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CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD-Carácter
abstracto/CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD-Improcedencia
sobre una mera hipótesis de aplicación de la norma o eventualidad
La Corte sostuvo que el núcleo esencial del derecho de huelga consiste en “la
facultad que tienen los trabajadores de presionar a los empleadores mediante
la suspensión colectiva del trabajo, para lograr que se resuelva de manera
favorable a sus intereses el conflicto colectivo del trabajo. Esta facultad, claro
está, no es absoluta. El punto es que la huelga constituye un mecanismo cuya
garantía implica el equilibrar las cargas de trabajadores y empleadores en el
marco del conflicto colectivo de trabajo. Las restricciones al derecho de huelga
deberán tener en cuenta este propósito, de modo que si bien tal derecho puede
ser limitado con el fin de proteger otros de mayor jerarquía (v.gr. los derechos
fundamentales) o el interés general (bajo la forma del orden público, por
ejemplo), el poder que la Constitución pretende reconocer a los trabajadores
no puede quedar desfigurado.”
SINDICATO-Causales de disolución
SINDICATO-Facultad del Ministerio de Trabajo o quien demuestre
interés jurídico de solicitar disolución, liquidación y cancelación de
inscripción en registro sindical
CONVENCION COLECTIVA-Celebración/FUERO
CIRCUNSTANCIAL-Finalidad
FUERO SINDICAL-Finalidad
La Corte encuentra razonable que sólo una comisión por empresa sea la
encargada de llevar a cabo dicha labor de manera unificada, pues se trata de
un mismo empleador el depositario de las diversas reclamaciones que puedan
presentarse dentro de la empresa, lo cual no significa una restricción ilegítima
a los derechos de asociación y libertad sindical. Nótese que el legislador no
impone obstáculo alguno al ejercicio de las funciones que ejerce dicha
comisión sino, por el contrario, garantiza la protección especial del fuero
sindical para dos de sus miembros.
La institución del fuero sindical tiene como fin que los representantes sindicales
puedan cumplir cabalmente con sus gestiones y consiste, como se ha dicho, en
la garantía de no ser despedidos, ni desmejorados en sus condiciones de trabajo,
ni trasladados sin justa causa, previamente calificada por el juez de trabajo.
Así pues, el empleador debe solicitar un permiso al juez del trabajo para
adoptar una de tales decisiones, a través de la acción de levantamiento de fuero,
solicitud que debe ser negada por éste último en caso de no comprobar la
existencia de una justa causa, de conformidad con el inciso primero del artículo
408 del C.S.T.
El daño sufrido por el trabajador aforado, provocado por el despido sin justa
causa declarada mediante sentencia judicial, debe ser reparado de manera
integral, esto es, de acuerdo con lo que se logre probar en cada caso, lo cual
incluye, además del pago de los salarios no devengados, con sus reajustes y
prestaciones, cualquier otro valor dejado de percibir o pagado por el
trabajador, como consecuencia directa del despido injusto. Siendo entendido,
además, que la reparación integral incorpora la correspondiente indexación.
Demandante:
Antonio Eduardo Bohórquez Collazos
Magistrado Ponente:
Dr. JAIME ARAUJO RENTERIA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1. Competencia
2. Artículos 359 parcial y 401-d parcial del Código Sustantivo del Trabajo
2.1. La demanda
Señala el actor que el artículo 359 y el literal d) del artículo 401 del Código
Sustantivo del Trabajo vulneran los artículos 16 y 39 de la Carta Política puesto
que limitan el derecho de asociación sindical y vulneran el libre desarrollo de la
personalidad de los trabajadores. Después de relatar cómo las distintas entidades
del Estado se han venido reduciendo de tamaño a raíz del ajuste fiscal decretado
en la Ley 617/00, y de las continuas reestructuraciones, supresiones y fusión de
cargos y dependencias oficiales producidas desde tiempo atrás, el demandante
concluye que con tales hechos se impide la constitución de sindicatos en muchas
entidades oficiales, debido al bajo número de trabajadores que laboran en ellas.
Cita como ejemplo el caso de los departamentos y municipios en donde, según
él, existen entidades con plantas de personal reducidas, lo cual limita el ejercicio
del derecho de asociación sindical por cuanto las normas acusadas exigen para
la constitución del sindicato mínimo 25 trabajadores, además de establecer,
como causal de disolución del mismo, la reducción de los afiliados a un número
inferior al anteriormente anotado.
Sostiene el demandante que las normas acusadas vulneran la Carta Política por
cuanto es propio de la autonomía de los sindicatos determinar el número de
afiliados que requieren para su constitución y su disolución, careciendo el
legislador de competencia para regular tal asunto.
‘Se concluye que el derecho de asociación sindical es un derecho subjetivo que tiene una
función estructural qué desempeñar, en cuanto constituye una vía de realización y
reafirmación de un Estado social y democrático de derecho, más aún cuando este derecho,
que permite la integración del individuo a la pluralidad de grupos, no constituye un fin
en sí mismo o un simple derecho de un particular, sino un fenómeno social fundamental
en una sociedad democrática y, es más, debe ser reconocido por todas las ramas y
órganos del poder público’.
‘La asociación sindical tiene un carácter voluntario, ya que su ejercicio descansa en una
autodeterminación de la persona de vincularse con otros individuos y que perdura
durante esa asociación’.
‘Tiene también un carácter relacional o sea que se forma de una doble dimensión. Ya que
de un lado aparece como un derecho subjetivo de carácter individual y por el otro se
ejerce necesariamente en tanto haya otros ciudadanos que estén dispuestos a ejercitar el
mismo derecho y una vez se dé el acuerdo de voluntades se forma una persona colectiva’.
‘Tiene así mismo un carácter instrumental ya que se crea sobre la base de un vínculo
jurídico, necesario para la consecución de unos fines que las personas van a desarrollar
en el ámbito de la formación social’.
