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TEMA 5: EFICACIA DEL CONTRATO

1. Consideraciones generales acerca del valor del contrato


Modos de eficacia de los contratos  los contratos producen diversos efectos que no
siempre están limitados a las partes que los otorgan y sus herederos:
1- Son fuente de obligaciones para las partes que los otorgan y sus causahabientes
(principio de relatividad de los contratos, art. 1257 CC), de modo que únicamente a
ellos les son oponibles las pretensiones derivadas del contrato, ya sea en forma de
acción o de excepción. El cumplimiento de las obligaciones no puede ser exigido a
terceros, ni tampoco estos se exponen a excepciones derivadas de n contrato en el
que no son parte.
2- El contrato determina el nacimiento del correlativo derecho de crédito en la persona
del acreedor, derecho que, si bien solo es exigible frente a los obligados (el deudor
y sus herederos), despliega efectos absolutos en la medida en que cualquier
tercero responderá si lo daña por un acto que sea antijurídico.
3- Los contratos son títulos aptos para adquirir derechos subjetivos sobre bienes
(como dominio y otros derechos reales limitados, art. 609 CC), derechos que, una
vez adquiridos están protegidos frente a las lesiones antijurídicas de cualquier
tercero.
4- Algunos contratos constituyen títulos que legitiman el uso o empleo de cosas ajenas
(ej. arrendamiento, comodato), también frente a los terceros que adquieran derechos
sobre la cosa.
5- No solo el contrato es fuente de legitimación del uso, sino que, además, las
apropiaciones de valor causalizadas en un contrato excluyen las pretensiones que
los terceros tengan por razón de tal incremento patrimonial (ej. el comitente que
encarga la realización de una obra podrá apropiarse de la edificación pagando a su
contratista, sin tener que pagar, además, al que puso su trabajo y materiales por encargo
del contratista).

2. Significado del principio de relatividad de los contratos


Formulación del principio  de acuerdo con el principio de relatividad de los contratos,
estos solo producen efecto entre las partes que los otorgan y sus herederos. El
cumplimiento de las obligaciones pactadas solo puede ser exigido al deudor y a sus
herederos, y solo las partes están expuestas a la oponibilidad de las excepciones que
deriven del contrato (res inter alios nec nocet nec prodest). Este precepto preserva las
exigencias constitucionales relativas a la libertad de contratación, la de empresa, al
libre desarrollo de la personalidad y a la tutela del derecho de propiedad.
Partes y terceros  ha de ser considerado parte quien cumple el doble requisito de
prestar consentimiento contractual y ser, a la vez, titular del crédito o la deuda nacida
del contrato. Es tercero quien no presta consentimiento, aunque le sean comunicados
los efectos del contrato., o esté autorizado a recibir el cumplimiento (el adiectus
solutionis, art. 1162 CC). Tampoco basta con estar obligado, pues no es parte
contractual quien esta obligado frente al tercero por aplicación de una acción directa
concedida por la ley a ciertos acreedores.
Causahabientes a título universal y a título particular  los contratos vinculan también
a quienes suceden universalmente al deudor, y a los causahabientes a título particular,
siempre que el crédito no tenga un carácter intuitu personae que lo haga transmisible a
terceros. En la sucesión universal de personas físicas, la vinculación de los herederos
al contrato ha de entenderse limitada a los sucesores mortis causa a título universal
(herederos), pues solo los herederos responden solidariamente entre sí con sus
bienes propios, salvo que hayan aceptado la herencia a beneficio de inventario, caso
en que solo responden con los bienes heredados. Asimismo, son parte las sociedades
que se subrogan universalmente en las hipótesis de fusión, escisión y cesión global de
activo y pasivo. Los contratos también producen efectos a favor de quienes adquieran
mortis causa los créditos a título particular, así como de quienes los adquieren inter
vivos por cesión o subrogación convencional y de quienes los adquieren legalmente
por subrogación.
Inoponibilidad de excepciones derivadas de otros contratos  el principio de
relatividad de los contratos impide al deudor oponer excepciones derivadas de otros
contratos, sean celebrados: 1) entre terceros (ej. el vendedor de un inmueble no se exime
de responsabilidad frente al comprador aunque los defectos de construcción se deban a la
mala calidad de los materiales que el contratista adquirió a un tercero ); 2) entre alguna de las
partes y terceros (ej. el vendedor de un inmueble no puede excusar su responsabilidad frente
al comprador por el hecho de que los defectos constructivos sean imputables al contratista;
tampoco puede oponer al comprador que pactó con el contratista una cláusula que limita su
responsabilidad a los compradores); o 3) entre las mismas partes del contrato (ej. si un
promotor inmobiliario ha celebrado diversos contratos de obra con el mismo contratista, salvo
que otra cosa se haya pactado, no puede oponer en uno las excepciones derivadas de otro, de
modo que si el contratista incumple uno, no por ello el promotor puede negase a pagar el precio
de otro contrato distinto). No obstante, hay excepciones: el fiador puede oponer al
acreedor las excepciones que podría oponer el deudor, el consumidor puede oponer al
financiador la ineficacia del contrato de adquisición y la excepción de incumplimiento
contractual que podría oponer frente al vendedor, si los dos contratos están
vinculados; frente a la reclamación del acreedor directo, el obligado puede oponer las
mismas excepciones que podría oponer el deudor.
El contrato legitima frente a tercero el enriquecimiento indirecto  los incrementos
patrimoniales que tienen su causa directa en un contrato son siempre legítimos,
aunque estén indirectamente fundados en la prestación realizada por un tercero (ej. si
se pactó un arrendamiento con facultad de mejorar y se previó que a la extinción del contrato el
arrendador se quedaría con las mejoras, nada debe el arrendador al tercero que las costeó ).
Esta regla solo esta excluida cuando el incremento patrimonial no está justificado en el
contrato (ej. el vendedor que resuelve el contrato de compraventa y que tiene derecho a
recuperar el bien, deberá pagar al tercero las mejoras que este hiciera ).

