Está en la página 1de 9

Agua y uso de plaguicidas: los problemas

de Andrónico Luksic en el Valle del Elqui


Índice

 INICIO
 LA BOMBA DE AGUA
 FUERA DE NORMA
 DESIGUAL ACCESO AL AGUA
 SUMARIOS SANITARIOS
 DONACIONES DE LUKSIC A PAIHUANO

El Valle del Elqui no escapa a la grave sequía que afecta al país, provocando problemas
para los pequeños agricultores de la zona, que la pandemia agrava. En diciembre un
grupo de ellos denunció que, en el extenso Fundo Cerrito, la empresa agrícola de
Andrónico Luksic (Agrícola El Cerrito) tenía instalada una bomba de extracción de
agua irregular. La agrícola del empresario reconoció la falta y la retiró. Los agricultores
acusan que esa bomba llevaba varios años operando sin permisos provocando merma
del vital suministro para el resto. La misma agrícola ha enfrentado sumarios sanitarios
por el uso de agroquímicos en sus plantaciones de uva y los vecinos de Paihuano
denuncian que esos químicos los intoxican. Este verano las protestas han ocupado la
calle llegando incluso a las puertas de la casa que Luksic tiene cerca de Pisco Elqui.

Este ha sido un verano inusual en el Valle del Elqui, el corredor cordillerano de la


Región de Coquimbo famoso por sus cielos limpios y estrellados y por sus viñas
pisqueras. Lo anormal no solo ha sido la merma de turismo por efectos de la pandemia,
sino por la irrupción de un clima social que se caldeó y que se ha expresado en
carnavales y marchas que han recorrido las zigzagueantes calles de Vicuña y Paihuano,
dos de sus comunas tradicionales. La protesta por la falta de agua y el uso de
agrotóxicos en las empresas agrícolas ha salpicado los negocios que tiene Andrónico
Luksic Craig en la zona.

En diciembre pasado un grupo de agricultores de la zona denunció que, en el Fundo


Cerrito, donde opera la empresa Agrícola El Cerrito, y que produce uva de
exportación, había un punto de extracción de agua irregular. CIPER pudo confirmar la
información con fuentes de la propia empresa agrícola.

No es la primera vez que Agrícola El Cerrito tiene problemas con los agricultores y
campesinos de la zona. En los últimos años la misma empresa enfrentó sumarios
sanitarios relacionados con el uso de plaguicidas en sus plantaciones.

El dueño de la agrícola es Andrónico Luksic, quien posee una de las fortunas más
grandes del mundo junto a su familia, según la revista Forbes. Hasta 2004 también era
dueño de otra agrícola: Bellavita, propiedad que compartió con su amigo, el empresario
Jorge Errázuriz, fundador de Celfin Capital. Precisamente en esa agrícola
trabajaba Wilson Rojas quien falleció en 2006 debido al uso de químicos tóxicos en la
producción agrícola y exportación. Rojas era tractorista.

La protesta de agricultores y campesinos de la zona ha recrudecido. El 8 de enero una


caravana exigiendo acceso igualitario al agua y el término de la protección para quienes
hacen uso indebido de ella, recorrió la comuna de Paihuano. La manifestación se repitió
cuatro días después hasta que el 23 de enero los protestantes llegaron hasta el frontis de
la casa que tiene Andrónico Luksic cerca de Pisco Elqui, la localidad más turística del
sector. En uno de los lienzos que se desplegaron ese día se lee: “Cuando defiendes el
agua, defiendes la vida”.

LA BOMBA DE AGUA
Pocas semanas antes de que comenzaran las protestas, el lunes 21 de diciembre de 2020,
Horacio Hevia, presidente de la Junta de Vigilancia del Estero Derecho (uno de los
afluentes del Río Claro, que después se convierte en el Río Elqui), recibió una carta de
los regantes agrupados en el Canal Asiento (poseen derechos de aprovechamiento del
agua del estero), en la que denunciaban que en el borde del lecho, a la altura del Fundo
Cerrito (propiedad de la Agrícola El Cerrito, de Luksic), existía un estanque artificial
para acumular agua, junto con una cañería y una máquina para extraerla.

Las juntas de vigilancia son los organismos encargados de administrar y distribuir las
aguas de los cauces. En tiempos de sequía, su rol es clave.

