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Karina Felitti

ciencia, partes de una c u l t u r a históricamente determinada pasaron a


imágenes en m o v i m i e n t o - c o m o sugiere Raymond W i i l i a m s respecto
la l i t e r a t u r a - en tanto figuras semánticas que ayudaron a interpretar
transformar este período.**"
Historia reciente, género y política:
el caso de la Agrupación Evita*

Karin Grammático

El 19 de septiembre de 1973 decenas de miles de personas se r e u n i e -


ron en la Plaza Once de la c i u d a d de Buenos Aires y sus inmediaciones
para p a r t i c i p a r del acto de cierre de campaña que la J u v e n t u d Peronis-
ta (Regionales) organizó para dar p o r c o n c l u i d o su p r o s e l i t i s m o "Por
Perón Presidente".' Se trató del último evento que ese a g r u p a m i e n t o
político llevó a cabo de cara a las elecciones que habrían de realizarse
el día 23 de ese mes y cuyo resultado daría c o m o ganadora a la fórmu-
la Juan D . Perón-Isabel Perón c o n u n 6 2 % de los votos.'^ El c o n t e n t o
de la m i l i t a n c i a allí presente — l u e g o de 18 años de proscripción polí-
tica, el líder regresaba y con la certeza de que asumiría p o r tercera vez
la Primera Magistratura del p a í s — parecía m u l t i p l i c a d a en u n g r u p o
de mujeres; algunas ubicadas en el palco, m u c h a s más apostadas en el
llano. Para ellas, el acto guardaba o t r o s e n t i m i e n t o . Expectantes, es-
peraban u n a n u n c i o que, de u n m o m e n t o a o t r o , el l o c u t o r del evento
haría al a u d i t o r i o . Efectivamente, poco antes de la finalización de la
reunión, se dejó escuchar el mensaje que i n f o r m a b a la c o n f o r m a c i ó n
de la Agrupación Evita, el frente político de mujeres i n s c r i p t o en la
órbita política de M o n t o n e r o s . D e f i n i d a en la o p o r t u n i d a d c o m o la

* Preparado especialmente para esta compilación, el presente artículo es una versión del
segundo capítulo de m i Tesis de Maestría en Investigación Histórica: La Agrupación Evita.
Una hisíoria del frente montonero de mujeres [Universidad de San Andrés, inédita, 2009]
dirigida por Daniel Lvovich.
' La Nación, 20 de septiembre de 1973, p. 12.
* La fórmula fue proclamada el 4 de agosto de 1973 en el marco de u n Congreso Nacio-
^ < ^ o n d Wüliams, The Enghsh Novel, ¡rom Dkkcns to Luwrence. London, Paladín, j nal del Justicialismo y los candidatos ganadores asumieron sus cargos el 12 de octubre
de 1973.

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"expresión radicalizada d e l p e r o n i s m o d e n t r o de la Rama Femenina",^ hizo su extraordinaria presentación ptiblica c o n el asesinato del ex pre-
su labor p r i n c i p a l fue preparar políticamente a las militantes y simpa- sidente de facto Pedro E. A r a m b u r u , había rechazado la p o s i b i l i d a d de
tizantes peronistas para p a r t i c i p a r de la Liberación y Reconstrucción una salida electoral como m o d a l i d a d que garantizaría el t r i u n f o de la
N a c i o n a l y desarrollar, para ellas y j u n t o a ellas, una tarea social que causa del "Pueblo A r g e n t i n o " . ' Sin embargo, ante u n nuevo escenario
mejorase las c o n d i c i o n e s de v i d a de sus familias y su e n t o r n o . político, signado p o r el establecimiento de gobiernos constitucionales y
La Agrupación Evita y los otros frentes de masas"* de Montoneros peronistas, acotaron sus acciones armadas y patrocinaron el desarrollo y
— l a J u v e n t u d Peronista (Regionales), la J u v e n t u d Trabajadora Peronista, el fortalecimiento de prácticas no armadas, que se concretarían a través
l a j u v e n t u d Universitaria Peronista, la Unión de Estudiantes Secundarios de sus frentes políticos.''
y el M o v i m i e n t o Villero Peronista— resultaron piezas importantes de la C o n los frentes de masas, la organización perseguía dos objetivos
estrategia política desplegada, una vez conocida la decisión de Perón de fundamentales. Por u n lado, lograr una mayor y mejor inserción del
hacer participar a su m o v i m i e n t o en las elecciones generales del 11 de proyecto de Liberación y Reconstrucción Nacional — t a l c o m o la orga-
marzo de 1 9 7 3 ' convocadas p o r el gobierno m i l i t a r del general Alejan-
nización lo e n t e n d í a — entre los sectores populares. Por o t r o , obtener
dro A. Lanusse. Su importancia se profundizó luego del triunfo j u s t i -
apoyos para su lucha contra los sectores de la ortodoxia c o n quienes
cialista. Montoneros, desde su conformación en mayo de 1970, cuando
disputaba el c o n t r o l d e l gobierno y del M o v i m i e n t o peronista. E n este
marco, como ya hemos señalado, la función de la Agrupación Evita fue
acercar la propuesta montonera a las mujeres, especialmente de los sec-
'Líi Opinión, 19 de septiembre de 1973, p. 6. El semanario El Descamisado de orientación
montonera dio a conocer la noticia en similares términos: "Quedo constituida la 'Agrupa- tores populares, y hacer de ellas — a partir de sus "reivindicaciones es-
ción Evita' de la rama femenina del movimiento justicialisia" [El Descamisado, n° 19, 26 p e c í f i c a s " — potenciales agentes políticos de su causa. A s i m i s m o , y tal
de noviembre de 1973, p. 25].
c o m o l o indica su nominación "Agrupación Evita de la Rama Femenina",
••Si bien existen numerosas pesquisas en curso dedicadas a estudiar la historia de los bra-
zos políticos de Montoneros y los modos en que éstos se vincularon con su organización
el frente m o n t o n e r o de mujeres pretendió inscribirse en dicha u n i d a d
madre (al menos así lo atestiguan las comunicaciones presentadas en distintas jomadas institucional c o n el propósito de desalojar a su cuerpo de conducción
científicas), esa vitalidad investigativa no se traduce atln en u n corpus de publicaciones
— p o r ese entonces liderado p o r Silvana Rota,^ d i p u t a d a nacional y
que la expresen. Debemos señalar, también, que tampoco es profusa la bibliografía aca-
démica dedicada a Montoneros. Hasta la fecha, la única obra que da cuenta de su historia m i e m b r o del Consejo Superior j u s t i c i a l i s t a — , u n aliado de la dirigencia
(desde sus orígenes y hasta su ocaso, ubicado a comienzos de 1981) es el libro Soldados sindical peronista.
de Perón. Los Montoneros del histonador británico Richard Gillespie. La primera edición
Es necesario recalcar que la creación de la Agrupación E'vita debe ser
en inglés, Soldiers ojPerón, Argentina s Montoneros, publicada por Oxford University Press,
data de 1982. La primera edición en español estuvo a cargo de la casa Grijalbo, que la entendida, en parte, como una jugada de Montoneros para imponerse
dio a conocer en 1987. sobre las facciones de la derecha del M o v i m i e n t o que, desde el regreso
' Imposibilitado de participar en la contienda electoral por no cumplir con el requisito de definitivo de Perón a la Argentina en j u n i o de 1973, comenzaron a re-
residencia en el país impuesto por la reglamentación electoral lanussista. Perón designó
a su delegado personal, Héctor J. Cámpora, como candidato presidencial por el Frente cuperar m u y rápidamente la iniciativa política. Y si b i e n es cierto que la
Justicialista de Liberación (FREJULI). Éste fue acompañado por el conservador popular
Vicente Solano Lima como postulante a la vicepresidencia. Las elecciones de marzo die-
ron como ganadora a la fórmula Cámpora-Solano Lima con el 49,6% de los sufragios.
'"Carta de Montoneros a Perón, 9 de febrero de 1971", en Roberto Baschetti (comp.).
Aunque estaba vigente la disposición de una segunda vuelta electoral si ninguna de las
Documentos 1970-1973. De la guerrilla peronista al gobierno popular. La Plata, De la Cam-
fuerzas competidoras lograba la mitad más uno de los votos, ésta nunca se concretó. La
Unión Cívica Radical, que había alcanzado el segundo lugar (obtuvo 21,29%) y era el pana, 2004, pp. 123-128.
único partido que estaba en condiciones de exigir su realización, declinó esa opción ante * Richard Gillespie, Soldados de Perón. Los Montoneros, Buenos Aires, Gnjalbo, 1998, p p .
la contundencia de los guarismos. Cámpora asumió la presidencia el 25 de mayo de ese 160-170.
año.
" Ex actriz devenida en dirigente política, aunque con escasos "pergaminos" en las filas
del peronismo.
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Rama Femenina — n o m b r e que había identificado al Partido Peronis A s i m i s m o , debemos argumentar que en esa determinación de M o n -
Femenino a partir de 1 9 5 4 — ' había p e r d i d o vitalidad tras la muerte • toneros participó la historia y la tradición del peronismo, una fuerza
Eva Perón, también lo es que dentro de la estructura partidaria se hallab política que m u y tempranamente les otorgó u n lugar a sus militantes
en condiciones de igualdad frente a sus pares, las Ramas Política (ma, femeninas. Montoneros optó, c o n la Agrupación Evita, por definir u n
culina) y Sindical. Las tres ramas conformaban el M o v i m i e n t o Peronlst; espacio para sus mujeres, como lo había hecho el peronismo a partir de
y c o m o tal, gozaban de igual representación y capacidad de voto en 1949 cuando creó el Partido Peronista Femenino. Fue una manera de
Consejo Superior del Justicialismo, órgano que bajo el amparo y tute" actualizar u n postulado m u y distintivo del peronismo a través del cual
del presidente Perón ganaría mayores atribuciones políticas que lesior_ buscó subrayar su filiación en él. De todos modos, es i m p o r t a n t e adver-
rían m u y duramente los intereses de la izquierda peronista y, sobre t o d tir que, a pesar de sus intentos, la Agrupación Evita n o logró ser recono-
los de M o n t o n e r o s . ' " cida c o m o parte integrante de la Rama Femenina. Sus autoridades, j u n t o
c o n las del Consejo Superior, desconocieron sus intenciones y t o m a r o n
'Rama Femenina fue el nombre que adoptó el Partido Peronista Femenino (PPF) a pan distintas medidas para obstaculizar su funcionamiento.
de 1954 cuando se promulgó una nueva Carta Orgánica del Partido Peronista. El PPF La historia de la Agrupación Evita es breve: se diluyó u n año después
fundó en j u l i o de 1949 bajo la iniciativa de Eva Perón, y fue ella quien lo presidió hasl^^
de haberse constituido cuando Montoneros decidió, en septiembre de
su muerte en 1952. Para adentrarse en su historia hasta 1955 contamos con los hbroS'
de Susana Bianchi y Norma Sanchís, El Partido Peronisto Femenino (J 949-1955), Buenoíí 1974, pasar a la clandestinidad y retomar las formas armadas de lucha
Aires, CEAL, 1988, 2 vols., y de Carolina Barry, Evita Capitana. El Partido Peronista Feme- contra el gobierno de Isabel Perón. Sin embargo, esa historia tiene es-
nino. 1949-1955, Caseros, Eduntref, 2009. Para indagar sobre su devenir luego de 195^!
contamos con algunos artículos que abordan algún período en particular o acontecimien" ,
pecial riqueza y valor para indagar las relaciones entre género y política
tos destacados. Por ejemplo, para los tiempos de la Resistencia Peronista en los cuales la j en el pasado reciente argentino. Permite analizar temáticas significativas
Rama Femenina no tuvo actuación pública debido a la acérrima proscripción pollnca que i;
tales como las concepciones de la política que circulaban en el seno de
impuso al peronismo el gobierno dictatorial de Pedro E. Aramburu (.1955-1958) y a que ,i
sus dirigentes se hallaban presas por igual motivo (Delia Parodi y Juanita Larraun fueron la organización político-militar, las expectativas sobre el papel político
dos de ellas; la primera presidirla la Rama Femenina entre 1958 y 1965; la segunda haría-; de las mujeres y el que efectivamente ellas desarrollaron, el t i p o de rela-
lo propio entre 1968 y 1973), puede consultarse Ana Josefina Centurión, "Las mujeres en-f
ciones que se establecieron entre sus militantes varones y mujeres, y los
la resistencia peronista. Sentidos y representaciones", en María Celia Bravo, Fernanda G l k
Lozano y Valeria Pita (compiladoras), Hisíoria de luchas, resistencias y representaciones. Mu--! modos en que unos y otras accedieron (o no) a los lugares de toma de
jeres en la Argentina, siglos XIX-XX, San Miguel de Tucumán, Editorial de la Universidad'; decisión; los aprendizajes políticos realizados p o r las mujeres que p a r t i -
Nacional de Tucumán, 2007, pp. 233-264. Para tener u n panorama de la situación de la«
ciparon de esa experiencia de militancia revolucionaria y los efectos que
Rama Femenina en los primeros años de la década de 1970 y de la realización de su Se-
gundo Congreso Nacional en 1971, Karin Grammático, "Ortodoxos versus juveniles: dis- éstos p r o d u j e r o n en sus posteriores recorridos de actuación ptiblica.
putas en el Movimiento Peronista. El caso del Segundo Congreso de la Rama Femenina, En este artículo, entre los múltiples y relevantes aspectos que ofre-
1971", en Andrea Andújaret. al (compiladoras), De minifaldas, militanciasy revoluciones.
Exploraciones sobre los 70 en la Argentina, Buenos Aires, Ediciones Luxemburg, 2009. ce la Agrupación Evita para encarar u n estudio histórico y de género,
" J o s é Ignacio Rucci, secretano general de la CGT, poco antes de su asesinato acontecido nos ocuparemos de su constitución c o m o frente político. En p r i m e r l u -
el 25 de septiembre de 1973, había convocado a las fuerzas peronistas a llevar adelante
gar, analizaremos la construcción de la organización: su composición
"una purificación ideológica contra la infiltración del Movimiento" (citado por Liliana De
Riz, La política en suspenso: 1966/1976, Buenos Aires, Paidós, 2000, p. 142]. En la linea
propuesta por el dirigente metalúrgico, y bajo la conmoción que generó su muerte, el
Consejo Superior del Mo-vimiento Nacional Justicialista hizo público u n documento en el no de la "infiltración marxista" [La Opinión, 16 de octubre de 1973]. El aval de Perón a
que anunciaba un proceso de "depuración ideológica" dirigido contra "terroristas" y "sub- estas denuncias y medidas no tardaría en explicitarse. En diciembre de 1973, el gobierno
versivos" que anidaban en el seno del peronismo [La Opinión, 2 de octubre de 1973). Un nacional y los provinciales firmaron el "Acta de compromiso de la seguridad nacional".
primer efecto de este anuncio fue el ultimátum que recibió el gobernador de Mendoza, Ese documento estableció la creación de u n Consejo de Seguridad Nacional, cuyo objeti-
Martínez Baca, de parte del congreso partidario de su provincia para "depurar" su gobier- vo fundamental fue la "erradicación en forma definitiva de la República Argentina de todo
tipo de acción delictual organizada" [La Opinión, 21 de diciembre de 1973].

