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Teorías del conflicto

MASCs: Los Métodos de Transformación del


Conflicto 1
Femenia, Nora y Afanador, Rodrigo

• Se denominan Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos (MASC) (ADR,


en ingles) pues proveen una forma distinta de solucionar las disputas, sin litigar;

• Son mas rápidos, baratos y eficientes que el juicio;

• Van desde el mayor control de la interacción retenido por las partes (como en la
negociación) hasta la delegación del control de la disputa en un tercero (árbitro o
juez).

• Las partes preocupadas por mantener la relación con la otra parte se inclinan
más a usar MASCs.

• SI: Las partes quieren continuar haciendo negocios en el futuro y resguardar el


control del proceso: seleccionan negociación o mediación.

• SI: Las partes no tienen interés en la relación y desean un interventor externo:


elijen ir al arbitraje o al juicio, donde el control del resultado final lo tiene el juez o
árbitro.

Introducción:

Las personas que se encuentran en medio de un conflicto pueden abordar la


solución del mismo a través de una variedad de opciones que van desde la
negación misma de la existencia de la disputa hasta el uso de la violencia y otros
medios que trascienden el ámbito legal. Desde un punto de vista objetivo, se
puede afirmar que cada una de esas opciones tiene un espacio en medio de la
inter-acción entre los seres humanos.

Desde un punto de vista global, podemos mirar el tema de la solución de los


conflictos desde la perspectiva de quienes son las personas que intervienen en la
solución de los mismos y cual es la forma por medio de la cual realizan su
intervención. De acuerdo con esta primera clasificación y con el objetivo de facilitar
la ubicación de la figura de la mediación, podríamos dividir los métodos en dos
grandes grupos principales de agencia y dividir los procesos entre aquellos cuya
solución es directamente tratada y determinada por las partes que lo originaron
(de manera conjunta o separada), de un lado, y aquellos para cuya solución se
requiere de la intervención de un tercero, por el otro.
1
Afanador, Rodrigo & Femenia, Nora, MASCs: los métodos de transformación del conflicto. Inter-
mediación, transformación de conflictos en el mundo hispano, 2000, s.p. (http://www.inter-
mediación.com) (última consulta 10/06/06).

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Dentro de los primeros podemos mencionar a la negociación, la administración de


situaciones conflictivas por medio de encuadres legales, y las múltiples maneras
de percibir, y enmarcar un conflicto manteniendo el poder de definir la situación
como no conflictiva.

Sin embargo, existen ocasiones en que las circunstancias específicas o la


complejidad de los conflictos exceden la habilidad de las partes de llegar a una
solución negociada y requieren de la ayuda de un tercero para este objetivo. Los
modos de intervención difieren entre sí, de acuerdo con el grado de libertad con
que cuentan las partes en la determinación de la decisión final y el grado de poder.
Existen distintos grados de intervención, modelados para los distintos niveles de
control sobre el proceso que las partes retienen.

En algunos casos, las partes solo requieren de la ayuda de una persona que les
motive a mejorar sus canales de comunicación, haciendo las veces de facilitador,
pero conservando ellas la facultad de tomar la decisión o decisiones finales
correspondientes. En este grupo, además de la mediación, podemos mencionar
algunos métodos como la conciliación y la amigable composición, entre otros. Una
mención especial merece la generación de consensos, usada en disputas entre
grupos sociales incluyendo o no a las entidades publicas como partes de la
disputa. Estos se diferencian entre sí de acuerdo con el nivel de formalidad y la
amplitud del accionar del tercero. Los métodos varían desde suplantar o
reemplazar la decisión de las partes a aumentar su capacidad para decidir. En
distintos grados a conservar esa capacidad en distintos grados

De otro lado, hay situaciones en que es el tercero quien impone o determina la


decisión final respecto del desenlace de la disputa. En algunos casos, la decisión
del tercero es de cumplimiento obligatorio, como cuando esta se produce a través
de una decisión judicial o un laudo arbitral. En otros, el tercero se limita o bien a
exponer su opinión o conclusión acerca del desenlace del conflicto, como es el
caso de la Evaluación Neutral de casos o simplemente a investigar y recomendar
acciones a seguir como sucede con la figura del Ombudsman.

En el cuadro siguiente se puede ver gráficamente esta relación entre el nivel de


auto-determinación y la intervención de terceros con respecto a algunos métodos
de resolución de conflictos comúnmente utilizados.

