Está en la página 1de 4

l transporte y la contaminación atmosférica que este provoca

(1) El transporte, por su naturaleza, se relaciona prácticamente con todos los sectores de la
economía, moviliza los insumos y materias primas requeridas para la producción de bienes hasta
los centros de consumo y actúa como un importante demandante de los productos y servicios de
diversas ramas económicas. El derecho a la movilidad es inherente al modo de vida de la
sociedad moderna, pero al mismo tiempo, la infraestructura del transporte y el propio
movimiento de vehículos provocan impactos negativos al medio ambiente, en particular la
contaminación del aire, agua y suelos, el efecto invernadero y afectaciones a la biota y a la
calidad de vida por los entornos ruidosos, accidentes y la presencia de elementos ajenos al
paisaje. Desde la etapa preindustrial el sector del transporte ha contribuido con un 15% en las
emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Actualmente, el combustible que queman
los diferentes medios vehiculares, es el principal factor que contribuye al cambio climático frente
a otros sectores industriales, con un 16% del total de las emisiones, según un estudio del Centro
Internacional del Clima y el Medio Ambiente de Oslo. La misma investigación plantea, que
aunque las emisiones totales de CO2 aumentaron un 13% durante la pasada década, las
procedentes del sector del transporte casi duplican esa cifra: un 25%. En Asia oriental el aumento
es de hasta el 50%. Se explica además que en la Unión Europea (UE), la mayoría de las esferas
industriales disminuyeron sus emisiones, a excepción del transporte, que creció en un 21% entre
1990 y el 2000. Las previsiones apuntan que para el 2050, el aumento llegue a ser de entre el
30% y el 50% comparada con las de hoy. Tal estimación es un contratiempo para los objetivos
del Protocolo de Kyoto (de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático), en el que se establecen compromisos jurídicamente vinculantes para los países
desarrollados, con el objetivo de reducir colectivamente sus niveles de emisiones de Gases de
Efecto Invernadero (GEI) en un 5.2% con respecto a los existentes en 1990, en un período de
compromiso de 5 años comprendido del 2008 al 2012 y podrían ser necesarios esfuerzos
adicionales para mitigar el calentamiento global. El transporte es uno de los sectores de la
economía que más contamina, de hecho como se dijo anteriormente, a nivel mundial constituye
una de las fuentes de contaminación atmosférica más distintivas, favoreciendo esta afectación el
tipo y calidad del combustible, edad, modelo y estado del motor, rigor y frecuencia del
mantenimiento, entre otros factores.

(2) Los agentes contaminantes procedentes de la combustión de carburantes convencionales


pueden afectar el aire, el agua, el suelo, la vida animal y vegetal. Cuando tiene lugar la
combustión, el hidrógeno y el carbón del combustible se combinan con el oxígeno del aire para
producir calor, luz, dióxido de carbono (CO2) y vapor de agua (proceso de combustión
completa). Sin embargo, una incorrecta relación de la mezcla entre el aire y el combustible (que
da lugar a una combustión incompleta), además de las impurezas de este, así como que las
temperaturas de combustión demasiado elevadas o bajas, son causas de la formación de
productos secundarios, tales como el monóxido de carbono (CO), óxidos de azufre (SOX),
óxidos de nitrógeno (NOX), partículas, hidrocarburos no quemados (HC), plomo y otros. Estas
son las emisiones más importantes producidas por los motores de combustión interna.

(3) En las emisiones de GEI a nivel mundial, al transporte le corresponde el 13 % de incidencia,


superado por la generación de la energía eléctrica, la que tiene una participación de un 26%.
(4) Como se aprecia, la contaminación producida por los medios de transporte en EE.UU., iguala
la cifra emitida por la Comunidad de Estados Independientes (CEI) más la correspondiente a
China, y de conjunto con la de la UE, supera el valor perteneciente a otros países.

(5) En particular, el transporte automotor, es una de las principales fuentes emisoras de estos
gases. Para los países desarrollados, en lo que se refiere a las emisiones antes citadas, representa
entre el 30 y el 90 % del total. Así por ejemplo, el tráfico vehicular en España, provoca un tercio
de la emisión total de CO2 de ese país, donde anualmente expulsan a la atmósfera 5.6 t de ese
gas por habitante, mientras que Alemania duplica esa cifra. En Cuba, es el transporte automotor
el de mayor incidencia en las emisiones totales por tipo de fuente móvil (Gráfico 1) e igual
comportamiento se registra al analizar los valores de los gases directamente relacionados con el
calentamiento global, tal y como se muestra en la Tabla 2, en la cual se refleja que este aporta las
mayores cifras de CO2 y CH4, seguido de la aviación, mientras que con relación al N2O, es el
transporte agrícola el de superior valor. Está más que demostrado que la contaminación
ambiental causada por el transporte tiene un doble efecto dañino, pues mientras algunos de los
componentes gaseosos gravitan sobre la salud humana, otros conllevan al incremento de los GEI
incidentes en el cambio climático que aqueja a la Tierra. En particular, el medio automotor, es
una de las principales fuentes emisoras de estos gases.

