Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Duhamel
Duhamel
NOTAS Y DISCUSIONES
RESUMEN. Este artículo explora una pregunta ABSTRACT. This paper explores a very pre-
muy precisa: ¿qué significa la propuesta, cise question: what does Machiavelli mean
expuesta por Maquiavelo en el penúltimo when he writes, in the chapter XXV of The
capítulo de El Príncipe, según la cual es pre- Prince, that it is preferable to behave im-
ferible ser impetuoso que respetuoso? A par- petuously rather than cautiously? Through
tir de un análisis riguroso de este capítulo, el an in-depth analysis of this chapter, the au-
autor cuestiona la validez de la interpreta- thor questions the validity of the prevailing
ción dominante según la cual mediante una interpretation, which holds that a virtuous
acción impetuosa, un individuo virtuoso individual can subjugate “fortuna” through
puede someter a la fortuna. La propuesta de an impetuous action. Machiavelli’s asser-
Maquiavelo se debe interpretar más bien tion should be construed as a bet on the cre-
como una apuesta hacia las virtualidades ative potentialities of action in a context of
creativas de la acción ante una situación de corruption in which fatalism and the desire
corrupción en la que el fatalismo y el deseo to be dominated tend to prevail. In this
de ser dominado tienden a prevalecer. En sense, the priority given to impetuosity is the
este sentido, la primacía dada a la impetuo- cornerstone of a provisional morality re-
sidad constituye la piedra angular de una quired for adverse times.
moral de carácter provisional requerida en
“tiempos adversos”. Key words: Machiavelli; impetuosity; virtue;
fortune; rhetoric; fatalism; corruption; pru-
Palabras clave: Maquiavelo; impetuosidad; dence.
virtud; fortuna; retórica; fatalismo; corrupción;
prudencia.
Jérémie Duhamel
“[…] non è mai alcuna cosa sì desperata, che viduo, sino su impetuosidad, la cual re-
non vi sia qualch via de poterne sperare […]” sulta de una mezcla original de elementos
(Maquiavelo, La Mandrágora) considerados tradicionalmente como vi-
cios o característicos de los animales
En este artículo me propongo explorar (como el furor o la ferocidad). ¿Qué quiere
una pregunta muy precisa: ¿qué significa entonces decir Maquiavelo cuando escribe
la propuesta, expuesta por Maquiavelo en sin precaución alguna que es conveniente
el penúltimo capítulo de El Príncipe, se- adoptar este modo de actuar? ¿Acaso sig-
gún la cual es preferible ser impetuoso nifica, como lo piensan muchos de sus in-
que respetuoso? Esta afirmación tiene un térpretes6, que al actuar de manera impe-
carácter paradójico que puede ser com- tuosa es posible someter a la fortuna y
probada a través de una lectura lineal y no que, por consiguiente, habría que descar-
tan profunda de este capítulo: después de tar la hipótesis inicial del propio Maquia-
escribir que “la fortuna es árbitro de la mi- velo según la cual el individuo es dueño
tad de nuestras acciones, más o menos”2, sólo de la mitad de su acción?
Maquiavelo concluye dicho capítulo afir- Esta línea interpretativa me parece
mando que “es mejor ser impetuoso que errónea. En primer lugar, cabe señalar que
respetuoso (respettivo), porque la fortuna la idea, sostenida por Maquiavelo, de que
es mujer, y es necesario, si se la quiere te- la impetuosidad permite resistir al yugo de
ner sometida, atracarla y golpearla”3. la fortuna no es un hápax: vuelve a apare-
Desde luego, podríamos buscar ate- cer a lo largo de su obra7. Pero podemos
nuar el carácter desconcertante de esta úl- decir lo mismo de la idea según la cual la
tima aserción, recordando que Maquia- fortuna siempre vuelve a aparecer, y que
velo no hace más que retomar un lugar lo hace de manera particularmente brutal
común, de origen romano4, del que se ha- cuando nos descuidamos de ella porque
cen eco muchos de sus contemporáneos5: creemos haberla sometido. ¿Cómo pode-
Audaces fortuna iuvat (la fortuna favo- mos explicar que estas dos propuestas
rece a los audaces). Sin embargo, la con- pueden cohabitar en un mismo capítulo,
tinuidad aparente entre Maquiavelo y los en un mismo libro y en una misma obra?
