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CUATRO GRANDES MOMENTOS EN LOS PARADIGMAS

La observación de diferentes fenómenos (como los de la vida, los del cuerpo humano, del clima,
del universo) por personas interesadas lleva a la elaboración de hipótesis, o intentos para
explicarlos.

Muchas de las hipótesis que tratan de explicar los fenómenos, se pueden verificar por medio de
experimentos y se encuentra que no son válidas para la totalidad de los casos; pero si una de ellas
se confirma en el 100% de los casos observados, se llega a una teoría.

Un conjunto de teorías (hipótesis plenamente confirmadas) constituyen un paradigma.

Un paradigma, entonces, es un concepto general que reúne una serie de teorías (e hipótesis)
acerca de una clase de fenómenos.

Cuatro grandes momentos en los paradigmas relacionados con la vida, lo viviente y lo


humano.

Momento I: El mecanicismo.

En la cultura occidental se impuso durante varios siglos el nombrado como paradigma


mecanicista, que ha recibido otros nombres como analítico o cartesiano.

Renato Descartes (1596-1650) propuso “los fundamentos para una filosofía indubitable”[1].
Definió, primero, como uno de los fundamentos su famoso “Cogito ergo sum” (Pienso, luego
existo); luego, que una idea de la que no se podía dudar era la idea de Dios.

Dividió, además, lo existente en dos clases de cosas: La cosa extensa (res extens) y la cosa
pensante (res cogitans). Como la esencia de esas dos cosas es en esencia distinta, todo es, por
tanto, cuerpo o espíritu. Mundo externo y mundo interno; ambos mundos son independientes
entre sí: así llegó Descartes al dualismo metafísico.

Si todo lo que hay en el mundo es cuerpo o espíritu, y nunca ambas cosas a la vez, ¿qué es
entonces el hombre?. Contestó, desafiando todo escándalo, una máquina que está acoplada a un
espíritu. Y, luego, que la vida de tal máquina es producida de manera puramente mecánica. Es
una máquina animada.

Así nació el paradigma mecanicista que, en lo relacionado con el cuerpo humano, básicamente ha
sostenido:

* Que el cuerpo humano está constituido por partes, u órganos, independientes, pero que se
relacionan entre sí como un mecanismo de relojería.

* El todo, o sea todo el cuerpo, es igual a la suma de sus partes.

* Con el énfasis en la parte, la ciencias biológicas se dedicaron al estudio detallado de cada parte
del cuerpo y se diseñaron aparatos como microscopios ( ópticos, electrónicos, de barrido, de efecto
túnel o atómico) para mejorar nuestra mirada; hoy se ha llegado a la biología molecular y a los
genes.

* Su prueba máxima de validez es el experimento, los estudios a doble ciego y, ahora, la medicina
basada en la evidencia.

* Para explicar los fenómenos elabora modelos precisos y detallados.

* El énfasis en la parte originó las especialidades en todos y cada uno de los órganos del cuerpo.
Como la enfermedad es un fenómeno que afecta la parte, surgieron los especialistas en cada parte
como oftalmólogos ( el ojo ), gastroenterólogos ( el estómago ), cardiólogos ( el corazón ),
odontólogos ( los dientes ) etc. ( En la actualidad hay más de 65 especialidades en Medicina y
cerca de 20 en Odontología ).

* Como la mente es independiente de la materia, hay, también, especialistas en la mente


(psiquiatras, psicólogos). Del espíritu se encargarán los especialistas del espíritu: los sacerdotes.

* Como el hombre es independiente, no afecta al mundo externo. El medio ambiente no es


afectado por el hombre.

* Como cada ser humano es independiente de los otros, hay una separación clara y definida entre
sujeto (observador: el profesional de la salud) y objeto

(Lo observado: la persona enferma), esta es una de las bases fundamentales de la investigación
analítica.

El paradigma mecanicista, en física y biología, prevaleció hasta principios del siglo XIX y llevó a
pensar que realmente el hombre, el mundo, el universo, eran en realidad una gigantesca máquina
que fluía de acuerdo a las leyes newtonianas, mecanicistas, del movimiento. Estas leyes eran las
básicas de la naturaleza y la teoría definitiva para explicar los fenómenos naturales.

Esta forma de pensar no ha desaparecido por completo, y todavía se piensa que el hombre está
constituido por partes como cuerpo, alma y espíritu.

Momento II: La física cuántica.

Pero luego se descubrieron fenómenos ( hechos significativos: que no se explican con los
paradigmas vigentes ) eléctricos y magnéticos que no se comprendían de acuerdo con las leyes
de la mecánica de Newton; en las tres primeras décadas del siglo XX, la teoría de la relatividad y
la física atómica reformularon los conceptos de un espacio y tiempo absolutos, la existencia de
partículas sólidas elementales, la naturaleza causal de los fenómenos físicos y el poder describir
idealmente y de manera objetiva la naturaleza.

