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Hitler junto a los demás acusados por el Putsch de Múnich durante su juicio.
En enero de 1923, luego de que el gobierno alemán se retrasase en el pago de las
reparaciones de guerra a Francia, esta nación procedió a ocupar la región
industrial del Ruhr, devastando la economía germana. El gobierno llamó entonces a
la resistencia no violenta contra Francia, pero en septiembre era obvio que esta
estrategia no estaba generando resultados. El 26 de septiembre, el canciller alemán
Gustav Stresemann decidió reiniciar los pagos a Francia, y cancelar la estrategia
de resistencia. Stresemann previó que los nacionalistas y los comunistas iniciarían
toda clase de protestas y disturbios ante estas impopulares medidas, por lo que
declaró el estado de emergencia ese mismo día.62 De esta manera, el comandante del
Ejército, el general Hans von Seeckt, se convirtió en la principal autoridad de la
República.62 Hitler vio este período de inestabilidad política como la oportunidad
para realizar su propia versión de la marcha sobre Roma.60
Hitler saludando a las tumbas de los dieciséis nazis que murieron durante el golpe
de 1923.
Hitler se escondió en la casa de Ernst Hanfstaengl, donde redactó su primer
testamento político en el que designaba como su sucesor al frente del NSDAP a
Alfred Rosenberg y nombraba vicepresidente a Max Amann, pero carecen de fundamento
versiones posteriores de los hechos que afirman que intentó suicidarse.67 Fue
arrestado la noche del 11 de noviembre,66 acusado de alta traición y Rosenberg se
convirtió temporalmente en el líder del partido. Según Joachim Fest, esta
subversión fracasada marcó uno de los grandes hitos en la vida de Hitler, pues con
ella habría finalizado su aprendizaje y se habría dado paso a su verdadera entrada
en la política.68
Mein Kampf
Artículo principal: Mein Kampf
A través de sus 782 páginas, Hitler detalló los pasos que un futuro Estado alemán
nacionalsocialista debía seguir para finalmente convertirse en el «amo del
mundo».75 Primero aboga por la conclusión definitiva de la hostilidad franco-
germana, que se lograría con la destrucción de Francia.75 Una vez conseguido esto,
Alemania finalmente se encontraría en libertad de expandirse, con el objetivo de
conseguir el llamado «espacio vital alemán». Hitler concluye que el Tercer Reich no
debe buscar colonias en Asia o África, sino que debe expandirse hacia el este, a
expensas de Rusia.75 Aunque reconoce que diversos pueblos ya habitan en Europa
oriental, asegura que el pueblo alemán tiene el derecho de desalojar a sus
ocupantes:
...la naturaleza no ha reservado esta tierra para la futura posesión de una nación
o raza en particular; por el contrario, esta tierra existe para el pueblo que posea
la fuerza de tomarla.75
Acerca de la expansión alemana hacia el este.
Hitler considera que la conquista de Rusia será relativamente fácil, ya que los
bolcheviques la controlan, y por lo tanto los judíos.76
En cuanto a la política interior del Tercer Reich, Hitler claramente define que el
sistema de gobierno será una dictadura:75 Además, el Estado tendrá muy poco que ver
con la economía, ya que en realidad será un «organismo racial».76 Después de
establecer que la raza aria es superior sobre el resto, asegura que la misma debe
subyugar a las demás para poder «preservar e incrementar la cultura».77 Concluye
que los alemanes se encuentran en el estado actual debido a que no preservaron su
raza pura, y «gradualmente perdieron su creatividad cultural».77 Después de
escribir esto, no es sorprendente que determine que el principal propósito del
Estado nazi sea:
Mein Kampf no solo sirvió para la exposición de las ideas de Hitler, también le
proporcionó su principal fuente de ingresos.79 Aunque el libro se publicó en dos
volúmenes entre los años de 1925 y 1926, solamente vendió alrededor de 240 000
ejemplares entre 1925 y 1934, aunque en los primeros años las ventas fueron bajas.
Hitler pasó esos años esquivando los impuestos aplicables sobre los derechos de
autor de su libro, y acumuló una deuda tributaria de cerca de 405 500 marcos. Esta
deuda lo perseguiría hasta que se convirtió en canciller.
Aunque muchos de sus colegas creían que estaba acabado, Hitler salió de prisión con
una visión mesiánica de su papel en la historia, y aseguró que los buenos tiempos
de la República no durarían.8281 A los pocos días solicitó una entrevista con
Heinrich Held, primer ministro bávaro, y luego de realizar promesas de buena
conducta, consiguió que legalizase el Partido Nazi de nuevo. Al periódico nazi
Voelkischer Beobachter también se le permitió circular de nuevo. Creyendo en las
promesas de Hitler, Held le dijo a su ministro de Justicia:
La bestia salvaje está controlada. Podemos permitirnos aflojar la cadena.83
Dr. Heinrich Held sobre Hitler.
