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PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO

Constituyen la fuente última a la que puede acudir el


juzgador cuando requiera colmar los vacíos o deficiencias
legales.
Estos son como axiomas que sirven de fundamento al
interpretar el derecho o al decidir sobre una situación, a
sabiendas que sus contenidos son tan claros, obvios, que
prácticamente no necesitan demostración. En el derecho
moderno fundamentado en los Derechos Humanos se hace
imposible no referenciarlos cuando no todo está regulado
sobre las garantías.
Legaz (Español) manifiesta que ellos son principios jurídicos
fundamentales de validez universal y absoluta: principios de
derecho natural en si. Pero en tanto se esté hablando de estos
principios, no en un plano puramente filosófico-jurídico,
sino en el de la dogmática jurídica, ha de hacerse la salvedad
de que tales principios de derecho natural deben estar
incorporados a la legislación positiva (escrita); de lo
contrario, su validez ideal no será título suficiente para que
puedan ser alegados como fuente del derecho”
La jurisprudencia nacional con fundamento en el artículo 8°
de la ley 153 de 1.887 y el derecho positivo ha dado cabida a
algunos de esos principios generales.
La constitución política Colombiana de 1.991 en su artículo
230 ha establecido como fuente formal exclusivamente a la
ley al establecer que: “Los jueces, en sus providencias, sólo
están sometidos al imperio de la ley.
La equidad, la jurisprudencia, los principios generales del
derecho y la doctrina son criterios auxiliares de la actividad
judicial”.
La corte Constitucional colombiana ha establecido a través
de la sentencia T-110 de 2011 la obligatoriedad de
sentencias unificadoras para todas las autoridades
nacionales, aspecto que la doctrina y la jurisprudencia
denominan como precedente judicial.

Presentamos seguidamente algunos de ellos con una somera


explicación:

Enriquecimiento sin causa


A nadie es lícito enriquecerse con detrimento del caudal
ajeno (Nemini locupletari licet cum alterius injuria vel
jacturia), es decir que a ninguna persona le está permitido
obtener ventajas en su peculio a expensas del detrimento
del patrimonio ajeno, sin una causa que lo justifique. Siendo
así si hay perjuicio el adelantado debe indemnizar el defecto
patrimonial o el valor del empobrecimiento correlativo.
Como ejemplo se puede citar “el pago de lo no debido”,
para el caso sería dado cuando en un contrato de
compraventa al vendedor se le anticipe el pago de una cosa y
este no entregue la cosa comprometida al prometiente
comprador, viéndose este último afectado patrimonialmente
y si se quiere incluso también se da una afectación moral
ante el engaño.
Para que se dé el principio de enriquecimiento ilícito es
necesario que se en los cinco siguientes elementos:
1. Que el obligado se haya enriquecido
2. Que se dé un empobrecimiento correlativo, es decir que
el empobrecimiento se haya dado a costa del
enriquecimiento.
3. Que el desequilibrio entre el patrimonio del enriquecido
y el empobrecimiento se haya producido sin causa
jurídica.
4. Que el perjudicado carezca de otra acción originada por
otra fuente de obligación distinta del enriquecimiento
sin causa, pues la única cusa que puede prosperar en
razón de este principio es la denominada “in rem
verso”, encaminada a impedir todo enriquecimiento
injusto.
5. Que la pretendida acción “in rem verso” no pretenda
soslayar una disposición imperativa de la ley, pues en
tal caso la acción citada no procede.
El principio presentado está establecido en el art. 831
del C.CIO, ley 410 de 1.971 y que a la letra reza:
“Nadie puede enriquecerse sin justa causa a expensas de
otro”.