“En el derecho de asociación sindical subyace la idea básica de la libertad sindical que
amplifica dicho derecho, como facultad autónoma para crear organizaciones sindicales,
ajena a toda restricción, intromisión o intervención del Estado que signifique la
imposición de obstáculos en su constitución o funcionamiento. Ello implica, la facultad
que poseen las referidas organizaciones para autoconformarse y autoregularse conforme
a las reglas de organización interna que libremente acuerden sus integrantes, con la
limitación que impone el inciso 2 del art. 39, según el cual la estructura interna y el
funcionamiento de los sindicatos se sujetan al orden legal y a los principios democráticos.
(...)”
Para el presente caso, conviene resaltar el artículo 3 del Convenio 87, según el
cual:
3 Caso Baena Ricardo y otros. Sentencia del 2 de febrero de 2001. Citada por: Oficina en Colombia del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Compilación de jurisprudencia y doctrina
nacional e internacional” Volumen II. Bogotá, 2001, Pg. 24.
4 M.P. Alfredo Beltrán Sierra
“Toda organización sindical de trabajadores, por el sólo hecho de su fundación,
y a partir de la fecha de la asamblea constitutiva, goza de personería.”5
Sin embargo, lo anterior no significa, como parece concluir el actor, que los
derechos fundamentales de asociación y de libertad sindical sean de carácter
absoluto. Por el contrario, son relativos y, en consecuencia, pueden sufrir
restricciones por parte del legislador, siempre y cuando no se vulnere su núcleo
esencial, como lo manifestó la Corte en sentencia C-797/006:
Por las razones expuestas, no le asiste razón al demandante cuando afirma que
la determinación del número mínimo de trabajadores para constituir un
sindicato o para que éste subsista, es una facultad discrecional de las
organizaciones sindicales que escapa de la órbita del legislador, pues este
órgano es competente para determinar los lineamientos generales aplicables al
ejercicio de los derechos de asociación y de libertad sindical, entre los que se
destaca el requisito que cuestiona el actor.
5
La Corte Suprema de Justicia, al juzgar la constitucionalidad del artículo 50 de la Ley 50 de 1990, que se
refiere al efecto jurídico de la inscripción del acta constitutiva del sindicato, señaló lo siguiente:
"Cabe anotar que si bien no se llega al extremo deseado por el actor de que sea la mera manifestación de
voluntad de los fundadores la que dé nacimiento inmediato a la asociación, lo cierto es que no se imponen
requisitos previos a esa voluntad ni se le sujeta a permisos o limitaciones de ese estilo, y que se reemplaza la
concesión de personería por un registro más ágil y rápido en el que rige el silencio administrativo positivo, lo
que, en sentir de la Corte, se acomoda al nuevo principio constitucional ya citado [art. 39 de la Constitución], de
que los sindicatos deben poderse formar "sin intervención del Estado" y que "su reconocimiento jurídico se
producirá con la simple inscripción del acto de constitución", como aquí ocurre, pues no hay un poder absoluto
e ilimitado para formar sindicatos, y éstos siguen sometidos al régimen legal, ya que, en voces de la misma
Constitución, "se sujetarán al orden legal y la de principios democráticos" (artículo 39 ibidem) cuya verificación
y cumplimiento competen al Estado." (Sentencia 115 del 26 de septiembre de 1991. Gaceta Especial, Sala
Constitucional, Tomo III).
6 M.P. Antonio Barrera Carbonell.
7 Sentencia C-567/00 M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
sindicatos para establecer sus reglamentos, los requisitos de admisión de
afiliados y su forma de gestión administrativa y financiera, en desarrollo del
principio de no injerencia del Estado en el funcionamiento de tales
organizaciones, a que ya se ha hecho referencia. En efecto, como lo ha
manifestado el Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración de
la O.I.T., “las disposiciones legislativas que regulan detalladamente el
funcionamiento interno de las organizaciones de trabajadores y de empleados
entrañan graves riesgos de injerencia por las autoridades públicas. En caso de
que su adopción fuera considerada indispensable para las autoridades, estas
disposiciones deberían limitarse a establecer un marco general, dejando a las
organizaciones la mayor autonomía posible para regir su funcionamiento y
administración. Las restricciones a este principio deberían tener como únicos
objetivos garantizar el funcionamiento democrático de las organizaciones y
salvaguardar los intereses de sus afiliados.”8
8Informe No. 321, en el marco de la 278° Reunión de la OIT celebrada en Ginebra en junio de 2000. Caso 2011,
párrafo 215.
9 Sentencia C-209/97 M.P. Hernando Herrera Vergara.
Aunque hacen alusión de manera específica a los empleados de carrera, son
aplicables los argumentos expuestos en la sentencia C-954/01,10 donde la Corte
sostuvo que, “de conformidad con el artículo 58 superior, el interés particular
que tiene el trabajador respecto de la estabilidad en su cargo debe ceder ante el
interés público o social que comporta la supresión de cargos como consecuencia
de los procesos de reestructuración de las entidades”, añadiendo luego que “lo
anterior no significa que el trabajador quede a merced de la voluntad de las
autoridades encargadas de hacer la reestructuración y vean desamparados sus
derechos(...)”
Por otra parte, el control de constitucionalidad de las leyes que ejerce la Corte
es un juicio abstracto mediante el cual se confronta la norma demandada con la
Constitución Política, razón por la cual desborda las funciones de esta
Corporación retirar una disposición del ordenamiento positivo con fundamento
en una mera hipótesis de aplicación de la misma. Por lo tanto, no debe prosperar
el cargo según el cual las normas acusadas limitan la constitución y la
subsistencia de sindicatos de trabajadores ante posibles reestructuraciones de
las entidades, pues el hecho que trae a colación el actor -la reducción de la planta
de personal a un número inferior a 25 trabajadores- es apenas una eventualidad
sobre la cual no puede basarse el juicio abstracto de inconstitucionalidad a que
se ha hecho referencia.
