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Sentencia C- 159 De 2004.Derogatoria.

Referencia: expediente D-4915


Demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 71 (parcial) y 72 del Código
Civil.
Actor: Luis Agustín Castillo Zarate.
Magistrado Ponente:
Dr. ALFREDO BELTRÁN SIERRA.
Bogotá, D. C., veinticuatro (24) de febrero de dos mil cuatro (2004).

Hechos Jurídicamente Relevantes


En concepto del demandante, las normas acusadas desconocen el artículo 150
numeral 1 de la Constitución Política. Los cargos de la demanda pueden
sintetizarse así:
Para el actor, al consagrar la derogación tácita de las normas, el Congreso está
legislando por omisión, ya que la derogación debe ser siempre expresa y concreta
así el ciudadano a quien va dirigida la ley sabe cuál es exactamente la voluntad
del legislador.

Problema Jurídico
El ciudadano Luis Agustín Castillo Zarate, en uso del derecho consagrado en los
artículos 40, numeral 6º, y 241, numeral 4º, de la Constitución Política, demandó la
constitucionalidad de los artículos 71 (parcial) y 72 del Código Civil Colombiano.
Como ya se explicó, sostiene el actor que las normas del Código Civil que prevén
la derogatoria tácita de las leyes, son contrarias a la Constitución, porque violan la
facultad dada al legislador en el artículo 150 numeral 1 de la Carta Política.

De otra parte, también sostiene el demandante que se genera un problema de


interpretación, que se traslada automáticamente al sujeto pasivo de la ley,
atribuyéndole a éste la función de derogar.

Decisión de la corte
Estas normas tienen una razón de ser y no implican vulneración de ningún
precepto constitucional, sencillamente, el Constituyente dejó en cabeza del
legislador la facultad de interpretar, reformar y derogar las leyes (artículo 150
numeral 1). De tal manera que al derogar tácitamente una ley no se está
incurriendo en una omisión, sino que por el contrario en ejercicio de su función
legislativa, el Congreso, decide al crear una nueva ley que las disposiciones
contenidas en la ley anterior, dejen de aplicarse, siempre y cuando no pueden
conciliarse con la nueva.

Recuérdese, que una ley solo puede ser derogada por otra de igual o superior
jerarquía. Además, cuando el legislador crea una nueva ley, tiene en cuenta la
realidad del país y la conveniencia política y social, es por ello que en algunos
eventos la norma derogada que cobijó situaciones surgidas bajo su vigencia, sigue
produciendo efectos, los que van cesando con el paso del tiempo.
Lo anterior no significa que exista una inseguridad jurídica sobre qué norma hay
que aplicar, pues es claro que “aunque el legislador goza de libertad de
configuración, el ejercicio de esta facultad no es absoluto ni su ejercicio puede ser
arbitrario, en tanto debe atender los límites fijados en la Constitución[4], según lo
señala el artículo 4º superior al consagrar el principio fundamental de supremacía
de la Carta Política, en cuya aplicación el Congreso no puede ejercer sus
potestades sino con observancia de las limitaciones que surjan de la Constitución
Política. En otras palabras, el legislador goza de libertad para señalar las formas
propias de cada juicio en la medida en que no ignore en su ejercicio las garantías
básicas previstas por el Constituyente”.[5] (Sentencia C-309 de 2002 M.P. Jaime
Córdoba Triviño).
La derogación no siempre puede ser expresa, pues ello implicaría confrontar cada
nueva ley con el resto del ordenamiento. Es decir, se le exigiría al Congreso una
dispendiosa labor que no tiene razón de ser, pues la tarea legislativa se concentra
en asuntos específicos definidos por el propio Congreso, con el objeto de brindar a
los destinatarios de las leyes seguridad jurídica y un adecuado marco para la
interpretación y aplicación de las mismas. (V gr. Sentencia C-025 de 1993)
No hay, en consecuencia, razón alguna para sostener que la derogatoria tácita de
las leyes, quebranta la Constitución. Y por lo mismo, la Corte declarará exequible
las disposiciones demandadas.
Por último, la Sala aclara que tal como lo afirmó en su oportunidad el Ministerio
Publico, la dificultad interpretativa que ofrece la derogatoria tácita no es un asunto
de relevancia constitucional.