Máximo Métodos o Procedimientos Mínimo


Comúnmente Utilizados
Nivel de
influencia Acciones Individuales de las
Partes en Conflicto Nivel de
de las Partes Negociación participación
en Facilitación
Mediación del tercero en la
la Conciliación

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determinación Búsqueda de Consenso resolución del


Ombudsman conflicto
del Resultado Evaluación Neutral
del Amigable Composición
Arbitraje
Conflicto. Decisión Judicial Máximo

Mínimo

A. Sistemas de Solución de Conflictos sin Intervención de Terceros

La Negociación

La negociación es un proceso con el cual las personas comienzan a tener


contacto desde muy temprana edad ya que hace parte de todas las actividades
humanas, desde las más triviales hasta las más significativas. Hacemos parte de
procesos de negociación cuando, por ejemplo, solicitamos un plazo adicional para
entregar una tarea o cuando decidimos que película vamos a ver en le cine o que
restaurante vamos a visitar.

Podemos definir la negociación como un proceso de comunicación dinámico entre


dos o más personas o grupos que tienen o perciben tener un conflicto de intereses
entre sí. Las partes, de manera voluntaria, entran a formar una relación temporal
dentro de la cual cada una transmite a la otra su posición y sus expectativas frente
al conflicto, se manifiesta frente a la utilización específica de determinados bienes
o recursos o de aspectos intangibles referentes a la propia relación o al propio
procedimiento para resolver sus diferencias. (Moore, 1996).

Vista desde una perspectiva general, le negociación constituye un mecanismo a


través del cual se resuelven disputas, bien sea a través de la interacción directa de
las partes o con la colaboración de terceros. Aun en el caso de que los acuerdos
se produzcan, por ejemplo, dentro de un proceso que incluya la acción de un
facilitador, la base de la dinámica se centra en la negociación. Es por ello que la
teoría de negociación es un tema fundamental dentro del campo de la resolución
de conflictos y amerita un estudio profundo e independiente. A lo largo de este
curso de mediación nos referiremos a muchos aspectos, técnicas y estrategias
propias de la negociación.

Sin embargo, desde un punto de vista centrado en el nivel de autonomía de las


partes, en su forma más sencilla la negociación puede ocurrir de una manera
directa, es decir, sin intervención alguna de cualquier tipo de tercero o facilitador.

Las Acciones Individuales de las Partes.

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Las partes, individualmente, pueden optar por realizar o no realizar determinados


actos con el propósito de generar un comportamiento específico o reacción por
parte de sus contradictoress. Dentro de este tipo de conductas encajan los
conceptos de desobediencia civil, la abstención en el cumplimiento de
obligaciones contractuales, las huelgas, la utilización de los medios de
comunicación con el fin de evidenciar irregularidades o advertir sobre posibles
peligros. Estas acciones, de por sí bastante controversiales, se han mostrado
efectivas en circunstancias en que existe una gran dependencia entre las partes y
su comportamiento para el desarrollo de sus objetivos mutuos.

B. Sistemas con solución auto-determinada con asistencia de terceros


La facilitación

La facilitación es una actividad orientada a favorecer la comunicación y el


funcionamiento de las reuniones y de los equipos de trabajo. Su objetivo
específico es el de generar un ambiente propicio para la discusión y el análisis
participativo con la asistencia de un tercero que no necesariamente tiene un
interés particular en el resultado específico del tema que se debate. No existe una
opinión unánime entre los autores sobre la conveniencia o no de que el facilitador
sea una persona totalmente ajena al grupo. Por el contrario, entre algunos existe
una tendencia creciente a reconocerle ventajas al hecho de que los líderes
desempeñen el rol de facilitadores pero, a la vez, muchas empresas recurren cada
vez mas a la utilización de facilitadores externos.

A diferencia de lo que ocurre con la mediación, durante el transcurso de la reunión


se espera que el facilitador se abstenga de emitir propuestas o soluciones propias
respecto de los temas debatidos o de realizar juicios sobre lo que exponen los
miembros del equipo de trabajo. Se prefiere su ayuda en términos de generar
procedimientos que ayuden a mantener al grupo orientado a los problemas
específicos objeto de la reunión, de promover la participación de todos los
integrantes y de proteger las ideas expresadas por estos de posibles ataques.
Adicionalmente, su trabajo nace y termina en la mesa de trabajo.

