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La meditación puede hacerse unas horas antes o después, o dos días antes y
después (luego el efecto es difícil de percibir). Miren en internet el momento exacto del
equinocio.
Ponerse de pie, o sentado con las piernas cruzadas. Mirando al punto cardinal que
está en el máximo, que es el este en primavera, el oeste en otoño. Calma la mente y
enfócate en el punto cardinal. Extiende ambos brazos, sea en cruz, o con los codos
algo flexionados, con las palmas de las manos mirando al punto cardinal y a la altura
del centro del pecho. En esta postura déjate ganar por la energía que viene del
horizonte. Que te atraviese, que la absorbas. Entra por toda la piel, por tu pecho y por
tus manos, incluso por tus pies. Siente como es equilibrada y armoniosa en todo tu
cuerpo; pero más fácil es en la palma de las manos, pues ambas manos tienen una
energía que pesa igual. Siéntete balanza que mide el equilibrio de ambas manos. El
yinyang están en armonía. A conciencia deja que penetre dentro de ti la armonía y
tonifique tu cuerpo, alma y espíritu. Respira hondo y cuando inhales toma la energía
que viene del horizonte, y que así se distribuye por todo tu cuerpo, por todos tus
miembros, órganos, tejidos y células. Siente como cada célula así se calma y vitaliza.
Tú eres ahora una balanza entre Cielo y Tierra, ambos en equilibrio perfecto. Siente
como la energía equilibrada asciende de Tierra y te atraviesa camino del Cielo. Y que
la de Cielo desciende, te impregna todo y te sobrepasa camino de la Tierra.
Al acabar, abre los ojos y observa todo lo que te rodea, da igual si estás en interior
o exterior. Siente que todos los objetos o seres que te rodean están sostenidos y
alimentados por esa armonía y equilibrio del equinocio. Tienen su calma como
fundamento. Tienen armonía y equilibrio como tú la tienes ahora. Todo es equilibrio.
Fúndete con el equilibrio, sé uno con él.
PARA EL EQUINOCIO DE OTOÑO
(las manos a la altura del pecho, a un palmo del tronco a lado y lado mirando las
palmas hacia el Oeste)
Una vez disfrutado y nutrido por el equilibrio, en el equinocio de otoño nos ponemos
mirando al Oeste y podemos seguir. Siente que la energía que viene del horizonte es
seca y relativamente fría. Es energía que tiende a contraerse. Es la energía del metal,
que es introspección y sanación. Ayuda a los seres a volver sobre sí mismos y a
indagar cuál es su real identidad. Visualízala como una radiación blanco, o dorada, o
gris, o acaso azul celeste. Enfoca tus manos hacia el horizonte y siente como una
enorme bola de dicho color avanza hacia ti. Tómala entre tus manos y hazla girar. Al
moverla se multiplica de poder. Paséala por todo tu cuerpo para que le impregne de
esta energía de introspección y sanación. Al final hazla crecer hasta que sea más
grande que tú, y luego fúndete con ella. Disfrútala. Al mismo tiempo respira
profundamente la energía que viene del Oeste, que penetre en todo tu organismo, en
todos los órganos, tejidos y células, y que así se limpien y sanen. Disfruta del
momento y de la renovación general que te transmite.
Si tienes problemas en alguna parte del cuerpo, funde esa parte con la bola blanca,
dorada, gris o azul celeste.
Los puntos del cuerpo más en resonancia con el metal son los pulmones y el
intestino grueso (con el sistema inmunitario). Tonifica esos puntos con la bola de
energía metal, pues son los que rigen el organismo en esta época y van desgastados.
También la cabeza, el cerebro y el hara 3 son metal. Tonifícalos.
REFLEXIÓN DEL EQUINOCIO DE OTOÑO
Libero y dejo ir la manía de juzgar, los prejuicios y las creencias que me impiden
disfrutar de mi paz.
(las manos a la altura del pecho, a un palmo del tronco a lado y lado mirando las
palmas hacia el Este)
Si tienes problemas en alguna parte del cuerpo, funde esa parte con la bola verde.