Aunque Hitler seguía siendo un autoritario, sus promesas de apegarse a la
Constitución eran parcialmente ciertas. Sin embargo, el futuro dictador no había
cambiado su ideología, sino su estrategia. Habiendo fracasado en derrocar a la
República con un golpe de Estado, ahora perseguía la «estrategia de la legalidad»;
esto significaba adherirse a las normas de la Constitución de Weimar para poder
ascender al poder legalmente. Algunos miembros del partido, sobre todo los jefes de
los «camisas pardas», se opusieron a esta estrategia. Röhm la llegó a ridiculizar,
apodando a Hitler «Adolphe Legalité». De esta manera, Hitler ahora se apoyaría en
la democracia y las elecciones para acceder al poder, y luego las destruiría:
Ascenso al poder
Artículo principal: Ascenso al poder de Adolf Hitler
El ascenso durante la Depresión
...el «cabo bohemio» era un curioso personaje que podría llegar a ser un Ministro
de Correos, pero ciertamente no un Canciller.97
Hindenburg sobre Hitler.
El 7 de enero de 1932, Brüning se reunió de nuevo con Hitler, e intentó persuadirlo
de que aprobase la postergación de las elecciones presidenciales de 1932.98 El
anciano Hindenburg no quería postularse a la reelección, y todo parecía indicar que
Hitler se convertiría en presidente ante la carencia de otros candidatos de peso;
si Hitler aceptaba la postergación de las elecciones hasta la muerte natural de
Hindenburg, el canciller Brüning luego solicitaría el restablecimiento de la
monarquía alemana, aunque bajo un sistema de gobierno similar al británico.99
Hitler se dio cuenta de que esta medida no lo beneficiaría, y después de realizar
una serie de demandas que fueron rechazadas de inmediato por Hindenburg, rehusó
apoyar el plan de Brüning. De esta manera, Hindenburg fue forzado a aspirar a un
segundo período para evitar un triunfo hitleriano.
En este punto era claro que aún antes del ascenso de los nazis al poder, el poder
ya no residía en el pueblo ni el Parlamento democráticamente electo, sino en el
presidente Hindenburg, quien era muy anciano y propenso a ser manipulado por la
camarilla que lo rodeaba.102 Esto era obvio para Hitler, y por eso, cuando Papen se
le acercó unos días después de haber salido de la Cancillería, decidió hacer un
trato con él, ya que el excanciller todavía contaba con la confianza del
presidente. Esta alianza llegó en el momento oportuno para Hitler, ya que el
Partido Nazi se encontraba en quiebra, y los seguidores más radicales estaban
abandonando las filas para ingresar al Partido Comunista. Para complicar la
situación, Schleicher había puesto en marcha su plan de dividir a los nazis,
ofreciendo la Vicecancillería a Strasser, y aunque este no había aceptado, sí tuvo
una calurosa discusión con Hitler, después de la cual renunció a todos sus cargos y
envió su versión de la historia a los periódicos, amenazando acabar con el Partido.
Esta era la amenaza más grave contra el movimiento nazi desde 1925, y Hitler
amenazó con suicidarse:
Si el partido llegara a caerse a pedazos, le pondré fin a todo en tres minutos con
un disparo.
Sobre la amenaza de Strasser.
Strasser tenía control sobre una parte importante de la estructura nazi, pero en el
momento crítico decidió viajar a Italia a tomar unas vacaciones, con la esperanza
de que Hitler lo llamase de regreso. El futuro dictador no solo no lo llamó, sino
que aprovechó su ausencia para destituir a todos sus simpatizantes de los cargos de
importancia en el partido, y en su lugar nombró a partidarios más fieles. Luego,
convocó a todos los líderes nazis a Berlín, donde les tomó un juramento de
fidelidad personal. Cuatro días después de la partida de Strasser, Hitler había
tomado finalmente el control de toda la estructura política del partido.
Hitler en la Cancillería del Reich, el 30 de enero de 1933.
El 4 de enero de 1933, Hitler se reunió con Papen, donde acordaron formar una
coalición en caso de que el último lograse convencer a Hindenburg de nombrar
canciller al líder nacionalsocialista. El 22 de enero, Hitler tuvo otra reunión con
Otto Meissner y con Oskar von Hindenburg, Secretario e hijo del presidente
respectivamente, consiguiendo su apoyo. El 28 de enero, después de pasar varios
días intentando conseguir apoyo de cualquier fuerza política sin éxito, el
canciller Schleicher presentó su renuncia ante Hindenburg. El anciano presidente de
inmediato buscó el consejo de Papen, quien le aseguró que podría formar un gobierno
con Hitler, donde los nazis serían minoría y estarían bajo control.
Establecimiento de la dictadura
No contento con contar con muchos recursos para hacer campaña, Hitler empezó a
colocar trabas a los partidos de oposición. A través de decretos presidenciales,
impuso restricciones a los mítines políticos y restricciones a la prensa.110
Además, consolidó la autoridad de un gobierno paralelo regional en Prusia, y colocó
a Göring al mando de la policía estatal. Al poco tiempo, la policía prusiana con la
ayuda de las «camisas pardas» empezó a disolver las concentraciones opositoras;
solo los opositores más ilusos acudían a la policía cuando eran hostigados por los
nazis.111 Muy pronto, otros siete gobiernos regionales de estados más pequeños
fueron usurpados por los nazis, que establecieron autoridades paralelas.112