La Mediación y la Conciliación

La Discusión sobre las diferencias entre la mediación y la conciliación

Dentro del grupo de métodos que promueven las soluciones autodeterminadas


con ayuda de la intervención de terceros y de cuyo estudio nos ocupamos
actualmente, no existe en el ámbito de la doctrina internacional un concepto
uniforme respecto de las características que definen y diferencian algunos de ellos
respecto de los demás.

Específicamente, ese es el caso de la mediación y la conciliación, términos que


unos utilizan de manera intercambiable, como si se tratara de conceptos
sinónimos, en tanto que otros establecen diferencias conceptuales entre las dos
figuras.

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Este tema es importante de abordar desde una perspectiva Latinoamericana ya


que tanto la legislación como los tratadistas hacen permanente alusión a ambos
conceptos y, en algunos casos, a sus probables diferencias. Adicionalmente, estas
referencias han trascendido hacia practicantes y estudiosos del tema. La forma
como diferentes legislaciones de países de América Latina definen y acogen
ambas instituciones es bastante versátil y ambivalente, dando pie para un estudio
detallado que no está dentro de los objetivos de este curso. Sin embargo, a
continuación haremos una corta referencia al tema, con el fin de aportar algunos
elementos a su discusión.

La mayor parte de los autores han centrado la diferenciación en términos de la


potestad que tiene el tercero o facilitador para proponer o no formulas de solución
del conflicto. Para varios tratadistas Latinoamericanos la diferencia básica entre
ambas instituciones radica en que el conciliador tiene, dentro de sus funciones
naturales, la de proponer formulas de arreglo, en tanto que el mediador se orienta
fundamentalmente a acercar a las partes, a ayudarlas a reducir los obstáculos de
comunicación, pero sin aportar propuestas. Esta interpretación es compartida por
Barker (1996) quien admite que aun cuando los términos mediación, buenos
oficios y conciliación son comúnmente utilizados como sinónimos, técnicamente el
mediador es un partícipe activo dentro del proceso, quien hace sugerencias
informales a las partes basado en la información que estas proveen, en tanto que
el conciliador tiene un mayor derecho para proponer formulas, basado en su
propia interpretación e investigación del conflicto. Esto último es también resaltado
por el profesor argentino Luis Dallanegra, quien también se refiere al conciliador
como a un tercero quién además de mediar, tiene la función de “constatar los
hechos generadores del conflicto.”

Sin embargo, hay quienes le dan una interpretación totalmente opuesta. La


profesora canadiense Loraleigh Keashly precisa que la distinción más importante
entre ambas figuras es precisamente, que el conciliador no propone
alternativas para la solución del conflicto. Esta posición es compartida por
otros tratadistas, quienes sustentan la diferenciación con una descripción realizada
por International Labour Office que indica como la distinción de los dos términos
se remonta a su significado etimológico: “la palabra conciliación se deriva del
“conciliare” que significa “acercar” o “unir en pensamiento”, en tanto que mediación
se proviene de la expresión “mediare” que se refiere a “ocupar una posición
intermedia”. Es así como algunos sistemas de resolución de conflictos distinguen
entre conciliación, como un procedimiento donde un tercero acerca a las partes ,
las alienta a debatir sus diferencias y las asiste en desarrollar sus propuestas de
solución, y mediación, un proceso por medio del cual un tercero, mas concentrado
en el papel de buscar una solución, somete a consideración de las partes sus
propias propuestas para un arreglo” (ILO, 1980)

Por último, Mark Umbreit relaciona a la conciliación con el concepto de mediación


indirecta típica de algunas culturas donde los antagonistas dentro de un conflicto
prefieren una comunicación de carácter indirecto en vez de una comunicación cara
a cara.