que han transmitido este topos es dema- Esta es la pregunta que me gustaría ex-
siado frágil para sostener cualquier es- plorar aquí. Es cierto que diversas estra-
fuerzo serio de interpretación en este sen- tegias exegéticas podrían permitirnos mi-
tido. Como suele hacerlo a lo largo de su tigar por lo menos esta tensión. No
obra, Maquiavelo no puede evitar ser, al obstante, ninguna me parece aceptable.
mismo tiempo, infiel a la tradición y sub- Desde mi punto de vista, en esta tensión
versivo cuando retoma algún concepto radica la especificidad del pensamiento
moldeado por sus antecesores. En efecto, de Maquiavelo. Y, en este sentido, el ver-
el Secretario florentino agrega un ele- dadero desafío consiste en tomar en cuenta
mento nuevo y sorprendente a los usos esta tensión de manera rigurosa y entender
tradicionales del lugar común: en El Prín- qué nos dice sobre su método, su pensa-
cipe, ya no enaltece la audacia de un indi- miento y, tal vez, su herencia.
Jérémie Duhamel
Jérémie Duhamel
Jérémie Duhamel
en una provincia, enseguida todos los que que consiste, según Maquiavelo, en salvar
están allí y son menos poderosos se le su- a los individuos de ellos mismos, o por lo
man, movidos por la envidia que le tienen menos de un estado que los incita a seguir
al poderoso que tienen por encima”31. Al siendo esclavos32.
evocar la posibilidad de una sumisión vo-
luntaria de los sujetos al invasor extranjero 3. Las virtualidades
(que resulta de la envidia del más débil de la impetuosidad
con respecto al más potente), Maquiavelo
parece haber tenido la intuición de un fe- La primacía dada a la impetuosidad anti-
nómeno complejo que La Boétie descri- cipa la perspectiva voluntarista del capí-
birá con claridad algunas décadas más tulo final de El Príncipe. La adopción de
tarde. Lo esencial es que este análisis, que tal modo de actuar constituye, tal como lo
tiene paralelismos sorprendentes con otros he venido sugiriendo a lo largo de este ar-
textos, esclarece el problema que este ar- tículo, una aplicación de la segunda regla
tículo busca elucidar. En efecto, es posible de prudencia que prescribe la adaptación
sostener que el problema subyacente a El a las circunstancias: la impetuosidad re-
Príncipe es el peligro de la servidumbre presenta para Maquiavelo el ingrediente
voluntaria que corren los contemporáneos principal de la terapia que se debe aplicar
de Maquiavelo. a una Italia corrupta y abatida. Ahora bien,
Lo que revela, en suma, el diagnostico ¿cómo se explica el hecho de que la im-
que propone Maquiavelo de su propia co- petuosidad pueda contribuir a la transfor-
yuntura es que el principe nuovo tiene mación de una situación de aflicción y de
como desafío suministrar una “forma” a derrotismo aparentemente implacable?
una “materia” que no está caracterizada Para entender mejor las expectativas de
por su pureza, su vacuidad o su indeter- Maquiavelo con respecto a la impetuosi-
minación, como piensa por ejemplo Al- dad, es preciso recordar su convicción más
thusser, sino por una serie de elementos de general acerca de los poderes específicos de
corrupción que amenazan con atizar y ge- la acción ofensiva en momentos de crisis.
