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H. TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL


DEL DÉCIMO PRIMER CIRCUITO.

Jorge Martínez Juárez, por mi propio derecho,


señalando como domicilio para oír y recibir todo tipo de
notificaciones y documentos, el ubicado en la calle
Tzintzunzan número 490 cuatrocientos noventa, colonia
Eréndira, de Morelia, Michoacán, autorizando en términos del
artículo 12 de la Ley de Amparo a los licenciados Sonia
Patricia Sombrerero Beltrán y Guillermo Andrade Huerta, en
forma indistinta, ante Ustedes, con el debido respeto
comparezco para exponer:

Que por medio de este escrito, con fundamento en los


artículos 1º, 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 1 fracción I, 170, fracción I, 172,
175, y demás relativos de la ley de Amparo en vigor, vengo a
solicitar el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA DE
LA UNIÓN, contra las autoridades y por los actos que más
adelante se precisan.

Primeramente y a fin de dar cumplimiento a lo dispuesto


por el artículo 175 de la Ley de Amparo en vigor, manifiesto:
 
I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO:

Jorge Martínez Juárez, recluido en el centro de


reinserción social “licenciado David Franco Rodríguez”,
2

ubicado en el kilómetro 12.5, de la carretera Morelia –


México, en la población de Zurumbeneo, municipio de Charo,
Michoacán.
 
II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO
INTERESADO:

Los terceros interesados de que cuyo último


domicilio se conoce, son los siguientes:

1. Banco Nacional de México (Banamex), sucursal


Tlazazalca: esquina que forman las calles Morelos e
Hidalgo, zona centro de Tlazazalca, Michoacán.

2. Caja Popular Purépero, SCL (conocida


comercialmente como ALIANZA): calle Reforma
Oriente número 79, colonia centro, de Purépero,
Michoacán.

3. Luis Duarte Alcalá: calle Melchor Ocampo número


530, colonia San Antonio, en Purépero, Michoacán.

4. Rosa María Orozco García: calle Morelos e Hidalgo,


zona centro de Tlazazalca, Michoacán.

5. Susana Orozco Chipres: intersección que forman las


calles Morelos e Hidalgo, número 80, zona centro, de
Tlazazalca, Michoacán.

6. Raquel Guillén Verduzco: tiene dos domicilios:

a. calle Melchor Ocampo número 530, colonia San


Antonio, en Purépero, Michoacán.
b. calle Melchor Ocampo número 136, colonia San
Antonio, en Purépero, Michoacán.

7. Elías Secundino Baltazar: tiene dos domicilios:

a. Calle Miguel Silva número 105, colonia centro,


de Tangancícuaro, Michoacán.
3

b. Calle Emiliano Zapata número 1, de la localidad


de Zopoco, municipio de Chilchota, Michoacán.

III.- AUTORIDADES RESPONSABLES:

1. ORDENADORA: C. Magistrado de la Cuarta Sala Penal


del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Michoacán. Con domicilio conocido en el edificio sede
del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Michoacán, ubicado en calzada La Huerta número 400,
colonia Nueva Valladolid, en Morelia, Michoacán.

2. EJECUTORA: Juez primero de primera instancia en


materia penal, del distrito judicial de Zamora,
Michoacán. Con domicilio en el Centro de Readaptación
Social Camino Al Pochote s/n km 14.0 carretera
Zamora-La Barca.

3. EJECUTORA: Director del centro de reinserción social


“licenciado David Franco Rodríguez”. Con domicilio en
el kilómetro 12.5 de la carretera Morelia-México, vía Mil
Cumbres, en Zurumbeneo, Municipio de Charo,
Michoacán.
 
IV.- ACTOS RECLAMADOS:

De la autoridad señalada como ordenadora, reclamo la


ejecutoria pronunciada con fecha 5 cinco de junio de 2008
dos mil ocho, que recayó al toca de apelación número
721/2006, formado con motivo del recurso de apelación
interpuesto por el acusado y su defensor, en contra de la
sentencia condenatoria, dicta por el juez primero de primera
instancia en materia penal del distrito judicial de Zamora,
4

Michoacán, dentro del proceso penal número 289/2003,


instruido a Jorge Martínez Juárez y otros, por los delitos de
robo calificado, secuestro, privación ilegal de la libertad y
lesiones, el primero en agravio de Banco Nacional de México,
S.A., Caja Popular Purépero, S.C.L., Luis Duarte Alcalá; el
segundo en agravio de Rosa María Orozco García y Susana
Orozco Chipres, el tercero en agravio de Luis Duarte Alcalá y
Raquel Guillén Verduzco, y el último en detrimento de Elías
Secundino Baltazar. en la cual se dictaron los siguientes
puntos resolutivos:

“PRIMERO. Esta Cuarta Sala Penal del Supremo


Tribunal de justicia del Estado, es competente para conocer y
resolver el presente recurso de apelación, de conformidad con lo
establecido en el considerando primero de esta sentencia.

SEGUNDO. En debido cumplimiento a la Ejecutoria de


Amparo directo penal número 682/2007 emitida por el Tercer
Tribunal Colegiado del Décimo Primer Circuito, promovido por el
quejoso JORGE MARTÍNEZ JUÁREZ, siguiendo los
lineamientos, se deja insubsistente la sentencia dictada en esta
Alzada con fecha 25 veinticinco de abril de 2007 dos mil siete,
dentro del toca de apelación 721/2006, y con plena jurisdicción y
se dicta una nueva resolución.

TERCERO. Resultaron INFUNDADOS los agravios


planteados por el acusado y su defensor de oficio adscrito a esta
Sala, supliéndose la deficiencia de la queja.

CUARTO.- Se MODIFICA la sentencia dictada por la ]juez


Primero de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito
Judicial de Zamora, Michoacán, dentro del proceso 289/2003,
instruido en contra de JORME MARTÍNEZ JUÁREZ, por los
delitos de ROBO CALIFICADO, en agravio de BANCO
NACIONAL DE MÉXICO S.A., CAJA POPULAR PURÉPERO
SCL y LUIS DUARTE ALCALÁ; SECUESTRO, en perjuicio de
ROSA MARÍA OROZCO GARCÍA y SUSANA OROZCO
CHIPRES; PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD, en
detrimento de ROSA MARÍA OROZCO GARCÍA y SUSANA
OROZCO CHIPRES; y, el delito de LESIONES, en perjuicio de
ELÍAS SECUNDINO BALTAZAR, mediante la cual, se le impuso
45 cuarenta y cinco años, 11 once meses y 15 días de prisión, y
al pago de una multa por la cantidad de $64,883.00 sesenta y
cuatro mil ochocientos ochenta y tres pesos, sustituible por 3
tres meses 6 seis días más de cárcel; pero que únicamentre
compurgará una sanción corporal de 40 cuarenta años de
prisión, y multa por la cantidad de $64,883.00 sesenta y cuatro
5

mil ochocientos ochenta y tres pesos, sustituible por 2 dos


meses más de cárcel, condenándolo a pagar solidariamente a
favor de CAJA POPULAR DE PURÉPERO SCL, por concepto
de reparación del daño, la cantidad de $160,192.16 ciento
sesenta mil ciento noventa y dos pesos con dieciséis centavos,
absolviéndolo por dicho concepto respecto a los ofendidos
Banamex, Luis Duarte Alcalá, Raquel Guillén Verduzco, Rosa
María Orozco García, Susana Orozco Chipres y Elías Secundino
Baltazar; para ahora, en reparación del agravio ocasionado al
inculpado y por las razones expuestas en el considerando
relativo estimar que existe también un concurso ideal de delitos,
disminuyéndole la pena corporal a 32 treinta y dos años 1 un
mes de prisión, y multa de $41,014.00 cuarenta y un mil catorce
pesos, equivalente a 935 novecientos treinta y cinco días de
salario mínimo vigente en la época de los hechos a razón de
$40.30 cuarenta pesos con treinta centavos; substituible en caso
de impago por 50 cincuenta días más de cárcel, quedando
firmes e intocados los demás aspectos del fallo combatido.

QUINTO…”

V. LA FECHA EN QUE SE NOTIFICÓ EL ACTO


RECLAMADO AL QUEJOSO:

Conocí del acto reclamado con fecha: 5 cinco de junio


de 2008 dos mil ocho.

VI. LOS PRECEPTOS QUE, CONFORME A LA


FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 1o DE LA LEY DE AMPARO,
CONTENGAN LOS DERECHOS HUMANOS CUYA
VIOLACIÓN SE RECLAME:

Son los consagrados por los artículos 1º, 14, 16, 20 y


133 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

De igual forma se violan en mi perjuicio el contenido del


artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares, ratificada por el Estado Mexicano el 18
dieciocho de mayo de 1965 mil novecientos sesenta y cinco y
6

publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 seis de


noviembre de 1967 mil novecientos sesenta y siete.

También hago la precisión, que se inaplicó por parte de


la autoridad responsable, la jurisprudencia emitida por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre el tema
relativo a la asistencia consular; así como la OPINIÓN
CONSULTIVA OC-16/99, de 1 de octubre de 1999, solicitada
por los Estados Unidos Mexicanos, denominada: “EL
DERECHO A LA INFORMACIÓN SOBRE LA ASISTENCIA
CONSULAR EN EL MARCO DE LAS GARANTÍAS DEL
DEBIDO PROCESO LEGAL”.

De igual forma no se observó la jurisprudencia de la


Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre el tema
relativo al Debido proceso. Materia penal. Inculpado.
Garantías del art. 8 CADH. Son aplicables tanto en el proceso
judicial, como en procedimientos no-judiciales previos y
concomitantes a aquél

VII.- PROCEDENCIA DEL PRESENTE JUICIO DE


AMPARO

El tribunal Colegiado por ustedes precedido, debe


considerar que debe darse entrada a la presente demanda de
garantías, aun cuando el acto reclamado haya sido
pronunciado aplicando el marco constitucional que se
encontraba vigente antes de que se aprobaran las reformas
constitucionales en materia de derechos humanos y juicio de
amparo de junio de 2011 dos mil once. En este sentido, en el
presente asunto se alega una violación directamente
vinculada con la protección de los derechos fundamentales
reconocidos en la Constitución; contribuyéndose a abonar la
7

seguridad jurídica en un tema de especial trascendencia para


todas las personas, como lo el derecho humano a la
asistencia consular de los extranjeros.

El derecho a la notificación, contacto y asistencia


consular, contenido en la Convención de Viena sobre
Relaciones Consulares, es un derecho humano reconocido
por tratados internacionales; y como tal debe ser protegido
por todas las autoridades del país,.

En el presente asunto se ha violado un derecho humano


reconocido en un instrumento internacional, por lo cual, es
procedente el juicio de amparo directo; máxime que esta
violación a que se alude, no ha sido motivo de estudio en la
vía de amparo directo.

Lo anterior, como se advierte de la nueva redacción del


artículo 103, fracción de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos:

Artículo 103. Los Tribunales de la Federación resolverán toda


controversia que se suscite

I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que


violen los derechos humanos reconocidos y las garantías
otorgadas para su protección por esta Constitución, así como
por los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte;

De igual forma, como se verá en el capítulo


correspondiente, se inaplicó por parte de la autoridad
responsable, la jurisprudencia emitida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, sobre el tema de la
coacción que se ejerce a los imputados al emitir sus
declaraciones. Lo anterior, ya que el agente del ministerio
público, me exhortó para declarar con verdad.
8

VIII.- CONCEPTOS DE VIOLACIÓN:

Primer concepto de violación. El Magistrado de la


Cuarta Sala Penal del Supremo Tribunal de Justicia del
Estado, al dictar la ejecutoria que constituye el acto
reclamado, viola en mi perjuicio derechos fundamentales, ya
que omite pronunciarse respecto a la asistencia consular a
que tengo derecho, puesto que, como lo acredito con las
pruebas que exhibo a la presente demanda de amparo
directo, soy ciudadano norteamericano.

Como lo acredito con los instrumentos públicos que


anexo a la presente demanda de amparo, así como su
respectiva traducción y apostilla para su validación en
territorio mexicano, soy ciudadano norteamericano, como se
advierte de los siguientes documentos:

1. Certificado de nacimiento de Jorge Martínez Juárez,


quien naciera el 3 tres de febrero de 1972 mil
novecientos setenta y dos, en Corona, Riverside,
estado de California, Estados Unidos de
Norteamérica.

2. Tarjeta del seguro social de Jorge Martínez, número


548-41-6714. De los Estados Unidos de
Norteamérica.

3. Licencia de conducir número A7634192, a nombre de


Jorge Martínez Juárez. Expedida por el Estado de
California, Estados Unidos de Norteamérica.

En este primer concepto de violación, me referiré al


derecho a la notificación, contacto y asistencia consular.
9

En la especie, desde el 27 veintisiete de septiembre del


2003 dos mil tres, día en que fui detenido por autoridades del
Estado Mexicano, nunca tuve asistencia consular, ya que
soy un ciudadano norteamericano, lo anterior deriva de las
constancias que integran la causa penal que se me instruyó,
puesto que no consta constancia oficial donde se me haya
ofrecido por parte de la autoridad ministerial ni ninguna otra,
que me asistía ese derecho, para tener contacto con el
consulado de mi nacionalidad.

En el marco de un sistema democrático, una vez que una


persona se encuentra en territorio de un Estado del cual no
es nacional, dicho Estado está obligado a concederle un
estándar mínimo de derechos. Uno de ellos, cuya importancia
resulta transcendental, es la posibilidad de que el extranjero
sea asistido por algún miembro de la delegación consular de
su país en el territorio en el que se encuentre.

Así de conformidad con el texto vigente del artículo 1°


constitucional, el orden jurídico mexicano cuenta con una
protección mayor en relación a los derechos fundamentales.
Este nuevo paradigma implica que, en materia de derechos
fundamentales, nuestro orden jurídico tiene dos fuentes
primigenias:

I. los derechos fundamentales reconocidos en la


Constitución; y

II. todos aquellos derechos humanos establecidos en


tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea
parte.
10

Las normas provenientes de ambas fuentes gozan de


rango constitucional y, por tanto, son normas supremas del
ordenamiento jurídico mexicano. Esto implica que los valores,
principios y derechos que ellas materializan deben permear
en todo el orden jurídico, obligando a todas las autoridades a
su aplicación y, en aquellos casos en que sea procedente, a
su interpretación. En esta lógica, el catálogo de derechos
fundamentales no se encuentra limitado a lo prescrito en el
texto constitucional, sino que también incluye a todos
aquellos derechos que figuran en los tratados internacionales
ratificados por el Estado mexicano1, por lo que resulta
incuestionable que el derecho de los extranjeros a la
notificación, contacto y asistencia consular es un
derecho fundamental vigente en nuestro país.

En ese sentido, nuestro ordenamiento jurídico, reconoce


los derechos consagrados en el artículo 36, párrafo primero,
de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares 2.
Esta norma dispone lo siguiente:

“Con el fin de facilitar el ejercicio de las funciones


consulares relacionadas con los nacionales del Estado que
envía:

a) los funcionarios consulares podrán comunicarse


libremente con los nacionales del Estado que envía y
visitarlos. Los nacionales del Estado que envía deberán
tener la misma libertad de comunicarse con los
funcionarios consulares de ese Estado y de visitarlos;

b) si el interesado lo solicita, las autoridades competentes


del Estado receptor deberán informar sin retraso alguno a
la oficina consular competente en ese Estado cuando, en
su circunscripción, un nacional del Estado que envía sea
arrestado de cualquier forma, detenido o puesto en prisión
preventiva. Cualquier comunicación dirigida a la oficina
consular por la persona arrestada, detenida o puesta en
prisión preventiva, le será asimismo transmitida sin

1
Tesis Aislada XIX/2011 (10ª) cuyo rubro es: “PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE
DERECHO FUNDAMENTAL APLICABLE”, derivada del amparo directo 28/2010, resuelto el 23 de noviembre de 2011. Ministro
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.
2
Ratificada por el Estado mexicano el 18 de mayo del 1965 y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de noviembre de
1967.
11

demora por dichas autoridades, las cuales habrán de


informar sin dilación a la persona interesada acerca de los
derechos que se le reconocen en este apartado;

c) los funcionarios consulares tendrán derecho a visitar al


nacional del Estado que envía que se halle arrestado,
detenido o en prisión preventiva, a conversar con él y a
organizar su defensa ante los tribunales. Asimismo,
tendrán derecho a visitar a todo nacional del Estado que
envía que, en su circunscripción, se halle arrestado,
detenido o preso en cumplimiento de una sentencia. Sin
embargo, los funcionarios consulares se abstendrán de
intervenir en favor del nacional detenido, cuando éste se
oponga expresamente a ello”.

Asimismo, este derecho también se encuentra


consagrado a nivel de la legislación federal, en específico, en
la fracción IV del artículo 128 del Código Federal de
Procedimientos Penales, el cual establece que cuando una
persona extranjera fuese detenida, dicho acto “se comunicará
de inmediato a la representación diplomática o consular que
corresponda”3.

Y este derecho también se encuentra previsto en la


legislación procesal penal local, al disponer:

Artículo 29.- Presentación del indiciado ante la


Representación Social.- Cuando el indiciado fuese detenido o se
presentare voluntariamente ante el Ministerio Público, se
procederá de inmediato en la siguiente forma:
3
La importancia de este artículo resulta trascendental en la regulación del procedimiento penal federal, ya que establece los
derechos del detenido. El texto completo del artículo es el siguiente:
Artículo 128.- Cuando el inculpado fuese detenido o se presentare voluntariamente ante el Ministerio Público Federal, se procederá
de inmediato en la siguiente forma:
I.- Se hará constar por quien haya realizado la detención o ante quien aquél haya comparecido, el día, hora y lugar de la detención o
de la comparecencia, así como, en su caso, el nombre y cargo de quien la haya ordenado. Cuando la detención se hubiese
practicado por una autoridad no dependiente del Ministerio Público, se asentará o se agregará, en su caso, la información
circunstanciada suscrita por quien la haya realizado o haya recibido al detenido;
II.- Se le hará saber la imputación que existe en su contra y el nombre del denunciante o querellante;
III.- Se le harán saber los derechos que le otorga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, particularmente en la
averiguación previa, de los siguientes:
a) No declarar si así lo desea, o en caso contrario, a declarar asistido por su defensor;
b) Tener una defensa adecuada por sí, por abogado o por persona de su confianza, o si no quisiere o no pudiere designar defensor,
se le designará desde luego un defensor de oficio;
c) Que su defensor comparezca en todos los actos de desahogo de pruebas dentro de la averiguación;
d) Que se le faciliten todos los datos que solicite para su defensa y que consten en la averiguación, para lo cual se permitirá a él y su
defensor consultar en la oficina del Ministerio Público y en presencia del personal, el expediente de la averiguación previa;
e) Que se le reciban los testigos y demás pruebas que ofrezca y que se tomarán en cuenta para dictar la resolución que
corresponda, concediéndosele el tiempo necesario para ello, siempre que no se traduzca en entorpecimiento de la averiguación y las
personas cuyos testimonios ofrezca se encuentren en el lugar donde aquélla se lleva a cabo. Cuando no sea posible el desahogo de
pruebas, ofrecidas por el inculpado o su defensor, el juzgador resolverá sobre la admisión y práctica de las mismas; y
f) Que se le conceda, inmediatamente que lo solicite, su libertad provisional bajo caución, conforme a lo dispuesto por la fracción I
del artículo 20 de la Constitución y en los términos del párrafo segundo del artículo 135 de este Código. Para efectos de los incisos
b) y c) se le permitirá al indiciado comunicarse con las personas que él solicite, utilizando el teléfono o cualquier otro medio de
comunicación del que se pueda disponer, o personalmente, si ellas se hallaren presentes. De la información al inculpado sobre los
derechos antes mencionados, se dejará constancia en las actuaciones.
IV.- Cuando el detenido perteneciere a un pueblo o comunidad indígena o fuere extranjero, que no hable o no entienda
suficientemente el español, se le designará un traductor que le hará saber los derechos a que se refiere la fracción anterior.
Tratándose de indígenas, el traductor y el defensor que deberán asistirle, deberán tener además conocimiento de su lengua y
cultura. Si se tratare de un extranjero, la detención se comunicará de inmediato a la representación diplomática o consular
que corresponda, y
V.- En todo caso se mantendrán separados a los hombres y a las mujeres en los lugares de detención o reclusión.
12

IV.- Cuando el detenido fuere un indígena o extranjero que no


hable o no entienda suficientemente el español, se le designará
un traductor que le hará saber los derechos a que se refiere la
fracción anterior. Si se tratare de un extranjero, la detención
se comunicará de inmediato a la Secretaría de Gobernación;
y,

De los textos transcritos, se advierte que una de las


funciones primordiales de las delegaciones consulares es
proporcionar ayuda a los connacionales que se encuentran
en problemas fuera de su país. Así, el artículo 36 de la
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares es el
resultado de un consenso internacional: los extranjeros se
enfrentan a desventajas singulares al momento de ser
detenidos por una autoridad y someterse a un proceso
penal bajo las normas de un ordenamiento jurídico que
les resulta extraño.

