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Caso Práctico
Caso Práctico
Luego de la renuncia de Merino hubo una nueva pugna de poder para recomponer la
mesa directiva del Congreso y por ende elegir al nuevo presidente encargado, se
decidió inicialmente que la mesa debería estar integrada solamente por legisladores
que votaron en contra de la vacancia presidencial, esta lista única fue encabezada por
una militante de izquierda, pero a último momento decidieron no apoyar la lista. Se tuvo
que reconformar la lista única, sin embargo, surgió otra lista de los que, si votaron por
la vacancia que finalmente fue retirada, finalmente Francisco Sagasti del minorista
Partido Morado fue elegido como presidente del Congreso y por lo tanto presidente
transitorio del Perú.
Lugar y Audiencia:
Debido a las restricciones de reunió que aún están vigentes en el país, es necesario
que el discurso sea transmitido por señal abierta de TV, para lo cual se han contratado
5 minutos en 2 canales de televisión en horario prime y además a través de las cuentas
oficiales de Preciado en Facebook, youtube e Instagram.
En Perú el voto es obligatorio desde los 18 hasta los 70 años, y esa es nuestra
audiencia, a través de la señal abierta nuestro mensaje llegara a aquellos mayores de
40 años, y en redes sociales entre los 18 y 39 años.
Objetivo:
Posicionar a Preciado como un candidato experimentado y con solvencia moral, pero
sobre todo innovador y fiable, bajo el lema de “Ni nuevo, ni viejo…soy diferente”,
establecer que no es una opción que se pueda enmarcar dentro de lo tradicional
político.
Me dirijo a Uds. esta noche porque estoy consciente que, debido a las tensiones
suscitadas por el intento de reformar la Constitución de la República con el propósito
de hacer una nación más justa económica y socialmente, se que hay mucha
intranquilidad y nerviosismo en distintos sectores de la vida nacional, y mucha angustia
y ansiedad en la clase política.
Lo primero que debo decir al respecto es que contrario a la percepción que ha querido
crearse, mi apoyo a la referida reforma constitucional no obedece al hecho de que sea
un hombre de izquierda extrema, un mezquino por no reconocer los logros con la
actual constitución o un obstinado que desafía todo lo establecido, aunque las
circunstancias, supuestamente, no le favorezcan.
Por ejemplo, muchos recordarán que durante mi primer año como teniente alcalde, en
el 2018, el Alcalde Ramos, quien mi gran amigo, me hizo pública la propuesta de
gerenciar la Empresa municipal de eventos, lo cual le agradecí el gesto de confianza
hacia mi persona, pero inmediatamente le expresé mi desacuerdo con asumir una
gerencia, ya que llegue a servir y no a servirme.
Mi posición reformista se debe a que escuché con gran atención e interés la voz del
microempresario, el ama de casa, el estudiante, el policía, el canillita, como también a
grandes personalidades y políticos y pude discernir sobre la necesidad de modificar
nuestra Carta Magna, en razón de las graves amenazas de inestabilidad y retroceso
que se cernían sobre el país ante la posibilidad de que una vacancia con motivaciones
políticas vuelva a suscitarse.
Soy abogado, pero esto no se trata de juristas, esto que parece un debate, más para
abogados que para el resto de la ciudadanía, tiene, sin embargo, una trascendencia
enorme para el futuro de nuestra democracia.
Porque lo que estamos discutiendo es si nuestra Constitución debe ser rígida o flexible.
Si es rígida es difícil de modificar, que es lo que se desea para cualquier Constitución
en el mundo. Si es flexible, entonces se hace susceptible de ser modificada por
cualquier capricho, quebrantándose, de esa manera, el Estado de Derecho.
Pero, además, me preocupa que se tejan ardides y se elaboren argucias para eludir el
hecho de que una reforma como la que se está planteando requiera de algún
mecanismo de legitimación popular, como sería el caso, por ejemplo, de un referendo
aprobatorio.
Finalmente, de llegar al Congreso seré fiel cumplidor de la voluntad del pueblo, porque
el pueblo es el que manda; y si es así, dejemos que sea el pueblo el que efectivamente
se exprese mediante la realización de un referendo aprobatorio, para que diga
directamente si quiere o no la reforma constitucional.