neralizar el deseo de ser dominado. Si En efecto, encontramos numerosos frag-
Maquiavelo sugiere entonces que hay una mentos en su obra en los que aparece la idea
diferencia entre los grandes fundadores según la cual tomar la iniciativa de la acción
de la Antigüedad y el príncipe nuovo que puede tener efectos imprevistos. Maquia-
necesita Italia para liberarse de las poten- velo sugiere —en los Discursos sobre Tito
cias extranjeras, es porque este último Livio33, en las Historias florentinas34, así
tiene la misión de aportar una innovación como en una carta destinada a Vettori35—
en un contexto donde la “materia” a orde- que en los momentos en que sentimos estar
nar sufre una corrupción avanzada y pro- condenados a la desesperanza y en los cua-
funda. Ahora bien, lo que queda aún por les nos parece que no tenemos nada que per-
analizar es cómo la virtù de la impetuosi- der, intentar algo inusitado puede abrir nue-
dad es susceptible de contribuir a la supe- vos horizontes para la deliberación y nuevas
ración de un reto sumamente peligroso posibilidades de acción. Esta reflexión
arroja una luz indispensable sobre la oposi- revelar el carácter limitado, contingente y
ción entre impetuosidad y precaución plan- reversible del dominio de la fortuna. En
teada en el capitulo XXV de El Príncipe. otras palabras, la impetuosidad puede llevar
Como han señalado diferentes intérpretes de a los individuos a pensar que es posible te-
Maquiavelo, como Felix Gilbert, la “pre- ner otra relación con respecto al mal que pa-
caución” hace referencia a una actitud muy decen y, por lo tanto, que se puede esperar
difundida entre los gobernantes de la repu- algún cambio. A diferencia de la precaución,
blica florentina36. Y Maquiavelo no pierde la acción impetuosa puede abrir nuevas po-
una sola ocasión para denunciarla. A dife- sibilidades, tanto mentales como prácticas.
rencia de los “sabios de [su] tiempo” que es- Por ello, Maquiavelo sostiene que aunque
taban convencidos de que al actuar de ma- las posibilidades de ver aparecer la virtù
nera cauta se podía “gozar el beneficio del sean pocas, es mejor buscarlas que confor-
tiempo”37, Maquiavelo estima que la pasi- marse con el mal.
vidad, la temporización y la precaución son A lo largo de la obra de Maquiavelo en-
sinónimos de inacción, de irresolución y de contramos entonces lineamentos de una mo-
cobardía38, porque no hacen más que forta- ralidad para los “tiempos adversos”. Esta
lecer la aflicción ya presente. moralidad, de carácter provisional, aparece
En el capítulo XXV de El Príncipe, Ju- como alternativa a una situación de impo-
lio II aparece como un actor discrepante tencia nutrida por la ausencia de esperanza.
con respecto a estos sabios circunspectos. A Según Maquiavelo, existen dos opciones
la luz de otros fragmentos de su obra en los ante este tipo de situación: abandonarnos a
cuales el caso del Papa es discutido39, en- la fortuna o esperar un cambio de fortuna
tendemos que su naturaleza feroz e impe- mediante la acción. Encontramos huellas
tuosa neutralizó todos los obstáculos que generales de esta dualidad en el capítulo
podían frenar la acción –como el miedo, el XXV de El Príncipe, pero es en los Dis-
escrúpulo moral o la irresolución. Según cursos sobre Tito Livio donde Maquiavelo
Maquiavelo, ello explica los éxitos sor- expresa esta tesis con mayor claridad. Allí
prendentes del Papa ante adversarios apa- nos dice que si bien es cierto que los hom-
rentemente más potentes y en contextos a bres sólo pueden “secundar a la fortuna y no
priori desfavorables. También es lo que jus- contrarrestarla”, “[n]o deben abandonarse a
tifica el carácter ejemplar que le atribuye al ella, porque, ignorando sus designios y ca-
Papa en estas páginas: en tiempos aciagos, minando la fortuna por desconocidas y ex-
en los cuales encontramos numerosos e irre- traviadas sendas, siempre hay motivos de
sistibles factores culturales, morales y psi- esperanza que sostendrán el ánimo en cual-
cológicos de indolencia, el Papa aparece quier adversidad y en las mayores contra-
como una luz inesperada. Si la combinación riedades de la suerte”41. A través de esta
de impetuosidad y de ferocidad40 tiene un dualidad, Maquiavelo sugiere que, dado el
gran valor, ello se debe a que conlleva la po- carácter limitado de su poder, los individuos
sibilidad de contrarrestar los malos hábitos tienen que rivalizar con la fortuna, opo-
desarrollados bajo el influjo de la aflicción. niéndole la inspiración vigorosa y creativa
Para Maquiavelo, la impetuosidad puede de la esperanza y de la audacia.
