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LA LÓGICA DEL SIGLO DE ORO
UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA A LA LÓGICA
DE TRINITATE, Q5 A3, DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
WALTER REDMOND
LA LÓGICA
DEL SIGLO DE ORO
UNA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
A LA LÓGICA
CONSEJO EDITORIAL
JUAN CRUZ CRUZ
DIRECTOR
Mª JESÚS SOTO
SUBDIRECTORA
www.unav.es/filosof/pensamiento
Nº 45
Walter Redmond, La lógica del Siglo de Oro. Una introducción histórica a la lógica
Esta edición ha sido parcialmente sufragada por el Banco de Santander - Central Hispano (BSCH)
ISBN: 84-313-2043-5
Depósito legal: NA 3.375-2002
PRÓLOGO
1. Enfoque ................................................................................... 13
2. Historia..................................................................................... 14
3. Procedimiento .......................................................................... 15
4. Palabras al lector....................................................................... 17
Unidad 1. La semántica..................................................................... 19
U1. Ejercicios............................................................................... 20
Unidad 2. El mundo M ..................................................................... 21
U2. Ejercicios............................................................................... 23
Unidad 3. El lenguaje L .................................................................... 24
U3. Ejercicios............................................................................... 25
Unidad 4. Señalamiento .................................................................... 27
U4. Ejercicios............................................................................... 28
Unidad 5. Esquema de M.................................................................. 29
U5. Ejercicios............................................................................... 30
Unidad 6. Cuantificación................................................................... 32
U6. Ejercicios............................................................................... 34
Unidad 7. La oración ........................................................................ 35
U7. Ejercicios............................................................................... 36
Unidad 8. La oración categórica........................................................ 37
U8. Ejercicios............................................................................... 38
Unidad 9. La oración de identidad .................................................... 39
U9. Ejercicios............................................................................... 40
8 Walter Redmond
REGLAS........................................................................................... 291
1. Enfoque
1
Ver W. Redmond, Bibliography of the Philosophy in the Iberian Colonies of America,
Nijhoff, La Haya, 1972, p. xi.
2
En la lógica elemental actual, estos dos tipos de oración, indicados por los operadores “∈”
y “=”: j ∈ H (o Hj) y j=h1 (donde “j” representa Juan, “H” ser humano y “h1” este hombre) son
fundamentales (habría que incluir las relaciones).
14 Walter Redmond
2. Historia
3. Procedimiento
3
Se refiere al número de la unidad.
4
Se recomienda como texto acompañante, W. Redmond, Lógica simbólica para todos,
Universidad Veracruzana, Xalapa (México), 1999.
16 Walter Redmond
5
Alonso de la Vera Cruz, Recognitio Summularum (Investigación de la lógica formal) en el
marco de las Summulae Logicales (Pequeños resúmenes de la lógica) de Pedro Hispano;
primera edición en México –el primer libro de filosofía publicado en el hemisferio occiden-
tal– y posteriores en Salamanca. Se cita como VC, y se indica el número de la página y la
columna (A o B) de la edición salmantina de 1573 o la hoja, el lado (r o v), y la columna de la
primera edición. Se alude al In Dialecticam Aristotelis commentaria (Comentario a la lógica
de Aristóteles), Salamanca, 1543, de Domingo de Soto de la misma manera. También
citaremos la Lógica mexicana de Antonio Rubio (Alcalá, 1603 y al menos 17 ediciones
posteriores).
Prólogo 17
se trata de lugares comunes discutidos por todos los lógicos de ese tiempo y
también que no todos compartían sus opiniones.
A veces se emplean términos de la lógica actual para traducir términos
técnicos de la LSO, siempre y cuando haya una correspondencia apro-
ximada (p. ej., “molecular” en vez de “hipotético”, “cuantificador” en
vez de “signo”, “referencia” en vez de ciertos tipos de “suppositio”, etc.).
En todo caso comentaremos estas diferencias terminológicas, y frecuente-
mente compararemos el lenguaje escolástico con la lógica simbólica actual.
Para demostrar más sencillamente ciertos procedimientos lógicos, toma-
remos unos métodos prestados a la lógica actual (notablemente el uso de la
prueba formal y la regla ed)6.
Discutiremos a veces la corrección o validez de las doctrinas de la LSO
cuando haya dificultades particulares, pero está fuera del alcance de esta
obra hacer una evaluación comprensiva. En cuanto a la aceptabilidad de su
ontología y epistemología, hay señales –hasta en una época que incluye el
escepticismo “posmoderno”– de una vuelta a la “ingenuidad intenciona-
da” de un “realismo natural”.
4. Palabras al lector
6
El sistema de deducción natural de F. B. Fitch, Symbolic Logic. An introduction, Ronald
Press Co., New York, 1952.
18 Walter Redmond
los símbolos de L al español es una gran señal del progreso, porque indica
que la persona ha captado el contenido lógico que encarnan.
Para no desanimarse, hay que saber desde el principio que la LSO –como
la lógica de hoy y en otros períodos en su historia– es exigente. Después de
familiarizarse con ella, se verá por qué fray Alonso y otros profesores a
mediados del siglo XVI querían simplificar la materia de la lógica para sus
alumnos. Con todo, recuérdese que la mayor parte del contenido de este
libro –y muchísimo más todavía– pertenece a la “edad de oro” de la lógica,
es decir, a la simplificación de mediados del siglo XVI.
LA LÓGICA DEL SIGLO DE ORO
UNIDAD 1. LA SEMÁNTICA
7
VC 18B, 50B la expresión remonta a Aristóteles (1011b26ss.); “sin falsearse” se agregó
por ciertos tipos de oraciones que se refieren a sí mismas (p. ej., “miento”).
20 Walter Redmond
U1. Ejercicios
UNIDAD 2. EL MUNDO M
8
El yelmo o bacía, porque son agregados artificiales, no serían una sustancia en el sentido
estricto para muchos escolásticos.
9
Podemos pensar en las propiedades como clases o conjuntos. P. ej., ser animal es igual a
pertenecer a la clase animal (es decir, de los animales).
22 Walter Redmond
sustancia gigante
tener ADN...
animal no-animal feo
jugar
ser humano caballo yelmo arremeter...
Q D R M
La línea doble separa las cosas concretas, los individuos singulares con-
cretos (abajo) de las cosas generales, las propiedades universales (arriba).
Las líneas quebradas agrupan los individuos debajo de las propiedades que
tienen. Por ejemplo, la línea bajo ser humano agrupa a Don Quijote y Dul-
cinea, la bajo caballo a Rocinante y la última al yelmo de Mambrino. Las
líneas sólidas sencillas agrupan la(s) propiedad(es) debajo de la propiedad
que la(s) incluye o contiene. Por ejemplo, ser humano y caballo están agru-
pados bajo animal, y sustancia agrupa animal y no-animal. Se entiende que
las propiedades de abajo implican las propiedades de arriba que las inclu-
yen. Es decir, yelmo implica no-animal y no-animal implica sustancia; si
Rocinante es caballo, entonces también es animal y sustancia10.
Notemos que la línea doble es la gran “separación” (jõrismos) de Platón.
La escolástica colocó los universales arriba y los individuos (particulares,
singulares) abajo. Los universales convienen a los individuos. Tanto los
escolásticos como los lógicos de hoy se preguntan si “hay” objetos encima
de la línea doble; si contestan que sí son “realistas” y si contestan que no
son “nominalistas”. Los realistas consideraban los universales como lo que
llamamos hoy en día “entes abstractos”. Los nominalistas tendían a conside-
rar los universales como entidades concretas: conceptuales (psíquicas) o,
raramente, lingüísticas (flatus vocis).
10
La LSO llamaba tal disposición lógica de propiedades el “árbol de Porfirio”, en este caso
el árbol de la categoría de sustancia (omito viviente, planta, etc.). Feo, arremeter contra los
molinos de viento, racional, etc., pertenecen a otras categorías “accidentales” (también
representadas como árboles).
La lógica del Siglo de Oro 23
U2. Ejercicios
UNIDAD 3. EL LENGUAJE L
11
En la lógica de hoy llamaríamos “el yelmo de Mambrino” una descripción (definida), pero
funciona como nombre en L.
La lógica del Siglo de Oro 25
U3. Ejercicios
12
Se llaman “constantes terminales sortales” o many-sorted term constants.
26 Walter Redmond
UNIDAD 4. SEÑALAMIENTO
Los términos vagos, pues, “vagan” de una cosa a otra: “este ser huma-
no” se dice ya de Dulcinea, ya de Don Quijote, y a Don Quijote puedo lla-
marlo “este”, “ese”, o “aquel ser humano”13. Para quitar la ambigüedad o
“vagancia” de estos términos, la LSO exigía un señalamiento semántico.
Había que “apuntar” (demonstrare) a la cosa indicada por el pronombre
demostrativo: “ese [apuntando a Dulcinea] ser humano”. La función del se-
ñalamiento, pues, es explicitar la referencia semántica del término, para que
éste entresaque una sola cosa.
Evidentemente hay que entender tal señalamiento metafóricamente, pues
en el mundo real, pocas veces podemos apuntar a las cosas concretas de que
hablamos (“todo hombre es animal”) y nunca a los entes abstractos (como
cuando decimos “la justicia es deseable”). Más adelante distinguiremos los
varios tipos de referencia.
Emplearemos un señalamiento numérico, donde los números desempeña-
rán la función de los pronombres demostrativos “este” “ese” y “aquél”.
Los filósofos de la LSO no usaban números para esto, sino que se conten-
taban con pronombres latinos como “hic”, “iste”, e “ille”. En L fijaremos
la referencia de los términos vagos mediante los subíndices numéricos. Usa-
remos los números de nuestras cuatro sustancias en M: 1 de Don Quijote, 2
de Dulcinea, 3 de Rocinante, y 4 del yelmo de Mambrino.
El término vago en L será el término general seguido del número suscrito
del señalamiento. Aquí están unos ejemplos: h114 es el término vago en L que
puede traducirse al español como “este ser humano”, “ese ser humano”,
“aquel ser humano”, “aqueste ser humano”, apuntando a Don Quijote,
quien es cosa concreta número uno en M; el subíndice 1 nos dice que seña-
lamos a Don Quijote; a2 es el término vago traducible como “este/ese/aquel
[apuntando a Dulcinea] animal” o “animal 2”, por ser 2 el número de Dul-
cinea; f3 se traduce como “esta/esa/aquella [apuntando a Rocinante] (cosa)
fea”. Naturalmente Dulcinea no tiene ningún término vago con f, porque no
es fea. Note que no hay términos vagos con g en L, porque no hay gigantes
en M. A propósito, cuando decimos c3, “caballo número tres” evidente-
mente no queremos decir que hay dos más.
13
Vocablos como “este” (y también “yo”, “aquí”, “ahora”, etc.) se llaman hoy “endéixicos”;
en distintos contextos “vagan” o se refieren a distintas cosas (o lugares, tiempos, etc.).
14
Frecuentemente mencionaremos las expresiones de L sin usar comillas.
28 Walter Redmond
Como los términos vagos son singulares como los nombres y siempre se
refieren a lo mismo, así podrían llamarse hoy “constantes”.
U4. Ejercicios
UNIDAD 5. ESQUEMA DE M
EXTRALINGÜÍSTICO
sustancia gigante
tener ADN...
animal no-animal feo
jugar
ser humano caballo yelmo arremeter...
Q D R M
LINGÜÍSTICO:
LENGUAJE L
nombres propios:
q d r m
nombres vagos:
s1 s2 s3 s4
a1 a2 a3
h1 h2
l1 l2 l3
c3
y4
f1 f3
v1
30 Walter Redmond
Q D R M
.................................................................................................................
nombres vagos:
s1 s2 s3 s4
a1 a2 a3 -a4
l1 l2 l3 -l4
h1 h2 -h3 -h4
-c1 -c2 c3 -c4
-y1 -y2 -y3 y4
f1 -f2 f3 -f4
v1 -v2 -v3 -v4
U5. Ejercicios
UNIDAD 6. CUANTIFICACIÓN
15
Hay muchas variaciones en el simbolismo.
La lógica del Siglo de Oro 33
U6. Ejercicios
Traduzca:
1- Las expresiones m y s4 son sincategoremáticas (¿V o F?).
2- “Cuantificación” significa “señalamiento numérico” (¿V o F?).
3- En L, los paréntesis indican “algunos” o “algunas” y los corchetes
“algún”, “alguno”, o “alguna" (¿V o F?).
4- [f] se refiere a Don Quijote y a Rocinante, porque los dos son feos (¿V
o F?).
5- La expresión “todo yelmo de Mambrino” se traduce como (m) (¿V o
F?).
6- La expresión (c), “todo caballo”, no está bien formada, porque no
hay más de un solo caballo en M (¿V o F?).
7- La expresión [g] es bien formada aunque no hay gigantes en L (¿V o
F?).
8- ¿Cuál es la referencia semántica de [-a] y de (s)?
9- Simbolice: “toda cosa fea”, “toda cosa no-fea”, “algún caballo”,
“algún Rocinante”.
10- Traduzcan al español estas expresiones si son bien formadas en L:
(q), [d], (s3), (s), [l], (y), (-a), [v].
La lógica del Siglo de Oro 35
UNIDAD 7. LA ORACIÓN
16
Ver VC 82AB, 66B); la oración completa “genera un sentido perfecto” (VC 18B, 50B).
17
VC 18B, 50B.
36 Walter Redmond
oraciones ligadas por tales signos y que la atómica no consta de otras ora-
ciones así. Una oración molecular puede constar de otras oraciones molecu-
lares.
“Don Quijote es feo y Rocinante es feo” es una oración molecular, y sus
partes, “Don Quijote es feo” y “Rocinante es feo” son atómicas. La ora-
ción “si Don Quijote es feo, entonces Rocinante es feo y Dulcinea no es
fea” es molecular, pues consta de la oración atómica “Don Quijote es f e o ”
y de la molecular Rocinante es feo y Dulcinea no es fea”. Esta última ora-
ción a su vez consta de dos otras oraciones. La oración “Dulcinea no es
fea” es la negación de “Dulcinea es fea”, y L, como la lógica simbólica, usa
un signo para expresar las negaciones.
Estudiaremos las oraciones moleculares más adelante (U23 y ss.) y usare-
mos símbolos para las conectivas de L.
U7. Ejercicios
1- Si una oración escrita consta de marcas de tinta; ¿de qué consta una
oración pronunciada, una oración mental y el sentido de una oración?
2- El sentido de la oración pertenece al lenguaje (¿V o F?).
3- De las expresiones siguientes ¿cuáles son oraciones completas? Es, ser,
verde, verdura, corrió, corriendo, verdea, la horrible posibilidad de que
estalle una guerra.
4- ¿La palabra “pero” se asemeja más en su sentido a “y”, “o” o “si”?
5- ¿Cómo llamó la LSO el contenido de una oración?
6- “[]” es una oración (¿V o F?).
7- En la LSO la oración “hipotética” tiene una “hipótesis” o condición,
o sea, es una oración de la forma “si... entonces...” (¿V o F?).
8- “El yelmo de Mambrino no es feo” es una oración categórica (¿V o
F?).
9- ¿Por qué la lógica no estudia principalmente tales oraciones como:
“¿llueve?”, “¡ojalá lloviera!”, “cierra la puerta”?
10- “Don Quijote sabe que Dulcinea no es fea” es una oración
molecular (¿V o F?).
La lógica del Siglo de Oro 37
18
VC 23B.
38 Walter Redmond
U8. Ejercicios
autoidentidad
individuo D
************************************************
oración de identidad dh 2
relación
lingüística
de identidad
U9. Ejercicios
U10. Ejercicios
Traduzca a L:
1- “Rocinante no es Rocinante”.
2- “Este caballo [apuntando a Rocinante] no es aquella [apuntando al
yelmo de Mambrino] cosa no-animal”.
3- “El yelmo de Mambrino no es Don Quijote”.
4- “Esta cosa [apuntando a Dulcinea] no-fea no es aquella cosa [apun-
tando al yelmo de Mambrino] no-fea”.
5- “Rocinante no es aquella cosa [apuntando a Don Quijote] que arre-
mete contra los molinos de viento”.
6- ¿Cuáles de estas oraciones son V en M?
7- ¿Por qué son V?
Traduzca al español:
8- h2/c3.
9- d/l3.
10- -v2/q.
La lógica del Siglo de Oro 43
19
VC 53B.
44 Walter Redmond
U11. Ejercicios
Traduzca a L:
1- “Don Quijote tiene ADN”.
2- “Dulcinea es este [apuntando a ella] ser humano”.
3- “Dulcinea es un ser humano”.
4- “Rocinante no es ser humano”.
5- “Rocinante no es este [apuntando a Dulcinea] ser humano”.
6- “Una sustancia es Dulcinea”.
7- ¿Cuáles de las oraciones de arriba son V en M?
8- ¿Cuáles son oraciones singulares?
9- Traduzca al español: m[-a] y m/(a).
10- ¿Por qué en 9 un predicado está cuantificado universalmente pero el
otro particularmente?
20
Actualmente se representa la “predicación” como Fq (Don Quijote es feo) y la identidad (si
permitimos el uso del nombre vago) como q=h1 (Don Quijote es [idéntico con] este hombre).
La lógica del Siglo de Oro 45
U12. Ejercicios
Ax} & ∃xHx y la de (h)/(a) ∀x{Hx > ~Ax} & ∃xHx. En realidad, la cuantificación de la lógica
actual también supone el compromiso existencial, pero la estructura de la oración universal
no la exige; fórmulas como ∀xFx, ∃xFx y ∃x[Fx & Gx] implican la existencia, pero n o
∀x[Fx > Gx] (la lógica “libre” suprime el compromiso existencial inclusive de estas
fórmulas).
