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º 55

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SUMARIO
NÚMERO 55 SEPTIEMBRE l 995

CLAVES DIRECCIÓN, JAVIER


or: r-"zóN l'Rl\cncA PRADERA Y í-'ERNAN­
DO SAVATER EDITA PROMOTORA GENE·
RAL DE REVISTAS
2 OCTAV!O PAZ NOSOTROS: LOS OTROS

14 FRANÇOIS FURET COMUNISMO Y FASCISMO

Ilustraciones
22 JOAOUÍN GARCÍA MORILLO CONS71TUCIÓN, ESTADO
E IGLJ:.:'SIA CATÓLICA
fOSÉ ANTONIO SISTIAGA.
·(san Sebastian, 1932) Uno
de los artistas vascos mas

34
interesantes de los últimos
tiernpos; pintor y cineasta,
se formó en París, entre los JOSEP RAMONEDA LO QUE NO SE PUEDE DEC/R
ai':ios 1954-1961, época en la
que el informalismo estaba
en pleno apogco.

42 JUL!O CARABAÑA UN MERCADO DE TRABA}O


BIEN FLEXIBLE

48 Filosofía política
Fernando Vallespín Dialogo entre gigantes
Rawls y Habermas

Caricaturas
LOREDANO
56 Teoria social
Helena Béjar Ouebraderos de virtud

62
PROGRESA. GRUPO PRISA
PRESIDENTE, JESÚS DE POLANCO.
C O N SEIERO DEl.E':GADO· IUAN Ensayo
l.UIS CEBRIAN. DIRECTOR GENE':­
llAL IAVIER DÍEZ DE POl.ANCO.
Daniel lnnerarity La razón cómica
DIRECTOR GERENTL IGNACIO
QUINTANA. COORDINADORA EDI­
TORIAL, NURIA CLAVER. MAOUE­

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TACIÓN. LOLA RIVERA.
Comunicación
PU13LICIDAD; GDM. GRAN VÍA. 32, Magdalena Albero Andrés Telenovelas, intelectuales y público
7'', 28013 MADRID. TELÉFONO 91 /
536 55 00. =--==
CORRCSPONDENÇJA PROGRESA

74
Gl-:AN VÍA, ·n. 2" PLANTA 2SO 13 MA·
Ol{!D TLLÉFONO 9 l/ 538 61 04, FAX Psicocmalisis
?l/'>222291
IMPIU:::SIÚN· MATEU CROMO CARRETE• Fanny Schutt y M ª Dolors Renau Poder política y narcisismo
IV\ 0[. FUENL/\BR/\0A. S/N PINTO !MA·
DRID) TELÉFONO 691 08 50. DE::PÓS!l'O
l.[GAL M !0.162/1990

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ARCE (Asociación de Revis­
tas Culturàles Espafiolasl
DISTl�J[3UCIÓN ITACA LÓPCZ DE
78 Semblanza
Danubio Torres Fierro Alejandro Rossi

l·lOYOS, 141 28002 MADRID

79
PARA PITICIÓN DE SUSCRIPCIONES Y
NÚMEROS ATRASAOOS DIRIGIRSE A: Casa de citas
f"l)ISA LÓPEZ DE HOYOS. 141 28002 MA­
ORlfJ n:u�r-ON091/3224322 Laura Freixas , Jules Renard
':

L a telenovela es, desde


hace ya algunos a ños,
partc :ntegrante de las pa­
TELENOVELAS, a alguna de las preguntas
anteriores. dentro del estu­
dio de la telenovela. con­
mllas de programación de
las televisioncs europeas, y INTELECTUALES vendría explorar primera
las relaciones entre las es­

