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MACJ Teorías de las RRLL

Tema 1: Fundamentos teóricos y orígenes de las relaciones laborales

Fundamentos Teóricos de las relaciones laborales

El objeto de las relaciones laborales son las relaciones del trabajo asalariado. La sociología analiza
estas relaciones desde 3 perspectivas complementarias: el punto de vista estructural, el punto de
vista actorial y la perspectiva de las practicas.

Podemos distinguir 3 modos diferentes de normalización social: uno es la legislación y la


intervención estatal, otro trata sobre acuerdos negociados colectivamente. La negociación colectiva
descansa sobre definiciones estatutarias de representatividad, derechos de organizaciones y acciones
colectivas. Al contrario, la regulación legal suele tener unos efectos limitados a menos que este
incluida dentro de un cierto grado de internalización por parte de los actores ya que su aplicación
siempre se negocia. Una tercera fuente son las normas creencias y valores presentes en la sociedad,
no están impuestas por ley ni por negociación colectiva, sino que suelen ser un terreno de lucha
ideológica.

Definición de RRLL: las relaciones laborales son el conjunto de normas (legales, formales e
informales) que regulan el empleo y el trabajo; los diversos métodos a través de los cuales se
establecen e interpretan, se aplican o modifican tales normas; el conjunto de actores que interactuan
en tales relaciones para elaborar las normas y elegir y aceptar los métodos; y los procesos sociales
en que se relacionan los actores que se dan diversos grados de cooperación y conflictividad, de
convergencia y antagonismo.

Elementos constitutivos de las RRLL

El carácter de las normas reguladoras de la relación laboral tiene 2 vertientes: un carácter jurídico
que le preocupa a los juristas, y un carácter social que le preocupa a los sociólogos.

El análisis sociológico de las normas reguladoras se centra en la construcción y consecuencias


sociales y la capacidad real de regular las interacciones sociales.

Las normas se aplican a las interacciones sociales del ámbito laboral por que las RRLL trascienden
la relación económica y contienen diferentes formas de regulación social. Ademas las RRLL
regulan los mercados laborales. Estos no pueden tratarse como mercados normales porque la mano
de obra no es una mercancía cualquiera. Esta interrelación entre lo social y lo económico esta
presente en todos los regímenes de las RRLL, aunque varia de forma sustancial según el tiempo y el
espacio. Existen 4 tipos de normas de regulación social:
• la legislación y otras formas de intervención del Estado
• las normas que emanan de la negociación autónoma entre actores legitimados
• las normas que proceden de la concertación social entre sindicatos, patronal y Estado
• las normas de carácter informal que se apoyan en valores y creencias de una sociedad.

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Los sistemas de RRLL se construyen y funcionan a partir de:


• El conjunto de normas básicas
• la identificación y legitimación a los actores
• la definición de los procedimientos de interacción por los que se crean normas sustantivas y
procedimentales

Las RRLL implican una interacción entre normas sustantivas y procedimentales. Las sustantivas
son las normas básicas de la relación de empleo y dan lugar a una regulación normalizada y
universal. Las normas de procedimiento identifican a los actores y los métodos de interacción. Las
normas que proceden de la negociación colectiva tienen un alcance mas limitado.

Cada país conforma un sistema de RRLL propio y especifico, pero al margen de sus diferencias los
sistemas nacionales de RRLL comparten unos riesgos comunes:
• se ha aceptado que el mercado laboral debe de ser regulado socialmente
• se ha aceptado que la negociación colectiva es la practica mas deseable para darle voz a las
partes
• se ha aceptado que los sindicatos y la patronal son instituciones legitimas con carácter
público

Contexto de consolidación de los sistemas de RRLL

Los países industrializados de mediados de siglo XX están dominados por un capitalismo


organizado. Las políticas keynesianas propician la intervención del Estado en la economía y debido
a eso se crea un marco de economía de mercado social caracterizado por las condiciones macro-
económicas de pleno empleo, las condiciones sociolaborales sustentadas en soportes legales, una
seguridad relativa de los puestos de trabajo (sobre todo masculino y en grandes fábricas) y una
amplia demanda de productos que va en expansión (sistema fordista). Debido a esto el capitalismo
organizado alcanza su punto álgido entre los 60 y los 70.

