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ADM – 390

Material semana 1
Responder las siguientes preguntas.

 ¿Qué es el Estado?
El Estado es una forma de organización política que cuenta con poder
administrativo y soberano sobre una determinada zona geográfica.

Esta organización política se constituye en un determinado territorio y tiene el


poder de ordenar y administrar la vida en sociedad. También se denomina
Estado al conjunto de instituciones que tienen la finalidad de administrar los
asuntos públicos.

 ¿Cuáles son los elementos que constituyen el Estado?


El Estado tiene tres elementos básicos: población, territorio y poder.

1. Población: Es el conjunto de personas que viven en el Estado. En algunos casos


puede compartir entre ellos la raza o creencia religiosa, pero esto no es un
requisito.
2. Territorio: Es el espacio físico o área geográfica donde vive la población. Puede
ser continuo o discontinuo, insular o continental, pero siempre con carácter
permanente.
3. Poder: Se refiere a la capacidad del Estado de organizar a la población y al
territorio.

 Origen del Estado


Las sociedades humanas, desde que se tiene noticia, se han organizado
políticamente. Tal organización puede llamarse Estado, en tanto y en cuanto
corresponde a la agregación de personas y territorio en torno a una autoridad,
no siendo, sin embargo, acertado entender la noción de Estado como única y
permanente a través de la historia.

De una manera general, entonces, puede definírsele como la organización en la


que confluyen tres elementos, la autoridad, la población y el territorio. Pero, esta
noción ambigua obliga a dejar constancia de que si bien el Estado ha existido
desde la antigüedad, solo puede ser definido con precisión teniendo en cuenta el
momento histórico.

Del estado de la Antigüedad no es predicable la noción de legitimidad, por


cuanto surgía del hecho de que un determinado jefe (rey, tirano, príncipe) se
apoderase de cierto territorio, muchas veces mal determinado, sin importar el
sentimiento de vinculación de la población, generalmente invocando una
investidura divina y contando con la lealtad de jefes y jefezuelos regionales. Así
fueron los imperios de la antigüedad, el egipcio y el persa, entre ellos.

La civilización griega aportó una nueva noción de Estado. Dado que la forma de
organización política que la caracterizó correspondía a la ciudad, la polis, se
acordaba a la población una participación vinculante, más allá del sentimiento
religioso y sin poderes señoriales intermedios. Además, estando cada ciudad
dotada de un pequeño territorio, su defensa concernía a todos los ciudadanos,
que se ocupaban de lo que hoy se llama el interés nacional.

En el régimen feudal prevalecieron los vínculos de orden personal,


desapareciendo tanto la delimitación estricta del territorio como la noción de
interés general. El poder central era legítimo pero débil y los jefes locales fuertes,
al punto que estos ejercían atributos propios del príncipe, como administrar
justicia, recaudar impuestos, acuñar moneda y reclutar ejércitos.

Y, finalmente, el estado moderno incorpora a la legitimidad, heredada del feudal,


la noción de soberanía, un concepto revolucionario, tal como señala Jacques
Huntzinger, quien atribuye el paso histórico de una sociedad desagregada y
desmigajada, pero cimentada en la religión, a una sociedad de estados
organizados e independientes unos de otros.

Pero, este estado moderno, surgido de la aspiración de los reyes a


desembarazarse de los lazos feudales y de la jerarquía eclesiástica, el estado –
nación, la unión de un poder central, un territorio y una población alrededor del
concepto revolucionario de la soberanía, habría de conocer dos formas, dos
definiciones diferentes, la primera, el estado principesco y la segunda, el estado
democrático.

El estado principesco, se caracterizó por el poder personal ejercido


uniformemente sobre un territorio estrictamente delimitado. El príncipe era el
soberano, con atribuciones internas y externas. Dentro de su territorio, cobraba
impuestos y producía leyes de carácter general, aplicadas coercitivamente,
mediante el monopolio de la fuerza pública. Internacionalmente, representaba y
obligaba a su Estado.

Y el estado democrático, surgido de las revoluciones inglesa, norteamericana y


francesa, trasladó la soberanía del príncipe a la nación. Sus poderes fueron
asumidos por organismos surgidos de consultas a la población, mediante reglas
de juego previa y claramente definidas. Y al igual que en las polis griegas, el
sentimiento patriótico se desarrolló y con él los de pertenencia, civismo e interés
nacional.
Sea que se practique la democracia o sólo se adhiera verbalmente a ella, el
proceso histórico descrito ha llevado a la extensión del estado - nación como
forma política. Los principios desarrollados en Europa y Norteamérica se
propagaron con la descolonización producida durante el siglo XX y así, tal como
afirma Huntzinger, se “ha llegado a universalizar el modelo de estado – nación de
tal modo que el planeta, ahora, se encuentra poblado de estados.”

 ¿Qué es administración Pública?


La Administración Pública comprende el conjunto de órganos del sector público
conformados para realizar la tarea de administrar y gestionar organismos,
instituciones y entes del Estado.

La Administración Pública viene a cumplir una función fundamental, tal función


viene a ser la de establecer y fomentar una relación estrecha entre el poder
político o gobierno y el pueblo. Los componentes principales de la
Administración Pública son instituciones públicas y funcionarios.

Hay que señalar que el concepto de Administración Pública depende


fundamentalmente del enfoque de tratamiento con que esta se estudie. En
primer lugar, esta es visualizada desde una óptica formal. Así procede del
Gobierno o entidad que ha recibido el poder político, empleado todos los medios
necesarios para lograr la satisfacción del bien común. La otra perspectiva de
concepción la visualiza desde un punto de vista material. Así es considerada en
cuanto a su problemática de gestión.