YPUBLICO
/
mas concretamente de la tructu ras narrativas y los
española. En general. los procesos de identificación
intelectuales españoles que realiza el espectador
consideran que el cule­ MAGDALENA ALBERO ANDRÉS como parte de un proceso
brón, como se conoce a interpretativo activo de su
este género en España, es contexto mas habitual. En
televisión y estética kitsch este sentido, quisiera des­
combinados para mantener tacar que las telenovelas
a sus seguidores pacíficos. son, ante todo. una narra­
abotargados e inmersos en culturales vigentes y que gía. la ciencia cognitiva, la ción. explican una historia,
historias interminables que afectan directamente a la microsociología. etcétera, nos cuentan algo de la vida
los tendran pegados al te­ televisión y otros medios que tienen en común su de otras personas, y, por
levisor y alejados de intere­ de comunicación de masas. aproximación a los hechos tanto. presentan senti­
ses culturales que serían en tanto que procesos hu­ mientos y situaciones co­
positivos para su forma­ manos dinamicos e inte­ munes al género humano.­
ción como individuos y ciu­ La interpretación ractivos y tienen en consi­ Se puede i r mas lejos y
dadanos responsables y del público deración los aspectos cog­ afirmar que las narrativas
críticos. Sin embargo, este nitivos e interpretativos de del m undo son infinitas
reduccionismo ya tantas En las últimas dos déca­ la actuación personal y so­ (Barthes, 1977). En reali­
veces aplicado al estudio das. los estudios sobre el cial. En el campo de la co­ dad. la narrativa esta pre­
de la televisión resulta pe­ fenómeno comun icativo municación de masas se ve sente en todas las formas
I igroso porque impide ana­ humano en general que se también la necesidad de humanas de expresión. Es
lizar a fondo la dinamica han realizado en el marco repensar la forma de estu­ decir, los relatos se en­
de un fenómeno social en de psicología. la lingüísti­ diar la relación entre la te­ cuentran en todas las épo­
el cual el espectador y su ca, la sociología y la antro­ levisión y sus espectado­ cas. Jugares y tipos de so­
contexto juegan un pape! pología han llevado cada res. El analisis de conteni­ ciedad. Por tanto. parece
;mportante. Para intentar vez mas a acentuar la im­ do resulta insuficiente para ser que la existencia de las
,ivanzar algo en la com­ portancia del usuario en entender el proceso de re­ narraciones es algo que se
prcnsión del impacto de relación con la del signo. A cepción, ya que no aborda :1a ido desarrollando de
las telenovelas. quisiera este hecho han contribuido la interpretación que hace :arma paralela a la historia
primero analizar las posi­ tanto problemas practicos. el individuo de los conteni­ de la humanidad. En cicrto
bles razones del éxito de como por ejemplo las difi­ dos que recibe. Por otro modo nuestras propias
este género televisivo entre cultades de la semantica lado. el analisis de los vidas son narraciones suce­
la población. centrandome .estrictamente lingüística efectos aísla el impacto de sivas (Brumer. 1990). Y es
para ello en sus caracterís­ para explicar el problema los medios de cpmunica­ precisamente por estas ca­
ticas como espectadores del significado. como tam­ ción del efecto de otras racterísticas por las que
activos de televisión, que in­ bién la conciencia mas sis­ instituciones y, finalmente. podemos referirnos a unos
terpretan unos contenidos témica y holfstica del la teoría de los usos y gra­ procesos de comprensión
de acucrdo a unos códigos nuevo paradigma cientffico ti ficaciones no profundiza de una estructura narrativa
culturales que comparten y que otorga importancia en las razones por las cua­ aplicable a todos los géne­
a unas necesidades de tipo crucial al contexto de los les alguien escoge un pro­ ros. unos procesos de iden­
individual. Paralelamente, fenómenos y que pierde el grama determinado (Gans. tificación con personajes y
intentaré sondear en los miedo a la recuperación de 1980). De este modo que­ situaciones y un uso indivi­
motivos que impulsan a la mente como objeto y dan sin responder pregun­ dua l y socio-c ultural de
muchos intelectuales a rea­ como factor de estudio tas basicas: ¿Oué escoge la estas narrativas que, aun­
lizar un cierto tipo de ana­ científico. Esta anteposi­ gente de aquello que ha que de forma inconsciente.
lisis utilizando unas premi­ ción d� la persona al signo seleccionado? ¿Oué en­ juega una parte activa a la
sas detcrminadas. El anali­ se produce todavía con re­ tiende de aquello que ve? hora de interpretar los con­
sis de los elementos que sultados balbuceantes e in­ ¿Cuanto le importa lo que tenidos televisivos. De este
intcrvienen en los procesos seguros en el interior de ve? ¿Cómo reacciona ante modo, la relación entre el
intcrpretativos de los inte­ diferentes nuevas líneas de los personajes de ficción texto televisivo y la audien­
lectuales y de la población investigación que surgen televisiva? ¿En qué grado ci a que lo interpreta de­
en general en la recepción de diversas aproximacio­ !e satisface lo que ve en te­ pendera tanto de las expe­
de las telenovelas puede nes: el llamado analisis del levisi ón? ¿Oué combina­ riencias y la vida diaria de
dar Jugar a pistas impor­ discurso. la sociolingüísti­ ción entre �o real y lo fan­ la audiencia como de la es­
tantes que deberían ayu­ ca inter�facional. la prag­ tastico prefiere? tructura del texto (Livings­
darnos a repensar políticas matica y la etnometodolo- Para intentar responder tone. 1992).
1

