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Gubernamentalidad, dispositivos de

género, raza y trabajo: la conducción de la


conducta de las mujeres trabajadoras
Governmentality, Gender and Race Devices and Work:
The Conduct of Conduct of Working Women
Recibido: marzo 4 de 2013 | Revisado: agosto 1 de 2013 | Aceptado: septiembre 30 de 2013

Liliana Vargas-Monroy *
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia
Margot Pujal i Llombart **
Universidad Autónoma de Barcelona,
España

Resumen
Este artículo se ocupa del problema del gobierno de las mujeres trabajadoras,
acercándose en particular a las formas de gubernamentalidad que operan
sobre las trabajadoras del llamado tercer mundo. Abordamos este objetivo,
delineando el campo de los estudios sobre la gubernamentalidad
(governmentality studies), continuando con discusiones sobre la utilización
del concepto, que se han hecho desde los estudios de las organizaciones
y el trabajo. Por último, consideramos las problematizaciones y críticas
que tanto el feminismo como el feminismo poscolonial han hecho a estas
aproximaciones, para acercamos a la delimitación del problema del gobierno
de las mujeres, dentro de los órdenes laborales contemporáneos.
Palabras claves autores
Gubernamentalidad, interseccionalidad, mujeres trabajadoras, mujeres del tercer
mundo.
Doi: 10.11144/Javeriana.UPSY12-4.gdgt Palabras clave descriptores
Estudios sobre la gubernamentalidad, género y trabajo.
Para citar este artículo: Vargas-Monroy, L. & Pujal,
M. (2013). Gubernamentalidad, dispositivos de gé-
nero, raza y trabajo: la conducción de la conducta de
Abstract
las mujeres trabajadoras. Universitas Psychologica, In this article we consider problems regarding the government of working
12(4), 1255-1267. Doi: 10.11144/Javeriana.UPSY12-4. women. Specifically, we focus on particular forms of governmentality that
gdgt operate on women of the third world. We tackle this objective, firstly, by
delineating the field of governmentality studies, then we approach the
*
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colom- debate about how this concept has been used within the field of work and
bia. ResearcherID: M-6850-2013. Profesora Aso- organization studies. Lastly, based on the problematizations and critiques
ciada e investigadora de la Universidad Javeriana formulated by both feminism and postcolonial feminism to those approaches
de Bogotá. E-mail: Liliana.vargas@javeriana.edu. we delimited the problem of the government of women within the contem-
co porary work regimes.
**
Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona, Key words authors
España. ResearcherID: M-2814-2013. Profesora Governmentality, intersectionality, working women.
Titular e investigadora de la UAB. E- mail: Margot. Key words plus
pujal@uab.cat Governmentality Studies, Gender and Work.

Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 12 No. 4 PP. 1255-1267 oct-dic 2013 ISSN 1657-9267 1255
L iliana V argas -M onroy , M argot P ujal i L lombart

Introducción mujeres trabajadoras, en particular en los espacios


de la periferia del sistema-mundo1.
Con la discusión del concepto de gubernamen-
talidad, Michel Foucault inaugura una particular Governmentality studies,
perspectiva dentro de la historia del presente que organizaciones y trabajo
abre paso a la pregunta por las diferentes formas
en que el arte de gobernar sujetos y poblaciones Los estudios de la gubernamentalidad y de la guber-
se hace, en un momento dado, una acción pen- namentalidad en el trabajo, tienen un claro origen
sable y practicable (Gordon, 1991). La pregunta en las discusiones que se abren con las lecciones
genera todo un campo de pensamiento y discu- que Michel Foucault dicta en el Collège de Fran-
sión teórica, hoy agrupado dentro de lo que se ce, en el periodo comprendido entre 1976 y 1979.
ha denominado los governmentality studies. Al El término gubernamentalidad es inicialmente
interior de los estudios de las organizaciones y introducido por Foucault en Seguridad, territorio y
el trabajo, los aportes de estas discusiones han población, usándolo para referirse a un régimen de
dado pie a exploraciones sobre las formas en poder que se establece en el siglo XVIII y que tiene
que es gobernada y conducida la conducta de como blanco principal la población. Originalmen-
los sujetos trabajadores (Ibarra Colado, 2006a; te, la palabra designa las prácticas constitutivas de
Pulido, 2013). un tipo de poder particular: el poder del Estado;
En esta línea de ideas, este artículo se cons- sin embargo, esta especificidad se borra en tanto
truye pensando el problema del gobierno de las avanza su discusión para referirse con ella simple-
mujeres, dentro de los órdenes laborales contem- mente a “la manera como se conduce la conducta
poráneos. Abordamos esta discusión asumiendo de los hombres” (Foucault, 1976/2000, p. 192), con
el lugar central que ocupa el trabajo femenino lo cual, se amplía su acepción a diferentes tipos de
dentro del capitalismo global y reconociendo y gobierno: el gobierno de los niños, el gobierno de
problematizando las situaciones de subalterni-
las almas o conciencias, el gobierno de una casa,
dad y explotación de las mujeres, al interior de
el gobierno del Estado o el gobierno de sí mismo
los nuevos ordenamientos laborales. Nuestra
(Foucault citado por Rabinow, 1998, p. 82).
discusión asume varias de las críticas que el fe-
En este sentido, la última etapa de la obra de
minismo y el feminismo poscolonial le hacen a la
Foucault es leída por diferentes autores como el
analítica foucaultiana, incorporando herramien-
preámbulo a una parte de su trabajo que queda
tas y conceptos que, desde estas elaboraciones,
inacabada con su muerte y que estaría dedicada a
permiten la complejización de las propuestas del
la exploración de las formas de gubernamentali-
autor fránces, para pensar desde ellas, algunas
dad que se dan en las sociedades contemporáneas
de las formas de gubernamentalidad que operan
(Castro-Gómez, 2009; Senellart, 2006). La publi-
sobre las mujeres en los actuales contextos del
cación relativamente reciente de tres de los cursos
trabajo. .
dictados en el Collège de France, inéditos hasta
Con este objetivo, nos dedicaremos en primera
instancia a la discusión del concepto de guberna-
1 Utilizaremos de aquí en adelante el concepto de sistema–mundo,
mentalidad desde la tradición foucaultiana, para desarrollado por Samir Amin, Inmanuel Wallerstein y Giovan-
continuar luego con su problematización y comple- ni Arrigni, entre otros. Wallerstein (2005), a quien seguiremos
en este trabajo, caracteriza el sistema-mundo como una serie de
jización desde las propuestas feministas y feministas mecanismos que redistribuyen los recursos desde la “periferia”
poscoloniales. Por último, a partir de propuestas que al “centro” del imperio, determinando una división internacio-
nal del trabajo. El trabajo de Wallerstein desplaza así la unidad
nos permiten pensar el género como un dispositi- de análisis de “sociedad” (ligada a los Estados nación) a la de
vo de poder, que se despliega en intersección con “sistema-mundo” (de una escala espacial y temporal más amplia).
El concepto permitirá, entre otras cosas, interconectar distintas
otros dispositivos, nos dirigiremos a la discusión regiones del planeta, en la discusión sobre el funcionamiento del
de las formas en que se conduce la conducta de las trabajo dentro del capitalismo contemporáneo.