La lógica del Siglo de Oro 47
La LSO indicó las cuatro formas normales con las letras tradicionales
“A”, “I”, “E”, y “O”, las vocales de affirmo y nego en latín. Si “S” y
“P” representan el sujeto y el predicado, podemos escribir las cuatro formas
como SAP, SIP, SEP y SOP.
13.1. Oración A
13.2. Oración I
13.3. Oración E
13.4. Oración O
U13. Ejercicios
Traduzca al español:
1- (y)[s].
2- (c)/(l).
3- [c][v].
4- [h]/(f).
5- (-l)[y].
La lógica del Siglo de Oro 49
6- ¿Cuáles son V en M?
7- Digan si son A, E, I, u O.
Traduzcan a L:
8- “Algo que no arremete contra los molinos de viento es feo”.
9- “Algún caballo no es yelmo”.
10- “Ningún yelmo es animal”.
50 Walter Redmond
AFIRMATIVO NEGATIVO
SAP SEP
SIP SOP.
El cuadro sería así en la lógica actual; ∃xHx representa el compromiso existencial (no es
22
A contraria E
I subcontraria O
(S)[P] (S)/(P)
(P)/(S)
[S][P] [S]/(P).
[P][S]
(S)[P] (S)/(P)
(P)/(S)
Sn[P] Sn/(P)
[S][P] [S]/(P).
[P][S]
52 Walter Redmond
U14. Ejercicios
[S](P) [S]/[P]
(S)(P) (S)/[P]
Pero las relaciones no valen en esta disposición, así que tenemos que hacer la
siguiente redisposición. Nos referimos a estas formas oracionales del nuevo
cuadro con las letras “F” (no quiere decir “falso” en este contexto), “ R ” ,
“N”, y “G”, las consonantes de “afirmo” y “ n e g o ”. La LSO no usó esta
terminología, ni usó, que sepa yo, los cuadros correspondientes25. Aquí está
el cuadro redispuesto correctamente:
AFIRMATIVO NEGATIVO
23
Ejemplos de alusiones a las varias formas (U14-18) en VC: A: 58B, 59A (72A); I: 57B,
59B, 34B, 71A; E: 57B, 71A, 59A; O: 57B, 36A, 59B, 60A; F: 38A, 36B; G: ver 36B; A*:
36B; I*: 57B, 71A; E*: 71A; F*: 36B; R*: 36A, 36B, 38A, 38B, 60A; N*: 36A, 60A; G*:
36B, 59A; A': 38B, 38A; R': ver 38A; oraciones singulares: 38A, 37A, 59B, 60A (Pn(S)), etc.
24
VC 38A, 36B.
25
Ver W. T. Parry, “Quantification and Many-Sorted Logic”, Philosophy and Phenomenolo-
gical Research, vol. 26, p. 347.
26
El cuadro sería en la lógica actual:
∀x∀y{{Hx & Ay} > x=y} & ∃xHx ∀x{Hx > ∃y{Ay & x≠y}} & ∃xHx
∃x{Hx & ∀y{Ay > x=y}} ∃x∃y{Hx & Ay & x≠y}
54 Walter Redmond
U15. Ejercicios
8- [c]/[a].
9- Digan si las oraciones 3-9 son V o F en M, y explique por qué.
10- ¿Exactamente por qué (h)/(a) (oración normal E) es falso en M pero
(h)/[a] (oración anormal N) es verdadero (la única diferencia es la
cuantificación del predicado).
56 Walter Redmond
AFIRMATIVO NEGATIVO
AFIRMATIVO NEGATIVO
27
VC 36AB, 38AB, 57B, 59A, 60A, 71A.
La lógica del Siglo de Oro 57
resaban en estos tipos de oraciones por varias razones. Por un lado, presumi-
blemente querían analizar todas las formas posibles. Por otro, el análisis se
relaciona con la conversión (U38 y ss.); si convertimos la oración A (h)[a]
simplemente, sacamos (a)[h], una oración A*, las cuales no son equivalentes.
Las formas I*, E*, F* y G* son convertibles simplemente, las otras no. Y ve-
remos abajo (U47) otra razón por la que las formas R* y N* eran de una
importancia especial en la LSO.
U16. Ejercicios
Hemos visto (U9-U11...) que varios pares de oraciones con los términos
cambiados son equivalentes o convertibles. Los siguientes pares de oraciones
singulares (usamos la conectiva de la equivalencia “<>“ por anticipado; ver
U28): h1(a) <> (a)h1 (significa: “h1(a) si y sólo si (a)h1”, o “h 1 (a) equivale a
(a)h1”), h1[a] <> [a]h1, h1/(a) <> (a)/h1, h1/[a] <> [a]/h1, a1(h) <> (h)a1, a1[h] <>
[h]a1, a1/(h) <> (h)/a1, y a1/[h] <> [h]/a128.
Podemos formar las oraciones singulares en cuadros de oposición. Los
cuadros constan de pares de oraciones equivalentes, pues cada miembro del
par funciona lógicamente como el otro. Seguimos empleando “S” y “ P ” ,
y permitimos que cuando falta la cuantificación pueden hacer las veces o de
un término vago o de un nombre propio.
AFIRMATIVO NEGATIVO
AFIRMATIVO NEGATIVO
28
VC 37A, 38A, 59B, 60A.
La lógica del Siglo de Oro 59
U17. Ejercicios
F' O'
R' E'
A' G'
I' N'
29
VC 38AB (no forma un cuadro).
En la lógica actual, ∀x[Cx > Cx] es una verdad lógica, pero si no lo acompaña el
30
AFIRMATIVO NEGATIVO
Las oraciones A' (h)[h] e I' [h][h] son V en M y en el mundo real. (h)[h],
traducible como “todo ser humano es ser humano” y [h][h], “al menos un
ser humano es ser humano” son evidentemente V. Las oraciones de esta for-
ma son en efecto V en cualquier mundo en que existe al menos una cosa
que ejemplifica la propiedad expresada.
En cambio, F' y R' son V en un mundo que tiene una sola cosa que ejem-
plifica la propiedad. Por ello, (h)(h), “cada ser humano es cada ser huma-
no” y [h](h), “algún ser humano es todo ser humano” son F en M. Sin em-
bargo, las oraciones (c)(c) y [c][c] son V, porque Rocinante es el único ca-
ballo.
Otra vez vemos una relación entre la cuantificación y los números.
U18. Ejercicios
La LSO distinguió entre dos tipos de oración según dos usos del verbo
“ser”: cuando une sujeto y predicado (como “cópula”) y cuando (sólo)
significa la existencia. Llamó al primer tipo, oraciones “de tercer adyacen-
te”, y al segundo, oraciones “de segundo adyacente”, es decir, de dos o tres
constituyentes (el verbo “ser/estar” se considera como constituyente).
“Dulcinea es un animal” es de tercer adyacente y el predicado dice que el
sujeto es así o asá. “Dulcinea es” es de segundo adyacente, y dice que el su-
jeto es sin más. Las oraciones de segundo adyacente, pues, son oraciones
existenciales que afirman la existencia del sujeto. Sin embargo, es importante
recordar que las oraciones de tercer adyacente también entrañan la existen-
cia (U12).
Hemos trabajado hasta ahora con las oraciones de tercer adyacente, es de-
cir, con las que contienen dos unidades. Ahora vamos a admitir las oraciones
existenciales, o sea de segundo adyacente, las cuales constan de una sola uni-
dad. La regla de formación es:
si T es un nombre propio, entonces T y T/ son oraciones de L; si Tn es un
nombre vago, entonces Tn y Tn/ son oraciones de L.
La regla permite oraciones tales como q, h2 y d/.
q afirma la existencia de Don Quijote en M, pudiendo traducirse como
“Don Quijote es”, “hay un tal Don Quijote”, “Don Quijote existe”. h 2 se
traduce como “este [apuntando a Dulcinea] ser humano es”, “ser humano
2 existe”. d/ se traduce “Dulcinea no existe”.
Los términos como q y h 1 parecen ser sujetos sin predicado. El mismo
símbolo, pues, puede usarse como término en una oración de tercer adyacen-
te y como una oración de segundo adyacente completa. Prácticamente los
usos no se confunden, porque cuando h1, por ejemplo, se usa como oración
existencial, ella misma constituirá la oración (h1: “este -1- hombre es”), y
cuando se usa como término, otra unidad estará presente en la oración
(h 1[f]).
El ser o la existencia afirmada en una oración existencial, por supuesto,
depende del contexto semántico. Decimos que q es V en M, pero no en el
mundo real. Además, podemos hablar de más de un tipo del ser: si se quiere
decir que “hay” propiedades universales, el sentido de “haber” es distinto
del que tiene cuando se dice que “hay” seres humanos. Note que el sentido
de “ser” en “Don Quijote es” (q) difiere de los otros sentidos de “ser” (o
“estar”) que hemos distinguido:
64 Walter Redmond
* en la identidad: qh1
* en la oración singular: q[h]
* en las oraciones generales: (h)[a], [h][v].
No es menester expresar “ser/estar” explícitamente en L.
Más adelante (U49) discutiremos la cuantificación, el cuadro de
oposición y otros aspectos de la oración existencial.
Podemos presentar este esquema semántico de la oración existencial:
individuo Q
.................................................................................................................
nombre propio q
nombre vago h1
oraciones existenciales q
h1
U19. Ejercicios
Hasta ahora las unidades de las oraciones que analizamos han sido
sencillas; es decir, cada unidad consta de, o contiene, un solo término o letra.
La LSO también investigó casos en que al menos una unidad es compleja,
constando de dos (o más) términos. Distinguimos, pues, oraciones de unidad
sencilla (ambas unidades, si hay dos, son sencillas) y de unidad compleja (al
menos una unidad es compleja).
La LSO llamó el tipo de unidad compleja que introducimos ahora
“complexiva de acepción (o sentido) múltiple”. Puede constar de un nom-
bre propio o vago o de un término cuantificado. Encerramos la unidad com-
plexiva dentro de los corchetes puntiagudos “‹ ›”.
Ejemplos de unidades complejas son: ‹qd› (traducible como “Don Qui-
jote y Dulcinea”), ‹r(h)› (“Rocinante y todo ser humano”), ‹h2f3› (“ser hu-
mano 2 y cosa fea 3”), ‹[y](v)› (“algún yelmo y todo lo que arremete
contra molinos de viento”).
Presentamos esta regla para la formación de la oración de unidad com-
pleja:
Si ‹UV› es una unidad compleja, y W una unidad, entonces ‹UV›W,
W‹UV›, ‹UV›/W, y W/‹UV› son oraciones de L,
permitiéndose así que la unidad compleja sea o el sujeto o el predicado de la
oración afirmativa o negativa.
Ejemplos de tales oraciones son: ‹qd›[j] (“Don Quijote y Dulcinea jue-
gan”), ‹(h)[h]›[j] (“todo ser humano juega con algún ser humano”, o
“todo mundo juega con alguien”), [j]‹v1[g]› (“juegan ese arremetedor con-
tra los molinos de viento y algún gigante”).
En la oración relacional de identidad, la unidad “juegan” es un término
vago. Pero como la propiedad en cuestión (jugar) conviene tanto a Don
Quijote como a Dulcinea, el subíndice incluirá los dos números separados
por un guión. Así pues tenemos ‹qd›j1-2. Y ya que alguien puede jugar consi-
go mismo, permitiremos la repetición del mismo número: ‹qq›j1-1. El par es
ordenado en el sentido de que sus términos están ordenados; no es lo mismo
decir “Don Quijote juega con Dulcinea” que “Dulcinea juega con Don
Quijote”.
En la lógica actual estas oraciones de unidad compleja se verían como
ejemplos de relaciones. La LSO no aplicó explícitamente el análisis a todo
66 Walter Redmond
* divisiva x x x
* complexiva, de
acepción:
* múltiple x x x
* simple x x x
U20. Ejercicios
1- ¿Cuáles oraciones son de unidad sencilla: (a)[s], h1[f], (a)(a), q/d, dd?
2- ¿Cuáles oraciones no constituyen una unidad compleja bien formada:
‹(a)(h)›, ‹mr›, ‹q›, ‹h2q›, ‹dd›, ‹[h][h]›?
31
Los ejemplos de la LSO son casos de sujetos o predicados dobles, muchos de los cuales
envuelven la noción de simultaneidad. Sin embargo, la LSO también separó lógicamente el
objeto del resto de la oración. Por ejemplo, analizó (VC 80A) ejemplos como “Quijote y
Dulcinea llevan una piedra [juntos]” como “Quijote y Dulcinea / llevan-y-llevan / una-piedra”
(como “+qd+[l][p]”, donde “l” representa “llevar dos cosas una cosa” y “p” piedra). Veremos
(U50) otros ejemplos de la cuantifiación múltiple, con más de dos cuantificadores (VC
37B38A).
32 th
Ver mi “Relations and 16 -Century Mexican Logic”, Crítica, vol. 22, nº 65; ya que omito
aquí las unidades desjuntada y condicionada, no empleo los juntores.
La lógica del Siglo de Oro 67
Traduzca al español:
3- [j]‹rd›.
4- ‹[v](f)›[j].
5- ‹c3[h]›[j].
6- ‹q(h)›/(j).
7- ‹qr›j1-3.
8- j1-3/‹qd›.
9- Traduzca a L: “Dulcinea y Rocinante no juegan”.
10- Las oraciones 3-8 ¿son V o F en M?
68 Walter Redmond
33
Ver F. B. Fitch, Symbolic Logic. An introduction, p. 167.
La lógica del Siglo de Oro 69
autoidentidad
Q D
Par concreto
......................................................................................................................
LENGUAJE L
nombres de individuos q d
oración relacional
de identidad ‹dq›j2-1
identidad
U21. Ejercicios
34 th
Ver W. Redmond, “Quantified Inference in 16 -Century Mexican Logic”, Vivarium, 2001,
vol. XXXIX, nº 1, pp. 39-118; y “La inferencia cuantificada en la lógica mexicana del siglo
XVI”, Diánoia, 1999, XIV, nº 45, pp. 1-33.
35
VC 116B, etc.
72 Walter Redmond
ℜ(h)[c]
“de todo hombre hay un caballo”, donde ℜ(h) indica lo que es de todo
hombre.
(c)ℜ[h]
“todo caballo es de algún hombre”.
(c)/ℜ(h)
“ningún caballo es de ningún hombre”.
Podemos representar la semántica de tales oraciones usando el “atajo” ℜ
de la manera siguiente. Veamos las oraciones ℜqr y ℜh1r.
individuos Q R
......................................................................................................................
relaciones
semánticas
oraciones ℜqr
ℜh1r
Individuos Q R
......................................................................................................................
nombres propios q r
relaciones
semánticas
U22. Ejercicios
U23. Ejercicios
Traduzca a L:
1- “Don Quijote es feo si Rocinante es feo”.
2- “Si Rocinante es feo lo es Don Quijote”.
3- “Si Don Quijote es feo lo es Rocinante”.
4- “Rocinante es feo si Don Quijote es feo”.
5- “Rocinante es feo y/o Dulcinea es fea”.
6- “Dulcinea es este [apuntando a Don Quijote] ser humano o es este
[apuntando a ella] ser humano”.
7- “Dulcinea es este [apuntando a Don Quijote] ser humano y es este
[apuntando a ella] ser humano”.
8- “Rocinante es este [apuntando a Don Quijote] animal y es ese [apun-
tando a Dulcinea] animal y es aquel [apuntando a Rocinante] ani-
mal”.
9- “Rocinante es este [apuntando a Don Quijote] animal o es ese [apun-
tando a Dulcinea] animal o es aquel [apuntando a Rocinante] ani-
mal”.
10- “Ser humano 1 es todo animal o ser humano 2 es todo animal”.
La lógica del Siglo de Oro 77
U24. Ejercicios
36
VC 542B, 51A. La LSO usó el criterio de la modalidad (además de la función verificativa)
para definir la oración condicional en general.
78 Walter Redmond
oración conjuntiva
1 2
O O O1 & O 2
______________________________________________________________________________________________________________________
V V V
V F F
F V F
F F F
U25. Ejercicios
37
VC 78A.
80 Walter Redmond
V V V
V F V
F V V
F F F
38
VC 81A.
39
VC 81B.
82 Walter Redmond
U26. Ejercicios
V V V
V F F
F V V
F F V
40
La estricta: VC 16B. De la material dice que la inferencia es defectiva cuando “lo que mues-
tra el antecedente es V y lo que muestra el consecuente es F”; define la implicación material en
17A y 76B, aplicándola especialmente a la promesa. La LSO (VC 16A, 17A, 75A) analizó la
oración que contiene la palabra “si” en los contextos de la oración condicional y de la “con-
secuencia”. Entre los tres tipos de consecuencias, condicional, racional y causal, la condicio-
nal, definida simplemente como una oración en la que una cosa se infiere de otra, era el caso
básico (llamada hoy la “implicación”). Las consecuencias más complejas entrañan la impli-
cación sencilla. La racional usa vocablos como “luego”; por ejemplo, “Quijote arremete con-
tra molinos de viento; luego es humano” (“q[v] y {q[v] > q[h]}”). La causal, usa vocablos co-
mo “porque”; por ejemplo, “Quijote arremete... porque es humano” y añade al análisis racio-
nal la afirmación de que el antecedente “causa” el consecuente.
41
Ejemplos (con matices modales) de los últimos dos renglones en VC: “un hombre es irra-
cional; luego Dios es” y “un hombre es irracional; luego un hombre es de piedra”. Hoy, y en
el pasado, los lógicos han ofrecido distintas interpretaciones de la implicación.
84 Walter Redmond
U27. Ejercicios
Traduzca a L:
1- “Si Don Quijote es animal, entonces es sustancia”.