En este punto los sindicatos pasan a convertirse en actores centrales y elementos distintivos en los
sistemas de regulación del empleo. Abandonan sus estrategias de hostilidad y se convierten en
elementos funcionales al desarrollo de las economías nacionales, mientras mantienen una constante
lucha institucionalizada para lograr mejoras en las condiciones laborales.

A partir de la década de los 80 se producen grandes cambios en las RRLL. Debido a la


globalización, la economía se internacionaliza y se produce una reestruccturación competitiva e
intensificada de las economías nacionales. La mercantilización del sistema produce un
debilitamiento de la capacidad reguladora de los los estados y de los actores colectivos (sobre todo
sindicatos). Ese mismo neoliberalismo hace que las políticas estatales se centren en la desregulación
de la normativa laboral y los mecanismos de negociación colectiva y el recorte del Estado de
Bienestar y los demás derechos inherentes a las RRLL. Las políticas empresariales rápidamente
pasan a orientarse hacia la descentralización y externalización de la producción y se produce una
individualización de la RRLL, donde se presentaba al trabajo como una simple asalarización
individual sin contenido político que dependía de los avatares del mercado y la negociación
colectiva es vista como un conflicto y queda relegada a algo excepcional y contrapuesto a los
intereses del mercado. En resumen, es un contexto marcado por la incertidumbre creciente entre los
actores (fundamentalmente los trabajadores) y la radical transformación del mundo laboral, que
hace necesaria una reconceptualización de las RRLL.

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Origen histórico de las RRLL

Las RRLL surgen como respuesta a la cuestión social histórica del siglo XIX. Son una respuesta a
las relaciones de trabajo regidas por la lógica de mercado.

La cuestión social es la situación de desintegración de una sociedad que crea entre la población una
profunda inquietud ante la incapacidad de esa sociedad para abordar la situación y generar
relaciones de interdependencia y cohesión social. La población muestra un rechazo y una
deslegitimación moral hacia el sistema político y social y se plantea la necesidad llevar a cabo
cambios que aborden dicha situación.

La cuestión social histórica del siglo XIX se crea por las especificas condiciones de trabajo y de
vida de una parte importante de la población que generaba su desintegración social. El orden social
del antiguo régimen (S.XVI a XVIII) estaba en decadencia y la escasez de las fuentes de sustento y
la industrialización de las ciudades donde cada vez se necesitaba mas mano de obra produjo una
migración del campo a la ciudad. En las ciudades industrializadas europeas, cada vez más pobres y
mas masificadas, existía una situación de fuerte conflictividad e inseguridad y se dependía del
trabajo asalariado para sobrevivir. El mayor problema político-social era la misma falta de cohesión
social. Se pone en cuestión la legitimidad del orden político tradicional para abordar la situación al
tiempo que se reclama un cambio y la llegada de un nuevo orden.

La Revolución Francesa (1789) representa el cambio del orden social tradicional al liberal
capitalista. Los principios políticos que sustentan el Liberalismo son: el individualismo, el
igualitarismo y la propiedad privada. El trabajo es propiedad privada y por tanto se puede vender y
comprar. El liberalismo esta regido por la no intervención del Estado en la regulación de la
economía ni en las relaciones de trabajo, la mano invisible de que hablaba Adam Smith que
autorregulaba el mercado siguiendo los principios de la oferta y la demanda.

El liberalismo nace con la pretensión de cohesionar a la sociedad y abordar la cuestión social de


final del XVIII. Se considera al trabajo como el elemento central que cohesionara a la nueva
sociedad. El trabajo es visto como un deber social (contrato social de Rousseau), es fuente de toda
propiedad y fundamento del orden político (Locke). La riqueza de las naciones procede del trabajo
productivo (Adam Smith). De esta manera, el trabajo, que antes ocupaba un lugar marginal, pasa a
considerarse la categoría central de la sociedad, pero no cualquier trabajo, solo el asalariado.

Pero en la realidad, la lógica de mercado que proponía el liberalismo no abordo la cuestión social ni
cohesiono la sociedad, ni situaba a los trabajadores en el centro de la sociedad. La pobreza persistía
o aumentaba si cabe, se produjo una desintegración en los trabajadores y una fuerte conflictividad
social. Había surgido una nueva cuestión social, el movimiento obrero organizado. Dicho
movimiento obrero organizado reivindicaba el derecho a una existencia propia y digna, que había
sido arrebatada por el liberalismo.