PRINCIPIO DE ABUSO DE LOS DERECHOS. Según


este principio, los derechos de las personas no son absolutos
sino relativos y no puede hacerse uso de ellos sino con
motivo legítimo o noble y sin apartarse del espíritu que los
inspira. Por tanto, la persona que en el ejercicio abusivo de
sus derechos cause daño a otra, debe indemnizar.
La Corte Suprema de Justicia establece que el derecho debe
ejercitarse en función del cumplimiento del fin social y sobre
bases de estricta justicia, o sea, sin traspasar los límites de la
moral, por lo tanto el ejercicio exige que sean desarrollados
sin perjuicio de los demás, sino también con la intención de
no dañar con un fin lícito y moral simultáneo.
Ej.: El embargo en exceso del deudor, el abuso del derecho a
litigar, la formulación temeraria de denuncia criminal,
cuando se persiste en el secuestro de bienes que no
pertenecen al ejecutado, etc. para que exista abuso del
derecho se requiere que se carezca de interés legítimo es
decir que no exista un fin útil y que al ejercerse el derecho
haya intención de dañar.
Para que se pueda establecer el Abuso del Derecho se
requiere la reunión de las siguientes condiciones:
1. Que carezca de un interés legítimo y serio
2. Que al ejercerse el derecho exista intención de dañar
Este principio también se encuentra reseñado en el
Código de Comercio en su artículo 830: “El que
abuse de sus derechos estará obligado a indemnizar
los perjuicios que cause”

EL PRINCIPIO DE LA BUENA FE (BONA FIDES)


En el ejercicio del derecho y en la ejecución de sus actos
jurídicos las personas deben obrar lealmente, proceder de
buena fe.
Valencia, comenta en relación al principio que las personas
deben celebrar sus negocios, celebrar sus contratos, cumplir
sus obligaciones y en general, emplear con los demás una
conducta leal.
El principio de la buena fe es un principio constitucional que
obliga a que las autoridades públicas y a la misma ley, a que
presuman la buena fe en las actuaciones de los particulares, y
obliga a que tanto autoridades públicas como los particulares
actúen de buena fe.
Recordemos lo que dice el artículo 83 de la constitución
política colombiana, sobre el principio de la buena fe:
Las actuaciones de los particulares y de las autoridades
públicas deberán ceñirse a los postulados de buena fe, la cual
se presumirá en todas las gestiones que aquéllos adelanten
ante éstas.
Igualmente el art. 769 del Código Civil (C.C) expresa: “La
buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley
establece la presunción contraria.”
“En todos los otros, la mala fe deberá probarse”

EL PRINCIPIO DEL ERROR COMÚN HACE


DERECHO. (Error conmunis facti jus) Se presenta
cuando el acto que ejecuta una persona es producto de un
error invencible, común a muchos, la simple apariencia se
convierte en realidad, es decir se requiere que se trate de un
error generalizado y colectivo; y que sea invencible y
excusable o sea que hasta el más prudente caiga en el error.
Como ejemplo podemos citar al comprador de buena fe en
un almacén o feria a quien le resulta dueño de lo comprado,
en éste caso el dueño no podrá obtener su bien sin
indemnizar al comprador de buena fe o si se restableció el
bien pagando lo invertido. La Cónyuge no podrá alegar
divorcio por haber sido casada por un padre que la
comunidad reconocía como real y seguía y oficiaba con
respaldo de la comunidad religiosa.
Para la aplicación de la regla establecida con éste principio,
dice la jurisprudencia que es necesario la concurrencia de
dos requisitos:
1. Que se trate de un error generalizado, es decir, de un
error no universal, pero si colectivo.
2. Que el error haya sido invencible, es decir que hasta
los hombres más prudentes y avisados lo habrían
cometido.

EL PRINCIPIO DEL FRAUDE A LA LEY


Este principio consiste en que la ley se viola a través de su
aplicación indebida y maliciosa; es decir se actúa
aparentemente a la regla jurídica, pero en sí se está
infringiendo la ley misma y con ello causando perjuicios, por
lo general, a terceras personas insolvencia del deudor para
burlarse de su acreedor.

Ejemplos:

Donación simbólica. En el caso de que, para
evitar impuestos más elevados, se hiciese una donación
a cambio de una cantidad simbólica, queriendo con ello
calificar la operación de compraventa, se aplicarán
todas las normas como si se tratase de una donación.