Los puntos del cuerpo más en resonancia con la madera son el hígado y la vesícula
biliar. Tonifica esos puntos con la bola verde, pues son los que rigen el organismo en
esta época y van desgastados. También las piernas y las caderas, y en fin, toda la
mitad inferior del cuerpo (por debajo del ombligo). Tonifícalos.
EXPLICACION DETALLA DE LOS EQUINOCIOS Y EL
EQUILIBRIO QUE PROPORCIONAN
Los equinocios son los dos momentos de más equilibrio del año. Es bueno, tres
días antes y después, estar al air libre, pasear y enfocarse en percibir la armonía de
esos días. Son energías naturales que en exterior se sienten más fácilmente, aunque
están en todas partes, también en interiores, pero aquí hay más distracciones y no se
detectan con facilidad. Desgraciadamente nuestra mente se interesa por los excesos y
desequilibrios, no por la armonía del equilibrio. Y lo mismo para los sistemas
perceptivos, que aprecian menos el equilibrio. Aprender a percibir, sentir y gozar el
equilibrio es más fácil en esos días. Esto es útil, puesto que la salud y la satisfacción
provienen del equilibrio.
La meditación del equinocio de primavera (o del otoño) pretende detectar el Este (el
Oeste, en otoño), la energía que de allí emana, impregnarse de ella y cabalgarla... La
meditación es tanto una experiencia (que verifica qué son las energías de los puntos
cardinales) como alimentarse de esa energía. Son pues dos propuestas, que van
seguidas. Primero, el equilibrio. Segundo el máximo del elemento de la estación.
Lo que sigue es una propuesta para gozar y sentir plenamente el equinocio, como
meditación formal. Pero no anula el interés de lo dicho, que es percibir y gozar al paso
del equinocio. Para la propuesta formal:
Meditar durante la efeméride sirve para trabajar una armonía que tanto vitaliza y, a
ser posible, percibirlo y volvernos más sensibles al equilibrio. En el momento exacto de
la efeméride se le recuerda al cuerpo cuál es el equilibrio perfecto (del yinyang). Por
ello propongo para los equinocios una meditación del equilibrio, por un lado. Por otro,
en el de primavera llega al máximo la energía de la madera, en el de otoño la del
metal; sirve también la ocasión para conectarse con más facilidad con dicha fase de la
energía, que se encuentra muy beneficiosa en dicho punto. Son dos meditaciones: la
del equilibrio y la del elemento. Más importante la del equilibrio, la del elemento solo la
amplía. Sigue la meditación del equilibrio; como anexo, más abajo, la de los elementos
en su máximo anual.
La energía solar se la puede sentir como un punto que efectúa un giro anual en el
horizonte. Es un punto de emanación de la energía del sol que gira y emplea un año
en completar la circunferencia del horizonte. Esto es, el sol viene representado por un
punto sobre el horizonte que avanza un grado cada día. En el solsticio de invierno está
a 0º, en el de verano a 180º. Solsticios y equinocios vienen representados por puntos
de la órbita de la Tierra, que se calculan astronómicamente, por eso tienen lugar en un
momento concreto. Pero mirado desde la Tierra son posiciones del punto que
representa al Sol sobre el horizonte. Por ello la meditación conecta con el Sol y con la
región del espacio que en ese momento activa (el este en primavera, el oeste en
otoño). Hacia él nos enfocaremos para encontrar el equilibrio.
[Dicho punto de emanación también efectúa otras órbitas; así gira la circunferencia
completa todos los días, partiendo de la medianoche solar a 0º; y lo mismo para todos
los meses energéticos. Por otra parte, esto fue descubierto hace milenios, y es por tal
motivo que la circunferencia se divide en 360º, como aproximación a tal ciclo solar. La
divisoria tuvo lugar en Mesopotamia, entre los sumerios, aproximadamente 3.000 aC,
y conformaba así un calendario solar ritual].
EN EL EQUILIBRIO ME RENUEVO
Según qué año, los equinocios pueden venir acompañados de energía áspera o
suave. La energía del equinocio está al fondo, y si tenemos equilibrio vayamos al
fondo, por apartar la energía áspera, que es fácil solo reencontrase equilibrada del
equinocio. Si estamos desequilibrados no es fácil apartar la áspera, y si el lector, al
hacer el ejercicio, se siente molesto lo mejor que puede hacer es abandonarlo.