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hace algunos años, parece confirmar esta lectura. bajo vigilancia) y la organización a su alrededor de
En esos textos (correspondientes a la misma época todo un campo de visibilidad, que incluye técnicas
en que fueron escritos los tomos II y III de Histo- mediante las que cada trabajador es supervisado
ria de la sexualidad), Foucault inicia claramente para incrementar su fuerza útil a través del ejercicio
la exploración genealógica del Estado moderno2. y el adiestramiento en una tarea, y/o a través de la
Defender la sociedad (1976), Seguridad, territorio formación y vigilancia de algunos aspectos de su
y población (1978) y El nacimiento de la biopolítica conducta (Foucault, 1976/2000).
(1979) se corresponden así, específicamente, con Diversos autores han señalado esta forma de
un análisis de la gubernamentalidad y de la guber- gubernamentalidad como la forma preponderan-
namentalidad liberal, a través del problema de la te de gobierno dentro de los órdenes industriales
biopolítica y del gobierno de las poblaciones. Así, (Brigg, 2002; Deleuze, 2006; Fraser, 2003); el siglo
y a la luz de trabajos posteriores, es posible ver este XIX sería así un período de extensión de las dis-
momento como la concreción de una inflexión en ciplinas, que conduce al establecimiento de socie-
la obra foucaultiana dirigida a la exploración de la dades plenamente industrializadas en el siglo XX,
problemática del gobierno de sí y de los otros (Sene- en particular en Europa y el mundo noratlántico.
llart, 2006), como formas de gobierno que llegarán Este ejercicio disciplinar, logrará definir a los sujetos
al mundo contemporáneo. en términos de su capacidad para trabajar y de sus
Asumiendo la definición ampliada del concep- funciones en el trabajo, provocando una división
to de gubernamentalidad con la que se inició este entre los miembros “civilizados” y “productivos” de
apartado, es posible decir que diferentes formas de la sociedad y aquellos que carecen de capacidades
gubernamentalidad son desplegadas en diferentes para ser trabajadores y ciudadanos responsables.
momentos históricos, en regímenes que pueden A la segunda forma de gubernamentabilidad nos
ser denominados consecutivamente: soberanos, dedicaremos en el punto siguiente.
disciplinares y de seguridad o control. Esta pers-
pectiva nos permite una distinción cronológica de Neoliberalismo y las nuevas formas
diferentes períodos y de las características que la de gobierno en el trabajo
gubernamentalidad adquiere en cada uno de ellos.
A pesar de discusiones que declaran la crisis del Con el ascenso del modelo neoliberal entra en
modelo disciplinario (Deleuze, 2006), podemos escena la forma de gubernamentalidad que carac-
argumentar que al menos dos de estas formas de gu- terizará muchos de los órdenes postindustriales y
bernamentalidad, continúan presentes en muchos postfordistas del trabajo. Se trata de una propuesta
espacios laborales. En primer término, señalaremos que determina que el proyecto del buen sujeto de
la gubernamentalidad disciplinar que se correspon- gobierno se fusione con obligaciones voluntaria-
de con tecnologías que se continúan centrando en mente asumidas por individuos “libres”, que deben
procedimientos, mediante los cuales se asegura la sacar provecho de su propia existencia, mediante
distribución espacial de los cuerpos individuales su (auto) gestión responsable (Rose, 1997, p. 37).
(su separación, su alineamiento, su puesta en serie El neoliberalismo puede ser pensado así, como
un modelo económico, pero ante todo como una
2 Después de Vigilar y Castigar, Foucault da inicio a dos proyectos forma de gobierno particular, que produce a los su-
de investigación diferentes y aparentemente incompatibles: por jetos que requiere (Castro-Gómez, 2009; Foucault,
un lado, sus trabajos en torno a una genealogía del Estado mod-
erno (plasmados en los cursos que dicta entre 1977 y 1979 en el 1978/2006; Rose, 1996). La última parte de la obra
Collège de France) y, por otro lado, su trabajo en torno a la ética Foucault parece dirigirse precisamente hacia el aná-
grecoromana que culminaría en los tomos II y III de Historia de
la sexualidad. El eslabón perdido entre estos dos proyectos parece lisis de estas formas de gobierno que no se ocupan
ser claramente el concepto de gubernamentalidad, ya que Foucault ya solamente de la vigilancia y disciplinamiento
establecerá un vínculo directo entre las técnicas de conducción
de la conducta desplegadas en la antigüedad y las tecnologías de
de los sujetos, sino que apuntan a una gestión de la
gobierno utilizadas por el Estado moderno (Castro-Gómez, 2009). conducta a través de tecnologías de autogobierno.

