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DEPARTAMENTO DE NIÑOS

PROGRAMA PARA EL TALENTO INFANTIL EN LAS IGLESIAS

SÁBADO 27 DE ABRIL DE 4:00 A 6:00 p.m.

(Día y Hora Opcional)

1.- SERVICIO DE CANTO

2.- HIMNO DE APERTURA (Opcional)

3.- LECTURA BIBLICA: Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual


(Daniel 2:26) 26

llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su


interpretación?

4.- 0RACION

5.- ESPECIAL: (NIÑOS)

NOMBRES DE LOS PARTICIPANTES


PRIMER PARTICIPANTE: _______________________________
SEGUNDO PARTICIPANTE: _______________________________
TERCER PARTICIPANTE: _______________________________
CUARTO PARTICIPANTE: _______________________________
QUINTO PARTICIPANTE: _______________________________
SEXTO PARTICIPANTE: _______________________________
SEPTIMO PARTICIPANTE: _______________________________
OCTAVO PARTICIPANTE: _______________________________

15.- HIMNO FINAL.........(Opcional)


16.- ORACION FINAL.
17.- DESPEDIDA DE SABADO.
PRIMER PARTICIPANTE: Introducción.

(Basado en Daniel 2:1-6)

EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR Y SU INTERPRETACIÓN

Poco después que Daniel y sus compañeros entraron en el servicio del rey de
Babilonia, acontecieron sucesos que revelaron a una nación idólatra el poder y la
fidelidad del Dios de Israel.

Nabucodonosor tuvo un sueño notable, “y perturbóse su espíritu, y su sueño huyó


de él.” Pero, aunque el ánimo del rey sufrió una impresión profunda, cuando despertó
le resultó imposible recordar los detalles. (PR 361.1)

En su perplejidad, Nabucodonosor congregó a sus sabios, “magos, astrólogos, y


encantadores,” y solicitó su ayuda. Dijo: “He soñado un sueño, y mi espíritu se ha
perturbado por saber el sueño.” Y habiendo declarado su preocupación, les pidió que
le revelasen lo que habría de aliviarla. (PR 361.2)

A esto los sabios respondieron: “Rey, para siempre vive: di el sueño a tus siervos,
y mostraremos la declaración.” (PR 361.3)

Desconforme con esta respuesta evasiva, y sospechando que, a pesar de sus


aseveraciones jactanciosas de poder revelar los secretos de los hombres, no parecían
dispuestos a ayudarle, el rey ordenó a sus sabios, con promesas de riquezas y honores
por un lado y amenazas de muerte por el otro, que le diesen no sólo la interpretación
del sueño, sino el sueño mismo.

Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño


y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en
muladares. Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones y
favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación. (PR 361.4)
SEGUNDO PARTICIPANTE:

(Basado en Daniel 2:7-12)

Aun así, los sabios contestaron: “Diga el rey el sueño a sus siervos, y mostraremos
su declaración.” (PR 361.5)

Airado ahora por la perfidia aparente de aquellos en quienes había confiado,


Nabucodonosor declaró: “Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones,
porque veis que el asunto se me ha ido.

Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia será de vosotros. Ciertamente


preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que se
muda el tiempo: por tanto, decidme el sueño, para que yo entienda que me podéis
mostrar su declaración.” (PR 361.6)

Amedrentados por las consecuencias de su fracaso, los magos procuraron demostrar


al rey que su petición no era razonable y que la prueba exigida superaba a cualquiera
que se hubiese requerido de hombre alguno.

