es una potencia o facultad


espiritual, capaz de conocimiento de las esencias y
de la verdad de las cosas, subjetiva, intrínseca y
ontológicamente independiente del cuerpo.

 por la simple aprehensión, la inteligencia capta una


“quididad” abstracta y universal. Ahora bien, ésta no
puede ser corpórea, pues todo cuerpo es singular,
por lo tanto, el acto que aprehende la “quididad” es
espiritual, y el principio de ese acto, la inteligencia,
lo es igualmente.

 por el juicio, la inteligencia afirma o capta una


relación abstracta entre dos conceptos abstractos.
Ahora bien, esta relación no puede ser material. por
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lo tanto el acto de juzgar es espiritual, y el principio


de ese acto, la inteligencia, lo es igualmente.

 por el razonamiento, la inteligencia capta un lazo de


dependencia necesaria entre unos juicios. Esta
necesidad lógica es también abstracta, por que el
razonamiento despliega las propiedades de la
esencia, y, por tanto, inmaterial. Luego el acto de
razonar es espiritual, y el principio de ese acto, la
inteligencia, lo es igualmente.

 por la capacidad de reflexión la inteligencia capta su


acto y a sí misma. Pero, si fuera orgánica no lo podría
hacer. por que un órgano no puede volverse sobre sí
mismo, pues está constituido por partes extensas y
dos partes físicas no pueden coincidir en virtud de la
impenetrabilidad de la materia, por tanto, el acto de
reflexión es espiritual y lo es igualmente la
inteligencia que lo realiza (Tomás de Aquino, CONTRA
GENTILES II, 49 y 65.).

Desarrollo del Veíamos que por la espiritualidad humana, el hombre posee


punto III.3 dos facultades. Hasta aquí hemos estudiado a una de ellas, la
inteligencia. En este punto estudiaremos a la otra, la voluntad.
EL APETITO
INTELECTUAL La voluntad es el apetito elícito racional. Es la potencia
o facultad despertada e iniciada (no determinada) por el
conocimiento de un bien por parte de la inteligencia. Su
objeto formal es el bien o la razón de bien tal como es
concebido y presentado por la inteligencia.

El acto propio de la voluntad se denomina acto


voluntario y este querer de la voluntad no debe ser
confundido con el “desear” del apetito sensitivo, aun que a
veces querer y desear se den a la vez.
La diferencia aparece claramente cuando hay
oposición entre el querer de la voluntad y el deseo. Así, por
ejemplo, no deseamos el jarabe de mal gusto aun que
queremos tomarlo por que sabemos que nos hará bien para
curarnos.

La clasificación de los actos voluntarios según “voluntas


ut natura” y “voluntas ut ratio” no implica que haya actos
voluntarios que no son libres y actos voluntarios que son
libres, sino que se trata de dos aspectos presentes en los
actos voluntarios libres, una dimensión respecto de la cual la
voluntad no es libre y otra según la cual ella se auto-
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determinará a sí misma.
Esta distinción ayuda a comprender los límites de la
libertad, ya que siempre habrá una predeterminación en la
medida en que en esa dimensión la voluntad no se mueve a
sí misma sino que es movida por algo que posee como dado
por naturaleza: su objeto formal, que es el bien.
El acto voluntario libre es el que se denomina
“acto humano”, en oposición a otros actos llamados “actos
del hombre” (que solamente ocurren o acaecen en nosotros
pero no son producidos voluntariamente por nosotros, por
ejemplo el latir del corazón).
Un acto voluntario se opone a un acto involuntario,
por ejemplo, un acto reflejo, y se entiende como equivalente
de «acto libre», pudiéndose definir como aquel acto que
podría haber sido distinto si uno lo hubiera decidido y del
cual uno se siente responsable

En el análisis del acto voluntario se puede apreciar la


intervención de las dos potencias o facultades superiores del
hombre, la inteligencia y la voluntad, y el ejercicio de la
libertad.