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Esta parte del trabajo de Foucault, que queda a través de “participación democrática” en la in-
inconclusa con su muerte, es continuada por sus dustria. Proliferan, así, organizaciones y formas
discípulos y seguidores. Nikolas Rose y Jacques de trabajo marcadas por el signo de la “autono-
Donzelot serán dos de los autores que trabajarán mía” que asumirán funciones reguladoras (Rose,
más claramente el vínculo entre la gubernamenta- 1997). Así, el autogobierno será un componente
lidad neoliberal y los nuevos órdenes del trabajo. En esencial de cualquier forma exitosa de gobierno
su texto Pleasure at work, Donzelot (1981) explora la contemporáneo, convirtiéndose en uno de ele-
introducción del discurso del placer y la autorreali- mentos que caracterizará las actuales formas de
zación en el trabajo, discutiendo su relación con las trabajo. El sujeto trabajador inserto dentro de
transformaciones en las formas de producción que este orden deberá convertirse en experto de sí
conducen a una organización flexible del trabajo en mismo y establecer relaciones de autocuidado y
Francia a partir de los años setenta, argumentando autocreación, basadas en la preparación y forma-
que la promoción de la autonomía y de un sujeto ción de características particulares en su cuerpo,
adaptable y flexible se corresponde con el doble pro- mente y formas de conducta, para integrarse al
ceso de descualificación en el trabajo y con cierta aparato productivo. El trabajador se constituye,
recualificación jurídica del trabajador, que se da a entonces, en un agente de su propio destino, este
partir de ese momento. será el a priori ético dentro de las nuevas formas
Por su parte Rose (1996, 1997) dialoga am- de trabajo (Rose, 1996).
pliamente con las discusiones que Foucault, ya en Para cerrar este apartado, se puede decir que son
1981, realiza sobre técnicas o tecnologías que ope- muchos los estudios que es posible ubicar dentro
ran sobre el sí mismo, donde la meta es, en buena del campo de exploración de este tipo de guberna-
medida, tratar de construir un sujeto responsable mentalidad en los espacios laborales. En el mundo
de sí, proponiendo que nuestros deseos, aspiracio- noratlántico, podemos mencionar los trabajos de:
nes, intereses y creencias son un blanco vital de MacKinlay y Strakey (1998) en un texto que recoge
la gubernamentalidad contemporánea. Para Rose las relaciones entre gobierno y teorías organizacio-
(1996), los programas neoliberales de gobierno se nales y administrativas en la corporación moderna;
caracterizan de esta manera, por la esperanza de Alvesson y Willmott (2002) en la exploración de la
ser una inversión rentable para los propios sujetos; regulación de la identidad en el trabajo como for-
estas estrategias de gobierno se hacen por lo tan- ma de gobierno y Walkerdine (2002, 2006) quien
to dependientes de toda una serie de dispositivos discute las relaciones entre gubernamentalidad,
que prometen crear individuos que no necesitan globalización y transformaciones en la subjetividad
ser gobernados por otros, sino que se gobiernan y contemporánea
controlan por sí mismos. Por último, al interior del número 78 de la revista
Dentro del neoliberalismo se dará, así, una Ephemera, dedicado exclusivamente a la discusión
nueva pluralización de las tecnologías sociales de la temática de la gubernamentalidad neoliberal
con una tendencia a la “desgubernamentaliza- en los espacios laborales, se destacan los trabajos
ción” que produce la implantación de formas de de: Lopdrup-Hjorth, Gudmand-Hoyer, Bramming y
gobierno que actúan a través de la conformación Pedersen (2012) sobre el gobierno del trabajo a tra-
de entidades autónomas: empresas, organizacio- vés del “automanejo”; Bjerg y Staunæs (2012) sobre
nes, comunidades, profesiones, individuos (Rose, la administración de personal a través de la culpa
1997, p. 58). En concordancia, paulatinamente al y Paulsson (2012) en el desarrollo de la interesante
interior de los espacios de trabajo se despliega una pregunta sobre las posibilidades de resistencia a la
variedad de iniciativas que buscan de una u otra autogestión en los contextos laborales. A partir de
manera mitigar las posibilidades de antagonismo las discusiones de estos autores, en términos gene-
en la relación laboral, mediante la integración rales es posible proponer que a los dispositivos dis-
del trabajador en redes de obligaciones “libres”, ciplinares se suman paulatinamente dispositivos de