El liberalismo termino provocando el mayor rechazo social de la historia por 2 argumentos


(C.Prieto). El primero era de carácter teórico. La mercantilización del trabajo. Considerar la fuerza
de trabajo como mercancía sujeta a la lógica de mercado conducía a la destrucción de la sociedad.
La fuerza de trabajo no puede ser utilizada, inutilizada (paro) y zarandeada sin que afecte a las
personas que lo portan. Al disponer de la fuerza de trabajo del hombre, el mercado dispone de

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entidad física y moral humana y eso provocaba rechazo social.

El segundo argumento era de carácter histórico. Las clases privilegiadas (burgueses, capitalistas y
dirigentes) no habían reconocido en la practica la centralidad del trabajo y menos aun de los
trabajadores. Los trabajadores si que habían asumido que constituían la clase productora de la
riqueza social y sobre esa idea construyeron su identidad colectiva. Esa identidad fue construida a
partir de los fundamentos ideológicos que ofrecían los pensadores socialistas (sobre todo Marx).
Reclamaban el derecho al trabajo digno y al reconocimiento de sus intereses colectivos y en base a
eso crearon el movimiento obrero y sindical.

A final del siglo XIX la cuestión social obrera y organizada, se convierte en una cuestión política.
Con la gente tan exaltada o se reforma el sistema o existe el peligro a una revolución, por lo que se
opta por la reforma. Se revisan las instituciones políticas, sociales y jurídicas liberales, ademas, se
rompe con uno de los principios liberales de la economía de mercado: el de la no intervención del
Estado en la regulación de la economía. El Estado pasa a regular las condiciones de trabajo y de
vida de los trabajadores y se inicia una desmercantilización de la fuerza de trabajo. Este proceso de
regulación consta de 3 etapas: la regulación de las condiciones de trabajo en si mismas, la
regulación del trabajo en forma de empleo y la regulación de los sindicatos.

1º Etapa: Regulación de las condiciones de trabajo en si mismas

Con el fin de romper con la política de no-intervención del antiguo régimen, el Estado se vio
obligado a intervenir para mejorar las condiciones de los trabajadores. En su primera fase se
procedieron a regular todas las condiciones que tuvieran que ver con el puesto de trabajo: la
duración, el salario, la seguridad del trabajador, la higiene, su iluminación, etc.
Desde este momento estas condiciones dejaron de ser competencia exclusiva de acuerdos de
mercado o del propio empleador para pasar a ser competencia exclusiva del Estado, que dejaba atrás
la política de no intervención y se implicaba para otorgarle al trabajador un reconocimiento y
dignidad y protegerlo del abuso que sufría hasta este momento.

2º Etapa: Regulación del trabajo en forma de empleo

Esta regulación tiene como finalidad proteger el modo y las condiciones de vida de los trabajadores
y sus relaciones con el trabajo. Ademas se regulo la entrada de nuevos derechos que se tradujeron
en prestaciones que el Estado pasaba a otorgar a todos los ciudadanos y que fueron el paso del
Estado Social al Estado del Bienestar. Estas prestaciones suponían una protección para el trabajador
en situaciones de desempleo, incapacidad, jubilación, etc. Esta regulación hizo el el empleo cobrara
una nueva dimensión ya que sin regulación no existía empleo como tal. Es aquí donde el trabajo
adquiere un nuevo significado gracias a esta regulación y el antiguo concepto de trabajo (sin
regulación) se convierte en empleo (regulado).

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3º Etapa: Regulación de los sindicatos

La ultima fase comenzó después de la segunda guerra mundial. El movimiento obrero organizado
estaba en pleno apogeo y era necesaria una regulación para el colectivo sindical, que regulara el
establecimiento de los sindicatos y su forma de actuar. Gracias a esto el sindicalismo adquirió un
papel público y político relevante y paso a estar regulado por normas de carácter público en vez de
normas de naturaleza privada como si fuera una empresa u organización civil, y los sindicatos
pasaron a convertirse en los interlocutores entre los empleadores y los trabajadores, sus
representantes y defensores de sus derechos. Al consolidarse esta ultima etapa se cierra, no
definitivamente, la cuestión social referida a la regulación en el ámbito laboral al mismo tiempo que
se termina por instaurarse un nuevo orden social, político y económico cuyo pilar fundamental es
una ciudadanía trabajadora que reivindica su posición de trabajador y alcanza una dignidad de la
que carecía en regímenes anteriores.

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