Sobre este punto, resulta pertinente traer a colación lo expresado por el Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la O.I.T., en el sentido de que debe subrayarse “la importancia de
que los Gobiernos consulten a las organizaciones sindicales sobre las consecuencias de los
programas de reestructuración en el empleo y en las condiciones de trabajo de los asalariados”. Por
lo mismo, a tal Comité “sólo le corresponde pronunciarse sobre las iniciativas de reestructuración o
de racionalización económica en la medida en que éstas hayan dado lugar a actos de discriminación
o de injerencia antisindicales.” En: Informe No. 321 en el marco de la 278° Reunión celebrada en
Ginebra en junio de 2000. Caso 2052, párrafo 250.
10 M.P. Jaime Araújo Rentería
La Corte deja claramente establecido que los procesos de reestructuración de
las entidades, en ningún caso, pueden tener como finalidad u objetivo atentar
contra la existencia o funcionamiento de la organización sindical.
Tal como lo señala Alberto José Carro Igelmo, las relaciones de pertenencia y
legitimidad que se daban en el Gremio (aprendiz, oficial y maestro) 11 se
desdibujaron y perdieron toda vigencia práctica12 a partir de la entronización
del sistema económico - social que el liberalismo instauraba, destacándose en
su lugar un esquema que subrayaba la situación del empresario como algo
extraño, excluyente e inaceptable a los ojos de los trabajadores. Por ello mismo,
señala el autor:
“Es frecuente que las diferentes legislaciones condicionen la validez del Acto constitutivo a
un número mínimo de fundadores, y al mantenimiento de ese mínimo como condición de
existencia del sindicato, una vez fundado y reconocido éste (...).
“En cuanto al número concreto en sí, puede ser tachado de arbitrario, como todo mínimo. De todos modos,
los antecedentes históricos parecen marcar una preferencia por un mínimo de 20 trabajadores”.
11
Al punto expresa el autor: “El aprendiz no veía en el oficial ni éste en el maestro un componente de una
clase dominadora, sino que contemplaba los otros estamentos como las sucesivas etapas del camino que era
preciso recorrer hasta llegar a la condición de maestro con taller abierto, meta lógica y esperada de su vida”.
“Introducción al Sindicalismo”, Barcelona 1971.
12
Sobre el desmonte positivo de los gremios en Francia puede verse Ley le Chapelier de 14-17 de junio de 1791.
Al respecto se afirma que una de las bases fundamentales de la Constitución francesa fue la abolición de toda
clase de corporaciones de ciudadanos del mismo estado o profesión. Se prohibía restablecerlas. C.fr. Luis
Enrique de la Villa Gil, “Materiales para el Estudio del Sindicato”, Instituto de Estudios Laborales y de la
Seguridad Social, Madrid, 1984, 2ª edición.
13
Alberto José Carro Igelmo, “Introducción al Sindicalismo”, Barcelona 1971, pag. 41.
“En este sentido, el Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración de la OIT
ha opinado que ‘el número de 20 miembros para la constitución de un sindicato no parece
constituir una cifra exagerada ni, por consiguiente, un obstáculo de por sí para la formación
de sindicatos’.14 Sobre el mismo tema, expresó dicho órgano que ‘el establecimiento de un
sindicato puede verse sometido a grandes dificultades, e incluso hacerse imposible, cuando
la legislación fija en una cifra evidentemente exagerada el mínimo de miembros de un
sindicato, tal como ocurre, por ejemplo, cuando estipula que los promotores de un sindicato
de empresa deben ser cincuenta como mínimo’.
14
Cita OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO. “Libertad Sindical. Recopilación de decisiones (...9”,
párrafo 48.
15
Como sí ocurría en Francia al tenor del antiguo artículo 291de su Código Penal, donde se prohibían las
asociaciones de más de 20 personas.
Por los motivos expuestos, tampoco le asiste razón al actor cuando afirma que
las disposiciones impugnadas condicionan la voluntad de los trabajadores que
deseen fundar sindicatos de base, obligándolos a pertenecer a sindicatos
gremiales o de actividad económica cuando en las entidades se adelantan
recortes de personal hasta el punto en que no haya suficientes trabajadores para
constituir un sindicato de base. Más aún si se tiene en cuenta que, en tales
circunstancias, los trabajadores pueden participar en los asuntos que los afecta
a través de otras formas asociativas distintas al sindicato de base.
(...)
(...)
3.1. La demanda
Sostiene el actor que la expresión acusada del literal e) del artículo 379 viola el
Preámbulo y el artículo 56 de la Constitución, por considerar que allí el
legislador establece dos nuevas restricciones al derecho de huelga, por fuera de
lo plasmado en la Constitución: “la primera, que no es posible accionarle (sic)
frente a un empleador diferente de quien la ejercita. La segunda, que sólo es
posible la huelga respecto de las insatisfacciones por el no cumplimiento de las
obligaciones salariales por parte del empleador.” Lo anterior impide ejercer el
derecho de huelga por solidaridad entre las organizaciones sindicales, además
de que convierte la huelga en inoperante pues impide ejercerla para presionar al
empleador para que cumpla con obligaciones diferentes a las salariales, v.gr.
estabilidad, salud, recreación, etc.
3.2. Concepto del Procurador General de la Nación
Para analizar los cargos de la demanda, la Corte debe responder los siguientes
interrogantes:
“Se garantiza el derecho de huelga, salvo en los servicios públicos esenciales definidos
por el legislador.
La ley reglamentará este derecho.
(...)”
"- Sólo puede ejercerse legítimamente el derecho a la huelga cuando se respetan los cauces
señalados por el legislador.
"- El derecho a la huelga puede ser objeto de tutela cuando se encuentra en conexión íntima
con los derechos al trabajo y a la libre asociación sindical, derechos que sí ostentan el
carácter de fundamentales.
"- El derecho a la huelga solamente puede excluirse en el caso de los servicios públicos
esenciales, cuya determinación corresponde de manera exclusiva al legislador, o los
señalados como tales por el Constituyente, de acuerdo con la interpretación realizada
acerca del contenido de las normas constitucionales vigentes.