68 COMUNJCACJÓNCLA VES
DE .-,uON PRACTICA
La estructura de las tele­ exposición. complicación y novela adquiere para el es­ velas todo termina final­
n ove I a s contiene en sí crisis. Sin embargo, mien­ pectador es una red de mente arreglandose. Dadas
misma todos los compo­ tras la estructura dramatica compiejas relaciones so­ estas características es po­
nentes tradicionales del tradicional incluye siempre ciales que esta inextrica­ sible que al espectador ha­
drama que estructuran la alguna especie de conclu­ blemente unida tanto a los bituado a la narración !ite­
acción. Y la acción drama­ sión, la serialidad inheren­ signos como al uso que la raria no popular. en general
tica es. en su definición te a la telenovela implica gente hace de estos signos. mas compleja en cuanto a
mas simple. el cambio hu­ que cada acto dentro del Desde esta perspectiva po­ la evolución de los perso­
mano. Los cambios de po­ episodio. y cada episodio. demos pensar también en najes y las situaciones. le
sición física. contexto ex­ debe finalizar justamente la existencia de aspectos aburra el excesivo esque­
terno. sentimientos, acti­ al principio -o durante- el de la telenovela que pue­ matismo de las telenove­
tud mental y relaciones momento climatico. no lle­ den motivar a la audiencia las. Por otro lado, la perso­
interpersonales son ejem­ gando nunca a la resolu­ como individuos. Estos as­ na que ha leído poca litera­
plos de actividades huma­ ción. Ademas, las telenove­ pectos pueden estar rela­ tura culta puede encontrar
nas que pueden servir de las intentan conseguir. a cionades. basicamente, difícil de seguir una narra­
materia prima para una na­ partir del desarrollo de va­ con las historias. los perso­ ción con matices a los que
rración dramatica (Smiley, rias historias paralelas, que najes y las relaciones que no esta acostumbrada.
1971]. El melodrama. al cada entrega satisfaga dife­ establecen entre ellos y el Lo descrito anteriormen­
igual que la tragedia. utili­ rentes niveles de interés medio en que se mueven. te parece indicar que los
za las emociones para -romance. humor. intriga, Sin embargo. las telenove­ seguidores habituales de
hacer avanzar la acción. Un suspense-. Estos elemen­ las gustan. pero no a todas telenovelas pueden ser
argumento apropiado em­ tos, propios de las seriali­ las audiencias. Entre el pú­ personas poco familiariza­
plea una historia con ele­ dades narrativas. hacen bl ico existen seguidores das con formas narrativas
mentos que se mueven de que la audiencia que sigue habituales. espectadores que se alejen de los patro­
la placidez a la amenaza. al el desarrollo de estas his­ esporadicos. otros que nes habituales del cuento
conflicto. para terminar en torias. lejos de esperar un simplemente ignoran su o la leyenda a los cuales se
la victoria del protagonista. final que nunca llega, dis­ existencia y también los ha accedido de forma oral.
En la estructura de la frute precisanente de ese que públicamente la deplo­ Visto desde esta perspecti­
acción melodramatica en­ suspense cuya técnica -ya ran. La actitud de cada uno va. se trataría de especta­
contramos, pues. los tres conocida en las novelas de estos gru pos con res­ dores de televisión poco
elementos narrativos tra­ por entregas y en los seria­ pecto a la telenovela es expuestos a la narrativa es­