El derecho a la notificación, contacto y asistencia


consular representa el punto de encuentro entre dos
preocupaciones básicas del derecho internacional. Por un
lado, afianzar el papel de las oficinas consulares como
representantes de la soberanía de su país de origen y, por el
otro, la creciente preocupación de la comunidad internacional
por el respeto a los derechos humanos, siendo
particularmente relevante la tutela judicial efectiva como
integrante del debido proceso.

A pesar de que el propio nombre de la Convención de


Viena sobre Relaciones Consulares no sugiere que sea un
tratado cuya materia sean los derechos humanos, el artículo
36 consagra no solamente la facultad de los cónsules para
comunicarse y asistir a sus connacionales detenidos, sino
que también comprende los derechos fundamentales de los
13

extranjeros a ser informados, de forma inmediata, que son


titulares del derecho a comunicarse con sus respectivos
consulados y a recibir su asistencia si así lo solicitan.

Si bien es cierto que la ayuda consular para los


connacionales detenidos puede asumir diversas formas, cada
intervención implica, por lo menos, tres acciones básicas 4. La
primera es de carácter humanitario. Los funcionarios
consulares proporcionan a los detenidos el contacto con el
mundo exterior, al comunicar la noticia a los familiares o a las
personas de confianza del detenido. Asimismo, estos
funcionarios se aseguran que a los detenidos se les cubran
las necesidades básicas mientras se encuentran privados de
su libertad. La segunda función es de protección. La
presencia de los funcionarios consulares, por sí misma,
coadyuva a disuadir a las autoridades locales de cometer
actos en contra de los extranjeros que pueden ser contrarios
a su dignidad humana o que pongan en peligro la suerte del
proceso penal al que se verá sometido el extranjero.

A través de la ayuda consular los extranjeros reducen la


distancia que los separa de los nacionales en cuanto a la
protección de un estándar mínimo de derechos.

La asistencia consular es vital para asegurar una


defensa adecuada en situaciones que impliquen una
privación de la libertad, en donde las violaciones a los
derechos fundamentales de los extranjeros son comunes
debido a la falta de conocimiento del sistema jurídico en el
que se ven inmersos. Una persona extranjera que es
4
Véanse, por todos, Michael Fleishman, “Reciprocity Unmasked: the role of the Mexican Government in defense of its foreign
nationals in United States death penalty cases” . Ariz. J. Int´l & comp. L. 2003; Mark J. Goldsmith, “Torres v. State No. PCD-04-442
(Okla. Crim. App. May 13, 2004) (order granting stay of execution and remaining case for evidentiary hearing)”. 17 Cap. Def. J. 2004-
2005; Verónica Gómez, “The Inter-American System: Recent Cases”. Human Rights Law Review, Volume 1, Number 2 -2001; Dinah
L. Shelton, “Case Concerning Avena and Other Mexican Nationals (Mexico v. United States)”. A merican Journal of International Law
2004; Jeremy White, “A New Remedy Stresses the Need for International Education: the impact of the Lagrand case on domestic
court’s violation of foreign national’s consular relations rights under the Vienna Convention”. 2 Was. U. Global Stud. L. Rev 2003;
Kweku Vanderpuye and Robert W. Bigelow “The Vienna Convention and the Defense of Noncitizens in New York: A Matter of Form
and Substance”. Pace Int´l L. Rev 2006; y Arwa J. Fidahusein, “VCCR Article 36 Civil Remedies and Other Solutions: a Small Step
for Litigants but a Giant Leap Towards International Compliance”. Seton Hall Circuit Review 2008.
14

detenida se enfrenta a una multitud de barreras


lingüísticas, culturales y conceptuales que dificultan su
habilidad para entender, de forma cabal y completa, los
derechos que le asisten, así como la situación a la que se
enfrenta5.

La importancia del derecho fundamental de asistencia


consular ha sido reconocida por diversos tribunales
internacionales, específicamente por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y por la Corte
Internacional de Justicia, como resultado de dos peticiones
del gobierno de nuestro país.

La Opinión Consultiva OC-16/99 fue emitida el 1 de


octubre de 1999 y lleva por título “El derecho a la información
sobre la asistencia consular y su relación con las garantías
mínimas del debido proceso legal”6. En esta resolución, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos –a solicitud
de México–, interpretó el espectro del artículo 36 de la
Convención de Viena, con la finalidad de clarificar los
derechos y obligaciones establecidas por la Convención de
Viena, poniendo énfasis en la aplicación de este derecho en
los casos de pena de muerte en los Estados Unidos de
América7.
5
Véanse, por todos, Sarah M. Ray, “Domesticating International Obligations: How to Ensure U.S. Compliance with the Vienna
Convention on Consular Relations”. California Law Review, December 2003; Janet K. Levit, “Does Medellín Matter?”. Fordham Law
Review 2008; Marshall J. Ray, “The Right to Consul and The Right to Counsel: a Critical Re-Examining of State v. Martinez-
Rodriguez”. New Mexico Law Review, 2007; Howard S. Schiffman, “The Lagrand Decision: The Evolving legal Landscape of the
Vienna Convention on Consular Relations in U.S. Death Penalty Cases”. Santa Clara Law Review 2002; Aparna Sridhar, “Creating
Judicial Remedies for Violations of the Vienna Convention on Consular Relations: A Proposed Resolution to Medellin v. Dretke”.
Stanford Journal of Civil Rights and Civil Liberties, Vol. II:2, 2006; y Jennifer Goodman, “Avena and Other Mexican Nationals (Mex v.
U.S.). The International Court of Justice Deems U.S. Actions in Fifty-Two Death Penalty Cases as Violations of International Law”.
Tulane J. of Int’l Comp. Law, Vol. 13, 2005.
6
Corte IDH. El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del Debido Proceso Legal .
Opinión Consultiva OC-16/99 del 1° de octubre de 1999. Serie A No. 16.
7
El Estado mexicano solicitó esta consulta a raíz de la representación que había realizado respecto a algunos de sus nacionales,
alegando que las autoridades estadounidenses no les habían informado sobre su derecho a comunicarse con los funcionarios
consulares mexicanos y que los procesos habían culminado con sentencias de pena de muerte. Como los Estados Unidos de
América no han aceptado la jurisdicción contenciosa de la Corte Interamericana, México decidió solicitar una opinión consultiva de
conformidad con el artículo 64 de la Convención Americana.
Es pertinente recordar que, a través de la competencia consultiva, la Corte Interamericana de Derechos Humanos puede abordar la
interpretación de un tratado siempre que tenga implicaciones en la protección de los derechos humanos en un Estado miembro del
sistema interamericano, aunque dicho instrumento no provenga del mismo sistema regional de protección. Véase: Corte IDH. "Otros
Tratados" Objeto de la Función Consultiva de la Corte (art. 64 Convención Americana sobre Derechos Humanos) . Opinión
Consultiva OC-1/82 del 24 de septiembre de 1982 (solicitada por el Perú). Serie A No. 1, fundamento 38.
Volviendo al contenido de la Opinión Consultiva OC-16/99, doce preguntas, divididas en tres secciones, fueron planteadas por
México: las preguntas uno a cuatro componen el primer grupo, en el que se le pide a la Corte Interamericana que determine si, a la
luz del artículo 64.1 de la Convención Americana, el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares debe ser
interpretado en el sentido de contener disposiciones concernientes a la protección de los derechos humanos en los estados
americanos. Las preguntas cinco a diez componen un segundo grupo, relativo a si dentro del marco del artículo 64.1 de la
Convención Americana debe interpretarse que los artículos 2, 6, 14 y 50 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos
contienen disposiciones concernientes a la protección de los derechos humanos en los Estados americanos. Las preguntas once y
doce comprenden el último grupo y conciernen a la interpretación de la Declaración Americana y de la Carta de la OEA y su relación
15

En esta resolución, la Corte Interamericana no dudó en


señalar que el derecho a la asistencia consular, tal como lo
dispone el artículo 36 de la Convención de Viena, es parte del
corpus iuris del derecho internacional de los derechos
humanos contemporáneo, ya que dota a los extranjeros
detenidos de derechos individuales que son la contraparte de
los deberes correlativos del Estado anfitrión 8. Asimismo, la
Corte Interamericana señaló que resulta indispensable tomar
en cuenta las circunstancias de desventaja en las que se
encuentra un extranjero, por lo que la notificación del derecho
a comunicarse con el representante consular de su país
contribuye a mejorar considerablemente sus posibilidades de
defensa y a que los actos procesales en los que interviene se
realicen con mayor apego a la ley y respeto a la dignidad de
las personas. Consecuentemente, la Corte Interamericana
concluyó que el derecho individual a la notificación
consular debe ser reconocido y considerado en el marco
de las garantías mínimas para brindar a los extranjeros la
oportunidad de preparar adecuadamente su defensa y
contar con un juicio justo9.

En esta misma línea, y también a petición del gobierno


mexicano, la Corte Internacional de Justicia, en el llamado
caso Avena, reconoció que el artículo 36 de la Convención de
Viena sobre Relaciones Consulares consagra un verdadero
derecho fundamental para los individuos detenidos en el
extranjero y que los Estados deben propiciar todas las
medidas posibles que otorgue su ordenamiento jurídico a fin
de reparar a los extranjeros las violaciones a este derecho 10.

con el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. Véase Opinión Consultiva OC-16/99.
8
Véase Opinión Consultiva OC-16/99, párrafo 29.
9
Véase Opinión Consultiva OC-16/99, párrafo 122.
10
Corte Internacional de Justicia, Caso referente a Avena y a otros nacionales mexicanos (México v. Estados Unidos de América),
sentencia de 31 de marzo de 2004. En este caso la Corte Internacional de Justicia retomó la doctrina establecida en el Caso
Lagrand (Alemania v. Estados Unidos de América), sentencia de 27 de junio de 2001.
16

Ahora bien, los derechos específicos que se derivan


de lo contenido en el artículo 36 de la Convención de
Viena sobre Relaciones Consulares, son los siguientes:

En primer lugar, es necesario que las autoridades


informen al extranjero que ha sido detenido, o se
encuentre bajo cualquier tipo de custodia, que tiene
derecho a comunicarse con la oficina o representación
consular de su país. La información de este derecho debe
ser inmediata y no puede ser demorada bajo ninguna
circunstancia.

En segundo lugar, el extranjero tiene el derecho de


escoger si desea o no contactar con su respectivo consulado.

En tercer lugar, y una vez que el extranjero decide que


sí desea contactar con la oficina consular de su país, la
autoridad deberá informar de esta situación a la oficina
consular correspondiente que se encuentre más cercana
al lugar en donde se realizó la detención. Esta
comunicación deberá ser inmediata y realizarse a través
de todos los medios que estén al alcance de la autoridad
respectiva.

Por último, la autoridad deberá garantizar la


comunicación, visita y contacto entre el extranjero y la
oficina consular de su país, a fin de que esta última le
pueda brindar al extranjero una asistencia inmediata y
efectiva.

Este último punto, que representa la asistencia


consular en un sentido estricto, tiene a su vez una serie de
implicaciones que deben ser especificadas.
17

Es necesario reconocer la especial proyección que tiene


la exigencia de asistencia consular en el proceso penal
debido a la complejidad técnica de las cuestiones jurídicas
que en él se debaten y por la relevancia de los bienes
jurídicos que pueden verse afectados.

Como se precisó con anterioridad, la asistencia


consular, en cuanto derecho subjetivo, tiene como finalidad
asegurar la efectiva realización de los principios de
igualdad de las partes y de contradicción que rigen un
proceso penal, con la finalidad de evitar desequilibrios o
limitaciones en la defensa del extranjero. En esta lógica, la
asistencia consular es una garantía del correcto
desenvolvimiento del proceso y una exigencia estructural del
mismo.

Así, el derecho fundamental a la asistencia consular


de los extranjeros no puede ser concebido como un mero
requisito de forma. Cuando una autoridad, ya sea policial,
ministerial o judicial, impide a un extranjero la posibilidad
de suplir sus carencias a través de los medios que el
artículo 36 de la Convención de Viena pone a su
disposición, no solo limita, sino que hace imposible la
plena satisfacción del derecho a una defensa adecuada.

Para el detenido extranjero, el derecho a la asistencia


consular tiene una función propia y diferenciada tanto del
derecho a tener un abogado como del derecho a tener un
traductor o intérprete.

La asistencia consular no se reduce a una simple


medida de comunicación entre el extranjero y un
18

representante de su gobierno. Es ante todo un derecho


fundamental reconocido para evitar la indefensión del
inculpado, que no depende de los conocimientos que tenga el
extranjero del idioma del país en el que ha sido detenido.

El funcionario consular tiene la encomienda de


asegurarse, en primer término, de que el extranjero no sea
simplemente informado de la acusación y de los
derechos que le asisten, sino que los comprenda
cabalmente.

La comprensión del significado gramatical de las


palabras que contiene la acusación puede ser facilitada por
un traductor. Es más, una explicación técnica de las
implicaciones de la acusación puede ser facilitada por un
abogado que esté habilitado para ejercer en ese país. Sin
embargo, esto no resulta suficiente a fin de considerar
cumplido el mandato constitucional de una defensa
adecuada.

A fin de que se considere que un extranjero ha sido


informado de forma libre y consciente de estas cuestiones, es
indispensable que se encuentre cubierto el elemento relativo
a la idiosincrasia cultural. La herencia cultural y social de un
extranjero resulta determinante al momento de comprender
cualquier fenómeno jurídico, con especial gravedad respecto
a aquellos actos que impliquen la privación de la libertad.

En algunos ordenamientos jurídicos, la declaración ante


los agentes de policía y la colaboración con las autoridades
que investigan un delito puede ser considerado a lo largo del
proceso como una muestra de buena voluntad por parte del
detenido. Por el contrario, en otros sistemas, resulta
19

recomendable que los inculpados no externen ningún


comentario hasta que se encuentren en presencia de un juez.
Asimismo, en ciertos ordenamientos jurídicos, cooperar con la
policía y aceptar determinados hechos puede ameritar, a
futuro, una reducción de condena. En otros, resulta
irrelevante la confesión espontánea del inculpado.

Estas cuestiones, como es lógico, no son conocidas ni


debidamente ponderadas por los abogados nacionales. Este
tipo de decisiones solo pueden ser tomadas una vez que se
ha recibido una efectiva asistencia técnica, la cual debe ser
otorgada por los funcionarios consulares, quienes por su
actividad profesional presumiblemente se encuentran
debidamente capacitados para dicha tarea.

Es importante subrayar que la Convención de Viena


sobre Relaciones Consulares no habla sólo de contacto, sino
de asistencia, de donde se infiere que lo que la Convención
dispone es que el detenido tiene derecho a gozar de una
asistencia técnica que sea real y efectiva.

El señalado artículo 36 de la Convención de Viena, no


es una regla equiparable a la formalidad esencial del
procedimiento de origen interno creada por el Legislador
nacional en los casos de procesos penales seguidos contra
extranjeros prevista en el artículo 29, fracción IV, in fine, del
Código de Procedimientos Penales del Estado de Michoacán,
sino un Derecho Humano Fundamental contenido en
tratado internacional con finalidades y alcances diversos.

La recta interpretación de dicho artículo 36 —


considerando su formación entre sujetos y argumentos típicos
de Derecho Internacional— presupone que se trata de una
20

regla de aplicación especial en procesos penales seguidos


contra individuos en naciones extranjeras; su aplicación
implica reconocer la existencia de una regla adicional de
origen internacional que opera paralelamente a la legislación
nacional cuya función consiste en introducir en los
operadores jurídicos la noción de que, el proceso que se
sigue a un no nacional necesariamente se encuentra
caracterizada por una situación de potencial inseguridad
jurídica si se actúa sin consideración de este fundamento; y
es que una persona que se encuentra fuera de su país, al ser
sujeto a proceso penal estará fuera de la aplicación de la
esfera de derechos que le pertenecen y le son conocidos en
función de su país de origen; en este contexto, prácticamente
a dicho sujeto foráneo se le juzgará penalmente mediante la
aplicación de una diversa esfera de derechos a la suya y por
una jurisdicción extranjera que le es ajena, con todo lo cual
no se encuentra familiarizado.

El tomar como premisa y comprender esta situación, es


decir, que las personas pertenecen a un Estado determinado
(calidad de nacional), presupone admitir que ellas tienen un
conocimiento —al menos superficial— de sus formas y
procedimientos jurídicos que les son propios pues éstos
fueron producto de procesos democráticos que son la forma
de su razón, participación y cultura en su país de origen,
aspecto que también conlleva a presumir que, cuando una
persona se encuentra en una nación extranjera, ésta será
ajena a esos procesos y esfera de derechos que no le son
conocidos porque no participó en su formación.

De esta forma, debe interpretarse que el artículo 36 en


comentario garantiza, internacionalmente, que todo individuo
sea protegido de las inseguridades que, por lógica, provoca la
21

aplicación de un sistema ajeno y presumiblemente


desconocido para un extranjero mediante la presencia de su
consulado, para que éste intervenga produciendo un efecto
culturizador en el interesado.