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autocontrol, al interior de muchos de los espacios certante silencio que Foucault guardó en relación
laborales contemporáneos. con el gobierno moderno fuera de los límites de
occidente (Inda, 2011). En este sentido, desde
Problematizaciones ciertas interpretaciones, Foucault habría parecido
feministas/poscoloniales a los desplegar la noción de que existe un continuo entre
governmentality studies regímenes de soberanía, disciplinarios y de control,
en lo que parecería una creciente racionalización
Problematizando el campo de los estudios sobre de las formas de gobierno (Lemke, 2013). Esta idea,
la gubernamentalidad, argumentaremos ahora que que alcanza a resultar válida para el contexto euro-
los trabajos que hemos reseñado hasta aquí caen en peo, puede conducir al metarrelato de un avance
la mayoría de los casos en una exploración agené- histórico (Lyotard, 1994) que deja de lado la articu-
rica y que no consideran las diferencias entre los lación y codependencia, señalada insistentemente
centros y las periferias del sistema-mundo. En ese por la teoría postcolonial, entre mundo moderno
sentido, podemos afirmar que los autores recogi- y mundo colonial3 (véanse, Castro-Gómez, 2005;
dos hasta el momento, realizan una lectura de las Dussel, 1999; Quijano, 2000).
formas de gubernamentalidad claramente centrada Este punto nos permite señalar el eurocentris-
en el contexto europeo y en el análisis de un tipo de mo de la mayoría de las discusiones alrededor del
sujeto que, en su indefinición, parece claramente tema de la gubernamentalidad, haciendo patente
masculino (Braidotti, 1991; Le Blanc, 2004). la coexistencia (aún) en el mundo contemporáneo,
Este sujeto explícitamente agenérico pero im- de diferentes formas de poder (soberanas, discipli-
plícitamente masculino, blanco, occidental, he- nares y de control) que dependen unas de otras. Lo
terosexual, burgués y adulto, que prima en buena cual remite al hecho de que si bien las sociedades
parte de la investigación social, ha sido denunciado europeas y noratlánticas parecen transformarse
por la crítica feminista ya desde la segunda ola del paulatinamente en sociedades de control, lo hacen
feminismo, que se inicia en los años sesenta del en íntima conexión con regímenes que pueden
siglo XX. Tanto el feminismo de la igualdad (libe- incluso llegar a ser esclavistas, en las periferias
ral, socialista) como el feminismo de la diferencia
del sistema-mundo. Desde la crítica feminista y
(radical, psicoanalítico, e incluso postestructura-
postcolonial es posible puntualizar así, el proble-
lista) contribuyen a mostrar que el uso y referente
ma de la lectura andro (y euro)centrada, que ha
agenérico del sujeto, tiene efectos en la naturaliza-
primado también en las discusiones del problema
ción de la desigualdad, dominación y sujeción de
de la gubernamentalidad. En esta línea de ideas,
las mujeres a nivel social y subjetivo. A partir de las
Gayatri Chakravorty Spivak (2009), señalaba ya
conceptualizaciones del patriarcado como organi-
en su célebre ensayo Can the subaltern speak? que
zación social específica, de Kate Millet (1973), y del
Deleuze y Foucault parecían pensar las relacio-
sistema cultural sexo/género de naturaleza binaria y
nes entre deseo, poder y subjetividad de manera
jerárquica, de Gayle Rubin (1986), es posible se-
“ligeramente desincronizada: dando la espalda
ñalar las diversas instituciones y discursos que es
a la familia y al colonialismo” (Spivak, 2009, p.
necesario problematizar y transformar, dejando de
51). La autora india precisaba de esta manera dos
lado los análisis agenéricos y androcéntricos, con
el fin de trabajar por la igualdad y la emancipación
3 Nos referimos en concreto, a algunas de las discusiones de la teo-
en las relaciones sociales entre los sexos. Entre estas ría poscolonial latinoamericana. El concepto de colonialidad se
instituciones, podemos mencionar la familia, la entiende, desde aquí, como uno de los elementos constitutivos y
específicos del patrón mundial de poder capitalista, que se funda
esfera política o cultural y, por supuesto, la institu- en la clasificación y jerarquización racial/étnica de la población
ción del trabajo. del mundo como piedra angular, funcionando en diferentes
planos y dimensiones, materiales y subjetivas de la existencia
Por otro lado, los governmentality studies tam- social cotidiana, y que opera como la contracara necesaria de la
bién han sido problematizados, a partir del descon- modernidad europea (Quijano, 2000).