Hay que tener presente que esta es una disciplina científica, la cual posee su
propio objeto de estudio. Concebida así, se entiende como aquella que se
encarga del manejo hábil de los recursos y tareas de los funcionarios públicos
con el fin de satisfacer las expectativas del bien de todos los ciudadanos.

 ¿Origen de la administración pública?


La palabra administrar proviene del latín ad-ministrare,"ad" (ir, hacia) y
"ministrare" ("servir", "cuidar") y tiene relación con la actividad de los ministros
romanos en la antigüedad.

No obstante, el concepto de Administración pública puede entenderse desde dos


puntos de vista. Desde un punto de vista formal, se entiende a la entidad que
administra, es decir, al organismo público que ha recibido del poder político la
competencia y los medios necesarios para la satisfacción de los intereses
generales. Desde un punto de vista material, se entiende más bien la actividad
administrativa, o sea, la actividad de este organismo considerado en sus
problemas de gestión y de existencia propia, tanto en sus relaciones con otros
organismos semejantes como con los particulares para asegurar la ejecución de
su misión.
También se puede entender como la disciplina encargada del manejo científico
de los recursos y de la dirección del trabajo humano enfocada a la satisfacción
del interés público, entendido este último como las expectativas de la
colectividad.

 ¿Qué son los poderes del estado?


Los poderes del Estado o los poderes públicos son las distintas instituciones que
conforman al Estado. Ejercen su rol de controlador y garante de la vida pública y
del estado de derecho.

Funcionan de acuerdo al principio de la separación de poderes públicos,


propuesta por Montesquieu en el siglo XVIII, como un mecanismo que
garantizase un Estado más justo y equitativo, que se vigilase a sí mismo.

Tras la caída del Antiguo Régimen durante la Edad Moderna, se abolió el


absolutismo como sistema de gobierno en el que un rey y su séquito tenían el
control pleno e indiscutible del Estado. En su lugar, las nuevas sociedades
establecieron que el Estado fuera ejercido por toda la ciudadanía.

Así, la soberanía recayó sobre los ciudadanos, que podían ser electos para cargos
públicos, tomando decisiones respecto a dónde iría el país. Para ello, era
indispensable que el Estado tuviera contrapesos, o sea, que su poder no fuera
absoluto e indiscutible, sino que pudiera ser controlado por otras instancias
públicas, que pasaron a llamarse poderes del Estado.

Dichos poderes deben ser, idealmente, independientes el uno del otro,


soberanos e igualmente poderosos, ya que los tres deben circunscribirse a la
Constitución y su marco jurídico de leyes. Cada uno a su manera, tiene la misión
de velar por la adecuación de los otros, haciendo de contrapeso y evitando así
que el Estado sea controlado por una única instancia.

Los poderes del Estado son el ejecutivo, el legislativo y el judicial. En algunos


ordenamientos jurídicos pueden haber más de tres poderes, pero rara vez menos
de tres, al menos en las naciones republicanas y democráticas del mundo.

Poder ejecutivo
El poder ejecutivo es el encargado de la administración y conducción del Estado,
de la toma de decisiones políticas y estratégicas. Suele recaer en la figura de un
jefe de Estado, llámese así o presidente o Primer Ministro, dependiendo de la
estructura burocrática de la nación.
Este cargo suele ser electo por voto popular (directo o indirecto) y puede estar
secundado por un vicepresidente (o varios). Se encuentra descentralizado en el
caso de Repúblicas Federales en el mandato de gobernadores provinciales.

Las constituciones de cada país estipulan los mecanismos para elegir, desestimar
o reelegir (si posible) al presidente, y también las atribuciones que al poder
ejecutivo corresponden, que generalmente son de tipo político y administrativo.

Poder legislativo
El poder legislativo se ocupa de la legislación, o sea, de la elaboración de leyes
que rijan la vida en el país y que sirvan de contrapartida al poder ejecutivo.

Muchas de las decisiones presidenciales, de hecho, deben ser refrendadas por el


legislativo antes de poder aplicarse. Usualmente este poder es el encargado de
enjuiciar políticamente a los funcionarios de cargos públicos, pues la suya es la
voz del pueblo en su representación directa.

Generalmente el poder legislativo reside en manos de una Asamblea Nacional,


Congreso o cualquier otro tipo de Parlamento. Sus integrantes son electos por el
voto popular y pertenecen usualmente a diversos partidos políticos. Existen
parlamentos bicamerales (con diputados y senadores) o monocamerales (sólo
con diputados).

Poder judicial
Es el encargado de hacer cumplir las leyes, interpretando lo establecido en la
Constitución para que el Estado funcione en pleno respeto de la ley. Para ello
cuenta con diversos organismos judiciales, a la cabeza de los cuales está el
Tribunal Supremo de Justicia, pero que se extiende como un árbol, de mayor a
menor jerarquía, a lo largo y ancho de la nación.

Además, el poder judicial se encarga de resolver las controversias y conflictos


entre los demás poderes públicos, siempre a la luz de lo establecido en la Carta
Magna.

Garantiza el cumplimiento de la ley, el castigo de quienes la violenten, así como


las distintas instancias jurídicas necesarias para que el Estado funcione
regularmente: lo administrativo, lo penal, lo constitucional, lo procedimental,
etc.

De este modo, el poder judicial transmite sus decisiones mediante sentencias,


que constituyen documentos jurídicos y forman parte de la historia jurídica de la
nación.

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