Cuando un paradigma (el mecanicista) cesa de explicar muchos de los fenómenos naturales y
aparece una nueva forma de hacerlo, surge la revolución científica.

Los avances de la física, han llevado a una nueva forma de comprender los fenómenos biológicos,
según la cual conceptos de la física cuántica pueden aplicarse a los seres vivos (lo que no es
aceptado por algunos).

Algunos de tales conceptos son:

 Principio de localidad ( mecanicismo ) y de no localidad.


Según la localidad (el mecanicismo) los fenómenos son locales, de la parte, de cada órgano. Según
la no localidad, nada ocurre localmente, la parte tiene que ver con el todo y el todo con la parte,
el todo está en las partes y éstas en el todo, desaparecen las enfermedades de la parte.

Surge la holografía (un método basado en la tecnología láser, que permite representar en un plano
las tres dimensiones). Se encontró que la imagen holográfica cuando se fragmenta, aparece en
cada una de las partes. Por eso se ha llegado a afirmar que el cuerpo humano es como un
holograma, que el cerebro o el universo son como hologramas. Por lo tanto el todo está en las
partes y las partes en el todo.

De acuerdo a este concepto se encontraron en el cuerpo partes en donde está representado el


todo (como la palma de la mano, la planta de los pies, el iris, el pabellón de la oreja, los dientes
etc.), son somatotopías (representaciones del todo en la parte) a través de los cuales se puede
acceder al todo.

* Principio de no participación (mecanicismo) y participación del observador.

Para el mecanicismo el sujeto (el observador) y el objeto (lo observado) son independientes. El
sujeto no influye en el objeto.

Según la física cuántica el observador siempre está influyendo sobre el objeto, por lo tanto
encuentra lo que está buscando. Cesa el principio de objetividad científica.

El profesional de la salud puede influir sobre la persona enferma, y ésta sobre el profesional, no
son independientes. Constituyen una comunidad terapéutica.

* Principio de no complementariedad (mecanicismo) y de complementariedad.

Según la no complementariedad (mecanicismo), los signos (lo que ve el observador) y los


síntomas (lo que la persona siente), son independientes. Según la complementariedad todo existe
simultáneamente, todo tiene su complemento. La salud y la enfermedad son un proceso. La salud
de hoy no es la misma de antes ni la de después. La enfermedad de hoy es distinta a la de hace
seis meses. Esto lleva a considerar cada enfermedad como un fenómeno individual, personal,
único, y que se debe enfocar y tratar individualmente. Desaparece la validez de los promedios
biológicos. Por lo tanto los esquemas terapéuticos son apenas guías, pero no aplican a todas las
personas.

* Principio de certidumbre y de incertidumbre.

Según el principio de certidumbre, del mecanicismo, hay seguridad en los diagnósticos. Certeza
sobre la ocurrencia de los fenómenos. Certeza en el tratamiento de las enfermedades.

Para cada enfermedad hay un diagnóstico y una solución.

Cada causa tiene un efecto y cada efecto una causa.

El principio de incertidumbre enseña que no hay certezas. Que una causa puede originar varios
efectos, que los efectos se pueden convertir en causas. Que siempre aparecerán excepciones. Que
para los seres vivos se manejan hipótesis que no son válidas en el 100% de las personas. Esto
lleva a una gran humildad.

Ha habido una gran discusión entre los divulgadores de la física cuántica, que muchas veces no
son físicos y éstos; sobre si es lícito aplicar la física cuántica a fenómenos naturales, biológicos.
Además, otros piensan que se ha tratado de aplicar (ver comentarios anteriores) las metáforas de
la física cuántica al cuerpo humano y esto no parece correcto, pues no se trata del mundo
subatómico sino de organismos de grandes dimensiones en los que aplicaría la mecánica
“tradicional” a escala macroscópica, celular, corporal.

Momento III: La autopoiesis: el énfasis en el individuo.

A mediados del siglo XX surgió una nueva manera de explicar la vida (Maturana y Varela[), basada
en:

* Un patrón autopoiético: según la cual los seres vivos se están generando continuamente, el ser
y el hacer son inseparables. La vida se auto-genera, es producida por sus componentes y a su
vez, ella los genera. La parte produce el todo y el todo la parte. Al actuar sobre la parte se afecta
el todo y al actuar sobre el todo se afecta la parte.

* Una estructura disipativa: los sistemas vivos son a la vez cerrados y abiertos. Abiertos
estructuralmente pero cerrados organizativamente.