Jérémie Duhamel
Ahora bien, cabe señalar que lo opuesto una apuesta hacia las virtualidades creativas
al abandono a la fortuna no es el pleno con- de la acción ante los “tiempos adversos”.
trol de la naturaleza, sino la esperanza de
que un cambio de fortuna pueda ocurrir 4. Conclusión
mediante la acción. La historia revela que,
aún en las circunstancias más difíciles, Esta interpretación nos permite comprender
nunca es vano esperar un cambio. Sin em- qué conduce a Maquiavelo a hacer un uso
bargo, el no darse cuenta que la historia subversivo del lugar común según el cual la
está atravesada por ciclos y que a la buena fortuna ayuda a los audaces. Nos permite
fortuna le sigue la mala fortuna, y vice- también dar una explicación menos unila-
versa42, es un efecto de la aflicción. Para sa- teral del tono voluntarista y categórico que
lir de este círculo vicioso, de nada sirve re- adopta Maquiavelo al dirigirse a su desti-
zar nos dice Maquiavelo; es más fructífero natario en el último capítulo de El Prín-
intentar forzar las cosas y tomar la iniciativa cipe. Recordemos que, en el capítulo XXIV,
de la acción sin precaución alguna. Maquiavelo atribuye la ruina de Italia a la
Este breve análisis nos permite entender incapacidad de los príncipes de reaccionar
el énfasis que pone Maquiavelo en la espe- de manera eficaz ante la adversidad: inso-
ranza en el último capítulo de El Príncipe. lentes en la buena fortuna, olvidaron pre-
“Sperando non si abbandonare”, esta es la parase para la mala. De este análisis se des-
exhortación que dirige Maquiavelo a sus taca una doble meta con la que tiene que
contemporáneos. La primacía dada a la im- cumplir el príncipe prudente: prolongar lo
petuosidad es el eje principal de una estra- más posible la buena fortuna y acortar la du-
tegia retórica desarrollada para convencer a ración de la adversa.
sus lectores de que es posible aspirar a la li- En el primer caso, el principal desafío
bertad aun cuando las circunstancias no pa- consiste en no sobreestimar su virtù; en el
recen favorables43. Suponiendo que la im- segundo, en no subestimarla. Maquiavelo
petuosidad permite al principe nuovo sugiere que cuando nos favorece la fortuna
acomodarse con la qualità de’ tempi, nada es indispensable actuar como si un cambio
asegura que podrá contar con el amparo de de fortuna fuera inminente. Por el contrario,
la buena fortuna por mucho tiempo. La im- cuando enfrentamos tiempos de adversi-
petuosidad, como cualquier otro modo de dad, es imperativo actuar como si la fortuna
actuar, no puede pretender dominar la for- no fuera tan poderosa. Dicho de otro modo,
tuna de manera definitiva y, por lo tanto, no para poder actuar en tiempos desfavora-
puede superar la aporía fundamental de la bles, el individuo necesita pensar que puede
prudencia humana. Más bien, dado que los rivalizar con la fortuna: el que la respeta de-
tiempos cambian de manera continua, la masiado y espera el momento perfecto para
impetuosidad no puede ser otra cosa que actuar, o bien no hará nada o bien actuará
una respuesta puntual a la mala fortuna –o demasiado tarde45. Esto explica, a mi juicio,
sea a la fortuna impetuosa y furiosa44. En el tono voluntarista y estruendoso de la
este sentido, resulta esclarecedor interpretar prosa de Maquiavelo en la última secuencia
la prioridad dada a la impetuosidad como de El Príncipe.