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Lo anteriormente expuesto nos hace pensar que no existen bases sólidas para
apoyar uno u otra interpretación de las diferencias que existen entre los conceptos
de conciliación y mediación, por lo menos desde la perspectiva de las
posibilidades del mediador de proponer o no soluciones. Las funciones de los
facilitadores varían considerablemente de acuerdo con los valores y las tradiciones
de las diferentes culturas o con las necesidades específicas de diferentes grupos o
comunidades. Es así como en muchas culturas autónomas el facilitador, llaméese
mediador, conciliador o hacedor de paz, puede llegar a proponer soluciones y, en
algunas ocasiones, hasta escoger la solución final a pedido de las propias partes.
La corte suprema del Estado de la Florida, probablemente en reconocimiento de la
existencia de esa diversidad, incluyó esa posibilidad en su nuevo reglamento
sobre la conducta de que deben seguir los mediadores certificados. En los
comentarios a la regla 10.310, la corte indica como “en ocasiones un mediador
puede llegar a tomar decisiones a solicitud de las propias partes.” (Supreme Court
of Florida, 2/3/2000).

Es por ello que para efectos prácticos del presente curso, a manera de conclusión,
y en tanto no existan razones que justifiquen una variación a nuestra posición, nos
referiremos indistintamente a los términos de conciliación y mediación, desde la
perspectiva de identificarlos como métodos de resolución de conflictos de
naturaleza informal y voluntaria, por medio de los cuales un tercero imparcial
presta asistencia a las partes dentro de un conflicto para que identifiquen sus
necesidades e intereses y solucionen sus controversias, entendiendo que los
elementos de esta definición son característicos de ambos conceptos.

La Conciliación**

La Búsqueda de Consenso

El procedimiento que denominamos aquí como Búsqueda o Generación de


Consenso hace relación a un mecanismo encauzado a lograr acuerdos unánimes
entre los diferentes grupos o individuos que poseen intereses divergentes dentro
de un conflicto de carácter público o institucional. (Susskind, 1999) (Innes, 1999).
Se trata de un proceso mediado, de largo plazo, que pretende desarrollar un
conocimiento integral del problema y una serie de acuerdos respecto de la
determinación e implementación de la estrategia orientada a una solución.

C. Sistemas con solución determinada por el tercero

Evaluación Neutral de Casos

De manera general podemos definir a la Evaluación Neutral de Casos como un


procedimiento por medio del cual las partes en conflicto, bien sea por acuerdo
entre ellas o por indicación de un juez, acuden a un abogado experto en el tema
litigioso quien, luego de recibir una exposición verbal o escrita de las posiciones y
argumentos de las partes, emite un concepto confidencial y no obligante con

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respecto a la situación de cada parte, incluyendo sus fortalezas y debilidades así


como de sus posibilidades dentro de un eventual litigio. (Afanador, 1998)

Este método es utilizado para resolver disputas sobre contenidos muy técnicos
donde se considera que una adecuada comprensión de las partes respecto de la
realidad de sus posibilidades ante un eventual litigio las puede llevar a buscar otro
tipo de soluciones.

Esta figura es actualmente utilizada en varias Cortes de los Estados Unidos con
reconocido éxito, así como en otros países como Australia y Nueva Zelanda. En el
Perú desde la promulgación de la ley se cuenta con un sistema de Evaluación
Neutral que todavía se encuentra en etapa de desarrollo, lo mismo que en
Colombia donde a pesar de haberse excluido su reconocimiento normativo del
proyecto final que se convirtió en la ley, reglamentó los Métodos Alternativos de
Solución de Conflictos, y es una modalidad cuya utilización está siendo promovida
por la Cámara de Comercio de Bogotá.

Ombudsman

El Ombudsman o Ombusperson es una institución de procedencia Sueca en cuya


concepción original, una persona o una oficina de origen estatal o semi-estatal
investiga y rinde un informe en relación con las denuncias que instauran los
ciudadanos en contra de los funcionarios públicos. El Ombudsman representa a
los ciudadanos frente a la administración pública. (Black´s Law Dictionary, 1990).

Actualmente la figura se ha extendido a un sin número de campos que van desde


el empresarial hasta los sectores académicos y el sector de la salud. Algunos
especialistas en el tema también consideran apropiado incluir dentro de ésta
denominación a los defensores de los derechos ciudadanos o “defensores del
pueblo” que han sido instituidos desde el comienzo de los noventa a través de
reformas constitucionales en varios países de Africa y Sur América. Sin embargo,
ésta acepción se hace un poco confusa cuando se trata de funcionarios que
poseen poderes de carácter disciplinario o capacidad para tomar otro tipo de
medidas de cumplimiento obligatorio ya que ésta no es un rasgo reconocido de la
figura en cuestión. A manera de ejemplo, vale la pena mencionar que la American
Bar Association, en un documento reciente, refiriéndose al tema de aquellas
acciones que no son aceptadas como propias del Ombudsman cita
específicamente la de tomar determinaciones de cumplimiento obligatorio o decidir
sobre violaciones a los derechos particulares. (ABA, 1999)