La materia y la energía fluyen a través de los sistemas vivos (por eso son abiertos) pero mantienen
una forma estable y lo hacen de manera autosuficiente (son cerrados), tienen una auto-
organización.

* Un proceso: el conocer. La mente no es una cosa, sino un proceso, el proceso mismo de la vida.
Vida y cognición quedan inseparablemente vinculadas.

La AUTOPOIESIS se ha tratado de aplicar a otros fenómenos como los de tipo social, del
aprendizaje etc.

Parecería hoy, que la autopoiesis fue una de las primeras formas, no la única, de explicar de una
manera diferente la vida. Más acorde con los conocimientos de la segunda mitad del siglo XX.

Momento IV: Los sistemas complejos: el énfasis en el grupo, en la cooperación.

Para fines del siglo XX apareció una nueva manera de concebir lo humano, lo biológico, lo social:
la complejidad[5].

En 1948 aparece el primer libro de cibernética (Wiener- 1948); luego aparece una serie de
pioneros en biología, informática, antropología, ingeniería y filosofía, que proponen una nueva
forma de pensar al hombre, la ciencia, la psiquiatría, la evolución y la forma de pensar. Aparece
la informática y luego la inteligencia artificial. En 1968 Bertalanffy propone la nueva teoría general
de los sistemas. Forrester (1961) aplica los principios de la cibernética a los problemas
económicos, la industria urbana y la vivienda. Meter Senge (1993) puso a la vanguardia el
pensamiento sistémico con su famoso libro La quinta disciplina.

No solamente en las ciencias exactas y sociales se hizo énfasis en esta nueva forma de concebir
los fenómenos, sino que pioneras como Margulis[han aplicado estos conceptos al mundo
microscópico bacteriano, sosteniendo que las células humanas (eucariotas) surgieron por fusión
de bacterias sin núcleo (procariotas), es decir que cada una de nuestras células surgió no por
competencia, por supervivencia del más fuerte (Darwin), sino por cooperación, por trabajo en
equipo. La vida de organismos como los seres vivos sería imposible sin la simbiosis (cooperación)
de millones y millones de bacterias que nos “permiten” la vida.
El cuerpo humano es un sistema complejo. Los sistemas tienen propiedades emergentes que no
se encuentran en las partes que los componen. No se pueden predecir las propiedades de un
sistema complejo, dividiendo y analizando sus partes, que es lo que ha hecho el paradigma
mecanicista. Las propiedades emergentes sólo surgen cuando el sistema actúa como un todo. Sólo
colocando el funcionamiento el sistema podremos saber cuáles son sus propiedades emergentes.

Sistemas complejos son, por ejemplo, el ser humano, el clima, un grupo de trabajo, un barrio,
una ciudad, una nación, el clima, los ríos, la economía, etc.

Propiedades emergentes del sistema complejo ser humano son: la vida, las emociones, la
conciencia, los pensamientos, las sensaciones, las emociones, el aprender, el comprender, el
espíritu de equipo, la salud, el bienestar, el hambre, la risa, los recuerdos, los sueños, el
movimiento, las sensaciones, el dolor, etc.

De acuerdo al pensamiento sistémico, para modular las propiedades emergentes de un sistema


se debe actuar en éste y no en la parte, para tratar de cambiar sus propiedades emergentes y
restablecer las que se han perdido. Y así, llevarlo de la enfermedad a la salud, del dolor al no
dolor. De la no conciencia a la conciencia, del estancamiento al desenvolvimiento. Si el sistema es
un grupo, entonces se deberá trabajar en el grupo, el vecindario o la ciudad.

Hoy se asimilan los sistemas complejos a redes de araña, en donde al tocar una parte, se afecta
toda la red. Al actuar en una red (como la nerviosa, o la hormonal) se afectan las otras redes.
Ninguna red es independiente, todas se interconectan. “El aletear de una mariposa en Río de
Janeiro puede producir un huracán en Japón”.

Otras propiedades emergentes, no vivientes, son los remolinos, los tornados, la temperatura, la
presión, la música, el arco iris, la cultura, las llamas, las nubes.

Emergencia es lo que ocurre cuando un sistema de elementos relativamente simples que se


organiza espontáneamente y sin leyes explícitas hasta dar lugar a un comportamiento inteligente.

Sistemas tan dispares como las colonias de hormigas, los cerebros humanos, los grupos de
vecinos, las ciudades, siguen tal comportamiento. En todos ellos, los agentes de un nivel inferior
adoptan comportamientos propios de un nivel superior: las hormigas crean colonias, los individuos
grupos, los que viven en ciudades, vecindarios.

Hoy el comportamiento emergente no es sólo una extravagancia científica; es el futuro.

Notas Preparadas por Raúl Jiménez Gómez.

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