Inoponibilidad frente a tercero de prohibiciones contractuales de hacer  el deber de


respetar y no dañar los derechos de crédito ajenos (ej. grabar con un cantante cuando se
sabe que tiene un contrato en exclusiva con otra discográfica ) no alcanza a las
prohibiciones contractuales de hacer pactadas entre terceros (ej. la prohibición de
edificar pactada por el vendedor no es oponible al comprador que no la consintió ).

Contratos que tienen por objeto derechos de crédito derivados de contratos con
terceros  si bien el cumplimiento solo puede ser exigido por el acreedor al deudor,
sin que el derecho de crédito pueda ser ejercido por terceros ni frente a terceros, si
que es posible convenir la sucesión en la posición contractual a favor de terceros.
Salvo que la ley, el pacto o la naturaleza del derecho de crédito lo impidan, el acreedor
puede transmitirlo a un tercero, y por otra parte, el deudor puede contratar con un
tercero que se obligue a realizar total o parcialmente las prestaciones debidas en el
primer contrato, sin que este subcontrato le libere de sus propias obligaciones en el
primer contrato. Además, las partes pueden consentir que un tercero suceda a una de
ellas en las posiciones deudora y acreedora que ostente. También es posible que el
acreedor consienta que un tercero asuma la obligación de cumplir por el deudor
(asunción acumulativa o liberatoria de deuda), o que el acreedor celebre otro contrato
por el cual un tercero se obliga a cumplir la prestación debida por el deudor en caso de
no hacerlo este.

3. Excepciones al principio de relatividad de los contratos


La acción directa
La acción directa es aquella en la que se permite al acreedor exigir el cumplimiento al
tercero con quien la otra parte subcontrató la totalidad o pate de las prestaciones
objeto del contrato. Está reconocida al arrendador frente al subarrendatario, al
mandante frente al sustituto del mandatario, al subcontratista y quienes ponen su
trabajo y materiales de obra, frente al comitente, a los perjudicados o sus herederos
frente a la aseguradora de la responsabilidad civil. La acción directa no es aplicable
analógicamente a supuestos que no estén legalmente previstos.