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interna, la elección de sus autoridades y el alcance "cuantitativo" de revolucionaria y de contemplar esa militancia desde las diferencias y las
propuesta; los modos en que desarrolló sus labores y el impacto político.: asimetrías que existen entre mujeres y varones. Por ello inscribimos este
subjetivo que experimentaron las militantes montoneras involucrada^' texto en esa incipiente producción historiográfica en la que se cruzan los
con su desarrollo. En segundo lugar, analizaremos una serie de produc^ intereses sobre la historia reciente y los estudios de g é n e r o . " Se trata de
ciones discursivas tanto de la Agrupación Evita (incluidas algunas c m u n camino que comienza a transitarse con marcha calma pero decidida.
firmas pertenecen a sus dirigentes) c o m o de Montoneros (fundamental»;;
mente aquellas que dirigió a su frente f e m e n i n o ) . " Este ejercicio no sókv»
nos permitirá exponer sus opiniones sobre la participación política de-; I . L a Agrupación E v i t a se organiza
las mujeres y sus ámbitos de realización, sino también recortar ambigüe-'-
dadas y tensiones que se dejan ver —sobre t o d o en las comunicacionesi Cuando la Agrupación Evita se constituyó como frente de masas de al-
de la Agrupación E v i t a — respecto de las expectativas que sus organiza-, cance nacional en 1973, se estructuró siguiendo el modelo basado en las
doras tenían c o m o militantes montoneras y las que depositó en ellas la "regionales", que había sido inaugurado p o r la Juventud Peronista u n
organización como dinamizadoras del frente. Entendemos y demostra- año atrás y que también fue asumido por la mayoría de los brazos p o -
remos a lo largo de estas páginas que esta dimensión discursiva expresa a líticos m o n t o n e r o s . " Se trataba de u n esquema que dividía al territorio
su m o d o las contradicciones, las zonas de dudas que se pueden observar del país en Jurisdicciones -geográficas, cada una compuesta p o r varias
en la subjetividad política de sus dirigentes. provincias. La adopción de este m o d e l o respondió a una necesidad de
El estudio de los frentes de masas montoneros, como ya señalamos^' la organización político-armada Montoneros — e l l a m i s m a estructurada
aún se encuentra en estado incipiente. Sin embargo, resulta de vital i m - de esa f o r m a — de mantener una aceitada vinculación con ellos y asegu-
portancia ahondar en él en tanto y en cuanto permitirá echar luz sobre rarse, de ese m o d o , u n mayor c o n t r o l sobre sus actividades. Así pues, a
los modos en que Montoneros logró acrecentar su presencia en la vida cada regional de Montoneros —siete en t o t a l — " le correspondía una de
social y política argentina durante los primeros años setenta.'^ Este tra-
bajo pretende reparar esa insuficiencia historiográfica, c o n el ánimo de "Reuniones académicas como las jornadas de "Historia, Género y Política en los 70"
organizadas por el instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (llEGE) de la Fa-
comenzar a pensar la política de esa otra manera, c o m o es la propuesta
cultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (en 2010 se realizará su
de esta compilación. E n nuestro análisis se escrutará el proceso de cons- tercera edición); la 1 " Reunión de Trabajo "Los '60 de otra manera; vida cotidiana, género
trucción política de la Agrupación Evita desde una perspectiva que lo y sexualidades en la Argentina" organizada en forma conjunta p o r la Universidad de San
Andrés, el IIEGE/UBA y el instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional
contemple (también) desde el género, c o n la intención de restituir en el
de San Martín y que tuvo lugar en 2008, junto con el desarrollo de mesas que contemplan
relato histórico el activo papel que las mujeres desarrollaron en militancia estos intereses en eventos tales como las "Jornadas Interescuelas/Departamentos de His-
toria" o las "Jornadas de Trabajo sobre Historia Reciente" dan testimonio de esa vitalidad.
Este crecimiento también va acompañado de publicaciones. A l respecto podemos señalar
" E l Corpus documental estuvo compuesto por a) documentos firmados por la Agrupa- las compilaciones: Andrea Andújar ct al. Historia, género y política en los '70, Buenos A i -
ción Evita; b) comunicaciones y discursos de sus dirigentes emitidos en actos políticos y res, Universidad de Buenos Aires/Feminaria, 2005. En linea: <www.feminaria.com.ar>. y
c) comunicaciones y documentos firmados por Montoneros relacionados con la actividad Andrea Andújar et al. De minifaldas, militanciasy revoluciones. Exploraciones sobre el pasado
de su frente femenino. reciente argentino, Buenos Aires, Ediciones Luxemburg, 2009.
" El reciente trabajo de Federico Lorenz, Los zapatos de Carhlo. Una historia de ¡os tra- " La información disponible indica que la excepción parece haber sido el Movimiento
bajadores navales de Tigre en la década del setenta (Buenos Aires, Grupo Editorial Norma,
Villero Peronista.
2007] representa un aporte para todos aquellos interesados en estudiar a la Juventud
" Hasta mediados de 1974 las regionales fueron siete. La distribución fue la siguiente:
Trabajadora Peronista. Aunque el tema del libro no es la historia de esta última, sino la
Regional 1: Capital Federal, Gran Buenos Aires y provincias de Buenos Aires y La Pampa;
de u n grupo de obreros navales nuclearios en una agrupación sindical inscripta en ella,
Regional H (Litoral): provincias de Santa Fe y Entre Ríos; Regional 111 (Centro): provin-
ofrece interesantes líneas de análisis para abordarla.
cias de Córdoba, Santiago del Estero y La Rioja; Regional IV (Nordeste): provincias de
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Karin Grammático Historia reciente, género y política

sus entidades políticas, aunque sucedió que algunas de ellas no tuvieron repetir esa experiencia, porque además había sido motivo de ta

una representación en cada una de las jurisdicciones geográficas, ya que ruptura de las FAP, de la primera ruptura por cuestiones de tipo

para tenerla debían contar c o n algún grado de desarrollo que justificara organizativo."
el esfuerzo de m o n t a r una estructura de esas características. La Agrupa-
ción Evita — d e acuerdo a lo que dispuso en el marco de su Primer Con- Si bien este esquema pudo haber evitado, en términos geopolliicos,

greso Nacional, que t u v o lugar en c i u d a d de Córdoba, el 3 de febrero de la (supuesta) vocación hegemónica porleña, no limitó el cenlralismo-

1 9 7 4 — se estableció en seis de las regionales disponibles; su ausencia se verticalismo ejercido p o r la Conducción Nacional sobre la organización

hizo notar en la zona patagónica (regional Vil).'*" en su conjunto. La autoridad máxima de u n frente de masas recaía en

Para M o n t o n e r o s , la elección de ese esquema organizativo respon- su mesa ejecutiva o nacional, compuesta por los/as jefes/as de cada una

dió a su propósito de r o m p e r c o n el centralismo de Buenos Aires. C o n de sus regionales. Este último cargo era el más alto en la estructura de