Es decir, mediante la presencia de la asistencia consular


prevista en este fundamento 36 convencional, se pretende
que los consulados sean garantes de la Seguridad Jurídica y
sirvan de medio entre la perspectiva del legislador que
democráticamente articuló el proceso nacional —que le es
desconocido al procesado extranjero— y la diversa óptica
cultural del individuo sujeto a proceso penal en nación
extranjera; y es que, constituye una garantía, tanto en
Derecho Internacional como en el Constitucional (considérese
al artículo 14 constitucional, párrafo segundo) que a todo
individuo se le juzgue mediante la aplicación de un sistema
legal previamente establecido democráticamente por los
propios ciudadanos mediante sus leyes (incluso existe
jurisprudencia del Pleno con esta concepción básica 11) y con
participación de los mismos a través de su sistema
representativo, porque debe tenerse presente que, en última
instancia, la sentencia que se dicte en el país extranjero
vinculará al procesado a una ley penal en la cual no participó;
aspectos, todos estos, que inciden en la tutela judicial
efectiva y en la defensa adecuada, incluso en el sistema de
11
Se hace referencia a la siguiente jurisprudencia del Pleno: Novena Época.— Registro: 166612.— Pleno Jurisprudencia P./J.
102/2009.— Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXX, Agosto de 2009, página 1069. “ÓRGANOS
ADMINISTRATIVOS. LOS QUE AFECTAN LA ESFERA DE LOS PARTICULARES DEBEN SER CREADOS POR LEY O
MEDIANTE ACTO DEL EJECUTIVO EN EJERCICIO DE FACULTADES ESPECÍFICAS ATRIBUIDAS LEGISLATIVAMENTE ,
SALVO QUE SE TRATE DE ENTES CUYA ACTIVIDAD SÓLO TRASCIENDA AL INTERIOR DE LA ADMINISTRACIÓN
PÚBLICA. De la interpretación de los artículos 8o. y 17 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en relación
con las tesis 2a./J. 68/97 y P. CLII/97, de rubros: "REGLAMENTOS. LA FACULTAD DE EXPEDIRLOS INCLUYE LA DE CREAR
AUTORIDADES Y DETERMINAR SU COMPETENCIA." y "FACULTAD REGLAMENTARIA. EL PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA NO LA EXCEDE AL CREAR UNA AUTORIDAD, SI SE AJUSTA A LA LEY."; se advierte que, por regla general,
las autoridades del Estado que afectan la esfera de los gobernados deben ser creadas a través de una ley con el objeto de
evitar la proliferación de entidades creadas caprichosamente por diversa autoridad administrativa instituida legalmente,
pues de lo contrario ello justificaría la generación de verdaderas autoridades "de facto", las cuales, desde luego y en
principio tendrían un origen inconstitucional por no gozar de un reconocimiento legislativo , además de que esas prácticas
materialmente permitirían que la estructura de la administración pública se modificara con relativa facilidad y con ocasión
de perjuicios para la seguridad jurídica de los gobernados. Sin embargo, esa regla puede admitir excepciones, una de las
cuales es precisamente cuando el propio Poder Legislativo faculta a la autoridad administrativa para crear, a través de un
acto administrativo, a nuevas autoridades; en estos supuestos el acto de creación deberá publicitarse mediante actos
administrativos de carácter general (como pueden ser los reglamentos o incluso los acuerdos publicados en los medios de
difusión oficial) y a condición de que la actuación del nuevo ente autoritario tenga las facultades específicas que se le
determinen en cada caso conforme a las disposiciones legales aplicables. Pero también debe reconocerse que cuando un
organismo administrativo dentro de la administración pública centralizada no actúa hacia el exterior y únicamente ejerce
funciones internas de asistencia, asesoría, apoyo técnico o coordinación, su creación no tendrá más límites que la
determinación del titular de la dependencia de acuerdo con el presupuesto asignado.” Controversia constitucional 97/2004.
Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. 22 de enero de 2007. Unanimidad de diez votos. Ausente: Mariano Azuela Güitrón.
Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretarios: Beatriz J. Jaimes Ramos, Heriberto Pérez Reyes y Emmanuel G.
Rosales Guerrero.
22

Derechos Humanos Fundamentales cuya garantía legitima la


condena.

Esto es, no se trata de que el Estado que sujeta a


proceso penal a persona extranjera sólo le garantice
cualquier asistencia consular ni solo su presencia en
cualquier etapa, sino que, en todo trámite y procedimiento
penal seguido al extranjero debe garantizarse que la ley y
todo el procedimiento sean aplicados con un efecto
culturizador a través de la asistencia consular, pues no es lo
mismo desde la seguridad jurídica, que las leyes penales y
sus procedimientos se apliquen directamente al no nacional
que lo desconoce, a que ese derecho —desconocido e
incierto para el extranjero— se intente aplicar dentro de
parámetros de seguridad jurídica, lo que se logra —al menos
desde la presunción de la comunidad internacional—,
mediante una culturización a través de la asistencia consular,
de ahí que la inobservancia de este Derecho Humano
Fundamental contenido en sede normativa convencional
afecte significativamente la validez de las actuaciones
penales que incurren en su preterición, esto, según la
jurisprudencia internacional y las doctrinas académicas
generalizadas que sirven de base a estas consideraciones.

En definitiva, el núcleo fundamental del derecho a la


defensa adecuada de un extranjero es preciso ubicarlo, no
solo en la modalidad de la designación de un perito en
Derecho, sino en la efectividad de la defensa.

En esta línea, una asistencia consular efectiva solo


será aquélla que se otorgue de forma inmediata a la
detención del extranjero, ya que es en ese espacio
temporal en el que la comprensión de la acusación, la
23

comprensión de los derechos que le asisten al detenido, la


comprensión básica del sistema penal al que se enfrenta, la
comprensión de los efectos de la primera declaración ante las
autoridades, así como la toma de decisiones relativas al
contacto o contratación de un abogado local a fin de
establecer una línea en la defensa, cobran una importancia
decisiva a fin de evitar un escenario de indefensión. Esta
exigencia, por lo demás elemental y obvia, se constituye
como un elemento básico de la tutela judicial a fin de
preservar todos los derechos de defensa de un extranjero.

El derecho fundamental contenido en el artículo 36 de la


Convención de Viena sobre Relaciones Consulares se
quedaría en una mera declaración de buenas intenciones, si
la asistencia se sucede en un momento procesal en el que los
elementos que acabamos de describir ya no resultan
relevantes para la suerte del procesado, lo que conllevaría
que el funcionario consular se convierta en alguien a quien se
le invita por compromiso, pero que no es tenido en cuenta.

La importancia del derecho a la notificación, contacto y


asistencia consular radica en que se configura no sólo como
un derecho en sí mismo, sino como un derecho instrumental
para la defensa de los demás derechos e intereses de los
que sean titulares los extranjeros. Es decir, la posibilidad de
que un extranjero pueda ser oído públicamente, en
condiciones de plena igualdad y con justicia, por un tribunal
independiente e imparcial, depende –de forma absoluta–
del presupuesto previo relativo a la asistencia real y
efectiva de los miembros de la oficina diplomática de su
país12.
12
En este mismo sentido se ha pronunciado la Corte Interamericana de Derechos Humanos al señalar que el derecho individual de
información establecido en el artículo 36.1.b) de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares permite que adquiera
eficacia, en los casos concretos, el derecho al debido proceso legal consagrado en el artículo 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; y que este precepto establece garantías mínimas susceptibles de expansión a la luz de otros
instrumentos internacionales como la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, que amplían el horizonte de la protección
de los justiciables. Opinión Consultiva OC-16/99, párrafo 124.
24

Sobre este tema, resultan aplicables los criterios de


interpretación que determinan:

DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO.


Dentro de las garantías del debido proceso existe un "núcleo
duro", que debe observarse inexcusablemente en todo
procedimiento jurisdiccional, y otro de garantías que son
aplicables en los procesos que impliquen un ejercicio de la
potestad punitiva del Estado. Así, en cuanto al "núcleo duro", las
garantías del debido proceso que aplican a cualquier
procedimiento de naturaleza jurisdiccional son las que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha identificado como
formalidades esenciales del procedimiento, cuyo conjunto
integra la "garantía de audiencia", las cuales permiten que los
gobernados ejerzan sus defensas antes de que las autoridades
modifiquen su esfera jurídica definitivamente. Al respecto, el
Tribunal en Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la jurisprudencia P./J. 47/95, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo II, diciembre de 1995, página 133, de rubro:
"FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON
LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA
DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO.", sostuvo que las
formalidades esenciales del procedimiento son: (i) la notificación
del inicio del procedimiento; (ii) la oportunidad de ofrecer y
desahogar las pruebas en que se finque la defensa; (iii) la
oportunidad de alegar; y, (iv) una resolución que dirima las
cuestiones debatidas y cuya impugnación ha sido considerada
por esta Primera Sala como parte de esta formalidad. Ahora
bien, el otro núcleo es identificado comúnmente con el elenco de
garantías mínimo que debe tener toda persona cuya esfera
jurídica pretenda modificarse mediante la actividad punitiva del
Estado, como ocurre, por ejemplo, con el derecho penal,
migratorio, fiscal o administrativo, en donde se exigirá que se
hagan compatibles las garantías con la materia específica del
asunto. Por tanto, dentro de esta categoría de garantías del
debido proceso, se identifican dos especies: la primera, que
corresponde a todas las personas independientemente de su
condición, nacionalidad, género, edad, etcétera, dentro de las
que están, por ejemplo, el derecho a contar con un abogado, a
no declarar contra sí mismo o a conocer la causa del
procedimiento sancionatorio; y la segunda, que es la
combinación del elenco mínimo de garantías con el derecho de
igualdad ante la ley, y que protege a aquellas personas que
pueden encontrarse en una situación de desventaja frente al
ordenamiento jurídico, por pertenecer a algún grupo vulnerable,
por ejemplo, el derecho a la notificación y asistencia consular, el
derecho a contar con un traductor o intérprete, el derecho de las
niñas y los niños a que su detención sea notificada a quienes
25

ejerzan su patria potestad y tutela, entre otras de igual


naturaleza. 13

Amparo en revisión 352/2012. 10 de octubre de 2012.


Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José
Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Mario Gerardo Avante Juárez. Amparo directo en revisión
3758/2012. Maple Commercial Finance Corp. 29 de mayo de
2013. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretario:
David García Sarubbi. Amparo en revisión 121/2013. 12 de junio
de 2013. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretaria:
Cecilia Armengol Alonso. Amparo en revisión 150/2013. 10 de
julio de 2013. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario
Pardo Rebolledo. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Secretaria: Mercedes Verónica Sánchez Miguez. Amparo directo
en revisión 1009/2013. 16 de octubre de 2013. Cinco votos de
los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío
Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su
derecho a formular voto concurrente. Ponente: José Ramón
Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena Velázquez. Tesis de
jurisprudencia 11/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de
este Alto Tribunal, en sesión de fecha siete de febrero de dos mil
catorce.

Esta tesis se publicó el viernes 28 de febrero de 2014 a


las 11:02 horas en el Semanario Judicial de la Federación y, por
ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 03
de marzo de 2014, para los efectos previstos en el punto
séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS


DETENIDOS A LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y
ASISTENCIA CONSULAR. EFECTOS DEL AMPARO
CONCEDIDO POR SU VIOLACIÓN EN LA AVERIGUACIÓN
PREVIA Y EN EL PROCESO PENAL. Del artículo 36, párrafo
primero, de la Convención de Viena sobre Relaciones

13
Época: Décima Época
Registro: 2005716
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 11/2014 (10a.)
Página: 396
26

Consulares, se derivan los siguientes derechos para el


extranjero detenido en territorio mexicano: i. Las autoridades
deberán informarle inmediatamente (antes de su primera
declaración) sobre su derecho a comunicarse con la oficina o
representación consular de su país (notificación consular); ii. El
extranjero podrá decidir libremente si desea comunicarse con su
consulado (contacto consular); y, iii. En su caso, la autoridad
deberá informar inmediata y eficazmente la solicitud de
asistencia a la oficina consular más cercana al lugar de la
detención y deberá garantizar la comunicación entre el
extranjero y los funcionarios consulares (asistencia consular).
Ahora bien, el otorgamiento del amparo por la violación al
derecho de notificación, contacto y asistencia consular tendrá
como efecto general evitar que se juzgue al extranjero a partir de
las pruebas obtenidas al margen de la mencionada prerrogativa
fundamental. Además, el sentido específico de la protección
federal deberá definirse considerando la etapa del procedimiento
en la que se hubiese suscitado la violación, el subderecho
consular infringido, las repercusiones de la transgresión y la
armonización del derecho al debido proceso con el de
impartición de justicia pronta y los derechos de la víctima a la
reparación del daño y al esclarecimiento de la verdad. A manera
de ejemplo, pueden enunciarse los siguientes efectos
específicos de la concesión del amparo: I. Cuando la violación a
este derecho se produzca en la averiguación previa, deberá
considerarse inválida la declaración ministerial del indiciado en
caso de que resulte adversa a sus intereses, de acuerdo con el
criterio genérico sustentado en la jurisprudencia 1a./J. 121/2009
de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
II. Cuando la violación se genere durante el proceso penal,
deberá ordenarse su reposición para los siguientes efectos: a) Si
se infringió el derecho a la información y contacto consular, se
notificará inmediatamente al quejoso que puede optar por
comunicarse con el consulado de su país. En caso de que no
ejerza esa prerrogativa, se convalidarán todas las actuaciones
judiciales y se emitirá una nueva sentencia definitiva que podrá
apoyarse en ellas. En caso de que solicite la asistencia consular,
se procederá en los términos del siguiente inciso; b) Si el
extranjero pidió la asistencia de su consulado, pero éste no fue
informado oportunamente sobre tal petición, se repondrá el
procedimiento hasta antes de la declaración preparatoria, para el
efecto de que se informe inmediata y eficazmente a la
delegación consular de la detención de su connacional y de la
solicitud de asistencia; c) Si la delegación consular hubiese sido
notificada oportunamente sobre la petición de asistencia, pero tal
auxilio hubiese sido entorpecido o impedido, se dejarán
insubsistentes las actuaciones viciadas, para que se practiquen
nuevamente removiendo los obstáculos que hayan impedido el
goce efectivo de la asistencia consular y, III. Excepcionalmente,
se declarará la invalidez del juicio y se decretará la libertad del
acusado, cuando la violación a los derechos consulares
cometida en la indagatoria o en el juicio ejerza un efecto
corruptor del proceso penal, es decir, cuando provoque
condiciones sugestivas que afecten la fiabilidad de toda la
27

evidencia incriminatoria y vulneren de forma total el derecho de


defensa. Lo anterior, de conformidad con las tesis 1a.
CLXVI/2013 (10a.) y 1a. CLXVII/2013 (10a.) de la mencionada
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. PRIMER
TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO
AUXILIAR DE LA OCTAVA REGIÓN.14

Amparo directo 177/2013 (expediente auxiliar 346/2013).


17 de mayo de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: Juan
Ramón Rodríguez Minaya. Secretario: Samuel René Cruz
Torres. Nota: Las tesis 1a./J. 121/2009, 1a. CLXVI/2013 (10a.) y
1a. CLXVII/2013 (10a.) citadas, aparecen publicadas en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo XXXI, mayo de 2010, página 36; y Décima Época,
Libro XX, Tomo 1, mayo de 2013, página 537, con los rubros:
"AMPARO DIRECTO. PROCEDE QUE EN ÉL SE ANALICEN
COMO VIOLACIONES AL PROCEDIMIENTO LAS COMETIDAS
EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA, CUANDO AFECTEN LAS
GARANTÍAS CONTENIDAS EN LOS ARTÍCULOS 14 Y 20 DE
LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA, EN
TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160, FRACCIÓN XVII, DE LA LEY
DE AMPARO.", "EFECTO CORRUPTOR DEL PROCESO
PENAL. CONDICIONES PARA SU ACTUALIZACIÓN Y
ALCANCES." y "EFECTO CORRUPTOR DEL PROCESO
PENAL. SUS DIFERENCIAS CON LA REGLA DE EXCLUSIÓN
DE LA PRUEBA ILÍCITAMENTE OBTENIDA.", respectivamente.
En relación con el alcance de la presente tesis, destaca la
diversa 1a. CLXXI/2013 (10a.), de rubro: "DERECHO
FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A LA
NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR. SU
CONTENIDO ESPECÍFICO Y RELEVANCIA PARA
GARANTIZAR EL DERECHO FUNDAMENTAL A UNA
DEFENSA ADECUADA DE LOS EXTRANJEROS.", publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima
Época, Libro XX, Tomo 1, mayo de 2013, página 532.

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A


LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
SU CONTENIDO ESPECÍFICO Y RELEVANCIA PARA
GARANTIZAR EL DERECHO FUNDAMENTAL A UNA
DEFENSA ADECUADA DE LOS EXTRANJEROS. Del artículo
36, primer párrafo, de la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares, se derivan, para el extranjero detenido en territorio
mexicano, los siguientes derechos. En primer término, es
necesario que las autoridades informen al extranjero que ha sido
detenido, o se encuentre bajo cualquier tipo de custodia, que
tiene derecho a comunicarse con la oficina o representación

14
Época: Décima Época
Registro: 2004467
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXIV, Septiembre de 2013, Tomo 3
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: XXVII.1o.(VIII Región) 18 P (10a.)
Página: 2553
28

consular de su país. La información de este derecho debe ser


inmediata y no puede ser demorada bajo ninguna circunstancia.
En segundo lugar, el extranjero tiene derecho a escoger si desea
o no contactar a su respectivo consulado. En tercer lugar, y una
vez que el extranjero decide que sí desea contactar a la oficina
consular de su país, la autoridad deberá informar de esta
situación a la oficina consular correspondiente que se encuentre
más cercana al lugar en donde se realizó la detención. Esta
comunicación deberá ser inmediata y realizarse a través de
todos los medios que estén al alcance de la autoridad
respectiva. Por último, la autoridad deberá garantizar la
comunicación, visita y contacto entre el extranjero y la oficina
consular de su país, a fin de que esta última le pueda brindar al
extranjero una asistencia inmediata y efectiva. Este último punto,
que representa la asistencia consular en un sentido estricto,
tiene a su vez una serie de implicaciones que deben ser
especificadas. La exigencia de asistencia consular en el proceso
penal tiene especial proyección debido a la complejidad técnica
de las cuestiones jurídicas que en él se debaten y por la
relevancia de los bienes jurídicos que pueden verse afectados.
La asistencia consular, en cuanto derecho subjetivo, tiene como
finalidad asegurar la efectiva realización de los principios de
igualdad de las partes y de contradicción que rigen un proceso
penal, con la finalidad de evitar desequilibrios o limitaciones en
la defensa del extranjero. En esta lógica, la asistencia consular
es una garantía del correcto desenvolvimiento del proceso y una
exigencia estructural del mismo. Así, el derecho fundamental a la
asistencia consular de los extranjeros no puede ser concebido
como un mero requisito de forma. Cuando una autoridad, ya sea
policial, ministerial o judicial, impide a un extranjero la posibilidad
de suplir sus carencias a través de los medios que el artículo 36
de la Convención de Viena pone a su disposición, no sólo limita
sino que hace imposible la plena satisfacción del derecho a una
defensa adecuada.15

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de


2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J.
Jaimes Ramos.

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A


LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
FUNCIONES BÁSICAS QUE ESTE DERECHO IMPLICA. El
derecho fundamental de los extranjeros a la notificación,

15
Época: Décima Época
Registro: 2003541
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXXI/2013 (10a.)
Página: 532
29

contacto y asistencia consular, previsto en el artículo 36, primer


párrafo, de la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares, puede asumir diversas formas, dependiendo de las
circunstancias particulares de cada caso. No obstante, cada
intervención implica, por lo menos, tres acciones básicas. La
primera es de carácter humanitario. Los funcionarios consulares
proporcionan a los detenidos el contacto con el mundo exterior,
al comunicar la noticia a los familiares o a las personas de
confianza del detenido. Asimismo, estos funcionarios se
aseguran que a los detenidos se les cubran las necesidades
básicas mientras se encuentran privados de su libertad. La
segunda función es de protección. La presencia de los
funcionarios consulares, por sí misma, coadyuva a disuadir a las
autoridades locales de cometer actos en contra de los
extranjeros que pueden ser contrarios a su dignidad humana o
que pongan en peligro la suerte del proceso penal al que se verá
sometido el extranjero. Por último, la tercera función es la
relativa a una asistencia técnico-jurídica. En este sentido, la
asistencia consular es vital para asegurar una defensa adecuada
en situaciones que impliquen una privación de la libertad, en
donde las violaciones a los derechos fundamentales de los
extranjeros son comunes debido a la falta de conocimiento del
sistema jurídico en el que se ven inmersos. Esto es así, ya que
una persona extranjera que es detenida se enfrenta a una
multitud de barreras lingüísticas, culturales y conceptuales que
dificultan su habilidad para entender, de forma cabal y completa,
los derechos que le asisten, así como la situación a la que se
enfrenta. En definitiva, a través de la ayuda consular los
extranjeros reducen la distancia que los separa de los
nacionales en cuanto a la protección de un estándar mínimo de
derechos fundamentales.16

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de


2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J.
Jaimes Ramos.