2- “Algún hombre es feo si algún hombre no es una sustancia”.
3- “El yelmo de Mambrino no existe si el yelmo de Mambrino es todo
yelmo”.
4- Diga si las implicaciones 1-3 son V o F en M.
Diga si las siguientes implicaciones son V o F en M.
5- (h)[f] > [h]/(f).
6- r[f] > q/(f).
7- q/(f) > r[f].
8- d(s) > (s)(s).
9- (y)(y) > (-a)(-a).
10- (a)[s] > (a)[f].
La lógica del Siglo de Oro 85
Hemos visto (U9) que dh2 es equivalente a h2d, es decir, las dos oraciones
son V y F en las mismas circunstancias, y hemos usado (U17) la conectiva
“<>” para unir tales oraciones:
dh2 <> h2d.
La LSO también empleó la equivalencia42. Para indicar la concepción
usual en la lógica actual, usamos una combinación de dos signos, “>” y,
“<” (este segundo signo indica la implicación inversa) para indicar que la
equivalencia es una coimplicación. Es decir, dos oraciones equivalentes se
implican mutuamente:
dh2 > h2d
h 2d > dh2.
En realidad, la oración misma
dh2 <> h2d
es equivalente a la conjunción de:
dh2 > h2d
y
h 2d > dh2.
oración de equivalencia
1 2
O O O1 <> O2
______________________________________________________________________________________________________________________
V V V
V F F
F V F
F F V
42
VC 72A y passim para la equivalencia, contradicción, y “no V a la vez”, por ejemplo,
81B.
86 Walter Redmond
U28. Ejercicios
[h]/(f)
V V F
V F V
F V V
F F F
O1 O2 equivalencia contradicción
______________________________________________________________________________________________________________________
V V V F
V F F V
F V F V
F F V F
88 Walter Redmond
U29. Ejercicios
1- ¿Por qué q[h] </> q/(h) puede llamarse una disyunción exclusiva o una
contradicción?
2- ¿Por qué q[h] </> q/(h) también puede llamarse la “no-equivalencia”?
Diga cuáles son las contradicciones en los cuadros de oposición si S es h
y P es a:
3- AIEO
4- FRNG
5- A*I*E*O*
6- F*R*N*G*
7- Señale las contradicciones en los cuadros de oraciones singulares
(U17), usando h1 como término singular.
8- A'U'E'I'F'R'N'G'.
9- Dé la forma contradictoria de (a)(h) y [a](h).
10- ¿Qué letras (AIEOFR...) indican las contradicciones de 9?
La lógica del Siglo de Oro 89
oración no conjuntiva
1 2
O O O1 | O 2
______________________________________________________________________________________________________________________
V V F
V F V
F V V
F F V
U30. Ejercicios
La oración d[f] v r[f] & q[f] es ambigua, porque tiene dos sentidos: (1)
“Dulcinea es fea o lo son tanto Rocinante como Don Quijote” (F) y (2)
“Dulcinea o Rocinante son feos pero en todo caso lo es Don Quijote” (V).
Cuando es necesario evitar tales ambigüedades, usaremos llaves “{}” para
expresar la agrupación o “jerarquía” que queremos. Los dos sentidos corres-
ponden respectivamente a:
d[f] v {r[f] & q[f]}
{d[f] v r[f]} & q[f].
No será necesario separar las partes de una oración molecular si todas sus
conectivas son &, v, <>, </> y | (se llama la “asociación”). Ejemplos:
d/(f) & r[f] & q[f]
d[f] v r[f] v q[f]
m(y) <> (y)m <> m(-a)
d[f] | q[f] | r/(f).
Se niega una oración molecular, negando la relación molecular, es decir,
su conexión (su conectiva), no las oraciones relacionadas. Por eso, m/c3 &
r/(y) es una oración (molecular) afirmativa, pese a constar de dos oraciones
(atómicas) negativas. Podemos negarla poniendo la barra diagonal antes de
la conectiva: m/c3 /& r/(y).
U31. Ejercicios
43
VC 72B; consequentia en latín; consequens era un “consecuente”, una “conclusión” (como
“consecuencia” en el párrafo anterior).
La lógica del Siglo de Oro 93
Con palabras:
U32. Ejercicios
1 | O 1 & O2 h
|–
2 | O1 1 ec
3 | O2 1 ec.
NO | r[c]
|–
| r[c] & m[c]
44
VC 78A.
96 Walter Redmond
1 | O1 h
2 | O2 h
|–
3 | O 1 & O2 1,2 ic.
Por ejemplo,
1 |q h
2 |d h
|–
3 |d&q 1,2 ic.
La LSO46 permite que una conjunción como q[h] & q[a] puede inferirse
del conyunto q[h] con tal que se agregue otra premisa:
1 | q[h] h
2 | (h)[a] h
|–
3 | q[a] 1,2 (regla especial)
4 | q[h] & q[a] 1,3 ic.
45
VC 81B.
46
VC 78A, 81B.
La lógica del Siglo de Oro 97
U33. Ejercicios
1| q[h] h
|–
2| q[h] v dm 1 id.
Note que esta última oración es V (sus partes: VF), porque en una disyun-
ción basta que una parte sea V. Representamos la regla en el metalenguaje:
1| O1 h
|–
2| O1 v O2 1 id.
47
VC 81B.
La lógica del Siglo de Oro 99
1 | O1 v O2 h
|–
2 | | O1 h
| |–
| |...
k | | O3
|
k+1 | | O2 h
| |–
| | ...
l | | O3
|
l+1 | O3 1,2-k, k+1-l ed.
1 | q[h] v q[a] h
|–
2 | | q[h] h
| |–
3 | | q[a] v q[h] 2 id
|
4 | | q[a] h
| |–
5 | | q[a] v q[h] 3r
|
6 | q[a] v q[h] 1,2-3,4-5 ed.
1 | d[f] /v d/(s) h
|–
2 | d/(f) & d[s] 1 oc.
48
Matemático y lógico inglés de mediados del s. XIX.
La lógica del Siglo de Oro 101
U34. Ejercicios
1 | q[h] h
|–
2 |
Entre las reglas que dio la LSO en torno a la oración implicativa, tenemos
las que llamamos hoy “modus ponens”, “desprendimiento”, etc., y “ m o -
dus tollens”49. Usaremos las abreviaturas “mp” y “mt”50.
Estas reglas presuponen dos premisas a partir de las cuales se infiere la
conclusión. Las dos premisas en el caso del mp son una oración implicativa
y una oración que representa el antecedente de la implicativa; la regla nos
permite inferir el consecuente como conclusión. Por ejemplo, si tenemos las
dos oraciones “Si Don Quijote es humano, entonces es una sustancia” y
“Don Quijote es humano”, podemos deducir la oración “Don Quijote es
una sustancia”:
49
VC 17A, 74B, 75A, 76AB, 75B76A.
50
Las expresiones son formas abreviadas de modus ponendo ponens, “la regla de afirmar [el
consecuente de un implicación] afirmando [su antecedente]” y modus tollendo tollens: “la re-
gla de negar [el antecedente de una implicación] negando [su consecuente]”.
La lógica del Siglo de Oro 103
1| O1 > O2 h
2| O1 h
|–
3| O2 1,2 mp
1| O1 > O2 h
2| /O2 h
|–
3| /O1 1,2 mt.
1 | q[h] v q[a] h
2 | q[h] > q[s] h
3 | q[a] > q[s] h
|–
4 | | q[h] h
| |–
5 | | q[h] > q[s] 2r
6 | | q[s] 4,5 mp
|
7 | | q[a] h
| |–
8| | q[a] > q[s] 3r
9 | | q[s] 7,8 mp
|
10 | q[s] 1,4-6,7-9 ed.
U35. Ejercicios
Ahora podemos examinar las relaciones entre las oraciones del cuadro de
oposición. Estas relaciones lógicas son iguales en cualquier cuadro, sean lo
que sean las formas particulares de las oraciones. Agregamos las funciones
veritativas de las conectivas:
O1 O3
FVVF
O2 v O4
VVVF
(h)[a](h)/[a]
[h]/(a) v [h][a]
(h)[a] > [h][a]
(h)/(a) > [h]/(a)
(h)/(a) </> [h][h]
[h]/(a) </> (h)[a].
106 Walter Redmond
Es fácil ver cómo la subalternidad puede usarse como regla, por medio
de la cual podemos deducir una oración particular de la correspondiente
universal (para que valga esta inferencia en la lógica actual, habría que
expresar el compromiso existencial de la oración universal):
1 | (c)[a] h
|–
2 | [c][a] 1 subalternidad
1 | (c)/(f) h
|–
2 | [c]/(f) 1 subalternidad
U36. Ejercicios
AFIRMATIVO NEGATIVO
1| q & d h
|–
2| q/ /v d/ 1 oc;
51
VC, por ejemplo, 82A.
108 Walter Redmond
U37. Ejercicios
1- ¿Por qué la LSO llamó una oración como q[s] v [y]m una “particu-
laridad”?
2- Muestre que vale la relación subalterna de la oración negativa q/(c) &
d/(c).
3- Dé el contrario de la oración (universal negativa) (y)/(a) & (y)/(f).
4- Dé el contradictorio de (y)/(a) & (y)/(f).
5- Dé el subalterno de (y)/(a) & (y)/(f).
6- Diga si el contrario, el contradictorio y el subalterno de (y)/(a) &
(y)/(f) mencionados en 3-5 son V o F en M.
7- Dé el subcontrario de la oración (particular afirmativa) [a](h) v [a][h].
8- Dé el contradictorio de [a](h) v [a][h].
9- Dé el subalterno [a](h) v [a][h].
10- Diga si el subcontrario, el contradictorio y el subalterno de [a](h) v
[a][h] mencionados en 7-9 son V o F en M.
La lógica del Siglo de Oro 109
1| qh1 h
|–
2| h1q 1 cs;
52
VC 71AB.
110 Walter Redmond
1| q[h] h
|–
2| [h]q 1 cs.
U38. Ejercicios
1| (h)[a] h
|–
2| (h)/(-a) 1 obversión de A,
53
VC 72B.
112 Walter Redmond
1| (h)/(f) h
|–
2| (h)[-f] 1 obversión de E54.
1| (h)[a] h
|–
2| (h)/(-a) 1 obversión de A
3| (-a)/(h) 2 cs
4| (-a)[-h] 3 obversión de E.
1| (h)[a] h h 1 | (h)/(a) h
|– |–
2| (h)/(-a) de A 2 | (h)[-a] de E
1| [h][a] h h 1 | [h]/(a) h
|– |–
2| [h]/(-a) de I 2 | [h][-a] de O
54
Conforme a su demanda de compromiso existencial, la LSO exigía una “constancia” de ha-
ber cosas no-feas: “-f” (en la lógica actual la regla es válida sin volver a expresar la existen-
cia).
La lógica del Siglo de Oro 113
U39. Ejercicios
1 | [h]/(y) h
|–
2 | [h][-y] ¿?
3 | [-y][h] ¿?
4 | [-y]/(-h) ¿?
55
VC 72B.
114 Walter Redmond
(note que la conectiva es > y no <>). No es válido al revés, pues si una cosa
fea es hombre no se sigue que todo hombre sea feo.
Podríamos probar la conversión fácilmente:
1| (h)/(y) h
|–
2| (y)/(h) 1 cs
3| [y]/(h) 2 subalternidad.
Para que esta implicación sea válida en la lógica actual, hay que expresar
el compromiso existencial; por ejemplo, de h en (h)[f] > [f][h], y también
para las formas F y N.
U40. Ejercicios
56
VC 72A.
La lógica del Siglo de Oro 115
3- (-v)[-a].
4- (h)[s].
5- (c)[v].
6- (-y)[a].
7- Diga si las oraciones 1-6 son V o F en M.
8- Explique por qué la conversión accidental de la oración N (h)/[a] es
válida (implica [a]/[h]).
9- ¿Por qué la oración O (por ejemplo, [h]/(f) no puede convertirse acci-
dentalmente?
10- Escriba una prueba de la conversión accidental (h)[a] > [a][h].
116 Walter Redmond
57
VC 31B32A.
58
Los términos sincategoremáticos tienen significaciones (lógicas), pero no las hemos re-
presentado en el esquema de M.
59
Las palabras “realista” y “nominalista” pueden tener otros sentidos, y se usan otros nom-
bres para las varias posturas sobre esta cuestión (“terminista”, “platonista”, “realista mode-
rado”, “conceptualista”, etc.). La LSO también discutió el tema tradicional de las palabras sin
sentido (si son términos auténticos, etc.).
La lógica del Siglo de Oro 117
UNIVERSAL (ABSTRACTO)
animal
+
—————————————————————————
ser humano
+
SINGULAR (CONCRETO)
Lenguaje
significación
nombre propio:
d
términos vagos:
a2
h2
Todos los nombres vagos de L tienen una relación de significación a sus res-
pectivas propiedades universales.
118 Walter Redmond
U41. Ejercicios
60
VC 31Bss.
61
VC 31B-32A.
62
La teoría suposicional incluía no sólo elementos semánticos, sino sintácticos (cuantifica-
ción), etc.
120 Walter Redmond
U42. Ejercicios
63
Una distinción común en la lógica: Frege distinguió entre “sentido” y “referencia”, la ló-
gica moderna habló de la “intensión” y “extensión” del término (o concepto), etc. “Signifi-
cación” y “referencia”, además de indicar relaciones, pueden indicar el objeto significado o re-
ferido.
64
La LSO consideró los casos: “‘bu’ es monosilábico”, etc.
La lógica del Siglo de Oro 123
UNIVERSAL (ABSTRACTO)
animal
+
——————————————————————
ser humano
+
SINGULAR (CONCRETO)
D
Lenguaje
significación
nombre propio d
nombre vago h2
referencia
oración dh 2.
U43. Ejercicios
65
VC 37AB.
66
VC 37AB.
La lógica del Siglo de Oro 125
(ser humano 1, h1) o aquel ser humano (ser humano 2, h2). La disyunción es
V, porque al menos una parte (h1) es V.
La disyunción evidentemente tiene que mencionar todas las cosas singu-
lares que tienen la propiedad significada por el término general. Pues hay
una equivalencia entre la oración general y su análisis sólo si las cosas refe-
ridas en el análisis son “contables” o denumerables. Y en efecto la LSO dis-
cutía este requisito (U74).
El descenso es, pues, la operación por la cual inferimos qh1 v qh 2 de q[h].
Pero por tratarse de una equivalencia, qh 1 v qh 2 también implica q[h], y esta
operación es el ascenso. Tenemos entonces:
1| q[h] h
|–
2| qh1 v qh2 1 descenso
1| qh1 v qh2 h
|–
2| q[h] 1 ascenso
67
La teoría extensional fue elaborada ya en el siglo XIV, y para el siglo XVI una regla que
gobierna el orden de la aplicación del descenso/ascenso, usada por Soto y Vera Cruz e incor-
porada en L, tiene el efecto de garantizar la equivalencia (ver W. Redmond, “Extensional Inter-
th
pretation of General Sentences in 16 Century Ibero-American Logic”, Crítica, 81, 59).
126 Walter Redmond
U44. Ejercicios
1 | φ[T]
|–
2 | φT1 v φT2 v...v φTn 1 dd
68
VC 34.
69
Para la confusa se ofreció un tipo un poco distinto de descenso/ascenso, el cual es equi-
valente al descenso “determinado” expuesta aquí (ver W. Redmond, “Extensional Inter-
th
pretation of General Sentences in 16 Century Ibero-American Logic”, 62-63).
70
VC 39A. La LSO discutió extensamente la constancia u otros dispositivos para garantizar
una enumeración que permitiera la validez del ascenso y descenso (como por ejemplo, las fra-
ses modificantes “y así con los demás”, “y no hay más”).
128 Walter Redmond
1 | q[h] h
|–
2 | qh1 v qh2 1 dd
1 | qh1 v qh2 h
|–
2 | q[h] 1 ad.
1 | r[c]
|–
2 | rc3 1 dd
1 | rc3
|–
2 | r[c] 1 ad.
71
Estrictamente, la convención no es necesaria cuando se trata de oraciones convertibles
simplemente ([h][a], (h)/(c)...); ver VC 38A, Soto 44vA y VC 37B (W. Redmond, “Extensio-
th
nal Interpretation of General Sentences in 16 Century Ibero-American Logic”, 63-65).
La lógica del Siglo de Oro 129
1 | [h][f] h
|–
2 | h1[f] v h2[f] 1 dd
3 | {h1f1 v h1f3} v {h2f1 v h2f3} 2 dd (2).
Una paráfrasis del paso 3 sería: “este hombre es (idéntico con) esta cosa
fea o esa cosa fea o aquel hombre es esta cosa fea o esa cosa fea”. El paso 2
es el resultado de aplicar dd a 1 y el paso 3 el de aplicar dd dos veces a 2.
El ascenso sería el procedimiento inverso:
1 | [h][f] h
|–
2 | h1[f] v h2[f] 1 dd
|
3 | | h1[f]
| |–
4 | | h 1 f 1 v h1 f 3 3 dd
5 | | {h1f1 v h1f3} v {h2f1 v h2f3} 4 id
|
|
6 | | h2[f] h
| |–
7 | | h 2 f 1 v h2 f 3 6 dd
8 | | {h1f1 v h1f3} v {h2f1 v h2f3} 7 id
|
9 | {h1f1 v h1f3} v {h2f1 v h2f3} 1,3-5,6-8 ed.
130 Walter Redmond
Note que podríamos quitar la llaves del paso 9. El procedimiento inverso del
ascenso sería:
Note que es mejor retener las llaves del primer paso, porque la operación de
dd tiene que ser aplicada a cada mitad por separado. No usaremos este pro-
cedimiento de ed, sino que indicamos la doble aplicación de las reglas como
arriba (con “(2)”).