BIBLIOGRAFÍA
Cox V., “Rhetoric and ethics in Machiave- Lazzeri, Ch., “Prudence, éthique et politique
lli”, in Najemy J. M. (ed.), The Cam- de Thomas d’Aquin à Machiavel”, in To-
bridge Companion to Machiavelli, Cam- sel A. (ed.), De la prudence des anciens
bridge, Cambridge University Press, comparée à celle des modernes, Anna-
2010, pp. 173-189. les de l’Université de Besançon, Be-
Duhamel, J., “Machiavel et la vertu inte- sançon, 1995, pp. 79-128.
llectuelle de prudence: étude du chapi- Maquiavelo, El Príncipe, trad. Ivana Costa,
tre XXV du Prince”, Revue canadien- Buenos Aires, Colihue, 2012.
ne de science politique/Canadian Jour- Maquiavelo, Las obras más importantes,
nal of Political Science, 46, 2013/4, pp. trad. M. M. Saralegui Benito, ed. Gredos,
821-840. Madrid, 2011.
Fournel J.-L., “Retorica della guerra, reto- Mansfield, H. C., Jr., Machiavelli’s Virtue,
rica dell’emergenza nella Firenze repu- Chicago, University of Chicago Press,
blicana”, Giornale critico della filosofia 1996.
italiana, 7, 2006/2. pp. 389-411. Santoro, M. Fortuna, ragione e prudenza ne-
Gilbert, F., Machiavelli and Guicciardini: Po- lla civiltà letteraria del Cinquecento, Li-
litics and History in Sixteenth-Century guori, Nápoles, 1966.
Florence, Princeton, Princeton Univer- Strauss, L., Thoughts on Machiavelli, Chi-
sity Press, 1965. cago y Londres, The University of Chi-
Hörnqvist M., Machiavelli and Empire, cago Press, 1958.
Cambridge, Cambridge University Press, Vatter, M. E., Between Form and Event: Ma-
2004. chiavelli’s Theory of Political Free-
Kahn V., Machiavellian Rhetoric: From dom, Dordrecht, Boston y Londres,
the Counter-Reformation to Milton, Kluwer, 2000.
Princeton, Princeton University Press, Viroli, M., Redeeming “The Prince”, Prin-
1994. ceton y Oxford, Princeton University
Press, 2013.
NOTAS
1
El autor quisiera agradecer, por sus va- 6
Cf. Strauss, L., Thoughts on Machiavelli,
liosos comentarios y sugerencias, a Gabriel Chicago y Londres, The University of Chi-
Entin, Frida Osorio Gonsen, Beatriz Porcel, cago Press, 1958, p. 216 ; Mansfield, H. C., Jr.,
Jorge Velazquez Delgado, Luciano Venezia y Machiavelli’s Virtue, Chicago, University of
Diego Vernazza. Chicago Press, 1996, pp. 39-51 y 109-122 ;
2
El Príncipe, XXV, trad. Ivana Costa, Bue- Vatter, M. E., Between Form and Event: Ma-
nos Aires, Colihue, 2012, p. 132. chiavelli’s Theory of Political Freedom, Dor-
3
Ibid., XXV, p. 135. drecht, Boston y Londres, Kluwer, 2000.
4
Encontramos este lugar común en la 7
Por ejemplo, véase: Capítulo sobre la
Eneida (X, 284) de Virgilio y en el Phormio fortuna; Historias Florentinas, III, 14.
(203) de Terencio. 8
Para un anális más detallado, véase: Du-
5
Cf. F., Ricordi politici e civili, CXXXVI. hamel, J., “Machiavel et la vertu intellectuelle
Jérémie Duhamel
de prudence: étude du chapitre XXV du mundo están gobernadas de tal modo por la
Prince”, Revue canadienne de science politi- fortuna y por Dios que los hombres con su
que/Canadian Journal of Political Science, prudencia no pueden corregirlas” (El Príncipe,
vol. 46, 2013/4, pp. 821-840. XXV, op. cit. p. 131).