él, se pretendía asegurar la igualdad entre cada una de las regionales, una regional. La mesa ejecutiva de la Agrupación Evita estaba compuesta

además de garantizar que cada una de ellas p u d i e r a desarrollar políti- por Adriana Lesgart (regional 1), Helena de Leonardi (regional I I ) , María

cas atentas a las necesidades particulares de su zona. Según la opinión L. Jordán (regional I I I ) , María del Carmen Figueredo (regional I V ) , M a -

de u n o de los m i e m b r o s de su C o n d u c c i ó n Nacional — e l cuerpo co- ría Cristina Barrionuevo (regional V ) y Marta Roldán (regional V I ) . " * Las
legiado que representaba la a u t o r i d a d más alta de la organización—, mesas nacionales se reunían regularmente para interiorizarse sobre los
la adopción de este m o d e l o pretendía la realización de una verdadera logros alcanzados en cada una de las regionales, analizar sus obstáculos y
"política federal": preparar los trabajos futuros.''' La del frente de mujeres lo hacía mensual-
mente, y en sus encuentros siempre participaba algún representante de la
Conducción Nacional de la organización. Esto último era una caracterís-
Veníamos de la experiencia de las FAP [Fuerzas Armadas Pero-
tica común a la vida interna de todos los "brazos" políticos.^" Pero a dife-
nistas] y nos encontramos con u n problema que todo se decidía
rencia de sus pares, la Agrupación Evita nunca contó con la presencia de
en Buenos Aires, inclusive, cuando algunos compañeros del i n -
una referente femenina de dicha Conducción en sus eventos ejecutivos,
terior pretendían asumir o actuar como FAP nos decían "no, no
ya que ninguna mujer logró ser parte de ella.^' Finalmente, las políticas
pueden actuar sin autorización". Entonces nosotros como res-
puesta a eso le dimos una autonomía a la gente para que haga
lo que pueda, como pueda y pa'lante. Entonces ahí nace la idea "Entrevista de ta autora a R. R, 23 de mayo de 2007.
"' Este cuerpo colegiado fue elegido en ei marco del ya mencionado Primer Congreso
de armar esta estructura por regionales, con autonomía. Una
Nacional de ta Agrupación Evita, El Descamisado, n° 39, pp. 16-19.
respuesta histórica, por un lado, y una coyunturaí del choque "Testimonio de Susana Sanz citado en Eduardo Anguila y Martin Caparros, La Voluntad.
que tuvimos, porque varios veníamos de las FAP y no queríamos Una hisíoria de la mihtanda revolucionaña en la Argentina, Buenos Aires, Norma, 1997,
tomo i i , p. 157; entrevista de ta autora a C. B., 30 de abril de 2007.
^° Marcos Osatinsky, Roberto Quieto y Roberto Perdía fueron ios más habituales repre-
Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones; Regional V (Noroeste); provincias de Catamarca, sentantes de ta Conducción montonera en las reuniones del frente femenino. Testimonio
Tucumán, Salla y Jujuy; Regional V i (Cuyo): provincias de Mendoza, San Juan y San de Susana Sanz citado en Eduardo Anguila y Martín Caparros, La Voluntad. Una hisíoria
Luis y Regional V i l (Patagonia). Provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, de la míhíanciü revolucionaria en la Argentina, oh. cil., p. 157; entrevista de ta autora a R.
Territorio Nacional de Tierra del Fuego e islas Malvinas [Primera Plana, Año X, N° 491, R, 16de mayo de 2007.
27 de j u n i o de 1972, p. 22]. Luego se extendieron a ocho a raíz de una división en ta " Existe una versión que señala a Norma Arrostito como integrante de ta Conducción
Regional I: ésta quedó conformada por Capital Federal y Gran Buenos Aires; ta V i l , por su Nacional de Montoneros. Hasta la fecha y con las fuentes disponibles no io hemos po-
parte, incluyó a las provincias de Buenos Aires y La Pampa. IRichard Gillespie, Soldados dido corroborar. Entendemos que su participación en ei secuestro y asesinato de Aram-
de Perón. Los Montoneros, p. 337,1 buru, acto fundacional de Monioneros. puede serei acontecimienlo en ei cual se asiente
"•El Descamisado, n° 39, 12 de febrero de 1974, pp. 16-19. dicho relato. Nacida en Buenos Aires ei 17 de enero de 1940, Norma Arrostito tuvo u n

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a seguir por los frentes eran transmitidas p o r los/as jefes/as regionales mienzos de la organización de la Agrupación no éramos más de diez
a los responsables de sus respectivas provincias para que luego éstos se o doce compañeras, pero la labor que extendimos llegó prácticamente
encargaran de su implemenlación en el territorio. en tres meses a más de trescientas compañeras"."^ O t r o entrevistado ex-
¿Cuántas mujeres fueron movilizadas p o r el frente femenino, par- presó que "cualquier cifra sería aventurada", habida cuenta que "nunca
ticiparon de sus propuestas y/o comenzaron a militar en sus filas? Es h u b o cifras sobre eso". Sin embargo, intentó dar u n panorama general
una pregunta difícil de responder c o n precisión si se t o m a n en cuenta de la participación femenina en Montoneros al estimar que "no menos
las características propias de la organización, que desde sus orígenes de u n tercio del c o n j u n t o de las fuerzas movilizadas eran m u j e r e s " . "
y hasta el t r i u n f o d e l peronismo en las elecciones de marzo de 1973 La convocatoria alcanzada por sus actos y actividades también puede
actuó clandestinamente. U n a dirigente de la regional V, a propósito del c o n t r i b u i r en la construcción de una imagen cuantitativa de ella, como
desarrollo del frente en la provincia de Tucumán, señaló: "Eñ los co- revelan algunos ejemplos. U n o , el acto organizado en el estadio Luna
Park el 4 de noviembre de 1973 para homenajear a la "Madre Peronis-
ta". Según datos de la prensa, el festival convocó a unas 20 m i l mujeres
paso fugaz por el Partido Comunista antes de acercarse ai peronismo. Ese viraje político
io inició j u n t o ai que fuera su primer marido, Rubén Roitvan cuando ambos ingresaron, "que c o l m a r o n las instalaciones del l u g a r " . " O t r o , la realización de los
alrededor de 1965, a ia Acción Revolucionara Peronista (ARP) de John W Cooke y Alicia campamentos infantiles de verano para la niñez de escasos recursos de
Erguren. Ya separada de Roitvan, conoció, en ei marco de su participación en la ARP,
a Femando Abai Medina, con ei que luego habría de iniciar una relación de pareja. La la c i u d a d de Buenos Aires, que por cada fin de semana de los cinco que
muerte de su compañero (de vida y militancia) en u n enfrentamiento con fuerzas poii- duró la experiencia recibió m i l p a r t i c i p a n t e s . " Si b i e n la concurrencia
ciaies el 7 septiembre de 1970 (en ei que también perdió ia vida Gustavo Ramus, otro
de los niños en esta actividad recreativa no i m p l i c a necesariamente la
de ios montoneros que formó parte del "Aramburazo", como ei propio Abai Medina y
Arrostito) provocó una declinación de su participación en ios espacios de decisión de adhesión de sus madres a la agrupación, podría considerarse c o m o una
ia organización de ia que fue una de sus fundadoras. Por su parte, en sus memorias, muestra de su "llegada" a las familias. Finalmente, otro dato lo b r i n d a el
Roberto Perdía señala que "hacia fines de 1972, en una reunión del Consejo Nacional
diario La Opinión al i n f o r m a r que la Agrupación Evita, durante los tres
[compuesto entonces ios jefes de cada regional montonera] realizado en Santa Fe, se
previo que ia complejidad organizativa que se había alcanzado requería formar un ám- primeros meses de su puesta en funcionamiento, logró "el c o n t r o l de
bito de Conducción Nacional permanente diferenciado de las conducciones regionales. 300 unidades básicas de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires".
Así nacería ia Conducción Nacional (CN) |...] En esa reunión se determinó que Firmc-
La organización del trabajo político que llevaron adelante los frentes
nich, Hobert y yo formáramos parte de esa nueva estructura". [Roberto Cirilo Perdía,
La otra historia. Testimonio de un je/e montonero, Fuerte General Roca, Agora, 1997, pp. de masas en el territorio es una cuestión de suma importancia para d i l u -
120-121.lAdemás, es sabido que ia fusión de Montoneros con las Fuerzas Armadas cidar los modos en que Montoneros trabó relación con los movimientos
Revolucionarias (FAR) provocó ia ampliación del mencionado cuerpo colegiado a ocho
miembros. Ni en su primera versión antes de ia unión de ambas fuerzas, n i en las que se
sociales de su época. Por la pesquisa realizada se deja ver una m o d a l i d a d
sucedieron luego de ella, Norma Arrostito integró ei cuadro dlrigencial montonero: en la recurrente de patrocinar y desarrollar la labor política en el seno de la
hasta ahora única biografía dedicada a su persona, se indica su pertenencia a ia Columna Agrupación Evita. Ésta se valió, en buena parte, de experiencias militantes
Sur (regional i ) , "como responsable de militantes de grados inferiores, en una escala des-
cendentes en las jerarquías, hasta llegar ai cargo menor de secretaria de organización". previas (cuyos comienzos pueden datarse a partir de la m i t a d de la década
IGabrieia Saidón, La Montonera. Biografia de Norma Arrostito, Buenos Aires, Sudameri-
cana, 2005, p. 131] A comienzos de diciembre de 1976, Arrostito fue secuestrada por
" Entrevista de ia autora a C B., 30 de abril de 2007.
ia Marina en ia localidad bonaerense de Lomas de Zamora; aunque ios marinos hicieron
"Entrevista de ia autora a R. P, 23 de mayo de 2007.
circular ia versión de que su muerte fue producida en u n enfrentamiento. Estuvo de-
"La Opinión, 6 de noviembre de 1973, p. 14. Sobre ei que fuera ei gran acto público
tenida en ia Escuela de Mecánica de ia Armada (ESMA) hasta ei 15 de enero de 1978,
organizado por ia Agrupación Evita también puede consultarse El Descamisado, n° 25, 6
cuando murió, se presume, envenenada por ios represores. Si bien Arrostito no formó
de noviembre de 1973, pp. 28-31.
parte de ia Agrupación Evita, si participó de algunas de sus actividades, como un acto
" E l Descamisado, n" 3 1 , 18 de diciembre de 1973, p p . 30-31; Noticias, 10 de diciembre
organizado por el frente femenino en la provincia de Mendoza. [La Causa Peronista, n"
4, 30 de julio de 1974, p. 28.) de 1973, p. 17.
" L a Opinión, 6 de noviembre de 1973, p. 14.

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Karin Grammático Historia reciente, género y política

de 1960) para perfilar sus actividades. Supo capitalizar esas prácticas pre- social previo a su llegada a mediados de la década del sesenta. Dedicada