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espacios fundamentales para la producción del de poder. Los análisis que asuman esta definición
género y la raza, dejados de lado por los análisis darán cuenta de la conformación del sujeto mujer
de estos autores. en los discursos médicos, psiquiátricos, educati-
vos, laborales y en las prácticas institucionales
Dispositivos de género e con ellos relacionadas. En estos, la retórica acerca
interseccionalidad de la naturaleza de las mujeres seria un elemento
especialmente relevante, para la conducción de su
Frente al obstáculo que implica la visión andro conducta y, en suma, para la producción de cuerpos
(y euro)céntrica, para el análisis del problema del y subjetividades femeninas “adecuadas” (Amigot &
gobierno de las mujeres y en particular de las mu- Pujal, 2009).
jeres subalternas, la idea de dispositivo nos ofrece Para cerrar esta parte de nuestra discusión,
una salida. El concepto, que aparece precisamente diremos que si bien el problema del género como
cuando Foucault comienza a discutir el problema dispositivo es, desde hace algunos años, un tema
de la gubernamentalidad neoliberal (Agamben, discutido dentro del feminismo blanco moderno o
2005), es definido como “cierta manipulación de posmoderno (tanto norteamericano como europeo),
las relaciones de fuerza, bien para desarrollarlas en el feminismo poscolonial se ocupará de elaborar
una dirección concreta, bien para bloquearlas o otra problemática: la problemática de la inter-
para estabilizarlas y utilizarlas” (Foucault, 1985 p. seccionalidad del género con dispositivos de otro
42). Parte de la crítica feminista asumirá esta no- orden, que pueden ser entendidos más bien como
ción, para solventar el vacío por que la misma teoría dispositivos de racialización. La crítica poscolonial
Foucaultiana deja frente al problema del gobierno feminista señalará, así, la necesidad de comple-
de las mujeres. Teresa De Lauretis (1987) y Judith mentar el análisis de género con un análisis que
Butler (1990) serán dos de las primeras autoras permita comprender los ordenamientos moderno/
en pensar la relación entre género y dispositivos o coloniales que determinan formas de gubernamen-
tecnologías de poder. talidad particulares y se vinculan a la producción de
Así, desde una exploración de la producción subjetividades racializadas en diferentes regiones del
discursiva del género, Teresa De Lauretis (1987) planeta. Vinculando esta discusión con el problema
propone el análisis de las diferentes tecnologías de la división del trabajo, María Lugones (2008)
de género, como campo de trabajo del feminismo. propone la noción de colonialidad del trabajo para
Estas tecnologías producirían formas discursivas y denominar la división y organización de las formas
visuales que operan produciendo representaciones y y lógicas laborales, a partir de estratificaciones y
autorrepresentaciones normalizadas de lo femenino construcciones que, propondremos, son a la vez
y lo masculino. Por su parte, Judith Butler (1990) (dispositivos) de género y raza.
plantea que es la noción de genealogía la que se
acerca más claramente al ejercicio de politizar los Dispositivo, feminización del trabajo y
procesos históricos de constitución de los sujetos y gobierno de la mujeres trabajadoras
en este caso, de lo femenino y lo masculino. El gé-
nero sería en este sentido, ante todo, un dispositivo Después del recorrido que hemos realizado, nos
para el control y conducción de la conducta. Los interesa ahora iniciar el análisis de aquellos disposi-
análisis de la autora estadounidense desnaturalizan tivos que determinan y construyen el trabajo de las
la diferencia sexual y el género como expresión de mujeres y en particular el trabajo de las mujeres sub-
dicha diferencia. Se trata en sus propias palabras de alternas. Sin olvidar el hecho de que los dispositivos
realizar el trabajo de una genealogía de la ontología disciplinares y de control pueblan la organización
del género (p. 27). contemporánea del trabajo, tanto en los centros
Estas discusiones, permiten proponer explíci- como en las periferias del sistema-mundo, siendo
tamente una lectura del género como dispositivo particularmente utilizados en el gobierno de las