9
Por ejemplo, véase: El Príncipe, XIV, 23
Ibid., XXIV, p. 129.
op. cit., p. 78-79; Discursos sobre Tito Livio, 24
Ibid., XXVI, p. 139.
III, 6, trad. M. M. Saralegui Benito, ed. Gredos, 25
“Por lo tanto, estos príncipes nuestros
Madrid, 2011, p. 533. que estuvieron muchos años en su principado
10
El Príncipe, XXV, op. cit., p. 132. que no acusen a la fortuna por haberlo perdido
11
Ibid., XII, p. 62. después, sino a su propia indolencia: porque al
12
Ibid., XXV, p. 132. no haber pensado nunca durante los tiempos de
13
Ibid., p. 133. paz que estos pueden cambiar (un defecto co-
14
Sobre este tema, véase también los Ghi- mún de los hombres: en la bonanza no tener en
ribizzi, una carta de Maquiavelo del 1506 des- cuenta la tempestad), cuando luego vinieron
tinada a Giovanni Battista Soderini. tiempos adversos pensaron en cómo huir y no
15
El Príncipe, XXV, op. cit., p. 134. en cómo defenderse.” (Ibid., XXIV, pp. 129-
16
Ibid., XXV, p. 135 (traducción modifi- 130). Sobre el mismo tema, véase: los Discur-
cada). sos sobre Tito Livio, III, 31.
17
Para un análisis complementario, véase : 26
Por ejemplo, véase: Historias Florenti-
Lazzeri, Ch., “Prudence, éthique et politique de nas, I, 39.
Thomas d’Aquin à Machiavel”, in Tosel A. 27
“Ma questo tempo dispettoso e tristo fa,
(ed.), De la prudence des anciens comparée à senza ch’alcuno abbia gli occhi d’Argo, più
celle des modernes, Annales de l’Université de tosto il mal che ’l bene ha sempre visto; onde
Besançon, Besançon, 1995, pp. 79-128. s’alquanto or di veleno spargo, bench’io mi sia
18
“No se asombre nadie si al hablar yo de divezzo di dir male, mi sforza il tempo di ma-
principados completamente nuevos y del prin- teria largo.” (El asno de oro).
cipe y del estado, aporto ejemplos notabilísi- 28
En el Capítulo sobre la ambición, Ma-
mos; porque los hombres, al caminar casi siem- quiavelo ofrece una visión sinóptica de la si-
pre por los caminos transitados por otros, y al tuación desastrosa de Italia: “Questa l’Italia
proceder en sus acciones imitándolos, no pueden già fece fiorire, / E di occupare il mondo tutto
poseer y sumar completamente los caminos aje- quanto / La fiera educazion le dette ardire. / Or
nos ni las virtudes de aquellos a quienes imitan. vive, se vita è vivere in pianto, / Sotto quella
El hombre prudente debe ingresar por caminos ruina e quella sorte / Ch’ha meritato l’ozio suo
transitados por grandes hombres, y por aquellos cotanto. / Viltate è quello, con l’altre consorte;
que han sido excelentísimos de imitar; de manera / D’Ambizione son quelle ferite / Ch’hanno
que si la virtud de esos grandes hombres no le d’Italia le provincie morte. / […] Rivolga gli
llega, que le llegue al menos cierto olor de ella occhi in qua chi veder vuole / L’altrui fatiche,
[…]” (El Príncipe, VI, op. cit., p. 26). e riguardi se ancora / Cotanta crudeltà mai
19
Althusser, L., Machiavel et nous, Ta- vidde il sole. / Chi ’l padre morto e chi ’l ma-
llandier, Paris, 2009, pp. 106-108. rito plora; / Quell’altro mesto del suo proprio
20
El Príncipe, XXVI, op. cit., p. 136. tetto, / Battuto e nudo, trar si vede fora. / […]
21
Cf. Santoro, M. Fortuna, ragione e pru- Quello abbandona il suo paterno solo /
denza nella civiltà letteraria del Cinquecento, Accusando gli Dei crudeli e ingrati, / Con la
Liguori, Nápoles, 1966, pp. 11ss. brigata sua piena di dolo.”