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A


LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
LA FINALIDAD DEL ARTÍCULO 36, PRIMER PÁRRAFO, DE
LA CONVENCIÓN DE VIENA SOBRE RELACIONES
CONSULARES EN EL DERECHO INTERNACIONAL. Una de
las funciones primordiales de las delegaciones consulares es
proporcionar ayuda a los connacionales que se encuentran en

16
Época: Décima Época
Registro: 2003538
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXX/2013 (10a.)
Página: 529
30

problemas fuera de su país. Así, el artículo 36, primer párrafo, de


la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares es el
resultado de un consenso internacional: los extranjeros se
enfrentan a desventajas singulares al momento de ser detenidos
por una autoridad y someterse a un proceso penal bajo las
normas de un ordenamiento jurídico que les resulta extraño. El
derecho a la notificación, contacto y asistencia consular
representa el punto de encuentro entre dos preocupaciones
básicas del derecho internacional. Por un lado, afianzar el papel
de las oficinas consulares como representantes de la soberanía
de su país de origen y, por el otro, la creciente preocupación de
la comunidad internacional por el respeto a los derechos
humanos, siendo particularmente relevante la tutela judicial
efectiva de aquellos derechos que conforman las garantías del
debido proceso. En la jurisprudencia internacional, la importancia
de este derecho fundamental ha sido reconocida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, al emitir la Opinión
Consultiva OC-16/99, que lleva por título "El derecho a la
información sobre la asistencia consular en el marco de las
garantías del debido proceso". En esta resolución, la Corte
Interamericana estableció que el derecho a la asistencia
consular es parte del corpus iuris del derecho internacional de
los derechos humanos contemporáneo, por lo que debe ser
reconocido y considerado en el marco de las garantías mínimas
para brindar a los extranjeros la oportunidad de preparar
adecuadamente su defensa y contar con un juicio justo. En esta
misma línea, la Corte Internacional de Justicia, en la causa
relativa a Avena y otros nacionales mexicanos (México v.
Estados Unidos de América), reconoció que el artículo 36 de la
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares consagra un
verdadero derecho fundamental para los individuos detenidos en
el extranjero y que los Estados deben propiciar todas las
medidas posibles que otorgue su ordenamiento jurídico a fin de
reparar a los extranjeros las violaciones a este derecho. 17

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de


2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J.
Jaimes Ramos.

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A


LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
REQUISITOS PARA QUE DICHA ASISTENCIA PUEDA SER
CONSIDERADA REAL Y EFECTIVA. Esta Primera Sala de la

17
Época: Décima Época
Registro: 2003539
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXIX/2013 (10a.)
Página: 530
31

Suprema Corte de Justicia de la Nación estima que el derecho


fundamental contenido en el artículo 36, primer párrafo, de la
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, no se
reduce al mero contacto del extranjero con la oficina consular,
sino que dicha norma hace imperativa la asistencia por parte de
la misma, de donde se infiere que el detenido tiene derecho a
gozar de una asistencia técnica que sea real y efectiva. En caso
contrario, el derecho de defensa de los extranjeros tendría el
riesgo de convertirse en una serie de palabras vacías, donde la
especial posición del extranjero, al ser un extraño en un sistema
jurídico extraño, nunca sería tomada en cuenta. En definitiva, el
núcleo fundamental del derecho a la defensa adecuada de un
extranjero es preciso ubicarlo no sólo en la modalidad de la
designación de un perito en Derecho, sino en la efectividad de la
defensa. Así, una asistencia consular efectiva sólo será aquella
que se otorgue de forma inmediata a la detención del extranjero,
ya que es en ese espacio temporal en el que la comprensión de
la acusación, de los derechos que le asisten al detenido, del
sistema penal al que se enfrenta, de los efectos de la primera
declaración ante las autoridades, así como la toma de
decisiones relativas al contacto o contratación de un abogado
local a fin de establecer una línea en la defensa, cobran una
importancia decisiva a fin de evitar un escenario de indefensión.
Esta exigencia se constituye como un elemento básico de la
tutela judicial a fin de preservar todos los derechos de defensa
de un extranjero, misma que se quedaría en una mera
declaración de buenas intenciones, si la asistencia se sucede en
un momento procesal en el que los elementos anteriores ya no
resultan relevantes para la suerte del procesado. En definitiva, la
importancia del derecho a la notificación, contacto y asistencia
consular radica en que se configura no sólo como un derecho en
sí mismo, sino como un derecho instrumental para la defensa de
los demás derechos e intereses de los que sean titulares los
extranjeros. Es decir, la posibilidad de que un extranjero pueda
ser oído públicamente, en condiciones de plena igualdad y con
justicia, por un tribunal independiente e imparcial, depende -de
forma absoluta- del presupuesto previo relativo a la asistencia
real y efectiva de los miembros de la oficina diplomática de su
país.18

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de


2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J.
Jaimes Ramos.

18
Época: Décima Época
Registro: 2003540
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXXIII/2013 (10a.)
Página: 531
32

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A


LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
SU CONTENIDO ESPECÍFICO Y RELEVANCIA PARA
GARANTIZAR EL DERECHO FUNDAMENTAL A UNA
DEFENSA ADECUADA DE LOS EXTRANJEROS. Del artículo
36, primer párrafo, de la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares, se derivan, para el extranjero detenido en territorio
mexicano, los siguientes derechos. En primer término, es
necesario que las autoridades informen al extranjero que ha sido
detenido, o se encuentre bajo cualquier tipo de custodia, que
tiene derecho a comunicarse con la oficina o representación
consular de su país. La información de este derecho debe ser
inmediata y no puede ser demorada bajo ninguna circunstancia.
En segundo lugar, el extranjero tiene derecho a escoger si desea
o no contactar a su respectivo consulado. En tercer lugar, y una
vez que el extranjero decide que sí desea contactar a la oficina
consular de su país, la autoridad deberá informar de esta
situación a la oficina consular correspondiente que se encuentre
más cercana al lugar en donde se realizó la detención. Esta
comunicación deberá ser inmediata y realizarse a través de
todos los medios que estén al alcance de la autoridad
respectiva. Por último, la autoridad deberá garantizar la
comunicación, visita y contacto entre el extranjero y la oficina
consular de su país, a fin de que esta última le pueda brindar al
extranjero una asistencia inmediata y efectiva. Este último punto,
que representa la asistencia consular en un sentido estricto,
tiene a su vez una serie de implicaciones que deben ser
especificadas. La exigencia de asistencia consular en el proceso
penal tiene especial proyección debido a la complejidad técnica
de las cuestiones jurídicas que en él se debaten y por la
relevancia de los bienes jurídicos que pueden verse afectados.
La asistencia consular, en cuanto derecho subjetivo, tiene como
finalidad asegurar la efectiva realización de los principios de
igualdad de las partes y de contradicción que rigen un proceso
penal, con la finalidad de evitar desequilibrios o limitaciones en
la defensa del extranjero. En esta lógica, la asistencia consular
es una garantía del correcto desenvolvimiento del proceso y una
exigencia estructural del mismo. Así, el derecho fundamental a la
asistencia consular de los extranjeros no puede ser concebido
como un mero requisito de forma. Cuando una autoridad, ya sea
policial, ministerial o judicial, impide a un extranjero la posibilidad
de suplir sus carencias a través de los medios que el artículo 36
de la Convención de Viena pone a su disposición, no sólo limita
sino que hace imposible la plena satisfacción del derecho a una
defensa adecuada.19

19
Época: Décima Época
Registro: 2003541
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXXI/2013 (10a.)
Página: 532
33

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de


2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J.
Jaimes Ramos.

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A


LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
SU FUENTE Y JERARQUÍA EN EL ORDENAMIENTO
JURÍDICO MEXICANO. En el marco de un sistema democrático,
una vez que una persona se encuentra en territorio de un Estado
del cual no es nacional, dicho Estado está obligado a concederle
un estándar mínimo de derechos. Uno de ellos, cuya importancia
resulta transcendental, es la posibilidad de que el extranjero sea
asistido por algún miembro de la delegación consular de su país
en el territorio en el que se encuentre. En nuestro ordenamiento
jurídico, dicho derecho se encuentra consagrado, tanto en el
artículo 36, párrafo primero, de la Convención de Viena sobre
Relaciones Consulares, como en el artículo 128, fracción IV, del
Código Federal de Procedimientos Penales. Asimismo, es
importante señalar que esta Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación estableció en la jurisprudencia 1a./J.
107/2012 (10a.), de rubro: "PRINCIPIO PRO PERSONA.
CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO
FUNDAMENTAL APLICABLE.", que en materia de derechos
fundamentales, nuestro orden jurídico tiene dos fuentes
primigenias: (i) los derechos fundamentales reconocidos en la
Constitución; y (ii) todos aquellos derechos humanos
establecidos en tratados internacionales de los que el Estado
mexicano sea parte. Las normas provenientes de ambas fuentes
gozan de rango constitucional y, por tanto, son normas
supremas del ordenamiento jurídico mexicano. Esto implica que
los valores, principios y derechos que ellas materializan deben
permear en todo el orden jurídico, obligando a todas las
autoridades a su aplicación y, en aquellos casos en que sea
procedente, a su interpretación. En esta lógica, el catálogo de
derechos fundamentales no se encuentra limitado a lo prescrito
en el texto constitucional, sino que también incluye a todos
aquellos derechos que figuran en los tratados internacionales
ratificados por el Estado mexicano, por lo que resulta
incuestionable que el derecho de los extranjeros a la notificación,
contacto y asistencia consular es un derecho fundamental
vigente en nuestro país.20

20
Época: Décima Época
Registro: 2003542
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXVIII/2013 (10a.)
Página: 533
34

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de


2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J.
Jaimes Ramos. Nota: La tesis de jurisprudencia 1a./J. 107/2012
citada, aparece publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XIII, Tomo 2,
octubre de 2012, página 799.

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS A


LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
SUS DIFERENCIAS CON EL DERECHO A TENER UN
ABOGADO Y EL DERECHO A TENER UN TRADUCTOR O
INTÉRPRETE. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación estima que para el extranjero detenido en
territorio mexicano, el derecho a la asistencia consular,
contenido en el artículo 36, primer párrafo, de la Convención de
Viena sobre Relaciones Consulares, tiene una función propia y
diferenciada tanto del derecho a tener un abogado como del
derecho a tener un traductor o intérprete. La asistencia consular
no se reduce a una simple medida de comunicación entre el
extranjero y un representante de su gobierno. Es ante todo un
derecho fundamental reconocido para evitar la indefensión del
inculpado, que no depende de los conocimientos que tenga el
extranjero del idioma del país en el que ha sido detenido. El
funcionario consular tiene la encomienda de asegurarse, en
primer término, de que el extranjero no sea simplemente
informado de la acusación y de los derechos que le asisten, sino
que los comprenda cabalmente. La comprensión del significado
gramatical de las palabras que contiene la acusación puede ser
facilitada por un traductor. Asimismo, una explicación técnica de
las implicaciones de la acusación puede ser facilitada por un
abogado habilitado para ejercer en ese país. Sin embargo, esto
no resulta suficiente a fin de considerar cumplido el mandato
constitucional de una defensa adecuada, ya que para esto es
indispensable que se encuentre cubierto el elemento relativo a la
idiosincrasia cultural. La herencia cultural y social de un
extranjero resulta determinante al momento de comprender
cualquier fenómeno jurídico, con especial gravedad respecto a
aquellos actos o decisiones que puedan implicar la privación de
la libertad. Estas cuestiones, como es lógico, no son conocidas
ni debidamente ponderadas por los abogados nacionales, por lo
que este tipo de decisiones sólo pueden ser tomadas una vez
que se ha recibido una efectiva asistencia técnica, la cual debe
ser otorgada por los funcionarios consulares, quienes por su
actividad profesional, presumiblemente se encuentran
21
debidamente capacitados para dicha tarea.
21
Época: Décima Época
Registro: 2003544
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
35

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de


2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José Ramón Cossío
Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo
Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea formuló voto
concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García
Villegas. Secretarios: Javier Mijangos y González y Beatriz J.
Jaimes Ramos.

DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO.


Dentro de las garantías del debido proceso existe un "núcleo
duro", que debe observarse inexcusablemente en todo
procedimiento jurisdiccional, mientras que existe otro núcleo de
garantías que resultan aplicables en los procesos que impliquen
un ejercicio de la potestad punitiva del Estado. En cuanto al
"núcleo duro", las garantías del debido proceso que aplican a
cualquier procedimiento de naturaleza jurisdiccional son las que
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha identificado
como formalidades esenciales del procedimiento, cuyo conjunto
integra la "garantía de audiencia"; las cuales permiten que los
gobernados ejerzan sus defensas antes de que las autoridades
modifiquen su esfera jurídica en forma definitiva. Al respecto, el
Tribunal en Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación en la jurisprudencia P./J. 47/95, de rubro:
"FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON
LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA
DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO.", sostuvo que las
formalidades esenciales del procedimiento son: (i) la notificación
del inicio del procedimiento; (ii) la oportunidad de ofrecer y
desahogar las pruebas en que se finque la defensa; (iii) la
oportunidad de alegar; y, (iv) una resolución que dirima las
cuestiones debatidas y cuya impugnación ha sido considerada
por esta Primera Sala como parte de esta formalidad. Ahora
bien, el otro núcleo es comúnmente identificado con el elenco
mínimo de garantías que debe tener toda persona cuya esfera
jurídica pretenda modificarse mediante la actividad punitiva del
Estado, como ocurre, por ejemplo, con el derecho penal,
migratorio, fiscal o administrativo, en donde se exigirá que se
hagan compatibles las garantías con la materia específica del
asunto. Así, dentro de esta categoría de garantías del debido
proceso se identifican dos especies: la primera, corresponde a
todas las personas independientemente de su condición,
nacionalidad, género, edad, etcétera, dentro de las que están,
por ejemplo, el derecho a contar con un abogado, a no declarar
contra sí mismo o a conocer la causa del procedimiento
sancionatorio; la segunda, resulta de la combinación del elenco
mínimo de garantías con el derecho de igualdad ante la ley, y
protege a aquellas personas que pueden encontrarse en una
situación de desventaja frente al ordenamiento jurídico, por
pertenecer a algún grupo vulnerable, por ejemplo, el derecho a
la notificación y asistencia consular, el derecho a contar con un

Tesis: 1a. CLXXII/2013 (10a.)


Página: 535
36

traductor o intérprete, el derecho de las niñas y niños a que su


detención sea notificada a quienes ejerzan su patria potestad y
tutela, entre otras de la misma naturaleza.22

Amparo en revisión 352/2012. 10 de octubre de 2012.


Cinco votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Mario Gerardo Avante Juárez. Nota: La tesis de jurisprudencia
P./J. 47/95 citada, aparece publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II,
diciembre de 1995, página 133.

EXTRANJERO. LA OMISIÓN DEL JUEZ DE INFORMAR


DE SU DETENCIÓN A LA REPRESENTACIÓN DIPLOMÁTICA
O CONSULAR DE SU PAÍS NO CONSTITUYE UN ACTO
CONSUMADO DE FORMA IRREPARABLE, EN ATENCIÓN AL
DERECHO DE DEFENSA DE AQUÉL, POR TANTO, AL SER
UNA VIOLACIÓN AL PROCEDIMIENTO DEBE ORDENARSE
SU REPOSICIÓN A PARTIR DE LA RATIFICACIÓN DE SU
DETENCIÓN, NO OBSTANTE QUE SE LE HAYA DICTADO
AUTO DE FORMAL PRISIÓN, DE MANERA QUE CONFORME
AL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO NO SE
ACTUALIZA LA CAUSA DE IMPROCEDENCIA PREVISTA EN
EL ARTÍCULO 73, FRACCIÓN X, DE LA LEY DE AMPARO. En
atención a la reforma al artículo 1o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos llevada a cabo mediante decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el diez de junio de
dos mil once, vigente a partir del día siguiente, los Tribunales
Colegiados de Circuito están obligados a velar no sólo por los
derechos humanos contenidos en los instrumentos
internacionales firmados por el Estado Mexicano, sino también
por los previstos en la Constitución Federal, adoptando la
interpretación más favorable al derecho humano de que se trate,
lo que se entiende en la doctrina como el principio pro persona.
En ese sentido, aun cuando la omisión del Ministerio Público de
comunicar inmediatamente a la representación diplomática o
consular correspondiente, respecto de la detención o
presentación voluntaria de un extranjero, en términos del artículo
269, fracción IV, del Código de Procedimientos Penales para el
Distrito Federal -que coincide con el diverso 36, numeral 1,
incisos b) y c), de la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares-, pudiera constituir un acto consumado de modo
irreparable, ello no ocurre si quien omite hacerlo es el órgano
jurisdiccional que conocerá del asunto, pues él está en
posibilidad de reparar tal falta de comunicación, al calificar la
detención del indiciado, en virtud de la trascendencia del
derecho de defensa de los extranjeros; por tanto, en términos
del artículo 160, fracción XVII, en relación con la II, de la Ley de

22
Época: Décima Época
Registro: 2003017
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. LXXV/2013 (10a.)
Página: 881
37

Amparo, al constituir la omisión del Juez una violación al


procedimiento debe ordenarse su reposición a partir del acuerdo
de ratificación de la detención del indiciado, para que el órgano
jurisdiccional informe, sin retraso alguno, a la oficina
consular competente de la detención del extranjero y, de no
oponerse éste expresamente a ello, reciba asistencia de los
funcionarios consulares que lo visiten, para conversar con
él y organizar su defensa; sin que obste a lo anterior que por
haberse dictado contra el inculpado auto de formal prisión, se
actualice la causa de improcedencia prevista en el artículo 73,
fracción X, de la citada ley, pues atendiendo al control de
convencionalidad ex officio, este último precepto debe
inaplicarse. SÉPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.23

Amparo directo 248/2012. 16 de agosto de 2012.


Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Fermín Rivera Quintana.
Secretaria: María Nelly Vázquez Rivera.

Segundo concepto de violación.- La declaración de


Jorge Martínez Juárez y coacusados, se encuentran
afectadas de violaciones procesales, ya que todos fueron
protestados indebidamente al momento de que rindieron su
respectiva declaración ministerial.

En este sentido, el artículo 20, constitucional y 29 del


Código de Procedimientos Penales en Michoacán, establecen
los requisitos que deberán observarse en las diligencias
condignas24, entre ellos que no podrá ser obligado a declarar;
23
Época: Décima Época
Registro: 2001918
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 4
Materia(s): Común, Común
Tesis: I.7o.P.7 P (10a.)
Página: 2532

24
(REFORMADO PRIMER PARRAFO, D.O.F. 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000)
Art. 20.- En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima o el ofendido, tendrán las siguientes garantías:
(ADICIONADO, D.O.F. 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000)
A. Del inculpado:
(REFORMADA, D.O.F. 3 DE JULIO DE 1996)
I.- Inmediatamente que lo solicite, el juez deberá otorgarle la libertad provisional bajo caución, siempre y cuando no se trate de
delitos en que, por su gravedad, la ley expresamente prohíba conceder este beneficio. En caso de delitos no graves, a solicitud del
Ministerio Público, el juez podrá negar la libertad provisional, cuando el inculpado haya sido condenado con anterioridad, por algún
delito calificado como grave por la ley o, cuando el Ministerio Público aporte elementos al juez para establecer que la libertad del
inculpado representa, por su conducta precedente o por las circunstancias y características del delito cometido, un riesgo para el
ofendido o para la sociedad. El monto y la forma de caución que se fije, deberán ser asequibles para el inculpado. En circunstancias
que la ley determine, la autoridad judicial podrá modificar el monto de la caución. Para resolver sobre la forma y el monto de la
caución, el juez deberá tomar en cuenta la naturaleza, modalidades y circunstancias del delito; las características del inculpado y la
posibilidad de cumplimiento de las obligaciones procesales a su cargo; los daños y perjuicios causados al ofendido; así como la
sanción pecuniaria que, en su caso, pueda imponerse al inculpado. La ley determinará los casos graves en los cuales el juez podrá
revocar la libertad provisional;
(REFORMADA, D.O.F. 3 DE SEPTIEMBRE DE 1993)
II.- No podrá ser obligado a declarar. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda incomunicación, intimidación o
tortura. La confesión rendida ante cualquier autoridad distinta del Ministerio Público o del juez, o ante éstos sin la asistencia de su
defensor carecerá de todo valor probatorio;
III.- Se le hará saber en audiencia pública, y dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a su consignación a la justicia, el nombre
de su acusador y la naturaleza y causa de la acusación, a fin de que conozca bien el hecho punible que se le atribuye y pueda
contestar el cargo, rindiendo en este acto su declaración preparatoria.(REFORMADA, D.O.F. 21 DE SEPTIEMBRE DE 2000)
38

queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda


incomunicación, intimidación o tortura; desde el inicio de su
proceso será informado de los derechos que en su favor
consigna esta Constitución y tendrá derecho a una defensa
adecuada, por sí, por abogado, o por persona de su
confianza; también tendrá derecho a que su defensor
comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá
obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera.

