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EL COMPROMISO

Vemos tres declaraciones de tres diferentes personas, y tres observaciones del Salvador.

 ·         Señor, te seguiré adondequiera que vayas


·         Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre
·         Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa

¿Qué tienen en común estas tres declaraciones?


1.    Los tres declaran a Jesús como el Señor, reconociendo su procedencia y autoridad y
dándole el lugar de soberanía. Reconociendo que él tiene el predominio.

2.    Las dos últimas son muy sencillas, es obvio que, aunque hay un asentimiento de la
necesidad de seguir a Jesús no es la primera prioridad en la vida.
3.    La primera es la más difícil porque parece ser la declaración que Jesús esperaba como
resultado de su predicación, sin embargo, pareciera un rechazo la respuesta del
Señor: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre
no tiene dónde recostar la cabeza.

¿Qué tienen en común? La falta de compromiso. Las tres respuestas del Señor hablan de que
esos tres hombres están diciendo que seguirían a Jesús sin realmente estar comprometidos
con el Salvador y Él se los dice claramente. El primero estaba comprometido con su vida
material, el segundo con sus relaciones familiares, el tercero con sus relaciones sociales, no
tenían ningún compromiso con el Señor, se estaban obligando en sus sentimientos.
¿Qué es entonces el compromiso?
1.    Convicción de que se está obligado a seguir un curso de acción o a alcanzar
un objetivo o meta particular. Como resultado, se limitan en la acción la libertad de
elección como el número de alternativas posibles.

2.   El compromiso es una actitud fundamental para el buen cumplimiento de la misión


cristiana en el mundo. Sin compromiso es imposible seguir a Cristo como discípulo.
Regresemos a nuestro pasaje para entender mejor:

Las declaraciones del Señor respecto del Reino de Dios eran tan convincentes que se sintieron
obligados a responder a las mismas, por otro lado, tenían otras obligaciones que eran
superiores a las del Reino, entonces se vieron limitados en la decisión crucial de seguir a
Cristo, declararon su obligación, pero expresaron cual era la más importante y eso los
descalificó como discípulos del Señor.

COMPROMISO . VS. SENTIMIENTOS


Existen dos tipos de compromiso, el resultado de:
·         Los sentimientos. Totalmente dependientes de las circunstancias y de obligaciones
previamente contraídas que “obligan” a actuar de determinada forma. Por ejemplo,
algunos aquí presenten, están porque las circunstancias o la relación con alguien los
hace sentirse obligados a asistir, quizá una amistad, una relación familiar, etc. Este tipo
de obligación es externa y en cuanto estas circunstancias u otras obligaciones cambien,
esta obligación también cambiará.
·         De la fe. Pero la fe crea convicciones que van más allá de las circunstancias porque es
un acto interno que no depende de lo que sucede fuera de uno ya que están
descansando en el que promete, el cual no tiene variación respecto a sí mismo y sus
promesas.
Cuando yo me comprometo en base a los sentimientos, este compromiso durará mientras
estas circunstancias existan o sean favorables, en cuanto esto cambia, mi compromiso cesará,
pero el compromiso de fe perdurará por siempre porque está fundamentado en Dios.
Por eso Jesús descalificó a estos hombres como aptos para el Reino de Dios, sin
compromiso no se puede ser discípulo de Cristo.
El compromiso se descubre en medio de la adversidad. Jesús demostró su compromiso
con el Padre y con la humanidad en la lucha entre su humanidad débil y la convicción del plan
de redención para la humanidad.
De la misma manera, cada uno de nosotros tenemos compromisos, con:

 Nosotros mismos. Anhelos como progreso económico, carrera profesional, diversión,


etc.
 Familiares: Padres, hermanos, hijos, cónyuge, etc.
 Sociales. Amigos, fraternidades, sociedades de alumnos, pasatiempos, etc.
 Económicos. El trabajo, deudas contraídas, satisfactores, etc.

En las dificultades daremos prioridad para aquellos con quienes en realidad estamos
comprometidos. Cada uno de nosotros podemos decir: Señor, te seguiré adondequiera que
vayas, si no lo hacemos es porque el compromiso con Cristo no está fundamentado en la fe,
sino en los sentimientos.
Sin compromiso no se puede ser discípulo de Cristo, esto lo vemos en Lc 9.23 Y decía a todos:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. En
donde aprendemos que comprometerse es identificarse y apropiarse de los valores, ideales y
metas del otro. Veamos el detalle:
1.     Niéguese a sí mismo. Esta negación debemos entenderla como abandonar los
compromisos de los que ya hemos estado hablando. Pasar a un segundo plano y dejar a
Cristo en el primero.