dicionales: introducción. les radiofónicos- es cada consecuencia de su situa­ crita. o al texto escrito en
nudo y desenlace. Si bien vez mas refinada. Paralela­ ción cultural/social y psí­ general. pero que saben in­
los elementos de la estruc­ mente. las historias y los quico/individual, y marca­ terpretar correctamente el
tura narrativa arriba cita­ personajes de las telenove­ ra. por tanto. su forma de lenguaje audiovisual. Esta
dos son facilmente identifi­ las resisten el paso de los interpretar y usar la teleno­ facilidad de interpretación
cables en cualquier tipo de episodios sin aburrir al es­ vela. En las telenovelas. la se debe. en parte. a la ex­
narración, en el caso de la pectador. Parece ser que la división del mundo entre posición generalizada al
telenovela se tiende a profunda interpenetración buenos y malos. ricos y po­ cine y a la televisión. Otro
mantener su estructura y entre temas de ficción y bres. ambiciosos y ge�ero­ componente cultural im­
extensión gracias a la se­ vidas corrientes que ha sos. amigos y enemigos portante del espectador de
rialidad y el suspense. Por marcado el género de fic­ rodea en general a una his­ telenovelas es su grado de
este motivo. los códigos ción seriada desde la toria de amor desdichado libertad expresiva. En mu­
narrativos de la telenovela época de Charles D-i'kens pero con final feliz. Como chas sociedades el grado
dejan la historia perma­ hasta el presente ha ido to­ telón de fondo. la constan­ en que alguien puede reír.
nenternente abierta. La es­ mando nuevos temas, per­ te de luchar contra el en­ llorar. pelearse. gritar o be­
tructura a base de episo­ sona jes. mensajes y me­ torno en el que a uno le ha sarse en público esta mu­
dios es uno de los pilares dios de comunicación en tocado vivir para mejorarlo. chas veces en relación di­
de la serialidad. Se puede respuesta a las demandas y Este planteamiento -por recta a la clase social a la
decir que. a nivel de estruc­ tecnologías disponibles. otro lado ya utilizado en que pertenece. Lo que para
tura narrativa. las telenove­ Preguntarnos el por qué cuentos. leyendas y narra­ unos es síntoma de debili­
las desarrollan tres o cua­ gustan las telenovelas nos ciones épicas- responde a dad y mal gusto. para otros
tro minihistorias de forma lleva a plantearnos la exis­ una estructura de narración es una forma de comunica­
paralela; y esto se consigue tencia de unos procesos de oral en la que tiene mucha ción. Mientras los primeros
a base de ir ampliando las interpretación e identifica­ importancia la compren­ aíslan los sentimientos pri­
historias de episodio a epi­ ci ón por parte de la au­ sión de las razones del pro­ vades de los públicos. los
sodio. y también haciendo diencia. El núcleo de todo tagonista. la facilidad para segundos los mezclan. Asf
que cada episodio pueda proceso comunicativo es el el seguimiento de sus ac­ pues. mientras que la cons­
convertirse en una expe­ encuentro entre el mensaje ciones y la moraleja que tante expresión de senti­
riencia dramatica comple­ y su receptor. o entre el suele contener el final de mientos basicos que sacu­
ta. es decir, que incluya los texto y su lector (Eco. 1979). la historia. Al igu�I que en den con fuerza a los perso­
tres elementos basicos de El significado que la tele- los cuentos. en las teleno- n a j es de las telenove/as

