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Relaciones con

los padres
o La influencia de los padres es sumamente importante para la cimentación
de la personalidad de los niños, sin embargo en las etapas iniciales los
estilos de crianza de los padres van estableciendo pautas de relaciones
tanto positivas como negativas con el niño, lo cual hace fundamental la
toma de conciencia de establecer un buen trato, cuidadoso y amoroso en
esta etapa.

o El trato paternal en estos primeros años marca de manera definitiva la


personalidad de los adultos. La mayoría de las investigaciones muestran
que los niños aprenden más si se les refuerzan los buenos
comportamientos que los malos.
Castigo • El castigo bien utilizado puede ser efectivo, por lo menos a
corto plazo. Sin embargo, puede ser dañino cuando no es
coherente y se administra con odio. Uno de los efectos no
deseados a largo plazo puede ser que el niño evite que al
padre que lo castiga, lo cual disminuye la capacidad del
Muchos investigadores insisten en que el padre para incluir en el comportamiento del hijo. El castigo
castigo es negativo. Pero, aunque en físico (además de los riesgos de lesiones que conlleva)
general, la zanahoria es mejor motivador puede estimular al niño para imitar la agresión que recibe
que la vara, en ocasiones el castigo parece del padre. Los niños que son castigados con frecuencia
necesario. Por ejemplo, los niños deben pueden convertirse en seres pasivos porque se sienten
aprender que no deben correr entre impotentes para escapar del castigo.
vehículos que circulan por la calle, ni
golpear a los demás en la cabeza con
camiones de madera. Algunas veces los
comportamientos inadecuados pueden Aunque la buena dirección por parte de los
estar tan arraigados que es difícil orientar
al niño hacia comportamientos padres amorosa, pero enérgica y
adecuados. estableciendo reglas es sano para el
desarrollo del niño.
Los padres autoritarios
valoran el control y la obediencia ciega, tratan de
moldear a sus hijos según un estándar de
conducta y los castigan cuando se salen de dicho
patrón, se mantienen más alejados de los hijos y
son menos afectuosos que otros padres. Sus
hijos tienden a ser más descontentos, retraídos y Tres estilos
desconfiados.
de
Los padres permisivos
paternidad
valoran la expresión de los niños por sí mismos y la
autorregulación, exigen poco y permiten que los
niños controlen sus propias actividades –hasta
donde sea posible–. Ellos consideran que deben ser
un apoyo para sus hijos y no modelos o fijadores
de normas, explican las razones de las pocas reglas
familiares que existen, consultan las decisiones con
sus hijos y casi nunca los castigan. Estos padres no
controlan, no exigen y son relativamente cálidos.
Sus hijos tienden a ser inmaduros (tienen menos
autocontrol y son menos exploradores).
• Los padres democráticos

• respetan la individualidad del hijo, pero al mismo


tiempo le inculcan los valores sociales, dirigen sus
actividades de manera racional, prestan atención las
consecuencias antes que al miedo del niño al castigo o
a la pérdida de amor. Puesto que confían en su
capacidad para guiar a los niños, respetan los
intereses, las opiniones y la individualidad de la
personalidad, son amorosos y exigentes; su
comportamiento es coherente y respetan las
decisiones independientes de los hijos, pero también
son firmes en el acatamiento de normas y en la
imposición de castigos moderados. Explican las
razones que hay detrás de su posición, animan a los
hijos para mantener la comunicación verbal y
combinan el control con el estímulo. Es evidente que
sus hijos se sienten seguros al saber que son amados y
al conocer lo que se espera de ellos. En el preescolar,
los hijos de padres democráticos tienden a ser
seguros, calmados, dominantes, exploradores y
contentos (Papalia y Wendkos, 2000).
El estudio de la
preadolescencia
Cambios físicos
De los 7–8 años a los doce años se produce un progreso importante en la
estructura morfológica que afecta al crecimiento de las extremidades
inferiores, a la diferenciación del tórax y el abdomen, a una mayor
robustez, etc. La crisis psicofisiológica que se desarrolla al comienzo de la
niñez, poco a poco va remitiendo y el cuerpo vuelve a alcanzar un alto
grado de simetría, consiguiéndose una relación equilibrada de las
extremidades entre sí y de ellas con el tronco y la cabeza.

