1. Reminiscencia: el alma recuerda por medio del aprendizaje
Menón aún sigue sin creer en el concepto de reminiscencia de Sócrates le pide una mejor explicación de tal manera Sócrates solicita un servidor. Sócrates le plantea al servidor el interrogante ¿No tenemos aquí una superficie de cuatro pies? El servidor le responde que sí, así es como Sócrates entre respuestas afirmativas e ilustraciones avanza en su cuestionamiento hasta llegar a la conclusión de como un servidor con total desconocimiento en la geometría pudo responder con exactitud cada pregunta, por consiguiente, el servidor está recordando lo que su alma ya conocía; de tal forma lo que se busca conocer se hace a través de la reminiscencia. (Menón, 84d – 85b) 2. ¿se puede instruir la virtud? Sócrates y Menón continúan examinando como la templanza, valentía y justicia pueden llegar a ser beneficiosas o perjudiciales sin embargo si se maneja con prudencia nunca serán corruptos para el alma. Es por ello que Sócrates dice - ¿si los buenos, por tanto, no lo son por naturaleza, lo llegarán a ser por aprendizaje? (Menón, 89b). En este punto, Sócrates empieza a dudar, y dice que puede que la virtud no sea enseñable, pues ya no hay profesores o mentores que enseñen sobre la virtud. Al dudar de su anterior afirmación decide reformularle la pregunta a Menón, pero esta vez preguntándole quien sería acreedor de enseñar sobre la virtud, en esos momentos Anito hijo de Antemión se une a la conversación y Sócrates le plantea la misma pregunta. Por eso, cuando Sócrates reformula la pregunta, Anito da diversos ejemplos, que abarcan cada actividad que tiene un profesor. Por ejemplo, si alguien es un buen zapatero lo recomendaríamos a otros zapateros para que aprendan de él.