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Descripción
La Catedral está compuesta de tres naves y cuatro capillas, tiene la forma de Cruz Latina, con
Transepto, Ábside y Presbiterio. La nave principal está cubierta por una bóveda de cañón con
lunetos y arcos reforzados. Las naves laterales tienen pequeñas cúpulas. La fachada principal
muestra un frontón triangular y dos torres campanarios. Casi toda la estructura está compuesta
de la tradicional quincha, con armazón de caña y barro. Las columnas de la nave principal
tienen una estructura reticular de madera. Los elementos verticales están conectados entre sí
por amarres de cuero horizontal e inclinado dando así una función estructural precisa.
Aparentemente las técnicas de construcción original dieron esa tirantez natural de las correas
de cuero a través de su secado natural después de la instalación. La pared de la fachada está
construida de ladrillo y las laterales de adobe.
Los daños principales causados por el terremoto del 2007 consisten en el colapso parcial de la
cúpula principal, de las bóvedas de la nave principal y de las tensiones y rajaduras de las otras
bóvedas de los cupulines y de las paredes laterales. La causa principal de los daños
observados son atribuidos a la formación de lesiones plásticas en las columnas, con resultados
de deformaciones permanentes y desplazamientos horizontales hacia las naves laterales. Las
bisagras mencionadas parecen haberse formado en el nivel de conexión entre columnas y el
cimiento, que parecen sobresalir el nivel del suelo.
También se reconocen daños en la fachada, donde la base del frontón superior alcanzó la
formación de una lesión longitudinal que causó su caída hacia atrás. La torre de campanario
del sur también presenta daños considerables.
En general, esta propuesta preliminar fue hecha de acuerdo con el potencial de disponibilidad
de fondos. La finalidad de las principales medidas de urgencia – apuntalar, eliminación de las
partes caídas, inestables o irrecuperables – para permitir el acceso a los técnicos encargados
de la evaluación geométrica y estructural y eliminación de escombros. Basado en la evaluación,
se llevará a cabo un diseño de intervención requerido para la recuperación total, estabilización
y protección de la estructura vertical.
Por el contrario, decidieron restaurar la edificación que tiene más de 400 años de antigüedad,
una vez se concluya el desmontaje de las torres, los relojes, las cruces y campanas que aún se
conservan, según señaló el administrador parroquial, Ítalo Mórtola Muñante, al corresponsal de
El Comercio, José Rosales.
La directora del Ministerio de Cultura-Ica, Susana Arce Torres, explicó que “el proyecto de
restauración comprende no solo la conservación y recuperación de estas piezas, sino también
el reforzamiento de columnas, paredes y todas las estructuras del único templo jesuita de la
región”.
En este sentido, también están incluidos otros templos como la iglesia San Juan de Dios de Ica,
que será la primera en ser restaurada desde fines de este mes con un aporte inicial de 50 mil
euros donados al Obispado de Ica y por la Conferencia Episcopal de España.
En total son 29 iglesias de la región que se cayeron en el terremoto del 2007 y otras 4 que
terminaron por sucumbir por el último sismo de 6,7 grados, hace una semana en Ica.
El templo que albergó al cristo por primera vez era sencillo, de adobe y madera. Cuatro
siglos más tarde, en 1918, un severo incendio lo destruyó, dañando seriamente a la
imagen. El fuego respetó el tronco de Cristo, mas no la cabeza y las extremidades, que
se quemaron. Repuestos del dolor causado por la pérdida, los iqueños encargaron a sus
mejores artistas la restauración de la imagen.
Francisco Caso talló la cabeza, el maestro ebanista Alberto Sierra Alta, hizo las
extremidades y el pintor Jesús Silva le dio la carnación y los acabados. Éste es el Cristo
que se puede apreciar hoy día y al que el pueblo de Ica acude con profunda devoción.