Tanto los niños como las niñas ganan en promedio 7 libras (3 kilos) y 2 o
3 pulgadas (5-7 cm) al año hasta el crecimiento súbito del adolescente,
que llega para las niñas alrededor de los 10 años. Las niñas, entonces,
dejan atrás a los niños físicamente hasta que los niños tengan su
crecimiento súbito y las alcancen a la edad de 12 o 13 años. Estas cifras,
por supuesto, son promedios. El aumento de estructura se corresponde
con el aumento de la corpulencia.
• El crecimiento más lento contribuye también, a un mayor control
corporal que los niños disfrutan practicando sus crecientes
habilidades de coordinación y equilibrio. Las habilidades motoras
finas también se incrementan, y la mayoría de los niños mayores
pueden aprender a coser, tejer, dibujar en proporción, escribir,
estampar, aserrar, martillar, etc
Nutrición y
crecimiento • La mala nutrición es causa del crecimiento
lento; se necesita algo de energía y proteína
sólo para estar vivo y algo más de energía y
proteína para crecer. Cuando las comidas no
pueden mantener de manera adecuada
estos dos procesos, el crecimiento debe
sacrificarse para mantener el cuerpo.

• La nutrición también tiene implicaciones


sociales. Los niños no pueden jugar y estar
alerta si no comen suficientemente.
Desarrollo del cerebro

• En la niñez media tienen lugar una serie de avances cognitivos que se


sustentan en la estructura y el funcionamiento del cerebro. En general, esos
cambios incrementan la velocidad y eficiencia de los procesos cerebrales y
mejoran la capacidad para descartar la información relevante(Amso y
Casey, 2006). Por ejemplo, es más fácil para los niños concentrarse en el
maestro, aunque sea una lección aburrida, cuando descartan las travesuras
del payaso del grupo.
• La tecnología de imágenes por resonancia magnética nos muestra que el
cerebro consiste tanto de materia gris como de materia blanca. La materia
gris, se compone de neuronas en paquetes muy apretados en la corteza
cerebral. La materia blanca está compuesta de células gliales, que brindan
soporte a las neuronas, y de axones mielinizadas, que trasmiten la
información a través de las neuronas. Ambos tipos de materia son
necesarios para la cognición efectiva.
Desarrollo • La etapa de las
cognitivo operaciones concretas
• De acuerdo con Piaget, más o menos a los
siete años, los niños entran a la etapa de las
operaciones concretas en la que pueden
realizar operaciones mentales, como los
razonamientos, para resolver problemas
concretos (reales). Los niños piensan de
manera lógica porque ya son capaces de
considerar múltiples aspectos de una
situación. Sin embargo, su pensamiento
todavía está limitado a las situaciones reales
del aquí y ahora.
• Relaciones espaciales y causalidad.
• ¿A qué se debe que, a diferencia de los niños más pequeños,
muchos niños de seis o siete años puedan ir y venir de la escuela?
Una razón es que en la etapa de las operaciones concretas los
niños comprenden mejor las relaciones espaciales.

• Tienen una idea más clara de qué tan lejos está un lugar de otro, y
cuánto tiempo se emplea para llegar ahí, también les resulta más
sencillo recordar la ruta y los puntos de referencia que existen en
el camino. La experiencia participa en este desarrollo: un niño que
camina a la escuela se familiariza más con el vecindario
• Categorización.
La capacidad de categorizar ayuda a los niños a pensar de manera
lógica. Incluye habilidades relativamente complejas como seriación,
inferencia transitiva e inclusión de clase, las cuales mejoran de manera
gradual entre la niñez temprana y la media.

Los niños demuestran que entienden la seriación cuando pueden


disponer objetos en una serie de acuerdo a una o más dimensiones
como el peso (del más ligero al más pesado) o el color (del más claro al
más oscuro). A los siete u ocho años pueden entender de un vistazo las
relaciones entre un grupo de palos y ordenarlos por tamaño (Piaget,
1952).
La inclusión de clase es la capacidad para ver la relación
entre el todo y sus partes.

No es sino hasta los siete u ocho años, y en ocasiones ni siquiera entonces,


que los niños razonan de manera consistente que las rosas son una subclase
de las flores y que, por ende, no puede haber más rosas que flores.
Desarrollo del lenguaje

• A medida que crece el vocabulario en los años


escolares, los niños usan verbos cada vez más
precisos. Aprenden que una palabra como
correr puede tener más de un significado y
que a partir del contexto pueden discernir el
significado buscado. Cada vez son más
comunes las analogías y las metáforas, figuras
retóricas en que una palabra o frase que por
lo común designa una cosa se compara o se
aplica a otra (Owens, 1966).
• La estructura de la oración se hace cada vez más complicada. Los niños
mayores usan más oraciones subordinadas, por ejemplo, «El niño que
entrega los periódicos tocó el timbre». Sin embargo, algunas
construcciones, como las oraciones que empiezan con sin embargo y
aunque, solo se vuelven comunes hasta el inicio de la adolescencia
(Owens, 1996; Papalia, 2017).

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