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mujeres trabajadoras (véanse, García & Carva- e incluso una identificación íntima y afectiva con
jal, 2007; Vargas-Monroy, 2011) argumentaremos el trabajo. Junto con estas cualidades, es posible
que, para entender plenamente las formas en que mencionar otras de tipo afectivo-relacional como
es conducida la conducta de las mujeres en el tra- las habilidades y capacidades del cuidado y la co-
bajo, es necesario el análisis de otros dispositivos. municación, que incluso tienen que ver con un
En palabras de Tapalde Mohanty (2003) intentar- despliegue visible del cuerpo y la voz sexuados,
emos entonces, explorar la construcción ideológica tanto dentro de nuevas formas de empleo como,
de ciertos trabajos, en términos de una apropiada en general, dentro de todo trabajo que suponga
feminidad, domesticidad, (hetero)sexualidad, así interacción personal (Ema, 2006; Precarias a la
como de ciertos estereotipos culturales y raciales, Deriva, 2005; Sassen, 2003).
buscando mapear las operaciones del capitalismo Con esto parecería claro que, bajo las condi-
contemporáneo, en la definición y gobierno del ciones del capitalismo contemporáneo, el suje-
trabajo de las mujeres, en particular a partir de to trabajador que resulta más útil es el femenino
parámetros relacionados con dispositivos de gé- (Falquet, 2011; Haraway, 1991; Sassen 2003). La
nero y raza. feminización del trabajo implicaría, entonces, que
Al acercarnos a pensar la interseccionalidad mientras las condiciones del trabajo contempo-
de dispositivos que operan en el gobierno de la ráneo se hacen más violentas, la utilización de la
conducta de las mujeres trabajadoras, debemos mano de obra femenina se extiende, pero también
discutir en primer término, un hecho que se ha que estas condiciones –que históricamente han sido
venido designando como la feminización del trabajo. predominantemente soportadas por las mujeres–,
La denominación, ha sido utilizada en los últimos comienzan a desplegarse a otros grupos de la pobla-
años, para referirse al modo cómo el contenido ción trabajadora. Ahora bien, debemos recordar que
y las condiciones actuales del trabajo, impuestas muchas de estas formas de trabajo (“feminizadas”)
tras fuertes reestructuraciones locales y globales, son especialmente asignadas a mujeres subalternas,
se corresponden con la extensión tendencial de bajo la tramitación, mantenimiento y formación
características del trabajo tanto asalariado como en labores que implican cualidades consideradas
no asalariado, históricamente asignado a las mu- “femeninas”, y que habitualmente no han sido re-
jeres, al trabajo en sentido genérico (Malo, 2001). conocidas ni valoradas dentro del mercado laboral.
Diversos autores han agrupado las particularidades Las mujeres trabajadoras que realizan estas
de esta feminización, en dos categorías: 1) En tér- tareas suelen ser subjetivadas bajo premisas que
minos de condiciones, se ha señalado el carácter desvalorizan su labor, lo cual facilita su baja retri-
informal –no reconocido–, la indeterminación y bución, generando a la vez una necesidad de as-
falta de límites de los tiempos y espacios de traba- censo social a partir de la búsqueda y “formación”
jo y de no trabajo, etc. Elementos todos ellos que para otros trabajos. Señalaremos como ejemplos,
han estado históricamente asociados en diverso los trabajos domésticos y de cuidado, que en mu-
grado a los trabajos desarrollados por mujeres en chos lugares se asignan a las mujeres campesinas
el ámbito doméstico, y también en las economías o inmigrantes y las labores de trabajo dentro de
informales y/o sumergidas, en los niveles más bajos maquilas textiles o de producción de flor cortada,
del mercado laboral. 2) En términos de sus carac- que se continúan formulando desde requerimientos
terísticas, se señalan las cualidades “femeninas” de “delicadeza”, “habilidad manual”, “flexibilidad
que se incorporan como deseables para muchos de en el manejo del tiempo” y “responsabilidad por la
estos empleos; es el caso de la capacidad de ges- tarea”, adscritas también al trabajo de estas mu-
tionar simultáneamente distintas tareas, tiempos jeres. Proponemos, entonces, que la feminización
y espacios; la habilidad de improvisación y adap- del trabajo también debe ser pensada, desde la
tación; la extensión de los modelos organizativos articulación de dispositivos de género y raza. Así
basados en el equipo y no en el trabajo individual y antes de cerrar nuestra discusión, nos detendre-

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mos en dos fenómenos –que hoy constituyen dos mujeres del tercer mundo, a partir de las propuestas
campos de exploración teórica–, donde el análisis desarrollistas en sus desplazamientos y mutaciones
de las formas de gubernamentalidad en el trabajo en el mundo contemporáneo, podemos mencio-
que operan sobre las mujeres trabajadoras subalter- nar, entre otros, los trabajos de Aradhna Sharma
nizadas, resultan centrales. Con estas discusiones (2006), quien utiliza la analítica foucaultiana para
visibilizaremos la intersección de dispositivos de investigar la emergencia de nuevos mecanismos de
género y raza, al interior de ciertas formas contem- autorregulación ligados al concepto de “empodera-
poráneas de gobierno del trabajo femenino. miento”, en los programas utilizados en la India para
guiar y formar a las mujeres trabajadoras, señalando
El trabajo para “el desarrollo” de las continuidades del discurso del desarrollo con sus
las mujeres del tercer mundo diversas reconfiguracíones en las prácticas neolibe-
rales contemporáneas.
La estrategia de Mujer y Desarrollo (MYD) puede En el mismo sentido y dentro del contexto la-
someterse al mismo tipo de análisis que aplicamos tinoamericano, Sian Lazar (2009) ha explorado
al discurso del desarrollo en su conjunto. En otras las acciones de diferentes ONG que trabajan con
palabras, la práctica de MYD se caracteriza por mujeres en El Alto (Bolivia), mostrando cómo los
procesos de formación discursiva, profesionalización programas de microcréditos de estas organizacio-
e institucionalización. También produce efectos nes, operan dentro de una lógica empresarial y una
instrumentales que afectan la vida de las mujeres racionalidad de economía de mercado, combinada
que son objeto de las intervenciones, y de quienes con la idea de la construcción de capacidades labo-
planifican estos programas. rales a partir lógicas desarrollistas, y puntualizando
(Arturo Escobar, La invención del tercer mundo) el tipo de mujer que muchas de estas agencias bus-
can crear en Bolivia: emprendedora, “empoderada”
Bajo la propuesta desarrollista que incluye la fábula y que asume responsabilidades sobre sí misma y
de los tres mundos (Escobar, 1995), diversas po- sobre su familia. Finalmente, el trabajo de Eliza-
blaciones del planeta han sido conducidas a partir beth Tzul Tzul (2010) ha utilizado el concepto de
de imperativos de industrialización y crecimiento gubernamentalidad para estudiar el desarrollo de
económico, correspondientes a diseños globales que la economía de la posguerra en Centroamérica,
operan desde los centros del sistema-mundo. Las mostrando las intervenciones que se realizan sobre
mujeres del llamado tercer mundo han sido uno de las mujeres de los contextos rurales guatemaltecos,
los sujetos más intervenidos desde políticas y pla- a través de procesos de conversión al protestan-
nes de gobierno que buscan su inserción dentro de tismo y de técnicas de gobierno que propenden
formas hegemónicas de economía (Escobar, 1995; por la generación de un ethos empresarial, ligado
Nash, 2006). A pesar del señalamiento que hacen a nociones de liberalización y “empoderamiento”
diversos autores sobre el debilitamiento del discur- que propenden por un modelo particular de mujer
so del desarrollo, con los estudios que reseñamos occidentalizada.
a continuación, verificamos más bien, una muta- Es claro que en muchos de estos contextos, es-
ción y transformación del discurso desarrollista tos procesos se desarrollan con la colaboración de
hacia lógicas de “desarrollo sostenible”, “desarrollo funcionarias europeas y norteamericanas (Federici,
participativo” y/o “autodesarrollo”, que apelan a 2013), o nativas pero occidentalizadas. Explorando
conceptos como los de empoderamiento, autoges- este hecho, bajo la revisión y estudio del movimien-
tión y emprendimiento, claramente vinculados a to Women in Development, los trabajos ya clási-
componentes necesarios, dentro de las formas de cos de Adele Mueller (1986, 1991) han discutido
gobierno neoliberales. ampliamente el surgimiento de la burocracia de
Dentro de los estudios que se ocupan de ex- mujeres vinculadas a las élites económicas mun-
plorar las formas del gobierno en el trabajo de las diales, que a partir de las agendas de los países del