LA MEDITACION DEL EQUILIBRIO
PRELIMINAR
Lo primero: muestra gratitud al Sol por el arduo trabajo que realiza. Luego
saludamos a todos los puntos cardinales, y les agradecemos el trabajo. El Sol y los
puntos emanan de continuo energía con un elevado esfuerzo. Además, con la gratitud
también se activan los puntos cardinales porque hacemos resonar nuestra psique,
nuestra intención, con ellos y con los objetos que los representan. .
Como siempre, hay que conectarse con la pura la luz de Tierra y Cielo. Extiende
ambos brazos en forma de cruz y abre las manos, las palmas hacia el Cielo y siente la
energía celeste descendente (yin) como te baña. Desciende por tu cabeza y te cubre
como una campana o como un manto protector (o entra directa por el canal reiki, si
estás iniciado). Luego gira las palmas y encáralas a Tierra, mientras imaginas que
estas sobre una gran alfombra blanca (algunos prefieren imaginar que están sobre un
estrado blanco, o en medio de una flor de loto). La alfombra solo deja pasar la pura
energía de Tierra, ascendente (yang), así solo puede ascender de Tierra la de Vida.
Un rayo luminoso y puro viene desde el centro diamantino de la Tierra, ilumina la
alfombra y penetra en ti, fortificándote. En tu corazón se une con la energía de Cielo y
se funden en un ciclo que desciende protector y por tu columna asciende fortificador. Y
sigue el movimiento mientras pasamos a la meditación. Antes, como siempre, dedica
la buena energía que recibas “para beneficio de todos los seres”, y el tuyo propio.
LA MEDITACION DEL EQUILIBRIO
Enfocados con nuestra parte delantera del cuerpo mirando hacia el punto que
ocupa el Sol, vamos a sentir el equilibrio del yinyang, del poder y el orden. En
primavera, mirando al Este (en otoño al Oeste), extendemos las manos en cruz, los
extremos de los dedos de la mano izquierda apuntan al Norte (en otoño, al Sur), la
derecha al Sur (Norte). Ambas palmas miran al punto cardinal donde sucede el
equinocio y nos dejamos ganar por la energía que emana. Siente como fluye en
perfecto equilibrio. Si percibes que la energía viene también del Norte y del Sur, siente
cómo la presión sobre la mano izquierda y sobre la derecha es la misma, aunque sean
energías diferentes.
Si hay aspereza déjala pasar y ve al fondo, donde está la energía que nos interesa.
No te prives de disfrutar de este momento único. La energía en equilibrio es potente e
intensa, sin dejar de ser envolvente, afectuosa, que se reparte por todas partes. Es
dulce y aterciopelada sin dejar de ser puro vigor. Establece intimidad con esa energía
que te fortalece y tonifica y a la vez te dinamiza sin dejar de calmarte y relajarte.
Reencuentra tu intimidad contigo en esta situación. Si notas aspereza, abandona. Si
notas molestias menores, deja que la energía que fluye se la lleve lo que no te
conviene, y que el equilibrio ocupe su lugar.
Disfruta del profundo equilibrio y armonía que existe en la naturaleza. Deja que
impregne tu piel y todos tus músculos y órganos, todos tus tejidos y hasta cada una de
las células. Siéntelo en plenitud. Al acabar, agradece la experiencia a la Madre
Naturaleza.
NOTA: Si has tenido una limpieza fuerte los días anteriores, indica donde están los
problemas. La limpieza es saludable, pero el drenaje de energía expresa de alguna
manera cuál es el problema básico en este momento. A nivel psicológico, en
primavera abundan ideas delirantes sobre proyectos; en otoño parece que la cabeza
se va a otra parte. Es limpieza, PREVIA al equinocio. Toma nota de estas pulsiones, o
de los problemas físicos, porque indican donde hay debilidad y conviene revisar
actitudes o cuidar el organismo.
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En otoño siente como el yin - el poder - prospera pero el yang los sigue ordenando
y así se desgasta; en el Taiji están a la derecha.