Análisis del acto voluntario: las doce fases

Este acto voluntario es la acción que una persona


ejecuta de manera consciente con la intención de conseguir
un fin determinado.
En la manera clásica de entenderlo se distingue entre:
concepción del fin, o intencionalidad; deliberación, o examen
de las razones y los motivos, los pros y los contras, o
simplemente reflexión; elección de la opción o alternativa y
decisión, o impulso de la voluntad de llevarla a la práctica.

Análisis del acto voluntario: las doce fases (Blanco,


CURSO DE ANTROPOLOGÍA, 494-497)

Un acto voluntario completo tiene doce fases. Como hay


interferencia constante entre la inteligencia y la voluntad,
seis de estas fases conciernen a la inteligencia y seis a la
voluntad.
El fin es lo primero en la intención y lo último en la
ejecución. Por ello, el orden del fin y de los medios en la
intención, se invierte en la ejecución, y se convierte en
medios que realizan el fin.
Se trata de un acto voluntario libre. Los primeros
momentos de la voluntad donde formalmente aparece la
libertad están puestos en mayúsculas. Pero la voluntad no
obra sino movida por la inteligencia.
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Por ejemplo, mi inteligencia concibe en general la intención


de tomarme un fin de semana libre, y así se lo propone a la
voluntad, la que acepta la propuesta en general. Y luego la
inteligencia pasa del plano ideal posible al plano real “aquí y
ahora” y concibe y re-propone ese fin a la voluntad, potencia
o facultad a la que corresponde la intención (libre) del fin.
La inteligencia, siempre en el plano de la intención, pasa
a la consideración de los medios en general y propone un
paquete de medios a la voluntad: me voy a la playa o me
voy al campo a cazar o me voy a la Abadía de Victoria a
hacer un retiro espiritual. La voluntad acepta o no acepta en
general el paquete de medios que le propone la inteligencia
en orden al fin intencionado. Entonces, la inteligencia
propone a la voluntad una opción, un medio, como el mejor
“aquí y ahora” y la voluntad, libremente, lo elige o no lo
elige.
Si la voluntad elige un medio, por ejemplo ir a cazar al
campo, entonces terminan las fases de la intención y se pasa
al estadio de la ejecución, a no ser que por algún motivo el
proceso se paralice aquí (surge algo inesperado, una fecha
de examen el lunes). Si se procede a la ejecución, la
iniciativa del plan o proyecto la tiene el entendimiento, pero
es la voluntad la que debe llevar a cabo, paso a paso,
directamente o imperando a las otras potencias, el plan
propuesto por la inteligencia: pedir prestada la camioneta a
mi padre, ponerme de acuerdo con mis amigos, comprar
cartuchos para la escopeta, salir de viaje y ponerme tras la
presa.
Mientras se realiza la ejecución, imperada por la
voluntad, la inteligencia y las otras potencias actúan en
cuanto imperadas por ella, mientras la voluntad disfruta y
goza cuando lo planeado se ha ejecutado.

(cfr. con el cuadro que le presentamos en la siguiente


página*)

Analizamos el acto voluntario, ahora bien, ¿Qué es la


voluntad?:

Es el apetito elícito cuyo objeto formal es la razón de bien


presentada por la inteligencia. Es una potencia espiritual, por
cuanto se mueve hacia un objeto presentado por una
potencia espiritual, la inteligencia, a la cual esta
subordinada.

Respecto de la naturaleza espiritual de la voluntad, Verneaux


señala dos hechos:
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 Si el objeto al que se dirige la voluntad es


espiritual, por que concebido por la inteligencia,
el acto y la potencia o facultad de querer son
también espirituales.
 Si la voluntad es capaz de reflexión sobre sí
misma, por lo que puede “querer querer” o “amar
amar”, lo que está implícito en el acto directo de
amor, entonces ella es espiritual (SUMA DE
TEOLOGÍA II-II, 25, 2).

Para finalizar remarquemos que el objeto formal de la


voluntad, afirma, es el bien concebido por la inteligencia.

