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El último momento tiene lugar a la mitad del siglo XX, cuando se combinaron distintos
factores que desembocaron en la usurpación de tierras indígenas. Por un lado, la
violencia de los años 50 permitió el aumento de la propiedad terrateniente del norte
del Cauca. En los años 60, las políticas de modernización agraria y el aumento
internacional de la demanda de azúcar colombiano, generado por el bloqueo a la
comercialización de la producción cubana a raíz de la revolución de 1959, permitió
el aumento y la consolidación de los cultivos de caña en el Norte del Cauca, lo que
implicó un nuevo ciclo de expropiación de tierras indígenas.
La historia que explica la manera en que las tierras bajas del Cauca se encuentran
hoy bajo títulos de propiedad de grandes terratenientes e ingenios da clara cuenta de
la ilegitimidad del origen de estas propiedades, sustentadas en la violencia como
mecanismo que permitió la concentración de la tierra y la acumulación necesaria para
la posterior reproducción del capital. En contra, la lucha de las comunidades indígenas
no es por la apropiación privada de estos territorios sino que el movimiento busca que
las tierras entren a formar parte de los territorios colectivos de los resguardos.
De allí que los indígenas que lucharon contra el terraje en los años 70 se negaron a
aceptar los planes presentados por el hoy liquidado Instituto Colombiano para la
Reforma Agraria (Incora), en donde se quiso establecer la entrega de tierras bajo la
creación de cooperativas o empresas de producción campesinas, sin integrar estas
tierras a los resguardos. Esta resistencia señala que las demandas indígenas no se
limitaban sólo a la entrega de tierras sino que su memoria operaba en la forma de
reconstrucción de los resguardos.
Es cierto que los resguardos de las diferentes comunidades indígenas que habitan el
Cauca, entre ellos los de las comunidades nasa, misak, eperara-
siapidara, ambaló, guanaca, inga, kokonuco, polindara, totoró y yanacona, alcanzan
las 721.000 hectáreas. Sin embargo, de estas tierras, según el ««Análisis de la
posesión territorial y situaciones de tensión interétnica e intercultural en el
departamento del Cauca» de la Universidad Javeriana, 252.000 hectáreas pertenecen
a reservas forestales, 75.000 hectáreas son páramos no explotables y 25.000
hectáreas son tierras improductivas. De las tierras que pertenecen a los resguardos
sólo 91.000 hectáreas son aptas para cultivar, de manera que la distribución de tierras
cultivables entre las comunidades indígenas sólo llega a 0,37 hectáreas por persona,
lo que constituye una difícil situación para su seguridad alimentaria.
Concentración de la tierra
Ahora, gran parte de la tierra del Cauca está clasificada de baja y muy baja fertilidad:
solo el 3% de la tierra está clasificada como de alta fertilidad, 25% de fertilidades
bajas y 32% muy bajas. De allí que la presión que ejercen los terratenientes cañeros y
la multinacional Smurfit Kappa Cartón de Colombia por la posesión de las tierras de
mayor fertilidad haya devenido en un nuevo proceso de expulsión de las comunidades
indígenas, afrodescendientes y campesinas, que se encuentran confinadas sobre todo
en las tierras altas no productivas. Así, en municipios como Cajibío, Sotará y Timbío,
en donde las comunidades mantenían cultivos transitorios de café, caña panelera y
sorgo, poco a poco la gran industria de la caña de azúcar los ha desplazado a las
laderas de las cordilleras.
Actualmente, la lucha de los pueblos indígenas tiene por destino salir del
confinamiento de las tierras altas, bajar a las zonas de mayor productividad, vencer el
monopolio de la industria cañera y recuperar los territorios ancestrales para garantizar
la seguridad alimentaria de las generaciones venideras. Y es allí, en la lucha contra la
expansión terrateniente, en donde se encuentran las posibilidades de articulación
entre los movimientos indígena, campesino y afrodecendiente del Cauca, proceso que
se ha venido entretejiendo desde los años 70 y que, con la articulación de las
comunidades afrodescendientes y el movimiento indígena en la liberación de Lopez
Adentro en 1984, así como con la acción conjunta de indígenas y campesinos por la
liberación de la hacienda la Emperatriz en el municipio de Caloto, iniciado desde el
2005, se trata de un complejo proceso de articulación regional que aún continua su
marcha.