Un ejemplo de una oración negativa:
1 | h2/[a]
|–
2 | h2/a1 v h2/a2 v h2/a3 1 dd.
U45. Ejercicios
1| φ(T)
|–
2| φT 1 & φT 2 &... & φT n 1 dc
1| φT 1 & φT 2 &...& φT n
|–
2| φ(T) 1 ac.
1 | (h)[a] h
|–
2 | h1[a] & h2[a] 1 dc
3 | {h1a1 v h1a2 v h1a3} & {h2a1 v h2a2 v h2a3} 2 dd (2).
Una paráfrasis del paso 3: “este hombre es (idéntico con) este animal o es
ese animal o es aquel animal y ese hombre es este animal o es ese animal o
es aquel animal”. El paso 2 es el resultado de aplicar dc a 1, y 3 es el resul-
tado de aplicar el dd dos veces a 2 (se trata del dd porque lo que se analiza
72
VC 35B.
La lógica del Siglo de Oro 133
1| (h)[a] h
|–
2| h1[a] & h2[a] 1 dc
3| h1[a] 2 ec
4| h2[a] 2 ec
5| h1a1 v h1a2 v h1a3 3 dd
6| h2a1 v h2a2 v h2a3 4 dd
7| {h1a1 v h1a2 v h1a3} & {h2a1 v h2a2 v h2a3} 5,6 ic
V V
1| r(c) h
|–
2| rc3 1 dc.
Por lo tanto podemos decir que r(c) <> rc3 y r[c] <> rc3; y por ende r(c) <>
r[c] ¡“Rocinante es todo caballo” equivale a “Rocinante es un caballo”!
El análisis de las oraciones de F', R', O', etc., sigue la misma pauta. Por
ejemplo, (c)(c) y [c](c) son V en M (ver U18). Veamos su análisis:
1| (c)(c) h
|–
2| c3(c) 1 dc
3| c3c3 2 dc
La lógica del Siglo de Oro 135
En efecto, puesto que valen los ascensos inversos, (c)(c) <> c3(c) <> c3c3.
1| [c](c) h
|–
2| c3(c) 1 dd
3| c3c3 2 dc
Por eso, ya que valen los ascensos inversos, [c](c) <> c3(c) <> c3c3. (c)(c),
[c](c), (c)[c] y [c][c] tienen el mismo análisis: c3c3, pues hay un solo caballo
(también c3(c) <> (c)c3 y c3[c] <> [c]c3). Podemos ver por qué las oraciones
anormales F'R', etc., eran de interés.
U46. Ejercicios
Podemos ver ahora una razón importante por la cual la LSO se interesaba
tanto en las oraciones anormales como R* y N* y usaba los signos b y a pa-
ra indicar su cuantificación. Tales formas resultan si violamos la convención
del orden en la aplicación del descenso. Note lo que pasa en el caso de
(h)[a], si no comenzamos el descenso a la izquierda:
NO 1| (h)[a] h
|–
2| (h)a1 v (h)a2 v (h)a3 dd (VIOLACIÓN)
3| {h1a1 & h2a1} v {h1a2 & h2a2} v {h1a3 & h2a3} dc (3).
V F F V F F
F F F
73
Soto 44vB-45rA.
La lógica del Siglo de Oro 137
así, obteniendo la oración R* (el paso 3). Y puesto que también vale el des-
censo correspondiente de [a](h), tenemos la equivalencia:
[a](h) <> {{a1h1 & a1h2} v {a2h1 & a2h2} v {a3h1 & a3h2}}.
Esta equivalencia, a propósito, es V en M, porque las dos oraciones de que
consta son F.
Tampoco podemos hacer este ascenso:
vemos que se trata más bien del análisis de la oración N* (a)/[h]. Al aplicar
el ascenso a esta oración en la siguiente prueba, note que comenzamos (o
“terminamos”) el ascenso correctamente a la izquierda:
74
Soto 44v/a.
138 Walter Redmond
U47. Ejercicios
1- Muestre por qué {a1/h1 v a1/h2} & {a2/h1 v a2/h2} & {a3/h1 v a3/h2} es V.
2- Al analizar (c)[f], puedo aplicar el dd inmediatamente a [f] (¿V o F?).
3- Puedo aplicar dc a [f] en (c)[f] después de analizar (c) (¿V o F?).
Indique la primera operación de descenso en estas oraciones:
4- [h](v).
5- (f)[h].
6- m[s].
Indique cuándo el ac no puede aplicarse correctamente a estas oraciones,
y dé el ascenso correcto:
7- h1[l] & h2 [l].
8- [l]h1 & [l]h2.
9- h1/(y) & h2/(y).
10- (y)/h1 & (y)/h2.
La lógica del Siglo de Oro 139
Para el análisis de las oraciones que contienen una unidad compleja, per-
mitimos el descenso/ascenso dentro de la unidad compleja (dentro de los
corchetes puntiagudos); como reglas simplemente usaremos dc, dd, ac y ad.
Veamos el ejemplo ‹d(h)›[j] “Dulcinea juega con todo ser humano”, y su-
pondremos que juega con Don Quijote y consigo misma, y también que
Don Quijote juega con ella pero no consigo mismo (recuerde que los pares
dh1, h1d, etc. son ordenados):
1| ‹d(h)›[j] h
|–
2| ‹dh1 & dh2›[j] 1 dc.
donde C es & o v, U es una unidad que contiene el término T con cierto sus-
crito, y φ es la otra unidad de la oración (tal vez con barra diagonal). Conti-
nuemos, pues, con el descenso de arriba:
140 Walter Redmond
1| ‹d(h)›[j] h
|–
2| ‹dh1 & dh2›[j] 1 dc
3| ‹dh 1›[j] & ‹dh2›[j] 2 dan
4| ‹dh1›[j] 2 ec
5| ‹dh1›j1-2 v ‹dh1›j2-1 v ‹dh1›j2-2 4 dd
6| ‹dh2›[j] 3 ec
7| ‹dh2›j1-2 v ‹dh2›j2-1 v ‹dh2›j2-2 6 dd
8| {‹dh1›j1-2 v ‹dh1›j2-1 v ‹dh1›j2-2} &
| {‹dh2›j1-2 v ‹dh2›j2-1 v ‹dh2›j2-2}} 5,7 ic.
1| ‹qr›/(j) h
|–
2| ‹qr›/j1-1 & ‹qr›/j1-2 & ‹qr›/j2-1 & ‹qr›/j2-2 1 dc.
U48. Ejercicios
1| (h) h
|–
2| h1 & h2 1 dc
y
1| [h] h
|–
2| h1 v h2 1 dd,
el sentido sería “todo hombre es” y “algún hombre es”, y la oración cuan-
tificada particularmente, [h], será “débil”, porque la cuantificada universal-
mente siempre será V. Si decimos que hay un predicado tácito de la existen-
cia, representable esta vez por “!”, entonces el descenso recontaría cada
existente en M:
1| (h)[!] h
|–
2| h1[!] & h2[!] 1 dc
3| {h1!1 v h1!2 v h1!3 v h1!4} &
| {h2!1 v h2!2 v h2!3 v h2!4} 2 dd (2),
1| (h) h
|–
2| h 1 & h2 & h3 & h4 1 dc
y
1| [h] h
|–
2| h1 v h2 v h3 v h4 1 dd.
[h] sería V en M y (h) F. El análisis de (h) sería “este –1– hombre existe y
aqueste –2– hombre existe, y ese –3– hombre existe y aquel –4– hombre
existe”; los dos primeros conyuntos son V y h 3 y h 4 son F (no es correcto
decir, pues, apuntando a Rocinante, por ejemplo, “ese hombre existe”). No-
te que esta interpretación envuelve un cambio radical del señalamiento.
El análisis de una forma negativa sería así:
1| (h)/ h
|–
2| h1/ & h2/ & h3/ & h4/ 1 dd.
(h) (h)/
hn hn/
[h] [h]/
La lógica del Siglo de Oro 143
U49. Ejercicios
75
VC 37B38A; se ve la artificialidad “simbólica” en el latín: omnis homo animal est .b .
currens.
El sentido de [f](c)[a] es ∃x{Fx & ∀y{Cy > {x=y & Ay}}}, equivalente a ∀x{Cx > Ax} &
76
1| [f](c)[a] h
|–
2| f1(c)[a] v f3(c)[a] 1 dd
3| f1c3[a] & f3c3[a] 2 dc (2)
4| {f1c3a1 v f1c3a2 v f1c3a3} v f3c3a1 v f3c3a2 v f3c3a3} 2 dd (2).
Note este orden al aplicarse el descenso a los términos que tienen la suppo-
sitio:
(1) determinada: a [f] (dd)
(2) distributiva: a (c) (dc)
(3) confusa: a [a] (dd).
El análisis (el paso 4 de arriba) es V, porque los disyuntos tienen los valores
veritativos FFF FFV (basta que uno sea V).
Aquí está la prueba completa:
1 | [f](c)[a] h
|–
2 | f1(c)[a] v f3(c)[a] 1 dd
|
3 | | f1(c)[a] h (de 2)
| |–
4 | | f1c3[a] 3 dc
5 | | f 1 c 3 a 1 v f1 c 3 a 2 v f1 c 3 a 3 4 dd
6 | | {f1c3a1 v f1c3a2 v f1c3a3} v
|| {f3c3a1 v f3c2a2 v f3c3a3} 5 id
|
7 | | f3(c)[a] h (de 2)
| |–
8 | | f3c3[a] dc
9 | | f 3 c 3 a 1 v f3 c 3 a 2 v f3 c 3 a 3 dd
10 | | {f1c3a1 v f1c3a2 v f1c3a3} v
|| {f3c3a1 v f3c3a2 v f3c3a3} 9 id
|
11 | {f1c3a1 v f1c3a2 v f1c3a3} v
| {f3c3a1 v f3c3a2 v f3c3a3} 2,3-6,7-10 ed.
146 Walter Redmond
animal feo
+ +
————————————————————————
caballo
+
Q D R
---------------------------------------------------------------------------------------
disyunto V f3c3a3
[f](c)[a] exige, pues, que haya un solo caballo, pero permite que haya cosas
feas que no sean el caballo (en M, Don Quijote) y que haya animales que no
sean caballos (en M, Dulcinea y Don Quijote).
U50. Ejercicios
51.1
A (S)[P] E (S)/(P)
E* (P)/(S)
A* (P)[S]
O [S]/(P)
I [S][P]
I* [P][S] O * [P]/(S)
Sn(P) Sn/(P)
(P)Sn (P)/Sn
Sn[P] Sn/[P]
[P]Sn [P]/Sn
SnPn Sn/Pn
PnSn Pn/Sn
Pn(S) Pn/(S)
(S)Pn (S)/Pn
Pn[S] Pn/[S]
[S]Pn [S]/Pn
F (S)(P) N (S)/[P]
F* (P)(S)
N* (P)/[S]
R [S](P)
G [S]/[P]
R* [P](S) G * [P]/[S]
La lógica del Siglo de Oro 149
51.2
Note la pauta de V y F si ser humano (h) hace las veces de S y animal (a) de
P:
FF
FF FF
V F VV F F
VV VV
VV
150 Walter Redmond
51.3
51.4
F' (S)(S)
I' [S][S]
La lógica del Siglo de Oro 151
U51. Ejercicios
77
VC 32B, 36B.
78
VC 45AB.
79
VC 36B.
La lógica del Siglo de Oro 153
U52. Ejercicios
1 | qv d[f]
|–
2 | q[f] v d[f] 1 ud.
80
La LSO también usó la unidad condicional > (Soto criticó su empleo).
81
VC 80A.
La lógica del Siglo de Oro 155
1 | q&d[1] h
|–
2 | q[1] & d[1] 1 ud.
1 | q[1] h
|–
2 | q11 v q12 v q13 v q14 1 dd
Note que hay cuatro números del subíndice, porque corresponden a las cua-
tro sustancias de M.
En cambio la interpretación como unidad complexiva de la misma ora-
ción
‹qd›[1]
sería F en el sentido de que Don Quijote y Dulcinea no forman juntos una
sola cosa; la propiedad 1 en efecto no conviene a ningún par.
Por otro lado, la interpretación divisiva de “Don Quijote y Dulcinea son
dos” es F, como podemos ver en la conjunción equivalente (usemos el
símbolo 2):
1 | q&d[2] h
|–
2 | q[2] & d[2] 1 ud.
82
VC 80AB, 81A.
156 Walter Redmond
Aquí los conyuntos son F porque Don Quijote (y también Dulcinea) es una
sola cosa, no dos. Pero en el sentido complexivo es V:
‹qd›[2].
La razón es que la propiedad dos sólo puede ser propiedad poliádica, una
relación. En realidad sólo puede ser diádica, de dos cosas, así como tres sólo
puede ser triádico, etc. El análisis sería así:
1 | ‹qd›[2] h
|–
2 | ‹qd›21-2 v ‹qd›21-3 v.... 1 dd.
1 | [h]q&d h
|–
2 | h1q&d v h2q&d 1 dd (VIOLACIÓN)
3 | {h1q & h1d} v {h2q & h2d} 2 ud (2).
1 | [h]q&d h
|–
2 | [h]q & [h]d 1 ud
3 | {h1q v h1d} & {h2q v h2d} 2 dd (2);
83
VC 80A.
La lógica del Siglo de Oro 157
U53. Ejercicios
84
Las dos oraciones se simbolizarían como [F∩V]q y [F∪V]r; en cambio no hay símbolos
para oraciones como q&d[h].
158 Walter Redmond
1 | (B)[A]
2 | (C)[B]
|–
3 | (C)[A].
1 2 3 4
85
VC 99B; “El término .a. está en el término .b., etc.” en el contexto de Boecio, De
Syllogismo Cathegorico.
La lógica del Siglo de Oro 159
1 | (M)[P] 2 | (S)[M]
2 | (S)[M] 1 | (M)[P]
|– |–
3 | (S)[P] 3 | (S)[P].
1 | (a)[l] h
2 | (h)[a] h
|–
3 | (h)[l] 1,2 bárbara.
86
VC 96AB.
87
VC 96B.
88
Las vocales a e i o, indican el tipo de oración, las consonantes b c d f, la reducción a 1:1,
1:2, 1:3, o 1:4; de las consonantes, s indica la conversión simple, p la accidental, m la
transposición de las premisas, y c la reducción “por lo imposible”.
160 Walter Redmond
Los primeros dos modos pueden tener conclusiones menos fuertes si las
reemplazamos con su forma subalterna. Por ejemplo,
1| (S)[P] h
|–
2| [S][P] 1 subalternidad.
1:11 1:21
barbari celaront
1| (M)[P] 1| (M)/(P)
2| (S)[M] 2| (S)[M]
|– |–
3| [S][P] 3[S]/(P)
1:5 R1:1 1:6 R1:2 1:7 R1:3 1:8 R1:4 1:9 R1:4
2:11 2:21
cesaro cametros
1 | (P)/(M) 1 | (P)[M]
2 | (S)[M] 2 | (S)/(M)
|– |–
3 | [S]/(P) 3 | [S]/(P)
Todas estas formas valen en la lógica actual, pero hay que expresar el
compromiso existencial en dos modos de cada figura (1:11, 1:12, 2:11, 2:12,
3:1, 3:2). Hay, pues, seis formas válidas en estas figuras (cuatro sin el com-
promiso existencial).
U54. Ejercicios
2-
1 | algún hombre es feo
2 | todo hombre es animal
|–
3 | algún animal es feo
3-
1 | ningún animal es yelmo
2 | todo hombre es animal
|–
3 | ningún hombre es yelmo
La lógica del Siglo de Oro 163
4-
1 | (y)/(v)
2 | [h][v]
|–
3 | [h]/(y)
5-
1 | (v)/(y)
2 | [h][v]
|–
3 | [h]/(y)
1:6 1:2
1| (M)/(P) 1| (M)/(P)
2| (S)[M] 2| (S)[M]
|– |–
3| (P)/(S) 3| (S)/(P)
89
Usamos el ejemplo de Pedro Hispano.
La lógica del Siglo de Oro 165
1:8 1:4
1| (M)[P] 1| (M)/(S)
|– |–
2| (S)/(M) 2| [P][M]
|– |–
3| (P)/(S) 3| (P)/(S)
O sea que si aceptamos 1:1 pero negamos la validez de 2:4, tenemos una
contradicción. Podemos ver esto más claramente con el uso de una regla de
la lógica actual, la “introducción de la negación”. En este procedimiento
averiguamos el resultado de negar la conclusión (abajo, la conclusión es el
paso 8 y su negación es el paso 3, la hipótesis de la subprueba). Si el resulta-
do es una contradicción (los pasos 6 y 7 constituyen una contradicción), hay
que negar la conclusión negada, es decir, afirmar la conclusión.
90
Usamos el ejemplo de Pedro Hispano (con “yelmo” en vez de “piedra”).
166 Walter Redmond
Los pasos 1-2-8 son el silogismo 2:4 (1 y 2 son sus premisas y 8 su conclu-
sión). Repetimos el paso 3 en 5 para que se vea que 4-5-6 es el silogismo
1:1. Puesto que aparece una contradicción (6 y 7) en la subprueba hay que
negar su hipótesis (3).
U55. Ejercicios
1| (h)[a] h
2| q[h] h
|–
3| q[a] 1,2.
1| (M)[P] h
2| T[M] h
|–
3| T[P] 1,2
91
VC 117A.
168 Walter Redmond
1| T[P] h
2| T[S] h
|–
3| [S][P] 1,2 silogismo expositorio.
1| ST h
2| RS h
|–
3| RT 1,2 transitividad de la identidad o i.