Al meditar pones algo de orden (yang); por ello en ambos equinocios es más fácil
conectar con el aspecto yang - el orden -, con la zona blanca (primavera) o el círculo
blanco (otoño). Así que céntrate en lo blanco, en el orden, en el yang. Es también tu
fuerza ordenadora. Absorbe además el poder, el yin que ahora está ordenado. Si
hubiese molestia deja de absorber.
Esta puede ser una meditación que inicie en el poder simbólico del Taiji. Siente el
símbolo en el horizonte, en el Este en primavera (en el Oeste en Otoño). Siente como
se proyecta sobre ti. Siéntelo que avanza hacia ti, crece y se imprime en tu cuerpo.
Siéntelo allí donde te guste. Si dudas, lo mejor es sentirlo en el ombligo (en el hara), o
en corazón (hara 2) y que aquí se imprima el profundo equilibrio que trasmite.
Ubica exactamente los puntos cardinales y señalarlos con un objeto que con más
precisión se activen al máximo. Si estas es un lugar grande, que marquen un gran
espacio tal que tú puedas estar dentro del espacio que los puntos cardinales señalen.
Si estás en una habitación pequeña, que marquen un lugar pequeño. Si lo haces en un
altarcillo, pones los señaladores de los puntos cardinales bien orientados. Si estás en
un jardín es interesante tomar una roca o un árbol como referencia del punto cardinal
más activo en esa época del año: el este en primavera, el oeste en otoño. Si usas
objetos conviene sean del color de la energía que pretendes sentir:
En primavera es ideal señalar el este con un objeto madera, o con un árbol, por
coincidencia de los elementos. Si puedes emplaza una tarjeta verde (madera)
exactamente en los 90º. En otoño es ideal señalar el oeste con un objeto metal, sean
rocas o montañas, pues son metal. Acaso convenga señales los 270º con una piedra
(metal) para que te sirva de referencia. Si puedes emplaza una tarjeta blanca, o gris, o
dorada, o azul celeste (colores metal).
El espacio que has creado representa la energía de los puntos cardinales. Puedes
si lo deseas tomarlo como un espacio ritual, o como símbolo de la manera como Cielo
y Tierra se organizan. Las energías de los puntos cardinales son naturales y están allí,
no hace falta “invocarlas”; pero si lo sientes oportuno, puedes hacerlo en primer lugar.
Vamos a encararnos al punto cardinal del equinocio y a la energía del elemento,
que está en el máximo beneficioso. Nuestra espalda, que es resistente, enfocará al
punto cardinal contrario, cuya energía está irregular y por ello no juega papel alguno
en esta meditación.
Nos sentamos, o mejor de pie, encarados al punto cardinal. Abrimos los brazos y
encaramos las palmas de las manos hacia el mismo. Rehacemos así con el cuerpo la
posición de las energías en el cosmos en el momento del equinocio.
Si lo deseas imagina que una bola o un rectángulo de color verde está en el Este y
viene hacia ti, te fundes con ella y absorbes su energía. Si lo deseas, cuando la bola
esté ante tía, tómala entre tus manos y hazla girar, juega con ella, luego llévala hacia ti
y que se funda con tu cuerpo energético. Siempre que respires, toma el aire y la
energía que vienen del Este, que con el aire entra en tus pulmones y se distribuye por
todo tu cuerpo. Respira el Este, que con el aire entre en ti su fuerza vital, su ‘qi’. Siente
que te tonifica, vitaliza y dinamiza. Va a los músculos (evita que se tensen), sanan tu
hígado y vesícula biliar. Te da empuje y ganas de hacer cosas. Calma el estómago y
los intestinos, e incluso tus emociones, pues puedes “digerirlas” mejor. El Este con su
fuerza sanadora puede disolver tu ira y tu enfado, y a cambio proporciona paciencia y
persistencia en toda acción que emprendas. Aprovecha esa energía dinámica para
dinamizar los aspectos de tu vida que lo precisen, en especial los relacionados con
trabajo, empresas y proyectos. A conciencia, en los siguientes días dirige hacia este
propósito tu energía, que debe darte empuje, ansias de llevar la iniciativa y capacidad
de perseverar. Y todo ello sin perder la calma, la mesura y el equilibrio, que vienen
dados de manera superlativa en este momento del año.