“Nos pudimos percatar de que este estanque tiene instalada una bomba de impulsión
de app 50 Hp que está sacando agua (…) de manera constante lo cual hace bajar el
caudal de agua de Estero Derecho de manera importante y afectando el volumen de
aguas de canal Asiento”, acusaron los regantes del Canal Asiento. La prueba de cuánto
los afectaba esta extracción irregular la tuvieron un día en que hubo un corte de
electricidad en la comuna y la bomba de impulsión no pudo funcionar: “los caudales
tanto del Estero Derecho como del Canal Asiento se estabilizaron de acuerdo con los
registros de mediciones de caudal que manejamos”, afirmaron en su carta.

CIPER accedió a un video que grabó Sergio Alemparte, accionista del Canal Asiento,
durante una salida a terreno. Allí, en el lecho pegado al Fundo El Cerrito, instalada a
una orilla, se puede apreciar la bomba de impulsión de la agrícola de Andrónico Luksic,
cubierta por una reja de color verde. De la pesada maquinaria sale una tubería roja que
se proyecta de manera horizontal y que, unos centímetros más adelante, se curva casi en
noventa grados hacia el Estero Derecho (ver video a continuación). La bomba, según
información aportada por Agrícola El Cerrito, estaba regulada para extraer 100 litros
por segundo.

Esta bomba de extracción de agua también operó para el periodo de riego de las
plantaciones de parrones entre agosto y diciembre de 2020. Así lo confirmó a CIPER
Rodrigo Santander, gerente de operaciones de Agrícola El Cerrito (respuesta enviada
por escrito), aunque señaló que, acorde a cálculos propios, la empresa extrajo un total
mucho menor al que le correspondía por el monto de sus acciones en la cuenca del
Estero Derecho (aquí la respuesta completa enviada por la empresa).
La denuncia de los agricultores se concretó en medio de la intensa sequía que azota a la
zona, y que tiene a los agricultores del Valle del Elqui –y de los valles de Choapa y
Limarí– en crisis y protestando ante autoridades y en las calles, en la que han llamado la
“Caravana por el Agua”. El 2 de febrero se manifestaron en el frontis de la Intendencia
de Coquimbo. El diario local El Día recogió los reclamos de esa jornada donde uno de
los agricultores denuncia la existencia de desvíos de aguas y pozos no autorizados.

Los datos de la Dirección General de Aguas (DGA) hablan por sí solos. En noviembre
de 2018, la DGA declaró la Región de Coquimbo “zona de escasez hídrica”. El Estero
Derecho (donde se puso la bomba de extracción de agua de la Agrícola El Cerrito) cruza
la comuna de Paihuano, sector que desde 2015 está sujeto al mismo decreto de
emergencia. La situación se ha hecho más crítica. En enero de este año, el último
Boletín de Información Pluviométrica, Fluviométrica, Estado de Embalses y Aguas
Subterráneas de la DGA, informó que los niveles de los caudales del Río Elqui
presentan una disminución del 90% respecto del promedio histórico del mismo mes
(1981-2010).

La bomba y el estanque artificial para acumular agua, instalados en el lecho del caudal
en el Fundo El Cerrito, fueron retirados después de que los regantes advirtieran del
hecho a la junta de vigilancia.

-La desinstalamos (la bomba) apenas la Junta de Vigilancia nos hizo ver que, si bien no
captaba más agua de la que nos corresponde por nuestros derechos en la cuenca, se
encontraba en un sector inadecuado -afirmó el gerente de la empresa agrícola Rodrigo
Santander.

Y si bien Santander admitió que eran los dueños de la bomba, afirmó que no tenían
relación con la poza que se armó para acumular el agua: ese estanque artificial “se
encuentra ahí desde mucho antes que El Cerrito comprara los primeros terrenos hace
casi 30 años. Antiguos habitantes de la zona nos han dicho que se utilizaba para el baño
de animales, particularmente de caballos”.

Sobre si tenían autorización para hacer extracciones, Santander reconoce que no: “Con
excepción de esta bomba, que fue desinstalada apenas la Junta de Vigilancia nos
informó que estaba ubicada en un lugar inadecuado, todos nuestros puntos de captación
se encuentran debidamente registrados y autorizados”.