cedentes para luego enmarcarlas en la propuesta política montonera. enteramente a su militancia, estrechó vínculos con sus habitantes, espe-
P a u l i n a " — q u e llegó a ser delegada de la Agrupación Evita p o r la cialmente con las mujeres. Fue a través de su participación en el C l u b
zona este de la Capital Federal (regional I ) — inició y desarrolló buena de Madres que Paulina comenzó a tomar contacto con sus demandas,
parte de su militancia en Saldías, u n o de los barrios que conformaban la dolencias y aspiraciones. Y c o m o resultado de esa interacción, se acercó
Zona Eva Perón,^* h o y conocida c o m o la Villa 3 1 de Retiro ( C i u d a d de al peronismo:
Buenos Aires). Se acercó al lugar c u a n d o el gobierno de Onganía cursaba
sus tramos finales; l o h i z o en calidad de dirigente estudiantil —cursaba Era una cosa maravillosa la villa: laburantes con experiencia sin-
la carrera de sociología en la Universidad del Salvador— j u n t o a u n g r u - dical, y ahí empiezo a entender bien qué es el peronismo charlan-
po de compañeros de estudios. Hacia fines de 1970, la j o v e n muchacha do con estas mujeres y esta gente que venía del interior, algunos
— p r o v e n i e n t e de una familia de clase media a l t a — decidió c o m p r o m e - de los cuales habían participado de la resistencia peronista, que te
terse a t i e m p o completo con su militancia en la villa: contaban de Evita y yo preguntaba muchas cosas, yo aprovechaba
ahí para preguntar muchas cosas que a mí no me cerraban desde
Yo ahí ya me instalo fuertemente en el barrio, porque en el harno una óptica, desde un esquema intelectual, pero desde un tema
todo había crecido mucho, lodo e) lema de la erradicación ¡de la vital a mí, ahí se me hace p i e l . "
villa] fue central, hicimos grupos de vecinos, se armó toda una
organización ] . . . ] En el barrio [había] una organización de base Los años 1971 y 1972 resultaron, para ella, arduos y festivos a la
con club de madres, clubes juveniles, centros vecinales. Todo vez. Su g r u p o fundó una u n i d a d básica que fue bautizada "17 de O c t u -
ei mundo era peronista: en el club de madres todas las mujeres bre"; luego se organizarían algunas más en otros barrios de la Zona Eva
eran peronistas, el club juvenil lo armamos en Saldías en base a Perón. Por otra parte, se hicieron más frecuentes los contactos con orga-
ia barrita de pibes adolescentes que eran los pibes considerados nizaciones como Descamisados, Peronismo de Base, las Fuerzas A r m a -
delincuentes. Cuando caía la [Comisarla] 46 eran los muchachos das Revolucionarias (FAR) y Montoneros. Luego de algunos "coqueteos"
que se llevaban en las "razias", los cagaban a golpes... Los chicos con algunas de ellas, Paulina decidió ingresar a Montoneros. Corría la
eran divinos, eran bravos. Con ellos armamos el club juvenil, segunda m i t a d del año 1973. U n a de sus primeras tareas c o m o militante
y de ese club juvenil después sale la JR Esto ya es más 1 9 7 1 - montonera fue organizar la Agrupación Evita en su barrio. Para ello,
1972." Paulina se valió de su trabajo en el C l u b de Madres y de las relaciones
que ella estableció c o n las mujeres y varones de la villa. De este m o d o ,
Paulina profundizó su c o m p r o m i s o c o n la lucha de los vecinos de el frente m o n t o n e r o continuó c o n u n trabajo militante que se venía de-
la Zona Eva Perón contra la propuesta de las autoridades públicas de sarrollando en el lugar. La labor de la Agrupación Evita no creció en u n
erradicarla, a la par que colaboraba en las múltiples tareas que buscaban terreno ocioso, sino que prosiguió y profundizó el trabajo que venía
consolidar la organización barrial. A h o r a bien, esa labor que desarro- dándose:
llaba en Saldías, como ella misma lo señala, se montó sobre u n trabajo
Para nosotros, por ejemplo ahí, el pasaje a la Agrupación Evita
" Seudónimo. fue algo natural [...] No es que Montoneros bajó —ahí por io
Los barrios que integraban ia Zona Eva Perón eran: Inmigrantes, Barrio Güemes, YPF,
Comunicaciones, Lapriday Saldías.
•"Entrevista de ia autora a P. A., 5 de j u l i o de 2005 (énfasis propio). Entrevista de ia autora a R A., 5 de julio de 2006.

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Karin Grammático H i s t o r i a reciente, g é n e r o y política

menos— hagan !a Agrupación Evita' y empezamos a juntarnos, berlina, Bunge y Lomas de Zamora. Luego, ya alejada de los d o m i n i c o s ,
no, ya estábamos funcionando. Fue cosa de decir a las compañe- fundó, j u n t o c o n otros estudiantes, el G r u p o Revolucionario de Estudio,
ras ahora nos juntamos u n rato más...^' Trabajo y Acción (GRETA). Los contactos c o n organizaciones políticas se
incrementaron, l o que provocó la disolución de GRETA. Nora se acercó
El m o d o en que la Agrupación Evita se constituyó en Saldías, se entonces a l a j u v e n t u d Obrera Católica, iiderada p o r J o s é Sabino Nava-
repitió en Comunicaciones, o t r o de los barrios de la Zona Eva Perón. rro, y a la C G T de ¡os Argentinos. Fue a través de su pertenencia al g r u p o
Hacia fines de los años sesenta, Fátima Cabrera — q u i e n también habría de Sabino Navarro que ingresó a Montoneros. Para 1972, N o r a m i l i t a b a
de m i l i t a r en la Agrupación E v i t a — había arribado siendo pequeña a en la C o l u m n a Norte (regional I ) desarrollando trabajos en el territorio
Buenos Aires desde el ingenio t u c u m a n o Santa Ana (cerrado por dis- y en el frente sindical. Cumplía esas tareas cuando la Conducción m o n -
posición d e l Onganiato), e n compañía de su mamá y sus cuatros her- tonera le encomendó la organización de la Agrupación Evita e n Partido
manos. Se instalaron en Comunicaciones, dónde ya estaban afincados de General Sarmiento. A l respecto, manifiesta:
desde bacía u n tiempo su abuela y sus tíos m a t e r n o s . D e familia m u y
religiosa, se acercó al g r u p o pastoral que encabezaba el padre Carlos Es que la Agrupación Evita fue u n invento de la organización
Mugica, y con 12 ó 13 años se convirtió en la catequista más j o v e n de la Montoneros [...] fue un invento de la conducción. Lo que pasa es
capilla Cristo O b r e r o . Por entonces —recuerda la m u j e r — a la villa de que venía también fruto de los trabajos que había: al hacer traba-
Retiro se acercaban muchos estudiantes universitarios a colaborar con jo político, al hacer trabajo en los barrios con las mujeres, trabajo
las comisiones vecinales. Así se fueron gestando sus primeros contactos politice barrial o político en la fábrica, en las villas, etc. No era
con la política, que derivaron en una militancia en la u n i d a d básica que (fue yo entro [a la Agrupación Evita], yo ya estaba ahO^
la JP tenía en su b a r r i o . P a r a l e l a m e n t e a este compromiso, desarrolla-
ba u n activo trabajo con las mujeres reunidas en el C l u b de Madres de La definición de la Agrupación Evita como " u n invento" de la c o n -
Comunicaciones. C o m o sucedió en Saldías, las labores de esta comisión ducción montonera remite, entendemos, a pensarla como el resultado de
barrial fueron encauzadas, una vez creada la Agrupación E'vita, bajo su una decisión política de esa organización que no implicó, sin embargo,
dirección y Fátima formó parte de ella. la realización de u n contenido del todo novedoso. Sí que supo, i n t e l i -
Nora,''* c o m o Paulina, comenzó su militancia hacia fines de los años gentemente, canalizar y capitalizar toda una serie de trabajos (y también
sesenta j u n t o con algunos de sus compañeros universitarios. Estudiaba de recursos humanos) que involucraban la participación de grupos de
la carrera de Derecho en la Universidad Católica Argentina. Su p r i m e r a mujeres, que venían desarrollando una actividad en sus barrios desde
experiencia la realizó bajo la tutela de los frailes dominicos. Realizaba varios años antes de la conformación del frente femenino m o n t o n e r o .
"tareas sociales" y brindaba asesoramiento legal en tanto estudiante avan- Montoneros se nutrió de estas experiencias previas, las (re)dinami2ó e
zada de abogacía a los vecinos de las localidades bonaerenses de Villa A l - intentó darles u n nuevo t o n o político en sintonía c o n su lucha p o r el
socialismo nacional. De este m o d o , Montoneros (se) agregó, sumó m i l i -
tancias previas a las que les d i o una nueva orientación.
" Entrevista de ia autora a P A., 5 de julio de 2006.
Este t i p o de estrategia política también fue aplicada en la construc-
'* Entrevista a Fátima Cabrera, Archivo Oral de Memoria Abierta, 31 de agosto de
2003. ción de otros frentes montoneros. En su libro Los zapatos de Garlito. Una
" Para Fátima su primera participación política fue recibir a Perón en Ezeiza, ei 23 de
junio de 1973. Entrevista a Fátima Cabrera, Archivo Oral de Memoria Abierta 31 de
agosto de 2003.
" Seudónimo. Entrevista de ia autora a N . B.. 19 de septiembre de 2003 (énfasis propio).

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Karin Grammático H i s t o r i a reciente, g é n e r o y política

historia de los trabajadores navales de Tigre en la década del setentaf^ Fede- trabajador de la zafra tucumana, fue elegido delegado de su sector: "Tuvi-
rico Lorenz ofrece, a través del estudio de la agrupación sindical naval mos que arreglar el pasillo, la callecita, el dispensario médico". Así comen-
"José María Alessio", preciosa información acerca de los modos en que zó su práctica militante en la villa. A partir de 1972, cuando el panorama
se nutrió la J u v e n t u d Trabajadora Peronista OTP). En su investigación político alumbraba una nueva etapa signada por el levantamiento de la
da cuenta de la formación, a partir de la iniciativa de varios jóvenes tra- proscripción del peronismo y el llamado a elecciones para marzo del año
bajadores del Astillero Astarsa, de u n agrupamiento sindical que c o n el siguiente, comenzó a reunirse c o n varios vecinos y vecinas peronistas con
tiempo alcanzaría u n i m p o r t a n t e reconocimiento en la zona norte de la la intención de formar una agrupación para lograr "la recuperación de la
provincia de Buenos Aires. Este proceso de construcción política — q u e comisión vecinal que en ese m o m e n t o encabezaba la gente del PC [Partido
fructificó en la elección de algunos de ellos como delegados— se inició- Comunista]". Según Carlos, se organizaron, al menos en Martín Cúemes,
a comienzos de 1971 y alcanzó su cénit el 3 0 de mayo de 1973. Ese
en una rama masculina y una rama femenina. A comienzos de 1973, ya
día, los jóvenes militantes t o m a r o n decisiones importantes que, de algún
"era secretario de-la JP" en su barrio Martín Cúemes, y en el transcurso de
m o d o , marcarían el f u t u r o de su asociación. Por u n lado, resolvieron
ese año fue electo para encabezar la comisión vecinal. Luego, alrededor
llevar a cabo la t o m a d e l establecimiento en respuesta a la muerte de u n
de septiembre, cuando Montoneros anunció la formación del M o v i m i e n t o
compañero, J o s é María Alessio, fallecido a causa de las graves q u e m a d u -
Villero Peronista, se abocó a la organización de dicho frente en la Zona
ras recibidas en u n accidente laboral unos días antes. Por otro, y ya es-
Eva Perón y fue u n destacado referente. En este apretado relato se visuali-
cogido el n o m b r e de "José María Alessio" para la agrupación, resolvieron
za u n barrio organizado y activo en pos de alcanzar una mejor calidad de
adoptar una i d e n t i d a d política definida al incorporarse como entidad
vida para sus habitantes y el desarrollo de una trayectoria personal en la
sindical a la JTR el frente de masas que Montoneros había creado en
militancia social y política, situaciones que comenzaron m u c h o antes del
abril de ese año con la intención de disputarle a la C G T el control del
desembarco de Montoneros a la villa. Una vez más, la organización logró
m o v i m i e n t o obrero. O t r a vez, M o n t o n e r o s supo capitalizar u n trabajo
atraer bajo su órbita esas actividades previas y sumar a su militancia a per-
político preexistente (en este caso de t i p o sindical) y lo incorporó a su
sonas respetadas p o r la c o m u n i d a d por su compromiso para con ella.
órbita (a través de la JTP).
Por último, si b i e n defendemos la hipótesis de que Montoneros re-
Algo similar p u d o ocurrir en los orígenes del Movimiento Villero Pe- cuperó para sí trabajos políticos preexistentes para desarrollar su política
ronista (MVP). A continuación reseñaremos el testimonio de Carlos,^'' u n de masas, consideramos que ese fenómeno fue resultado de una decisión
destacado dirigente del MVP, porque resulta otro ejemplo del estilo de compartida, resultado de las valoraciones que cada u n a de las partes i n -
agregación política que supo utilizar Montoneros para desarrollar su p o - volucradas p u d i e r o n realizar previamente. Y entendemos, además, que
lítica de masas. Carlos llegó a Buenos Aires, desde Jujuy, en 1967, "sin una vez realizada la incorporación de las agrupaciones pre-montoneras,
tener ningún conocido, ningún familiar, que al final me encontré con u n el tránsito c o m ú n n o estuvo exento de dificultades y debates internos.
conocido que me dice: 'Mirá, únicamente hay piecitas en las villas, y o ten- ¿Quiénes se hicieron cargo de la Agrupación Evita en sus diferentes
go una piecita, a ver si entramos'. Y así me f u i acomodando".^** Se instaló niveles de responsabilidad? ¿Cómo impactó en ellas la comunicación de
en Martín Cúemes, otro de los barrios de la Zona Eva Perón. A poco de su que formarían parte del frente femenino? Era la Conducción Nacional
arribo, el p o r entonces jovencito de extracción peronista que había sido de Montoneros q u i e n , en definitiva, decidía los destinos políticos de sus
cuadros. Buena parte de los involucrados con la Agrupación Evita reco-
Federico Lorenz, Los zapatos de Carlita. Una historia de los trabajadores navales de Tigre nocían una experiencia previa en la JP,^** aunque también los h u b o de la
en la década del setenta, op. cit.
"Seudónimo.
^' Entrevista de ia autora a C. S., 8 de junio de 2006.
La Opinión, 19 de septiembre de 1973, p. 6.