2.     Tome su cruz. Apropiarnos de las metas del Señor Jesucristo, que es el plan de la
redención para la humanidad, el servicio a los demás y principalmente la Gloria de Dios.
Él fue a la cruz y ya nos redimió, nosotros no tenemos que ir a la cruz, pero sí debemos
cada día recordar que somos de Cristo y Él quiere continuar su plan por medio de
nosotros, entonces cada día debemos renovar como nuestro las metas de Él.
3.     Sígame. Seamos sus discípulos, sigamos sus pasos 1 P 2.21 Pues para esto fuisteis
llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que
sigáis sus pisadas. Dice que para esto fuimos llamados, a seguir el ejemplo de Jesús.

Si en la adversidad, cualquiera que esta sea: económica, de relaciones personales, laborales,


sociales, tus necesidades son primero a Cristo, esos son tus compromisos, no el Señor.
Cuando te desentiendes de las necesidades de la obra, llámese ofrenda, testificar, exhortación,
consolación, servicio, proveer para otros, etc. Y sólo exiges atención para ti. Tu
compromiso es contigo, no con Jesucristo.
¿QUÉ HACER PARA COMPROMETERSE?
Vemos entonces que el compromiso es demandado, ¿Qué tienes que hacer? Primero
arrepiéntete, confiésalo como pecado y el Señor hará su obra en ti, nunca es demasiado tarde.
El tener la convicción del compromiso afecta todas las áreas de tu vida, vamos a ver algunas
cosas muy prácticas respecto del compromiso.
Cuando se trata de compromiso, hay realmente solo cuatro tipos de personas.
1.   Los que no tienen objetivos y no se comprometen.

2.   Los que no saben si pueden alcanzar sus objetivos, por lo que tienen miedo de
comprometerse.
3.   Los que empiezan a caminar hacia un objetivo, pero se rinden cuando la situación se
pone difícil.
4.   Los que fijan metas, se comprometen con ellas y pagan el precio por alcanzarlas.
"Evangelio según San Mateo, 4