"- El derecho a la huelga puede ser restringido por el legislador para proteger el interés
general y los derechos de los demás.18
"- El derecho a la huelga también puede ser restringido por el legislador cuando de su
ejercicio se deriva la alteración del orden público.
"De acuerdo con estos parámetros, puede afirmarse que, según la Constitución, el derecho
de huelga está restringido de dos formas:
"a. Está prohibido su ejercicio en los servicios públicos esenciales que determine el
legislador y, obviamente en los señalados como tales por el Constituyente, de acuerdo con
la interpretación realizada acerca del contenido de las normas constitucionales vigentes.
"b. En los demás casos, su ejercicio debe ceñirse a la reglamentación que de él haga el
legislador.
Teniendo en cuenta que las obligaciones a que alude la norma están calificadas
por el adjetivo salariales, es evidente que están restringidas a las que se deriven
del incumplimiento del pago del “salario”. Sobre este concepto, ha sido reiterada
la jurisprudencia de la Corte, de la cual conviene citar la sentencia SU.995/99:19
“Las fuentes positivas que permiten desarrollar la noción integral del salario, no sólo se
encuentran en los artículos de la Constitución y la legislación interna; es menester acudir a
instrumentos de derecho internacional que se encargan de desarrollar materias laborales y
que, por virtud del artículo 93 de la Carta Política, hacen parte de la normatividad
iusfundamental vigente en nuestro país, a través de lo que se ha denominado bloque de
constitucionalidad. (...)
“En este orden de ideas, la noción de salario ha de entenderse en los términos del Convenio
95 de la Organización Internacional del Trabajo - relativo a la protección del salario -,
ratificado por la Ley 54 de 1992, que en el artículo 1 señala:
“Esto quiere decir que para efectos del significado que en nuestro ordenamiento ha de tener
la voz salario y, sobre todo, para la protección judicial del derecho a su pago cumplido,
deben integrarse todas las sumas que sean generadas en virtud de la labor desarrollada por
el trabajador, sin importar las modalidades o denominaciones que puedan asignarles la ley
o las partes contratantes. Así, no sólo se hace referencia a la cifra quincenal o mensual
percibida por el empleado - sentido restringido y común del vocablo -, sino a todas las
cantidades que por concepto de primas, vacaciones, cesantías, horas extras - entre otras
denominaciones -, tienen origen en la relación laboral y constituyen remuneración o
contraprestación por la labor realizada o el servicio prestado.
Como puede verse, el término salario, aunque amplio, tiene una connotación
que se circunscribe de manera exclusiva a la remuneración por el trabajo
realizado o, en palabras de la Corte, a la “retribución al servicio que se presta a
Ahora bien, la Corte debe decidir si la huelga por solidaridad tiene arraigo
constitucional, o si, por el contrario, está prohibida por el artículo 56 de la
Constitución Política.
“Como vemos, el derecho de huelga está en conexión directa no sólo con claros derechos
fundamentales –como el derecho de asociación y sindicalización de los trabajadores (CP
arts. 38 y 39)- sino también con evidentes principios constitucionales como la solidaridad,
la dignidad, la participación (CP art. 1) y la realización de un orden justo (CP art. 2)”.
“La Carta no establece ninguna limitación sobre los tipos de huelga, por lo cual el
contenido de este derecho debe ser interpretado en sentido amplio”.
En este orden de ideas, se halla cobijada por dicha garantía constitucional, por
ejemplo, la huelga que adelanten los trabajadores de una empresa en solidaridad
con otros que están en huelga con un empleador distinto, cuando unos y otros
se encuentren vinculados a una federación o confederación sindical, u ostenten
cualquier otra ligazón que habilite la participación solidaria.
4. Artículo 401-e parcial del Código Sustantivo del Trabajo, adicionado por
el artículo 56 de la Ley 50 de 1990
22 BARAJAS MONTES DE OCA, Santiago. La Huelga: Un análisis comparativo. UNAM, México, 1983. Pg. 45.
“Artículo 401. Casos de disolución. Un sindicato o una federación o confederación de
sindicatos solamente se disuelve:
(...)
e. Adicionado por el artículo 56 de la ley 50 de 1990. En el evento de que el sindicato,
federación o confederación se encontrare incurso en una de las causales de disolución,
el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social o quien demuestre tener interés jurídico,
podrá solicitar ante el juez laboral respectivo, la disolución y liquidación del sindicato y
la cancelación de la inscripción en el registro sindical. Al efecto se seguirá en lo
pertinente el procedimiento previsto en el artículo 52 de esta ley.”
4.1. La demanda
Según el demandante, el aparte acusado del literal e) del artículo 401 vulnera
los artículos 29 y 39 de la Constitución, al permitir que el Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social se convierta en juez y parte, “toda vez que no está restringido
ni prohibido por la Carta Política el que empleados públicos militantes en la
planta de personal de éste constituyan organizaciones sindicales, lo cual lo
convertiría automáticamente en el empleador y en el potencial interesado en su
disolución”. Además, considera el actor que es muy difícil garantizar la
imparcialidad debida en la disolución de sindicatos de la Rama Ejecutiva del
Poder Público, por pertenecer dicho Ministerio a esta última.
Por otra parte, la expresión “o quien demuestre interés jurídico” permite que el
empleador, público o privado, “se erija también en juez y parte, al tiempo que
permite una intromisión no deseada en el seno de la respectiva organización”,
pues puede suceder que éste, a través de la intimidación o por medio de la
desvinculación masiva de empleados, disminuya el número de miembros para
que pueda subsistir el sindicato y luego sea él mismo quien “demuestre interés
jurídico” para solicitar la disolución de aquél, lo que repugna al ejercicio del
derecho a la asociación sindical y al debido proceso.
