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Naturalización de la violencia por parte de la sociedad.

La antropología social es la rama de la ciencia que mejor se puede especializar en


ese tema (Recansens Salvo Andrés; Revista Antropológica N°18.2005-2006:31-
38; Aproximaciones antropológicas al fenómeno de la violencia), puesto que por
medio del trabajo etnográfico y etnológico, abarca de forma holística el tema de la
violencia que muchas veces los medios de comunicación e incluso los mismos
jefes de Estado mal interpretan, buscando medios de solución, que sólo terminan
siendo métodos paliativos pero que a largo plazo no erradican la violencia, puesto
que su entendimiento va más allá de lo actual, y más si nos referimos a un país
centroamericano como El Salvador, en el que la violencia ha pasado
históricamente por varias facetas. Desde la conquista española hasta la
actualidad, es decir desde aproximadamente en el año 1492 en el que arribaron
las embarcaciones de los españoles en tierras extrañas y su proceso de conquista
que está de sobra decir que, fue más que cruento, fue inhumano, entre esclavitud ,
violaciones a mujeres, saqueos y expropiación de tierras, hasta su mismo proceso
de independencia de la corona española y de otros estados, hasta la diferentes
guerras que se han pasado para poder mantener la soberanía de El Salvador.

Desde la historia se puede decir que El Salvador no ha dejado de ser violento sino
que la violencia ha cambiado de modalidad, pero la violencia actual es remanencia
de la última etapa fuerte de violencia, la guerra civil que duró doce años –aunque
si se analiza detenidamente ha durado más- y que ha dejado como resultado
nuevos actores de violencia, por mencionar algunos y los más conocidos, las
pandillas, pero hay más allá de eso, está el abuso intrafamiliar, la hostilidad con la
que responden muchos a diario, etc.

El contexto social en el que vivimos actualmente nos condiciona a mirar de otra


manera la violencia hasta tal grado que nos pareciera lo normal enfrentarnos a
diario con escenas de muerte o cualquier otro tipo de violencia, sin embargo lo
“normal” es decir, lo que está dentro de la norma no es lo mismo que la
cotidianidad, no es normal para un individuo que tenga un cúmulo de valores
adquiridos (todos los tenemos, en distintas medidas, pero todas las personas
poseemos valores, que no necesariamente tienen que ser religiosos) aceptar que
la violencia, en específico los homicidios sean lo normal, pero sí se puede decir
que es lo cotidiano, esto conlleva a que nos comportemos de diferentes formas,
por ejemplo: caminar con temor por las calles, que las actividades de comercio
nocturno ya no sean tan prolongadas, que nos topemos con otras personas de mal
humor en el transporte colectivo, etc.

El ser humano es social por naturaleza, no adquiere cultura sino es por su


interacción con otros, y las expresiones culturales son muy variadas, pues todo lo
que hace el hombre dentro de un grupo social, es cultura, y ésta, es transmitida de
generación en generación, por eso no es de extrañarnos que ahora se hable de
una cultura de la pobreza (Cinco Familias, Antropología de la pobreza, México;
Lewis Oscar y Cómo sobreviven los marginados, México; Lomnitz de, Adler
Larissa) e incluso de una cultura de la violencia, tema que es bastante nuevo y
discutido dentro de la antropología, y aunque no es deber de ésta ciencia dar
solución a los problemas sociales, sí pueden servir como herramienta de análisis
los estudios que los antropólogos realizan en sitios donde la violencia es una
expresión bastante fuerte. La violencia planteada desde el punto de vista de
Ignacio Martín Baró (Cura jesuita asesinado en tiempos de la guerra de El
Salvador) en el capítulo octavo “Violencia y agresión social”, menciona que, desde
el enfoque instintivista la violencia y la agresión son la expresión de fuerzas
instintivas, cualquiera que sea su carácter y su función (Acción e ideología, Cap. 8,
p. 380; Martín Baró, Ignacio), también plantea lo que te he dicho en un principio,
que para entender la violencia actual es necesario entenderla desde el proceso
histórico que ha pasado El Salvador desde su época de conquista, de
independencia, la “consolidación del Estado”, hasta la actualidad.

No puedo como estudiante de antropología la solución a la violencia porque no es


tarea de la antropología, pero, pienso que, podría abordarse el planteamiento de
solución desde tres enfoques:

1. Educación.
2. Oportunidades equitativas, laborales.
3. Protección de parte del Estado a la familia como base fundamental para
una sociedad.

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