ANÁLISIS DE SENTENCIAS DE CONSTITUCIONALIDAD A TRAVÉS DEL


FORMATO
Estudiante
Nombre
Fecha 01 MAYO del 2020
Curso 1E
1. CONTEXTO
1.1. IDENTIFICACIÓN
Número C-083-95
Fecha 1 de Marzo de 1995
Magistrado Dr. CARLOS GAVIRIA DIAZ
Ponente
Aclaran el voto MARTHA V. SACHICA DE MONCALEANO
Salvan el voto Eduardo Cifuentes Muñoz
1.2. NORMA DEMANDADA (transcripción de los apartes demandados. Si
es muy larga, es posible hacer un pequeño recuento acerca de lo que
trata y sólo transcribir lo relevante al tema)
Artículo 8°. Cuando no haya ley exactamente aplicable al caso controvertido,
se aplicarán las leyes que regulan casos o materias semejantes, y en su
defecto, la doctrina constitucional y las reglas generales de derecho".

1.3. PROBLEMA JURÍDICO ENUNCIADO POR LA CORTE


La pregunta que debe absolverse es ésta: ¿derogó la "norma de normas",
mediante la disposición transcrita, al artículo 8° de la ley 153 de 1887, anterior
y de inferior rango jurídico?
Acción pública de inconstitucionalidad contra el artículo 8 de la ley 153 de 1887 Por la
cual se adiciona y reforma los códigos nacionales, la ley 61 de 1886 y la 57 de 1887

1.4. NORMAS JURÍDICAS RELEVANTES PARA EL CASO

Se presenta acción de inconstitucionalidad en contra del articulo 8 de la de


la ley 153 de 1887, al considerarlos contrarios al artículo 230 del Estatuto
Superior. El actor manifiesta que la norma acusada les otorga una serie de
criterios auxiliares de interpretación a los jueces para proferir sus
providencias tales como la equidad, la jurisprudencia, los principios
generales del derecho y la doctrina, además del principal que es estar
sometidos al imperio de la ley.
Argumenta que no les es posible acudir a las normas que regulan casos o
materias semejantes, vale decir a la analogía, pues esta forma no se halla
actualmente consagrada como criterios auxiliares de la actividad judicial.
1.5. DEMANDA (principales argumentos)
 Acudir a la analogía hoy por hoy equivale a pretermitir los alcances de la
prenombrada disposición constitucional vigente
 La norma constitucional que se estima vulnerada no es clara
 El demandante afirma que el inciso segundo del artículo 230 de la Carta
derogó la norma acusada
 manifiesta que "el art. 230 C.P. en su inciso segundo expresa los
contenidos y alcances del principio de integración a la luz del nuevo
derecho colombiano, los cuales repugnan con los estrechos marcos de
las disposiciones atacadas"
1.6. DECISIÓN
Declarar exequible el artículo 8° de la ley 153 de 1887.
2. ARGUMENTO DE LA DECISIÓN (ideas claras; frases cortas. Use viñetas)
- La norma no esta en contra de la constitución o de otra norma
- Los jueces siempre serán regidos por la ley es decir el derecho positivo
y estos se apoyaran en las en los criterios auxiliares
2.1. PROBLEMA JURÍDICO RESUELTO POR LA CORTE (no
necesariamente es el enunciado por ella)
La pregunta que debe absolverse es ésta: ¿derogó la "norma de normas",
mediante la disposición transcrita, al artículo 8° de la ley 153 de 1887, anterior
y de inferior rango jurídico?
2.2. RATIO DECIDENDI (RD) “La razón de la decisión” Responde el
problema jurídico y es la causa del resuelve (¿Por qué la Corte decidió de
esta manera?) Se trata de los ARGUMENTOS que justifican directamente
la decisión. Constrúyala extractando las premisas fundamentales y
conectándolas lógicamente (¡No se trata de copiar y pegar extractos de la
decisión!)
 Ambos son parte importante para el propósito que se crearon en su
medida
 Se tiene en claro que la ley siempre será en primer termino
determinante para cualquier decisión, y lo segundo soporta el mandato
anterior
3. ARGUMENTOS NO ESENCIALES (ideas claras; frases cortas. Use viñetas)
3.1. OBITER DICTA RESALTABLES (OD): “Dichos de paso”; Argumentos
teóricos, históricos, doctrinales que, si bien no justifican DIRECTAMENTE
la decisión, le permiten a la Corte reforzar o ejemplificar su
argumentación. (Sólo los resaltables)
 Eduardo García Máynez[1] 
 jusfilósofo argentino Carlos Cossio[2]
 ha dicho Kelsen[3] 
 tal como lo ha subrayado Kelsen[4] 
 el profesor Hernán Valencia Restrepo[5] 
 el profesor Joaquín Arce y Flórez-Valdés[6]
 jusfilósofo argentino Genaro R. Carrió[7]
 En términos hartianos[8]