Efectos nocivos

Monóxido de Carbono

(6) El monóxido de carbono es un gas inodoro e incoloro. Este se desprende durante la


combustión incompleta de la gasolina, carbón y otros combustibles fósiles. Los vehículos
automotores emiten a la atmósfera, más de las dos terceras partes del monóxido de carbono
producto de la actividad humana. El CO disminuye la cantidad de oxígeno que entra a la sangre a
través de los pulmones, lo que puede provocar trastornos cardíacos y respiratorios. Puede
disminuir los reflejos y causar aturdimiento y somnolencia. La exposición a grandes dosis puede
llegar a ocasionar la inconsciencia y la muerte.

Óxidos de Nitrógeno

(7) Estos gases son producidos cuando los combustibles son quemados en vehículos, plantas de
generación eléctrica e industrias. Los NOX reaccionan con el vapor de agua y los hidrocarburos
volátiles que se encuentran en la atmósfera. En su interacción con el primero son causa de las
conocidas lluvias ácidas, y con los segundos producen ozono, que a nivel de suelo (superficial),
está clasificado como sumamente peligroso. Suscitan además, la susceptibilidad de los niños a
las infecciones respiratorias durante el invierno.

Óxidos de Azufre

(8) Cuando los combustibles fósiles se queman, el azufre presente en los mismos se transforma
dando lugar a sus óxidos. Estos pueden causar estrechamientos en los conductos de aire de los
pulmones, empeorando la situación de personas con afecciones respiratorias, particularmente en
el caso de niños o ancianos. Favorece, al igual que los NOx, la ocurrencia de la lluvia ácida.
(9) El hollín se forma especialmente en las combustiones incompletas y con los combustibles
Diesel, está formado por partículas de carbón y sobre ellas se fijan compuestos, como el
benzopireno que puede ser cancerígeno. Se observa hollín en los escapes de autos, transportes
colectivos y camiones que contaminan el aire con nubes negras. También se le distingue en las
mañanas, sobre los autos que han quedado estacionados a la intemperie, formando una delgada
capa negruzca. En el sector marítimo es representativa la actividad de limpieza del casco de los
buques, especialmente en los astilleros destinados a la reparación, donde el uso de algunos
sistemas, como por ejemplo el sandblasting, emite elevadas cantidades de partículas a la
atmósfera.
(10) Las partículas menores que las que se pueden ver (normalmente menores de 10 micras)
pueden atascarse profundamente en los pulmones, dificultar la respiración y también producir
daño permanente y transportar otras sustancias dañinas al sistema respiratorio.
(11) Partículas mayores pueden ser causa de molestias en los ojos, nariz y garganta. Ellas no son
tan peligrosas como las pequeñas, pero son más notables. Pueden ocasionar alergias en personas
sensibles.

Componentes Orgánicos Volátiles (COV)

(12) Otras sustancias químicas presentes en el combustible, se mezclan con el carbón sobrante
del mismo y el oxígeno del aire para formar los COVs. En otras ocasiones pasan a la atmósfera
sin intervenir en el proceso de combustible durante su manipulación y almacenaje, o que salen
por el tubo de escape sin quemarse. Algunos de estos gases pueden ser tóxicos y favorecer la
aparición de cáncer, el benceno, uno de las más comunes, puede provocar leucemia. Además
pueden producir daños a las plantas.

Nivel de propagación de la contaminación


(13) Los contaminantes emitidos por el transporte pueden entre otros aspectos, disminuir la
calidad del aire, ser causantes de la lluvia ácida o incrementar en la atmósfera la concentración
de los gases de efecto invernadero.

a) Nivel de contaminación local:


Degradación de la calidad del aire urbano

(14) Como ejemplo de este tipo de afectación tenemos el smog. De forma general es la
combinación de humo y niebla y es característico de zonas con alta densidad vehicular en
ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Ciudad México, entre otras.

b) Nivel de contaminación regional:


Lluvia ácida.

(15) Se considera que una precipitación es ácida cuando su valor de pH es inferior a 5,6. Puede
originar la destrucción de áreas boscosas, reducir la producción de alimentos, perjudicar el
ecosistema hídrico, causar la erosión de importantes monumentos y tesoros arquitectónicos,
como las antiguas esculturas de Roma y la Esfinge en Egipto.
c) Nivel de contaminación global:
Incremento del Efecto Invernadero.

(16) Los GEI son el caso típico de un problema ambiental global, considerando que el impacto
negativo que provocan afecta a todo el planeta por igual, en completa independencia de quién o
dónde se generaron. El efecto invernadero es un fenómeno natural, sin embargo es alarmante el
reforzamiento de dicho efecto, provocado por la actividad humana, que hace que la temperatura
se eleve y que la atmósfera tenga que readaptarse y por tanto ocurrirá el cambio climático, del
que ya se observan las primeras consecuencias. Al analizar los efectos nocivos de los
contaminantes emitidos por el transporte y el nivel de su propagación, se infiere que su impacto
ocurre a diferentes alturas de la atmósfera y con distintos grados de dispersión, lo cual
condiciona que las afectaciones que se presenten en un área, pueden constituir un problema
ambiental local, regional o global.

También podría gustarte