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G ubernamentalidad , dispositivos de género , raza y trabajo

centro del sistema se han dedicado a las tareas del de obra “metropolitana” (Federici, 2013). En este
“desarrollo” y “cuidado” de las mujeres (“subdesa- sentido, Saskia Sassen (2003) ha señalado la pre-
rrolladas”) del llamado tercer mundo. sencia creciente de mujeres en circuitos laborales
Esto permite plantear que en diversos espacios transfronterizos, que pueden tener características
han sido las propias mujeres con un nivel de je- diversas, pero que guardan en común el hecho de
rarquización diferente al de las trabajadoras más ser tremendamente rentables, a partir del trabajo
subordinadas, las que han ejecutado intervencio- de quienes están en situaciones de más vulnerabi-
nes sobre su conducta, siendo ellas mismas subje- lidad. Exportaciones organizadas de mujeres como
tivadas como instrumentos de una feminización cuidadoras, enfermeras y servicio doméstico hacen
y racialización, bajo la premisa de formar con sus parte de este fenómeno.
acciones una mujer más civilizada/desarrollada, lo Con la cita inicial que traemos en este aparta-
que reproduce y mantiene binarismos cruzados de do, Mary Nash (2006) puntualiza, precisamente,
género, raza y clase, en los espacios laborales (Mue- elementos de la producción discursiva que articula
ller, 1986; Vargas-Monroy, 2011), estableciendo or- el dispositivo de género con la operacionalización
denamientos que, como Tapalde-Mohanty (2003) del trabajo de las mujeres inmigrantes en el espacio
plantea, reproducen construcciones ideológicas. europeo. El discurso que destaca la aptitud de las
Una tensión entre la victimización y la idealización/ mujeres inmigrantes para la domesticidad y el cui-
exotización, de esta mujer trabajadora “otherizada”, dado, es así, un instrumento particularmente eficaz
en una búsqueda por su “normalización”, a partir en la adjudicación de un nicho de trabajo limitado
de parámetros occidentales, puede ser señalada en al servicio doméstico, o al cuidado de los niños o
la base de muchas de estas intervenciones y formas personas mayores, que permite asignaciones y regu-
de gobierno. laciones especificas sobre el trabajo de las mujeres
inmigrantes (Nash, 2006).
El gobierno y la producción de Así, para las estudiosas feministas, los concep-
la trabajadora inmigrante tos de trabajo afectivo o de cuidado puede pro-
porcionar, entre otras cosas, una herramienta de
Del mismo modo que hace un siglo la identidad análisis útil para la exploración de nuevas vías de
femenina estaba identificada con atributos como la explotación laboral (Federici, 2013), permitiendo
afectividad, la sensibilidad, la afección y dedicación a explorar las formas de gobierno que operan sobre
los otros, actualmente proyectamos sobre las mujeres muchas de estas mujeres trabajadoras. Diversos
de ciertas comunidades como las ecuatorianas o las estudios pueden ser señalados en la indagación
peruanas, atributos como afectividad, afección, amor de este hecho. Desde una perspectiva etnográfi-
servicial y capacidad de cuidado, lo que les otorga un ca, Kesha Fikes (2008) ha estudiado las agendas
perfil hipotéticamente “natural” que las transforma de trabajo que tienen las mujeres inmigrantes
en personas aptas para realizar tareas de cuidado y africanas en Lisboa, para señalar las configura-
servicios de proximidad. ciones generizadas que las asignan a labores de
(Mary Nash, Identidades de género, subalternidad y servicio doméstico o de cuidado, reproduciendo
procesos de emancipación femenina) estereotipos que existen sobre sus comunidades.
En el mismo sentido, Renuka Sooknanan (2000)
Parece claro que la globalización económica ha estudia los programas que monitorizan el trabajo
causado una enorme crisis social dentro de las de las inmigrantes en diferentes ciudades cana-
poblaciones de África, Asia y Latinoamérica; po- dienses, mostrando los procesos de burocrati-
demos afirmar que sobre esta crisis se asienta una zacíon y supervisión que enmarcan y vigilan su
división internacional del trabajo que hoy en día actividad laboral y el nexo entre estos procesos y
tiene como objeto principal a las mujeres de estas las intervenciones que el Estado realiza sobre sus
regiones, en beneficio de la reproducción de la mano comunidades.