FUERA DE NORMA
La denuncia de los regantes del Canal Asiento fue enviada por carta a la Junta de
Vigilancia el 21 de diciembre de 2020. Casi un mes después -el 20 de enero 2021- se
recibió la respuesta. En el escrito, Horacio Hevia, presidente de la Junta, les dice a los
canalistas: “efectivamente existía una acumulación de agua en el estero, la cual era
impulsada por una bomba (…) a los estanques de acumulación de dicho fundo” (El
Cerrito, de Luksic). Hevia agrega: “dicha acumulación se hizo desarmar para el flujo de
agua” (ver documento).
CIPER se contactó con Horacio Hevia, quien confirmó la existencia de estas dos
estructuras en el lecho del Estero Derecho a la altura del Fundo El Cerrito. “Yo no sabía
de esa situación, quedé para dentro y partí a ver la cuestión”, señaló. Al día siguiente
-relató a CIPER- el administrador del fundo lo llamó directamente y le dijo que la
bomba ya había sido sacada.

-Yo podría decir que no es legal, salvo que el directorio anterior le haya dicho “ya
ponga esta cuestión mientras tanto hay agua y como hay harta agua”, pero eso a mí no
me consta. Nadie puede poner una bomba en el río, nadie. Ni él, ni yo, ni una bomba de
media pulgada o de ningún tipo -afirma Horacio Hevia.

Ningún antecedente fue remitido a la Dirección General de Aguas (DGA), el organismo


del Ministerio de Obras Públicas encargado de fiscalizar. Desde la DGA enviaron una
minuta a CIPER donde se explica que la instalación de bombas de extracción, o el
traslado de estas, debe ser visada por ellos:

“El artículo 163 del Código de Aguas señala que todo traslado del ejercicio de los
derechos de aprovechamiento en cauces naturales deberá efectuarse mediante una
autorización del Director General de Aguas (…) La DGA debe autorizar el traslado si se
verifica que no se vean afectados los derechos de terceros y exista disponibilidad de
agua en el nuevo punto de captación”.

Fotografía del Fundo El Cerrito contenida en la tesis «Construcción ideológica de la


contaminación por pesticidas y sus efectos socio-ambientales: el caso del Valle del
Elqui», del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile.

Lo mismo señaló el abogado Ezio Costa, director ejecutivo de la ONG Fima y profesor
de Derecho de Aguas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, quien al ver
el video que ahora publica CIPER señaló: “Posiblemente hay dos infracciones. La
primera, es la captación en un punto distinto del que considera el Derecho de Aguas.
Aun cuando la agrícola tenga derechos de aguas en el estero, esos derechos tienen un
punto de captación específico y para cambiarlo se requiere seguir un procedimiento”.

¿Deben aplicarse sanciones? Ezio Costa cree que sí: “Si no se hizo el procedimiento y
se está extrayendo en un punto diferente, me parece que al menos corresponde que la
DGA inicie un procedimiento sancionador, considerando que es su deber que se cumpla
con las normas del Código”. Sobre el estanque de acumulación de agua donde estaba
instalada la bomba, el abogado asegura que también se requiere de un permiso y que
“corresponde que la DGA comience también en este caso un procedimiento
administrativo que podría conducir a multas más altas”.
Ubicación aproximada de la bomba de agua, según agricultores de la zona.

Lo que la Agrícola El Cerrito defiende a rajatabla es que ellos no han consumido más
agua de la que les corresponde. En el cálculo que hicieron llegar a CIPER, un registro
de consumo elaborado por ellos mismos se lee: “entre agosto y diciembre de 2020,
periodo de riego de las plantaciones, utilizamos 118.644 m3 de la cuenca del Río
Estero Derecho, incluyendo el consumo de la bomba que fue removida en diciembre del
año pasado. Esta cifra equivale a 183 acciones, lo que es sustancialmente menor a las
382,75 acciones que poseemos en esta cuenca”.

Varios agricultores del valle señalaron a CIPER que la bomba de extracción de agua en
el Estero Derecho permaneció allí, al menos, por 15 años. Consultada la Agrícola El
Cerrito, no descartaron esta información.

-Esta antigua bomba funcionaba de forma muy esporádica cuando el río traía mayor
abundancia, y su aporte representa en torno al 5% del total del consumo de agua para
riego de la Agrícola. Actualmente, como hemos hecho ver a las respectivas directivas de
los canales, no estamos recibiendo de éstos el agua que nos corresponde, no solo
producto de la escasez hídrica, sino por posibles captaciones irregulares que se estarían
produciendo aguas arriba, por lo que insistiremos en que se refuerce la fiscalización
para evitar que este problema siga afectándonos a nosotros y a otros agricultores -afirmó
a CIPER, Rodrigo Santander, gerente de operaciones de la agrícola.