El artículo 401 del C.S.T. establece, en sus literales a), b), c) y d), diversas
causales objetivas de disolución de los sindicatos, federaciones o
confederaciones. Por su parte, el literal e), objeto de acusación parcial, establece
que en el evento de que una de estas organizaciones se encuentre incursa en
alguna de dichas causales, el Ministerio de Trabajo o quien demuestre tener
interés jurídico, podrá solicitar ante el juez laboral respectivo, la disolución y
liquidación del sindicato y la cancelación de la inscripción en el registro sindical.
5. Artículos 405 y 467 del Código Sustantivo del Trabajo y artículo 25 del
Decreto 2351 de 1965
5.1. La demanda
Aduce el demandante que el artículo 405 del Código Sustantivo del Trabajo
viola los artículos 13 y 39 de la Carta, en cuanto se refiere a los empleados
públicos, toda vez que el precepto demandado excluye de la protección foral a
los empleados públicos, pues dicha norma sólo alude a quienes tienen
establecida una relación laboral con su empleador con base en un vínculo
contractual, mas no de carácter legal o reglamentario.
En el mismo sentido, señala el actor que el artículo 467 del Código Sustantivo
del Trabajo viola los artículos 2, 13 y 55 de la Constitución, por cuanto excluye
a los empleados públicos de la posibilidad de ejercer la negociación colectiva,
configurándose además la violación del principio de igualdad entre los
empleados públicos, los trabajadores oficiales y privados, pues éstos últimos sí
pueden acudir a dicho instrumento.
Por otra parte, considera que el fuero para los trabajadores que presenten
peticiones debe extenderse a los empleados públicos, porque la “falta de
regulación legal de la negociación colectiva de los empleados públicos no puede
derivar en una total desprotección de éstos, por tanto, el fuero debe garantizarse
durante el período que duren las negociaciones.”
Dado que las normas acusadas no se refieren de manera expresa a los empleados
públicos, debe la Corte determinar si éstos últimos están excluidos de los
derechos y garantías allí consagrados.
“El Constituyente de 1991 no excluyó del derecho de asociación sindical a los empleados
públicos, sino que le dio consagración constitucional al derecho que les reconocían la ley
y la jurisprudencia anterior y amplió las garantías para su ejercicio, al no excluirlos del
derecho al fuero sindical.
(...)
En consecuencia, los empleados públicos tienen el derecho de constituir sus sindicatos
sin intervención del Estado, de inscribir las correspondientes Actas de Constitución que
les otorgan reconocimiento jurídico y, en consecuencia, tendrán legalmente unos
representantes sindicales a los cuales no se puede negar que el Constituyente de 1991
reconoció: "el fuero y las demás garantías necesarias para el cumplimiento de su
gestión."
Por su parte, el parágrafo 1° del artículo 12 Ley 584 de 2000, que modifica el
artículo 416 del C.S.T., consagra expresamente el fuero sindical para los
empleados públicos, así:
“Gozan de la garantía del fuero sindical, en los términos de este artículo, los servidores
públicos, exceptuando aquellos servidores que ejerzan jurisdicción, autoridad civil,
política o cargos de dirección o administración.”23
23 De conformidad con el artículo 1° de la Ley 712 de 2001, que modifica el artículo 2° del Código Procesal del
Trabajo, compete a la jurisdicción laboral ordinaria la competencia para conocer los asuntos relativos al fuero
sindical, “cualesquiera sea la naturaleza de la relación laboral.”
El artículo 55 de la Constitución consagra el derecho de negociación colectiva
en los siguientes términos:
“Se garantiza el derecho de negociación colectiva para regular las relaciones laborales,
con las excepciones que señale la ley.
Es deber del Estado promover la concertación y los demás medios para la solución
pacífica de los conflictos colectivos de trabajo.”
“La restricción consagrada en la norma para los sindicatos de empleados públicos, sobre
presentación de pliegos de peticiones y celebración de convenciones colectivas, tiene
“El análisis varía tratándose de los trabajadores oficiales, quienes tienen con el Estado
una relación de índole contractual. Sus sindicatos, de acuerdo con la norma bajo examen,
tienen todas las atribuciones de los otros sindicatos de trabajadores, lo cual no pugna
con la Constitución y, por el contrario, la desarrolla, de conformidad con lo expuesto.”
“...a diferencia de lo que sucede con los trabajadores oficiales, que tienen un derecho
de negociación pleno, la búsqueda de soluciones concertadas y negociadas no puede
llegar a afectar la facultad que la Carta confiere a las autoridades de fijar
unilateralmente las condiciones de empleo. Esto significa que la creación de
mecanismos que permitan a los empleados públicos, o sus representantes, participar en
la determinación de sus condiciones de empleo es válida, siempre y cuando se entienda
que en última instancia la decisión final corresponde a las autoridades señaladas en la
Constitución, esto es, al Congreso y al Presidente en el plano nacional, y a las
asambleas, a los concejos, a los gobernadores y a los alcaldes en los distintos órdenes
territoriales, que para el efecto obran autónomamente. Con esa misma restricción, es
igualmente legítimo que se desarrollen instancias para alcanzar una solución
negociada y concertada entre las partes en caso de conflicto entre los empleados
públicos y las autoridades.
Ahora bien, las anteriores precisiones en manera alguna implican que la Corte debe
condicionar el alcance de los artículos 7º y 8º del convenio bajo revisión en relación
con los empleados públicos, por cuanto esas normas autorizan a tomar en cuenta las
especificidades de las situaciones nacionales. Así, el artículo 7º no consagra un derecho
de negociación colectiva pleno para todos los servidores públicos sino que establece
que los Estados deben adoptar “medidas adecuadas a las condiciones nacionales” que
estimulen la negociación entre las autoridades públicas y las organizaciones de
servidores públicos, lo cual es compatible con la Carta.”
Por las razones expuestas, la Corte declarará exequibles las normas demandadas,
pues deben armonizarse con el artículo 416 del C.S.T., el cual restringe el
derecho de negociación colectiva para los sindicatos de empleados públicos en
el sentido de prohibirles presentar pliegos de condiciones y celebrar
convenciones colectivas, restricción que la Corte reiteradamente ha considerado
acorde con la Constitución Política.