Por su parte, la Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación ha establecido que la defensa adecuada
en favor del detenido en la averiguación previa a que se
refieren la fracción IX del artículo 20 apartado A de la
Constitución Federal se actualiza desde el momento en que
el detenido es puesto a disposición del Ministerio Público.

IV.- Cuando así lo solicite, será careado, en presencia del juez, con quien deponga en su contra, salvo lo dispuesto en la fracción V
del Apartado B de este artículo;
V.- Se le recibirán los testigos y demás pruebas que ofrezca, concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario al efecto y
auxiliándosele para obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio solicite, siempre que se encuentren en el lugar del
proceso.
VI.- Será juzgado en audiencia pública por un juez o jurado de ciudadanos que sepan leer y escribir, vecinos del lugar y partido en
que se cometiere el delito, siempre que éste pueda ser castigado con una pena mayor de un año de prisión. En todo caso serán
juzgados por un jurado los delitos cometidos por medio de la prensa contra el orden público o la seguridad exterior o interior de la
Nación.
VII.- Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que consten en el proceso.
(REFORMADA, D.O.F. 3 DE SEPTIEMBRE DE 1993)
VIII.- Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de
un año si la pena excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa;
(REFORMADA, D.O.F. 3 DE SEPTIEMBRE DE 1993)
IX.- Desde el inicio de su proceso será informado de los derechos que en su favor consigna esta Constitución y tendrá derecho a
una defensa adecuada, por sí, por abogado, o por persona de su confianza. Si no quiere o no puede nombrar defensor, después de
haber sido requerido para hacerlo, el juez le designará un defensor de oficio. También tendrá derecho a que su defensor
comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera; y,
X.- En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago de honorarios de defensores o por cualquiera otra
prestación de dinero, por causa de responsabilidad civil o algún otro motivo análogo. Tampoco podrá prolongarse la prisión
preventiva por más tiempo del que como máximo fije la ley al delito que motivare el proceso. En toda pena de prisión que imponga
una sentencia, se computará el tiempo de la detención.
(REFORMADO, D.O.F. 3 DE JULIO DE 1996)
Las garantías previstas en las fracciones I, V, VII y IX también serán observadas durante la averiguación previa, en los términos y
con los requisitos y límites que las leyes establezcan; lo previsto en la fracción II no estará sujeto a condición alguna.
…"
ARTICULO 29.- Presentación del indiciado ante la Representación Social.- Cuando el indiciado fuese detenido o se presentare
voluntariamente ante el Ministerio Público, se procederá de inmediato en la siguiente forma:
I.- Se hará constar por quien haya realizado la detención o ante quien aquél haya comparecido el día, hora y lugar de la detención o
de la comparecencia, así como, en su caso, el nombre y cargo de quien la haya ordenado. Cuando la detención se hubiese
practicado por una autoridad no dependiente del Ministerio Público, se asentará o se agregará, en tal hipótesis, la información
circunstanciada suscrita por quien la haya realizado o haya recibido al detenido;
II.- Se le hará saber la imputación que existe en su contra y el nombre del denunciante o querellante;
III.- Se le harán saber los derechos que le otorga la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, particularmente en la
averiguación previa, los siguientes:
a) No declarar si así lo desea, o en caso contrario, declarar asistido por su defensor;
b) Tener una defensa adecuada por sí, por abogado o por persona de su confianza, o si no quisiere o no pudiere designar defensor,
se le designará desde luego un defensor de oficio;
c) Que su defensor comparezca en todos los actos de desahogo de pruebas dentro de la averiguación;
d) Que se le faciliten todos los datos que solicite para su defensa y que consten en la averiguación, sin afectar el sigilo de la misma
respecto de diversos indiciados o hechos no relacionados con él;
e) Que se le reciban los testigos y demás pruebas que ofrezca y que se tomarán en cuenta para dictar la resolución que
corresponda, concediéndosele el tiempo necesario para ello, siempre que no se traduzca en entorpecimiento de la averiguación y las
personas cuyos testimonios ofrezca se encuentren en el lugar donde aquélla se lleve a cabo. Cuando no sea posible el desahogo de
pruebas ofrecidas por el indiciado o su defensor en la indagatoria, una vez consignada ésta, el juzgador resolverá sobre la admisión
y práctica de las mismas; y,
f) Que se le conceda, inmediatamente que lo solicite, su libertad provisional bajo caución, conforme lo dispuesto por la fracción I del
artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los términos del artículo 493 de este Código.
Para efectos de los incisos b) y c) se le permitirá al indiciado comunicarse con las personas que él solicite, utilizando el teléfono o
cualquier otro medio de comunicación del que se pueda disponer, o personalmente, si ellas se hallaren presentes.
De la información al indiciado sobre los derechos antes mencionados, se dejará constancia en las actuaciones;
IV.- Cuando el detenido fuere un indígena o extranjero que no hable o no entienda suficientemente el español, se le designará un
traductor que le hará saber los derechos a que se refiere la fracción anterior. Si se tratare de un extranjero, la detención se
comunicará de inmediato a la Secretaría de Gobernación; y,
V.- En todo caso, se mantendrán separados a los hombres y a las mujeres en los lugares de detención o reclusión.
39

Lo que implica que ninguna de las garantías del


detenido durante el proceso penal pueden ser concebidas
como un mero requisito formal, sino que deben hacerse
efectivas y permitir su implementación real para una
participación efectiva en el proceso por parte del imputado
desde que es puesto a disposición del representante social.

Explica, en lo que se refiere a la fracción II del


dispositivo citado, que establece que la confesión rendida
ante el Ministerio Público o Juez sin la asistencia de su
defensor carecerá de todo valor probatorio, esta Primera Sala
considera que la "asistencia" no sólo debe estar relacionada
con la presencia física del defensor ante o en la actuación de
la autoridad ministerial, sino que debe interpretarse en el
sentido de que la persona que es puesta a disposición de la
autoridad ministerial cuente con la ayuda efectiva del asesor
legal.

Igualmente, estableció que la fracción II del artículo 20,


apartado A, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, específicamente protege: actos prohibidos como
la incomunicación, la intimidación y la tortura, e incluso la
confesión rendida ante cualquier autoridad distinta del
Ministerio Público o del Juez, o ante éstos sin la presencia de
su defensor.

Construcción argumentativa que se obtiene de las tesis


siguientes:

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL.


ALCANCES Y MOMENTO A PARTIR DEL CUAL SE
ACTUALIZA ESTE DERECHO FUNDAMENTAL. El derecho a
una defensa adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A,
fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008), consiste
40

en que el inculpado tendrá derecho a una defensa, por medio de


su abogado y a que éste comparezca en todos los actos del
proceso, quien tendrá la obligación de hacerlo cuantas veces se
le requiera, lo que se actualiza desde que aquél es puesto a
disposición del Ministerio Público; esto es, desde la etapa
ministerial deberá contar con la asistencia efectiva del
profesional, entendiéndose como tal, la presencia física y la
ayuda efectiva del asesor legal, quien deberá velar porque el
proceso se siga con apego a los principios del debido proceso, y
éste no sea viciado, asegurando a la postre el dictado de una
sentencia que cumpla con los requisitos, valores y principios
legales y constitucionales que permean en el debido proceso
penal; lo que deberá observarse en todas aquellas diligencias o
actuaciones y etapas procesales en las cuales es
eminentemente necesaria la presencia del inculpado, en las que
activa, directa y físicamente participe o deba participar, así como
en aquellas en las que de no estar presente, se cuestionarían o
pondrían gravemente en duda la certeza jurídica y el debido
proceso. Esto es así, porque la defensa adecuada representa un
derecho instrumental cuya finalidad es asegurar que el poder
punitivo del Estado se desplegará a través de un proceso justo,
lo que además busca asegurar que pueda tener garantizados en
su integridad sus derechos fundamentales, como lo es no
declarar, no autoincriminarse, no ser incomunicado, no sufrir
tortura alguna, ni ser detenido arbitrariamente, así como ser
informado de las causas de su detención, entre otras." 25

DEFENSA ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA.


LA FALTA DE ENTREVISTA PREVIA Y EN PRIVADO DEL
INDICIADO CON SU DEFENSOR, NO RESTA, EN TODOS
LOS CASOS, EFICACIA PROBATORIA A LA CONFESIÓN
RENDIDA (INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN
RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20,
APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
la tesis 1a. CLXXI/2004, consultable en la página 412 del Tomo
XXI, enero de 2005, Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, al interpretar dicha disposición
constitucional en sus diversas fracciones, sostuvo que el
detenido en flagrancia podrá entrevistarse con quien vaya a
fungir como su defensor inmediatamente que lo solicite y antes
de rendir su declaración ministerial; asimismo, que la primera
declaración rendida ante el Ministerio Público estará viciada y
será ilegal cuando no se haya permitido la entrevista previa y en
privado con el defensor. En ese sentido, si bien es cierto que, el
incumplimiento a lo anterior constituye una violación procesal,
también lo es que ésta no trasciende en perjuicio del derecho de
defensa del indiciado, en caso de que la declaración rendida al
respecto no esté desvirtuada, sea verosímil y, además, se
25
Época: Décima Época
Registro: 2003959
Instancia: PRIMERA SALA
Tipo Tesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCXXVI/2013 (10a.)
Pág. 554
[TA]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1; Pág. 554
41

encuentre corroborada por otros elementos de convicción,


siempre y cuando el defensor lo haya asistido en la diligencia
ministerial respectiva, por lo que la circunstancia referida no es
suficiente, por sí misma, para restar eficacia probatoria a la
confesión de mérito. Además, en estos casos no puede
afirmarse que se esté ante actos prohibidos como la
incomunicación, la intimidación y la tortura, e incluso la
confesión rendida ante cualquier autoridad distinta del Ministerio
Público o del Juez, o ante éstos sin la presencia de su defensor,
que es de lo que específicamente protege la fracción II del
artículo 20, apartado A, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos."26

DEFENSA ADECUADA, ALCANCE EN LA


AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA
FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL
ARTÍCULO 20 APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL). Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación ha interpretado, en relación a los alcances de la
garantía de defensa adecuada en la averiguación previa a que
se refieren las fracciones IX y X del artículo 20 apartado A de la
Constitución Federal, que aquélla se actualiza desde el
momento en que el detenido es puesto a disposición del
Ministerio Público. Lo anterior implica que ninguna de las
garantías del detenido durante el proceso penal pueden ser
concebidas como un mero requisito formal, sino que deben
hacerse efectivas y permitir su implementación real para una
participación efectiva en el proceso por parte del imputado
desde que es puesto a disposición del representante social. Por
tanto, en lo que se refiere a la fracción II del dispositivo citado,
que establece que la confesión rendida ante el Ministerio Público
o Juez sin la asistencia de su defensor carecerá de todo valor
probatorio, esta Primera Sala considera que la "asistencia" no
sólo debe estar relacionada con la presencia física del defensor
ante o en la actuación de la autoridad ministerial, sino que la
misma debe interpretarse en el sentido de que la persona que
es puesta a disposición de la autoridad ministerial cuente con la
ayuda efectiva del asesor legal. En este sentido, el detenido en
flagrancia, en caso de que así lo decida, podrá entrevistarse con
quien vaya a fungir como su defensor inmediatamente que lo
solicite y antes de rendir su declaración ministerial. En
consecuencia, la primera declaración rendida ante el Ministerio
Público, estará viciada y será ilegal cuando no se haya permitido
la entrevista previa y en privado con el defensor." 27

26
Época: Novena Época
Registro: 176335
Instancia: PRIMERA SALA
Tipo Tesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Tomo XXIII, Enero de 2006
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: 1a. CC/2005
Pág. 720
[TA]; 9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXIII, Enero de 2006; Pág. 720

27
Tesis CLXX/2004, 9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; XXI, Enero de 2005; Pág. 412; [T.A.]
42

Debido proceso. Materia penal. Inculpado. Garantías del art.


8 CADH. Son aplicables tanto en el proceso judicial, como en
procedimientos no-judiciales previos y concomitantes a aquél.

En cuanto respecta a las garantías contempladas en los


artículos 8.2 y 8.3 de la Convención Americana, observa el
Tribunal Interamericano que si bien parecen contraerse al
amparo de personas sometidas a un proceso judicial (artículo
8.2) o inculpadas en ese marco (artículo 8.3), a juicio de la
Corte Interamericana de los Derechos Humanos, también se
tienen que respetar en procedimientos o actuaciones previas
o concomitantes a los procesos judiciales que, de no
someterse a tales garantías, pueden tener un impacto
desfavorable no justificado sobre la situación jurídica de la
persona de que se trata [Caso Maritza Urrutia vs. Guatemala.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2003. Serie C No. 103].

El artículo 8.1 de la Convención consagra los


lineamientos del llamado "debido proceso legal", que implica,
entre otras cosas, el derecho de toda persona a ser oída con
las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un
juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley para la determinación
de sus derechos.28

El artículo 8 de la Convención en su parte pertinente


establece que:
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho
a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el

28
Cfr. Caso Genie Lacayo. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 29 de enero de 1997. Serie C No. 30, párr. 74; Caso
Salvador Chiriboga Vs Ecuador. Excepción Preliminar y Fondo. Sentencia de 6 de mayo de 2008. Serie C No. 179, párr. 56; y, Caso
Yvon Neptune Vs Haití, supra nota 14, párrafo 79
43

proceso toda persona tiene derecho, en plena igualdad,


a las siguientes garantías mínimas:
[...]
g) …. derecho a no ser obligado a declarar contra
sí mismo ni a declarase culpable [...]

La Corte con relación a la interpretación de esta


garantía judicial, en el caso Bayarri vs. Argentina. Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30
de octubre de 2008, sostuvo:

"La verificación de la violación de este derecho fundamental


impone, en primer término, el deber de separar del análisis del
caso todas las piezas de actuación que den cuenta de las
manifestaciones que [...] Bayarri [...] pronunci[ó] bajo efectos de
los apremios, amenazas y tormentos.
[...]
[A] pocas horas de haberse producido los actos de tortura, en
oportunidad de prestar declaración indagatoria en el juzgado, [el
señor Bayarri] brind[ó] una versión acorde con lo relatado en las
declaraciones testimoniales del personal preventor [...]. A pesar
de ello, [el] dicho prestado por [...] Bayarri no pued[e] ser tenido
en cuenta como prueba de confesión dado que de las
circunstancias que rodearon a [su declaración] tornan
inverosímiles las explicaciones de los imputados en cuanto
afirman que procedieron a ratificar el contenido de las
declaraciones testimoniales del personal policial porque estaban
amenazados por los mismos funcionarios que lo torturaron y
trasladaron al juzgado a declarar.
Es de destacar en este contexto que dicho acto procesal fue
llevado a cabo sin la presencia de s[u] defenso[r] letrad[o],
circunstancia que da una pauta de la falta de garantías que
rodearon a la [...] declaraci[ón] indagatori[a]. A ello hay que
agregarle el particular trato que, según se deduce de la
declaraci[ón] recibi[ó] en la sede del juzgado. Bayarri, se
encontraba con marcas visibles de haber sufrido lesiones de
reciente data y, sin embargo, el juzgado de instrucción ordenó
que los médicos forenses sólo lo revisaran con relación a la
alegada dolencia en el oído derecho.
44

[...]
Conforme con lo narrado, nos encontramos ante un supuesto de
exclusión de prueba obtenida ilegalmente. De acuerdo a la
doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Estado
no puede hacer valer como prueba de cargo aquellos elementos
que han sido incorporados a una investigación de manera ilegal,
es decir afectando derechos individuales reconocidos
constitucionalmente [...].
Además es menester establecer si la legalidad de los
mencionados actos acarrea consecuencias más allá de esta
misma exclusión. En este supuesto, se debe aplicar la doctrina
del fruto del árbol venenoso, que postula que no sólo se debe
excluir la prueba obtenida en forma ilegal sino que igualmente
deben dejar de considerarse otras evidencias que se
encontraron o que fueron fruto de la información obtenida
ilegalmente."

Entonces, las declaraciones ministeriales de los


involucrados, fueron obtenidas en forma ilegal, pues no fue
respetado a cabalidad el derecho fundamental, de que no
podrían ser obligados a declarar, como las transcripciones
subyacentes lo evidencian:

"DECLARACIÓN MINISTERIAL QUE RINDE EL


INDICIADO JORGE MARTÍNEZ JUÁREZ.
“En la ciudad de Zamora, Michoacán de Ocampo siendo
las 23:00 veintidós horas con treinta minutos del día 27
veintisiete de septiembre del año 2003, dos mil tres, … por lo
que en estos momentos designa al C. OFELIA DUARTE
ROMERO, quien estando presente acepta el cargo conferido
señalando como domicilio para recibir notificaciones el ubicado
en la calle Isabel la Católica número 9 de la colonia Rodolfo
Fierro de Jacona, Michoacán, por lo que acto continuo se le
exhorta al declarante a que se conduzca con la verdad y
bien impuesto de ello se da por sus generales…”

"DECLARACIÓN MINISTERIAL QUE RINDE EL


INDICIADO VÍCTOR ALONSO OREGEL.
“En la ciudad de Zamora, Michoacán de Ocampo siendo
las 17:30 diecisiete horas con treinta minutos del día 27
veintisiete de septiembre del año 2003, dos mil tres, … por lo
que en estos momentos designa al C. SEGIO RODRÍGUEZ
MORA, quien estando presente acepta el cargo conferido
señalando como domicilio para recibir notificaciones el ubicado
45

en la calle Rinconada 13 número 54 de la colonia Progreso


Nacional del esta ciudad, por lo que acto continuo se le exhorta
al declarante a que se conduzca con la verdad y bien
impuesto de ello se da por sus generales…”

"DECLARACIÓN MINISTERIAL QUE RINDE LA


INDICIADA MARÍA NATIVIDAD OREGEL SIERRA.
“En la ciudad de Zamora, Michoacán de Ocampo siendo
las 18:30 dieciocho horas con treinta minutos del día 27
veintisiete de septiembre del año 2003, dos mil tres, … por lo
que en estos momentos designa al C. SEGIO RODRÍGUEZ
MORA, quien estando presente acepta el cargo conferido
señalando como domicilio para recibir notificaciones el ubicado
en la calle Rinconada 13 número 54 de la colonia Progreso
Nacional del esta ciudad, por lo que acto continuo se le exhorta
al declarante a que se conduzca con la verdad y bien
impuesto de ello se da por sus generales…”

"DECLARACIÓN MINISTERIAL QUE RINDE EL


INDICIADO VÍCTOR ALONSO LEDESMA.
“En la ciudad de Zamora, Michoacán de Ocampo siendo
las 19:30 diecinueve horas con treinta minutos del día 27
veintisiete de septiembre del año 2003, dos mil tres, … por lo
que en estos momentos designa al C. SEGIO RODRÍGUEZ
MORA, quien estando presente acepta el cargo conferido
señalando como domicilio para recibir notificaciones el ubicado
en la calle Rinconada 13 número 54 de la colonia Progreso
Nacional del esta ciudad, por lo que acto continuo se le exhorta
al declarante a que se conduzca con la verdad y bien
impuesto de ello se da por sus generales…”

"DECLARACIÓN MINISTERIAL QUE RINDE EL


INDICIADO RAMÓN ALONSO LEDEZMA.
“En la ciudad de Zamora, Michoacán de Ocampo, siendo
las 20:00 veinte horas del día 27 veintisiete de septiembre del
año 2003, dos mil tres, …manifestando que desde estos
momentos designa como persona de su confianza al C. LIC.
JOSÉ LUIS MORA MARTÍNEZ quien señala para recibir toda
clase de notificaciones en el domicilio en la calle Azucena
número 211 de la colonia Infonavit Palo Alto de esta ciudad,
quien encontrándose presente expresa que acepta el cargo
conferido y protesta su legal y fiel desempeño, además al
inculpado se le pregunta si es su voluntad declarar,
EXHORTÁNDOLO para que se conduzca con la verdad,
dando por sus generales…”

"DECLARACIÓN MINISTERIAL QUE RINDE EL


INDICIADO EDGAR JESÚS ESTRADA NAVA.
“En la ciudad de Zamora, Michoacán de Ocampo siendo
las 21:00 veintiuna horas del día 27 veintisiete de septiembre del
año 2003, dos mil tres, … por lo que en estos momentos
46

designa al C. Pasante en derecho ARTURO ESPINOZA


CERVANTES, quien estando presente acepta el cargo conferido
señalando como domicilio para recibir notificaciones el ubicado
en la calle Lerdo de Tejada número 162 oriente de la colonia
centro de esta ciudad, por lo que acto continuo se le exhorta al
declarante a que se conduzca con la verdad y bien impuesto
de ello se da por sus generales…”

"DECLARACIÓN MINISTERIAL QUE RINDE EL


INDICIADO FRANCISCO GARIBAY RODRÍGUEZ.
“En la ciudad de Zamora, Michoacán de Ocampo siendo
las 22:30 veintidós horas con treinta minutos del día 27
veintisiete de septiembre del año 2003, dos mil tres, … por lo
que en estos momentos designa al C. Licenciado JOSÉ
LUIS MORA MARTÍNEZ, quien estando presente acepta el
cargo conferido señalando como domicilio para recibir
notificaciones el ubicado en la calle Azucena numero 211 del
Infonavit Palo Alto de esta ciudad, por lo que acto continuo se le
exhorta al declarante a que se conduzca con la verdad y
bien impuesto de ello se da por sus generales…”

De las anteriores transcripciones se pone de manifiesto


que:

1. Al suscrito Jorge Martínez Juárez, se me exhortó para


que me condujera con verdad al momento de rendir
mi declaración ministerial

2. A mis coimputados Víctor Alonso Oregel, María


Natividad Oregel Sierra, Víctor Alonso Ledezma,
Ramón Alonso Ledezma, Edgar Jesús Estrada Nava
y Francisco Garibay Rodríguez, también se les
exhortó para que se condujeran con verdad al
momento de rendir sus respectivas versiones
administrativas.