LA HISTORIA DEVELA LA ATROCIDAD PARA
APROPIARSE DE LAS TIERRAS DEL CAUCA
Actualidad Política / Judicial
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Los Valencia, como muchas rancias familias caucanas siempre han sacado sus abolengos históricos para
legitimar el orden establecido. Nosotros, dicen, hemos hecho este país, un país de gente decente, de
gente de bien.
Su pasado colonial se remonta al siglo XVIII, venidos de España. Al llegar a la aristocrática sociedad
payanesa hacen de la dominación sobre el trabajo esclavo en las minas del Chocó su principal recurso
para acaparar tierras en el Cauca. De hecho el poeta Guillermo Valencia, se quejaba de que en el siglo
XIX la liberación de los esclavos había sido perjudicial para su familia, por eso justificaba su adhesión
visceral al conservatismo y a las sanas costumbres. Eso lleva a esta familia a buscar otros negocios y
fortunas, al comenzar el siglo XX, se da a la tarea de apropiarse violentamente, pero al amparo de la
Ley, de los territorios indígenas. En respuesta los indios se rebelan y emerge el caudillo Manuel Quintín
Lame, quien se convirtió en el blanco del odio valenciano, ¿por qué un indio patirrajado se atrevía a
impedir que ellos, los Valencia, tomaran la tierra sobre la que se podían escribir malos versos bucólicos?
Este poeta y político, Guillermo Valencia, fue el más entusiasta en la captura y tortura de Quintín Lame
en 1915, se dice que cuando conducían al rebelde por el Puente del Humilladero en Popayán, de la boca
del poeta salió un escupitajo hacia el rostro de Quintín, otros dicen que entró a la carcel con sus rufianes
y lo molió a patadas. Además de la cárcel, por orden de los Valencia, Quintín fue desterrado del Cauca
y se radicó y siguió luchando en el Tolima.
La goda familia siguió acaparando tierras y humillando indígenas, hasta llegar a ser una de las familias
terratenientes más grandes de Colombia, aliándose con otros clanes latifundistas y burgueses como los
Iragorri y los Laserna y detestando a los indios, lo que no podía faltar de su habitus labrado
pacientemente, cuando el CRIC lanzó la campaña por la recuperación de desde la década de 1970, los
Valencia fueron los primeros en llamar a la paz, el orden y el respeto de la propiedad privada. Los
Valencia han hecho valer sus abolengos, son dueños además de empresas públicas, de negocios de
agrocombustibles, cañaduzales, de todo esto han pelechado fortunas, son defensores del proyecto
hidroeléctrico de la Salvajina y hoy orgullosamente militan unos con el gobierno de Santos (Aurelio
Iragorri Valencia actual MINAGRICULTURA) y otros, como Paloma Valencia con el uribismo. Los
Valencia saben moverse en esta tierra.
El departamento del Cauca es uno de los pocos departamentos con mayor ruralidad, el 62% vive en las
zonas rurales, de ahí que el acceso a la tierra sea fundamental. Las comunidades indígenas, campesinas
y negras viven en las tierras menos aptas para la agricultura: Bota Caucana, Macizo y zona del Pacífico,
mientras que las mejores tierras para la agricultura, las de la parte central del departamento están
destinadas principalmente a la ganadería latifundista, entre otras de la blasonada familia Valencia.
Así que el tuit de Paloma Valencia Laserna solo quiere que las cosas se queden como están, los pobres
en las tierras pobres, a las que históricamente fueron expulsados y los ricos en las tierras que tanto
“esfuerzo” les ha costado conquistar, son la gente de bien.
1. Antecedentes
El valle geográfico del Cauca fue una zona de poblamiento indígena intenso antes
de la conquista española. La territorialidad indígena exclusiva de alta montaña fue
impuesta a los indígenas sólo por el despojo territorial causado por la ocupación
violenta de los conquistadores. Desde entonces se establecieron, en las tierras
arrebatadas a los indios, trapiches para la producción de azúcar de caña, de
manera que los principales beneficiarios de las adjudicaciones de tierras usaron
mano de obra esclava, inicialmente indígena, suministrada mediante las llamadas
“encomiendas” o cuotas de trabajadores que se imponían a las comunidades y
finalmente, en forma masiva, con los esclavos secuestrados en África.