El siniestro, que tuvo una magnitud de 8.0 grados en la escala sismológica de magnitud de
momento y IX en la escala de Mercalli, dejó 595 muertos, casi 2,291 heridos, 76.000 viviendas
totalmente destruidas e inhabitables y 431 mil personas resultaron afectadas. Las zonas más
afectadas fueron las provincias de Pisco, Ica, Chincha, Cañete, Yauyos, Huaytará y
Castrovirreyna. La magnitud destructiva del terremoto también causó grandes daños a la
infraestructura que proporciona los servicios básicos a la población, tales como agua y
saneamiento, educación, salud y comunicaciones.
Las zonas más afectadas por el movimiento telúrico corresponden a las ciudades del
departamento de Ica y de la provincia de Cañete, especialmente Pisco, Chincha Alta, Chincha
Baja, Tambo de Mora, Ica y San Luis de Cañete. Durante las primeras horas, las informaciones
daban cuenta de 16 muertos y más de 200 heridos,[2] pero con el paso de las horas y días, la
cifra llegó a un saldo de 510 muertos, 1.500 heridos, 17.000 viviendas destruidas y 85.000
damnificados.[3] También fueron afectados varios pequeños poblados de la sierra sur del
departamento de Lima así como del occidente del Huancavelica.
En el distrito chinchano de Tambo de Mora, el violento sismo destruyó las casas de adobe,
mientras que las de material noble fueron destruidas por una aparente licuefacción del suelo,
ya que se hundieron 2,1 metros sobre el nivel del suelo. La Reserva Nacional de Paracas fue
seriamente afectada, pereciendo numerosos lobos marinos y la formación rocosa conocida
como "la Catedral" quedó completamente demolida.
En Ica, parte de la iglesia del Señor de Luren colapsó tras el movimiento sísmico[4] al igual que
el coliseo deportivo de dicha ciudad. Lo mismo ocurrió en la iglesia de San Clemente de Pisco,
que se derrumbó mientras se realizaba una misa. Siendo el piano principal el que obstruyo la
salida principal al colapsar la base que lo sostenia en la parte superior de la puerta.
En el distrito de San Luis de Cañete, el sismo destruyó la mayoría de las casas, lo mismo
ocurrió con su templo colonial, una de los edificaciones más antiguas del valle.
El suministro eléctrico se cortó de inmediato en toda la zona del llamado localmente Sur Chico,
al igual que en zonas de parte de la capital como Los Olivos y Villa María del Triunfo.
Las redes de telefonía fija y móvil colapsaron, mientras que la Carretera Panamericana sufrió el
colapso de los terraplenes entre la zona denominada "Cabeza de toro" y la entrada a Pisco por
el distrito de San Clemente, lo que ocasionó la fractura y desmoronamiento de la carpeta
asfáltica y el agrietamiento de la zona que no se deslizó, con desniveles de hasta medio metro,
quedando dañada y dificultando la movilización de vehículos hacia la zona. El puente Huamaní,
sobre el río Pisco, sufrió varios daños de consideración, imposibilitando la entrada a la ciudad,
obligando a los vehiculos y personas a cruzar el río Pisco como medida alternativa.
Al norte de Chincha, la misma carretera en la zona denominada Jahuay, sufrió también el
deslizamiento de los terraplenes con fractura y desmoronamiento de la carpeta asfáltica y
agrietamiento en la carpeta asfáltica, que no se desmoronó. Caso similar ocurrió en la carretera
que comunica San Vicente de Cañete con el distrito de Lunahuaná, en la provincia de Cañete.
La cifra oficial de fallecidos asciende a 595 personas y 318 desaparecidos. 319.886 personas
fueron afectadas y 76 mil viviendas habrán de ser reconstruidas. [7]
La región afectada por este terremoto contribuye con el 3% del Producto Bruto Interno del país,
dado por el crecimiento del sector de la agroexportación y de la confección de textiles. En el
ámbito de la agroindustria, fueron afectados principalmente la producción de mangos, páprica,
espárragos y el sector vitivinícola de la zona. Sin embargo, la más afectada fue la industria
textil que quedó completamente paralizada dejando a más de cinco mil personas sin empleo. [12