La máxima nemo plus iuris potest transferre potest quam ipse habet
De acuerdo con la regla de que nadie puede transmitir más derechos de los que tiene,
salvo que opere alguna regla de protección de adquisiciones a non domino, las
limitaciones contractuales a las que esté constreñido el derecho del transmitente
(condición, término, resolución, nulidad) afecta igualmente al adquiriente, incluso
aunque estas limitaciones no fueran absolutamente oponibles por faltar la publicidad
registral. Ej. si el comprador de un bien lo vende a un tercero, la resolución de la primera venta
(o su nulidad) será oponible al segundo comprador, quien deberá restituir la cosa que le fue
vendida.

La regla nemo plus iuris potest transferre y el principio de relatividad de los contratos
 la máxima anterior no significa una quiebra del principio de relatividad de los
contratos, sino que los criterios legales de solución de conflictos entre derechos
personales incompatibles no están basados en el principio de relatividad, sino en otros
criterios, como son la oponibilidad de los inscrito, la publicidad posesoria y la prioridad
temporal del título.

La lesión dolosa de derechos contractuales ajenos (contratos de daño de


terceros)
Infracción de derechos de exclusiva  a la hora de determinar la responsabilidad del
tercero que infringe un derecho contractual de exclusiva, es preciso distinguir entre las
exclusivas fundadas en un derecho dominical del acreedor de la exclusiva sobre el
objeto del contrato (ej. exclusiva de marcas, patentes…), y aquellos otros derechos de
exclusiva que consisten de un deber de prestación a cargo del deudor (ej. exclusiva de
distribuidor, de agente…). En el primer caso, la violación de una exclusiva sobre un
derecho dominical se constituye en el daño antijurídico y culpable causado a derechos
propios del acreedor de la exclusiva, integrable en el régimen de responsabilidad
extracontractual del art. 1902 CC. Sin embargo, en el caso de los derechos de
exclusiva de contenido prestacional, la única hipótesis legalmente considerada es la
responsabilidad del tercero infractor que compite en el mercado con el acreedor de la
exclusiva, como ilícito competencial.
Lesión de derechos contractuales no dominicales de terceros  los defectos de
prestación que sufre un tercero como consecuencia de incumplimientos de terceros
anteriores al nacimiento de su propio crédito no dan lugar a responsabilidad
extracontractual ni contractual de estos terceros (ej. el vendedor de un vehículo solo
responde de los defectos de prestación frente a su comprador, no frente a los compradores
sucesivos). Ahora bien, si cuando se produce el incumplimiento ya había nacido el
derecho del tercero, entonces hay responsabilidad extracontractual por lesión del
derecho de crédito.