1| T[P] h
2| ST h
|–
3| S[P] 1,2 i.
1| p[e] h
2| pδ h
|–
3| δ[e] 1,2 i;
La lógica del Siglo de Oro 169
las premisas parecen ser V pero la conclusión es herejía (en efecto, Veracruz
niega la aplicabilidad de i en este contexto)92.
La LSO también analizó argumentos con términos oblicuos93. Aquí está
un argumento con el “atajo” (U22):
1| ℜ(h)[c] h
2| q[h] h
|–
3| ℜq[c] 1,2 “silogismo oblicuo”.
Este ejemplo negativo fue justificado por la regla silogística 2:1 (cesare):
1| (c)/ℜ(h) h
2| (y)ℜ[h] h
|–
3| (y)/(c) 1,2 2:1.
1| (h)[a] h
2| (c)ℜ[h] h
|–
3| ℜ(c)[a] VIOLACIÓN
92
La sección sobre los argumentos cuyos términos se refieren a Dios, VC 112A-115A; ver
W. Redmond, “Friar Alonso on the Logic of God”, Vivarium, 1994, XXXII (2).
93 th
VC 116A-117A; ver W. Redmond, “Quantified Inference in 16 -Century Mexican Logic”,
y “La inferencia cuantificada en la lógica mexicana del siglo XVI”.
94
VC 116B.
170 Walter Redmond
U56. Ejercicios
1| RS
2 | TS
|–
3 | RT 1,2
1 | T[P]
2 | TS
|–
3 | S[P] 1,2.
La LSO trabajó, pues, con reglas de inferencia para varios tipos de argu-
mentos, la mayoría de los cuales presuponían oraciones generales. Pero se-
gún la interpretación extensional, las oraciones generales pueden expresarse
como sartas de identidades a base del descenso y ascenso. Preguntemos aho-
ra si y cómo la validez de un argumento cuantificado puede establecerse
cuando sus términos cuantificados están reducidos a identidades. Los esco-
lásticos no llevaban a cabo tal procedimiento, completamente por lo menos,
pero sí eran conscientes de las varias “consecuencias” particulares.
Usaremos una regla de la identidad “i” (U56) como la inferencia clave
(las reglas de la lógica actual introdujimos en U45 y 46).
Analizamos este ejemplo sencillo ya comentado (U56):
1| (h)[a] h
2| q[h] h
|–
3| q[a] 1,2.
Aquí está la prueba:
1 | (h)[a] h
2 | q[h] h
|–
3 | h1[a] & h2[a] 1 dc
4 | h1[a] 3 ec
5 | h2[a] 3 ec
6 | qh1 v qh2 2 dd
|
7 | | qh1 h (de 6)
| |–
8 | | h1[a] 4r
9 | | q[a] 7,8 i
|
10| | qh2 h (de 6)
| |–
172 Walter Redmond
11| | h2[a] 5r
12| | q[a] 10,11 i
|
13| q[a] 6,7-9,10-12 ed.
Note que la operación decisiva es la regla “i” (pasos 9 y 12). En su primera
aplicación, q reemplaza h1 en h1[a] (el paso 8) para dar q[a] (el paso 12); si
Don Quijote es este –1– hombre y este hombre es un animal, entonces Don
Quijote es un animal. No es necesario aplicar el ascenso y descenso al térmi-
no [a], pero se podría hacer. En este caso podrías usarse también la regla de
la transitividad de la identidad más bien que la regla i.
Tenemos una derivación paralela en el caso de un silogismo con un tér-
mino oblicuo, (usamos el “atajo”):
1 | ℜ(h)[c] h
2 | q[h] h
|–
3 | ℜh1[c] & ℜh2[c] 1 dc
4 | ℜh1[c] 3 ec
5 | ℜh2[c] 3 ec
6 | qh1 v qh2 2 dd
|
7 | | qh1 h (de 6)
| |–
8 | | ℜh1[c] 4r
9 | | ℜq[c] 7,8 i
|
10 | | qh2 h (de 6)
| |–
11 | | ℜh2[c] 5r
12 | | ℜq[c] 10,11 i
|
13 | ℜq[c] 6,7-9,10-12 ed.
Es más compleja la prueba del silogismo en la interpretación relacional
(U48); supongamos que Rocinante pertenece tanto a Don Quijote como a
Dulcinea y que es la única posesión en M):
La lógica del Siglo de Oro 173
1 | ‹(h)[c]›[u] h
2 | q[h] h
|–
3 | ‹h1[c] & h2[c]›[u] 1 dc
4 | ‹h1c3 & h2c3›[u] 3 dd (2)
5 | ‹h1c3›[u] & ‹h2c3›[u] 4 dan
6 | ‹h1c3›[u] 5 ec
7 | ‹h1c3›u1-3 v ‹h1c3›u2-3 6 dd
8 | qh1 v qh2 2 dd
9 | | qh1 h (de 8)
||
10 | | ‹h1c3›u1-3 v ‹h1c3›u2-3 7r
| |–
11| | | ‹h1c3›u1-3 h (de 10)
| | |–
12 | | | qh1 9r
13 | | | ‹qc3›u1-3 11,12 i
14 | | | ‹qc3›u1-3 v ‹qc3›u2-3 13 id
||
15 | | | ‹h1c3›u2-3 h (de 10)
| | |–
16 | | | qh1 9r
17 | | | ‹qc3›u2-3 15,16 i
18 | | | ‹qc3›u1-3 v ‹qc3›u2-3 17 id
||
19 | | ‹qc3›u1-3 v ‹qc3›u2-3 10,11-14,15-18 ed
|
20 | ‹h2c3›[u] 5 ic
21 | ‹h2c3›u1-3 v ‹h2c3›u2-3 20 dd
|
22 | | qh2 h (de 8)
| |–
23| | ‹h2c3›u1-3 v ‹h2c3›u2-3 21 r
||
24 | | | ‹h2c3›u1-3 h (de 23)
| | |–
25 | | | qh2 22 r
26 | | | ‹qc3›u1-3 24,25 i
27 | | | ‹qc3›u1-3 v ‹qc3›u2-3 26 id
174 Walter Redmond
||
28 | | | ‹h2c3›u2-3 h (de 23)
| | |–
29 | | | qh2 22 r
30 | | | ‹qc3›u2-3 28,29 i
31 | | | ‹qc3›u1-3 v ‹qc3›u2-3 30 id
||
32 | | ‹qc3›u1-3 v ‹qc3›u2-3 23,24-27,28-31 ed
|
33 | ‹qc3›u1-3 v ‹qc3›u2-3 8,9-19,22-32 ed
34 | ‹q[c]›[u] 33 ad.
U57. Ejercicios
Estas preguntas se refieren sólo a la primera prueba a base de identidades
de arriba ((h)[a]...q[a]).
1- Indique los pasos a que se aplica la regla i para justificar el paso 12
(q[a]).
2- Explique cómo la regla i (U55)
| T[P]
| TS
|–
| S[P]
se aplica a los pasos 10-12.
3- ¿Por qué se dice “de 6” en la justificación de 7 y de 10?
4- ¿Por qué los pasos 4 y 5 tienen la justificación “3 ec”?
5- ¿Podríamos aplicar el descenso a h1[a] (el paso 4)?
6- Escriba el descenso de h1[a].
7- ¿Podríamos hacer tres subpruebas que correspondieran a los tres dis-
yuntos de este descenso de h1[a]?
8- Escriba estas subpruebas entre los pasos 8 y 9 de la prueba, usando los
números 8a, 8b....
9- Muestre cómo podríamos derivar qa1 v qa2 v qa3 en la primera
subprueba que usted escribió en 8.
10- Complete la prueba entera usando el descenso de h1[a] y h2[a].
La lógica del Siglo de Oro 175
95
La LSO también permitió unidades de acepción simple disyuntivas, en las que las partes se
juntan no como conjunción (como en esta regla) sino como disyunción.
176 Walter Redmond
1 | [h][m]&[f] h
|–
2 | [h][m] & [h][f] 1 ud,
1 | [h][‹mf›] h
|–
2 | h 1[‹mf›] v h2[‹mf›] 1 dd
3 | {h1‹mf›1 v h1‹mf›2 v h1‹mf›3 v h1‹mf›4} v
| {h2‹mf›1 v h2‹mf›2 v h2‹mf›3 v h2‹mf›4} 2 dd.
96
VC 79A.
“Platón fue blanco y negro” podría expresarse como ∃x[Tx & Bpx & Npx], donde T es “ser
97
un instante (en el pasado)” (note que blanco y negro son relaciones, entre Platón y el instante
temporal), “Don Quijote es materia y forma” como ∃x∃y[Mx & Fy & q=xy] o ...Cqxy], donde
C indica la relación deseada de “constar de”.
La lógica del Siglo de Oro 177
nombres vagos h1
‹mf›1
U58. Ejercicios
Su prueba:
1| ℜ(‹hv›)[‹cf›]
2| qv d[‹hv›]
|–
3| ℜqv d[‹cf›],
98
VC 96B.
99
VC 96B; ser capaz de reír y de relinchar son los ejemplos originales.
La lógica del Siglo de Oro 179
“de todo hombre que arremete contra molinos de viento hay un caballo feo/
Don Quijote o Dulcinea es un hombre que arremete contra molinos de
viento// luego: de Don Quijote o de Dulcinea hay un caballo feo”100.
Interpretemos las frases “hombre que arremete...” y “caballo feo” co-
mo unidades complexivas de acepción simple y el par “Don Quijote y Dul-
cinea” como una unidad compleja divisiva.
Ahora bien, para fines inferenciales no es necesario analizar las unidades
‹hv› ni ‹cf›, pues no exhiben variación interna. La LSO consideró el argu-
mento como justificado por 1:3. Veamos como se analiza:
1| ℜ(‹hv›)[‹cf›] h
2| qv d[‹hv›] h
|–
3| q[‹hv›] v d[‹hv›] 2 ud
|–
4| | q[‹hv›] h (de 3)
| |–
5| | ℜ(‹hv›)[‹cf›] 1r
6| | ℜq[‹cf›] 4,5 como 1:3
7| | ℜq[‹cf›] v ℜd[‹cf›] 6 id
|
8| | d[‹hv›] h (de 3)
| |–
9| | ℜ(‹hv›)[‹cf›] 1r
10| | ℜd[‹cf›] 8,9 como 1:3
11| | ℜq[‹cf›] v ℜd[‹cf›] 10 id
|
12| ℜq[‹cf›] v ℜd[‹cf›] 3,4-7,8-11 ed
13| ℜqv d[‹cf›] 12 ud.
100
VC 96B; los términos originales son “hombre blanco”, “caballo que corre” y “Pedro y
Pablo”.
180 Walter Redmond
cado particularmente. La LSO usó, pues, los nombres de las formas silo-
gísticas para referirse a familias de argumentos.
El argumento sería así si quisiéramos establecerlo a base de la identidad
(U57):
1| ℜ(‹hv›)[‹cf›] h
2| qv d[‹hv›] h
|–
3| ℜ‹hv›1[‹cf›] 1 dc
4| q[‹hv›] v d[‹hv›] 2 ud
|
5| | q[‹hv›] h (de 4)
| |–
6| | q‹hv›1 5 dd
7| | ℜ‹hv›1[‹cf›] 3r
8| | ℜq[‹cf›] 6,7 i
9| | ℜq[‹cf›] v ℜd[‹cf›] 8 id
|
10| | d[‹hv›] h (de 4)
| |–
11| | d‹hv›1 10 dd
12| | ℜ‹hv›1[‹cf›] 3r
13| | ℜd[‹cf›] 11,12 i
14| | ℜq[‹cf›] v ℜd[‹cf›] 13 id
|
15| ℜq[‹cf›] v ℜd[‹cf›] 4,5-9,10-14 ed
16| ℜqv d[‹cf›] 34 ud.
La lógica del Siglo de Oro 181
U59. Ejercicios
3 | (h)[a] 1 ec
4 | q[h] 2 ec
5 | q[a] 3,4 (como 1:3)
6 | | q‹hv›1
7 | | ℜ‹hv›1[‹cf›]
8 | | ℜq[‹cf›]
10 | | d[‹hv›]
| |–
“Señalamos”, como hemos visto (U4), las “cosas” (res) a las que se re-
fiere el lenguaje (oral, escrito, y pensado). En M tenemos en realidad tres ti-
pos de “cosas”, pero hasta ahora sólo hemos estudiado la referencia en tor-
no a una de ellas: las cuatro sustancias singulares concretas extralingüísticas
q, d, r, y m. Ahora veremos la referencia de los otros dos tipos de “cosas”:
las expresiones lingüísticas (h 1...) y las propiedades universales (animal...).
Es importante tener en cuenta que había varios puntos de vista en la LSO (de
los “antiguos”, “modernos”, terministas, escotistas, etc.) en cuanto a la in-
terpretación de estas doctrinas y la terminología estaba en flujo.
La LSO distinguió tres tipos de referencia y para indicarlos usó los térmi-
nos técnicos tradicionales “suppositio personal”, “simple”, y “material”:
1) personal: el uso ordinario, cuando el término denota las cosas que sig-
nifica (o de la que es un nombre propio); por ejemplo “hombre” en “ u n
hombre es animal”; además, una oración se refiere personalmente a lo que
significa (U62);
2) simple: cuando el término denota la “naturaleza” o la propiedad que
implica (animal, jugar); por ejemplo, “hombre” en “el hombre es una es-
pecie”;
3) material: cuando el término se denota a sí mismo o a otras muestras del
mismo tipo; por ejemplo “‘hombre’” en “‘hombre’ es el sujeto de la ora-
ción”); la referencia material, pues, tiene que ver con el lenguaje.
Hasta ahora hemos indicado las propiedades, mediante la letra cursiva
(por ejemplo, tener ADN), y los signos lingüísticos con ayuda de comillas
(por ejemplo, “tener ADN”).
Para ilustrar la referencia simple, agregaremos una propiedad que convie-
ne a algunas de las propiedades mismas: ser especie. Usaremos la letra e (no
cursiva) para la propiedad especie. En este contexto “Especie” indica una
propiedad que está abarcada por o incluida en algún género “arriba”, y
“género” es una propiedad que incluye una o más especies “abajo”. Tanto
los géneros como las especies son universales en el sentido de que si algo es
género o especie es un universal101.
Diremos, por ejemplo, “ser humano es una especie”. Especie conviene a
ser humano, caballo, yelmo y animal, pero no a sustancia, porque sustancia
101
Según la doctrina “antigua” (hallada en Avicena), los términos con referencia simple n o
son ni particulares ni universales (VC 33B).
La lógica del Siglo de Oro 183
La fórmula actual ∀x[Ax > Hx] indica la misma relación; el sentido es que si algo es ani-
102
mal, también es hombre. La posesión de una propiedad es indicada por una fórmula como Cr o
r ∈ C (ver prólogo).
103
Es discutible desde la perspectiva escolástica cómo el término material sea “sustancia”,
pues no es natural.
104
VC 33B.
184 Walter Redmond
UNIVERSAL
propiedades
superiores
especie
+
propiedades
inferiores
sustancia
+
animal no-animal
+ +
SINGULAR
extralin-
güístico
Q D R M
L d h2
U60. Ejercicios
105
Los temas en torno a la referencia simple y material eran objeto de discusiones complejas
en la LSO; presento las doctrinas de manera general y simplificada.
186 Walter Redmond
Hasta ahora hemos usado las letras que corresponden a las propiedades, a,
h, v, etc., como términos cuantificados y vagos. Ahora usamos las mismas
letras (no escritas en letra cursiva) sin cuantificadores ni suscritos para evocar
las correspondientes propiedades. La regla de formación sería:
Si T es un término general (sin cuantificadores ni subíndices), entonces T
es un término de L.
Podemos considerar las letras como términos singulares determinados, es
decir, nombres propios de las “naturalezas” o propiedades. Por ejemplo,
“a” indica animal, “h” ser humano, “v” arremeter contra los molinos de
viento, etc. Leeremos, pues, a, como “[la propiedad] animal”. También
leeremos e como “[la propiedad superior] especie”.
Podemos decir que estos nombres propios de referencia simple (así como
los nombres con referencia personal) tienen referencia pero carecen de
significación (pese a que las letras sugieran sus sentidos).
Cuando se usa e como término vago, convengamos que el subíndice
numérico de la especie referida será un número de dos dígitos: 11, 12, etc.
Por ejemplo, sustancia tiene el número 11, animal 12, inanimado 13, hom-
bre 14, etc. (como M contiene 12 propiedades, los números se extienden de
11 a 22).
Ejemplos: y[e] (“yelmo es una especie”), s/(e) (“sustancia no es una
especie”), (e)/(t) (“ninguna especie es término”), t[e] (“término es una es-
pecie”), q/(e) (“Don Quijote no es una especie”), ce15 (“caballo es aquella
–15– especie”).
El ascenso y descenso proceden como de costumbre:
1| t[e] h
|–
2| te11 v te12 v... 1 dd.
Por supuesto, había una gran diferencia, dentro de la LSO, entre las varias
interpretaciones realistas y nominalistas de la suppositio simple (ver U2, U41
y U66).
U61. Ejercicios
1 | h[e] h
2 | d[h] h
|–
3 | d[e] 1,2.
9- Diga si son V o F los pasos de este silogismo (de 8) y explique los sen-
tidos de h en los pasos 1 y 2.
10- Diga si el silogismo de 7 es válido lógicamente y explique su res-
puesta.
188 Walter Redmond
106
VC 66B.
107
Palabra de santo Tomás de Aquino; no es éste el lugar de considerar los varios sentidos dis-
cutidos hoy o en la escolástica de este tipo de entidad.
108
VC 66AB, 33AB, 34A; “personal y significativamente”.