Dijeron: “No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey: además
de esto, ningún rey, príncipe, ni señor, preguntó cosa semejante a ningún mago, ni
astrólogo, ni Caldeo. porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay
quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la
carne. (PR 362.1)

Entonces “el rey con ira y con grande enojo, mandó que matasen a todos los sabios
de Babilonia.” PR 362.2
TERCER PARTICIPANTE:

(Basado en Daniel 2:13-19)

Entre aquellos a quienes buscaban los oficiales que se aprestaban a cumplir lo


ordenado por el decreto real, se contaban Daniel y sus amigos. Cuando se les dijo que
de acuerdo con el decreto debían morir,

“prudentemente” Daniel preguntó a Arioc, capitán de la guardia del rey: ¿Cuál es la


causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente? “

Arioc le explicó la perplejidad del rey acerca de su sueño notable, y cómo le había
sido imposible obtener ayuda de aquellos en quienes había puesto hasta entonces la
más plena confianza.

Al oír esto, Daniel, arriesgando la vida, se atrevió a presentarse ante el rey y solicitó
que se le concediera tiempo para rogar a su Dios que le revelase el sueño y su
interpretación. (PR 362.3)

El rey accedió a esta petición. Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que
había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, Juntos pidieron sabiduría
a la Fuente de luz y conocimiento. Conscientes de que Dios los había puesto donde
estaban, y de que estaban haciendo su obra y cumpliendo las exigencias de su deber,
manifestaron una fe poderosa.

. Y no rogaron en vano. El Dios a quien habían honrado los honró a ellos. El Espíritu
del Señor descansó sobre ellos, y a Daniel, “en visión de noche,” fueron revelados el
sueño del rey y su significado. (PR 362.4)
CUARTO PARTICIPANTE:

(Basado en Daniel 2:20-28)

El primer acto de Daniel fué agradecer a Dios la revelación que le había dado.
Exclamó: “Sea bendito el nombre de Dios de siglo hasta siglo: porque suya es la
sabiduría y la fortaleza: y él es el que muda los tiempos y las oportunidades: quita
reyes, y pone reyes: da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos: él revela
lo profundo y lo escondido: conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él. A ti,
oh Dios de mis padres, confieso y te alabo, que me diste sabiduría y fortaleza, y ahora
me enseñaste lo que te pedimos; pues nos has enseñado el negocio del rey.” PR 363.1

Presentándose inmediatamente a Arioc, a quien el rey había ordenado que


destruyese los sabios, Daniel dijo: “No mates a los sabios de Babilonia: llévame
delante del rey, que yo mostraré al rey la declaración.” Prestamente, el oficial llevó a
Daniel a la presencia del rey diciendo: “Un varón de los trasportados de Judá he
hallado, el cual declarará al rey la interpretación.” (PR 363.2)

He aquí al cautivo judío, sereno y dueño de sí mismo, en presencia del monarca del
más poderoso imperio del mundo. En sus primeras palabras, rehusa aceptar los
honores para sí, y ensalza a Dios como la fuente de toda sabiduría. A la ansiosa
pregunta del rey: “¿Podrás tú hacerme entender el sueño que vi, y su declaración?”

Daniel contestó: “El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos,
ni adivinos lo pueden enseñar al rey. Mas hay un Dios en los cielos, el cual revela los
misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer a cabo de
días. (PR 363.3)
QUINTO PARTICIPANTE:

(Basado en Daniel 2:29-36)

“Tu sueño—declaró Daniel—y las visiones de tu cabeza sobre tu cama, es esto:

Tú, oh rey, en tu cama subieron tus pensamientos por saber lo que había de ser en
lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mí ha sido
revelado este misterio, no por sabiduría que en mí haya más que en todos los vivientes,
sino para que yo notifique al rey la declaración, y que entendieses los pensamientos
de tu corazón. PR 364.1

“Tú, oh rey, veías, y he aquí una grande imagen. Esta imagen, que era muy grande,
y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.