22
La tentación del fatalismo es tan fuerte 29
El Arte de la Guerra, II, 13, ed. Gredos,
que Machiavelo mismo declara que “algunas Madrid, 2011, p. 150.
veces y en algunos aspectos” ha estado incli- 30
El Príncipe, III, op. cit., p. 12.
nado a tener la opinión de que “las cosas del 31
Idem.
32
En los Discursos sobre Tito Livio, Ma- 40
La proximidad de la ferocidad y de la
quiavelo escribe que es muy “difícil y peli- virtù aparece también en el rostro que Ma-
groso […] querer dar libertad al pueblo que de- quiavelo pinta de Cesar Borgia: “[...] había en
sea vivir en servidumbre” (III, 8, op. cit., p. el duque tanta ferocidad y tanta virtud (tanta fe-
541). La misma idea aparece en las Historias rocità e tanta virtù) [...]” (El Principe, VII, op.
Florentinas (III, 27). cit., p. 40 ; trad. modificada)
33
Como lo sugiere el título del capítulo III, 41
Discursos sobre Tito Livio, II, 29, op. cit.,
44 de los Discursos sobre Tito Livio: “Con el p. 497.
ímpetu y la audacia se consigue muchas veces 42
Sobre este tema, véase: el Asno de oro,
lo que con los procedimientos ordinarios no se V; Discursos sobre Tito Livio, II, proemio; His-
obtendría jamás.” (op. cit., p. 625) torias florentinas, V, 1.
34
“[…] operando, si scuoprono quelli con- 43
Sobre la importancia de la retórica en
sigli che, standosi, sempre si nascondereb- Maquiavelo, véase: Viroli, M., Redeeming
bono” (Historias Florentinas, VI, 13). “The Prince”, Princeton y Oxford, Princeton
35
“[…] qui non bisogna più claudicare, ma University Press, 2013, chap. III; Cox V., “Rhe-
farla all’impazzata; e spesso la disperazione toric and ethics in Machiavelli”, in Najemy J.
truova de’ rimedi che la electione non ha saputi M. (ed.), The Cambridge Companion to Ma-
trovare” (Carta del 16 de abril de 1527). chiavelli, Cambridge, Cambridge University
36
Gilbert, F., Machiavelli and Guicciar- Press, 2010, p. 173-189; Fournel J.-L., “Reto-
dini: Politics and History in Sixteenth-Cen- rica della guerra, retorica dell’emergenza nella
tury Florence, Princeton, Princeton University Firenze republicana”, Giornale critico della
Press, 1965, p. 32. filosofia italiana, vol. 2, n°7, 2006, p. 389-
37
El Príncipe, III, op. cit., p. 14. 411; Hörnqvist M., Machiavelli and Empire,
38
Maquiavelo añade que, al actuar de esta Cambridge, Cambridge University Press, 2004,
forma, el príncipe será odiado por el pueblo y p. 1-37; Kahn V., Machiavellian Rhetoric :
no podrá, por consiguiente, contar con su From the Counter-Reformation to Milton, Prin-
apoyo: “Despreciable lo vuelve el ser consi- ceton, Princeton University Press, 1994.
derado voluble, superficial, afeminado, pusi- 44
Por ejemplo, véase: Capítulo sobre la
lánime, irresoluto; de esas cualidades un prín- fortuna; Segunda Decenal.
cipe debe cuidarse como de un escollo, y debe 45
Como lo escribe Maquiavelo: “[...] i par-
ingeniárselas para que en sus acciones se re- titi pericolosi quanto più si considerano tanto
conozca grandeza, coraje, gravedad, fortaleza peggio volentieri si pigliano [...]” (Historias
[…]” (Ibid., XIX, p. 96) florentinas, op. cit., II, 32).
39
Por ejemplo, véase: Segunda Decenal;
Discursos sobre Tito Livio, I, 27 y III, 9.