“Artículo 408. Modificado por el artículo 7 del decreto 204 de 1957. Contenido de la
sentencia. El juez negará el permiso que hubiere solicitado el patrono [hoy empleador]
para despedir a un trabajador amparado por el fuero sindical, o para desmejorarlo, o
para trasladarlo si no comprobare la existencia de una justa causa.
“(...)”.
6.1. La demanda
26
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, sentencia del 5 de junio de 2001. Rad. 16788. M.P.
Germán Valdés Sánchez.
6.2. Concepto del Procurador General de la Nación
Atendiendo esa finalidad, el artículo 405 del C.S.T. define el fuero sindical
como una garantía que gozan los trabajadores aforados de no ser despedidos,
ni desmejorados en sus condiciones de trabajo, ni trasladados, sin justa causa
previamente calificada por el juez del trabajo.
En armonía con el anterior precepto, el artículo 408 del mismo Código consagra
el deber del juez de negar el permiso que hubiere solicitado el empleador para
despedir a un trabajador aforado o para desmejorarlo, o para trasladarlo, si no
se logra comprobar la existencia de una justa causa.
“Artículo 406. Modificado por los artículos 57 de la ley 50 de 1990 y 12 de la ley 584 de
2000. Trabajadores amparados por el fuero sindical. Están amparados por el fuero
sindical:
(...)
7.1. La demanda
El literal d) del artículo 406 establece que gozan de fuero sindical dos de los
miembros de la comisión estatutaria de reclamos que designen los sindicatos,
las federaciones o confederaciones sindicales, por el mismo período de la junta
directiva y por seis meses más. Señala además que no puede existir en una
empresa más de una comisión de reclamos, la cual será designada por la
organización sindical que agrupe el mayor número de trabajadores.
28
LONDOÑO, Juan Fernando. “Aproximación a la democracia participativa”. En: Sociedad Civil, Control Social
y Democracia Participativa. FESCOL. 1997. Pg. 17.
29
Sentencia T-173/95 M.P. Carlos Gaviria Díaz, citando a Helmut Dübiel. ¿Qué es el neoconservadurismo? Ed.
Anthropos. Barcelona. 1993. p. 48. Sobre el carácter expansivo o universal del principio democrático, la Corte
ha dicho:
"...es universal en la medida en que compromete varios escenarios, procesos y lugares tanto públicos como
privados y también porque la noción de política que lo sustenta se nutre de todo lo que vitalmente pueda
interesar a la persona, a la comunidad y al Estado y sea por tanto susceptible de afectar la distribución, control
y asignación del poder social. El principio democrático es expansivo pues su dinámica lejos de ignorar el
conflicto social, lo encausa a partir del respeto y constante reivindicación de un mínimo de democracia política
y social que, de conformidad con su ideario, ha de aplicarse progresivamente conquistando nuevos ámbitos y
profundizando permanentemente su vigencia, lo que demanda por parte de los principales actores públicos y
privados un denodado esfuerzo para su efectiva construcción.” (Sentencia C-089/94. M.P. Eduardo Cifuentes
Muñoz, reiterada en la sentencia C-866/01 M.P. Jaime Córdoba Triviño).
30 Sentencia T-173/95 M.P. Carlos Gaviria Díaz
ante el empleador las respectivas reclamaciones que promuevan tanto los
trabajadores individualmente considerados, como el propio sindicato o
sindicatos, en caso de que coexistan varios de ellos en una empresa. Por ello, la
Corte encuentra razonable que sólo una comisión por empresa sea la encargada
de llevar a cabo dicha labor de manera unificada, pues se trata de un mismo
empleador el depositario de las diversas reclamaciones que puedan presentarse
dentro de la empresa, lo cual no significa una restricción ilegítima a los derechos
de asociación y libertad sindical. Nótese que el legislador no impone obstáculo
alguno al ejercicio de las funciones que ejerce dicha comisión sino, por el
contrario, garantiza la protección especial del fuero sindical para dos de sus
miembros.
Ahora bien, debe anotarse que la función que cumple la comisión de reclamos
constituye un instrumento de vital importancia para hacer efectiva la
participación de los trabajadores y los sindicatos en los asuntos que los afecta
dentro de la empresa, en la medida en que pueden comunicar al empleador, a
través suyo, su inconformidad sobre las condiciones de trabajo y demás
reclamaciones particulares que se presenten en la empresa para que él adopte,
de manera unilateral o conjunta con el sindicato, una solución al respecto.
“El respeto por las minorías debe traducirse en formas reales de participación como
minorías, en el respeto por la diferencia como garantía de libre expresión. De ahí su
multivocidad, el carácter especialmente abstracto del término, por ello el desarrollo
legislativo opera en primer lugar dentro de un orden material y procedimentalmente
democrático y segundo es la ley la llamada a desarrollar en los distintos niveles en que
opera la democracia el cause por el que debe discurrir. Dada la dimensión sustantiva del
principio corresponde al legislador realizar su proyección normativa en cada nivel de
operación del principio democrático.”
“Artículo 408.
(...)
Si en el caso de que trata el inciso primero del artículo 118 del Código Procesal del
Trabajo se comprobare que el trabajador fue despedido sin sujeción a las normas que
regulan el fuero sindical, se ordenará su reintegro y se condenará al patrono [hoy
empleador] a pagarle, a título de indemnización, los salarios dejados de percibir por
causa del despido.”
8.1. La demanda
La institución del fuero sindical tiene como fin que los representantes sindicales
puedan cumplir cabalmente con sus gestiones y consiste, como ya se ha dicho,
en la garantía de no ser despedidos, ni desmejorados en sus condiciones de
trabajo, ni trasladados sin justa causa, previamente calificada por el juez de
trabajo. Así pues, el empleador debe solicitar un permiso al juez del trabajo para
adoptar una de tales decisiones, a través de la acción de levantamiento de fuero,
solicitud que debe ser negada por éste último en caso de no comprobar la
existencia de una justa causa, de conformidad con el inciso primero del artículo
408 del C.S.T.