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Finalmente, señalaremos los trabajos de Mari- studies, ha tenido un sesgo euro y androcéntrico,
sela Montenegro, Catherine Galaz, Laura Yufra y que no permite visibilizar, reconocer y comprender
Karla Montenegro (2009) quienes han estudiado la producción de la nueva sujeto del trabajo que las
las prácticas de educación e inclusión laboral eje- formas del gobierno contemporáneo ha situado en
cutadas en los servicios de inserción que atienden el centro y construido como objeto primordial de
a las mujeres inmigradas en diferentes ciudades sus dispositivos.
españolas, mostrando cómo en muchas de estas Zanjando esta problemática, retomamos apor-
intervenciones se reproducen dispositivos de género tes del feminismo y el feminismo poscolonial que
y raza, que permiten ubicar a estas mujeres en tra- han complejizado la lectura que desde muchas de
bajos domésticos y de cuidados, que muchas veces las aproximaciones de cuño foucaultiano se han
las mujeres españolas han dejado atrás para ocupar ocupado de las formas de gobierno en el mundo
el espacio público. contemporáneo. En concreto, desde estas discu-
Estos estudios hacen evidente que en los discur- siones, se ha abierto la posibilidad de pensar el
sos y prácticas de los servicios de atención a mujeres género como un dispositivo de poder que opera en
inmigrantes, el proceso de inserción sociolaboral conjunción con otros dispositivos, entre los cuales
se produce con base en formas de diferenciación el dispositivo de racialización resulta central a la
y subjetivación ante un sujeto inmigrante “inade- hora de pensar algunas de las formas de guberna-
cuado” que debe ser “moldeado”, según las exigen- mentalidad en el mundo globalizado.
cias tanto de un mercado laboral muy competitivo Con esta premisa de por medio, nos hemos ocu-
como de un sistema legal restrictivo que regula las pado de delinear dos campos de exploración que
posibilidades de inserción al mercado del trabajo. consideramos pertinentes para comprender fenó-
Desde un mecanismo que recuerda elementos de menos de feminización del trabajo en los espacios
la colonialidad del poder, muchas de las mujeres laborales contemporáneos. Hemos argumentado,
intervenidas en este proceso son construidas como entonces, que tanto la búsqueda del “desarrollo”
“necesitadas” de la intervención y, paradójicamente, de las mujeres trabajadoras de los países del lla-
de una formación en las maneras de ejecutar “co- mado tercer mundo como el gobierno de aquellas
rrectamente” las labores domésticas y de cuidado a que son inmigrantes desde estos países, a países
las que son naturalmente asignadas (Montenegro, del centro del sistema, rearticulan la diferencia
Galaz, Yufra & Montenegro, 2011). colonial desde formas de gubernamentalidad que
actúan precisamente con base en una “otherizacion”
Conclusión y subalternización, reproduciendo de diferentes ma-
neras la búsqueda por “civilizar/incluir” a un sujeto
Durante los últimos años, tanto los estudios de las que se construye como símbolo de la alteridad, y
organizaciones y el trabajo como los estudios femi- que suele ser considerado como débil y carente de
nistas y poscoloniales han señalado con insistencia conocimientos.
la necesidad de que las exploraciones sobre las for- Las preguntas y exploraciones de las formas de
mas contemporáneas del trabajo se realicen a partir gubernamentalidad que operan sobre las mujeres
de definiciones acordes a los contextos y sujetos trabajadoras “otherizadas”, pertenecientes a las peri-
particulares a los que se refieren (Ibarra Colado, ferias del sistema-mundo, generan así un campo de
2006a, 2006b; Pulido, 2013; Suárez Navaz, 2008). exploración que permite profundizar las discusiones
El concepto de gubernamentalidad, en su particular que, desde una mirada euro y androcéntrica, se han
desarrollo al interior de los estudios de las orga- hecho sobre el problema del gobierno de los sujetos
nizaciones y el trabajo, ofrece claras posibilidades trabajadores. Por último, desde ellas se posibilita
para llevar a cabo este objetivo. En este artículo una exploración crítica y más radicalmente objetiva
hemos argumentado, sin embargo, que buena parte de las jerarquizaciones que el capitalismo contem-
de la literatura desarrollada en los govermentality poráneo ejecuta, en conexión con ordenamientos

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