Diligencias en las que el Jorge Martínez Juárez y sus


coinculpados fueron protestados indebidamente en términos
de ley, pues, los exhortaron para que se condujeran con
verdad, lo que sin duda se traduce en que las
manifestaciones de los inculpados fueron realizadas bajo
47

efectos de apremios, razón por la cual carecen de validez, y


no pueden ser consideradas como pruebas en su contra,
y menos para conformar la prueba circunstancial, por tanto
deben ser excluidas del materia probatorio a considerar para
actualizar tanto los delitos como la plena responsabilidad de
Jorge Martínez Juárez.

Lo anterior ha sido considerado de ese modo por el


máximo tribunal en la jurisprudencia 1a./J. 139/2011, del
rubro:

PRUEBA ILÍCITA. EL DERECHO A UN DEBIDO


PROCESO COMPRENDE EL DERECHO A NO SER
JUZGADO A PARTIR DE PRUEBAS OBTENIDAS AL
MARGEN DE LAS EXIGENCIAS CONSTITUCIONALES Y
LEGALES. Exigir la nulidad de la prueba ilícita es una garantía
que le asiste al inculpado durante todo el proceso y cuya
protección puede hacer valer frente a los tribunales alegando
como fundamento: (i) el artículo 14 constitucional, al establecer
como condición de validez de una sentencia penal, el respeto a
las formalidades esenciales del procedimiento, (ii) el derecho de
que los jueces se conduzcan con imparcialidad, en términos del
artículo 17 constitucional y (iii) el derecho a una defensa
adecuada que asiste a todo inculpado de acuerdo con el artículo
20, fracción IX de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. En este sentido, si se pretende el respeto al derecho
de ser juzgado por tribunales imparciales y el derecho a una
defensa adecuada, es claro que una prueba cuya obtención
ha sido irregular (ya sea por contravenir el orden
constitucional o el legal), no puede sino ser considerada
inválida. De otra forma, es claro que el inculpado estaría en
condición de desventaja para hacer valer su defensa. Por ello, la
regla de exclusión de la prueba ilícita se encuentra
implícitamente prevista en nuestro orden constitucional.
Asimismo, el artículo 206 del Código Federal de Procedimientos
Penales establece, a contrario sensu, que ninguna prueba que
vaya contra el derecho debe ser admitida. Esto deriva de la
posición preferente de los derechos fundamentales en el
ordenamiento y de su afirmada condición de inviolables. 29

Así como la diversa tesis aislada CLXII/2011, de epígrafe:


29
Época: Décima Época
Registro: 160509
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 139/2011 (9a.)
Página: 2057
48

PRUEBA ILÍCITA. LAS PRUEBAS OBTENIDAS,


DIRECTA O INDIRECTAMENTE, VIOLANDO DERECHOS
FUNDAMENTALES, NO SURTEN EFECTO ALGUNO. La
fuerza normativa de la Constitución y el carácter inviolable de los
derechos fundamentales se proyectan sobre todos los
integrantes de la colectividad, de tal modo que todos los sujetos
del ordenamiento, sin excepciones, están obligados a respetar
los derechos fundamentales de la persona en todas sus
actuaciones, incluyendo la de búsqueda y ofrecimiento de
pruebas, es decir, de aquellos elementos o datos de la realidad
con los cuales poder defender posteriormente sus pretensiones
ante los órganos jurisdiccionales. Así, a juicio de esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las pruebas
obtenidas, directa o indirectamente violando derechos
fundamentales, no surtirán efecto alguno. Esta afirmación afecta
tanto a las pruebas obtenidas por los poderes públicos, como a
aquellas obtenidas, por su cuenta y riesgo, por un particular.
Asimismo, la ineficacia de la prueba no sólo afecta a las pruebas
obtenidas directamente en el acto constitutivo de la violación de
un derecho fundamental, sino también a las adquiridas a partir o
a resultas de aquéllas, aunque en su consecución se hayan
cumplido todos los requisitos constitucionales. Tanto unas como
otras han sido conseguidas gracias a la violación de un derecho
fundamental -las primeras de forma directa y las segundas de
modo indirecto-, por lo que, en pura lógica, de acuerdo con la
regla de exclusión, no pueden ser utilizadas en un proceso
judicial.30

Igualmente, apoya por identidad jurídica 31 la


jurisprudencia siguiente:

DECLARACIÓN RENDIDA POR LOS


CODETENIDOS EN CALIDAD DE TESTIGOS DE
CARGO DURANTE LA AVERIGUACIÓN PREVIA.
CARECE DE VALIDEZ SI NO SE EFECTÚA EN
TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 128 DEL CÓDIGO
FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES. Si durante
la averiguación previa los codetenidos del indiciado
-contra quienes no se ejercerá acción penal- declaran en
su carácter de testigos de cargo, deberán hacerlo en
términos del artículo 128 del Código Federal de
Procedimientos Penales, especialmente por lo que se
refiere al requisito procesal de informar al inculpado su

30
Época: Novena Época
Registro: 161221
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXIV, Agosto de 2011
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXII/2011
Página: 226
31
[Precisa destacar que los numerales interpretados por el criterio invocado, tienen identidad jurídica con los diversos 29 y 270 del
código procesal penal en la entidad]
49

derecho (i) a no declarar si así lo desea o, en caso


contrario, a hacerlo asistido por su defensor, y (ii) a tener
una defensa adecuada por sí, por abogado o persona de
su confianza, o si no quisiera o no pudiere designar
defensor, a que se le designe uno de oficio. Lo anterior es
así porque si bien es cierto que formalmente existen
notorias diferencias entre un imputado y un testigo, pues
mientras aquél es parte en el litigio éste no, también lo es
que en algunos casos ambos pueden tener un nexo en
común y quedar retenidos por la autoridad administrativa
para rendir una declaración sobre los mismos hechos; de
manera que en estos supuestos, al encontrarse privados
de su libertad, los declarantes están en un estado de
vulnerabilidad física y emocional que puede poner en tela
de juicio la espontaneidad, veracidad e imparcialidad de
sus declaraciones, y por lo tanto, estar sujetos a vicios e
irregularidades durante la investigación ministerial,
colocándose en la misma situación fáctica que un
imputado, razón por la cual carecerá de validez el
testimonio rendido sólo bajo las formalidades del artículo
127 bis del citado código, que se refiere al caso de los
testigos, en el cual no es indispensable la asistencia de
un abogado, y no del numeral 128 del mismo
ordenamiento legal.32

Por lo anterior, y de acuerdo con el desarrollo


jurisprudencial nacional e interamericano que antecede,
ninguna de las garantías del detenido durante el proceso
penal [incluida la averiguación previa] pueden ser concebidas
como un mero requisito formal, sino que deben hacerse
efectivas y permitir su implementación real para una
participación efectiva en el proceso por parte del imputado
desde que es puesto a disposición del representante social.
Máxime, si el párrafo final del numeral 20 constitucional
estipula: "lo previsto en la fracción II no estará sujeto a
condición alguna", que es precisamente que no puede ser
obligado a declarar, pues queda prohibida la intimidación, por
tanto, la protesta legal vedó la libertad de los implicados de
decidir si emitía o no esa declaración.

32
Época: Novena Época
Registro: 175976
Instancia: PRIMERA SALA
Tipo Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Tomo XXIII, Febrero de 2006
Materia(s): Penal
Tesis: 1a./J. 153/2005
Pág. 193
[J]; 9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXIII, Febrero de 2006; Pág. 193
50

En consecuencia, tanto la declaración ministerial de


Jorje Martínez Juárez y la de sus coacusados Víctor Alonso
Oregel, María Natividad Oregel Sierra, Víctor Alonso
Ledezma, Ramón Alonso Ledezma, Edgar Jesús Estrada
Nava y Francisco Garibay Rodríguez, deben excluirse del
material probatorio, al haberse obtenido de manera ilegal.

Tercero concepto de violación. De igual forma, de las

trascripciones hechas en el concepto anterior, se advierte que

tanto el suscrito Jorge Martínez Juárez y mis coimputados,

Víctor Alonso Oregel, María Natividad Oregel Sierra, Víctor

Alonso Ledezma, Ramón Alonso Ledezma, Edgar Jesús

Estrada Nava y Francisco Garibay Rodríguez, no fuimos

asistidos al emitir nuestras respectivas declaraciones

ministeriales, por abogado con cédula profesional para

ejercer la carrera de licenciado en derecho.

Debe precisarse que se infringió en mi perjuicio el derecho a


una defensa adecuada, de acuerdo con la siguiente
argumentación:

El texto del vigente artículo 20, apartado B, de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece:

Artículo 20. El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los
principios de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e
inmediación.

B. De los derechos de toda persona imputada:

I. A que se presuma su inocencia mientras no se declare su


responsabilidad mediante sentencia emitida por el juez de la
causa;
51

II. A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su


detención se le harán saber los motivos de la misma y su
derecho a guardar silencio, el cual no podrá ser utilizado en su
perjuicio. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal,
toda incomunicación, intimidación o tortura. La confesión rendida
sin la asistencia del defensor carecerá de todo valor probatorio;

III. A que se le informe, tanto en el momento de su detención como


en su comparecencia ante el Ministerio Público o el juez, los
hechos que se le imputan y los derechos que le asisten.
Tratándose de delincuencia organizada, la autoridad judicial
podrá autorizar que se mantenga en reserva el nombre y datos
del acusador.

La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado o


sentenciado que preste ayuda eficaz para la investigación y
persecución de delitos en materia de delincuencia organizada;

IV. Se le recibirán los testigos y demás pruebas pertinentes que


ofrezca, concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario
al efecto y auxiliándosele para obtener la comparecencia de las
personas cuyo testimonio solicite, en los términos que señale la
ley;

V. Será juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal. La


publicidad sólo podrá restringirse en los casos de excepción que
determine la ley, por razones de seguridad nacional, seguridad
pública, protección de las víctimas, testigos y menores, cuando
se ponga en riesgo la revelación de datos legalmente protegidos,
o cuando el tribunal estime que existen razones fundadas para
justificarlo.

En delincuencia organizada, las actuaciones realizadas en la


fase de investigación podrán tener valor probatorio, cuando no
puedan ser reproducidas en juicio o exista riesgo para testigos o
víctimas. Lo anterior sin perjuicio del derecho del inculpado de
objetarlas o impugnarlas y aportar pruebas en contra;

VI. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa
y que consten en el proceso.

El imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la


investigación cuando el primero se encuentre detenido y cuando
pretenda recibírsele declaración o entrevistarlo. Asimismo, antes
de su primera comparecencia ante juez podrán consultar dichos
registros, con la oportunidad debida para preparar la defensa. A
partir de este momento no podrán mantenerse en reserva las
actuaciones de la investigación, salvo los casos excepcionales
expresamente señalados en la ley cuando ello sea
imprescindible para salvaguardar el éxito de la investigación y
siempre que sean oportunamente revelados para no afectar el
derecho de defensa;

VII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya


pena máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de un
año si la pena excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor
plazo para su defensa;

VIII. Tendrá derecho a una defensa adecuada por abogado,


al cual elegirá libremente incluso desde el momento de
su detención. Si no quiere o no puede nombrar un
abogado, después de haber sido requerido para
hacerlo, el juez le designará un defensor público.
También tendrá derecho a que su defensor
comparezca en todos los actos del proceso y éste
tendrá obligación de hacerlo cuantas veces se le
requiera, y

IX. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por


falta de pago de honorarios de defensores o por cualquiera otra
prestación de dinero, por causa de responsabilidad civil o algún
otro motivo análogo.
52

La prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como


máximo de pena fije la ley al delito que motivare el proceso y en
ningún caso será superior a dos años, salvo que su prolongación
se deba al ejercicio del derecho de defensa del imputado. Si
cumplido este término no se ha pronunciado sentencia, el
imputado será puesto en libertad de inmediato mientras se sigue
el proceso, sin que ello obste para imponer otras medidas
cautelares.

En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se


computará el tiempo de la detención.
…”

En la fracción VIII, del numeral transcrito, contiene el


derecho fundamental de todo inculpado a contar con una defensa
adecuada, así que, en el presente asunto, la autoridad ministerial
incumplió con el precitado derecho que asiste a todo procesado,
virtud a que no se tiene la certeza de que quien me asistió al
rendir mi declaración ministerial era licenciado en derecho. De
igual forma se desconoce si las personas que asistieron a mis
coimpitados contaba con esa autorización profesional.

Previo a externar las razones que habrán de dar soporte al


concepto de violación que se plantea, es menester traer a
colación algunos conceptos que sobre el tema ha considerado la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
pronunciarse sobre los alcances de la garantía de debida defensa,
concluyendo que éste comprende a su vez, una serie de
derechos, de los cuales, el artículo 20 constitucional consagra, los
siguientes:

1) El derecho a ser informado de la acusación;


2) El derecho a rendir o no declaración;
3) El derecho a ofrecer pruebas;
4) El derecho a ser careado; y
5) El derecho a tener un defensor.

El defensor, es precisamente la persona que asiste al sujeto


que se encuentra sometido a un proceso penal, designado por el
propio inculpado o por el ministerio público o juzgador, pero
únicamente para el caso de que el inculpado no lo haga o se
rehusare a hacerlo.
53

Las personas a quienes se les discierna el cargo de


defensor, están obligados a prestar personalmente el servicio de
orientación, asesoría y representación a quienes los designan;
representar y ejercer ante las autoridades competentes los
intereses y los derechos jurídicos de los defendidos o asistidos, a
cuyo efecto harán valer acciones, opondrán excepciones o
defensas, interpondrán incidentes o recursos y realizarán
cualquier trámite o gestión que proceda conforme a derecho que
resulte en una eficaz defensa; evitando en todo momento la
indefensión de sus representados y vigilando el respeto a sus
derechos fundamentales.

Específicamente en su actividad ante los juzgados y


tribunales, la función de los defensores comprende, entre otras:
solicitar al juez de la causa la libertad caucional, si procediera;
hacer valer los medios que desvirtúen los elementos del tipo penal
o la probable responsabilidad de su defendido, ofrecer las
pruebas y promover los incidentes, recursos, alegatos y demás
diligencias que fueren necesarias para una eficaz defensa; asistir
jurídicamente al defendido en cualquier etapa del proceso y
estar presente en el momento en que rinda su declaración
ministerial y preparatoria, hacerle saber sus derechos; formular
las conclusiones a que se refiere el Código de Procedimientos
Penales relativo, en el momento procesal oportuno; y, analizar las
constancias que obren en autos a fin de contar con mayores
elementos para la formulación de los agravios respectivos durante
la tramitación de la segunda instancia.

Así, el hecho de que deba existir defensor en el proceso,


incluso, si ello es necesario, en contra de la voluntad del
procesado, permite afirmar que no es un mandatario de éste,
puesto que el mandatario es siempre libremente otorgado.

La doctrina procesal reconoce en el defensor penal una


naturaleza compleja que le da caracteres de asesor del
54

procesado, de representante y de sustituto procesal de éste.


Entonces, el defensor es asesor del encausado en cuanto que lo
aconseja, con base en sus conocimientos técnicos y en su
experiencia, informándolo sobre las normas sustanciales y
procesales en relación con el hecho y las peculiaridades de su
caso.

Asimismo, esta asistencia implica la vigilancia del abogado


interviniente en los diversos actos, verificando el cumplimiento de
los términos, el diligenciamiento correcto de las incidencias y
manifestando una atención constante hacia el curso del proceso.

A medida que el proceso penal alcanza mayores niveles


técnicos, aumenta la intervención del defensor y disminuye la del
procesado, al grado en que apenas se requiere su presencia para
algunos actos aislados de carácter personalísimo, tales como la
declaración ministerial y preparatoria o los careos. Luego es
válida la aseveración de que el defensor se ha convertido en el
sustituto procesal del acusado.

La tarea del defensor se caracteriza por ser auxiliar del


inculpado y está limitada a una actividad defensiva. Dentro de los
límites de su actividad defensiva, el defensor es, en general,
independiente de los deseos, de las autorizaciones especiales,
del consentimiento o de la posición de su cliente. El defensor
debe, por ejemplo, pedir la absolución de su cliente si ésta
procede legalmente, aunque el propio inculpado quisiera ser
condenado. Sus proposiciones probatorias encaminadas a
disculpar a su cliente deben ser tenidas en cuenta por el tribunal,
aunque el propio inculpado se opusiera, salvo en lo relativo a los
recursos, respecto de los cuales la ley prohíbe promoverlos a
favor del inculpado contra su voluntad expresa.

Así, el defensor en el proceso penal es más que un simple


asistente o representante del acusado, en cuanto está llamado a
integrar la personalidad procesal y a colaborar con el juez en la
55

conducción del proceso, en la investigación de la verdad, con el


fin de actuar en justicia.

El marco normativo constitucional y estatal, consagra el


principio de que la defensa penal es obligatoria y gratuita, y en
materia común, federal y militar, existen organismos de peritos en
derecho, defensores de oficio, para la atención técnica de quienes
no estén en condiciones de pagar los servicios de un abogado
defensor.