 Sociedad interpuesta o interpósita. Una persona crea


una sociedad para aportar bienes inmuebles. La
sociedad no tiene nada más, ni ninguna finalidad real,
pero su intención es no tener bienes inmuebles en su
patrimonio, sino solo bienes muebles. Puede querer con
ello sortear la aplicación de ciertas normativas
hereditarias.
 Derecho laboral. Un trabajador tiene varios contratos
temporales seguidos. En realidad, se trata de un contrato
indefinido, pero el empleador busca evitar
indemnización por despido.
 También tenemos el caso de la insolvencia del deudor
para burlarse de sus acreedores, llamada también fraude
a terceros. En este caso, los acreedores burlados pueden
obtener la revocación de los actos celebrados en su
perjuicio por el deudor, ejerciendo la llamada “acción
pauliana” o “revocatoria” (C.C.: arts. 862, 1441, 1451,
1295, 1636 y el 2.491). La figura citada tiene como fin
la reintegración del bien al patrimonio del deudor, para
poder perseguirlos y obtener lo que por derecho de la
obligación del deudor tiene derecho.
El acreedor falsete puede realizar dos actos para evitar
las respectivas obligaciones:
1. Realizar actos a título oneroso, en tal caso la
acción pauliana está condicionada que el acto
ejecutado haya causado daño al acreedor y que
haya habido acuerdo defraudatorio entre el deudor
y el tercero.
2. Realizar actos a título gratuito, en éste caso, basta
la mala fe del deudor y el perjuicio a los
acreedores.

EL PRINCIPIO DE LA IMPREVISIÓN
Cuando ocurren hechos imprevistos, extraordinarios e
imprevisibles posteriores a la celebración de un contrato que
determinan un desequilibrio en las prestaciones de futuro
cumplimiento de alguna de las partes resultándole
excesivamente perjudicial dicho cumplimiento, puede por
ello la parte afectada solicitar a la autoridad competente se
respectiva modificación, buscando reintegrar el equilibrio en
el respectivo negocio. Este principio se encuentra
contemplado en el art. 868 del Código del Comercio:
“Cuando circunstancias extraordinarias, imprevistas o
imprevisibles, posteriores a la celebración de un contrato de
ejecución sucesiva, periódica o diferida, alteren o agraven
la prestación de futuro cumplimiento a cargo de una de las
partes, en grado tal que le resulte excesivamente onerosa,
podrá ésta pedir su revisión.
El juez procederá a examinar las circunstancias que hayan
alterado las bases del contrato y ordenará, si ello es posible,
los reajustes que la equidad indique; en caso contrario, el
juez decretará la terminación del contrato”.

EL PRINCIPIO DE LA EQUIDAD (Súmmum jus summa


injuria)
Citando a Aristóteles quien estableció que el juzgador debe
acudir a la equidad como elemento morigerador que
atempere en los casos concretos el rigorismo de la ley y cuya
forma de realizarse es mediante el fallo que adapta la norma
a los hechos, así como las reglas lesbias gracias a su
ductibilidad se adaptan con gran precisión a las sinuosidades
de las rocas.
Se supone que todo ser humano tiene un sentido natural de lo
que debe ser el derecho en los casos concretos sometidos a
su decisión, de tal manera que cuando deba tomar decisiones
tomará o se decidirá por la más justa y conveniente a las
circunstancias.
Ulpiano entendía por justo “dar a cada cual lo que merece”,
igualmente Aristóteles lo entendía diciendo que Justicia es
cuando “cada cual hace lo que le corresponde hacer”. Este
sentimiento de justicia es lo que suele llamarse “equidad”. A
esta concepción de “equidad” es a la que se refieren varias
disposiciones de nuestra legislación, que más que una fuente
del Derecho, la consideran un recurso supletorio que debe
utilizar el fallador cuando no pudiere aplicar las otras reglas
de interpretación dela ley.
De acuerdo con lo previsto en el artículo 95-9 de la
Constitución, con el objeto de lograr una convivencia
social conforme a los valores y principios contenidos en la
misma Carta Política y lograr los fines del Estado, es deber
de los ciudadanos contribuir al financiamiento de los
gastos e inversiones del Estado dentro de los conceptos de
justicia y equidad. Este deber ciudadano tiene como
fundamento “el principio de reciprocidad que rige las
relaciones de los ciudadanos con el Estado y entre éstos y
la sociedad, a fin de equilibrar las cargas públicas que
estructuran y sostienen la organización jurídico-política de
la cual hacen parte, para armonizar y darle efectividad al
Estado Social de Derecho.

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