Haciendas, como Japio [1], Mataredonda y Agua Clara (llamada después
Manuelita), que bajo los Habsburgo o Austrias fueron entregadas a los jesuitas,
luego bajo los Borbones fueron confiscadas y entregadas a ganaderos,
comerciantes de esclavos o mineros, que devendrían posteriormente en poderes
locales absolutos, gamonales que controlaban la tierra, la economía y la política.
Familias como Holguín, Mosquera o Arboleda, controlaban a la vez haciendas en
Valle y Cauca y minas esclavistas en Chocó, Cauca y Nariño.
Hacia 1702 [2] la Corona reconoció los Resguardos indígenas de montaña y el
gobierno autónomo de sus “caciques”, como resultado de la resistencia indígena,
pero también del despojo de las tierras agropecuarias y de varias minas. El
régimen esclavista se mantuvo hasta 1851. Los hacendados-mineros vacilaron
entre el apoyo a España o a la Independencia y finalmente se pasaron a las
fuerzas patriotas después de 1821, pactando con el nuevo estado que sólo serían
libres los hijos de los esclavos, con lo cual lograron burlar la abolición. En 1851
tras ser derrotados en una guerra civil, con la que pretendieron anular la ley de
abolición de la esclavitud, procuraron convertir sus haciendas al régimen
denominado en el occidente terraje y en la región caribe matrícula [3], un
arrendamiento pagado con trabajo servil, que les permitía a la vez obtener caña y
trabajo para molerla o para cultivar otros productos.
Durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX la República recién constituida puso
la mira en los Resguardos y varios gobiernos y leyes propiciaron o facilitaron su
disolución. Simultáneamente nuevos hacendados y colonos recortaron las tierras
de Resguardo, mediante las vías de hecho y las trampas de notaría. En tal
situación surgió en el Cauca el movimiento indígena masivo encabezado por
Quintín Lame, cuyo objetivo primero era recuperar las tierras de Resguardo y la
autonomía territorial. Aunque Quintín Lame fue desterrado por la persecución de la
clase política del Cauca, el movimiento continuó dirigido por José Gonzalo
Sánchez y entre 1934 y 1945 obtuvo éxitos legales y la expedición de algunas
ordenanzas del Cauca. La violencia entre 1946 y 1958 hizo retroceder la mayoría
de los logros, los indios fueron víctimas de masacres en Tierradentro José
Gonzalo fue envenenado [4]. En el Cauca se agudizó el terraje y fueron
desconocidos de hecho los títulos coloniales de varios Resguardos [5].
Los indígenas del Cauca reactivaron sus luchas en la década del 60, organizados
al principio sindicatos agrarios, luego en la Asociación Nacional de Usuarios
Campesinos ANUC y finalmente fundaron el Consejo Regional Indígena del
Cauca, que en 1982 participó en la creación de la Organización Nacional Indígena
de Colombia ONIC.
Las consignas centrales del movimiento indígena contemporáneo son conocidas:
Unidad, Territorio, Cultura y Autonomía. En el nivel territorial este movimiento
indígena logró que el Estado pasara de reconocer formalmente 71 Resguardos [6]
en 1964 a reconocer más de 700 Resguardos, mediante resoluciones emitidas por
el INCORA o su sucesor, el INCODER. ¿Significa esto que el Estado entregó tales
tierras a los indígenas? No. En realidad tituló millones de hectáreas que el Estado
consideraba “baldíos”, pero que eran ocupados por diferentes pueblos indígenas y
reactivó el reconocimiento de parte de los Resguardos coloniales, que eran
desconocidos de hecho o por olvido o pérdida de los títulos. El Incora [7] e
Incoder, la corporación Nasa Kiwe y las entidades territoriales, únicamente han
adquirido en toda Colombia, 220 mil hectáreas que eran de propiedad particular.
En el caso del Cauca parte de las hectáreas adquiridas hacían parte de los
Resguardos Coloniales.