ESTRUCTURA DE LA ACCIÓN MORAL*


INTELIGENCIA VOLUNTAD

Capta lo universal Tiende hacia las cosas concretas

RAZON TEORICA: el bien 1 La RT CONTEMPLA la BONDAD que se VOLICIÓN = AMOR, deleite y


pertenece antes a la razón en cuanto dona (Bien en sí). amor hacia el bien sin más. La
verdadero que a la voluntad en Y lo presenta a la Voluntad voluntad se complace en el bien
cuanto deseable. (presenta, no impera. La volición sigue a la mirado en sí y por sí mismo.
contemplación de la bondad)

APREHENSIÓN DEL FIN/ AMOR A LA BONDAD QUE SE DONA


CONTEMPLACIÓN PRESENTACIÓN - SIMPLE VOLICION

RAZON PRACTICA: el bien pasa 2 DICTAMEN DE LA RP o APETITO = Comienzo de la


a ser mirado como principio de mi SYNDERESIS acción moral.
obrar. La Sindéresis es conciencia El bien no sólo es amado sino
originaria de los primeros principios "Debe amarse el bien" (Bien como fin, que apetecido como fin a obtener
prácticos. Es infalible pero motiva mi apetito) activamente.
abstracta.
APREHENSIÓN DEL AMOR AL BIEN AMOR A OBTENER EL BIEN
DICTAMEN - APETITO O INTENTIO

LA DELIBERACION O CONSEJO 3 DELIBERACION CONSENTIMIENTO: la voluntad


de lo que hay que hacer se dirige a sobre los medios en sí, en conjunto consiente a la TOTALIDAD DE
los MEDIOS para obtener el fin. No Realismo en la deliberación. LOS MEDIOS apropiados para el
hay "consejo" respecto del fin. fin. Si hay un solo medio se unen
1) Tomarse tiempo, que sea serena.
2) Buscar toda la información consentimiento y elección.
3) Distinguir hechos y opiniones
APREHENSIÓN DE RELACIÓN 4) Distinguir lo importante de lo secundario.
MEDIOS-FIN AMOR A LOS MEDIOS CONCRETOS
EN CONJUNTO
DELIBERACIÓN - CONSENTIMIENTO

EL JUICIO: reconoce un camino 4 JUICIO LA ELECCION o decisión electiva


determinado como el más apropiado Sobre el mejor medio para mí es la respuesta de la voluntad al
a seguir entre todos los medios Madurez en el juicio: juicio. Se elige algo concreto y se
apropiados. excluye lo demás.

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1) no guiarse por prejuicios:

a) criterios no razonables
APREHENSIÓN DEL AMOR DE PREDILECCIÓN
CONSENTIMIENTO DELIBERADO
b) información errónea

c) malas comparaciones

2) Perspectiva desde los valores prioritarios (lo que vale


siempre)

JUICIO – ELECCION

EL IMPERIO o mandato es la 5 IMPERIO de la PRUDENCIA LA EJECUCION es el uso activo


indicación inmediata a la voluntad de Rapidez en la decisión-acción de las fuerzas del hombre para
utilizar el medio elegido. Es propio obedecer el mandato. Las fuerzas
1) llevando adelante lo decidido con perseverancia:
de la Razón práctica el mandar. La son usadas y eso es la ejecución de
2) Flexibilidad (ni fragilidad ni rigidez)
prudencia es falible pero concreta. 3) Aceptación de las personas (ni menospreciar ni la acción moral.
Es conformar el querer y obrar con sobrevalorar por actitudes o hechos)
4) Respetar los límites (esperar-corregir).
la situación concreta.
APREHENSIÓN DEL AMOR DE
PREDILECCIÓN
IMPERIO - EJECUCION

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Desarrollo del Ahora nos toca hablar de la libertad o el «dictamen libre de


punto III.4 la razón».
Como lo hemos habitualmente, comenzaremos
LA LIBERTAD refiriéndonos a la etimología y luego haremos abriremos un
pequeño abanico de las cuestiones más habituales. Luego
los textos que le he mencionado en el párrafo de arriba.

