Está en la página 1de 1

Desde luego que no podemos volver al pasado, pero por el Espíritu podemos

vivir nuevamente las intenciones de Juan Wesley en nuestros servicios de


adoración, viniendo a adorar a Dios con un corazón ardiente. Recordemos
Juan 4:24b, “quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”. La
mujer samaritana encontró que Jesús ya conocía su vida corrompida, pero
también encontró liberación para su vida. Tanto gozo sintió, que corrió a su
pueblo anunciando al Mesías.

Cuando venimos a adorar, debemos venir con arrepentimiento y humildad a los


pies de Jesús, quien conoce nuestras vidas. También debemos venir ante él
con expresiones de oración, alabanza y agradecimiento. Imperfectos como
somos, Jesús nos perdona y nos levanta, dándonos ese amor tan inmenso que
solo él puede dar.

Semanalmente, grupos pequeños de hermanos debieran reunirse con sus


vecinos, para aprender de las Escrituras, cantar alabanzas, preguntarse unos a
otros “¿cómo está tu alma?”, para tener oraciones profundas a Dios y
alabanzas alegres por la liberación que Jesús nos da.

Como cristianos, debiéramos llevar la santidad de las Escrituras a través de la


tierra, llenos de un profundo compromiso con nuestro prójimo, especialmente
por el más necesitado. Debemos reflejar una santidad personal y una santidad
social en nuestras vidas, teniendo congregaciones que promuevan la justicia
social en nuestro mundo.

También podría gustarte