La lógica del Siglo de Oro 189
U62. Ejercicios
109
VC 34A.
110
VC 11vA.
111
En el metalenguaje actual se sobrentiende que las constantes lógicas denotan los signos de
la misma forma en el lenguaje-objeto.
La lógica del Siglo de Oro 191
112
La escolástica también usó nombres propios de los términos.
113
En realidad cada vez que se escribe (se profiere...) un signo de M, sería algo concreto a que
conviene la propiedad de ser un signo de tal configuración, y por ende tendría un número dis-
tinto. En estos ejemplos vamos a suponer un solo ejemplo de cada tipo de expresión.
192 Walter Redmond
U63. Ejercicios
114
Recuérdese que se prefería hablar de la referencia de un término cuando éste forma parte de
una oración.
La lógica del Siglo de Oro 193
Los niveles del lenguaje y del ser eran objeto de especulación lógica y
ontológica en la LSO, y los planteamientos eran difíciles y controvertidos.
Presentamos ahora una vista panorámica de las entidades relevantes y su
interrelación.
Hay, como hemos visto, dos tipos de usos lingüísticos, los cuales ocurren:
1) cuando las expresiones no se denotan a sí mismas (ni a expresiones pa-
recidas): la referencia personal (por ejemplo, h2) y simple (h)
2) cuando las expresiones se denotan a sí mismas o a expresiones pareci-
das: la referencia material (por ejemplo, “h2”),
y tres niveles ontológicos:
0) cosas concretas (por ejemplo, q) o proposiciones abstractas (.q[f].)
1) propiedades de cosas (humano, h)
2) propiedades de propiedades (especie, e).
Usamos los números 0, 1 y 2 para estos niveles no tanto porque correspon-
den a los tipos de Russell (su teoría se parece a estas doctrinas escolásticas),
sino más bien porque corresponden a una distinción de la LSO entre los tér-
minos de primera y segunda intención o imposición. Ya que la LSO atribuía
referencia personal a los sentidos de las oraciones (U62), vamos a incluir en
el nivel 0 no sólo las cosas concretas (hombres...), sino también las proposi-
ciones.
Había varias maneras de entender esta compleja doctrina escolástica tradi-
cional115; una manera116 de distinguirlos era simplemente decir que un térmi-
no:
* de segunda intención, “significa según alguna propiedad gramatical,
lógica o retórica”, o sea, significa algo según lo que se sujeta a la in-
tención de la mente”; por ejemplo, “hombre” en “hombre es una es-
pecie” y “‘hombre’ es un término”
* de primera intención, no significa así, o sea, cuando lo que se atribuye
al sujeto “significa algo según lo que tiene en sí mismo”; por ejem-
plo, “hombre” cuando significa a los hombres y “Juan” cuando sig-
nifica a Juan.
115
Que se remonta a los griegos (Aristóteles, Porfirio), árabes (Avicena) y latinos (Boecio).
116
VC 14vB; 15rA, 30AB; pero VC 34AB: “tiene referencia simple todo término de primera
intención que sea el sujeto de una oración cuyo predicado es de segunda intención”.
La lógica del Siglo de Oro 195
117
Ver W. Redmond, “Logik, Wissenschaft und Literatur/ Antonius Rubius”, Concordia,
1993, 24, 24-33.
118
El uso tradicional incluía los aspectos ontológicos y lingüísticos, complicación que n o
está ausente de la teoría de los tipos (ver W. y M. Kneale, The Development of Logic,
Clarendon Press, Oxford, 1964, 658).
196 Walter Redmond
NIVEL ONTOLÓGICO 2
propiedades de propiedades
especie
+
NIVEL ONTOLÓGICO 1
propiedades de cosas
ser término
+
————————————————————
ser humano ser de forma “q” ...
+ +
NIVEL ONTOLÓGICO 0
cosas extralingüísticas Q
cosas lingüísticas
personal: q h1
material: “q”1 0 1
simple: h
personal: e14
t101.
La lógica del Siglo de Oro 197
1 | (“q”)[t] h
2 | “ q ” 101[ “ q ” ] h
|–
3 | “q” 101 [t] 1,2 1:3 (con oración singular)
1 | h[e]
2 | q[h]
|–
|
U64. Ejercicios
6- (t) en (t)[s].
Diga si estas oraciones son V o F en M:
7- “v”[e].
8- q[e].
9- v1[e].
10- v[e].
La lógica del Siglo de Oro 199
PROPIEDAD
conveniencia
COSA significación
referencia
EXPRESIÓN
“Propiedad” aquí indica el universal, el cual puede ser del nivel ontológico
1 o 2. La “cosa” puede ser una cosa concreta no lingüística o lingüística o
una cosa abstracta. La expresión puede pertenecer a varias clases lingüísticas.
La LSO generalmente prefería hablar de la referencia de los términos
cuando estos forman parte de una oración. Y porque en el sistema extensio-
nal la oración de identidad es la básica, tomamos en cuenta aquí sólo los tér-
minos singulares: los nombres propios y vagos. Para cada tipo de “cosa”,
consideraremos el caso de un término vago y un nombre propio (para la re-
ferencia personal y simple) o dos nombres vagos (para la referencia mate-
rial).
200 Walter Redmond
1 ser humano
+
0
conveniencia
significación
Q
referencia personal
h1
primera intención
1 ser humano
+
0
conveniencia
referencia personal
q
primera intención.
U65. Ejercicios
2 especie
+
conveniencia
0
significación
referencia personal
e14
segunda intención
Note que e14 es de segunda intención, por ser un predicado lógico; en este
caso (en la interpretación realista) denota el universal ser humano; la refe-
rencia puede tomarse como personal en el sentido de que no se refiere a su
propia “naturaleza” (especie). La relación de la conveniencia aquí es entre
dos entes abstractos (e y h), no, como en el caso de q[h], entre un ente abs-
tracto (h) y un ente concreto (q).
El siguiente esquema muestra el caso de h, nombre propio del universal o
la especie ser humano:
La lógica del Siglo de Oro 203
2 especie
+
conveniencia
0
referencia simple
h
segunda intención
U66. Ejercicios
119
VC 34AB.
204 Walter Redmond
6- [a] en d[a].
7- v1 en v1[h].
8- h en v1h.
9- [h] en [h]q.
10- ¿Cuáles de las oraciones de arriba son F en M?
La lógica del Siglo de Oro 205
Tomamos aquí como ejemplo la oración de identidad “q” 101 t 101 , disyunto
V, digamos, del descenso de “q” 101 [t]. La oración consta de dos nombres
vagos (pues decidimos no usar nombres propios para referirse a los térmi-
nos). Tenemos, pues, dos propiedades universales, relacionados como género
(ser término) y especie (ser término de la forma “q”). En el caso del término
vago “q”101, pues, la cosa es el término “q”, la expresión es el nombre vago
t101, y la propiedad término:
1 ser término
+
0
significación
referencia personal
t101
segunda intención
La LSO llamó el término vago t101 “de segunda intención” por ser predica-
do lingüístico de la lógica, gramática, o retórica (30B) y aparentemente le
atribuyeron la referencia personal.
En el siguiente esquema la cosa es “q”, la expresión es “q” 1 0 1 , y la
propiedad ser término de la forma “q”.
206 Walter Redmond
1 ser término
+
0
conveniencia
significación
referencia material
“q”101
segunda intención
Podemos tomar “q” como de segunda intención con analogía con h (U66).
U67. Ejercicios
120
VC 68AB.
121
VC 40B.
122
VC 69A.
208 Walter Redmond
123
Por la palabra hebrea tradicional “baro”.
124
VC 66B, 69B.
La lógica del Siglo de Oro 209
U68. Ejercicios
125
Los lógicos de la LSO a veces se referían a alguna posibilidad específica, no nece-
sariamente real.
126
VC 66B.
127
En la historia de la lógica medieval había varias maneras de intrepretar los pares de expre-
siones “de dicto/de re”, “in sentido composito/diviso” y “consequentiae/consequentis”.
La lógica del Siglo de Oro 211
1 | “d[f]”[p] h
|–
2 | “d[f]”p 10001 v “d[f]”p10002 v... 1 dd.
En este caso el número indica no una posibilidad sino una oración de la po-
sibilidad. Es importante notar que los operadores p y n aquí indican realida-
des distintas en la interpretación objetiva (cuando el dictum se toma por la
proposición) y en la lingüística (cuando se toma por la oración). En el pri-
mer caso indica una propiedad de una proposición y en el segundo caso in-
dica una propiedad de una oración. No se confunden prácticamente, porque
el dictum entre puntos muestra que el operador modal es objetivo (referen-
cia personal) y el dictum entre comillas que es lingüístico (referencia mate-
rial).
Para la LSO128, pues, la oración modal de dicto es una oración singular,
donde el predicado es un término cuantificado o vago de la posibilidad o
necesidad y el sujeto es nombre del dicto (nombre propio de la proposición
o nombre vago de la oración).
La modalidad puede ser afectada por la negación; o sea, en L el operador
modal puede combinarse con la barra diagonal (U72). Tenemos estos casos
(aquí D indica el dictum, como proposición u oración):
D[p] D[n]
/D[p] /D[n]
D/(p) D/(n)
/D/(p) /D/(n)
128
VC 66B, 69B.
212 Walter Redmond
Hay que usar llaves {} cuando el alcance del operador es ambiguo. Con
esta simplificación, .δ.[n] y “δ”[n] serían nδ (o n{δ}) y tanto .q[f].[p] como
“q[f]”[p] serían p{q[f]}; un ejemplo de un dictum molecular sería n{q[h] >
q[s]}. La simplificación tendría la ventaja de evitar la necesidad de escoger
entre la interpretación lingüística y objetual de la modalidad y de asemejarse
más al uso de los operadores de re (y al simbolismo modal actual).
129
VC 67B, 68A.
130
En este contexto no significa “mundo”.
La lógica del Siglo de Oro 213
131
VC 70AB.
132
VC 72A.
214 Walter Redmond
des133, pues en los dos casos, de dicto y de re, el dictum se toma “personal y
significativamente”, para la proposición (U64, U68))134. La lógica y filosofía
de la lógica actual conoce todas estas distinciones135.
También podemos analizar las oraciones de re; por ejemplo, tenemos este
descenso136:
1 | [h]p[a] h
|–
2 | h1p[a] v h2p[a] 1 dd
3 | {h1pa1 v h1pa2 v h1pa3} v
| {h2pa1 v h2pa2 v h2pa3} 2 dd (2)
U69. Ejercicios
133
VC 66A, 67A.
134
VC 66A, B.
Por ejemplo, si usamos ◊ y como operadores de la posibilidad y de la necesidad respec-
135
proposición
+
posible imposible
+ +
real (V en M) no real
+ +
necesario innecesario
+ +
Proposiciones + + + +
nombre propio
de las proposiciones .δ[s]. δ[b]. .d[f]. .δ/(s).
nombre vago de
la proposición
d[f] p10001
oración de identidad .d[f].p10001
216 Walter Redmond
oración
+
posible imposible
+ +
real (V en M) no real
+ +
necesario innecesario
+ +
d[f]
+
d[f]
138
Ver VC 66AB, 33AB, 34A; se toma “no en sí mismo sino por lo que significa primaria-
mente”.
La lógica del Siglo de Oro 217
posible | imposible |
real | | |
| necesario | | | |
| | | | |
| necesidades | realidades | posibilidades | “imposibilidades” |
| | | | |
| | | | |
| δ(s) | q[f] | q[f], d[f] | q[b] |
| | | | |
139
Las reglas permiten “reiterar modalidades”; por ejemplo, el “principio de san Anselmo”
en el simbolismo simplificado: n{δ > nδ}.
218 Walter Redmond
U70. Ejercicios
| | | | |
| ∇ ∇ |
| | | | |
| δ | | bδ | |
nδpbδ.
140
VC 41A, 72A.
141
Es interesante que esta oración categórica se interprete como incluyendo implícitamente
dos oraciones; hoy se expresa la misma proposición frecuentemente como ∃x{(x=δ) &
◊Cx}.
220 Walter Redmond
La línea punteada aquí indica una identidad; es decir, se trata del mismo
individuo (Dios) en dos contextos modales. En cambio, la oración pδn[b] es
F, porque aunque pδ (Dios posiblemente [es]) es V, n[b] ([Dios] necesaria-
mente crea) es F. También pδpbδ es V:
pδpbδ.
142
VC 68B.
143 th
V34; W. Redmond, “Modal Logic in 16 Century”, Crítica, 83, 48-49; una salida de la di-
ficultad sería admitir clases vacías (con subíndice 0) o distinguir varios tipos de necesidad.
144
Por ejemplo, en Gilberto Porretano; ver S. Knuuttila, Modalities in Medieval Philosophy,
Londres, New York, 1993; S. Knuuttile / L. Alanen, “Introducción”, “The Foundations of Mo-
La lógica del Siglo de Oro 221
U71. Ejercicios
dality and conceivability in Descartes and his Predecessors”, Modern Modalities, Dordrecht,
1988.
222 Walter Redmond
1 |.δ [s].[n] h
|–
2 |.δ[s]. 1 en
1 |.q[f]. h
|–
2 |.q[f].[p] 1 ip.
1 | p{d[f]} h
|–
2 | /n{d/(f)} 1 mn,
La lógica del Siglo de Oro 223
o en la interpretación objetual:
1 |.d[f].[p] h
|–
2 |.d/(f)./(n) 1 mn.
1 | p{(h)/(-f)} h
|–
2 | p{(-f)/(h)} 1 cs.
o sea:
1 |.(h)/(-f).[p] h
|–
2 |.(-f)/(h).[p] 1 cs.
1 | nδp[b] h
|–
2 | p[b]nδ 1 cs.
qn[v] qn/(v)
q/p/[v] q/p(v)
qp[v] qp/(v)
q/n/[v] q/n(v).
145
VC 72A.
146
VC 70AB.
224 Walter Redmond
(h)n[a] (h)/p(a)
(h)/p/[a] (h)n/(a)
(h)[a] (h)/(a)
(h)p[a] (h)/n(a)
(h)/n/[a] (h)p/(a)
[h]n[a] [h]/p(a)
[h]/p/[a] [h]n/(a)
[h][a] [h]/(a)
[h]p[a] [h]/n(a)
[h]/n/[a] [h]p/(a)
1 | h1n/(a) h
|–
2 | h1n/a1 & h1n/a2 & h1n/a3 1 dd,
1 | h1/p(a) h
|–
2 | h1/pa1 & h1/pa2 & h1/pa3 1 da
1 | h1/p[a] h
|–
2 | h1/pa1 v h1/pa2 v h1/pa3 1 dd,
Las tres identidades en el segundo paso de cada prueba son FVV. Por lo tan-
to las conjunciones (de las dos primeras pruebas) son F y la disyunción (en
147
VC 68AB (las oraciones asertóricas no se encuentran en los cuadros de VC).
La lógica del Siglo de Oro 225
n{q[f]} /p{q[f]}
/p{q/(f)} n{q/(f)}
p{q[f]} p{q/(f)}
/n{q/(f)} /n{q[f]}
o en el simbolismo objetual:
.q[f].[n] .q[f]./(p)
.q/(f)./(p) .q/(f).[n]
.q[f].[p] .q/(f).[p]
.q/(f)./(n) .q[f]./(n)
n{(h)[a]} n{(h)/(a)}
p{[h][a]} p{[h]/(a)}
o sea:
.(h)[a].[n] .(h)/(a).[n]
.[h][a].[p] .[h]/(a).[p]
148
VC 65AB.
149
VC 69AB.
150
En la lógica simbólica, vale la relación de contradicción entre las oraciones del cuadro de
re ∀x{Hx > Ax} y ∃x{Hx & ◊~Ax} y entre las oraciones del cuadro de dicto ∀x{Hx > Ax}
y ◊∃x{Hx & ~Ax}.
226 Walter Redmond
U72. Ejercicios
1 | F“q/(f)” h
|–
2 | F“q/f 1 & q/f3” 1 dc
3 | F“q/f 1 ” & F”q/f3 ” 2 dan
151
No deben confundirse con F = “falso” o la oración anormal.
152
VC 67B.
228 Walter Redmond
153
VC41vB; el pasaje fue omitido en ediciones posteriores.
154
Tampoco, a propósito, se permite la inferencia d/S.q[v] & q[r]. > d/S.q[r] (pues si Dulcinea
no sabe que don Quijote arremete y reposa, entonces hasta donde sepa no arremete o n o
La lógica del Siglo de Oro 229
U73. Ejercicios
reposa), pero sí vale dS.q[f]. > q[f] (pues no se puede “saber” –en el sentido estricto– que algo
F es V).
230 Walter Redmond
155
Un aspecto de la discusión pertenece a la segunda parte de la lógica de la LSO (por ejem-
plo, la Dialectica resolutio, de Vera Cruz) en el contexto de los universales y los predicables
(Porfirio, siglo III d.C.) y de las categorías y la “demostración” (Categorías y Analíticos
posteriores de Aristóteles).
156
Los “predicables” de Porfirio (punto de partida de estas discusiones escolásticas) eran cin-
co: accidente, proprium (en latín; idion en griego) y género, especie y diferencia; combina-
mos los últimos tres como “esencia”.
157
Si en vez de “contingente/necesario”, e “informativo/no informativo” ponemos respecti-
vamente “a posteriori/a priori” y “sintético/analítico”, tenemos el esquema de Kant de los
“juicios”. También para él la oración científica (la cual corresponde al juicio sintético a prio-
ri) tiene un proprium como predicado.
La lógica del Siglo de Oro 231
1 | {a1l1 v a1l2 v a1l3} & {a2l1 v a2l2 v a2l3} & {a3l1 v a3l2 v a3l3} h
|–
2 | (a)[l] 1 ad, ac
158
VC 37A.