El ejercicio concreto de la actividad defensiva, tanto la del


imputado como la de su defensor, ha de respetarse en el proceso
penal, de modo que las leyes procesales no pueden coartarla ni
siquiera pretextando el interés social.

Para efectivizar concretamente el ejercicio de la defensa ha


de posibilitarse el derecho a ser escuchado y el de ofrecer prueba;
es decir, nadie ha de ser procesado o condenado penalmente sin
tener adecuada oportunidad para expresar cuanto crea
conveniente en su descargo, ya sea por sí mismo o por medio de
su defensor.

A este último ha de dársele ocasión de discutir el


fundamento de la pretensión punitiva, planteando las cuestiones
jurídicas que crea pertinentes para así concretizar la defensa
adecuada.

Es así, porque el más elemental sentido de justicia y la


esencia misma de una defensa adecuada, exige que se garantice
al inculpado un trato justo, digno y respetuoso de sus derechos
públicos básicos, lo que sólo es factible cuando se hace del
conocimiento del inculpado las prerrogativas constitucionales y
éste las ejerce en forma libre y espontánea, por sí, a través de su
abogado o la persona designada como de su confianza para que
lo asistan.
56

La asistencia a que se refiere la Constitución, no sólo debe


estar relacionada con la presencia física del defensor ante o en la
actuación de la autoridad ministerial o judicial, sino que la misma
–asistencia- debe ser por un técnico legal (licenciado en derecho),
garantizándose así el derecho del procesado a una adecuada
defensa.

Lo anterior en razón de las consideraciones plasmadas por


la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
resolver el amparo directo en revisión 1519/2013, en sesión de
veintiséis de junio de dos mil trece, donde se abordó el tema la
forma en que se garantiza el derecho fundamental de la defensa
adecuada.

Expresando esencialmente en torno a tal tópico que: de la


interpretación literal del artículo 20, apartado A, fracción IX de
nuestra Carta Magna, en su texto anterior a la reforma publicada
el dieciocho de junio de dos mil ocho, en la modalidad de
asistencia ejercida al inculpado por sí, por abogado o persona de
su confianza, había sido sustituida a través del cambio radical con
motivo de la reforma penal constitucional de junio de dos mil ocho,
la cual dio apertura al reconocimiento e instauración del sistema
penal de carácter acusatorio y oral, además de reiterar el
reconocimiento de los derechos del imputado y la víctima en el
proceso penal. Texto constitucional que en su precepto 20,
apartado A, fracción VIII establece que: toda persona imputada
tendrá derecho, entre otras circunstancias a una defensa
adecuada por abogado; especificando la Primera Sala además,
que derivado de las reformas de 10 diez de junio de 2011 dos mil
once, que reformó, entre otros, el precepto 1° Constitucional,
substituyendo el vocablo de "garantías otorgadas" por el de
"derechos humanos reconocidos", así como la incorporación del
principio pro homine en virtud del cual todas las normas relativas
a la protección de derechos humanos deberá interpretarse de
conformidad con la Constitución Política de los estados Unidos
57

Mexicanos y tratados internacionales, favoreciendo en todo


momento la protección más amplia a las personas.

En tal ejecutoria, se expresó que el objeto y fin del


reconocimiento positivo convencional y constitucional de los
derechos humanos, está dirigido a garantizar la protección de la
dignidad humana, siendo ésta la base de todos los derechos
fundamentales.

Y literalmente se plasmó que:

"…
debe interpretarse el contenido del derecho humano de
defensa adecuada en materia penal previsto a favor del
imputado, para establecer que el ejercicio eficaz y la forma de
garantizar el derecho implica que el gobernado esté asistido, en
todas las etapas procedimentales, incluso de ser posible desde el
momento de su detención, por un abogado profesional en
derecho, lo que constituye contar con defensa técnica adecuada.

Éste es el alcance de protección que se asume a partir de


la interpretación del derecho humano de defensa adecuada,
acorde a los propios criterios que ha establecido esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación y normas de derecho internacional
que resultan aplicables. Lo cual conlleva la adopción, por
preferencia, de la interpretación más favorecedora de la
protección del derecho humano, en aplicación del principio pro
homine33.
33
Respecto al parámetro de preferencia interpretativa, derivado del artículo 1 de la Constitución Federal, que obliga, en primer lugar,
a que todas las autoridades del país, dentro del ámbito de sus competencias, no sólo a velar por los derechos humanos establecidos
en la Constitución Federal, sino también por aquéllos contenidos en los instrumentos internacionales de los que el Estado mexicano
sea parte; y, en segundo lugar, que al configurar los contenidos de tales derechos, cualquier autoridad del Estado Mexicano debe
preferir la interpretación más favorable al derecho humano de que se trate. El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se
pronunció al resolver la acción de inconstitucionalidad 155/2007, en sesión de siete de febrero de dos mil doce. Ministro Ponente
Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Encargado del engrose Ministro José ********** Cossío Díaz. Secretarios Raúl Manuel Mejía
Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.
En la parte relativa, que es trascendente para el estudio que se realiza en la presente ejecutoria, se afirmó:
En este sentido, al resolver el asunto Varios 912/2010, el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia determinó que
tal disposición debe leerse e interpretarse de manera conjunta con lo que dispone el artículo 133 de nuestra
Constitución Federal y, a partir de ello, estableció la existencia de un parámetro de control de la regularidad de las
normas que integran el sistema jurídico mexicano.
Este parámetro se refiere a un conjunto de normas a partir de cual se determina la regularidad o la validez de las
normas que integran al ordenamiento jurídico mexicano. Adicionalmente, este parámetro constituye un catálogo
normativo que permite a los juzgadores determinar cuál de ellas resulta más favorable para las personas, a fin de
ser tomado en cuenta para la circunstancia particular a la que se enfrenten.
Dicho parámetro está compuesto, tal como ya los sostuvo este Tribunal en la resolución del expediente varios
912/2010, en su párrafo 31, de la siguiente manera:
• Todos los derechos humanos contenidos en la Constitución Federal (con fundamento en los artículos
1º y 133), así como la jurisprudencia emitida por el Poder Judicial de la Federación;
• todos los derechos humanos contenidos en Tratados Internacionales en los que el Estado mexicano
sea parte;
• los criterios vinculantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos establecidos en las
sentencias en las que el Estado mexicano haya sido parte, y los criterios orientadores de la
jurisprudencia y precedentes de la citada Corte, cuando el Estado mexicano no haya sido parte.
La existencia de este parámetro de regularidad constitucional, de conformidad con lo establecido por la Suprema
Corte, no determina ex ante un criterio de jerarquía entre las normas que lo integran. Ello es así, debido a que de
acuerdo con el texto del segundo párrafo del nuevo artículo primero constitucional, cada una de las autoridades
debe favorecer la protección más amplia para cada caso concreto .
Lo anterior implica la existencia de un objetivo constitucional: favorecer en todo momento la protección más amplia
de los derechos humanos. A fin de cumplir este objetivo, en cada uno de los casos que se les presenten en el
ámbito de sus competencias, tanto los juzgadores, como las demás autoridades del Estado Mexicano, deberán
elegir si son los derechos humanos de fuente constitucional (así como sus interpretaciones) o los derechos
humanos de fuente internacional, los que resultan más favorables. Es decir, de las opciones normativas posibles,
nacionales o internacionales, las autoridades deberán elegir y preferir la que resulte en una protección más amplia
de las personas.
En este entendido, es claro que no es procedente establecer un criterio jerárquico entre los diversos instrumentos
normativos que integran el parámetro de regularidad constitucional que ha sido descrito. Lo procedente es que los
jueces del Estado Mexicano al interpretar el contenido de un determinado derecho humano, elijan el estándar que
58

En este sentido, es correcta la interpretación que realizó el


Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito,
en el sentido de que para garantizar la defensa adecuada de un
inculpado a que se refiere la fracción IX del apartado A del
artículo 20 de la Constitución Federal, en el texto anterior a la
reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el
dieciocho de junio de dos mil ocho, es necesario que esa defensa
esté representada por un licenciado en derecho, por tratarse de la
persona que cuenta con la capacidad técnica para asesorar y
apreciar o que jurídicamente le es conveniente al inculpado, lo
que implica contar con un profesionista (licenciado en derecho);
características que no satisface la persona de confianza. Lo
anterior significa que el indiciado durante la etapa de averiguación
previa y el proceso penal seguido ante autoridad judicial, debería
estar asistido por un licenciado en derecho (abogado particular o
defensor de oficio), a fin de otorgar una real y efectiva asistencia
legal.

Criterio de interpretación constitucional que ya se había


asumido por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, respecto a que la modalidad de ejercicio de la
defensa adecuada deberá ser técnica; esto es, ejercida por
abogado titulado, así como oportuna y material. Además, si recae
sobre un defensor público, éste necesariamente deberá ser un
abogado titulado.

Lo anterior tiene sustento, en el criterio jurisprudencial


1ª./J.23/2006, emitido por esta Primera Sala, en el que se precisó
que, en términos de las fracciones IX y X del artículo 20 apartado
A de la Constitución Federal, del texto anterior a la reforma
constitucional de dieciocho de junio de dos mil ocho, la
prerrogativa de defensa adecuada no es un mero requisito formal,
sino que requiere de la participación efectiva del imputado en el
procedimiento. Por tanto, la persona detenida puede ejercer el
derecho a defenderse desde que es puesto a disposición del
Ministerio Público y tiene derecho a que su defensor, entendido
éste como asesor legal, esté presente físicamente y a recibir su
ayuda efectiva. En consecuencia, el detenido, si así lo decide,
podrá entrevistarse con quien vaya a fungir como su defensor
inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su declaración
ministerial. 34
resulte más favorable para los individuos de entre los contenidos en fuente constitucional o aquellos que se
deriven de fuente internacional.
Consecuentemente, corresponde a los jueces, en el ámbito de sus competencias constitucionales y legales, la
realización de un ejercicio de valoración derivado del mandato contenido en la parte final del segundo párrafo del
nuevo artículo 1° constitucional para la elección del estándar normativo que integrará el parámetro de regularidad
constitucional a aplicar en cada caso concreto, buscando siempre el objetivo constitucional: aplicar el que resulte
en el mayor beneficio de las personas.
A partir de esta obligación genérica de todos los jueces del Estado Mexicano, ya en el ámbito de sus atribuciones
tratándose de las acciones de inconstitucionalidad, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación no debe limitarse
al texto constitucional, sino que también debe tomar en cuenta lo establecido en los convenios internacionales
suscritos por el Estado Mexicano, aun cuando no hayan sido invocados. Así, la integración del parámetro de
control de constitucionalidad en cada caso concreto, para el posterior ejercicio de valoración derivado del mandato
contenido en la parte final del segundo párrafo del nuevo artículo 1° constitucional realizado por este Tribunal,
debe incluir de forma oficiosa los estándares derivados de las disposiciones internacionales que establezcan
derechos humanos contenidas en instrumentos internacionales ratificados por el Estado Mexicano.
34
El criterio jurisprudencial se publicó en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, Primera Sala, tomo
XXII, mayo de 2006, materias constitucional y penal, p. 132.
DEFENSA ADECUADA. ALCANCE DE DICHA GARANTÍA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA
(INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20,
APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha interpretado, en relación a los alcances de la garantía de defensa adecuada en la averiguación previa a
que se refieren las fracciones IX y X del artículo 20 apartado A de la Constitución Federal, que aquélla se actualiza
desde el momento en que el detenido es puesto a disposición del Ministerio Público. Lo anterior implica que
59

Asimismo, esta Primera Sala sostuvo en la jurisprudencia


1ª./J. 12/2012, que el juez también tiene a su cargo la obligación
de garantizar a la persona detenida el derecho a la defensa
adecuada, según lo dispone la fracción V del apartado A del
artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, del texto anterior a la reforma constitucional de
dieciocho de junio de dos mil ocho. El juzgador cumple con esta
obligación, al no obstruir su materialización y al asegurarse por
todos los medios legales a su alcance que estén satisfechas las
condiciones que posibiliten la defensa adecuada, sin que esto
implique que el juez deba revisar la forma en que los defensores
lleven a cabo su cometido. 35

Los criterios de esta Suprema Corte de Justicia de la


Nación son acordes con los parámetros establecidos en
instrumentos internacionales sobre el reconocimiento y
protección del derecho de defensa adecuada de las personas
inculpadas en un procedimiento penal. En específico, de lo
prescrito en los artículos 8.2, incisos d y e, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos 36, y 14.3, incisos b y d,
ninguna de las garantías del detenido durante el proceso penal puede ser concebida como un mero requisito
formal, y para que pueda hacerse efectiva y permitir su instrumentación requiere de la participación efectiva en el
procedimiento por parte del imputado desde que es puesto a disposición del representante social. Por tanto, en lo
que se refiere a la fracción II del dispositivo citado, que establece que la confesión rendida ante el Ministerio
Público o Juez sin la asistencia de su defensor carecerá de todo valor probatorio, esta Primera Sala considera que
la "asistencia" no sólo debe estar relacionada con la presencia física del defensor ante o en la actuación de la
autoridad ministerial, sino que la misma debe interpretarse en el sentido de que la persona que es puesta a
disposición de la autoridad ministerial cuente con la ayuda efectiva del asesor legal. En este sentido, el detenido
en flagrancia, en caso de que así lo decida, podrá entrevistarse con quien vaya a fungir como su defensor
inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su declaración ministerial. En consecuencia, la primera
declaración rendida ante el Ministerio Público, estará viciada y será ilegal cuando no se haya permitido la
entrevista previa y en privado con el defensor.

35
Criterio publicado en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, décima época, Primera Sala, Libro X, julio de 2012,
materia constitucional, p. 433, con el contenido siguiente:
DEFENSA ADECUADA. FORMA EN QUE EL JUEZ DE LA CAUSA GARANTIZA SU VIGENCIA. La garantía
individual de defensa adecuada contenida en el artículo 20, apartado A, fracción V, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el
18 de junio de 2008) entraña una prohibición para el Estado consistente en no entorpecer el ejercicio del derecho
de defensa del gobernado y un deber de actuar, en el sentido de informarle el nombre de su acusador, los datos
que obren en la causa, brindarle la oportunidad de nombrar un defensor, no impedirle que se entreviste de manera
previa y en privado con él y, en general, no impedir u obstaculizar el ejercicio de las cargas procesales que le
corresponden dentro del proceso penal para desvirtuar la acusación del Ministerio Público. Así, para proteger la
citada garantía es necesario que la labor de quien funja como defensor sea eficaz, pues aquélla no puede
concebirse como un mero requisito formal, sino que debe permitir una instrumentación real para tener
oportunidades de descargo que, básicamente, permitan al imputado una efectiva participación en el proceso.
Ahora bien, el juez de la causa garantiza la posibilidad de defensa al permitir que se den todas las condiciones
necesarias para que el inculpado sea debidamente asistido, tanto formal como materialmente, de manera que si
en los hechos no puede calificar su adecuada defensa -en razón de la forma en que se conduce el defensor
respectivo-, ello no significa que el juez de la causa viole la garantía en cuestión, pues el control de la correcta o
incorrecta actitud procesal del defensor, del debido ejercicio de las cargas procesales, así como de su pericia
jurídica, sólo podrían ser materia de responsabilidad profesional, en términos de las leyes administrativas o
penales, y según se trate de un defensor de oficio o particular. Esto es, el juez respeta la garantía de defensa
adecuada: (i) al no obstruir en su materialización (como ocurre cuando niega el derecho a una entrevista previa y
en privado o interfiere y obstaculiza la participación efectiva del asesor) y (ii) al tener que asegurarse, con todos
los medios legales a su alcance, que se satisfacen las condiciones que posibilitan la defensa adecuada, sin que
ello signifique que esté en condiciones de revisar la forma en que los defensores efectivamente logran su
cometido, pues ello excedería las facultades que tiene a su cargo para vigilar que en el proceso se garantice una
defensa adecuada.

36
El texto de la norma señala:

Artículo 8. Garantías Judiciales

1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en
la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.

2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas:

a. derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no


comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;

b. comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;

c. concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su


defensa;

d. derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor


de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
60

del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 37. Así


como, con lo que ha sostenido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos sobre el derecho a la defensa, en los más
recientes años, en su jurisprudencia evolutiva y progresiva, al
interpretar el sentido del artículo 8.2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. El tribunal interamericano ha dicho
que las personas procesadas penalmente tienen derecho a
una defensa:
1. oportuna38,
2. técnica39,

e. derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,


remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí
mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;

f. derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la


comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos;

g. derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y

h. derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.

3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.

4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos
hechos.

5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la
justicia. [énfasis añadido]

37
El contenido de la norma es el siguiente:

Artículo 14

1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída
públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la
ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación
de sus derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte
de los juicios por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o
cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del
tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la
justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés
de menores de edad exija lo contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de
menores.

2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su
culpabilidad conforme a la ley.

3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:

a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y
causas de la acusación formulada contra ella;

b) A disponer del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a


comunicarse con un defensor de su elección;

c) A ser juzgada sin dilaciones indebidas;

d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor


de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho que le asiste a tenerlo y,
siempre que el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gratuitamente,
si careciere de medios suficientes para pagarlo;

e) Interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la comparecencia de los testigos de
descargo y que éstos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos de cargo;

f) A ser asistida gratuitamente por un intérprete, si no comprende o no habla el idioma empleado en el


tribunal;

g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.

4. En el procedimiento aplicable a los menores de edad a efectos penales se tendrá en cuenta esta circunstancia y
la importancia de estimular su readaptación social.

5. Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le
haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescrito por la ley.

6. Cuando una sentencia condenatoria firme haya sido ulteriormente revocada, o el condenado haya sido
indultado por haberse producido o descubierto un hecho plenamente probatorio de la comisión de un error judicial,
la persona que haya sufrido una pena como resultado de tal sentencia deberá ser indemnizada, conforme a la ley,
a menos que se demuestre que le es imputable en todo o en parte el no haberse revelado oportunamente el hecho
desconocido.

7. Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una
sentencia firme de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país.
38
La consideración está vertida en la sentencia de 17 de noviembre de 2009, en el Caso Barreto Leiva vs Venezuela (Fondo,
Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos Humanos, como se advierte del contenido de los párrafos siguientes:

29. Ahora bien, el derecho a la defensa debe necesariamente poder ejercerse desde que se señala a una persona
como posible autor o partícipe de un hecho punible y sólo culmina cuando finaliza el proceso, incluyendo, en su
61

3. eficaz40
4. y material41.

El Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,


al resolver los amparos directos en revisión 2886/2012 y
2990/2011, en sesiones de diez y once de junio de dos mil trece,
también se pronunció sobre la interpretación constitucional a que
se constriñe la presente ejecutoria, concluyó en el mismo sentido
respecto a que la protección del derecho de defensa adecuada y
técnica exige para su eficaz cumplimiento que la persona
inculpada reciba en todo momento la asistencia de un abogado
defensor que tenga el carácter de profesional en derecho. La
interpretación se apoyó, básicamente, en los argumentos que se
exponen a continuación:

La Convención Americana sobre Derechos Humanos, así


como el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos,
son instrumentos internacionales ratificados por el Estado
Mexicano el dos de marzo de mil novecientos ochenta y uno, y el
veintitrés de ese mismo mes, respectivamente. De acuerdo con la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, la defensa efectiva

caso, la etapa de ejecución de la pena. Sostener lo opuesto implicaría supeditar las garantías convencionales que
protegen el derecho a la defensa, entre ellas el artículo 8.2.b, a que el investigado encuentre en determinada fase
procesal, dejando abierta la posibilidad de que con anterioridad se afecte un ámbito de sus derechos a través de
actos de autoridad que desconoce o a los que no puede controlar u oponerse con eficacia, lo cual es
evidentemente contrario a la Convención. En efecto, impedir que la persona ejerza su derecho de defensa desde
que se inicia la investigación en su contra y la autoridad dispone o ejecuta actos que implican afectación de
derechos es potenciar los poderes investigativos del Estado en desmedro de derechos fundamentales de la
persona investigada. El derecho a la defensa obliga al Estado a tratar al individuo en todo momento como un
verdadero sujeto del proceso, en el más amplio sentido de este concepto, y no simplemente como objeto del
mismo.