En todo el proceso de lucha por la tierra de los indígenas del Cauca, surgió un
problema práctico muy importante: la escasez de tierras agropecuarias en los
Resguardos reconocidos. Ello llevó, por una parte a las ocupaciones indígenas de
áreas planas, del valle geográfico del Cauca, como por ejemplo la Hacienda López
Adentro (Caloto y Corinto, Cauca), terreno considerado por los Nasa como parte
del Resguardo Colonial de Corinto. Por otra parte la Sociedad de Agricultores y
Ganaderos SAG del Valle, expresó formalmente su oposición a la adquisición de
tierras para indígenas en el valle geográfico (tierras planas de Caloto, Corinto o
Santander de Quilichao, Cauca).
La posición de la SAG se hizo extensiva a la oposición a la constitución de
Resguardos en el departamento del Valle del Cauca, lo cual afectó directamente a
las comunidades indígenas Nasa de los municipios de Florida, Pradera y Jamundí.
Ellos se organizaron desde 1973 en Juntas Comunales, pero desde 1980
conformaron Cabildos Indígenas. Aunque una parte de los indígenas carecía de
tierras, decenas de familias indígenas ya poseía o tenían en propiedad privada
parcelas agrícolas y las entregaron al Incora para que constituyera los respectivos
Resguardos. En 1991 el Incora adquirió las primeras fincas para quienes no tenían
tierras, pero los procesos de constitución de los Resguardos, se demoraron hasta
que los indígenas ganaron una tutela y en 1995 comenzó el proceso de titulación
colectiva, que aun no culmina.
El 25 de enero de 1984, comunidades Nasa de Corinto y Caloto ocuparon la
Hacienda López Adentro, que consideran parte del Resguardo colonial de Corinto.
La represión de la fuerza pública costó la vida a 5 indígenas, entre ellos una niña
de 7 años. Otros 18 quedaron heridos. El 9 de noviembre de 1984 fuerzas de la
Policía y el Ejército arrasaron la “Recuperación de López Adentro”, quemaron las
viviendas de 150 familias y la maquinaria que tenían, destruyeron 300 hectáreas
de sus cultivos.
Al saber la noticia el sacerdote Alvaro Ulcué dijo: “El gobierno siempre se pone de
parte de los poderosos defendiendo sus intereses, pero los intereses de los
pobres los tiene que defender la propia comunidad organizada”. Entre sus
exhortaciones a la comunidad el sacerdote señaló: “invito a los cristianos y a los
demás compañeros indígenas para que levantemos nuestra voz de protesta y
condenemos estos hechos como contrarios a la Ley de Dios” [8]. El sábado 10 de
noviembre de 1984, a la entrada del albergue Santa Inés, en Santander de
Quilichao, el sacerdote Alvaro Ulcué Chocué fue asesinado. Millares de indígenas
acompañaron su sepelio.
El 14 de agosto de 1996, el Incora, reconstituyó el resguardo de Corinto,
incluyendo dentro de él el predio de López Adentro. La figura de Ulcué sigue
asociada a la lucha por la organización, la autonomía y el territorio indígena.
3. El Nilo
_______________________________________
[1] Findji, María Teresa y José María Rojas 1985 Territorio, economía y sociedad
paez. Cali: Universidad del Valle.
[2] Ver por ejemplo: Findji y Rojas; op.cit. p.p. 35-60.
[3] Fals Borda, Orlando 1975 Historia de la Cuestión Agraria en Colombia.
Bogotá: Punta de Lanza, p. 105.
[4] Mondragón, Héctor 2002 Expresiones y propuestas del campesinado. Bogotá:
ILSA. Mec.
[5] Mondragón, Héctor 2002 La organización campesina en un ambiente de terror.
Bogotá: ILSA.
[6] División de Asuntos Indígenas, Ministerio de Gobierno 1964. “Resguardos
Indígenas existentes en el país.
[7] El Incora adquirió 195 mil hectáreas para indígenas durante su existencia.
[8] Beltrán Peña, Francisco y Lucila mejía Salazar 1989 La Utopía mueve
Montañas: Alvaro Ulcué Chocué. Bogotá: Editorial Nueva América.
[9] ACIN 2007 Recuento de la burla del Gobierno a negociaciones de Tierras por
la Masacre del Nilo.
[10] IGAC, CORPOICA, Zonificación de los conflictos de uso de las tierras en
Colombia, Bogotá, 2002, Volumen 4, p. 83.