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Karin Grammático H i s t o r i a reciente, g é n e r o y política

JUP y la JTP Las fuentes disponibles señalan que el fastidio y el enojo u n m o m e n t o , a mí me parecía espantoso eso de la Agrupación Evita y de
fueron reacciones habituales que vivenciaron muchas de las jóvenes a las mujeres y me parecía que nos iban a quitar responsabilidades, ojo que
que se les comunicaba una nueva misión política en el frente femenino. lo viví así".'"
Ante sus ojos, el trabajo político c o n mujeres n o resultaba una propuesta Según María Álvarez,''^ m i e m b r o de Montoneros que participó en la
atractiva, al n o representar el ámbito más destacado para concretar el Agrupación 'Evita, la frase más habitual que salía de la boca de las m i l i -
proyecto revolucionario. tantes una vez que escuchaban acerca de su nuevo destino era: "¿Pero
A l respecto, u n dirigente m o n t o n e r o expresaba: qué hice?". C o n ella se señalaba la idea de "castigo" c o n la que se asocia-
ba a la Agrupación Evita. Sucedía, sostiene Marta, que para una m i l i t a n -
Las compañeras sentían como que perdían fuerzas en lugar de te "aguerrida era u n embole ir a la Agrupación Evita", porque trabajar
fortalecerse [porque] había muchas compañeras con bastante con mujeres "no era l o m i s m o [que] trabajar con varones", porque "el
peso que por ahí eran dirigentes del barrio y "¿ahora vos querés m u n d o era de los varones". Cuando a Marta, p o r entonces parte de la
que yo dirija a las mujeres? Yo dirijo todo". Ese es un tema y Juventud Peronista, le dijeron: "Vas a la Agrupación Evita", ella formó
el segundo tema era de parte de compañeras que lo entendían parte de ese elenco que expresó su contrariedad c o n aquella frase.
como una forma de discriminación, ¿por qué las mujeres aparte? Igual de condenada se sintió Susana Sanz cuando la designaron res-
Eso fue u n debate, no tan largo como debate porque no había ponsable de organizar la Agrupación.Evita en la zona de Cuyo:
tiempo, pero si fue un problema [ya] que una de las agrupacio-
nes con menor perfil propio fue [la] Agrupación Evita." Cuando la destinaron a ia conducción de la Agrupación Evita
en la región de Cuyo, Susana Sanz tuvo la sensación de que la
De acuerdo con este testimonio, las razones que explicarían la resis- habían tirado ai bombo [...] Para muchas militantes, pasar de
tencia de "muchas compañeras" a tomar responsabilidades en la Agrupa- la Juventud Peronista a la Agrupación era una especie de des-
ción Evita se centrarían en dos cuestiones. Por u n lado, la sensación de promoción [...] Susana no paraba, y las cosas avanzaban. La JP,
perder poder ("yo d i r i j o l o d o " ) al tener que ceder el c o n t r o l sobre varios sobre todo, movía cada vez más gente. Por eso, cuando la man-
espacios de la m i l i t a n c i a e n u n a jurisdicción dada, c o m o u n barrio, para daron a ia Agrupación Evita, tuvo la sensación [de] que la habían
focalizarse exclusivamente en el vínculo c o n sus mujeres. Por otra parte, relegado a algo menor. Pero la orden era clara y, tras la primera
la mirada sobre el frente femenino c o m o una manifestación de d i s c r i m i - mufa, Susana trató de pensar por qué le disgustaba tanto su nue-
nación hacia ellas como mujeres ("¿por qué las mujeres aparte?"). Esta va tarea, por qué ia tomaba como un castigo.''^
tíltima apreciación da cuenta de cierta tensión entre la tradición peronis-
ta de dotar a sus mujeres de u n espacio político diferenciado — l a Rama Desazón, pérdidas y castigos n o se hicieron presentes en todos los
F e m e n i n a — , que M o n t o n e r o s t o m ó en consideración a la hora de crear casos. Recordemos que para Paulina, el tránsito hacia la Agrupación
la Agrupación Evita, y la d i s c o n f o r m i d a d de "las compañeras" ante la Evita n o implicó cuestionamiento alguno, se trató más b i e n de la c o n t i -
existencia de u n ámbito exclusivamente femenino, el cual sería leído p o r nuación de u n trabajo que ella ya venía desarrollando en su espacio de
ellas c o m o discriminación y una pérdida de poder. En el relato de N o r a
se hace presente esta sensación de menoscabo de sus funciones políticas
cuando fue designada a formar parte del frente femenino: "Inclusive, en Entrevista de ia autora a N . B., 19 de septiembre de 2003.
« Entrevista a Marta Aivarez, Archivo Oral de Memoria Abierta, 4 de junio de 2007.
«Testimonio de Susana Sanz citado en Eduardo Anguila y Martín Caparros, La Voluntad.
Entrevista de ia autora a R. P, 16 de mayo de 2007. Una historia de la militancia revolucionaria en ia Argentina, ob. cit., p. 155.

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militancia. Para Celina'*'' — m i l i t a n t e m o n t o n e r a tucumana que antes de el prejuicio que habitaba en las propias militantes montoneras (aunque
convertirse en una de las dirigentes más importantes de la Agrupación no sólo en ellas) acerca de las escasas potencialidades políticas que podía
Evita desarrollaba tareas de t i p o territorial para la organización—, lejos llegar a tener el trabajo con mujeres. Las "reivindicaciones" por las que
de representar algo traumático, su ingreso a la Agrupación Evita repre- luchaba la Agrupación Evita eran vistas como demandas menores y c o n
sentó u n nuevo desafío en su recorrido m i l i t a n t e , aunque, se verá, tenía u n bajo contenido revolucionario que impedía su postulación c o m o u n
u n reparo de otra índole: destino político aceptable. Asimismo, debemos preguntarnos si de acuer-
d o c o n sus creencias políticas, la Agrupación Evita, además de apartarlas
A partir de marzo del 7 3 , se comienzan a estructurar las nuevas de la lucha revolucionaria, n o las alejaba del " m u n d o de los jóvenes", lo
formas organizativas en los distintos frentes, y la conducción que no resulta u n dato menor si se tiene en cuenta la alta valoración p o -
regional de la Organización [Político-militar Montoneros] dis- lítica y cultural que gozaba la j u v e n t u d como sujeto social. Einalmente,
pone que yo represente a la Agrupación Evita por la Regional V hay que considerar el tipo de trabajo militante que las mujeres venían de-
Esa decisión significaba u n peso muy grande en ese momento, sarrollando antes de ser destinadas al frente femenino. Paulina, por ejem-
porque la oratoria no era n i es m i fuerte y esos momentos re- plo, definió como "natural" el pasaje a la Agrupación Evita. Esto se debió,
querían de una líder carismática que fuera capaz de expresar en creemos, a la existencia de una fuerte vinculación c o n las mujeres de su
ei discurso las exigencias de un sector naciente. Traté de librar- barrio y u n conocimiento p r o f u n d o de sus necesidades, que se expresó
me de la responsabilidad de ser la "jetona", pero el compañero en su participación en el C l u b de Madres. Esta situación no se constató
(XX) me convence de la confianza que la Organización deposi- en otras experiencias consideradas aquí, como las de Susana o Marta,
taba en mí para cumplir ese rol, y a partir de ese momento dejé quienes se desempeñaban políticamente en la JP, que por ese entonces era
de militar en el bloque territorial correspondiente a la Costane- el frente montonero más prestigioso y respetado p o r la militancia.
ra y debía encargarme del desarrollo de la Agrupación.'" Por otra parte, estos aspectos deben ser tomados en cuenta para
entender el f u t u r o desenvolvimiento de la Agrupación Evita. Por ello
La preocupación de Celina n o residió en el becbo de tener que tra- es pertinente preguntarnos si éstos explicarían, e n algún n i v e l , las d i -
bajar en u n espacio poco estimado políticamente. Para ella representaba ficultades que aquélla tuvo para dotarse de " u n perfil p r o p i o " al que se
u n destino al que colocaba en pie de igualdad respecto de los demás aludía e n u n o de los testimonios citados. En pos de identificar otros
frentes; se trataba, en suma, de una tarea más que pretendía desarrollar p u n t o s críticos que afectaron su desarrollo merece ser observada la i n -
la organización. Sí mostraba reparos a convertirse en una "jetona", es cidencia que sobre su desarrollo p u d i e r o n tener las diferencias sociales,
decir, en volverse una figura pública. Y entendemos que detrás de sus de edad y culturales existentes entre sus responsables y las mujeres de
argumentaciones sobre las escasas dotes para oratoria se escondían las los barrios a las que estaban destinadas las actividades del frente. A l e -
reservas que los/as militantes revolucionarios/as manifestaban, en gene- jadas de los papeles tradicionales que social y c u l t u r a l m e n t e se le a d j u -
ral, a la p o s i b i l i d a d de formar parte de la escena política ptiblica. dicaban a las mujeres'"' — e l r o l de esposas y madres, cuidadoras abne-

¿Cómo explicar estas diferentes reacciones ante el ingreso a la A g r u -


pación Evita? Para dar una respuesta a este interrogante consideramos que
« E s importante destacar que en ia década del sesenta comenzaron a manifestarse signifi-
deben tomarse en consideración las siguientes cuestiones. Por u n lado, cativos cambios en ia situación social, económica, familiar y educacional de las mujeres.
A i respecto pueden consultarse, entre otros: Maña del Carmen Feijoo y Marcela Nari,
"Women i n Argentina during the 196ós", en Latin American Perspectives, voi. 23, n " 1,
'*'' Seudónimo. Winter 1996 pp. 7-27 [existe una versión en español: "Los '60 de las mujeres", en Todo
''''Entrevista de ia autora a C. B., 29 de marzo de 2007. es Historia n° 321, abril de 19941; Susana Torrado, Historia de ¡a familia en la Argentina