DESIGUAL ACCESO AL AGUA


Francisco Zepeda Rodríguez (74) es el mayor accionista del Canal Asiento. Desde hace
18 años que arrienda un campo de cerca de 11 hectáreas, donde tiene parras con
variedades de uva Flame y Thompson. Sus acciones en el cauce le permiten regar sus
plantaciones de lunes a jueves mediante un sistema de riego por goteo. La falta de agua,
cuenta, se ve reflejada en que “no sacas uvas de buen calibre, uvas grandes que te pesen.
Ya la uva es más liviana, tú a una parra le dejas entre 30, 40 racimos de uva y ya no te
sale la misma cantidad como cuando tenías un buen riego”.

Zepeda tiene más tierras en el Valle del Elqui. Antes de la crisis hídrica, el agricultor
vendía uvas de mesa a empresas de exportación que la distribuían a nivel nacional e
internacional. Explica: “Un racimo te puede pesar 400, 500 gramos, pero en estos casos,
como está un poco más deshidratada y con los calores que hacen acá, la uva se pone
muy liviana. Y como el agua no se da en las mejores condiciones, tú no sacas uvas de
buen calibre”. Obligado por la escasez de agua que azota a la zona, Francisco Zepeda ha
debido dedicar sus plantaciones a la producción de pasas.

El agricultor dice a CIPER que el año pasado fue la última vez que escuchó que la
bomba de la Agrícola El Cerrito estaba funcionando. “Como años atrás teníamos agua y
teníamos lluvias, no nos preocupamos de cuáles eran las instalaciones que había en el
lecho del estero. Teníamos agua suficiente para regar, no teníamos problemas. Ahora,
como ya el año pasado faltó lluvia y este año estamos complicados, hemos buscado el
agua por todos lados”.

Para Zepeda aún la situación no se convierte en catástrofe. Y ello, porque posee


suficientes acciones del canal lo que le permite acceder a un flujo de agua que lo salva.
Pero existen agricultores que solo pueden regar unas cuantas horas un solo día a la
semana. Una de ellas es Rosana Macuada Rojas, cuya familia de cinco hermanos heredó
un terreno de casi dos hectáreas, que es atravesado por el Canal Asiento. Tres de los
hermanos viven en esas tierras donde cultivan parras de uva pisquera.

Rosana Macuada cuenta que son parte de la Cooperativa de Capel: “No ganamos
mucho, pero es mejor vender la uva a ellos y tener un chequecito mensualmente que
tener uno solo una vez al año y no tener nada más”. Ese ha sido hasta ahora el mejor
camino, explica.

Los hermanos Macuada también están experimentando los efectos de la crisis del agua:
“Hay días que el canal trae agua y hay días que trae muy poca. Antiguamente, cuando
uno regaba, siempre dejaba un realce hacia los demás, ahora al Turnero que le toca,
corta toda el agua y deja el canal en seco. Antes tenían que dejar un poco de agua en el
canal para poder usarla, porque no teníamos agua potable, entonces nosotros
ocupábamos agua del canal. Ahora ya no”.
Manifestaciones en la entrada de la propiedad de Andrónico Luksic en el Valle del Elqui. Fuente: Instagram @laserenaresiste

Como todos en la zona, Rosana sabe de la relación de Andrónico Luksic con los
problemas del consumo del agua del canal. A Luksic lo conoce de lejos, cuando lo ve
pasear por el pueblo, pero su relación con el empresario data de hace 25 años, cuando
ella trabajó en la Agrícola Bellavita, en ese entonces de su propiedad: “Llegaron hace
muchos años con turros de billetes, comprando y comprando terrenos, y compraron
todo. Los Luksic y Errázuriz (Jorge Errázuriz) tienen comprado de Montegrande hacia
Pisco Elqui”. El padre de Rosana también era agricultor y reclamó en su tiempo, cuenta
su hija: “Y reclamó mucho por las bombas que tienen en el río, pero nunca se pudo
hacer nada porque son Luksic y mi papá era mi papá”.

Desde 2004, Jorge Errázuriz es el único dueño de la Agrícola Bellavita. Dijo a CIPER
que no recordaba la muerte por intoxicación del tractorista del fundo Wilson Rojas,
siendo que su agonía fue larga: empezó a atenderse de la enfermedad en 2003 y falleció
en 2006. Ha sido objeto de estudio de distintas organizaciones e incluso de tesis
universitarias sobre el uso de pesticidas tóxicos en la zona.

