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Edgar Alejandro García Díaz 11 de febrero de 2021

CIC San Juan de los Lagos, Jal

REPORTE DE LECTURA: LAS NUEVAS NORMAS ESTATUTARIAS DEL


SÍNODO DE LOS OBISPOS

Al leer este comentario a las nuevas normas que se hacen sobre el estatuto que regula el
Sínodo de los Obispos ilustra cómo estas pautas son perfectibles y que bien pueden llevarse
a cabo pero a su vez pueden mejorar para conseguir el fin del Sínodo, que es la unión de la
Iglesia representada principalmente por los Obispos. Ahora bien, en este sentido, es un
buen comentario que cuestiona, ya al final, si «habría sido preferible la promulgación de
una nueva ley canónica sobre el Sínodo de los obispos, que superara las inercias derivadas
de la legislación anterior y promoviera una reforma más amplia de la institución». Como
dijimos es perfectible y si hay algo qué cambiar en pro de la correcta y más provechosa
realización del Sínodo se hace.

Es importante ver cómo con este nuevo Ordo del que nos habla el artículo abre nuevas
oportunidades para la comunicación de las conclusiones sinodales a través de las
proposiciones, además de las participaciones de los Obispos y laicos. A propósito de la
participación de las mujeres en el Sínodo no tengo conocimiento de si ha habido nuevas
normas desde las de 2006. Dicho esto sorprende el nombramiento que ha hecho unos días
atras el Santo Padre de la religiosa francesa Nathalie Becquart como subsecretaria del
Sínodo de los Obispos, y que en palabras Mons. Luis Manuel Ali publicadas en su perfil de
Instagram «Por su derecho a voto, será la primera “madre sinodal” de nuestra Iglesia».

Finalmente, es interesante cómo aunque el nombre sea Sínodo de los Obispos, y se permita
la participación de quienes no son obispos, se entiende que la Iglesia particular está con el
Obispo y que así también los religiosos por el vínculo de comunión en las tareas misionales
y eclesiales en la evangelización participan. Al respecto en el artículo se nos dice que «La s
normas constituyentes del Sínodo de los obispos no han publicado las razones de esta
especial representación de miembros que no son obispos, pero se podrían resumir en la
relevancia histórica y actual de los institutos religiosos clericales en la vida y el apostolado
de la Iglesia, así como en la necesidad de una adecuada colaboración con los obispos en las
diversas Iglesias particulares».

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