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Karin Grammático Historia reciente, género y política

gadas de sus f a m i l i a r e s — y que se encarnaban mejor en las mujeres de de cigarrillos, se cruzaban de piernas y soltaban su discurso sin
los sectores populares a quienes pretendían m o v i l i z a r políticamente, importarle si la señora la podría seguir; en vez de ir de a poco, es-
las dirigentes de la Agrupación Evita, en u n número destacado, prove- cucharlas, permitirles plantear sus dudas, ir creando lazos que a
nían de las clases medias urbanas, contaban c o n estudios secundarios veces se armaban de una charla intrascendente sobre los chicos o
y/o universitarios, algunas ya eran profesionales, eran solteras y s i n los precios de la leche. Y las mujeres se molestaban, y así habían
bijos. Marta tenía 19 años — b a b í a t e r m i n a d o recientemente el colegio perdido buenos contactos.'"
s e c u n d a r i o — c u a n d o se incorporó a la Agrupación Evita. Su p r i n c i p a l
área de acción fue el b a r r i o de O n c e y en su trabajo cotidiano, se en- Las diferencias socioculturales y etarias entre los cuadros de la A g r u -
contró c o n chicas de 14 años embarazadas "que n o sabían de q u i e n " , pación Evita (en su mayoría mujeres jóvenes, solteras, sin bijos, p r o -
c o n prostitutas, c o n mujeres golpeadas y c o n madres que debían criar venientes de familias de clase media, cuando n o alta, y c o n formación
a sus bijos en completa soledad dado el abandono de sus parejas. Para universitaria) y las mujeres de base (habitantes de barrios populares y
ella resultó una experiencia m u y fuerte en tanto contrastaba con su villas, con parejas asentadas e bijos, y c o n niveles educativos básicos),
historia de v i d a : venía de u n a "familia armada", con su madre, su padre aunque n o resultaron barreras infranqueables, sí fueron obstáculos que
y u n a hermana menor. Estas diferencias de vida se interpusieron en su entorpecieron el Trabajo del frente. Dichas diferencias no podían dejar
militancia: de expresar una distancia social, que trascendía las intenciones de sus
actores. N o se trataba sólo de las diferencias de jerarquía política en el

No sabía cómo llegar a ellas; me sentía ridicula de hablarles de seno de la organización, sino de la expresión de unas diferencias de clase

la Liberación Nacional y el proyecto de la Organización cuando que, en tanto babitus, organizan las distinciones cotidianas, y con ellas,

la mina tenía 5 hijos, vivía en u n conventillo, no sabia quién era las propias prácticas y la percepción de dichas prácticas."*'

el padre del último y tenía otra vida y yo le iba a hablar de la


Liberación Nacional [...) Qué le podía enseñar del hambre, el
sometimiento, el abuso, si ella ya sabia de todo eso.'" 11. L a mujer peronista en los discursos de l a A g r u p a c i ó n E v i t a y de

Montoneros
También Susana Sanz se refiere a estas diferencias y a las consecuen-
cias sobre el trabajo político: En el día de su presentación oficial, el 19 de septiembre de 1973, la
Agrupación Evita repartió u n folleto i n f o r m a t i v o en el cual — a d e m á s
Ya sabía que esas chicas [las que venían de la JP] no solían fun- de d a r á conocer su constitución y los objetivos de su trabajo p o l í t i c o —
cionar bien: que llegaban a las casas de las mujeres del barrio reflexionaba, en tanto declarada su intención de formar parte de la Rama
atropellando, se sentaban arriba de la mesa, sacaban el paquete Femenina del Justicialismo, sobre los motivos que llevaron a las peronis-
tas a organizarse separadamente:

Moderna, Buenos Aires, Ediciones de ia Flor, 2003; Zuima Recchini de Lattes, Dinámica
de lafuerza de trabajo femenina en la Argentina, Pans, UNESCO, 1983; Oficina Nacional de
ia Mujer, Evolución de la mujer en las profesiones liberales en Argentina. 1900-1965, Buenos
Aires, Dirección Nacional de Recursos Humanos-Ministerio de Trabajo, t970; Isabeila
Cosse, "Familia, pareja y sexualidades en Buenos Aires (1950-1975)", Tesis de Doctora- «Eduardo Anguila y Martin Caparros, La Voluntad. Una historia de la militancia revolucio-
do, Universidad de San Andrés, inédito, 2008. naria en la Argentina, p. 157.
Marta Áivarez, Archivo Oral de Memoria Abierta, 4 de j u n i o de 2007. Fierre Bourdieu, La distinción, Madrid, Taums, 1998, pp. 170-171.

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Karin Grammático H i s t o r i a reciente, g é n e r o y política

Es muy importante que nos preguntemos por qué nos tenemos era expresión de las falencias en la formación política de las m i l i t a n t e s . "

que organizar como mujeres en la Rama Femenina del Movi- Esa desazón, por otra parte, admite ser puesta en relación c o n la resis-

miento. En realidad, somos iguales a los hombres peronistas, tencia que manifestaron varias de las muchachas montoneras cuando
tenemos los mismos derechos y los mismos deberes para con debieron incorporarse a ella, como acabamos de ver. La interrogación
nuestro pueblo. ¿Por qué, entonces, si somos iguales, tenemos por las razones de una estructura exclusivamente femenina en el seno
que tener una forma de organización separada?*" del peronismo dejaba entrever u n cuestionamiento implícito que hace
centro en sus capacidades — " ¿ p o r qué nosotras debemos estar en la

E n la formulación de esta última pregunta, se cxplicitaba la exis- Agrupación Evita si somos militantes preparadas para la lucha revolu-

tencia de una desigualdad que obligaba a las mujeres del M o v i m i e n t o cionaria?"— y que estaba d i r i g i d o a la Conducción montonera y a su
a congregarse en una estructura diferenciada, que ponía en entredicho determinación de crear u n frente femenino. Simultáneamente, la pre-
aquella primeramente señalada simetría entre los y las militantes del pe- gunta marcaba una distancia entre ellas —cuadros políticos formados y
ronismo. Para la Agrupación Evita, la p r i n c i p a l causa que motivó dicha en pie de igualdad con los varones que integraban la organización— y
delimitación i n s t i t u c i o n a l fue la deficitaria preparación política de las esas otras-ellas, las mujeres a las que i b a n dirigidas, las actividades de la
mujeres: Agrupación Evita.
Otro p u n t o que merece ser subrayado es la ausencia de una crítica,

No tenemos el mismo nivel de conciencia y de actividad políti- por parte de la Agrupación Evita, a esa división sexual d e l trabajo que

ca que los hombres [...] Y eso no puede seguir asi [...] Pero hay ataba a las mujeres a la esfera doméstica y que según su p r o p i a interpre-

razones para que esto ocurra. Tenemos menos formación y edu- tación, era la causante del atraso femenino en materia política. Lejos de
cación que los hombres para la vida política porque, además ello, esas mismas labores denunciadas resultaron fundamentales para
de trabajar, tenemos que cumplir con nuestras obligaciones de promover su convocatoria:
esposas y madres, trabajar en el hogar y educar a nuestros h i -
jos. Y, a veces, todo ese trabajo no nos deja ni tiempo para leer Como mujeres tenemos reivindicaciones, que si bien [las levan-
el diario y concurrir a la Unidad Básica para enterarnos qué tan] como banderas todo nuestro pueblo, a nosotras, esposas,
hay que hacer y cómo hay que organizarse para la tarea del •madres, amas de casa, trabajadoras, nos son específicas porque
momento.*' •nos atañen más directamente. Nosotras debemos luchar por la
salud de nuestros hijos, porque haya vacunas y leche para todos,

Eran las múltiples actividades que ellas debían c u m p l i r como espo- porque el dispensario de la zona funcione, o que el hospital de

sas y/o madres las que impedían el desarrollo de otro tipo de Inquietudes nuestro barrio esté realmente ai servicio del pueblo que lo paga.

vinculadas a lo público y que explicaban, finalmente, sus atrasos en "el


nivel de conciencia y de actividad política" respecto de sus (im)pares '* Esa mirada sombría de ia Agrupación Evita se contrapone con ei espíritu festivo que
rodeó ia creación del Partido Peronista Femenino (PPF). En ei discurso inaugural que
varones. De este m o d o , la Agrupación Evita dejaba entrever u n a mirada
Eva Perón dio en la Primera Asamblea del Movimiento Peronista Femenino, se presenta
sombría sobre la presencia de la Rama Femenina en tanto y en cuanto a ia fundación del PPF como ia forma de "trazar nuestros propios caminos (...) nuestra
propia trayectoria, como mujeres y como ciudadanas" siempre en ei marco, señala Eva,
del movimiento peronista. Las palabras de Eva indican una valoración positiva acerca de
ia existencia de algo propio, distintivo que las mujeres pueden aportar a ia política y que
* " H Descamisado, Año 1, N° 19, 26 de septiembre de 1973, p. 25. se expresaría a través del PPE Eva Perón, Discursos completos, 1949-1952, Tomo i i , San
*' El Descamisado, Año I , N° 19, 26 de septiembre de 1973,' p. 25. isidro-Buenos Aires, Megafón, 1986, p. 69.

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Karin Grammático H i s t o r i a reciente, g é n e r o y política

Nosotras debemos exigir que se nos pague iguai saiario por igual existencia residual — t a l c o m o lo define Raymond W i l l i a m s — del dis-
trabajo, que se respeten las leyes de protección a la maternidad curso peronista clásico.*" Ahora bien, debe resaltarse que ese elemento
e infancia, que haya jardines y guarderías para que podamos tra- residual convivía (tal vez de una manera no del todo armónica) con las
bajar tranquilas y sumar asi nuestro esfuerzo al de todo nuestro expectativas personales de sus dirigentes — m u c h a s de ellas alejadas de
pueblo que quiere reconstruir y liberar a la patria.*' las realidades maternales y h o g a r e ñ a s — en relación con su papel en la
organización y c o n sus creencias respecto de los caminos principales p o r
Aún cuando expresó sus reparos acerca de los obstáculos que las donde debía transitar la lucha revolucionaria.
tareas hogareñas imponían a las mujeres en su preparación como sujetos Por lo expuesto, n o resulta extraño que en las producciones discur-
políticos, se apeló a ellas para movilizarlas c o m o tales. De esa manera, sivas de la Agrupación Evita la figura de la madre resulte una presencia
m a n t u v o vigentes los postulados peronistas que históricamente mode- constante.'De hecho, su p r i m e r gran acto político fue u n homenaje a la
laron la identidad política de las mujeres a partir de su condición de "Madre Peronista", el cual tuvo lugar en el estadio Luna Park de Bue-
esposas y madres. C o m o lo señalaron Susana Bianchi y N o r m a Sanchís: nos Aires el 3 de noviembre de 1973. Y como era de esperarse, en los
"En el discurso peronista, las mujeres encontrarán estas funciones [ d o - discursos que e m i t i e r o n las oradoras de esa j o r n a d a — L i l i Massaferro,
mésticas y maternalesi reafirmadas al m i s m o tiempo que valorizadas y María Luisa M o n t a l d o , Diana A l a c , " C b u n c b u n a Villafañe y la tía Tota
revestidas de una nueva dimensión: la m u j e r hace política a través de su C a r n a g b i * " — n o fueron pocas las alusiones a la madre.