CLAVES COMUNICACIÓN
Dl::: RAZÓ:-1 rRACTICA
69
ïJiLHNOVELAS, INTELECTUALES Y PÚBLICO

parece observarse como no es alga nuevo. ni mucho mucho mas amplia que la la interpretan y el horario
algo desagradable y reite­ menos propio únicamente incluye dentro de la pro­ en que se emite influyen a
rativa por la clase media o entre los seguidores de las gramación de entreteni­ la hora de seleccionar la
media alta. para las clases telenovelas. La creciente miento. La división un telenovela que se va a se­
populares puede presentar audiencia de los reality tanta maniquea que lleva­ guir. Esto no quiere decir
algún aspecto con el que shows televisives, progra­ ba a considerar la televi­ que no exista también el
identificarse. y aumentar mas radiofónicos con parti­ sión informativa cómo útil espectador habitual de
así el interés de la historia. cipación de la audiencia y y, por tanta, mejor, definía mas de una telenovela dia­
El uso de situaciones co­ las siempre populares revis­ la programación de entre­ ria. Sin embargo. estos
tidianas no es una elección tas del coraz6n puede. quiza. tenimiento como algo inú­ casos responden mas a
exclusiva de las telenove­ entenderse como la res­ til. destinada a adormecer personas que, por edad
las. ya que lo cotidiano es puesta a la adaptación mass todavía mas a las masas in­ avanzada o por soledad ex­
y ha sida siempre una medititica de un componente cu l ta s. Sin embargo. la trema. no tienen ninguna
fuente importante de dis­ basico de la interacción so­ constante evolución de la alternativa a ver la televi­
tintos géneros narrativos. cial: el saber alga sobre los televisión en alga siempre sión. Ver la televisión es
Asimismo, los sentimien­ demas. Parece, pues, que relacionada con el entrete­ para muchos un recurso
tos universales y las estruc­ una parte importante de nimiento, pera no por ello contra la soledad. La tele­
turas dramaticas reconoci­ todas las conversaciones desprovisto de informa­ novela presenta. por su
bles en todas las culturas esta generalmente relacio­ ción. lleva a replantearse parte, una opción valida
minimiza los diferenciado­ nada con un cierto inter­ conceptos sobre los conte­ -en ausencia de otras�
res culturales de los distin­ cambio de opiniones y re­ n idos televisivos. En este para salir un memento de
tos países productores de latos sobre la vida de cada nuevo planteamiento hay la cotidianidad diaria y en­
melodramas seriados para una y las ajenas. Esta po­ que preguntarse cómo la trar en un mundo ajeno,
la televisión. Así. puede dría indicar que las conver­ audiencia integra los con­ pero a la vez propio. en el
trazarse un cierto paralelis­ saciones con atros pueden tenidos televisivos y les da que el sentimiento. el sus­
mo entre situaciones fami- considerarse como parte significada en tanta que pense y la continuidad jue­
1 iares de telenovelas que de un proceso de explica­ son parte de un entorno gan un pape! importante,
provienen de culturas dife­ ción de la realidad que mas complejo en el que permitiendo incluir una ru­
rentes. Es decir. los temas todos compartimos. ya que atros elementos y procesos tina distinta en situaciones
de fondo: conocer quiénes para otorgarle sentida a comunicatives también in­ cotidianas en las que diff­
son los padres o los hijos esta realidad no podemos tervienen (Livingstone, ci l men te pueden encon­
de uno. embarazos no de­ prescindir del grupo ( Ber­ 1990). trarse otro aliciente.
seados. adulterios, críme­ ger y Luckmann. 1983). El Al plantearnos el uso El uso de la telenovela
nes pasionales. sobornos, grupo es. de alguna mane­ que el espectador de tele­ como recurso contra la so-
chantajes y atros elemen­ ra, el que genera el hti&itus novelas hace de estos con­ 1 edad no es el única. ya
tos desencadenadores de (Bordieu. 1980) interpreta­ ten i dos parece necesario que se da también, sobre
situaciones dramaticas. tiva, por lo que podemos preguntarnos cómo se inte­ todo en mujeres jóvenes,
pueden encontrarse en hablar de pautas interpre­ gran tanta sus contenidos un c ierto seguimiento.
mayor o menor grada tanta tativas diferenciadas para como la forma de verlas en Ante la tendencia cada vez
en A&igail. como en Fa/con comprender un mismo en­ el contexto habiJual de su mas generalizada a aban­
Crest. East Enders o en la torno. audiencia. A s í pues, el donar el mundo doméstico
producción catalana de La interpretación del en­ grada que en cada persona e imitar al hombre en el
Poble Nou. La facilidad con torno se hace, pues. a par­ reorganiza su actividad al­ ambito pública, muchas
que estas historias tras­ tir de pautas de grupo y rededor de las telenovelas mujeres jóvenes que traba­
cienden fronteras no les también de pautas indivi­ dependera de condicionan­ ja n p ueden echar de
priva por ella de caracterís­ duales. Unas y otras tienen tes tales como el estar o no menos la forma de canali­
tica s culturales propias. un pape! importante a la acompañada a la hora de la zar sus sentimientos afecti­
Sin embargo. los verdade­ hora de es tablecer una telenovela. el mayor o vos en la rutina diaria. En
ros protagonistas son las forma de vivir con el con­ menor gracio de flexibilidad este caso. la telenovela
relaciones humanas y los texto. Así. si bien la televi­ de las actividades que puede llegar a cubrir en
problemas que de ellas se sión es un elemento im­ deba realizar y la existencia parte esa carencia porque
derivan. Y esto es cierta­ portante en el contexto ha­ o no de olras formas de en­ informa, a su manera,
mente de interés y com­ bitua l de grupos distintes tretenimiento a su alcance. sobre el mundo de los sen­
prensión universal entre de interacción social. el Para las seguidoras de tele­ ti m i entos femeninos en
quienes pueden reconocer­ uso que se dara a los con­ novelas, la cita diaria con torno a la relación afectiva
se en alguna de estas si­ tenidos televisives estara la historia que estan si­ (Roura. 1993). Entre los se­
tuaciones. aunque no per­ muy diferenciada según el guiendo es tanta un modo guidores habituales de las
tenezcan a la misma cultu­ hti&itus y ias necesidades in­ de distracción como una telenovelas figuran segura­
ra ni hablen la misma dividuales concretas. La te­ forma de contacto con el mente muchos hombres.
lengua. lenovela pertenece al géne­ mundo exterior. El atracti­ Sin embargo. éste es un
El interés por las vidas ro de ficción televisiva y va de !a historia, la familia­ dato que difícilmente
ajenas -reales o de ficción- también a una definición ridad con lo� actores que puede conocerse. dado que