30. Por todo ello, el artículo 8.2.b convencional rige incluso antes de que se formule una “acusación” en sentido
estricto. Para que el mencionado artículo satisfaga los fines que le son inherentes, es necesario que la notificación
ocurra previamente a que el inculpado rinda su primera declaración ante cualquier autoridad pública.

31. Evidentemente, el contenido de la notificación variará de acuerdo al avance de las investigaciones, llegando a
su punto máximo, expuesto en el párrafo 28 supra, cuando se produce la presentación formal y definitiva de
cargos. Antes de ello y como mínimo el investigado deberá conocer con el mayor detalle posible los hechos que
se le atribuyen.

39
Véase ídem, párrafos:

61. La acusación puede ser enfrentada y refutada por el inculpado a través de sus propios actos, entre ellos la
declaración que rinda sobre los hechos que se le atribuyen, y por medio de la defensa técnica, ejercida por un
profesional del Derecho, quien asesora al investigado sobre sus deberes y derechos y ejecuta, inter alia, un
control crítico y de legalidad en la producción de pruebas.

62. Si el derecho a la defensa surge desde el momento en que se ordena investigar a una persona ( supra párr.
29), el investigado debe tener acceso a la defensa técnica desde ese mismo momento, sobre todo en la diligencia
en la que se recibe su declaración. Impedir a éste contar con la asistencia de su abogado defensor es limitar
severamente el derecho a la defensa, lo que ocasiona desequilibrio procesal y deja al individuo sin tutela frente al
ejercicio del poder punitivo.

63. El derecho a la defensa técnica no puede ser satisfecho por quien a la postre realizará la acusación, esto es, el
Ministerio Público. La acusación afirma la pretensión penal; la defensa la responde y rechaza. No es razonable
depositar funciones naturalmente antagónicas en una sola persona.

40
Interpretación contenida en la sentencia de 21 de junio de 2002, en el Caso Hilaire, Constantine, Benjamin y otros vs Trinidad y
Tobago (Fondo, Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos Humanos, párrafo:

152. En razón de lo anteriormente expuesto, la Corte presenta el siguiente análisis: […]

b. Igualmente, este Tribunal estima que existen pruebas suficientes para concluir que, en la práctica, no se
encuentra a la disposición de los inculpados de homicidio intencional, la asistencia legal adecuada para que
presenten acciones constitucionales de manera efectiva. Si bien de manera formal, se halla consagrado en el
ordenamiento jurídico del Estado, el derecho a intentar una acción constitucional, en el caso de George
Constantine, Wilson Prince, Mervyn Edmund, Martin Reid, Gangadeen Tahaloo, Noel Seepersad, Natasha De
Leon, Phillip Chotalal, Wilberforce Bernard, Amir Mowlah y Mervyn Parris se impidió el empleo de este recurso en
cuanto el Estado no proporcionó a los inculpados asistencia jurídica a fin de que pudieran ejercitarlo
efectivamente, y de esta forma constituyó un recurso ilusorio para aquéllos. Con ello resultaron violados los
artículos 8 y 25 de la Convención en relación con el artículo 1.1 de ésta.

41
Confróntese la interpretación en la sentencia de 21 de noviembre de 2007, dictada con motivo de la resolución del Caso Chaparro
Álvarez y Lapo Íñiguez vs Ecuador (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en el párrafo siguiente: 58. Pese a la normativa constitucional citada, el señor Chaparro no contó con la presencia de un
abogado defensor al momento de ser interrogado por parte de la Policía el 18 de noviembre de 1997. Además, la Corte encuentra
que al impedirse al abogado del señor Chaparro intervenir en su declaración preprocesal y al exigirse que sea el propio señor
Chaparro quien fundamente su recurso de amparo de libertad, cuando su deseo era que su abogado lo hiciera, la presencia de los
defensores fue tan solo formal. Por ello, el Estado violó el derecho consagrado en el artículo 8.2.d) de la Convención, en relación con
el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Chaparro.
62

prevista en el artículo 8.2.e, del instrumento citado en primer


lugar, implica el hecho de que la misma debe ser técnica, esto es,
inter alia, proporcionada por un “profesional del Derecho”.

Ni la Convención Americana ni el Pacto Internacional


prevén la posibilidad de que la defensa del inculpado en un
proceso penal pueda ser efectuada por un tercero que no sea
perito en derecho.

La asistencia legal que debe proporcionar el defensor, a la


cual se refiere la Constitución en su texto anterior a la reforma de
dos mil ocho, y que se encuentra estrechamente relacionada con
la garantía de defensa adecuada, no sólo debe estar relacionada
con la presencia física del defensor, sino que debe interpretarse
en el sentido de que exista una efectiva ayuda del asesor legal.

A partir de la reforma constitucional de junio de dos mil


once, se estableció en el párrafo segundo del artículo 1° de la
Constitución Federal que las normas relativas a los derechos
humanos se interpretarán de conformidad con la propia Carta
Magna y con los tratados internacionales de la materia,
favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más
amplia.

De este modo, aún y cuando los tratados internacionales


son Ley Suprema de la Unión, de acuerdo con el artículo 133 de
la Constitución Federal, incluyendo por tanto, el principio pro
personae previsto, inter alia, por el artículo 29 de la Convención
Americana, esta disposición —el artículo 1° de la Constitución
Federal— obliga a partir de su publicación, de forma expresa, a
todas las autoridades y, en especial, a los jueces mexicanos, a
preferir aquellas interpretaciones que sean más favorables a los
derechos fundamentales de las personas, así como aquellas que
optimicen el respeto y garantía de estos derechos.

De ello, se desprende entonces un mandato constitucional


de armonización entre las diferentes normas de rango
constitucional sobre derechos humanos con base en el principio
pro personae.

Una vertiente de este principio, es el de “preferencia


interpretativa”. Esto implica que, frente a la posibilidad de
interpretar una disposición, inclusive constitucional, se deriven
dos o más interpretaciones posibles, el juzgador deberá optar por
aquella que resulte más protectora de los derechos
fundamentales en cuestión.

En segundo lugar, el principio pro personae implica una


“preferencia de normas”, esto es, que frente a una aparente
antinomia entre dos diferentes disposiciones de rango
constitucional, el intérprete debe preferir aquella disposición que
resulte más favorable a la persona.
63

De una interpretación armónica del artículo 20, apartado A,


fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, antes de su reforma en el año dos mil ocho, con base
en el principio de interpretación pro personae, previsto en el
artículo 1° constitucional, a la luz del artículo 8.2. d y e de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como del
artículo 14.3. d, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, es posible concluir que la defensa adecuada dentro de
un proceso penal, es una defensa efectiva, la cual se garantiza
cuando es proporcionada por una tercera persona que posea los
conocimientos técnicos en derecho, suficientes para actuar de
manera diligente con el fin de proteger las garantías procesales
del acusado y evitar así que sus derechos se vean lesionados.
Ello, en consecuencia, significa que, inclusive, la defensa
proporcionada por persona de confianza debe cumplir con estas
especificaciones, a fin de garantizar que el procesado tenga la
posibilidad de defenderse adecuadamente.

Toda persona debe contar, durante el desarrollo del


proceso al que está sujeto, con la asesoría de un profesional del
derecho. Esto es, por una persona con capacidad en la materia
que pudiera defender con conocimiento jurídico y suficiente, sus
intereses a fin de que su garantía de seguridad jurídica en el
procedimiento penal se vea respetada. Lo anterior es así, porque
el juzgador debe procurar que el abogado designado por el
procesado con el carácter de defensor particular, acredite ser
licenciado en derecho con el título profesional correspondiente, a
fin de garantizar la protección del derecho a la defensa adecuada.

Al tenor de las consideraciones jurídicas precedentes, debe


entenderse que el derecho humano de defensa adecuada
establecido a favor del imputado sometido a un procedimiento
penal, referido en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se garantiza y protege de manera plena y efectiva,
cuando es ejercido con la asistencia técnica de un abogado, que
por tener el carácter de profesionista en derecho, está en
condiciones de proporcionar la asesoría jurídica necesaria al
gobernado para que responda a la imputación que se formula en
su contra…"

Por tanto, de las consideraciones expuestas por la Primera


Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, respecto del
derecho de defensa adecuada, garantizada en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, Convención Americana
sobre Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, así como la interpretación de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, sobre el derecho a la
defensa.
64

Esto es, en el presente asunto, no se cumplió con el


derecho fundamental de defensa adecuada, virtud a que no se
tiene la certeza de que quien fungió como mi defensor, se trataba
de un técnico en derecho.

Sólo de esa manera, el inculpado está en aptitud de ser


asistido por una defensa adecuada; en este sentido, la diligencia
ministerial debe excluirse del caudal probatorio al momento de
resolver mi situación jurídica, precisamente por incumplir con los
requisitos establecidos en nuestra Carta Magna en el precepto 20,
apartado A, fracción IX (vigente hasta antes de la reforma de
dieciocho de junio de dos mil ocho); así como lo previsto en el
artículo 8.2, incisos d) y e) de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos; y demás instrumentos internacionales de los
cuales México es parte.

En este orden de ideas, la diligencia donde se recabó mi


declaración ministerial, es ilegal.

Por identidad jurídica sustancial, resultan aplicables al caso


concreto, los criterios federales que determinan:

DEFENSA ADECUADA EN MATERIA PENAL.


ALCANCES Y MOMENTO A PARTIR DEL CUAL SE
ACTUALIZA ESTE DERECHO FUNDAMENTAL. El derecho a
una defensa adecuada, contenido en el artículo 20, apartado A,
fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos (en su texto anterior a la reforma publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008), consiste
en que el inculpado tendrá derecho a una defensa, por medio de
su abogado y a que éste comparezca en todos los actos del
proceso, quien tendrá la obligación de hacerlo cuantas veces se
le requiera, lo que se actualiza desde que aquél es puesto a
disposición del Ministerio Público; esto es, desde la etapa
ministerial deberá contar con la asistencia efectiva del profesional,
entendiéndose como tal, la presencia física y la ayuda efectiva del
asesor legal, quien deberá velar porque el proceso se siga
con apego a los principios del debido proceso, y éste no sea
viciado, asegurando a la postre el dictado de una sentencia que
cumpla con los requisitos, valores y principios legales y
constitucionales que permean en el debido proceso penal; lo que
deberá observarse en todas aquellas diligencias o
actuaciones y etapas procesales en las cuales es
65

eminentemente necesaria la presencia del inculpado, en las


que activa, directa y físicamente participe o deba participar,
así como en aquellas en las que de no estar presente, se
cuestionarían o pondrían gravemente en duda la certeza
jurídica y el debido proceso. Esto es así, porque la defensa
adecuada representa un derecho instrumental cuya finalidad es
asegurar que el poder punitivo del Estado se desplegará a través
de un proceso justo, lo que además busca asegurar que pueda
tener garantizados en su integridad sus derechos
fundamentales, como lo es no declarar, no autoincriminarse,
no ser incomunicado, no sufrir tortura alguna, ni ser detenido
arbitrariamente, así como ser informado de las causas de su
detención, entre otras.42

DEFENSA ADECUADA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA.


LA FALTA DE ENTREVISTA PREVIA Y EN PRIVADO DEL
INDICIADO CON SU DEFENSOR, NO RESTA, EN TODOS LOS
CASOS, EFICACIA PROBATORIA A LA CONFESIÓN
RENDIDA (INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN
RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20,
APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL). Esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
tesis 1a. CLXXI/2004, consultable en la página 412 del Tomo XXI,
enero de 2005, Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, al interpretar dicha disposición
constitucional en sus diversas fracciones, sostuvo que el detenido
en flagrancia podrá entrevistarse con quien vaya a fungir como su
defensor inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su
declaración ministerial; asimismo, que la primera declaración
rendida ante el Ministerio Público estará viciada y será ilegal
cuando no se haya permitido la entrevista previa y en privado con
el defensor. En ese sentido, si bien es cierto que, el
incumplimiento a lo anterior constituye una violación procesal,
también lo es que ésta no trasciende en perjuicio del derecho de
defensa del indiciado, en caso de que la declaración rendida al
respecto no esté desvirtuada, sea verosímil y, además, se
encuentre corroborada por otros elementos de convicción,
siempre y cuando el defensor lo haya asistido en la diligencia
ministerial respectiva, por lo que la circunstancia referida no es
suficiente, por sí misma, para restar eficacia probatoria a la
confesión de mérito. Además, en estos casos no puede afirmarse
que se esté ante actos prohibidos como la incomunicación, la
intimidación y la tortura, e incluso la confesión rendida ante
cualquier autoridad distinta del Ministerio Público o del Juez, o
ante éstos sin la presencia de su defensor, que es de lo que
específicamente protege la fracción II del artículo 20, apartado A,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 43
42
Época: Décima Época
Registro: 2003959
Instancia: PRIMERA SALA
Tipo Tesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCXXVI/2013 (10a.)
Pág. 554
[TA]; 10a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1; Pág. 554
43
Época: Novena Época
Registro: 176335
66

DEFENSA ADECUADA, ALCANCE EN LA


AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA
FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL
ARTÍCULO 20 APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL). Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación ha interpretado, en relación a los alcances de la
garantía de defensa adecuada en la averiguación previa a que se
refieren las fracciones IX y X del artículo 20 apartado A de la Constitución
Federal, que aquélla se actualiza desde el momento en que el
detenido es puesto a disposición del Ministerio Público. Lo
anterior implica que ninguna de las garantías del detenido durante
el proceso penal pueden ser concebidas como un mero requisito
formal, sino que deben hacerse efectivas y permitir su
implementación real para una participación efectiva en el proceso
por parte del imputado desde que es puesto a disposición del
representante social. Por tanto, en lo que se refiere a la fracción II
del dispositivo citado, que establece que la confesión rendida ante
el Ministerio Público o Juez sin la asistencia de su defensor
carecerá de todo valor probatorio, esta Primera Sala considera
que la "asistencia" no sólo debe estar relacionada con la
presencia física del defensor ante o en la actuación de la
autoridad ministerial, sino que la misma debe interpretarse en el
sentido de que la persona que es puesta a disposición de la
autoridad ministerial cuente con la ayuda efectiva del asesor
legal. En este sentido, el detenido en flagrancia, en caso de que
así lo decida, podrá entrevistarse con quien vaya a fungir como su
defensor inmediatamente que lo solicite y antes de rendir su
declaración ministerial. En consecuencia, la primera declaración
rendida ante el Ministerio Público, estará viciada y será ilegal
cuando no se haya permitido la entrevista previa y en privado con
el defensor.44

Entonces, la declaración ministerial del suscrito Jorge


Martínez Juárez, fue obtenida en forma ilegal, pues no fue
respetado a cabalidad el derecho fundamental a una defensa
adecuada, como quedó evidenciado en el acta relativa; razón por
la cual dicha diligencia carece de validez, y no puede ser
considerada como prueba en mi contra, y menos para conformar
la prueba circunstancial, por tanto, el acta donde se recabó mi
declaración ministerial, debe ser excluida del material
probatorio para resolver mi situación jurídica.

Instancia: PRIMERA SALA


Tipo Tesis: Tesis Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Tomo XXIII, Enero de 2006
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: 1a. CC/2005
Pág. 720
[TA]; 9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXIII, Enero de 2006; Pág. 720

44
Tesis CLXXI/2004, 9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; XXI, Enero de 2005; Pág. 412; [T.A.]
67

Lo anterior ha sido considerado de ese modo por el máximo


tribunal en la jurisprudencia 1a./J. 139/2011, de rubros:

PRUEBA ILÍCITA. EL DERECHO A UN DEBIDO


PROCESO COMPRENDE EL DERECHO A NO SER JUZGADO
A PARTIR DE PRUEBAS OBTENIDAS AL MARGEN DE LAS
EXIGENCIAS CONSTITUCIONALES Y LEGALES. 45

Así como la diversa tesis aislada CLXII/2011, de


epígrafe:

PRUEBA ILÍCITA. LAS PRUEBAS OBTENIDAS,


DIRECTA O INDIRECTAMENTE, VIOLANDO DERECHOS
FUNDAMENTALES, NO SURTEN EFECTO ALGUNO.46

Igualmente, apoya por identidad jurídica la jurisprudencia


siguiente:

DECLARACIÓN RENDIDA POR LOS CODETENIDOS EN


CALIDAD DE TESTIGOS DE CARGO DURANTE LA
AVERIGUACIÓN PREVIA. CARECE DE VALIDEZ SI NO SE
EFECTÚA EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 128 DEL CÓDIGO
FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES.47

PEDIMENTO DEL AMPARO

Consecuentemente, en la decisión combatida, se


violaron en mi perjuicio los derechos fundamentales
45
Época: Décima Época
Registro: 160509
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 139/2011 (9a.)
Página: 2057

46
Época: Novena Época
Registro: 161221
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXIV, Agosto de 2011
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXII/2011
Página: 226
47
Época: Novena Época
Registro: 175976
Instancia: PRIMERA SALA
Tipo Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Localización: Tomo XXIII, Febrero de 2006
Materia(s): Penal
Tesis: 1a./J. 153/2005
Pág. 193
[J]; 9a. Época; 1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXIII, Febrero de 2006; Pág. 193
68

consagradas en los artículos 1º, 14, 16, 20 y 133 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

De igual forma se viola en mi perjuicio el contenido del


artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones
Consulares, ratificada por el Estado Mexicano el 18
dieciocho de mayo de 1965 mil novecientos sesenta y cinco y
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 seis de
noviembre de 1967 mil novecientos sesenta y siete.

También hago la precisión, que se inaplicó por parte de


la autoridad responsable, la jurisprudencia emitida por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre el tema
relativo a la asistencia consular; así como la OPINIÓN
CONSULTIVA OC-16/99, de 1 de octubre de 1999, solicitada
por los Estados Unidos Mexicanos, denominada: “EL
DERECHO A LA INFORMACIÓN SOBRE LA ASISTENCIA
CONSULAR EN EL MARCO DE LAS GARANTÍAS DEL
DEBIDO PROCESO LEGAL”.

De igual forma no se observó la jurisprudencia de la


Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre el tema
relativo al Debido proceso. Materia penal. Inculpado.
Garantías del art. 8 CADH. Son aplicables tanto en el proceso
judicial, como en procedimientos no-judiciales previos y
concomitantes a aquél

En virtud de todo lo anteriormente expuesto, pido a


ustedes señores magistrados, se me otorgue el AMPARO Y
PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, para el efecto
de que se me restituya en el goce de los derechos
fundamentales que fueron violados en mi perjuicio,
ordenándose mi inmediata y absoluta libertad, puesto que la
69

consecuencias legal de aquélla falta de asistencia consular,


vicia todas las actuaciones con las que se me declaró
responsable en los delitos que se me imputan.

Por lo expuesto:

A ESTE H. TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA


PENAL DEL DÉCIMO PRIMER CIRCUITO, atentamente pido
se sirva:

PRIMERO.- Tenerme por presentada con este escrito,


demandando el AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA
JUSTICIA DE LA UNIÓN, contra el acto reclamado de la
autoridad que menciono como responsable (ordenadora y
ejecutoras).

SEGUNDO.- Solicitar de la autoridad señalada como


responsable, rinda dentro del término de ley, su informe
justificado respecto de los actos que se le reclaman.
 
TERCERO.- En su oportunidad y previos los trámites de
ley, dictar sentencia en el presente juicio de garantías, en la
cual se me otorgue el amparo y protección de la Justicia
Federal en los términos solicitados y a que se contrae la
presente demanda de garantías, por ser de justicia.

PROTESTO LO NECESARIO
 
Morelia, Michoacán, a 11 de noviembre del 2014 dos mil catorce.

_______________________
C. Jorge Martínez Juárez
70

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