Conscientes del problema agudo que representa para el sector la escasez de agua, un
grupo local lanzó hace algunos meses el “Laboratorio constituyente por el agua como
derecho humano”. Patricia Ardiles, directora de la Biblioteca Popular Lagar de
Paihuano, relacionada con el laboratorio, pregunta: “¿Por qué muchas empresas tienen
horas y horas para ocupar las aguas y otras personas solo tienen 15 o 20 minutos?”.
Según ella, el uso de químicos por parte de las agrícolas también es un problema que
deben enfrentar los vecinos:

-Las agrícolas dicen que trabajan con químicos orgánicos, pero está comprobado que no
es así. El año pasado el riesgo medioambiental fue considerable. Todos dijimos que se
excedió la capacidad ecológica del valle, y eso se puede apreciar porque el uso de los
agrotóxicos llegó a perjudicar a los estudiantes de una escuela. Los profesores se dieron
cuenta y tuvieron que llevar a los alumnos al Cesfam de Paihuano. Allí constataron que
efectivamente algunos estaban intoxicados con estos químicos que utilizan -cuenta
Patricia Ardiles.

Aunque la Municipalidad de Paihuano afirmó no tener antecedentes de esa intoxicación


de 2019, la Seremi de Salud de Coquimbo sí guardaba ese registro. Aseguraron a
CIPER que el 6 de marzo de 2019, dos alumnas del Liceo Mistraliano de Paihuano
sufrieron cefalea, dolor abdominal, dificultad respiratoria e irritación ocular por “una
nube tóxica”. También afirmaron que ese caso de intoxicación no estuvo relacionado
con la agrícola de Luksic, como imputan algunos dirigentes sociales. En la Seremi
confirmaron a CIPER que esa empresa no aparece mencionada en la investigación
respectiva.

SUMARIOS SANITARIOS
Andrónico Luksic Craig llegó a inicios de los ‘90 al Valle del Elqui comprando
terrenos. Allí tiene parte de su negocio agrícola. Pero quienes tienen más tierras es la
familia Luksic -sociedades en las que él también participa- y que se han concentrado en
la industria del pisco: las marcas Mistral, Campanario, Horcón Quemado y Tres Erres,
entre otros, están bajo el paraguas de los Luksic a través de la Compañía Cervecerías
Unidas (CCU).

Distinta es la actividad agrícola que impera en su propiedad personal y que controla a


través del family office Inversiones Consolidadas: Agrícola El Cerrito. En sus predios
Andrónico Luksic solo tiene plantadas parras de uva de mesa.

La agrícola del mayor de los Luksic ha enfrentado dos sumarios sanitarios durante los
últimos años. Desde la Seremi de Salud de Coquimbo señalaron a CIPER que ambos
sumarios tuvieron “relación con la normativa de salud laboral y la normativa de
sustancias peligrosas y el manejo de plaguicidas”.

“En uno de estos sumarios el titular fue sobreseído y en el otro se aplicó una multa de 3
UTM, este último sufrió una rebaja, ya que la sanción inicial eran 5 UTM y el motivo
de la consideración en la sanción fue que el empleador presentó su apelación
correspondiente y la documentación necesaria que acreditaba que subsanaron las
deficiencias que dieron origen al sumario, adecuándose rápidamente a la normativa
vigente”, se lee en la respuesta escrita que enviaron a CIPER.

Consultada la Agrícola El Cerrito, su gerente de operaciones, Rodrigo Santander,


explicó que el primer sumario se originó el 2 de febrero de 2016, cuando “se levantaron
temas específicos relativos a la existencia de programas de selección y control de
implementos de protección personal, prevención de trastornos musculoesqueléticos en
los trabajadores o de medición de rayos ultravioleta en los campos (…) Adicionalmente,
se planteó que la infraestructura del packing no contaba con la resolución sanitaria
respectiva. Todos estos puntos fueron clarificados y subsanados (…) y ninguno tiene
relación directa y exclusiva con la aplicación de productos agroquímicos”, contó.

Andrónico Luksic

Respecto al segundo sumario, que comenzó según Santander en octubre de 2019,


“efectivamente aborda una serie de materias relativas al uso de productos fitosanitarios
y en los campos, este fue respondido por la empresa, descartándose varios de los puntos
levantados por la autoridad fiscalizadora”. Los puntos que se mantuvieron, acorde a
Santander, “derivaron en una multa de 5 UTM ($248.115, valor UTM fecha resolución),
la que posteriormente y debido a los antecedentes aportados sobre el cumplimiento de la
normativa, se rebajó a 3 UTM ($151.120), que se encuentra pagada y las observaciones
subsanadas”.