70 COMUNICACIÓN CLAVES Ol! RA7ÓJ'.1 pr:ACTICA


MAGDALHNA ALBERO ANDRÉS

la tematica y forma narra­ nes que pueden llevar a rnente emotiva, que tendra que actúa corno modelo
tiva de la telenovela se que alguien siga una tele­ mas o rnenos protagonis­ socializador de un indivi­
consideran mas bien novela y disfrute viéndola. rno en las interpretaciones duo insiste en la observa­
"cosas de mujeres", y mu­ quisiera en esta segunda y acciones del individuo. El ción, el autocontrol y la re­
chos hombres piensan que parte identificar los ele­ grado de protagonismo de­ flexión, parece dejar -para­
acentúan su masculinidad mentos del hó.bitus interpre­ pen de del valor que el lelamente- una cierta
alejandose de lo femeni­ tativo del intelectual y el grupo otorgue a la emocio­ convicción de que esta op­
no. Otro grupo importante pape! que éstos juegan a la nalidad o a la racionalidad. ción, la suya, es la rnejor.
de seguidores desconoci­ hora de opinar sobre un Intentar explicarse el pro­ ya que responde a una acti­
dos responde a personas programa de televisión. ceso de adquisición y desa­ tud basada en el conoci­
que, por su formación cul­ Como ya se ha indicado rrol lo de la racionalidad, miento, en la información
tural. ambito social en el anteriormente, en el proce­ dentro del marco mas am­ (Ross, 1989). La actitud de
que se desenvuelven e in­ so de otorgar significado a plio de la socialización po­ los intelectuales con res­
tereses, rechazan el géne­ los elementos de nuestro dría ser una forma valida pecto a la cultura popular
ro de la telenovela. Sin contexto intervienen facto­ para comprender las razo­ se apoya, de algún modo,
embargo, dentro de este res individuales y tarnbién nes de muchos intelectua­ en esta prernisa, ya que, en
grupo también hay quien grupales. Nuestra interpre­ les para su descalificación general, se considera que
alguna vez se ha dejado tación de algo que vernos. de las telenovelas. En este el conocimiento esta en la
engancfiar por esas narrati­ leernos o escucharnos, ne­ sentido, parece observarse base del poder. Así pues.
vas y ha seguido durante cesita ra de unas pautas que el mayor o menor de­ para reconocer los efectos
algunos capítulos la evolu­ que son. en parte. el resul­ sarrollo de lo que podría­ sociales y culturales de
ción de la historia. tado de nuestra propia ob­ rnos denominar "la mente esta admitida interrelación
servación de las normas racional" marca tanto el entre conocirniento y poder
del grupo al que estarnos grado de expresión de sen­ se recurre al concepto de
Las representaciones expuestos. Asirnisrno. la timientos en público como gusto. En general. la defini­
del intelectual mente de cada individuo también la formación del ción de buen gusto que
parece ir generando cate­ gusto. El buen gusto y el comparten muchos intelec­
La cornprensión de la es­ gorías de interpretación y mal gusto son, al fin y al tuales es de origen euro­
tructura narrativa, los pro­ de expresión que estan cabo. definiciones raciona­ pea. precapitalista y prete­
cesos de identificación y muy relacionadas con las les que intentan explicar levi si vo. Es, en cierto
uso de la telenovela que tendencias generales del las reacciones que muchas modo. resultada de un co­
son la base de la interpre­ grupo. La función del veces comparte un grupo noci rn iento al que se ha
tación popular a la que he grupo puede. quiza. expli­ ante diversas situaciones. accedida por vía escrita y
intentado aproximarme car en parte el mayor o La telenovela. con su su­ de un proceso de observa­
tiene su contrapartida en menor desarrollo de lo que cesión de pasiones incon­ ción y autocontrol hereda­
otro proceso interpretativo: podríamos llamar la mente troladas. sentimientos a do del grupo y apoyado por
el que llevan a cabo los in­ racional que adquiere cada flor de piel. vfctimas y ver­ la lectura reflexiva. Desde
telectua les delante de la individuo a lo largo de su dugos. es la antítesis de la esta perspectiva !iteraria. el
televisión. en general, y de proceso de socialización. racionalidad. El sentirnien­ concepte de gusto parece
las telenovelas. en particu­ Sin embargo, y paralela­ to sustituye casi siemtre al centener de manera implí­
lar. Si hasta ahora he trata­ rnente a la mente racional, pensarniento y la acción a cita una división importan­
do de comprender las razo- se desarrolla también la la razón. Cuando el grupo te entre cultura e industria.
r-----