Para la Corte, se consagraban en Colombia, como fuentes formales de


derecho obligatorias, dos: la legislación y la costumbre. Tal consagración se
derivaba de los artículos 8° y 13 de la ley 153 de 1887, respectivamente.
Pero el primero de los citados, además de la ley "exactamente aplicable al
caso controvertido", enunciaba la analogía ("aquéllas que regulen casos o
materias semejantes"), la doctrina constitucional y las reglas generales de
derecho. Cabe preguntar: ¿tenían las tres últimas fuerza obligatoria? ¿La
tienen aún bajo el imperio de la nueva Carta?. Para absolver tal cuestión es
preciso asignar un valor a cada una de esas expresiones.
 
a) La analogía. Es la aplicación de la ley a situaciones no contempladas
expresamente en ella, pero que sólo difieren de las que sí lo están en
aspectos jurídicamente irrelevantes, es decir, ajenos a aquéllos que
explican y fundamentan la ratio juris o razón de ser de la norma. La
consagración positiva de la analogía halla su justificación en el principio de
igualdad, base a la vez de la justicia, pues, en función de ésta, los seres y
las situaciones iguales deben recibir un tratamiento igual. Discernir los
aspectos relevantes de los irrelevantes implica, desde luego, un esfuerzo
interpretativo que en nada difiere del que ordinariamente tiene que realizar
el juez para determinar si un caso particular es o no subsumible en una
norma de carácter general.
 
Aunque el razonamiento se cumple, en apariencia, de lo particular a lo
particular, es inevitable la referencia previa a lo general, pues los casos
análogos tienen en común, justamente, el dejarse reducir a la norma que
los comprende a ambos, explícitamente a uno de ellos y de modo implícito
al otro. En la analogía se brinda al juez un fundamento para crear derecho,
pero ese fundamento se identifica con la ley misma que debe aplicar. El
juez que apela al razonamiento per analogiam no hace, pues, otra cosa que
decidir que en una determinada situación, es el caso de aplicar la ley.
 
Por ende, la analogía no constituye una fuente autónoma, diferente de la
legislación. El juez que acude a ella no hace nada distinto de atenerse al
imperio de la ley. Su consagración en la disposición que se examina resulta,
pues, a tono con el artículo 230 de la Constitución.
 
b. La doctrina constitucional. Las normas de la Constitución política, y
ésta no es una característica privativa de ellas, tienen una vocación
irrevocable hacia la individualización, tal como lo ha subrayado Kelsen[4] al
tratar del ordenamiento jurídico. De ordinario pasan por una fase previa
consistente en su desarrollo legal. Pero no todas alcanzan dicho desarrollo,
bien porque no lo requieren, bien porque, requiriéndolo, el legislador lo
omite. Pero tal omisión no desvirtúa su carácter normativo, si ya lo tienen.
Pueden, entonces, ser aplicadas a situaciones específicas subsumibles en
ellas, que no están explícitamente contempladas en la ley.
 
Pero si la individualización de las normas legales, dada su generalidad (que
a menudo deviene en ambigüedad), aparece problemática y generadora de
inseguridad jurídica, más problemática e incierta resulta aún la actuación
directa de las normas constitucionales a los casos particulares, por concurrir
en ellas, superlativamente, las mismas notas distintivas advertidas en la ley.
 
Parece razonable, entonces, que al señalar a las normas constitucionales
como fundamento de los fallos, a falta de ley, se agregue una cualificación
adicional, consistente en que el sentido de dichas normas, su alcance y
pertinencia, hayan sido fijados por quien haga las veces de intérprete
autorizado de la Constitución. Que, de ese modo, la aplicación de las
normas superiores esté tamizada por la elaboración doctrinaria que de ellas
haya hecho su intérprete supremo. (art. 241 C.P.)
 