Sin embargo, si parece existir un acuerdo sobre los atributos básicos que le
corresponden a todo Ombudsman: una clara orientación hacia la humanización de
las administraciones, sean públicas o privadas y un compromiso integral con la
equidad y la justicia al interior de las organizaciones, funciones que deben ser
desarrolladas dentro de la mayor confidencialidad. Mas que a través de poderes
coercitivos, el Ombudsman depende de su capacidad persuasiva y de la confianza
y credibilidad que su oficina debe generar hacia los individuos que protege.

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Para concluir el tema, es importante recalcar que el objetivo fundamental de este


tipo de entidad tiene un objetivo primordial: “Crear unas condiciones que le
permitan a las personas corrientes, que no poseen poder o prestigio, un canal
para ser escuchadas y aspirar a ser tratadas con equidad y respeto”. (Stieber
2,000)

Amigable Composición

La amigable composición fue institucionalizada por primera vez tanto en el Código


Napoleón como en el Código Francés de Procedimiento Civil de 1806, donde se
establecía que su principal objetivo era el de restaurar la armonía entre las partes
y así poder establecer un nuevo tipo de relación legal o contractual entre ellas.
(Weinberg, 1994). Tradicionalmente, la amigable composición se encargaba de
proveer soluciones en equidad como una opción frente a la aplicación exegética
de las leyes formales e incluso frente a la lex mercatoria o costumbre comercial.

En la actualidad el concepto conserva estas características básicas pero con


algunas variaciones en cuanto a su aplicación.

En algunos países Latinoamericanos, la amigable composición constituye por si


sola un método de resolución de conflictos con posibilidad de ser utilizado de
manera independiente de cualquier otro, por medio del cual las partes “le otorgan
a uno o varios amigables componedores la facultad de precisar, con fuerza
vinculante para ellas, el estado y la forma de cumplimiento de su relación jurídica
sustancial en materias susceptibles de transacción.” (Valdés, 1997).

La utilización de la figura a nivel internacional ha estado estrechamente asociada


con el arbitraje comercial donde muchas veces se pacta que el arbitro puede
asumir la condición de amigable componedor y proceder ex aequo et bono, es
decir, de acuerdo con lo que es justo y equitativo sin necesariamente entrar a
considerar la ley material o la costumbre mercantil. (Black´s Law Dictionary, 1990)
(McConnaughay, 1999).

Arbitraje

El Arbitraje es un método de resolución de conflictos alternativo a la justicia. Es un


mecanismo mediante el cual los conflictos son resueltos por particulares que no
revisten la calidad de jueces estatales.

Producido un diferendo o una contienda de intereses entre dos o más partes,


estas deciden someter su diferencia a un tercero que provea la solución. A
diferencia de la mediación, que pone el énfasis en la voluntaria participación de las
partes en el proceso y en el diseno del acuerdo final, aquí el acuerdo es provisto
por el tercero. La American Arbitration Association lo define como la remisión de
una disputa a una o más personas imparciales para una determinación final y
obligatoria. En general podemos decir que el arbitraje constituye una jurisdicción
privada, instituída ya sea por la voluntad de las partes o por decisión del

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legislador, por la cual se desplaza la potestad de juzgar hacia órganos diferentes


de las tribunales estatales, a los que se inviste para ello de facultades
jurisdiccionales semejantes a las de aquellos

estatales, para la resolución de un caso concreto. (Lic. Antonio Rivera Neutze,


1998)

Juzgamiento en las cortes con decisión judicial

Este es el caso donde las partes llevan el juicio a las cortes, con resultados
apelables.

Jueces de paz

La figura de los jueces de paz parece estar inspirada en la antigua institución


inglesa denominada como “Justice of the Peace” que se refería a magistrados o
jueces de rango inferior que contaban con jurisdicción para resolver situaciones de
índole civil, como por ejemplo la celebración de matrimonios, y sobre algunas
contravenciones y delitos menores de carácter penal. (Black’s Law Dictionary,
1990). Curiosamente, dentro de varios de los sistemas de justicia de origen
anglosajón, esa concepción de los jueces de paz ha ido desapareciendo y sus
funciones han sido transferidas a otras cortes o funcionarios.