condición de esposa, madre, ama de casa. De este m o d o , la apertura de El caso de L i l i Massaferro adquiere u n carácter especial por ser ella
nuevas perspectivas para las mujeres —basta entonces excluidas de la la representación de esa madre a la que se pretendía homenajear." L i l i
vida política y c i u d a d a n a — se apoyan en viejos modelos y roles tradicio-
nales: el ámbito hogareño y las funciones domésticas serán el apoyo de
" Dice Wiiiiams: "Lo 'residual' por definición ha sido formado electivamente en ei pa-
la i d e n t i d a d que permitirá a las mujeres proyectarse políticamente".*''
sado, pero todavía se halla en actividad dentro del proceso cultural, no sólo como u n
La Agrupación Evita n o se alejó de estas consideraciones. En sus elemento del pasado, sino como u n electivo elemento del presente". Raymond Wiiiiams,
comunicaciones, se avaló la observación de las mujeres como sujetos Marxismoy literatura, Barcelona, Península, 1997, p. 144.
Diana Aiac, una destacada y muy respetada dirigente de ia Agrupación Evita, fue se-
de derecho a partir de sus diferencias y n o de la igualdad con los varo-
cuestrada por ei Ejército Argentino ei 8 de noviembre de 1976 en ei domicilio de su
n e s . " Esta vigencia, la de una identidad política de las mujeres asentada hermana ubicado en el barrio de Beigrano. Tenia 38 anos y era madre una hija que ai
en su condición de esposas y madres, admite ser pensada como una momento de su desaparición tenía 6 meses de edad.
"Haydée "Tota" Ciruiio de Carnaghi, una histórica dirigente del peronismo, tenía 53 anos
cuando fue secuestrada iiegaimente por las FEAA, de su domicilio en ia localidad de Villa
" E l Descamisado, n° 19, 26 de septiembre de 1973, p. 25. Marteiii, ei 4 de agosto de 1976 junto a su hija Carmen, de 26.'Ambas fueron asesinadas,
"Susana Bianchi y Norma Sanchís, El Partido Peronista Femenino, voi. 1, p. 6 1 . junto a otras 28 personas, en ia localidad de Fátima (partido de Pilar, provincia de Buenos
" Silvana Paiermo señala que ia especificidad del discurso peronista sobre ios derechos Aires), en io que constituyó ei trágico suceso conocido como ia "Masacre de Fátima".
políticos de ia mujer radica en ei modo en que recuperó y redefinió elementos propios de " Ubicadas en u n lugar prelerenciai del escenario, formaron parte de ia reunión u n gru-
un feminismo maternailsta y ios incorporó a una retórica populista. Esa corriente feminis- po de madres cuyos hijos, integrantes de organizaciones político-armadas, murieron a
ta defiende una concepción que valoriza ia diferencia sexual, subraya ia compiementarie- manos de las fuerzas de seguridad durante ia Revolución Argentina. Allí estaban, entre
dad entre io masculino y io femenino, y hace de ia maternidad ia punta de lanza para las otras, María irribaren de Ramus, madre de Carlos Alberto Ramus, y Mercedes de Olmedo,
demandas de equidad y justicia para las mujeres. Ei feminismo matemaiista, finalmente, madre de Carlos Olmedo, además de Chela Sabeih, tía de María Angélica Sabeiii. Carlos
justifica ia incorporación de las mujeres a ia política a partir de un reconocimiento de sus Enrique Olmedo, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), perdió ia vida
capacidades específicas de su sexo. Silvana Paiermo, "Ei sufragio femenino en ei Congreso ei 3 de noviembre de 1971, en ei barrio cordobés de Ferreyra, en u n enfrentamiento con
Nacional, ideologías de género y ciudadanía en ia Argentina (1916-1955)", en Boletín del ia policía local luego de u n fallido intento de secuestro de u n alto ejecutivo de ia empresa
Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, Buenos Aires, UBA/FCE, FIAT. María Angélica Sabeiii, también de las FAR, fue una de las víctimas de ia "Masacre
2do. semestre, 1997-ler. semestre de 1998, números 16-17, pp. 151-179. de Treiew", ei 22 de agosto de 1972.

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había p e r d i d o a su h i j o mayor, M a n u e l " M a n o l o " Belloni, estudiante de el Luna Park, ya c o m o dirigente de la Agrupación Evita (recientemente
sociología y m i l i t a n t e político, el 8 de m a r z o de 1 9 7 1 , en u n fracasado babía c o n c l u i d o con éxito el proceso de unificación de FAR y M o n t o -
operativo c o n el que pretendía robar la caja fuerte del C l u b San Fernan- n e r o s " ) , L i l i dedicó parte de él a las mujeres que como ella perdieron a
do y en el que murió también Diego F r o n d i z i ( h i j o de Ricardo Frondizi
sus bijos:
y sobrino del ex presidente A r t u r o F r o n d i z i ) , amigo y compañero de
M a n o l o . Ese doloroso acontecimiento provocó en L i l i u n cambio m u y Yo sé que lo que voy a decir es lo que todas ellas pensaron e
importante en su v i d a . La muerte de su h i j o suscitó en ella u n proceso de hicieron de alguna manera, cuando el enemigo nos golpeó en lo
radicalización política — y también p e r s o n a l — que la llevaría a transitar que más queríamos, en ese hijo que habíamos educado con amor
nuevos caminos. Esa transformación c o m e n z ó a plasmarse cuando L i l i [...) y io vimos caer asesinado, fusilado, ensangrentado gritan-
fue invitada a hablar en u n acto de homenaje a M a n o l o en la Facultad de do viva Perón, supimos meter el dolor para adentro, nadie nos
Filosofía y Letras. Se presentó ante los j ó v e n e s como una madre: vio temblar, ni llorar, porque ei lugar vacío que ellos dejaron io
llenamos nosotras y llevamos adelante esa consigna que era, es y
Vengo aquí a hablarles como una madre, una madre que perdió será carne en el pueblo peronista. Perón o muerte."'
a su hijo pero está orgullosa de él y de Diego. Porque Diego no
quiso dejarlo, y lo fusilaron, veintidós tiros tuvieron que tirarle, La posición de L i l i Massaferro, de alguna manera, preanuncia el de-
y después fueron por Manolo, que estaba en el piso, y lo mataron venir de muchas otras mujeres que, frente a la desaparición de sus bijos
a mansalva... Y sabemos quiénes fueron, fueron estos milicos e bijas a manos del aparato represivo ilegal durante la última dictadura
hijos de puta. Sabemos también por qué los mataron, los fusi- militar, comenzaron a movilizarse en pos de saber sus paraderos. Su btis-
laron porque ellos luchaban por la libertad y ia justicia, por eso queda h u b o de transformar el d o l o r p r i v a d o que las habitaba en u n tema
los acribillaron [...] Yo no sé nada de política pero tengo los
público e h i z o de la maternidad una construcción política y colectiva de
mismos deseos que ustedes de u n país mejor, aquí vengo como
mujeres para luchar contra la violación de los derechos humanos."''
una madre, y como madre quiero hablarles, no se queden solos,
En sus discursos, la Agrupación Evita también dio u n lugar a las muje-
hablen con sus viejos, no los dejen de lado, nosotros vamos a es-
res trabajadoras. Para ellas, exigió el respeto de las leyes de protección a la
tar siempre, los vamos a acompañar, porque la lucha de ustedes
maternidad y el combate a la discriminación salarial en su peijuicio — " q u e
es la nuestra.""
se nos pague igual salario por igual trabajo"."* Asimismo, propuso medidas

Para 1972, a los 45 años, L i l i formaba parte de u n g r u p o de las FAR.


Ejército. Ante ia inminencia de ser atrapados por las fuerzas de seguridad, Paco detuvo
Su ingreso lo babía posibilitado su amigo — y luego su p a r e j a — el poeta ei auto y tomó ia pastilla de cianuro. Su mujer fue detenida, hoy continúa desaparecida,
Paco U r o n d o , q u i e n se babía c o n v e r t i d o en u n cuadro de esa organiza- y ia compañera logró huir muy malherida. La niña fue rescatada por su abuela materna
de la Casa Cuna de Godoy Cruz. Claudia Urondo y su marido Mario Konkurat fueron
ción siguiendo los pasos de su bija Claudia."' E n el discurso e m i t i d o en
desaparecidos en diciembre de 1976.
"*La unificación FAR-Montoneros quedó sellada en octubre de 1973. Los electos que ésta
produjo en ia vida interna de ios frentes es u n tema aún inexplorado.
'•° Citado por Laura Giussani, Buscada. LÜi Massaferro: de los dorados años cincuenta a la
" E l Descamisado, n° 25, 6 de noviembre de 1973, p. 29.
militancia montonera, Buenos Aires, Norma, 2005, p. 154.
" D é b o r a D'Antonio, "Las Madres de Plaza de Mayo y ia maternidad como potencialidad
" Ei poeta y ei periodista Francisco "Paco" Urondo murió a ios 46 años en ia ciudad de
para ei ejercicio de ia democracia política", en María Celia Bravo, Fernanda Gii Lozano y
Mendoza, ei 17 de junio de 1976. Ei día de su muerte, Paco, su última esposa Alicia
Valeria Pita (compiladoras), Historia de luchas, resistencias y representaciones. Mujeres en la
Cora Raboy Angela, ia pequeña hija de ambos, y una compañera de militancia, viajaban
Argentina, siglos XIXy XX, pp. 283-303.
en su auto con destino a una cita. En ei trayecto fueron perseguidos por u n móvil del
" E l Descamisado, n° 19, 26 de septiembre de 1973, p. 25.
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tales como la sanción de una legislación que reconociera, protegiera y ren- actividades dentro de la industria d o n d e la m u j e r es, a veces, más apta
tara el trabajo de las amas de casa y la creación de más guarderías y jardines que el b o m b r e " — , y reclamó, también, por la igualdad de salario a igual
de infantes para que las madres trabajadoras pudieran desarrollar su acti- trabajo."' Este reconocimiento a la capacidad productiva de las mujeres
vidad."" La participación de las mujeres en el mercado laboral fue u n tema n o implicó, sin embargo, el abandono de lo que consideraba el p r i n c i p a l
controvertido para el peronismo. En los discursos de Juan Domingo y Eva trabajo de las mujeres: la maternidad y el cuidado de la familia. A la par
Perón (durante los años cuarenta y cincuenta) no abundan las valoracio- que juzgaba positivamente y basta necesario el trabajo extra-doméstico
nes positivas y aprobatorias dirigidas a tal posibilidad. Como lo evidencian femenino. Perón n o perdía o p o r t u n i d a d de subrayar que la tarea funda-
Biancbi y Sancbís, si durante los años exitosos de la política mercadointer- mental de las mujeres argentinas era "dar a luz hombres y mantenerlos
nista implementada por el p r i m e r gobierno peronista se lo aceptaba como hombres".™
" u n mal necesario", para comienzos de la década del '50 recibió la mayor Esta presencia de u n sujeto político m u j e r basado en su condición
de sus condenas."' Por cierto que esta postura no se mantuvo inalterable en de madre en los discursos de la Agrupación Evita también se bizo pre-
el tiempo. E l propio Perón, desde su regreso definitivo al país y en varias
sente en los discursos de Montoneros aunque, entendemos, n o de igual
oportunidades, bizo declaraciones que daban cuentan del cambio:
manera. Si b i e n aquélla era el portavoz de la posición montonera respec-
to del papel y los modos de actuación política de la militancia femenina
Es curioso: cuando en las comunidades y en ios pueblos ia mujer peronista, en las comunicaciones de la organización se proponía una lec-
se dedica solamente a los menesteres de su propia casa y abando- tura en algún p u n t o distinta a la expresada p o r su frente femenino. Así,
na la posibilidades de ser útil a esa comunidad, el país renuncia a p o r ejemplo, en u n mensaje enviado al ya mencionado acto de homenaje
la mitad de su riqueza [...] Si nosotros no somos capaces de i n - a la Madre Peronista, Montoneros declaraba:
corporar a ia mujer al rendimiento activo del país, estamos renun-
ciando a la mitad de las posibilidades que tenemos para nuestra ¡Evita! demostró con la ofrenda de su vida que acá no hay hom-
grandeza futura [...] De todo esto se infiere, preferentemente, la bres y mujeres, hay explotadores y explotados. Y que el lugar de
necesidad de incorporar a la mujer a la actividad viva del país. La la mujer del pueblo es estar en la lucha de estos últimos."
mujer está en las mismas condiciones del hombre y no debe ser
[reducida] a menesteres inferiores, pues ella puede competir con
Montoneros privilegiaba una lectura de la realidad que ponía el
él en la tecnología, en el trabajo científico, en la investigación y en
acento en el conflicto derivado de las relaciones económico-sociales y
toda clase de estudios.""
negaba — a n t e u n auditorio compuesto p o r mujeres que integraban su
frente político f e m e n i n o — la posibilidad de aproximarse a aquella a par-
Se dedicó a ponderar la situación de las mujeres en Europa y bacer tir de una valoración de los problemas que atañían a la situación de las
de ellas ejemplos a seguir — " e n sus países, ellas trabajan" decía Perón a mujeres y de las relaciones entre ellas y los varones. "Acá n o bay h o m -
la manera de u n d e s c u b r i d o r — y a estimar la calificación de la mano de bres y mujeres", con esa frase diluía todos los esfuerzos llevados adelan-
obra femenina p o r encima de la masculina — " b a y una gran cantidad de te p o r las mujeres de la agrupación p o r activar el funcionamiento del
frente y dotarlo de una identidad propia. O dicho de otra manera, si n o
""EÍ Descamisado, n° 25, 6 de noviembre de 1973.
"Susana Bianchi y Norma Sanchís, El Partido Peronista Femenino, voi. 1, p. 60.
"""Perón convoca a ia mujer", Discurso del Teniente General Juan Perón ante las delega-
La Opinión, 20 de septiembre de 1973, p. 8.
das del Movimiento Justicialista, 27 de agosto de 1973. Pubiicadón a cargo de ia CGT
'"Perón convoca a ia mujer", op. cit.
s/n/p.
Ei Descomisado, n° 25, 6 de noviembre de 1973, p. 30.