Una obra singular sobre la


generaci6n que ocupa el pode,:

l ---
TELHlVOVEIAS, INTELECTUALES Y PÚBLICO

Es decir, el producto cultu­ prensión de una realidad un vehículo v alido de tos de industria, informa­
ral tiende a recoger las ca­ distinta a la que los generó transmisión de informa­ ción, cultura, educación
racterísticas del buen en su memento. La indus­ ción. Así pues, en el proce­ y socialización no pueden
gusto, mientras lo indus­ tria no es ya algo que so de forrnación, manteni­ entenderse aislandolos
trial pertenece al reina del pueda entenderse aparte miento y evolución de los unos de otros. sino par­
mal gusto. En este sentido, de la cultura, como tampo­ sistemas socio-culturales tiendo del reconocimiento
una opinión todavía bas­ co se puede decir que la humanos, es importante el de su constante inter­
ta nte genera lizada entre única forma de acceso a la hecho de que todos pare­ acción. Visto de esta forma,
los intelectuales españoles información sea la lectura. cemos compartir unos sig­ lo escrito y lo audiovisual
es considerar a la televi­ La reacción de muchos in­ nificados que atribuirnos a son elementos comunicati­
s ión y sus contenidos telectuales europees ante lo que nos rodea (Mead, vos dentro de una misma
como productos únicamen­ las telenovelas y la progra­ 1934, Blumer, 1969). De cultura.
te industriales cuyo objeti­ mación televisiva en gene­ este modo, en la constante Partir de la separación
vo comercial rebaja decisi­ ral es -en cierto modo- Ió­ interacción entre las perso­ entre cultura y medios de
vamente su valor estético y gica si analizamos las con­ nas se transmiten significa­ comunicación de masas
los convierte en una expre­ ceptua l izaciones de que dos ya existentes y se mo­ lleva en muchos casos a
sión de mal gusto. parten para realizar su ana­ di fi can y se crean otros aislar a los medios de co­
Dentro de esta división l i sis. Basicamente, el es­ nuevos. El proceso de crea­ municación, y mas concre­
entre cultura e industria, es queleto conceptual que to­ ción de significades esta tamente a la televisión del
interesante observar el davía utilizan bastantes también presente en cual­ resto de contextos socia-·
proceso que ha seguida la científicos sociales europe­ quier forma de cornunica­ les. Así, al estudiar la tele­
cinematografía europea en es para estudiar la televi­ ción no interpersonal como visión, existe todavía una
general y española en par­ sión parte de una división puede ser la escrita y la au­ tendencia a aplicar un ana­
ticular. Mientras el cine se entre lo escrito y lo audio­ d i ovis ua l. Por lo tanto, l is is unidireccional en el
convertía en una industria visual y de un desconoci­ todo proceso comunicativo que se establece una rela­
en Estades Unidos, Europa miento del receptor y sus puede ser transrnisor y ge­ ción de causa y efecto. Uti­
optaba por calificarlo como distintos niveles de inte­ nerador de formas cultura­ lizar este tipo de analisis
cultura y dotarlo de un racción con el medio tele­ les. Sin embargo, en mu­ para la telenovela compor­
valor testimonial, de crítica visivo. chos analisis que se hacen ta muchas veces estudiar el
y de reflexi ón, haciendo La capacidad de acceder sobre los medios de comu­ fenómeno de recepción de
desaparecer progresiva­ de forma individual al co­ nicación de masas se tien­ la telenovela, centrandose
