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Kendry Jhojana Hinestroza Córdoba

Franchesca Hernández Córdoba

Katherin Paola Salinas Cuesta

Docente:

Jhasney Palacios Marmolejo

Asignatura:

Técnica de intervención Psicosocial

Grupo: #2

Semestre: 4

Quibdó – Choco
Caso #3

Hace más de un mes resuena en Colombia el grito agudo de un niño junto al cadáver de su
madre, María del Pilar Hurtado, una líder social del caribe colombiano asesinada. Su dolor
se hizo viral y no hubo quien pudiera escapar a la evidencia, a la vergüenza. Este viernes,
como una respuesta tardía a ese niño y a otros cientos de activistas asesinados, miles de
colombianos salieron a las calles para exigir el fin de la matanza. Desde 2016, no hay día
que no se escuche un nuevo caso. Ya van 486 defensores de los derechos humanos muertos
violentamente desde que se firmó el acuerdo de paz, según cifras de la Defensoría del
Pueblo; solo entre los meses de mayo de 2018 y mayo de 2019 fueron 196.
"Les estamos fallando a los líderes y a los defensores de derechos humanos" o "Duque en
tarima, ¿y los muertos qué?", se leía en los carteles durante la marcha que exigía al
Gobierno de Iván Duque una acción contundente para detener los asesinatos. En Bogotá, un
grupo de artistas regalaba fotografías enormes de líderes sociales que los ciudadanos se
pegaban al cuerpo, mientras otros cantaban y bailaban, y una larga pancarta con los
nombres de los muertos recorría varias calles. En Cartagena, el presidente colombiano
quiso sumarse a la manifestación, pero tuvo que retirarse escoltado tras ser abucheado.
En la capital, la marcha fue liderada por un grupo de personalidades del país que integran la
fundación Defendamos la Paz. Detrás de un cartel con ese titular, iban exnegociadores del
proceso de paz, antiguos jefes de las FARC y congresistas de distintos partidos, entre otros.
Caminaron juntos a miles de personas hasta la Plaza de Bolívar, frente al Congreso, donde
varios líderes sociales leyeron una proclama por la vida.
Luis Acosta, Yeison Mosquera, Mayerli Angarita, Gladys Aristizábal y Viviana Verdesoto
dieron voz a los activistas y también a los 1.351 que han recibido amenazas en el último
año. La selección no fue al azar: un indígena, una líder social que reclama la devolución de
tierras y una mujer víctima del conflicto armado representaron a las poblaciones más
vulnerables. "Estos crímenes son particularmente graves, sintomáticos de una enfermedad
muy arraigada en Colombia, la de querer descabezar, desanimar, eliminar, asustar o
exterminar a cualquiera que quiera levantar cabeza, a cualquiera que quiera denunciar una
injusticia o proponer una reforma, una solución, una reivindicación popular necesaria y
justa", leyeron ante la multitud.
Para el Defensor del Pueblo, Carlos Negret, hay al menos tres factores que complican la
vida de los líderes. Uno de ellos es la existencia de grupos como las Autodefensas
Gaitanistas o los neoparamilitares dedicados al negocio de la coca, a la minería ilegal de
oro y coltán y al contrabando, principalmente en la zona fronteriza con Venezuela. A este
problema se unen las dificultades y demoras en la implementación del proceso de paz, así
como la presencia de la guerrilla del ELN. Tampoco se han ocupado ni militar ni
socialmente los lugares abandonados por los guerrilleros. "Es muy seria la polarización. Si
no se detiene la estigmatización de los líderes, esto se podría agudizar", afirmó Negret.
La marcha por los líderes terminó, como es común en Colombia, con baile y música, y
desde ya se planean nuevas protestas por todo el país para seguir exigiendo que se ponga
fin a los asesinatos.
Desde su formación como psicólogo, como contribuye a mitigar el daño psicosocial a esta
población?
Desde mi formación como psicóloga ayudaría a mitigar el daño a esta población partiendo
de la metodología taller, ya que esta nos brinda una serie de pasos de trabajo mediante la
cual promueve la reflexión de todas sus vivencias, humanizando y llevando a las personas a
una transformación así, concientizándolas para evitar todos aquellos sucesos de violencia.
No obstante, sería bueno utilizar el taller reflexivo para que así las víctimas del conflicto
armado y el gobierno socialicen y actúen beneficio común, integrando a todos aquellos
participantes que presenten problemáticas sociales (especialmente que hayan sido víctimas
de grupos al margen de la ley), en este taller se intercambiaría una serie de pasos como dar-
hablar y escuchar, dar y recibir, compromiso colectivo.

Cuál es el daño psicosocial que puede dejar la situación descrita a las víctimas y las
personas que se e
Los daños psicosociales que les deja esta situación a las víctimas puede ser la modificación
de sentimientos ya sea que se aíslen o inicien a depender de las personas.
Sentimientos de ira.
Ansiedad
Desesperanza
Se pierde la creencia de un mundo justo
Desplazamiento por el temor a el peligro
Aumento de vulnerabilidad
Cambios de estilo de vida, desestabilidad
Es importante que si la persona tiene lesiones físicas el daño psicológico tiende a ser mayor
Los municipios violentos presentaban prevalencias más altas de trastornos de ansiedad,
depresivos, posible trastorno de estrés postraumático y consumo de cigarrillo, de esto es
importante las enfermedades como tal

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