La misma proviene del latín libertas, condición del hombre


que es liber, libre, no esclavo.
Ahora tenga en cuenta que es un término susceptible de
diversos sentidos, según el ámbito a que se aplica, significa
en general capacidad de actuar según la propia decisión.
Según el ámbito en donde se ejerce la decisión, puede
hablarse de diversas clases de libertad. Nosotros tomaremos
los términos asociados a la filosofía.
 La libertad psicológica es, normalmente, la capacidad
que posee el individuo, «dueño de sí mismo», de no
sentirse obligado a actuar a instancias de la
motivación más fuerte.
 La libertad moral es la capacidad del hombre de
decidirse a actuar de acuerdo con la razón, sin dejarse
dominar por los impulsos y las inclinaciones
espontáneas de la sensibilidad.

Tanto la libertad psicológica como la moral pueden


reducirse simplemente a la libertad de la voluntad, que
puede definirse como la facultad de decidirse por una
determinada conducta mejor que por otra igualmente
posible, o simplemente como la capacidad de auto-
determinarse o escoger el motivo por el que uno se decide a
obrar de una u otra manera, o a no obrar.

Ésta es la libertad que la tradición llama liberum


arbitrium, o libre albedrío, «libertad de elección», o «libertad
de decisión».
A la capacidad de autodeterminación en el obrar, se la
llama también «espontaneidad» de la voluntad.

A veces vulgarmente se confunde la libertad con las


libertades. Diferenciemos:
 La idea de «libertad» remite a un derecho moral, que
poseen individualmente todos los ciudadanos, de no
ser coaccionados en su acción.
 Las «libertades» son derechos de hacer X o Y, o Z,
donde X ,Y y Z son clases de acciones, no acciones
concretas; libertad de expresión, de asociación, de
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presunción de inocencia, de libre circulación, etc.

El gran argumento tradicional en favor de la libertad es la


existencia de la responsabilidad moral, por la misma razón
que «deber» implica «poder». Todo el mundo, deterministas
e in deterministas, está de acuerdo en que sólo si el hombre
es libre es también moralmente responsable de sus actos.
A veces se concluye del argumento que, puesto que el
hombre no es libre, tampoco es moralmente responsable,
pero lo habitual es admitir que la responsabilidad es un
hecho universalmente admitido.

El argumento parece que debe matizarse: hay relación entre


responsabilidad y libertad. Es como si ambas fueran dos
caras de la misma moneda.

Una de las consecuencias de la libertad y la responsabilidad,


es el adquirir hábitos que me lleven a la virtud y me alejen
del vicio.
El hábito concretamente es el de estado o posesión de una
cierta una disposición permanente del ánimo y la aptitud que
hace que normalmente obremos bien o mal.
Este hábito se adquiere por repetición, lo cual se denomina
habituación. Aquí es donde entra la voluntad. ¿O a usted no
le cuesta ganar hábitos, por ejemplo el de estudiar sin
distraerse?

Cátedra de Antropología Filosófica - 17 -


Curso de Ingreso
Facultad de Ciencias de la Salud
Introducción a las cuestiones antropológicas fundamentales.
Módulo 3: El hombre en cuanto viviente racional.

PROPUESTA DE Con sus apuntes y resúmenes, intente contestar el


TRABAJO Nº 03
cuestionario designado bajo el nombre de “El hombre, viviente
Sobre el hombre racional”.
en cuanto
Se le realizarán 3 preguntas que tendrán respuestas de
viviente racional
opción múltiples.
Los temas sobre los cuales se interrogarás son:
 sobre los apetitos
 sobre el conocimiento
 sobre la libertad

Recuerde que el cuestionario le será presentado a su debido


tiempo según figura en los respectivos calendarios de las
modalidades distancia y presencial.

Cátedra de Antropología Filosófica - 18 -

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