ADVERTENCIA: los nacidos en un año del gallo (You), o en un mes del gallo
(septiembre) pueden experimentar molestias, por serles la energía contraria y
perturbadora a dichas fechas de nacimiento. Si fuera así, no realicen la meditación.
Siempre que respires, toma el aire y la energía que vienen del Oeste. Respira el
Oeste, que con el aire entre en ti su fuerza vital, su ‘qi’. Si lo necesitas visualízalo
como aire de color blanco, como nubes o corrientes de un resplandor albo rotundo y
bello. Respira la energía metal del Oeste, que en equilibrio llega limpiamente hasta ti, y
al respirarla se distribuye por todo tu cuerpo.
Ahora, la bola blanca avanza hacia tu pecho, y casi que te toca. Siente su fuerza
que te impregna. La bola blanca crece y se acerca a ti, hasta envolverte. Quedas
dentro de la bola de pura energía metal. Si te cansas de tener los brazos en cruz,
bájalos hasta tus costados pero mantén enfocadas las palmas de las manos hacia el
Oeste.
Siente como la energía metal controla los pies, pierna y cadera con mucha
suavidad, y normaliza su estado. Siente a la energía que fortifica la cabeza, centra el
cerebro, atenúa el poder de la mente, te equilibra y recuerda cual es la armonía que
tanto necesitas. Siente la armonía. Siente cómo la energía fortalece tus pulmones. .
Has de estar unos minutos en esta posición, con la bola que concentra el equilibrio
del punto cardinal del metal en su máximo, impregnándote. Vuelve a sentir el profundo
equilibrio del yin y el yang. Ahora con ambas manos haciendo pequeños círculos,
creas una bola de metal refulgente, brillante, entre tus manos. Tus palmas se cargan
de energía metal y la vas distribuyendo por todo tu cuerpo, como dándote un auto-
masaje. Sea que acaricies tu piel, sea que le des masaje a tu cuerpo energético o
aura.
ADVERTENCIA: los nacidos en un año del conejo (Mao), o en un mes del conejo
(marzo) pueden experimentar molestias, por serles la energía contraria y perturbadora
a dichas fechas de nacimiento. Si fuera así, no realicen la meditación.
PROPOSITO DEL EJERCICIO DEL ELEMENTO DEL EQUINOCIO
Ahora bien, este es un proceso natural que de todas formas - aunque más
toscamente - tiene lugar. Es decir, no hace falta meditar de manera formal, aunque sí
intentar estar al tanto de lo que sucede, o nos pasa desapercibido. Si estamos atentos
en cualquier actividad sentiremos este profundo equilibrio, dinamismo o pacificación.
Por ejemplo, al pasear.
Una amiga me comentó respecto al de otoño: “el día de antes, mientras regaba mis
plantas sentí una paz muy profunda, un delicioso equilibrio que venía de fuera de mí”.
Otra persona que realizó este ejercicio conmigo me explicó acabar [mis comentarios
van entre corchetes]: “Al principio mi sensación fue como si mi cuerpo vibrara [es la
conexión y la transmisión de poder]. Luego una fuerte subida de la energía, como un
sentir y sentimiento muy potente [el poder trasmitido se ordena y equilibra:]. Y al final
fue una sensación de paz, y una intensa sensibilidad y percepción [propio de la
energía del metal]”.
En fin, esta meditación usa las energías materiales e inmateriales de los puntos
cardinales. No es ni mística ni sectaria. Nada tiene que ofenda al sentido común,
aunque las academias no la acepten, pues hace énfasis en aspectos inmateriales.
Meditaciones de este tipo hace muchos milenios que son comunes, en especial en las
antiguas culturas. Nada nuevo aporta lo antes dicho. Sea como sea le recomiendo se
abra a su experiencia y a partir de ella, y no de lo que le dicen los académicos, adopte
su postura sobre la mayor o menor validez de esta propuesta. Una familia amiga que
tenía costumbre de meditar, en la que habían disensiones, les fue útil la meditación en
el equinocio para todos a la vez relajarse y recentrarse, y luego pudieron intercambiar
puntos de vista y restaurar cierta normalidad en la convivencia. Es otra posible utilidad
de la energía equilibrada.