La cabeza de esta imagen era de fino oro;


sus pechos y sus brazos, de plata;
su vientre y sus muslos, de bronce;
sus piernas de hierro;
sus pies, en parte de hierro, y en parte de barro cocido. (PR 364.2)

“Estabas mirando, hasta que una piedra fué cortada, no con mano, la cual hirió a la
imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la


plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin
que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un
gran monte que llenó toda la tierra. ( PR 364.3)

“Este es el sueño,” declaró confiadamente Daniel; y el rey, escuchando todo detalle


con la más concentrada atención, reconoció que se trataba del mismo sueño que tanto
le había perturbado.
NARRADOR

Su mente quedó así preparada para recibir favorablemente la interpretación. El Rey


de reyes estaba por comunicar una gran verdad al monarca babilónico. Dios iba a
revelarle que él ejerce el poder sobre los reinos del mundo, el poder de entronizar y de
destronar a los reyes. La atención de Nabucodonosor fué despertada para que sintiera,
si era posible, su responsabilidad para con el Cielo. Iban a serle presentados
acontecimientos futuros, que llegaban hasta el mismo fin del tiempo. PR 364.4

SEXTO PARTICIPANTE:

(Basado en Daniel 2:37-43)

Daniel continuó diciendo: “Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te
ha dado reino, poder, fuerza, y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres,
bestias del campo, y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el
dominio, sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. (PR 365.1)

“Y después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de bronce,
el cual dominará toda la tierra. (PR 365.2)

“Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe
todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo .(PR 365.3)

“Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en
parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza del hierro, así
como viste el hierro mezclado con barro cocido.

Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en
parte será el reino fuerte, y en parte será frágil.

Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de
alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no
se mezcla con el barro. (PR 365.4)
SEPTIMO PARTICIPANTE:

(Basado en Daniel 2:44-49)

“Y en los días de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás
se corromperá: y no será dejado a otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y
consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre.

De la manera que viste que del monte fué cortada una piedra, no con manos, la
cual desmenuzó al hierro, al bronce, al barro, a la plata, y al oro; el gran Dios ha
mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir: y el sueño es verdadero, y fiel
su declaración.” ( PR 365.5)

El rey se quedó convencido de que la interpretación era verdad, y con humildad y


reverencia, “cayó sobre su rostro, y humillóse,” diciendo: “Ciertamente que el Dios
vuestro es Dios de dioses, y el Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios,
pues pudiste revelar este misterio. (PR 365.6)

Nabucodonosor revocó el decreto que había dado para que destruyeran a los
magos. Salvaron la vida gracias a la relación de Daniel con el Revelador de los
secretos.

Y “el rey engrandeció a Daniel, y le dió muchos y grandes dones, y púsolo por
gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por príncipe de los gobernadores sobre
todos los sabios de Babilonia.

Y Daniel solicitó del rey, y él puso sobre los negocios de la provincia de Babilona a
Sadrach, Mesach, y Abed-nego: y Daniel estaba en la corte del rey.” (PR 365.7)
OCTAVO PARTICIPANTE

CONCLUSIÓN

Los gobernantes de la orgullosa Babilonia eran hombres del más alto intelecto, pero
se habían separado tanto de Dios por la transgresión que no podían comprender las
revelaciones ni las advertencias que se les daba acerca del futuro. (PR 367.2)

En la historia de las naciones el que estudia la Palabra de Dios puede contemplar el


cumplimiento literal de la profecía divina. Babilonia, al fin quebrantada, desapareció
porque, en tiempos de prosperidad, sus gobernantes se habían considerado
independientes de Dios y habían atribuido la gloria de su reino a las hazañas humanas.

El reino medo-persa fue objeto de la ira del Cielo porque en él se pisoteaba la ley de
Dios. El temor de Jehová no tenía cabida en los corazones de la vasta mayoría del
pueblo. Prevalecían la impiedad, la blasfemia y la corrupción.

Los reinos que siguieron fueron aún más viles y corruptos; y se fueron hundiendo cada
vez más en su falta de valor moral.

El poder ejercido por todo gobernante de la tierra es impartido del Cielo;


y del uso que hace de este poder, depende su éxito.

Ellen G. White, Profetas y Reyes, 367, 368

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