Pero como la Constitución es derecho legislado por excelencia, quien aplica
la Constitución aplica la ley, en su expresión más primigenia y genuina. Es
preciso aclarar que no es la jurisprudencia la que aquí se consagra como
fuente obligatoria. A ella alude claramente otra disposición, el artículo 4° de
la ley 69 de 1896, para erigirla en pauta meramente optativa para ilustrar,
en ciertos casos, el criterio de los jueces. Así dice el mencionado artículo en
su parte pertinente:
 
"Tres decisiones uniformes dadas por la Corte Suprema de Justicia como
Tribunal de Casación sobre un mismo punto de derecho, constituyen
doctrina probable, y los jueces podrán aplicarla en casos
análogos ..." (Subraya de la Sala).
Es claro entonces que la norma transcrita resulta armónica con lo dispuesto
en el artículo 230 de la Carta del 91, por lo tanto el articulo 8 de la ley 153
de 1887 NO es contrario al articulo 230 del estatuto superior.

3.2. INTERVENCIONES (principales argumentos)


 En relación al artículo 8 donde la ley se debe aplicar en los casos
controvertidos, el artículo 230 a diferencia trae un soporte jurídico en la
toma de un fallo dado por el juez y este es quien decidirá sobre que se
apoyara para dar su fallo. Así que ninguna de las leyes nombradas
contradice o va en contra de la Constitución
3.3. ACLARACIONES DE VOTO (AV) (principales argumentos)
Interpretado el artículo 230 de la C.P. como una unidad, los jueces no sólo
deben atender a la ley o derecho positivo sino precisar su significado en cada
situación concreta con apoyo en los criterios auxiliares de su actividad. La
solución adecuada que el juez debe encontrar en el ordenamiento jurídico,
unido a la sabida complejidad y peculiaridad de la realidad social y de cada
situación concreta, exigen permanentemente del derecho y de sus operadores
la utilización de criterios valorativos y de ponderación. Sólo así, el mencionado
precepto, adquiere relevancia plena como eslabón esencial del propósito
constitucional, confiado a los jueces, de realizar sus contenidos sustanciales.

3.4. SALVAMENTOS DE VOTO (SV) (principales argumentos)


Se presenta salvamento de voto por parte del magistrado Eduardo
Cifuentes Muñoz, quien decide advertir sobre la correcta interpretación del
término “doctrina constitucional” , en su doble acepción como referido a
"norma constitucional" y a "cualificación adicional" efectuada por el
intérprete autorizado y supremo de la misma, pues enfatiza su valor de
fuente de derecho, bien porque la norma constitucional es "ley", esto es,
tiene carácter normativo (CP art. 4), o porque las sentencias que hacen
tránsito a cosa juzgada constitucional vinculan a todas las autoridades (CP
art. 243).

El magistrado manifiesta que es razonable señalar a las normas


constitucionales como fundamento de los fallos, a falta de ley pues la
aplicación de las normas superiores esté tamizada por la elaboración
doctrinaria que de ellas haya hecho su intérprete supremo. Sin embargo, los
derechos de aplicación inmediata (CP art. 85) la Constitución debe operar de
manera principal y no subsidiaria. Su observancia es, por principio,
independiente de la existencia o ausencia de ley. La Constitución debe, en
todo momento, con ley o sin ella, inspirar la actividad judicial. Incluso, si existe
ley que regule específicamente la materia, ella debe interpretarse de
conformidad con la Constitución y en el sentido más favorable a su realización
concreta.

4. COMENTARIO (C): Análisis JURÍDICO de determinados ámbitos


interesantes de la Sentencia. Refiérase aquí sobre Innovación de la decisión; o
una paradoja, error, incoherencia o cambio jurisprudencial; su implicación con
respecto de algo; etc. (No se trata de explicar qué tan de acuerdo se siente
usted frente a la decisión).
No se puede desconocer una norma que esta siendo aplicada como tal, sin
contemplar ningún otro miramiento, pero si es de aclarar que la norma no
puede ser únicamente sometida debe ser también medida y pesada en los
criterios auxiliares.

ALUMNOS: GRUPO 1E

JUAN CARLOS VARON TIMOTE 202010090621


JANNIFER TOLEDO VALENZUELA 202010090636
TATIANA CAMARGO CESPEDES 202010090373

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