159
VC 39A.
160
En las quaestiones proemiales; Logica mexicana, Alcalá, 1603, etc.; la cita de abajo es de
la edición de Alcalá, 1610, 25B-26A. W. Redmond, “Science, Logic and Necessity in the
Logica Mexicana” (en publicación); “Logik, Wissenschaft und Literatur/ Antonius Rubius”,
Concordia, 1993 (24), 24 y ss.; “Lógica y ciencia en la Lógica mexicana de Rubio”, Quipu,
1984 (v.1), 55 ss.
232 Walter Redmond
2 propiedades de propiedades
0 cosas singulares
LO LINGÜÍSTICO LO MENTAL
161
La doctrina tradicional de los tres universales (de Avicena) se relaciona así:
el universal en sí
antes de la cosa
U74. Ejercicios
163
No usaban las letras “x” e “y”, pero tenían la idea de variable en este contexto.
La lógica del Siglo de Oro 235
U75. Ejercicios
1- ¿Cuáles son las tres áreas en torno a las cuales se ha discutido el objeto
de la lógica?
2- Cómo contestarían los nominalistas la pregunta: ¿cuál es el objeto
principal de la lógica (qué cosa estudia la lógica)?
Según la teoría realista expuesta, el objeto principal de la lógica son:
3- Los actos mentales de una persona individual (¿V o F?).
4- Los signos del lenguaje pronunciados o escritos (¿V o F?).
5- Las propiedades de primer nivel como la de tener ADN (¿V o F?).
6- Las propiedades de segundo nivel como la de enunciarse de (¿V o
F?).
Según la teoría realista expuesta:
7- ¿Cuáles son las cosas a las que se atribuyen las propiedades que la ló-
gica estudia?
8- ¿Qué quiere decir “no real” cuando se dice que el objeto de la lógica
no es real?
9- ¿Qué quiere decir “racional” cuando se dice que el objeto es racio-
nal?
10- ¿Cuál es la solución definitiva de la LSO del problema del objeto de
la lógica?
RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS
U1
U2
1- Todos
2- F.
3- F.
4- F.
5- F; el esquema sólo indica las relaciones entre los individuos y las pro-
piedades en la categoría de la sustancia; no indica las relaciones entre
los individuos y las categorías accidentales (podríamos indicarlas si
quisiéramos).
6- V.
238 Walter Redmond
U3
1- F; L forma parte de M.
2- F; en L no importa la morfología española.
3- m.
4- Porque no usamos adjetivos demostrativos con los nombres propios.
5- La referencia sería igual (es decir, a Rocinante).
6- Porque el español es más complicado que L.
7- Porque la frase “yelmo de Mambrino” entresaca un solo objeto.
8- “Esta/esa/aquella/aquesta cosa fea”.
9- “Esta/esa... cosa que carga/arremete contra los molinos de viento”.
10- Los tendrán en la próxima unidad.
U4
1- Sustancia.
2- Este/ese/aquel [señalando a Dulcinea] animal.
3- Esta/esa/aquella [señalando a Don Quijote] cosa que tiene ADN.
4- No es una expresión bien formada de L, porque no se usan subíndices
con nombres propios (tampoco en español se dice “este Rocinante”).
5- Sería “este –apuntando a Don Quijote– gigante”, pero es error en M,
porque Don Quijote no es gigante.
6- No se puede traducir, porque falta el señalamiento, pues no se
especifica a qué cosa fea se refiere (¿q o r?).
7- f4.
8- s.
Respuestas a los ejercicios 239
U5
U6
U7
U8
1- No.
2- No; un nombre propio no puede cuantificarse.
3- Sí.
Respuestas a los ejercicios 241
4- Sí.
5- Sí.
6- Sujetos de 3, 4 y 5: [f], (y), m4; predicados de 3, 4 y 5: q, (h), (y).
7- 4 y 5.
8- V.
9- F.
10- q[h].
U9
1- Sí.
2- Sí.
3- Sí.
4- Sí.
5- No, porque tiene el término cuantificado (-y).
6- V.
7- En el sentido de que a ellas pueden reducirse las oraciones con la
cuantificación.
8- Las oraciones:
n.1: “Este –1– hombre es Dulcinea”.
n.2: “Dulcinea es Don Quijote”.
n.3: “Dulcinea es Dulcinea”.
n.4: “El yelmo de Mambrino es aquel [4] yelmo”.
9- h2d, dd, my4.
10- Porque sus unidades se refieren a lo mismo.
U10
1- r/r.
2- c3/-a4.
3- m/q.
4- -f2/-f4.
242 Walter Redmond
5- r/v1.
6- 2, 3, 4, 5.
7- Porque afirman correctamente que las unidades no se refieren a lo
mismo.
8- “Este ser humano –2– no es aquel –3– caballo”.
9- “Dulcinea no es ese ser –3– que tiene ADN”.
10- “Esta cosa –2– que no arremete contra molinos de viento no es Don
Quijote”.
U11
1- q[l].
2- dh2.
3- d[h].
4- r/(h).
5- r/h2.
6- [s]d.
7- Todas son V.
8- 1, 3, 4, 6.
9- “El yelmo de Mambrino es no-animal” y “el yelmo de Mambrino
no es animal”.
10- Porque el primer predicado (“no-animal”) tiene el sentido: “es algo
que no es animal” y el segundo (“animal”) tiene el sentido: “no es
nada que es animal”.
U12
1- F.
2- V.
3- V.
4- F.
5- F.
6- V.
Respuestas a los ejercicios 243
7- V.
8- V.
9- V.
10-F.
U13
U14
1- (h)[l].
2- [h][l].
244 Walter Redmond
3- [h]/(l).
4- [h]/(f).
5- [h][f].
6- (y)/(-a).
7- [y]/(-a).
8- (y)[-a]
9- h1/(a).
10- Cambie su calidad y su cantidad.
U15
1- Porque hay un yelmo (el de Mambrino) que es idéntico con toda cosa
no-animal (la única cosa no-animal en M es el yelmo de Mambrino).
2- Sí.
3- N.
4- R.
5- G.
6- N.
7- F.
8- G
9- Las oraciones:
n.3: V; porque en primer lugar es contradicción de la oración F (h)(a),
la cual es falsa, y también, es cierto que para cada hombre en M hay al
menos un animal con el que no es idéntico (Don Quijote no es ni Dul-
cinea ni Rocinante, y Dulcinea no es ni Don Quijote ni Rocinante).
n.4: F, pues ningún hombre es idéntico con toda cosa que tiene ADN
(hay tres).
n.5: F, pues es contradicción de la oración F (y)(-a), la cual es verda-
dera.
n.6: V, pues es contradicción de la oración R [h](l) (n.4), la cual es
falsa.
n.7: F, pues hay dos animales con los que Rocinante no es idéntico:
los dos seres humanos.
n.8: V, pues es contradicción de la oración F (c)(a) (n.7), la cual es
falsa.
Respuestas a los ejercicios 245
U16
U17
1- Sí.
2- Todos.
3- Son contrarias.
4- Son contrarias.
5- Son contradictorias.
6- Son contradictorias.
7- Son subalternas.
8- Son subalternas.
9- Las oraciones:
n.3: s1(a) es F.
n.4: (s)a1 es F.
n.5: [a]s1 es V.
n.6: (s)h1 es F.
n.7: q(a) es F.
n.8: (s)/a1 es F.
10- Porque Don Quijote (a1) no es idéntico con al menos una sustancia
(en efecto no es ni Dulcinea ni Rocinante ni el yelmo de Mambrino).
U18
1- Porque (si hay un animal) (a)[a] implica [a][a] y en todo caso (a)[a] es
una verdad lógica.
2- Porque implica, por ejemplo, que Don Quijote es Dulcinea.
3- Porque todo caballo es todo caballo pues hay uno solo.
4- V, porque hay un solo yelmo en M.
5- Porque muchas formas coinciden.
6- Son contrarias.
7- Son contradictorias.
8- Son subcontrarias.
9- Son subalternas.
10- Son equivalentes.
Respuestas a los ejercicios 247
U19
U20
1- Todas.
2- Sólo ‹q›.
3- Juegan Rocinante y Dulcinea.
4- Una cosa que arremete contra los molinos de viento y cada cosa fea
juegan.
5- Aquel –3– caballo y un ser humano juegan.
6- Don Quijote y todo hombre no juegan; no juega con ningún hombre.
7- Don Quijote y Rocinante son esta –1– cosa y aquella –3– cosa que
juegan.
8- Esta –1– cosa y esa –3– cosa que juegan no son Quijote y Dulcinea.
9- ‹dr›/(j).
10- No se puede decir, porque no se ha especificado a qué objetos
conviene la propiedad j.
248 Walter Redmond
U21
1- V.
2- El “par” que juega Dulcinea-Dulcinea.
3- Sí (los nombres vagos pueden usarse como oraciones existenciales);
significa: “hay (el par) Dulcinea y Dulcinea que juegan” o “existe
Dulcinea que juega consigo misma”.
4- ‹dd›[j] y ‹dd›j2-2.
5- Las líneas que representan las relaciones semánticas van de dd y de j2-2
hasta el “par” Dulcinea.
6- Sería q[j], pero j aquí no es la misma propiedad como en jd[j], porque
en q[j] es una propiedad monádica y en jd[[j] es poliádica (una rela-
ción); en L usamos j como relación.
7- Sí.
8- El par Don Quijote-Dulcinea es autoidéntico (idéntico consigo mis-
mo), pero Don Quijote no es idéntico con Dulcinea.
9- Poliádica.
10- Sí, L podría expresar la relación de sujeto y complemento (U22),
pero la LSO se limitó en este contexto a las oraciones que contienen
dobles sujetos.
U22
1- ℜdy 4.
2- ℜdy 4.
3- ℜdy 4.
4- ℜh 2y 4.
5- ℜd[y].
6- ℜ[h][y].
7- ℜ(h)[y].
8- ℜ[h](y).
9- ℜ(-a)(y).
Respuestas a los ejercicios 249
10-
Propiedad relacional pertenecer a
Individuos D R
......................................................................................................................
nombres propios r
nombre vagos h2
relaciones
semánticas
U23
U24
1- “Dulcinea existe”.
2- d > d/(f).
3- VVF.
4- FV.
5- VF.
6- VV.
7- VVV.
8- F.
9- V.
10-V.
U25
U26
1- V (FV).
2- V (VV).
3- V (VV).
4- V (VVV).
Respuestas a los ejercicios 251
5- F (FFF).
6- V (VFF)
7- V (FVF).
8- V (VVV).
9- F (FFF).
10- V (VFF).
U27
U28
6- V (VV).
7- V (VV).
8- V (FF; una combinación de R y R*).
9- V (VV; una combinación de N y N*).
10- F (FV; una combinación de R* y N*, oraciones que también son
contradictorias).
U29
U30
7- V (FF).
8- F (VV).
9- V (FV; estas oraciones son F* y N*).
10- V (FV; estas oraciones son F y N).
U31
U32
U33
1- V.
2- F; m[y] es una conclusión permitida por la regla ec.
3- 1 ec.
4- V.
5- V; sería la repetición de 1.
6- m(y) y (a)(a).
7- Podemos permitir estas conclusiones: qq, dd, rr, qq & dd, qq & rr, dd
& rr.
8- F.
9- (h)[s] & (y)[s] y (y)[s] & (h)[s].
10- Porque en ec hay un sola conjunción lo que desbaratamos, pero en ic
son dos oraciones que combinamos en una conjunción.
U34
1- V (VV).
2- V (VF).
Respuestas a los ejercicios 255
U35
1- qq.
2- qq.
3- h1 & l1 (note que pueden eliminarse las llaves cuando no hay ambigüe-
dad).
4- h1 & l1.
5- dq[j] & qd[j].
6- /q.
7- h1/(l).
8- h2/(a).
9- h2/(a).
10- h2(a).
U36
1- (y)/(-a).
2- [y]/(-a).
3- (y)[-a].
4- q[a].
5- q/[a].
6- q(a).
256 Walter Redmond
7- [a]/(h) (O*)
8- [a]/[h] (G*).
9- (a)(h) (F*).
10- [a](h) (R*).
U37
U38
U39
1- [-v]/(-h).
2- (-h)[-a].
3- (a)[v].
4- [h]/(-v).
5- [-h]/(-y).
6- [h]/(-y).
7- Las oraciones:
n.1: V.
n.2: F.
n.3: F.
n.4: V.
n.5: V.
n.6: F.
8- Pues dice que algo que arremete contra los molinos de viento no es
no-humano; en efecto, Don Quijote no es ni Rocinante ni el yelmo de
Mambrino.
9- Porque [s][h] es V en M pero [-h][-s] es F, porque no es cierto que
una cosa no-humana es una cosa no-sustancial; en M cada cosa no-
humana (Rocinante y el yelmo de Mambrino) son sustancias.
10- Reglas que justifican los pasos:
n.2: 1 obversión.
n.3: 2 cs.
n.4: 3 obversión.
258 Walter Redmond
U40
1- [c]/(y).
2- [s][-a].
3- [-a][-v].
4- [s][h].
5- [v][c].
6- [a][-y].
7- Las oraciones:
n.1: V.
n.2: V.
n.3: F.
n.4: V.
n.5: F.
n.6: V.
8- Si es cierto que todo hombre no es algún animal, entonces algún ani-
mal tampoco es algún hombre.
9- Pues si cambiamos las letras y alteramos la cuantificación del sujeto,
sacamos la oración falsa (f)/(h), y la implicación [h]/(f) > (f)/(h) es in-
válida por ser el antecedente verdadero y el consecuente falso.
10- La prueba:
1 | (h)[a] h
|–
2 | [h][a] 1 subalternidad
3 | [a][h] 2 cs.
U41
1- V.
2- F.
3- F.
4- V.
5- F; también las propiedades accidentales tienen significación.
Respuestas a los ejercicios 259
U42
1- V.
2- F; suppositio es una expresión más amplia que “referencia.”
3- F; la oración verificatoria correspondiente sería 3r.
4- Pueden usarse 1[a], 2[a] o 3[a].
5- F; tiene referencia no porque (h)[f] sea V sino porque 1[h] (o 1[h]) es
V.
6- F; un término no tiene referencia simplemente porque es usado en una
oración V. En todo caso, podemos ver un problema con la interpre-
tación escolástica de la oración universal164.
7- No.
8- Podría decirse que la conectiva &, como relación, se refiere a las ora-
ciones o proposiciones conjuntivas; es claro que tiene significación
(no representada en el esquema de M).
9- Porque puede tener referencia en un contexto y no en otro.
10- V; pero es F en M y en el mundo real.
U43
U44
U45
1- dd.
2- ad.
3- dd (2).
4- ad.
5- {VFF} v {FVF}; la disyunción total es V. El esquema aclara estas rela-
ciones.
Respuestas a los ejercicios 261
V V
U46
1- dd.
2- ad.
3- ac (2).
4- ac (2).
5- h2(h); F.
6- (h)[f]; F.
7- (a)[l]; V.
8- {h1l1 v h1l2 v h1l3} & {h2l1 v h2l2 v h2l3}
V F F F V F
V V
V
262 Walter Redmond
F F F
10-
NO 1 | (h)[l]
|–
2 | (h)l1 v (h)l2 v (h)l3 1 dc (VIOLACIÓN)
3 | {h1l1 & h2l1} v {h1l2 & h2l2} v {h132 & h2l3} 2 dd
U47
V V V
2- F.
3- F; el dc sólo se aplica a unidades cuantificadas universalmente.
4- h1(v) v h2(v).
5- f1[h] & f3[h].
6- ms1 v ms2 v ms3 v ms4.
7- Sí; (h)[l].
8- No; [l](h) es F.
9- Sí; (h)/(y).
10- Como hemos presentado la convención de comenzar a la izquierda,
no. Pero no hay que observar la convención si la oración es converti-
ble simplemente (ver anotación, U45). Puesto que (y)/(h) es converti-
Respuestas a los ejercicios 263
U48
U49
U50
U51
1- V.
2- Las operaciones entre las oraciones:
dcdc dcdc
addc addc dcad dcad
dc dc adad adad dc dc
ad adad ad
dc dc
addc dcad
dc adad dc
adad
G' [S]/[S]
8- Todas son V.
9- Las oraciones de 50.4 serían V y F en esta disposición:
F
FF
F V F
VV
V
10- La pauta de 50.3 sería:
FF
FF FF
V V FF F V
VV VV
VV
U52
U53
1- m&d[s]
2- [f]mv d.
3- qv m[-a].
4- d[v]v [f].
5- d[f] v q[f].
6- q[f] & q[v].
7- m[f] & m[-a].
8- Saco un análisis F:
1 | q&d[1] h
|–
2 | q&d11 v q&d12 v q&d13 v q&d1 4 1 dd
3 | {q11 & d11} v
| {q11 & d11} v
| {q11 & d11} v
| {q11 & d11} 2 ud (4)
U54
1- 1:3, darii.
2- 3:3, disamis.
3- 1:2, celarent.
4- 2:3, festino.
5- 1:4, ferio.
268 Walter Redmond
6- a.
7- y.
8-El paso 2, [f][h].
9-La única diferencia es la conversión de la premisa mayor ((y)/(v) en 4
y (v)/(y) en 5).
10- 1:5 (modo indirecto).
U55
3-
1 | [M]/(P)
2 | (M)[S]
|–
4-
1 | [M]/(P)
2 | (M)[S]
|–
3 | | (S)[P] negación de [S]/(P) (conclusión de 3:5)
| |–
Respuestas a los ejercicios 269
5-
1 | [M]/(P)
2 | (M)[S]
|–
3 | | (S)[P]
| |–
4 | | (M)[S] 2r
6-
| [M]/(P)
1
| (M)[S]
2
|–
3 | | (S)[P]
| |–
4 | | (M)[S]
5 | | (M)[P] 3,4 1:1.