33
Cfr. Sentencia C-381/00 M.P. Alejandro Martínez Caballero, en la cual se declararon exequibles, entre otras
disposiciones, los incisos primero y tercero del artículo 118 del Código de Procedimiento Laboral, “siempre y
cuando se entienda que, en aplicación del artículo 39 de la Constitución, el sindicato, a través de su junta
directiva, podrá también interponer la acción de reintegro prevista por el primer inciso y de restitución prevista
por el tercer inciso.”
34
El artículo 118 del Código Procesal del Trabajo establece:
“La demanda del trabajador amparado por el fuero sindical que hubiere sido despedido sin permiso del juez del
trabajo, se tramitará conforme al artículo 114 y siguientes de este código.
La acción de reintegro prescribirá en dos (2) meses, contados a partir de la fecha del despido.
Lo dispuesto en este artículo se aplicará a la acción del trabajador amparado por el fuero sindical que hubiere
sido trasladado o desmejorado sin intervención judicial.”
35Sobre la finalidad de esta acción y la justificación de la brevedad del término de prescripción, la Corte dijo: “El
sentido del fuero sindical no es tanto proteger el interés personal del trabajador aforado sino amparar el derecho
de asociación. Así, es obvio que las controversias que puedan surgir por un eventual atentado patronal contra
un trabajador aforado deben ser resueltas lo más rápidamente posible, pues si se espera demasiado tiempo, el
daño ocasionado al sindicato puede ya ser irreversible. La Corte considera que la ley podía abreviar aún más
el plazo para interponer las acciones de reintegro, a fin de evitar una dilatación del conflicto, que terminaría
afectando aún más al sindicato. Si bien el término de prescripción de dos meses es breve, la Corte encuentra
que para este específico tipo de acciones, se encuentra constitucionalmente justificado, debido al interés mismo
que es protegido por la figura del fuero sindical. (Sentencia C-381/00 M.P. Alejandro Martínez Caballero).
“El criterio jurisprudencial de tiempo atrás sostenido por esta Sala explica que cuando
judicialmente se ordena el reintegro a su empleo de un trabajador con fuero sindical
despedido sin la previa autorización del juez del trabajo, se parte del supuesto de que la
decisión de terminar el contrato de trabajo en esas condiciones no produjo efectos jurídicos
por no cumplir con el procedimiento establecido por la ley, por lo tanto deben restituirse las
cosas al estado en que se hallaban antes de producirse el despido, lo que conduce a
restablecer en su derecho al contratante afectado por la decisión ilegal de quien actuó
contra una expresa prohibición de la ley, restituyendo los plenos efectos del contrato de
trabajo ilegalmente extinguido.
“La circunstancia de que el artículo 7º del Decreto 204 de 1957, que subrogó el artículo 408
del Código Sustantivo del Trabajo, al determinar las consecuencias del despido del
trabajador sin sujeción a las normas que regulan el fuero sindical, establezca que es "a título
de indemnización" que el patrono condenado debe pagar al trabajador los salarios que dejó
de recibir por causa del despido, no constituye razón suficiente para justificar la
interpretación planteada por la recurrente, según la cual esa "indemnización" es el único
efecto jurídico que se produce en caso de reintegro; como tampoco para concluir que el
pago de los salarios es indicativo de un nuevo vínculo laboral, habida consideración de que
en realidad cuando esa norma alude al pago de los salarios dejados de percibir no está
simplemente precisando el resarcimiento de los perjuicios ocasionados al trabajador, ni
haciendo referencia a la contraprestación de sus servicios, los que, desde luego, no se han
podido dar por la ilegal decisión del empleador, sino a la consagración de una ficción que
tiene como objetivo restablecer en su empleo a quien lo perdió por ese acto ilegal de su
patrono.
“Según el criterio jurisprudencial vigente, es precisamente por virtud de esa ficción legal,
que permite restablecer el contrato, que se explica no sólo el efecto de ser el trabajador
acreedor de una suma equivalente a los salarios que dejó de recibir por causa del despido,
sino que, además, el tiempo que media entre el despido anulado y el reintegro efectivo del
trabajador a su actividad laboral, se cuente para reconocer el auxilio de cesantía por dicho
lapso, e igualmente la jubilación.”36
36Sala de Casación Laboral. Sentencia del 20 de mayo de 1999. Rad. 11654 M.P. Rafael Méndez Arango
37Cfr. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral. Sentencias del 31 de octubre de 1985 y 28 de abril
de 1993, entre otras.
percibir por causa del despido, tal como está consagrado en la disposición
demandada.
El hecho constitutivo del perjuicio, el daño sufrido y el nexo causal entre éste y
aquél, deben ser probados en cada caso por el trabajador aforado que ha sido
despedido o por el sindicato al que pertenece, si fue este último, a través de su
junta directiva, quien interpuso la acción de reintegro. De igual forma, la
valoración del daño, así como la tasación de la indemnización a que haya lugar,
38 Sentencia C-197/93 M.P. Antonio Barrera Carbonell
39 Sentencia C-1507/00 M.P. José Gregorio Hernández Galindo
es una tarea que corresponde cumplir al juez del trabajo. No obstante, la Corte
encuentra irrazonable que, al hacer tal valoración, este último se vea limitado
por la talanquera que consagra la norma demandada, según la cual el pago de
los salarios dejados de percibir constituyen el único valor de la indemnización
a que eventualmente puede tener derecho el trabajador aforado que ha sido
despedido ilegalmente. Una interpretación de la norma acusada en tal sentido,
sería contraria al principio de favorabilidad en la interpretación y aplicación de
las fuentes formales de derecho, de conformidad con el artículo 53 de la
Constitución.