4. La estipulación a favor de tercero


Promitente, estipulante y tercero  la estipulación a favor de tercero es una operación
jurídica mediante la cual se dispone contractualmente que el beneficiario de la
prestación no sea ninguna de las partes, sino un tercero, sin necesidad de que se
celebre un nuevo contrato con este tercero. Ej. se contrata un seguro de vida a favor de
terceros. En esta estipulación intervienen tres sujetos: promitente (la aseguradora, se obliga a
cumplir frente a terceros, estipulante (la persona frente a la que se promete cumplir, el tomador
del seguro), y el tercero (los beneficiarios del seguro, que es acreedor del promitente). La
relación de valuta es la causa que justifica que, pese a estar obligado, el estipulante no
sea el beneficiario de la prestación. El tercero no está legitimado para exigir el
cumplimiento porque el estipulante contratará en representación suya, ni tampoco por
ser cesionario del crédito, sino que el mismo nace directamente en cabeza del tercero,
y no en la del estipulante.
Falsos terceros del art. 1257.II CC  para que haya estipulación a favor de tercero es
preciso que este esté legitimado e interesado en el cumplimiento como acreedor, con
exclusión de la legitimación que correspondería al contratante. Salvo que se pacte otra
cosa, existe estipulación a favor de tercero cuando el tercero es el único que tiene
interés en el cumplimiento, salvo que los terceros constituyan un colectivo, incluso con
integrantes determinados, pues no es presumible que el deudor quisiera obligare
frente a varias personas.
El beneficio patrimonial y su adquisición por el tercero  el beneficio que obtenga el
tercero de la estipulación contratada a su favor puede ser de cualquier tipo: puede
tratarse de la atribución de una pretensión contractual (dar, hacer o no hacer), o de la
exoneración de responsabilidad en que este tercero hubiera incurrido o pudiera incurrir
frente al prominente. Mientras no recaiga aceptación del tercero, la estipulación puede
ser libremente revocada por las partes (promitente y estipulante).
Relaciones jurídicas implicadas  la presencia de tres sujetos conlleva la existencia
de otras tantas relaciones jurídicas:
1) el estipulante y el tercero están ligados por la relación de valuta, que puede ser
gratuita (ej. el padre que asegura su propia vida en beneficio de sus hijos) u onerosa (ej.
delegación de pago a un acreedor). Frente a la reclamación del tercero, el promitente no
puede oponer excepciones derivadas de esta relación.
2) Entre el promitente y el tercero media la llamada relación de cobertura, que será
onerosa o gratuita dependiendo de si el promitente recibe alguna prestación
(normalmente del estipulante). El promitente puede oponer al tercero todas las
excepciones que deriven de la propia estipulación a favor del tercero, pero no las
personales que el promitente tuviera frente al estipulante.
3) Entre el promitente y el estipulante se aplican las reglas contractuales generales,
con alguna matización: cabe pacto que excluya la legitimación del estipulante para
exigir el cumplimiento, aunque el estipulante solo puede exigir que el cumplimiento se
realice a favor del tercero, salvo que el mismo ya no sea posible, en cuyo caso ha de
reconocérsele acción para exigir el cumplimiento y evitar el enriquecimiento del
promitente. No obstante, ello no será posible si la legitimación para exigir el
cumplimiento estaba sujeta a alguna condición especial que tampoco cumple el
estipulante. Por otra parte, la obligación del promitente es inmune a las excepciones
derivadas de la relación de valuta, aunque si había desaparecido la causa que
sostenía la relación de valuta, entonces el estipulante dispondrá de una acción de
enriquecimiento frente al tercero. En cuanto a la resolución del contrato, la legitimación
corresponde al estipulante. El hecho de que la estipulación sea a favor de tercero no
permite considerar que la misma pueda ser revocada unilateralmente por el promitente
o el estipulante, quienes si podrán hacerlo de común acuerdo, salvo que haya habido
aceptación del tercero.

5. La cláusula rebus sic stantibus


El hecho de que ocurran hechos que dificulten o agraven extraordinariamente el
cumplimiento de una de las partes no constituye una razón admitida en nuestro
ordenamiento que permita resolver el contrato ni modificarlo para exonerar de
responsabilidad al deudor, ni si quiera parcialmente. Lo único que el CC prevé es la
extinción de la obligación cuando su cumplimiento es imposible por caso fortuito o
fuerza mayor no imputable a ninguna de las partes. Lo mismo ocurre en los contratos
administrativos, donde el acaecimiento de circunstancias extraordinarias no siempre
permite revisar el contrato.
Requisitos: en casos excepcionales, la jurisprudencia ha permitido que el deudor sea
exonerado (resolución) o limite su responsabilidad cuando:
1- Se produce una alteración extraordinaria que existían en el momento de
celebración del contrato
2- Se trata de una alteración imprevisible al tiempo de contratar, y por tanto, cuyas
consecuencias no están previstas en el contrato.
3- No existe modo alguno de reparar el perjuicio
4- No se debe a causa imputable a ninguna de las partes
5- Altera sustancialmente (desproporción exorbitante) el equilibrio de prestaciones que
el contrato reflejaba.

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