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es innegable que el camino por recorrer es todavía largo. Por supuesto, esto no
afecta solo al entorno social y educativo, sino también al entorno laboral. Ayudar a
todas las trabajadoras a derribar el techo de cristal debe ser una prioridad para
cualquier compañía, pero no es el único reto al que se enfrentan las mujeres, ya
que, según el último Índice de Mastercard de Mujeres Emprendedoras, menos de
un tercio de los emprendedores en nuestro país son mujeres.
Este dato, aunque a priori no parezca muy negativo, encierra una realidad más
preocupante según los datos del informe: las mujeres españolas que intentan
emprender deben hacer frente a un elevado temor, el fracaso, motivado
especialmente por la falta de aceptación cultural y de apoyo social que encuentran
en su día a día. Así, encontramos que ese 30% de emprendedoras que hay en
España pone de manifiesto la gran capacidad de las mujeres para prosperar en
condiciones adversas.
Cada vez más personas son conscientes de que las mujeres tienen muchísimo
que aportar al mercado laboral. Según datos del McKinsey Global Institute,
impulsar la igualdad de la mujer podría añadir 12 trillones al crecimiento global en
2025. Además, las mujeres comparten una ambición universal, ya que tienen en
común el deseo de hacer una vida mejor para sus hijos, familia y, en último lugar,
para ellas mismas. Así, los negocios dirigidos por mujeres ayudan a potenciar el
crecimiento económico y a mejorar las vidas del conjunto de la sociedad. Sin
embargo, este estudio refleja que, a pesar de todo, están infrarrepresentadas en el
mercado laboral.
En Mastercard tenemos claro que las buenas ideas surgen de todas partes, pero
siempre con un denominador común: la diversidad. Por ello, es el momento de que
instituciones públicas, organizaciones y empresas privadas sumen esfuerzos para
conseguir derribar las barreras a las que se enfrentan las mujeres emprendedoras.
Solo así las ayudaremos a impulsar sus negocios, garantizando el acceso a la
formación y a la inclusión financiera y eliminando las trabas que se lo impiden.
La directora de Wayra Madrid ha abierto con estas palabras la celebración del Día
Internacional de la Mujer Emprendedora. Junto con Blanca Drake, directora de
estrategia de Telefónica Open Future, el renovad hub -estrenan decoración- de
Telefónica ha presentado algunas de las claves del emprendimiento y el papel que
la mujer desempeña, y desempeñará, en el sector.
El informe, que muestra que la brecha salarial entre géneros sigue siendo una
realidad para el 52% de las mujeres y el 15% de los varones, apunta que las
empresas españolas están tomando la delantera respecto al nivel de adopción de
programas de diversidad: el 71% de las compañías en España busca atraer y
retener talento femenino de forma proactiva, frente al 58% de las empresas a nivel
global. Además, el 80% de las firmas españolas ya han incorporado temas de
diversidad e inclusión a la marca.
Sobre la política del currículum ciego, según la cual los responsables de selección
de las empresas no conocen género, etnia ni otros datos personales de los
candidatos, el informe refleja que aún es una práctica poco usada (un 27% de las
entrevistadas).
La importancia de promover el emprendimiento femenino
Published on March 16, 2020
Larú Linares
Después de 6 años de apoyar y trabajar exclusivamente con mujeres desde el
programa Canal de Empresarias de Ciudad del Saber, hemos logrado recabar
además de un gran número mujeres con ideas y empresas crecientes, suficiente
data de estudios tanto locales como internacionales que nos reiteran la
importancia de invertir, apoyar y promover a las mujeres emprendedoras.
En América Latina y el Caribe solo el 1% de las mujeres emprendedoras tienen
acceso a inversores ángeles, capital semilla y fondos de capital de riesgo, versus
el 7% de hombres que consiguen este tipo de capital.
Un estudio realizado por la firma de capital de riesgo First Round, de Silicon Valley
muestra que las inversiones en start-up que cuentan con al menos una mujer en el
equipo fundador tuvieron un rendimiento de 63% superior a las lideradas solo por
hombres.
Los datos son claros: las empresas en donde tanto hombres como mujeres
ocupan posiciones de decisión están generando altos resultados, y añadir a la
economía mundial 28 billones en el 2025 debe ser algo deseable para todos los
actores públicos y privados en toda América Latina.
Dado que todos venimos de entornos diferentes y que el camino para muchos es
más complejo que para otros, entendemos qué hace falta para apoyar el
emprendimiento femenino y tenemos más claridad en cuanto a las características
que diferencian a hombres y mujeres a la hora de emprender, y cómo
aprovecharlas para complementarnos.
Data interesante:
Las mujeres, por ejemplo, tienden más a estudiar en universidades. Son buenas
pagadoras de sus deudas, y saben ahorrar a la hora de emprender usando lo
realmente necesario. También son muy cuidadosas ante riesgos que pongan en
peligro la estabilidad de sus familias, al punto incluso de abandonar el
emprendimiento.
Por otra parte, tienen menos acceso a financiación, y muchas no tienen historial
crediticio. Invierten las ganancias de sus negocios en la familia, la educación de
sus hijos, en sus comunidades, o en la solución de problemas sociales. Se inclinan
por la creación de productos y servicios que generen bienestar social, y creen en
la inclusión.
Si bien invierten muy poco en buscar apoyo profesional, se preocupan por el
trabajo en equipo, por la realización de todos los integrantes, y en obtener logros
en conjunto. Aunque no son buenas negociando en su propio beneficio, son
enfocadas y asertivas al negociar en nombre del grupo.
Si bien son rápidas para pagar, les cuesta asignar precios y cobrar. A menudo sus
negocios son pequeños, tradicionales, de ventas al por menor y servicios. Les
cuesta más la utilización de la tecnología y la incursión a las exportaciones, y
piensan mucho y con calma sus opciones y decisiones.
Con frecuencia no expresan todo lo que saben, valen y aportan. Les cuesta hablar
de si mismas, y suelen cargarse de trabajo que puede ser compartido.
Los hombres, por su parte, asumen más riesgos, aprovechan más las
oportunidades y dedican más tiempo a espacios de trabajo en redes y negocios.
Se enfocan en sus propios objetivos, no temen negociar, y saben venderse y
promover sus habilidades.
Los hombres emprenden en todos los sectores industriales, al punto que algunos
sectores son vistos hoy como masculinizados, y no temen incursionar en sectores
nuevos. Les gusta la idea de ser sus propios jefes, delegan y les gusta añadir
profesionales a sus grupos.