[11] CONTRALORÍA GENERAL DE LA NACIÓN 2000 “Propiedad Rural y
Reforma Agraria en Colombia”, en Economía Colombiana y Coyuntura Política Nº
278, junio de 2000. Bogotá.
[12] CRIC 2007 Gobierno Promueve Conflicto de Desplazados con Indígenas,
Campesinos y Afros del Cauca. Comunicado del 7 de octubre de 2007.
[13] Cabildo Indígena Munchique Los Tigres Liberación de la Madre tierra en
Munchique los Tigres. Noviembre 16 de 2007.
[14] Tejido de Comunicación de ACIN Cronología de los hechos ocurridos durante
los Rituales de Liberación de la madre Tierra. Diciembre 1 de 2007.
[15 CRIC Fuerzas militares continúan sus ataques contra las comunidades...
Diciembre 3 de 2007.
198 Masacre de 164
Toribío Cauca Comando Ricardo Franco
5 Tacueyó víctimas
199 Ejército Nacional de 17
Masacre los Uvos41 El Bordo Cauca
1 Colombia víctimas.
199 21
Masacre de El Nilo Caloto Cauca Policía y paramilitares.
1 vÍctimas
200 Masacre de Buenaventur Valle del
AUC 9 víctimas
0 Sabaletas47 a Cauca
200 Masacre en el Alto 40
Cauca Cauca AUC
1 de Naya víctimas
4.7.2 LA POBLACIÓN
4.7.3 VESTUARIO
4.7.4 LA LENGUA
4.7.5 LA ECONOMÍA
4.7.8 ETNOCIENCIA
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4.7.1 UBICACION GEOGRÁFICA
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4.7.2 LA POBLACIÓN
Belalcázar Resguardo
Chinas Resguardo
Huila Resguardo
Lame Resguardo
Mozoco Resguardo
Suin Resguardo
Tóez Resguardo
Togoima Resguardo
Vitoncó Resguardo
Inzá Calderas Comunidad civil
San Andrés de Pisimbalá Resguardo
Yaquivá Resguardo
Novirao Poseedores3
Toribío Resguardo
Caldono Pueblo Nuevo Resguardo
Caldono Resguardo
Pioyá resguardo
Quisgó Resguardo
Totoró Jebalá Poseedores
Novirao Comunidad civil
Paniquitá Resguardo
Polindara Resguardo
Totoró Resguardo
Morales Agua Negra Resguardo nuevo
Chimborazo Resguardo
Honduras Resguardo
Santander de Quilichao Tigres y Munchique Resguardo
La Aurora Poseedores
Buenos Aires La Paila Poseedores
Las Delicias Poseedores
El Tambo Alto del Rey Resguardo
Popayán Poblazón Resguardo
Quintana Comunidad civil
El Canelo Poseedores
Caloto - Corinto López Adentro Comunidad civil
Huellas Poseedores
Santander de Quilichao Canoas Poseedores
La concepción Poseedores
El Peñón Poseedores
Silvia Tumbirao Poseedores
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4.7.3 VESTUARIO
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4.7.4 LA LENGUA
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4.7.5 LA ECONOMÍA
La Tierra
Sin embrago, a pesar del celo conque los Páez por siglos han
defendido su territorio, la lucha ha sido desigual. Colonos
pobres, agricultores y ganaderos han ido tomando posesión de
sus antiguas propiedades, muchas veces auspiciados por el
mismo Estado o por la iglesia.
Los Páez han perdido las tierras más fértiles y fáciles de cultivar,
quedando reducido muchas veces a la condición de simples
"terrajeros" y viéndose en la obligación de pagar con un
determinado número de días de trabajo el derecho de vivir y
cultivar las tierras que antes eran de la comunidad.
La Ganadería
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La vivienda
La Familia
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El Resguardo
Los Cabildos
Los cabildos son las instituciones políticas que rigen los destinos
de cada uno de los resguardos. Son elegidos democráticamente
todos los años, tomando los cabildantes posesión formal ante el
alcalde municipal y su secretario de quienes reciben las "varas
de mando". Esta es una ceremonia puramente formal ya que ha
sido en las altas lagunas sagradas de que se esconden en los
páramos, en donde se llevan a cabo las ceremonias que
legitiman el poder de los cabildantes.
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4.7.8 ETNOCIENCIA
Caciques y Chamanes
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