1. El Espíritu condujo a Jesús al desierto para que fuera tentado por el diablo, 2. y después de
estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. 3. Entonces se le
acercó el tentador y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en
pan.» 4. Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino
de toda palabra que sale de la boca de Dios.» 5. Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y
lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo. 6. Y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate
de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios dará órdenes a sus ángeles y te llevarán en sus
manos para que tus pies no tropiecen en piedra alguna.» 7. Jesús replicó: «Dice también la
Escritura: No tentarás al Señor tu Dios.» 8. A continuación lo llevó el diablo a un monte muy
alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. 9. Y le
dijo: «Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras.» 10. Jesús le dijo: «Aléjate, Satanás,
porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás.» 11. Entonces lo dejó
el diablo y se acercaron los ángeles a servirle."
"Hecho de los Apóstoles, 9
1. Saulo no desistía de su rabia, proyectando violencias y muerte contra los discípulos
del Señor. Se presentó al sumo sacerdote 2. y le pidió poderes escritos para las
sinagogas de Damasco, pues quería detener a cuantos seguidores del Camino
encontrara, hombres y mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén. 3. Mientras iba de
camino, ya cerca de Damasco, le envolvió de repente una luz que venía del cielo. 4.
Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» 5.
Preguntó él: «¿Quién eres tú, Señor?» Y él respondió: «Yo soy Jesús, a quien tú
persigues. 6. Ahora levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que tienes que
hacer.» 7. Los hombres que lo acompañaban se habían quedado atónitos, pues oían
hablar, pero no veían a nadie, 8. y Saulo, al levantarse del suelo, no veía nada por más
que abría los ojos. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. 9. Allí permaneció
tres días sin comer ni beber, y estaba ciego. 10. Vivía en Damasco un discípulo llamado
Ananías. El Señor lo llamó en una visión: «¡Ananías!» Respondió él: «Aquí estoy,
Señor.» 11. Y el Señor le dijo: «Vete en seguida a la calle llamada Recta y pregunta
en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo. Lo encontrarás
rezando, 12. pues acaba de tener una visión en que un varón llamado Ananías
entraba y le imponía las manos para que recobrara la vista.» 13. Ananías le
respondió: «Señor, he oído a muchos hablar del daño que este hombre ha causado a
tus santos en Jerusalén. 14. Y ahora está aquí con poderes del sumo sacerdote para
llevar presos a todos los que invocan tu Nombre.» 15. El Señor le contestó: «Vete. Este
hombre es para mí un instrumento excepcional, y llevará mi Nombre a las
naciones paganas y a sus reyes, así como al pueblo de Israel. 16. Yo le mostraré
todo lo que tendrá que sufrir por mi Nombre.» 17. Salió Ananías, entró en la casa y
le impuso las manos diciendo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús que se te apareció en
el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno
del Espíritu Santo.» 18. Al instante se le cayeron de los ojos una especie de escamas y
empezó a ver. Se levantó y fue bautizado. 19. Después comió y recobró las fuerzas.
Saulo permaneció durante algunos días con los discípulos en Damasco, 20. y en
seguida se fue por las sinagogas proclamando a Jesús como el Hijo de Dios. 21. Los
que lo oían quedaban maravillados y decían: «¡Y pensar que en Jerusalén perseguía a
muerte a los que invocaban este Nombre! Pero, ¿no ha venido aquí para encadenarlos
y llevarlos ante los jefes de los sacerdotes? 22. Saulo se mostraba cada vez más fuerte
cuando demostraba que Jesús era el Mesías, y refutaba todas las objeciones de los
judíos de Damasco. 23. Después de bastante tiempo los judíos decidieron matarlo, 24.
pero Saulo llegó a conocer su plan. Día y noche eran vigiladas las puertas de la ciudad
para poder matarlo. 25. Entonces sus discípulos lo tomaron una noche y lo bajaron
desde lo alto de la muralla metido en un canasto. 26. Al llegar a Jerusalén intentó
juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, pues no creían que fuese
realmente discípulo. 27. Entonces Bernabé lo tomó consigo, lo presentó a los apóstoles
y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino y cómo el Señor le había
hablado. También les expuso la valentía con que había predicado en Damasco en
nombre de Jesús. 28. Saulo empezó a convivir con ellos. Se movía muy libremente por
Jerusalén y predicaba abiertamente el Nombre del Señor. 29. Hablaba a los helenistas y
discutía con ellos, pero planearon matarle. 30.Los hermanos se enteraron y lo llevaron a
Cesárea, y desde allí lo enviaron a Tarso. 31. La Iglesia por entonces gozaba de paz en
toda Judea, Galilea y Samaría. Se edificaba, caminaba con los ojos puestos en el Señor
y estaba llena del consuelo del Espíritu Santo."
Romanos 7,15-19
No entiendo mis propios actos: no hago lo que quiero y hago las cosas que
detesto. Ahora bien, si hago lo que no quiero, reconozco que la Ley es buena. No
soy yo quien obra el mal, sino el pecado que habita en mí. Bien sé que el bien no
habita en mí, quiero decir, en mi carne. El querer está a mi alcance, el hacer el
bien, no.  De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.

Génesis 2,7
Entonces Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en su
nariz un aliento de vida, y el hombre tuvo aliento y vida.

1Corintios 6,19-20
¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y
que está en ustedes? Ya no se pertenecen a sí mismos. Ustedes han sido
comprados a un precio muy alto; procuren, pues, que sus cuerpos sirvan a la
gloria de Dios.

Romanos 12,1-2
Les ruego, pues, hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia
persona como un sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; este culto conviene a
criaturas que tienen juicio. No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino
más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir
cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.

Romanos 5,5
Pues el amor de Dios ya fue derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que se nos dio.

Génesis 2,24
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan
a ser una sola carne.
Juan 1,14
Y el Verbo se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su
Gloria, la Gloria que recibe del Padre el Hijo único; en él todo era don amoroso y
verdad.

Juan 6,56
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.

Gálatas 5, 19-21
Es fácil reconocer lo que proviene de la carne: fornicación, impurezas y
desvergüenzas; culto de los ídolos y hechicería; odios, ira y violencias; celos,
furores, ambiciones, divisiones, sectarismo y envidias; borracheras, orgías y
cosas semejantes. Les he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no
heredarán el Reino de Dios.

Mateo 26,41
Estén despiertos y recen para que no caigan en la tentación. El espíritu es
animoso, pero la carne es débil.

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