En 2012, Agrícola El Cerrito se vio involucrada en otro proceso fiscalizador que inició
la Seremi de Salud de Coquimbo (ver documento). El 9 de octubre de ese año, personal
del organismo público concurrió a hacer una visita técnica al predio. ¿La razón? La
intoxicación aguda que había sufrido uno de los trabajadores del fundo.

En esa ocasión la agrícola responsabilizó a un contratista porque el trabajador afectado


no había utilizado elementos de protección al momento de aplicar un herbicida. La
empresa fue sobreseída y al contratista se le aplicó una multa de 5 UTM.

Sobre el uso de químicos por parte de las agrícolas, Lorena Barba, ingeniera agrónoma,
dedicada a la asesoría de empresas agrícolas, reconoce que ahora existen más
regulaciones: “Hoy día los productores tienen bastantes más normas de regulación que
hace diez años. Antes no existía un decreto sobre las aplicaciones terrestres de
pesticidas, el decreto 158. Es bien restrictivo en el sentido de que tú cuando haces una
aplicación de plaguicida, tienes primero que avisar a los vecinos que están en un radio
de 50 metros del lugar de la aplicación”.

Lorena Barba también hace mención a una norma que utilizan algunas
agrícolas: Rainforest, la que las obliga a realizar capacitaciones y apoyar a la
comunidad. Desde la Agrícola El Cerrito dijeron a CIPER que están adscritos a esa
norma. A pesar de esas precauciones, un estudio de la Facultad de Medicina de la
Universidad Católica del Norte concluyó que la exposición a plaguicidas está
provocando daño cognitivo a los habitantes de los valles del Elqui y el Limarí, además
de otros efectos nocivos a quienes se exponen a los químicos durante un largo periodo
de tiempo.

DONACIONES DE LUKSIC A PAIHUANO


Varias veces la Municipalidad de Paihuano ha levantado mesas de diálogo para debatir
el uso que hacen empresas agrícolas de agrotóxicos. Pero no siempre han funcionado.
En 2016 las autoridades se reunieron con representantes de esas compañías agrícolas y
las conclusiones a las que llegaron fueron que debía verificarse las condiciones medio
ambientales antes de aplicar los plaguicidas, instalar mallas de contención para evitar la
propagación de los tóxicos, y avisar a la población cuando vayan a utilizarlos.

Eso en parte ha funcionado. Varios vecinos del valle señalaron a CIPER que cuando las
agrícolas utilizan plaguicidas, son advertidos y deben cerrar las ventanas de sus casas
para evitar intoxicarse.

Desde la Municipalidad de Paihuano explican:

-En octubre de 2019, tras los reclamos por redes sociales, el municipio lideró una mesa
de trabajo para tomar medidas preventivas ante la aplicación de agroquímicos en la
comuna, aún cuando no es facultad del municipio fiscalizar los predios. Se realizaron
unas dos reuniones, pero por el levantamiento social de ese año se suspendieron.
Después, por la pandemia, se han focalizado los esfuerzos en resolver otros problemas
que ha generado la emergencia sanitaria.

La familia Luksic es un importante donante de la Municipalidad de Paihuano. A través


de la Fundación Oportunidad Educacional financia un programa de inglés en escuelas
de la comuna desde 2006. CIPER consultó a la Municipalidad de Paihuano por todas las
donaciones realizadas por personas jurídicas –fundaciones y empresas– ligadas a
Andrónico Luksic Craig durante los últimos años. La respuesta del municipio consideró
las donaciones de la Fundación Oportunidad desde 2017 a la fecha: 2017: $54.843.178;
2018: $72.219.708; 2019: $78.346.292 y 2020: $79.226.391. Total: $284,6 millones.

Se indicó que los aportes se utilizaron en pagar las remuneraciones de los profesores de
inglés. En 2020 figuran otras dos donaciones ligadas a Luksic: la Fundación Impulso
Inicial donó $900 mil para el pago de colaciones de niños que participaron del programa
recreacional “Verano por un día”; y también, en plena pandemia de Covid-19, 1.472
cajas de víveres” (Información del municipio, que en sus redes sociales también señala
que el Grupo Luksic ha financiado actividades deportivas en la comuna).

También podría gustarte