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Ciclo de Vida de Un Producto
Ciclo de Vida de Un Producto
Como el ciclo de la vida misma, que recorre todas nuestras etapas desde el
nacimiento hasta la muerte. Y, también como en la vida misma, es necesario
conocer en profundidad los dos elementos básicos en este concepto: el
producto (que sería el equivalente a los seres vivos, con sus bondades
dispuestas a ser adoradas por los demás y sus inevitables fallos) y las propias
fases (cada una con sus propias características).
1. INTRODUCCIÓN
Hay que darlo a conocer y expandirlo usando las estrategias más certeras y que
mejor se adapten a su propia naturaleza. Porque, al fin y al cabo, esta es la
etapa de la incertidumbre: es totalmente imposible prever si el producto va a
ser un éxito o un fracaso, así que lo mejor será que hayas invertido buenas
energías en su desarrollo para que las estrategias aplicadas en esta fase lo
conviertan en un hit.
2. CRECIMIENTO
Las ventas empiezan a crecer, los beneficios también. Eso significa que el
producto ha entrado en su fase de crecimiento. Y eso significa también que es
necesario dar espacio para el crecimiento de ventas y beneficios aumentando la
producción (lo que es curioso porque, como ya sabes, una mayor producción
implica unos costes menores).
Pero, ojo, porque un producto que está en etapa de crecimiento también es un
producto al que le crecen los competidores. Este es un momento de
vulnerabilidad en el que los competidores más desleales pueden aprovechar
cualquier vulnerabilidad de nuestro producto para crecer a nuestra costa. Así
que lo importante en este momento es blindar la calidad, posicionarse en el
mercado y adaptarse la producción a la demanda creciente.
3. MADUREZ
Por mucho que la madurez pueda parecer la mejor fase de todo producto (igual
que ocurre con los seres vivos), lo cierto es que es un momento que suele
proporcionar muchos quebraderos de cabeza. Nos encontramos, al fin y al cabo,
en el momento en el que las ventas se estabilizan, los beneficios siguen siendo
elevados y el público piensa en el producto como una opción consolidada.
4. DECLIVE
El declive suele venir propiciado porque las necesidades del mercado cambian y
el producto ya no puede adaptarse para satisfacerlas. Ya no es tan versátil y, en
consecuencia, el consumidor acaba cambiando sus hábitos y comprando algún
competidor que se ajuste mejor a lo que él espera.
Las ventas bajan y, por lo tanto, los beneficios también caen en picada. No es
una fase difícil de identificar. Pero sí que es una etapa que cuesta afrontar.