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hay mujeres ¿por qué constituir u n frente dedicado a "reivindicaciones" Mas la figura de la madre ponderada p o r Montoneros tienen u n an-
específicamente femeninas? En el m i s m o sentido, expuso su rechazo a claje histórico: es la madre de la Resistencia; período al que, por otra
la posibilidad de una autonomía para las reivindicaciones específicas parte, la organización político-armada remitía sus orígenes. Montoneros
de las mujeres al señalar que su lugar era estar j u n t o a los explotados entroncaba su presente en u n pasado que se iniciaba, no en el m o m e n t o
en su lucha contra los explotadores. Si bien la Agrupación Evita ligó la
fundacional del peronismo, el i 7 de octubre de 1945, sino en 1955,
lucha de las mujeres a la lucha p o r la liberación nacional — " [ . . . ] no bay
luego de acontecido el golpe militar que derrocó a Perón. Y las madres
liberación de la m u j e r separada de la liberación nacional y social, y sus
de la Resistencia eran merecedoras de ese reconocimiento, entre otros
condicionamientos se resuelven en el c o n j u n t o del pueblo"—™ en sus
motivos, por ser las madres de los jóvenes militantes revolucionarios
discursos (y en sus prácticas cotidianas) reclamó y definió u n papel para
del peronismo que estaban dispuestos a "dar la vida por Perón". A h o r a
las mujeres peronistas en ella; supo reconocer la existencia de u n con-
bien, resulta pertinente señalar que u n número m u y importante de ellos
j u n t o de situaciones p o r las cuales las mujeres debían actuar.
provenía de familias antiperonistas, en las cuales poco se p u d o haber
Por otro lado, en las comunicaciones firmadas p o r la organización y transmitido u n amor hacia la figura de Eva Perón.
giradas a la Agrupación Evita, la p r i m e r a y más elogiada cualidad de las En los discursos de Montoneros, como en los que supo dar Perón
mujeres fue su condición de madres; durante las décadas de 1940 y 1950 y luego también, las mujeres en tan-
to madres cumplían con la imprescindible misión de forjar hombres dis-
Y la mujer también peleó. Lo hicieron al lado de sus compañeros, puestos para la acción política. Para Perón, las mujeres educaban h o m -
ayudaron a poner caños, organizaron huelgas, propagandizaron bres para la Nación; para Montoneros, hombres para la revolución.'* Por
el voto en blanco, guardaron compañeros perseguidos, juntaron último, Montoneros destacó el " r o l fundamental" de la mujer en el seno
comida para nuestros presos. Pero hubo algo más importante. Le de la propia organización político-armada:
entregaron a la lucha peronista a sus h i j o s . "

Una organización que se nutre del pueblo, que surge de su pro-


Fue así que luego de la caída del gobierno del general Perón, las pia experiencia, necesariamente debía otorgarle a la mujer el l u -
mujeres guiadas por esa llamarada revolucionaria que había sido gar que ésta se había ganado en todo ei proceso. Así fue también
Evita, salieron a la calle a pelear para recuperar lo perdido. Y lo como vimos caer a compañeras que seguían el ejemplo de Eva
hicieron ofreciendo todo, hasta su vida. Pero hubo algo superior Perón.'*'
que le entregaron a la causa peronista: la vida de sus hijos a los
que amamantaron recordándoles que había un líder; que había
" Para ei peronismo, en tanto parte del pueblo, las mujeres peronistas eran portadoras de
una mujer hermosa que lo había acompañado y un pueblo que valores y actitudes como ia abnegación, ei sacrificio, ei amor y ei desinterés, todos ellos
éramos todos. Así, en cada caído, en cada torturado, había una vinculados con ia imagen de ia madre. Perón, en una nota publicada en ia revista parti-
daria Mundo Peronista del año 1952, io expiicitaba en ios siguientes términos: "Tengofe en
madre que había sido forjadora de esa conciencia. Así creció y
las mujeres, porque tengo fe en las madres. Los peronistas queremos que ia mujer eduque a
luchó el peronismo." sus hijos desde ia cuna; que forme hombres prudentes, animados de un profundo canño
por ei país y u n hondo respeto por ia sociedad; que estén animados de las virtudes básicas
de ios ciudadanos [...1 Si hay algo importante es, precisamente, ia conservación y defensa
de ia familia, que es ia verdadera célula de ia Nación". Citado por Mirla Zink, "Madres
para ia patria. 'Mundo Peronista' y ia interpelación a las mujeres", en María Herminia
" H Descamisado, n° 39, 12 de febrero de 1974, p. 18.
Di Liscia et ai, Mujeres, maternidad y peronismo, Santa Rosa-La Pampa, Fondo Editorial
" H Descamisado, n° 39, 12 de febrero de 1974, p. 17.
Pampeano, 2000.
" E i Descamisado, n° 25, 5 de noviembre de 1973, p. 30.
"£/ Descamisado, n° 25, 6 de noviembre de 1973, p. 30.

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H i s t o r i a reciente, g é n e r o y política
Karin Grammático

participación políticas femeninas, estaba marcando una distancia con el


F i n a l m e n t e , el r e c o n o c i m i e n t o a las c o m p a ñ e r a s montoneras p o r
discurso peronista. Sin embargo, luego la matizó al subrayar que "como
parte de la organización n o se t r a d u j o , sin embargo, en una práctica
mujeres tenemos reivindicaciones, que si bien (las levantani c o m o ban-
que haya p o s i b i l i t a d o el acceso de sus m i l i t a n t e s mujeres a la C o n -
d u c c i ó n N a c i o n a l o una m a y o r presencia de las mujeres en las jerar- deras todo nuestro pueblo, a nosotras, esposas, madres, amas de casa,

quías más altas, c o m o , p o r e j e m p l o , la responsabilidad de d i r i g i r una trabajadoras, nos son específicas porque nos atañen más directamente".

columna. Esta tensión, c o m o aquellas objeciones, darían cuenta de la emergencia


de una actitud dispuesta a revisar algunos postulados por entonces v i -
gentes; actitud que por cierto n o se tradujo en u n planteo explícito.

Palabras finales Finalmente, explicamos que la Agrupación Evita supo capitalizar y


profundizar la existencia de u n trabajo político previo en muchas de las
jurisdicciones donde se asentó. Ello da cuenta de u n fuerte activismo
En este artículo abordamos la historia de Agrupación Evita en dos direc-
femenino en la vida de sus barrios y localidades, con anterioridad a su
ciones. Por u n lado, d i m o s cuenta de su constitución en tanto "brazo"
formación. Para algunas dirigentes del frente p u d o resultar sorpresivo el
político de Montoneros; p o r otro, analizamos las producciones discursi-
nivel y la capacidad de trabajo c o m u n i t a r i o de estas mujeres. Por otra
vas elaboradas tanto p o r ella como p o r la organización político-militar a
parte, esa presencia social de las mujeres no era correspondida en los
la que suscribía. A m o d o de cierre queremos recuperar algunas cuestio-
ámbitos de decisión política. Así lo i l u m i n a el relato de Paulina:
nes que expusimos a lo largo de estas páginas.
En p r i m e r lugar, nos interesa reflexionar sobre el malestar que p r o -
Las mujeres, en todo, han sido siempre las primeras en salir. Yo
vocó en varias de las mujeres el saberse seleccionadas por la Conduc-
eso lo viví siempre, io vivía en el barrio, era el drama: quiénes
ción montonera para organizar el frente femenino, lo que revelaba la
eran las que salían a pelear las cosas, las mujeres. Ahora, después,
definición generizada de la política (revolucionaria) que manejaban los
cuando había elecciones para el Centro Vecinal, lo que nos pasó
varones y las mujeres militantes. Ésta se anclaba en valores masculinos,
siempre: no estábamos para ocupar los espacios de poder."
aunque la propia organización prefería una neutralización de las asime-
trías de los géneros al afirmar: "Acá no hay hombres n i mujeres". En tal
A l calor del trabajo militante y de las charlas cotidianas con las m u -
sentido, se comprende, entonces, la sensación de pérdida de poder que
jeres que se acercaban a participar de las actividades de la Agrupación
aquéllas dijeron experimentar al ser designadas para el trabajo político
Evita, varias de las dirigentes que se mostraron molestas p o r tener que
de mujeres. Por otra parte, dicha consideración no está desvinculada,
desempeñarse en ella, cedieron en su ofuscación y decidieron p r o f u n -
entendemos, de la ausencia de mujeres en el nivel jerárquico más alto de
dizar, en más de u n sentido, su vínculo político. Para muchas de las
la organización desde que éste se estableciera.
mujeres involucradas c o n su desarrollo (mujeres de los barrios, respon-
En segundo lugar, resulta central recuperar la primera mirada c o n -
sables en sus distintas jerarquías), la Agrupación Evita se convirtió en u n
trariada de la Agrupación Evita sobre la consideración de las labores
espacio donde pudieron concretar interesantes aprendizajes políticos.
maternales y domésticas c o m o destino obligado por "natural" para las
En su seno, comenzaron a plantearse cuestiones personales que se trans-
mujeres; esto admite ser observado como una situación novedosa. Es
formaron luego en asuntos políticos y que ameritaban, por tanto, ser
sabido que el peronismo desde sus orígenes interpeló políticamente a
incorporados en la agenda del frente femenino. Esto implicó u n cambio.
las mujeres a partir de su condición de esposas y de madres. Fueron
las funciones maternales las que les p e r m i t i e r o n su ingreso a la política.
Entrevista de ia autora a P. A., 5 de julio de 2006.
La Agrupación Evita, al señalarlas como limitantes de la formación y la
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Karin Grammático

tanto para las mujeres que se animaban a contar sus problemas, ya que
al hacerlo "desnaturalizaban" situaciones que empezaban a percibirse
c o m o actos de discriminación y subordinación, como para las dirigen-
tes, quienes debieron asumir la responsabilidad de guiarlas en ese proce-
Bibliografía
so de transformación personal/político. Pero ésa es otra historia.

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