7- Constituyen el silogismo 1:1.
8-
1 | [M]/(P)
2 | (M)[S]
|–
3 | | (S)[P]
| |–
4 | | (M)[S]
5 | | (M)[P]
6 | | [M]/(P) 1 r.
U56
U57
| | |–
8g | | | qh1 7r
8h | | | qa2 8f,8g i o transitividad de la identidad
8i | | | qa1 v qa2 v qa3 8h id (2)
||
8j | | | h 1a 3 h (de 8a)
| | |–
8k | | | qh1 7r
8l | | | qa3 8j,8k i o transitividad de la identidad
8m | | | qa1 v qa2 v qa3 8l id (2)
||
8n | | qa1 v qa2 v qa3 8a,8b-8e,8f-8i,8j-8n ed
9 | | q[a] 8n ad
|
10 | | qh2 h (de 6)
| |–
11 | | h2[a] 5r
11a | | h 2 a 1 v h2 a 2 v h2 a 3 11 dd
||
11b | | | h 2a 1 h (de 11a)
| | |–
11c | | | qh2 10 r
11d | | | qa1 11b,11c i o transitividad de la identidad
11e | | | qa1 v qa2 v qa3 11d id (2)
||
11f | | | h 2a 2 h (de 11a)
| | |–
11g | | | qh2 10 r
11h | | | qa2 11f,11g i o transitividad de la identidad
11i | | | qa1 v qa2 v qa3 11h id (2)
||
11j | | | h 2a 3 h (de 11a)
| | |–
11k | | | qh2 10 r
274 Walter Redmond
U58
9- “De esta [apuntando a Don Quijote] cosa fea que arremete contra mo-
linos de viento hay un caballo feo”; las dos unidades son complexivas
de acepción simple, y la primera es “oblicua”.
10- La respuesta podría ser “porque tiene la propiedad de constar de
materia y forma conforme alguna teoría escolástica de la
individuación.
U59
U60
1- Simple.
2- Material.
3- Personal.
4- Personal.
5- Personal.
6- Personal.
7- Personal, pues no se refiere a sí mismo ni a otras muestras parecidas
(U63, U67).
8- Personal, pues no se refiere a la naturaleza especie.
9- Personal.
10- No; ambos son F. (y)[e] es F, porque implica que el yelmo de Mam-
brino es una especie; da por dc y 4[e]. (y)[t] es F, porque implica que
el yelmo es un término; da por dc y4[t].
U61
U62
U63
1- (“q”): todo signo del tipo “q”; en cambio (q) no es una expresión
bien formada, porque un nombre propio no puede cuantificarse. Note
que (“q”), si se usa por sí solo, sería una oración existencial (todo es
signo del tipo “q”); en estos ejercicios vamos a prescindir de tal
interpretación.
2- [h]: algún hombre, [“h”]: algún signo del tipo “h” y h: la propiedad
de ser hombre.
3- h1: este –1– hombre (Don Quijote), “ h 1 ”: la propiedad de ser signo
del tipo “h1 ”, “h1 ” 113 : este –113– signo del tipo “h1 ”, y (“h1 ”): todo
signo del tipo “h1 ”.
4- (y): todo yelmo, (“(y)”): todo signo del tipo “(y)” y ( “ ( “ ( y ) ” ) ” ) :
todo signo del tipo “(“(y)”)”.
5- (y) tiene la referencia personal y es del lenguaje-objeto (se refiere a
cosas extralingüísticas: yelmos), (“(y)”) tiene la referencia material y
es metalingüístico (se refiere a la expresión lingüística “(y)”) y
(“(“(y)”)”) tiene referencia material y pertenece a un “metameta-
lenguaje” (se refiere a la expresión metalingüística “(“(y)”)”). Evi-
dentemente se podría proceder al infinito.
6- .r[f]./(t), la proposición de ser Rocinante feo no es un término, es V,
“r[f]”[t], la oración r[f] es un término, es F.
7- r[f], Rocinante es feo, es V .r[f].[s], la proposición de ser Rocinante feo
es una sustancia, es F y “r[f]”[s], la oración r[f] es una sustancia, sería
V si permitiéramos la propiedad ser oración debajo de no-animado y
consideráramos las oraciones como sustancias.
8- q[t] es F, “q”[t] es V, “a[f]”[t] es F (“a[f]” es una expresión lingüís-
tica pero no es un término) y .a[f].[t] es F (el sentido de una oración
no es un término).
9- (“[a](h)”)/(a) y “[a](h)” 1021 /(a) son V (ninguna expresión lingüística
es un animal).
10- Porque no los hemos admitido en M. La LSO (san Vicente Ferrer;
ver I. M. Bochenski, Historia de la lógica formal, Gredos, Madrid,
1987, 179-180) asignó los nombres propios “A” y “B” a ciertos
términos individuales.
Respuestas a los ejercicios 279
U64
U65
U66
U67
U68
U69
1- V.
2- F; lo es de /D[p].
3- F; lo es de D/(n).
4- V.
5- Las oraciones:
n.1: V (no es posible que un yelmo sea humano).
n.2: V (Dulcinea puede no ser fea).
n.3: F (Dios tiene que ser una sustancia).
n.4: V.
6- V.
7- F; lo es de U/pV.
8- Las oraciones:
n.6: V.
n.7: V (Don Quijote no puede ser un yelmo).
9- Es necesario de dicto (es necesario que todo lo que corre se mueva)
pero no de re (es F decir que lo que corre se mueva necesariamente).
10- Las oraciones en su forma simplificada:
n.1: /p{m[h]}
n.2: p{d/(f)}
n.3: /n{δ[s]}
n.4: /p{δ/{s)}.
U70
U71
| | | | |
| | Q Q | |
| | | | |
| | q | [-f] | |
qp[-f]
U72
1- V.
2- V; el descenso sería δ/ns1 v δ/ns2 v δ/ns3 v δ/ns4 v δ/nsδ (VVVVF; por eso
la disyunción es V).
284 Walter Redmond
3- F; el descenso sería δ/ns1 & δ/ns2 & δ/ns3 & δ/ns4 & δ/nsδ (VVVVF; por
eso la conjunción es F).
4- V; δp/s1 v δp/s2 v δp/s3 v δp/s4 v δp/sδ (VVVVF).
5- n{d/(f)} y dn[f] (o d/p/[f]).
6- p{[y][-a]}.
7- (y)n[a] (o (y)/p/[a]).
8- p{[h][v]}.
9- F; porque mp[f] implica que el yelmo de Mambrino está en M (o, di-
gamos, algún otro mundo posible específico), pero p{m[f]} sólo im-
plica que el yelmo está en al menos un mundo.
10- Los cuadros; en el simbolismo simplificado:
n{(h)[a]} n{(h)/(a)}
/p{[h]/(a)} /p{[h][a]}
(h)[a] (h)/(a)
p{[h][a]} p{[h]/(a)}
/n{(h)/(a)} /n{(h)[a]}.
U73
1- F.
2- Porque el calificativo “V” no cambia el valor veritativo de la oración,
pero “necesario” y “posible”, sí (U68).
3- Porque, ya que la oración sobre lo real se tomaba como básico, hablar
de cosas no reales, por ejemplo, constituye una expansión.
4- Porque, ya que la oración sobre el presente se tomaba como básico,
hablar del pasado y futuro representa una expansión.
5- “q[-f]”[p] es V y F“q[-f]” sería V si y sólo si Don Quijote no será
feo.
6- “d[-f]”[p] es V y F“d[-f]” sería V si y sólo si Dulcinea no será (por
ejemplo, seguirá no siendo) fea.
Respuestas a los ejercicios 285
7- n{δSq[f]} (es necesario que Dios sepa que Don Quijote es feo) es V
según la teología filosófica tradicional y n{q[f]} (es necesario que
Don Quijote sea feo) es F.
8- Es válida, pero la conclusión es F (al menos una de las premisas es F).
9- δSq[f] > n{q[f]} es de re y es F; n{δSq[f] > q[f]} es de dicto y es V.
10- Las premisas son V pero la prueba es lógicamente inválida y no esta-
blece la conclusión.
U74
1- Propio.
2- Esencial.
3- Contingente.
4- Contingente.
5- Contingente.
6- Esencial (según la teología ortodoxa, el ser es parte de la “definición”
de Dios).
7- Esencial.
8- (Tras desplegar la definición) el predicado de q[f] es contingente y el
de q[l] es propio.
9- Los predicados de r[f] y q[f] son contingentes.
10- Por ejemplo, “la inducción es virtualmente completa”.
U75
h: hipótesis (premisa)
1 | h
|–
i: identidad
1 | qh1 h
2 | q[f] h
|–
3 | h 1[f] 1,2 i
Reglas 293
1 | d[-f] h
|–
2 | d/(f) 1 inf
a: animal
A: oración de la forma (S)[P]
A*: oración de la forma (P)[S]
A': oración de la forma (S)[S]
ac: regla del ascenso conjuntivo
ad: regla del ascenso disyuntivo
b: crear
.b.: (símbolo escolástico; U50)
c: caballo
C: creer
cs: regla de la conversión simple
d: Dulcinea
dan: regla de distribución en la unidad compleja (U48, 73)
dc: regla del descenso conjuntivo
dcu: regla del descenso conjuntivo en una unidad complexiva
dt: regla del distribución en una unidad complexiva
δ: Dios
e: especie
E: oración de la forma (S)/(P)
E*: oración de la forma (P)/(S)
E': oración de la forma (S)/(S)
ec: regla del eliminación de la conjunción
ed: regla del eliminación de la disyunción (dilema)
en: regla de la eliminación de la necesidad
f: feo
F: falso; oración de la forma (S)(P); futuro
F*: oración de la forma (P)(S)
F': oración de la forma (S)(S)
296 Walter Redmond
g: gigante
G: oración de la forma [S]/[P]
G*: oración de la forma [P]/[S]
G': oración de la forma [S]/[S]
h: (justificación) del hipótesis (premisa); ser humano
i: regla de la identidad: eliminación de la identidad, la ley de Leibniz
I: oración de la forma [S][P]
I*: oración de la forma [P][S]
I': oración de la forma [S][S]
ic: regla del introducción de la conjunción
id: regla del introducción de la disyunción
inf: equivalencia de negación y término infinito
ip: regla de la introducción de la posibilidad
j: jugar
l: tener ADN (ácido desoxirribonucleico)
L: lenguaje simbólico que aísla el contenido lógico de la LSO
LSO: la lógica escolástica del Siglo de Oro
m: el yelmo de Mambrino
M: mundo de juguete presentado para ilustrar la lógica; el término
medio (el que está presente en ambas premisas)165
mn: equivalencias de modalidad y negación
mp: regla del modus ponens
mt: regla del modus tollens
n: necesidad (propiedad y operador)
N: oración de la forma (S)/[P]
N*: oración de la forma (P)/[S]
N': oración de la forma (S)/[S]
O: oración de la forma [S]/(P)
O*: oración de la forma [P]/(S)
O': oración de la forma [S]/(S)
oc: equivalencias de Ockham (De Morgan)
p: posibilidad (propiedad y operador)
165
Los términos medio, mayor y menor son definidos según Pedro Hispano.
Abreviaturas 297
1. JUAN CRUZ CRUZ, Intelecto y razón. Las coordenadas del pensamiento clásico (1999)
2. JOSÉ ÁNGEL GARCÍA CUADRADO, La luz del intelecto agente. Estudio desde la meta-
física de Báñez (1999)
3. TOMÁS DE AQUINO, Cuestión disputada del alma. Traducción y notas de Ezequiel
Téllez. Estudio preliminar de Juan Cruz Cruz (1999, 22001)
4. PALOMA PÉREZ-ILZARBE, El significado de las proposiciones. Jerónimo Pardo
(†1502) y las teorías medievales de la proposición (1999)
5. TOMÁS DE AQUINO, Comentario al libro de Aristóteles sobre la interpretación.
Traducción e introducción de Mirko Skarica. Estudio preliminar, revisión y
notas de Juan Cruz Cruz (1999)
6. VALLE LABRADA, Filosofía jurídica y política de Jerónimo Castillo de Bobadilla (1999)
7. MARÍA JESÚS SOTO BRUNA Y CONCEPCIÓN ALONSO DEL REAL, De processione
mundi. Estudio y edición crítica del tratado de Domingo Gundisalvo (1999)
8. OLGA L. LARRE, La filosofía natural de Ockham como fenomenología del individuo
(2000)
9. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a la Ética a Nicómaco de Aristóteles. Estudio preli-
minar y notas de Celina A. Lértora Mendoza (2000, 22001)
10. TOMÁS DE AQUINO, Exposición sobre el “Libro de las causas”. Introducción, tra-
ducción y notas de Juan Cruz Cruz (2000)
11. JUAN DE SANTO TOMÁS, El signo. Cuestiones I/5, XXI, XXII y XXIII del ‘Ars Lo-
gica’. Introducción y traducción anotada de Juan Cruz Cruz (2000)
12. TOMÁS DE AQUINO, Cuestión disputada sobre las virtudes en general. Estudio pre-
liminar, traducción y notas de Laura Corso de Estrada (2000)
13. JUAN CARAMUEL, Gramática audaz. Traducción de Pedro Arias. Estudio preli-
minar de Lorenzo Velázquez (2001)
14. JESÚS GARCÍA LÓPEZ, Metafísica tomista: Ontología, Gnoseología y Teología natural
(2001, 22001)
15. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a los libros de Aristóteles Sobre el sentido y lo sen-
sible y Sobre la memoria y la reminiscencia. Introducción, traducción y notas de
Juan Cruz Cruz (2001)
16. DIEGO DE AVENDAÑO, Derecho, Consejo y Virreyes de Indias (Thesaurus Indicus,
vol. I, tit. I-III). Introducción y traducción de Ángel Muñoz García (2001)
17. PEDRO DE LEDESMA, Sobre la perfección del acto de ser creado (1596). Introducción
y traducción de Santiago Orrego (2001)
18. LOUIS LACHANCE, Humanismo político. Individuo y estado en Tomás de Aquino
(2001)
19. NICOLÁS DE CUSA, Diálogos del idiota, El possest, La cumbre de la teoría. Introduc-
ción, traducción y notas de Ángel Luis González (2001)
20. FRANCISCO UGARTE, Metafísica de la esencia. Un estudio desde Tomás de Aquino
(2001)
21. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a la Física de Aristóteles. Traducción y estudio
preliminar de Celina A. Lértora Mendoza (2001)
22. TOMÁS DE AQUINO Y PEDRO DE ALVERNIA, Comentario a la Política de Aristóteles.
Traducción de Ana Mallea (2001)
23. IGNACIO VERDÚ BERGANZA, Thomas Bradwardine. El problema de la libertad (2001)
24. JUAN POINSOT (JUAN DE SANTO TOMÁS), Verdad trascendental y verdad formal.
Introducción y traducción anotada de Juan Cruz Cruz (2002)
25. TOMÁS DE AQUINO, El ente y la esencia. Traducción, estudio preliminar y notas
de Eudaldo Forment (2002)
26. M.ª CARMEN DOLBY, El hombre es imagen de Dios. Visión antropológica de San
Agustín (2002)
27. SAN ANSELMO, Proslogion. Introducción, traducción y notas de Miguel Pérez
de Laborda (2002)
28. JOSÉ MIGUEL GAMBRA, La analogía en general. Síntesis tomista de Santiago M.
Ramírez (2002)
29. GUILLERMO DE OCKHAM, Pequeña suma de filosofía natural. Introducción y tra-
ducción anotada de Olga Larre (2002)
30. SANTIAGO GELONCH, Separatio y objeto de la metafísica. Una interpretación textual
del Super Boetium de Trinitate, q5 a3, de Santo Tomás de Aquino (2002)
31. PSEUDO JUSTINO, Refutación de ciertas doctrinas aristotélicas. Traducción, intro-
ducción y comentario de Marcelo D. Boeri (2002)
32. JEAN-PIERRE TORRELL, Iniciación a Tomás de Aquino: su persona y su obra (2002)
33. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a los Analíticos Posteriores de Aristóteles. Tra-
ducción, estudio preliminar y notas de Ana Mallea y Marta Daneri-Rebok
(2002)
34. TOMÁS DE AQUINO Y PEDRO DE ALVERNIA, Comentario al libro de Aristóteles sobre
El cielo y el mundo. Introducción y traducción anotada de Juan Cruz Cruz
(2002)
35. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, I/1: El miste-
rio de la Trinidad (I, d1-21). Edición de Juan Cruz Cruz (2002)
36. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, I/2: Trinidad
de Personas. Atributos divinos (I, d22-48). (En preparación)
37. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, II/1: La crea-
ción. Ángeles, demonios, seres corpóreos, hombre (II, d1-20). (En preparación)
38. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, II/2: El peca-
do original. La justificación. El pecado actual (II, d21-44). (En preparación)
39. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, III/1: La
encarnación del Verbo y la Redención (III, d1-22). (En preparación)
40. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, III/2: Las vir-
tudes en Cristo y en los fieles. Los mandamientos (III, d23-40). (En preparación)
41. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, IV/1: Los
sacramentos. Bautismo, Confirmación y Eucaristía. (IV, d1-13). (En preparación)
42. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, IV/2:
Penitencia, Extremaunción (IV, d14-23). (En preparación)
43. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, IV/3: Orden,
Matrimonio (IV, d24-42). (En preparación)
44. TOMÁS DE AQUINO, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, IV/4:
Postrimerías (IV, d43-50). (En preparación)
45. WALTER REDMOND, La lógica del Siglo de Oro. Una introducción histórica a la lógi-
ca (2002)