mente toda expresión po­ no cirn i ento formal y de de a pensar que los conte­ en aspectos tales como la
pular, y perdiendo poco a contrastar informaciones n idos televisives no son estructura y tematica del
poco su valor como entre­ diversas ha llegado durante cultura, en parte porque no culebrón. Se trata de aspec­
tenimiento. El aislar al cine mucho tiernpo únicamente se presentan en forma es­ tos que, al analizarse de
como un concepto única­ por vía escrita. Por otro crita y también porque su forma separada, aportan
mente cultural puede con­ lado, para interpretar la in­ acceso y comprensión son una información superfi­
siderarse quiza como un form ación escrita se re­ generalizados, rnientras cial. Estos analisis, si bien
paso decisiva para llegar a quiere una familiaridad con que esta característica no pueden facilmente acom­
la situación de proteccio­ un código impuesto, al que se da con la inft:,rmación pañarse de estadísticas y
nismo que se esta viviendo no puede accederse de escrita. Paralelamente, se datos objetivos de todo tipo,
en la actualidad. La divi­ forma natural. También es tiende a creer que una in­ resultan insuficientes a la
sión entre cine-cultura­ cierto que el código escri­ formación escrita, al ser la hora de responder a pre­
buen gusto-élite, por un to, si no se adquiere en la expresión de una mente guntas basicas como, por
lado, y televisión-industria­ infancia, o si no se practica que piensa, puede calificar­ ejemplo: ¿Por qué gustan
mal gusto-masas, por otro, la lectura con frecuencia, se -en general- de produc­ las telenovelas? Intentar
ha tenido consecuencias repre senta un esfuerzo te cultural. Desde esta buscar posibles respuestas
negativas tanto para el cine para muchas personas, por perspectiva, la información a esta pregunta implicaría,
como para la televisión. Si lo que, generalmente, tien­ audiovisual, al ser un pro­ en parte, sustituir la apro­
por una lado el cine euro­ den a optar por otras vías ducte de equipo que forma xirnación de causa y efecto
peo ha perdido gran parte de comunicación. Las dos parte de una dinamica co­ por otras menos contun­
de su capacidad de atraer formas naturales de comu­ mercia l e industrial, no dentes como procesos e inte­
al público, la televisión ha nicación son la oral y la vi­ puede considerarse como racciones. Asimismo, quiza
renunciado, en general, a sual, por lo que toda per­ producto cultural. En esta obligaría también a susti­
producir algo propio, atrac­ sona que vive con otras in­ aproximación a lo que es o tuir el concepto de audien­
tivo para una audiencia terpreta facilmente lo que no cultura, aparece otra vez cias por otro mas personali­
mayoritaria y exportable a ve y escucha y puede emitir esta tendencia errónea a zado corno pudiera ser el
otro países. Esta situación mensajes orales o gestua­ separar lo industrial del de receptor y su contexto. Pare­
es en parte resultado de les a los demas. Por este proceso comunicativa y ce pues que, la compren­
una aplicación errónea de motivo, la televisión -oral por tanto cµltural. Sin em­ sión de la reacción de los
conceptos decimonónicos y visual a la vez- es un có­ bargo, en e'I �uevo ecosis­ espectadores ante los con­
para el analisis y la com- digo faci! de interpretar y tema cultural ,los concep- tenidos televisivos requiere

72 COMUNICACIÓN CLAVES or:: RAZÓN l•RACTICA

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