Debe recordarse que, al tenor del artículo 16 de la Ley 446 de 1998, “dentro de
cualquier proceso que se surta ante la Administración de Justicia, la valoración
de daños irrogados a las personas y a las cosas, atenderá los principios de
reparación integral y equidad y observará los criterios técnicos actuariales.”40
IV. DECISION
RESUELVE
40Cuando se conmina al juzgador a considerar los principios de reparación integral y equidad en el proceso de
valoración del daño irrogado a una persona para tasar la indemnización, la Corte ha dicho que se pretende
alcanzar “una justicia recta y eficiente y facilitar la solución del respectivo conflicto, así como la de evitar que
para efectos de la indemnización de los daños en forma integral sea necesaria la tramitación de nuevos
procesos.” (Sentencia C-487/00 M.P. Antonio Barrera Carbonell)
PRIMERO. Declarar EXEQUIBLE la expresión “Todo sindicato de
trabajadores necesita para constituirse o subsistir un número no inferior a
veinticinco (25) afiliados” contenida en el artículo 359 del Código Sustantivo
del Trabajo.
2ª. A nuestro juicio, conforme a lo dispuesto por el artículo 39, inciso cuarto
de la Constitución Política, el fuero que allí se reconoce a los “representantes
sindicales” para el cumplimiento de su gestión, impone, necesariamente la
garantía para los trabajadores amparados por el mismo, no sólo a no ser
despedidos ni trasladados sin la existencia de una justa causa debidamente
comprobada y con autorización judicial, sino también el derecho a no ser
desmejorados, en ningún caso, en sus condiciones de trabajo.
Fecha ut supra.
Magistrado Ponente:
JAIME ARAUJO RENTERÍA
Fecha ut supra.
Magistrado Ponente:
Dr. JAIME ARAUJO RENTERÍA
Las siguientes son las razones que me llevan a aclarar o salvar parcialmente mi
voto respecto de algunos aspectos de la decisión mayoritaria, la que respeto pero
no comparto en su totalidad, sobre la constitucionalidad parcial de los artículos
359, 379-e, 401, 405, 406, 408 y 467 del Código Sustantivo del Trabajo y el
artículo 25 del Decreto 2351 de 1965. Creo que la Corte ha debido ir más lejos
en la protección de los derechos de los trabajadores y, en especial, del goce
efectivo de la libertad sindical.
1. Aclaración de voto respecto de los artículos 359, 379-e, 401 y 408 del
Código Sustantivo del Trabajo
41
El reconocimiento de la desigualdad inherente a las relaciones laborales ha sido uno de los vectores que ha
animado la doctrina constitucional de la Corte. En materia de protección salarial a través de su pago oportuno
este Tribunal expresó: “esta misma Corporación se ha encargado de desarrollar una doctrina sobre la importancia
que tiene en el desarrollo de las relaciones laborales, el pago cumplido de las sumas debidas a los trabajadores. Se
llega así, a la postulación de una serie de principios que, partiendo de la necesidad de superar el desequilibrio
connatural al intercambio entre empleador y empleado, revelan un instituto jurídico -el salario-, central dentro del
desarrollo de una sociedad como la colombiana”. Cfr. la citada sentencia SU-995 de 1999. Vid. Supra nota 19.
42
Cfr. Sentencia T-441 de 1992 M.P. Alejandro Martínez. Aquí se confirmaron los fallos que negaron por
improcedente la acción de tutela interpuesta por la Unión Nacional de Empleados Bancarios contra la
Corporación de Ahorro y Vivienda “CORPAVI”, por el desconocimiento de la convención colectiva pactada
con los trabajadores sindicalizados. Además de definir el contenido del derecho de asociación sindical, se
reiteró que para la procedencia de la acción de tutela es necesario que el mecanismo judicial ordinario para la
protección de los derechos vulnerados sea idóneo y eficaz, circunstancia que en aquella oportunidad sirvió de
justificación para denegar el amparo solicitado, pues se solicitaba que se ordenara al empleador iniciar las
negociaciones del pliego de peticiones presentado por el sindicado.
43
Cfr. Ibíd. Sentencia T-441 de 1992.
no sólo sus intereses sino su visión de la política general en temas
que los afectan o convocan como ciudadanos de una democracia
participativa –dimensión colectiva del derecho de asociación y
(iii) una garantía de la autonomía de las asociaciones libremente
confirmadas para ejercer dicho poder legítimo.
44
Ciertamente, este deber genera una relación correlativa en cabeza del sindicato. La necesidad de que
empleador y sindicato desarrollen una relación de interlocución. El ejemplo más conocido de la trascendencia
de esta cooperación se encuentra en el derecho alemán. Pero ya desde 1937, la Corte Suprema de los Estados
Unidos ha respaldado la existencia de regulaciones que desarrollan la forma en que empleadores y sindicatos
han de interactuar para desarrollar sus relaciones. En aquél año, por ejemplo, a raíz de la expedición del
instrumento jurídico que en el sistema anglosajón se encargó de regular las relaciones laborales colectivas (la
Labor Relations Act de 1937) la Corte respaldó la creación del sistema moderno de negociación colectiva, la
protección del derecho de los trabajadores para formar e ingresar a sindicatos y el requerimiento hecho a los
empleadores para mantener relaciones con ellos (Cfr, entre varias, National Labor Relations Board vs.
Fainblatt –306 US 601 1939-). Por su parte, el Preámbulo de la Constitución francesa de 1946 reconoce la
posibilidad de todo trabajador a participar por intermedio de sus delegados en la determinación colectiva de
sus condiciones de trabajo así como en la gestión de las empresas (numeral 8). Estos principios han sido
desarrollados por el Consejo Constitucional de Francia que les ha reconocido expresamente valor de derecho
positivo (Cfr. las decisiones del 5 de julio de 1977, 77-79 DC; del 20 de julio de 1977, 77-83 DC; y del 18 de
enero de 1978 77-98 DC).
45
Sentencia T-1328 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
el aparte demandado ya que impide de manera absoluta que los trabajadores de
un sindicato sean representados por una comisión de reclamos de su sindicato.
Fecha ut supra,