En varios países de Latinoamérica, la denominación ha sido utilizada durante


mucho tiempo y con objetivos similares al arriba mencionado, es decir, el de
resolver asuntos civiles de menor cuantía, celebración de matrimonios y algunas
contravenciones de carácter penal. Tal ese el caso del Perú y de Brasil que
cuentan con legislaciones relacionadas con el tema desde el siglo pasado.

Pero es realmente a partir de los años 70 que el concepto de justicia de paz


aparece claramente representado a nivel de norma constitucional en su
concepción moderna, dentro de los lineamientos de lo que se conoce hoy día
como justicia comunitaria. Muchas comunidades de Colombia desconfían del
Programa de Justicia Comunal puesto en práctica por el gobierno, precisamente
por esta razón. Ellos creen que el gobierno está tratando de controlar los niveles
de violencia en la comunidad y, en cambio, hace muy poco por identificar las
causas subyacentes que provocaron la violencia en primer lugar.

La idea que dio origen al Programa de Justicia Comunitaria fue la de alejarse de la


“criminalización” de ciertos delitos menores, descongestionar el sistema judicial y
brindar a las comunidades mayor autonomía para dirimir sus propios conflictos. En
vez de recurrir al sistema judicial del estado, se animó a la gente a dirimir sus
conflictos de forma extrajudicial con conciliadores y jueces de paz, quienes
utilizarían técnicas alternativas para la resolución de conflictos, tales como la
mediación, la conciliación y, en los casos de los jueces, el arbitraje, a fin de llegar
a una conclusión satisfactoria para todos los bandos. Sin embargo, el hecho de

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que el estado todavía patrocinaba el Programa de Justicia Comunitaria redundó en


que la gente se mantuviera escéptica en cuanto a su validez.

En vista de que los ciudadanos colombianos se han acostumbrado a que los


crímenes se quedan impunes en un 97% de los casos en general, esto es poco
sorprendente. El Centro de Resolución de Conflictos en un barrio de Medellín, que
se examina más adelante en este documento, utilizó algunos de los principios del
Programa Comunitario de Justicia. No obstante, la diferencia radica en que la
comunidad misma es quien controla el Centro de Resolución de Conflictos y no un
organismo regulador del estado.

Desde esta perspectiva, los jueces de paz son personas respetadas y elegidas por
la comunidad de que hacen parte y a quienes voluntariamente le son sometidas
controversias que surgen entre individuos o entre estos y la propia comunidad
para que emitan una decisión cimentada en conceptos de equidad y en las
costumbres de la propia comunidad, mas que en la aplicación formal de la ley. Es
así como el objeto de la justicia de paz es conseguir la convivencia armónica de la
comunidad mediante el funcionamiento de sus propias reglas del juego y bajo la
convicción de que los conflictos que se presentan dentro de los miembros de una
determinada colectividad pueden ser resueltos a nivel comunitario a través de la
iniciativa y el liderazgo de los miembros mas respetados de estas.

El juez de paz se encuentra, visto desde el enfoque de su nivel de intervención en


relación con la determinación del conflicto, en un punto intermedio entre las dos
últimas categorías que hemos visto, es decir, su participación está orientada a
promover los resultados mutuamente acordados y al reconocimiento de la
capacidad de las partes para proteger sus propios intereses dentro de un proceso
informal (Cuellar, 1999). En varios de los esquemas que funcionan actualmente en
Latino América, el procedimiento utilizado por los jueces de paz se asemeja
bastante al de una audiencia de conciliación, con la diferencia de que si las partes
no llegan a un acuerdo, es el juez de paz quien determina la solución final
mediante una sentencia, cuya poder de coerción es variable en las diferentes
legislaciones pero, de todas formas, bastante limitado.

Vale la pena comentar a manera de conclusión, que existen importantes


interrogantes sobre el verdadero potencial de la justicia comunitaria y,
especialmente, respecto de la forma en que el sistema fue diseñado,
principalmente como una respuesta a la preocupación estatal por el control de los
niveles de violencia e impunidad encontrados en sectores marginados de las
grandes ciudades (Umbreit, 1995) pero también obviando la identificación de las
causas subyacentes que provocaron la violencia evitando así generar verdaderas
soluciones de fondo a la situación de las comunidades.

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